NOTICIARIO
Nº 112 SUMARIO DE LAS NOTICIAS PRINCIPALES JUEVES
29 DE JUNIO, FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO. EN EL ANGELUS JUAN PABLO
II HABLA SOBRE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS Y NUEVA EVANGELIZACION. LA
SANTA SEDE EN LA CUMBRE SOBRE DESARROLLO SOCIAL. "CULTURA DE LA
SOLIDARIDAD: COMPARTIR LOS BENEFICIOS DEL PROGRESO". ARGENTINA – DECLARACIONES DEL NUNCIO APOSTÓLICO: "NO PUEDEN IMPONERSE NOCIVOS METODOS DE CONTROL DE LA NATALIDAD".
SAN PEDRO Y SAN PABLO EN EL VATICANO JUEVES 29 DE JUNIO, FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO. EN EL ANGELUS JUAN PABLO II HABLA SOBRE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS Y NUEVA EVANGELIZACION. Antes de rezar el Angelus del 29 de junio, Juan Pablo II recordó que ese día se celebraba "la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, apóstoles, considerados los pilares de la iglesia universal. Pedro, la 'roca', sobre la que Cristo fundó su Iglesia; Pablo, el 'instrumento elegido' para llevar el Evangelio a las gentes". "Un misterioso designio de la providencia -prosiguió- les trajo a Roma para sellar su testimonio con la sangre: Pedro crucificado y Pablo decapitado: uno está enterrado a los pies de la colina Vaticana y el otro en la vía Ostiense". LA DELEGACIÓN DEL PATRIARCADO ECUMÉNICO. El Papa se refirió a la presencia en Roma, como es tradición en este día, de una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, con estas palabras: "La presencia significativa de estos hermanos en la fe es un gesto que nos invita a esperar y proseguir por el camino del diálogo ecuménico, sin descorazonarnos nunca". El Santo Padre invitó a continuación a rezar por "dos intenciones que para mí son muy importantes en el principio del tercer milenio: la unidad de los cristianos y la nueva evangelización". "! Que San Pedro interceda por nosotros -concluyó el Papa- para que el ministerio de su Sucesor sea reconocido y aceptado por todos como un servicio a la unidad del pueblo de Dios!". DESPUÉS DEL ANGELUS JUAN PABLO II SE REFIRIÓ A LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL, CLAVE PARA LOS DERECHOS HUMANOS. Después de rezar el Angelus, el Santo Padre recordó que ese día se publicaba en todo el mundo un importante informe de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el desarrollo". "Estas dos materias -agregó- deben caminar al unísono pero es necesaria una mayor colaboración en favor de los pueblos más desafortunados". "La lucha contra la pobreza -continuó- es uno de los retos más grandes que se presentan a la humanidad en el nuevo milenio. Los alimentos necesarios, la asistencia sanitaria, la educación, el trabajo, no representan solamente objetivos de desarrollo: son derechos fundamentales, negados todavía, desgraciadamente, a millones de seres humanos". El Papa concluyó manifestando su esperanza en que "de los frutos de este Jubileo, nazca un compromiso nuevo y concreto de solidaridad internacional". SOLEMNIDAD EUCARÍSTICA DEL PAPA EN LA PLAZA DE SAN PEDRO. EL PONTÍFICE REZA POR LA PLENA UNIDAD DE LA IGLESIA. A las 18,30, Juan Pablo II presidió en la Plaza de San Pedro la celebración eucarística durante la cual impuso el Palio a 24 arzobispos metropolitanos de Italia, Camerún, Bahamas, Argentina, Bolivia, Perú, Benin, India, Inglaterra, Filipinas, Nigeria, Francia, Estados Unidos, Brasil y Croacia. Como es tradicional en este día, estuvo presente en la misa una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, encabezada por el Su Eminencia Athanasios, metropolitano de Helioupolis y Theira, y compuesta por Su Excelencia Vsevolod, arzobispo de Skopelos, de la Iglesia ortodoxa ucraniana en América dependiente del Patriarcado Ecuménico y el reverendo archidiácono Tarasios, de Fanar. LA HOMILÍA DE JUAN PABLO II. Al recordar en la homilía las palabras del Señor a sus discípulos: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" y la respuesta de Simón Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo", el Papa dijo: "La respuesta es extraordinariamente lúcida. Aquí se refleja perfectamente la fe de la Iglesia; también nos vemos reflejados nosotros. De modo especial se refleja en las palabras de Pedro el Obispo de Roma, por voluntad divina su sucesor. Y alrededor de él y con él os reflejáis en estas palabras vosotros, queridos arzobispos metropolitanos, que habéis venido aquí desde tantos lugares del mundo para recibir el Palio en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo". "Estas palabras salidas de los labios de Pedro proceden de lo más profundo del misterio de Dios. Revelan la íntima verdad, la vida misma de Dios. Y Pedro, bajo la acción del Espíritu divino, se convierte en testigo y confesor de esta verdad sobrehumana. Su profesión de fe constituye de este modo la sólida base de la fe de la Iglesia". IMPOSICIÓN DEL PALIO. Dirigiéndose a los arzobispos, el Santo Padre afirmó: "La imposición del Palio subraya el vínculo especial de comunión que os une con la Sede de Pedro y manifiesta la índole católica de la Iglesia. Cada vez que os pongáis estos Palios recordad que como pastores estamos llamados a salvaguardar la pureza del Evangelio y la unidad de la Iglesia de Cristo". "!La plena unidad de la Iglesia!", exclamó Juan Pablo II. "Siento el eco de la consigna de Cristo. Es una consigna más urgente que nunca en este inicio de nuevo milenio. Por esto rezamos y trabajamos sin cansarnos nunca de esperar. Con estos sentimientos -continuó-, abrazo y saludo con afecto a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.(...) Que Dios nos conceda -terminó- llegar cuanto antes a la plena unidad de todos los creyentes en Cristo". LA SOCIEDAD DEL VERBO DIVINO CELEBRA SU CXXV ANIVERSARIO. Papa recibió el 30 de junio en audiencia a los miembros de la Sociedad del Verbo Divino que celebran en Roma su XV capítulo general y el CXXV aniversario de su fundación. El Papa elogió el "crecimiento considerable" de la sociedad, en la que están representadas más de 60 nacionalidades y está presente en más de 60 países. El Papa recordó los numerosos sacerdotes y religiosos de la orden, entre ellos algunos mártires y en particular el beato Alojzy Liguda: "Dio a su amada sociedad una declaración elocuente sobre la dignidad de cada ser humano: 'Me pueden tratar como un ser despreciable, pero no pueden hacer de mí un ser despreciable. Dachau (el campo de concentración) puede arrebatarme todos mis derechos y títulos; no me pueden quitar el privilegio de ser un hijo de Dios". (...) Todos los pueblos tienen derecho a escuchar esta Buena Nueva y la Iglesia además tiene el solemne deber de ir a todos los lugares para proclamar el mensaje salvífico de Cristo Jesús". "La inculturación y el diálogo inter-religioso -subrayó- tienen un papel importante que desempeñar en muchos de los lugares donde lleváis a cabo vuestra actividad misionera. El diálogo serio y abierto con las culturas y religiones no os dispensa de la evangelización y nunca debería ser considerado como algo contrario a la misión 'ad gentes'". EL PAPA PIDE UNA REDUCCION DE LA PENA PARA LOS ENCARCELADOS. PUBLICADO EL MENSAJE DEL PONTÍFICE. (El documento en versión española oficial e integral se publica en las últimas páginas de este Noticiario). Juan Pablo II ha pedido "una señal de clemencia en favor de todos los encarcelados" que se traduzca concretamente en una reducción de la pena. Así lo escribe en el mensaje para el Jubileo en las cárceles, que se celebrará el próximo 9 de julio. Ese día, el Papa visitará la cárcel romana de "Regina Coeli". En el mensaje, de 10 páginas, fechado el 24 de junio, el Santo Padre, continuando con una tradición instaurada por sus predecesores con ocasión de los Años Santos, se dirige a los responsables de los Estados para implorar una "reducción, aunque fuera modesta, de la pena" para los presos. Dicha reducción "sería para ellos una clara expresión de sensibilidad hacia su condición, que provocaría sin duda ecos favorables, animándolos en el esfuerzo de arrepentimiento por el mal cometido y favoreciendo el cambio de su conducta personal". "La acogida de esta propuesta por parte de las Autoridades competentes, a la vez que animaría a los detenidos a mirar al futuro con renovada esperanza, sería también un signo elocuente de la progresiva afirmación de una justicia más verdadera en el mundo que se abre al Tercer Milenio cristiano". EL JUBILEO UN AÑO DE JUSTICIA. El Papa afirma que "la celebración del Año Santo ha sido siempre para la Iglesia y para el mundo una ocasión para hacer algo en favor de la justicia, a la luz del Evangelio. Estos acontecimientos se han convertido así para la comunidad en un estímulo para revisar la justicia humana. (..) No se trata de aplicar casi automáticamente o de modo puramente decorativo medidas de clemencia meramente formales, de manera que, acabado el Jubileo, todo vuelva a ser como antes. (...) Los Estados y los Gobiernos que estén revisando su sistema carcelario o tengan el proyecto de hacerlo, para adecuarlo cada vez más a las exigencias de la persona humana, merecen ser animados a continuar en una obra tan importante, teniendo también en cuenta un recurso más frecuente a penas que no priven de la libertad. "Para hacer más humana la vida en la cárcel, es muy importante prever iniciativas concretas que permitan a los detenidos desarrollar, en cuanto sea posible, actividades laborales capaces de sacarlos del empobrecimiento del ocio. (...) No hay que descuidar, además, el acompañamiento psicológico que puede servir para resolver aspectos problemáticos de la personalidad. La cárcel no debe ser un lugar de deseducación, de ocio y tal vez de vicio, sino de redención". EL JUBILEO TIEMPO DE DIOS. "El Jubileo nos recuerda que el tiempo es de Dios. Tampoco escapa a este señorío de Dios el tiempo de la reclusión. Los poderes públicos que, en cumplimiento de las disposiciones legales, privan de la libertad personal a un ser humano, poniendo como entre paréntesis un período más o menos largo de su existencia, deben saber que ellos no son señores del tiempo del preso. Del mismo modo, quien se encuentra encarcelado no debe vivir como si el tiempo de la cárcel le hubiera sido substraído de forma irremediable: incluso el tiempo transcurrido en la cárcel es tiempo de Dios". "Aunque la condición carcelaria tiene a veces el riesgo de despersonalizar al individuo, privándolo de tantas posibilidades de expresarse a sí mismo públicamente, todos han de recordar que delante de Dios no es así: el Jubileo es el tiempo de la persona, el tiempo en el cual cada uno es él mismo delante de Dios, a su imagen y semejanza". EL JUBILEO TIEMPO DE CAMBIOS. "El Jubileo no quiere dejar las cosas como están. El año jubilar del Antiguo Testamento debía 'devolver la igualdad entre todos los hijos de Israel, abriendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal'. (...) Es preciso aprovechar el Año Santo para remediar eventuales injusticias, para subsanar cualquier exceso, para recuperar lo que de otro modo se perdería". Juan Pablo II señala que "celebrar el Jubileo significa también esforzarse en crear nuevas ocasiones de recuperación para cada situación personal y social, aunque aparentemente parezca irremediablemente comprometida. Todo esto es aún más evidente para la realidad carcelaria: abstenerse de acciones promocionales en favor del recluso significaría reducir la prisión a mera retorsión social, haciéndola solamente odiosa". "Si la celebración del Gran Jubileo es para los encarcelados una oportunidad para reflexionar sobre su condición, lo mismo se puede decir para toda sociedad civil (...), para las autoridades (...) y para los juristas". EL CASTIGO Y LA DIGNIDAD DE LA PERSONA ENCARCELADA. "El tema ha sido afrontado otras veces a lo largo de la historia y se han hecho muchos progresos, tratando de adecuar el sistema penal tanto a la dignidad de la persona humana como a la garantía efectiva del mantenimiento del orden público. Pero los inconvenientes y las dificultades vividas en el complejo mundo de la justicia y, más aún, el sufrimiento que hay en las cárceles, manifiestan que todavía queda mucho por hacer". "La prisión como castigo es tan antigua como la historia del hombre. En muchos Países las cárceles están superpobladas. (...) Los datos que están a la vista de todos nos dicen que, en general, esta forma de castigo sólo en parte logra hacer frente al fenómeno de la delincuencia. Más aún, en algunos casos, los problemas que crea parecen ser mayores que los que intenta resolver. Esto exige un replanteamiento de cara a una cierta revisión". "En este sentido, llega un llamamiento enérgico desde innumerables cárceles diseminadas por todo el mundo, donde están segregados millones de hermanos y hermanas nuestros. Ellos reclaman sobre todo una adecuación de las estructuras carcelarias y a veces también una revisión de la legislación penal. Deberían abolirse finalmente de las legislaciones de los Estados aquellas normas contrarias a la dignidad y a los derechos fundamentales del hombre, como también las leyes que obstaculizan el ejercicio de la libertad religiosa para los detenidos. Deben revisarse también los reglamentos penitenciarios que no prestan suficiente atención a los enfermos graves o terminales; igualmente, se deben potenciar las instituciones destinadas a la tutela legal de los más pobres. HUMANIZAR LAS CÁRCELES. "Pero, incluso en los casos en los que la legislación es satisfactoria, muchos sufrimientos de los detenidos provienen de otros factores concretos. Pienso, en particular, en las condiciones precarias de los lugares de reclusión en los que los encarcelados se ven obligados a vivir, así como a las vejaciones infligidas a veces a los presos por discriminaciones motivadas por razones étnicas, sociales, económicas, sexuales, políticas y religiosas. En ocasiones, la cárcel se convierte en un lugar de violencia parangonable a los ambientes de los que frecuentemente provienen los encarcelados. Esto hace inútil, como es evidente, todo intento educativo de las medidas de reclusión. "Los encarcelados se enfrentan también con otras dificultades, como los obstáculos para poder mantener contactos regulares con su familia y los seres queridos, y carencias graves se encuentran a menudo en las estructuras que deberían ayudar a quien sale de la prisión, acompañándolo en su nueva inserción social".
SÁBADO 1 DE JULIO. CELEBRACION JUBILAR DE LA PRECIOSISIMA SANGRE DE CRISTO CIUDAD. Tras una misa celebrada esta mañana en la plaza de San Pedro, presidida por el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, y en la que participaron decenas de miles de peregrinos, Juan Pablo II saludó a los miembros de las familias masculinas y femeninas y a las organizaciones católicas dedicadas a la adoración de la Preciosísima Sangre de Jesús. El Papa recordó que hasta el Concilio Vaticano II "el misterio de la Sangre de Cristo se celebraba litúrgicamente en toda la Iglesia Católica el 1 de julio", pero que "Pablo VI unió el recuerdo de la Sangre de Cristo al de su cuerpo en la solemnidad que ahora se llama de los 'Santísimos Cuerpo y Sangre de Cristo'". LA CRUZ DEBE INSPIRAR NUESTRAS VIDAS. "El Año Jubilar -prosiguió- da un impulso nuevo a una devoción tan significativa. Al celebrar Cristo dos mil años después de su nacimiento, estamos invitados también a contemplarlo y adorarlo en la humanidad santísima asumida en el seno de María y unida de forma hipostática a la persona divina del Verbo. Si la Sangre de Cristo es fuente preciosa de salvación para el mundo, es debido a su pertenencia al Verbo que se hizo carne para nuestra salvación". Juan Pablo II afirmó que el sacrificio de Cristo en la cruz "nos inspira a (...) dar nuestras vidas por Dios y por nuestros hermanos sin reserva hasta el derramamiento de sangre, como hicieron tantos mártires. ¿Cómo podemos no reconocer siempre de nuevo el valor de cada ser humano cuando por todos, sin distinción, Cristo ha derramado su sangre?" Antes de terminar, el Santo Padre saludó a los peregrinos de la diócesis de Bérgamo (Italia), refiriéndose a su paisano y también predecesor suyo, el papa Juan XXIII. DOMINGO 2 DE JULIO. EL ANGELUS DEL PAPA. LA SANGRE DE CRISTO, SANADORA DE LA VIOLENCIA Y EL ODIO. El 2 de julio, antes de rezar el Angelus con decenas de miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, bajo la ventana de su estudio, Juan Pablo II habló del Sagrado Corazón de Jesús y de la Sangre de Cristo. El Papa denunció también la violencia y el odio en el mundo que llevan al derramamiento de sangre. "El Corazón de Jesús -dijo- tiene un mensaje para cada persona; habla también al mundo de hoy. En una sociedad donde se desarrollan a ritmo vertiginoso la técnica y la informática, donde existen mil intereses a veces en contraste entre sí, el ser humano corre el riesgo de perder el centro, el centro de sí mismo. Mostrándonos su corazón, Jesús recuerda ante todo que es allí, en el rincón más profundo de cada persona, donde se decide el destino de cada uno, la muerte o la vida en sentido definitivo." "La Sangre de Cristo nos ha redimido -recordó Juan Pablo II- Esta es la verdad que ayer, a principios del mes de julio, tradicionalmente dedicado a la preciosísima Sangre de Cristo, hemos proclamado con motivo del Jubileo de la Unión 'Sanguis Christi'". "!Cuánta sangre injustamente derramada en el mundo! -exclamó el Papa-.!Cuanta violencia, cuanto desprecio por la vida humana. Hoy la humanidad, tanta veces herida por el odio y la violencia, tiene más que nunca la necesidad de experimentar la eficacia de la Sangre redentora de Cristo. Esa Sangre que, no en vano derramada, lleva en sí toda la potencia del amor de Dios y es promesa de esperanza, de rescate, de reconciliación". EL DOLOR DEL PAPA POR LA TRAGEDIA EN LAS ISLAS MOLUCAS. Después de rezar el Angelus, Juan Pablo II saludó a los numerosos peregrinos presentes en la plaza de San Pedro. Entre los grupos se encontraban ciclistas, gimnastas, miembros del Oratorio de San Luis en Como (Italia), un grupo musical, miles de motociclistas y jóvenes de las diócesis italianas que habían acudido en peregrinación al monte Adamello para preparar la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Al dirigirse a ellos el Papa habló también de que había recibido en aquel momento "la noticia de que desgraciadamente ha naufragado la nave desaparecida desde hace tres días en el archipiélago indonesio de las Molucas con casi 500 personas a bordo. Expreso mi profundo dolor por las víctimas, mientras pido a Dios que les conceda la eterna recompensa e invoco con todas mis fuerzas paz y seguridad para esas islas atormentadas por la violencia". LLAMADA A LA PENITENCIA, EL ASCETISMO Y EL DESAPEGO. El 3 de julio Juan Pablo II recibió esta mañana a los Religiosos Mínimos, la orden fundada hace 500 años por San Francisco de Paola, que celebran en Roma su Capítulo General. San Francisco fundó también los Padres Mínimos y las Religiosas Mínimas. En su discurso, el Papa se refirió a su "gloriosa historia para recordar", así como a la "gran historia que tenéis que construir". Citando párrafos de la constitución de la Orden, Juan Pablo II subrayó como "siguiendo el ejemplo de vuestro fundador, vuestra familia religiosa 'se propone dar particular y cotidiano testimonio de la penitencia evangélica con la vida cuaresmal, como conversión total a Dios, participación íntima en la expiación de Cristo y llamada a los valores evangélicos del desprendimiento del mundo, el primado del espíritu sobre la materia y de la urgencia de la penitencia, que lleva aparejada la práctica de la caridad, el amor por la oración y el ascetismo físico". En particular el Santo Padre recalcó el "cuarto voto de cuaresma perpetua" de la orden y mencionó que el tema de este capítulo general es el "replantear el carisma de la penitencia cuaresmal, a la luz de los retos del mundo de hoy". DECRETOS DE LA CONGREGACION PARA LAS CAUSAS DE LOS SANTOS. PROCLAMACIÓN DE LAS VIRTUDES HEROICAS DE DOS MEXICANAS. El 3 de julio en la Sala Clementina, en presencia del Santo Padre, de los miembros de la Congregación para las Causas de los Santos y de los postuladores de las respectivas causas se promulgaron los siguientes decretos: - Siete decretos relativos a los milagros atribuidos a la intercesión de los beatos y siervos de Dios: - Beato Luigi Scrosoppi, italiano (1804-1884), sacerdote, fundador de la Congregación de las Religiosas de la Providencia. - Beato Agostino Roscelli, italiano (1818-1902), sacerdote, fundador del Instituto de las Religiosas de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. - Beato Bernardo da Corleone ( en el siglo Filippo Latini), italiano (1605-1667), laico profeso de la Orden de los Religiosos Menores Capuchinos. - Beata Paola de San José de Calasanz (en el siglo Paola Montal Fornés), española (1799-1889), religiosa, fundadora de la Congregación de las Hijas de María de las Escuelas Pías. - Beata Rebecca ( en el siglo Petra Ar-Rayès De Himlaya), libanesa (1832-1914), religiosa profesa de la Orden Libanesa de San Antonio de los Maronitas. - Siervo de Dios Alfonso Maria Fusco, italiano, (1839-1910), sacerdote, fundador de la Congregación de las Religiosas de San Juan Bautista. - Sierva de Dios Maria Eutimia (en el siglo Emma Uffing), alemana (1914-1955), religiosa profesa de la Congregación de la Compasión (Klemensschwestern). - 12 decretos relativos a las virtudes heroicas de los Siervos de Dios: - Carlo Liviero, italiano, (1866-1932), obispo, fundador de la Congregación de las Pequeñas Siervas del Sagrado Corazón. - Marco Antonio Durando, italiano, (1801-1880), sacerdote y fundador del Instituto de las Religiosas de Jesús Nazareno. - Felix de Jesús Rougier (en el siglo Felix Benedict Rougier), francés, (1859-1938),sacerdote profeso, fundador de la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, de las Misioneras de Guadalupe y de las Oblatas de Jesús sacerdote. - Adriano Osmolowski (en el siglo Pietro),ruso (1838-1924), sacerdote profeso de la Orden de los Religiosos Menores. - Eugenia Ravasco, italiana (1845-1900),religiosa, fundadora del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María. - Bonifacia Rodriguez Castro, española (1837-1905),religiosa, fundadora de la Congregación de las Religiosas Siervas de San José. - María di Gesú (en el siglo Carolina Santocanale), italiana (1852-1932), religiosa, fundadora de la Congregación de las Religiosas Capuchinas de la Inmaculada Concepción de Lourdes. - Piedad de la Cruz (en el siglo Tomasa Ortiz Real), española, (1842-1916), religiosa, fundadora de la Congregación de las Religiosas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús. - María Luisa Josefa del Santísimo Sacramento (en el siglo María Luisa de la Peña Navarro, viuda de Rojas), mexicana, (1866-1937) fundadora de la Congregación de las Religiosas carmelitas del Sagrado Corazón y de la Congregación de las Religiosas Carmelitas del Santísimo Corazón de los Angeles. MÉXICO. Maria Guadalupe (en el siglo Anastasia Guadalupe García Zavala), mexicana (1878-1963), religiosa, co-fundadora de las Siervas de santa Margarita María y de los pobres. - Maria Rosa (en el siglo Bruna Pellesi), italiana (1917-1972), religiosa profesa de la Congregación de las Religiosas Franciscanas Misioneras de Cristo. - Casimiro Barello Morello, italiano (1867-1884), laico. FUNDACIÓN POR EL SAHEL Y POPULORUM PROGRESSIO. EL ENCEUNTRO CON JUAN PABLO II. LA PERMANENTE SOLIDARIDAD DE LA IGLESIA CON LOS MÁS POBRES. Los miembros de la dirección de la Fundación Juan Pablo II para el Sahel y de la Fundación "Populorum Progressio", fueron recibidos el 4 de julio por el Papa que en el discurso que les dirigió subrayó como "esas instituciones providenciales muestran de manera concreta la cercanía de la Santa Sede con aquellos que padecen miseria y hambre". El Papa recordó que la "Fundación Juan Pablo II para el Sahel comenzó su actividad en 1984, tras la llamada que efectué en Ouagadougou -dijo- pidiendo a la comunidad internacional una movilización general contra la grave desertificación que atenaza a los países de la región del Sahel". El Papa puntualizó que 20 años después ese llamamiento es todavía urgente, no solamente en Africa sino en todo el planeta. Los líderes mundiales, agregó deben "adoptar las medidas adecuadas para favorecer un acceso justo a un bien (el agua) que es tan precioso para la entera humanidad". LA FUNDACIÓN "EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS". "En cuanto a la Fundación 'Populorum Progressio', nacida en el contexto de las celebraciones para el quinto centenario de la evangelización del continente americano -prosiguió el Santo Padre- su propósito es el de promover, en la óptica del desarrollo integral de la persona, a las poblaciones más marginadas en la sociedad de América Latina y el Caribe". Se trata de una fundación "destinada a socorrer a los más pobres entre los pobres". El Papa recalcó los lazos entre la tarea llevada a cabo por la Iglesia a través de esas dos instituciones y el Jubileo con su llamada no solo a la penitencia sino a la caridad con los hermanos. La Iglesia tiene "pocos medios para hacer frente a esas necesidades pero hace un esfuerzo para dar señales de esperanza concreta". En conclusión, el Papa recordó que "una de vuestras fundaciones combate la desertificación de la tierra. Hablar de un desierto trae a la mente las condiciones en las que gran parte de la humanidad vive, afligida por la violencia, las calamidades y el egoísmo. "DIOS NO SE CANSA JAMÁS DE IR EN BUSCA CADA SER HUMANO": LO DICE EL PAPA DURANTE LA CATEQUESIS DEL 5 DE JULIO EN SAN PEDRO.A las 10 de la mañana del 5 de julio, en la Plaza de San Pedro Juan Pablo II presidió la audiencia general de los Miércoles y en la cita número 14 del ciclo sobre la Gloria de la Santísima Trinidad meditó sobre un tema singular: el hombre "buscado" por Dios busca asimismo a Dios. Hablando en español, el Papa, así resumió sus reflexiones: Queridos hermanos y hermanas: Como nos describe el Evangelio, Dios no se cansa jamás de ir en busca cada ser humano, aunque se halle perdido y lejano. En la expresión más profunda y universal de la experiencia religiosa, el hombre, que aspira a ser amado por Dios, descubre que es Él quien toma la iniciativa. La revelación cristiana nos muestra de muchos modos esta primacía de la acción divina, aunque no olvida que, a la llamada de Dios, debe corresponder una respuesta libre por parte de cada uno, abriendo las puertas de su corazón a la gracia que se le ofrece" LOS SALUDOS A LOS PEREGRINOS. Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los Clérigos de San Viator que en estos días están celebrando su Capítulo General. Mientras os agradezco el servicio que prestáis a la Iglesia en numerosos Países, os aliento a que, siendo fieles al propio carisma, seáis también generosos para responder a los desafíos del tercer milenio. Saludo también a los diversos grupos provenientes de España, Puerto Rico, Costa Rica, Colombia, Bolivia, Argentina México y otros países latinoamericanos. Agradezco a todos vuestra presencia y os bendigo de corazón. LA ACCIÓN HUMANA. Hablando en italiano el Santo Padre había explicado había explicado: "En la experiencia religiosa universal -afirmó el Santo Padre- encontramos la conciencia del primado de Dios que sale en busca del ser humano para llevarlo al horizonte de su luz y de su misterio. En el principio era el Verbo (...) la 'buena voluntad' de Dios que no abandona nunca a sus criaturas a sí mismas". "Ciertamente, este inicio absoluto no elimina la necesidad de la acción humana, ni el compromiso de una respuesta por parte del ser humano, de quien se pide que se deje alcanzar por Dios y que le abra la puerta de su vida, y quien tiene la posibilidad de cerrarse a esa invitación". El Papa terminó sus palabras citando la "palabra maravillosa que pone el Apocalipsis en boca de Cristo": 'Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo'. DECLARACION DEL PORTAVOZ VATICANO SOBRE LA VISITA DEL PATRIARCADO ECUMENICO. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, efectuó el 30 de junio la siguiente declaración sobre la visita a Roma de una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, con ocasión de la solemnidad, ayer, de los santos Pedro y Pablo, apóstoles. Navarro-Valls dijo que "durante la mañana del 29 de junio, los representantes del Patriarca ecuménico se encontraron en privado con Su Santidad Juan Pablo II. En el transcurso de la audiencia tuvo lugar un intercambio de discursos entre el metropolitano Athanasios y el Santo Padre. "En la conversación entre el Santo Padre y la delegación del Patriarcado ecuménico, en presencia de los responsables del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, se ha hablado también de la exigencia para el Patriarcado ecuménico de tener una Escuela Teológica propia, que se considera indispensable para la vida del Patriarcado mismo. La Facultad Teológica de Chalki se cerró por decisión del gobierno en 1971. El Santo Padre espera que esa escuela pueda volver a abrirse en el clima de libertad religiosa propio de todo país democrático". JUBILEO DE LOS MÉDICOS CATÓLICOS EN ROMA. En el ámbito de las celebraciones del Jubileo, 4.000 doctores y científicos de 42 países han celebrado un convenio (3 – 7 julio) dedicado al tema "Medicina y Derechos Humanos". La Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, la Asociación de Médicos Católicos Italianos y la Federación Europea de Asociaciones Médicas Católicas, informan en sendos comunicados de que en el encuentro "se debatirán numerosos problemas que inquietan en la actualidad a la opinión pública, desde la eutanasia a la violencia contra la infancia, de los derechos de los ancianos a los últimos instantes de los enfermos, de la asistencia a los enfermos terminales a la tortura, de la bioética al aborto, de la ingeniería genética a la libertad de conciencia del médico". "Tema central del congreso será la búsqueda de un nuevo modo de ejercer la medicina y de un enfoque distinto de los pacientes, que sepa conciliar el progreso de la ciencia con las nuevas fronteras de la moral". Patrocinan entre otros el congreso, la Pontificia Academia para la Pastoral de los Operadores Sanitarios y la Pontificia Academia de la Vida. LA SANTA SEDE EN LA CUMBRE SOBRE DESARROLLO SOCIAL. "CULTURA DE SOLIDARIDAD:COMPARTIR LOS BENEFICIOS DEL PROGRESO". El 4 de julio la Sala de prensa vaticana publicó el discurso pronunciado el 30 de junio por el obispo Diarmuid Martin, jefe de la delegación de la Santa Sede en la sesión Especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Social. La Sesión Especial, que tuvo lugar en Ginebra del 26 de junio al 1 de julio, estuvo dedicada a una evaluación de la puesta en práctica de los objetivos fijados por la comunidad internacional durante la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social celebrada en marzo de 1995 en Copenhague (Dinamarca). DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN. El prelado recordó que "la Cumbre de Copenhague abarcaba 'una visión política, económica, ética y espiritual para el desarrollo social'". Ese tipo de desarrollo, agregó, "florece en aquellas sociedades democráticas que fomentan la participación, en las que los derechos humanos están protegidos y en las que los ciudadanos pueden transformarse en los verdaderos protagonistas de las decisiones que atañen a sus vidas". El obispo Martin observó a continuación que en estos cinco años transcurridos desde la cumbre "ha habido sin embargo algunos episodios preocupantes", el más importante ha sido la "incapacidad de la comunidad de las naciones de proporcionar los medios necesarios - a la vez económicos y en términos de voluntad política- para conseguir determinados objetivos y propósitos solemnemente proclamados. Un requisito previo de una verdadera comunidad de naciones es que las promesas las cumplan tanto los más fuertes como los más débiles". "La era de desarrollo científico sin precedentes -subrayó- se ha traducido en grandes beneficios para la humanidad, pero no hemos conseguido encontrar todavía la ciencia para compartir adecuadamente. LAS FUTURAS GENERACIONES. El juicio histórico sobre nuestra generación se basará, quizás, sobre todo en una pregunta: )Hemos logrado afrontar con éxito el desafío de poner el fruto extraordinario del genio humano en el campo de la tecnología de la información verdaderamente al servicio de toda la humanidad?". El jefe de la delegación de la Santa Sede invitó a "construir una cultura de solidaridad internacional. Un mundo que deja a millones de ciudadanos al margen del progreso no tiene derecho alguno a llamarse 'global'. GLOBALIZAR = SOLIDARIDAD. El término 'global' debe transformarse en sinónimo de incluido! No hay, ciertamente, alternativa sostenible a la solidaridad". El obispo concluyó refiriéndose a dos factores indispensables para el desarrollo humano integral: el reconocimiento de la dignidad humana a través del acceso al trabajo y de un lugar de trabajo de calidad, y la eliminación de guerras y conflictos, que son demasiado a menudo las causas de la pobreza en la actualidad. "Seguramente no está más allá de la capacidad de la comunidad de naciones encontrar modos para afrontar eficazmente cuestiones como la explotación económica de las situaciones de conflicto o el gasto masivo y desproporcionado en armas". LA
IGLESIA EN EL MUNDO ARGENTINA – DECLARACIONES DEL NUNCIO APOSTÓLICO: "NO PUEDEN IMPONERSE NOCIVOS METODOS DE CONTROL DE LA NATALIDAD". La agencia AICA informó que el Nuncio apostólico, monseñor Santos Abril y Castelló, subrayó que, tanto la Santa Sede como los obispos argentinos, "seguirán enseñando para guía del pueblo católico, que no se puede favorecer por conveniencia no sólo ética sino también social, un ambiente sobrecargado de erotismo y de promiscuidad, de imposición, prevalentemente a la mujer, de métodos de control de natalidad cuya nocividad para su salud no es frecuentemente expuesta con claridad". Tales métodos, afirmó el prelado, "serían mucho menos aceptables si fueran la puerta a la práctica real de la eliminación de un ser humano". Al hablar en la audiencia pública sobre dignidad humana organizada por la Comisión Bicameral Jubileo 2000, monseñor Abril y Castelló aseguró que "el pretendido derecho permisivo de la madre, de la sociedad o del Estado, cesarían frente al derecho seguro de otra vida humana que nunca puede ser suprimida impunemente, tanto más porque es inocente e indefensa, y la ley debe proteger en primer lugar al inocente y al indefenso". Consideró luego que "hay que saber ofrecer a la juventud una correcta información sexual para prevenir males mayores y enfermedades, pero no se podría excluir en ese terreno la función moralizadora y de información que corresponde a las familias y a otras instancias responsables. La atribución prioritaria de esa responsabilidad a la sola autoridad pública, sería una violación y usurpación de funciones que son subsidiarias, no únicas, del Estado o de la autoridad pública". "Lo contrario -añadió- pudiera quizás tocar hasta principios constitucionales, como lo sería la falta de respeto a la libertad de conciencia de los agentes médicos que podrían legítimamente sentirse avasallados por normas o métodos poco democráticos". Paternidad responsable El nuncio pidió que "no se diga que la Iglesia, al exponer sus reflexiones morales y su reserva sobre el comportamiento sexual y sobre ciertos sistemas de limitación de natalidad, procede de modo irresponsable, proponiendo como el ideal cualquier número de hijos que puedan tenerse. "La Iglesia -aclaró- acepta y enseña una paternidad responsable, decidida sin coactivas externas o que puedan llegar a inaceptables regulaciones logradas con prácticas mutilatorias o establecidas por otros países o consorcios que mueven ingentes capitales". LOS
SANTOS DE LA SEMANA 07 de JULIO - BEATO MARCOS KI-T'IEN-SIANG Y S. VILLIBALDO. Hoy la Iglesia se viste de rojo para conmemorar el nacimiento para el cielo de MARCOS KI-T'IEN-SIANG, en el aniversario de su martirio ocurrido en un día como hoy de 1900 en Ye-Tchoang-T'eon, China. Oriundo de este país, fue un laico comprometido, padre de familia y guía de la comunidad cristiana de su pueblo. En 1955, el Papa Pío XII le proclamó Beato. Hoy también la Iglesia recuerda a San VILLIBALDO, que muriera santamente en un día como hoy del 787 en Eichstätt, Baviera, Alemania. Nacido el año 700 en Inglaterra, fue monje benedictino y Obispo de Eichstätt. El Papa León VII le canonizó el año 938. 08 de JULIO - SANTOS AQUILINO Y PRISCILA. Hoy la Iglesia se viste de alegría para conmemorar a los santos Aquileo y Priscila, quienes habrían sufrido el martirio en el Siglo I en Roma. Pareja de esposos hebreos, nacidos en esta ciudad, ambos fueron colaboradores de Pedro y Pablo, siendo su casa la primera sede de la comunidad cristiana y en donde más tarde se pusieron las primeras catacumbas. El mismo Pablo les envió saludos. Unidos, pues, a la villa de Santa Priscila en Roma y a cuantos hacen de su hogar una comunidad cristiana, celebremos con gozo a los precursores de las Comunidades Cristianas. 09 de JULIO - MARTIRES DE GORCUM (SANTOS DE LA SEMANA) 10 de JULIO - SAN CANUTO. Hoy la Iglesia se viste de rojo para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN Canud, (Canuto) en el aniversario de su martirio ocurrido en un día como hoy de 1086 en la ciudad de Odense en Dinamarca. Oriundo de este País, en 1040, fue rey y cristiano comprometido. En 1100 el Papa Pascual II le proclamó SANTO. Es patrono de Dinamarca. Unidos a esta Iglesia y a cuantos ejercen la autoridad política con consciencia cristiana, celebremos gozosos su fiesta. 11 de JULIO - SAN BENITO. Hoy, la Iglesia se viste de fiesta para conmemorar la traslación de los restos de San Benito de Norcia, que tuvo lugar hacia el año 703 en Fleury, Francia. San benito murió el 21 de marzo del 547 en Montecasino, en Frosinone, Italia. Nacido en Norcia, Perugia, Italia, hacia el 480, fue hermano de Santa Escolástica, canónigo, fundador de la orden benedictina y padre del monaquismo occidental. El Martirologio Romano lo considera entre los santos. En 1964 el Papa Pablo VI le proclamó Patrono de Europa y de Occidente. Unidos, pues, a la familia benedictina celebremos gozosos la fiesta de su santo patrono. 12 de JULIO - MARTIRES DE NAGASAKI. Hoy la Iglesia con orgullo se viste de rojo para conmemorar el nacimiento para el cielo de ocho mártires japoneses: Matías Araki, Pedro Araki, Susana, Juan Takana, Catalina, Juan Naisen, Mónica y un niño de siete años, quienes fueran martirizados en un día como hoy de 1626 en Nagasaki, Japón. Oriundos de este País, fueron laicos comprometidos. El 07 de Julio de 1867 fueron proclamados BEATOS. Unidos, pues, a la gloriosa Iglesia del Japón y a cuantos no temen arriesgar su puesto y aun su vida por la fidelidad a Cristo y el evangelio, celebremos gozosos su fiesta. 13 de JULIO - SAN ENRIQUE. Hoy la Iglesia se viste de fiesta para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN Enrique II, en el aniversario de su santa muerte acaecida en un día como hoy de 1024 en Grona, región del Palatinado, Alemania. Oriundo de Hildesheim, Alemania, en 973, fue Emperador del Sacro Imperio Romano y esposo de Santa Cunegunda, con quien habría observado voto de castidad desde el inicio de su vida matrimonial. En 1146 el Papa Eugenio III le proclamó SANTO. Pío X le proclamó patrono de los Oblatos Benedictinos. Sus restos reposan en la Iglesia de Bamberga. Unidos a esta iglesia y a cuantos ejercen el poder con auténtica conciencia cristiana, brindemos nuestro vivo aplauso a San Enrique II. EL
SANTO DE LA SEMANA (9 DE JULIO) Hoy la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SAN NICOLAS PIECK Y 18 COMPAÑEROS mártires de la ciudad de Gorkum, Holanda, quienes fueran cruelmente martirizados en un día como hoy de 1572 en la ciudad de Breille, Holanda. Oriundos de diversos países, diez fueron franciscanos, dos premonstratenses, cuatro sacerdotes seculares, uno dominico, uno canónigo regular, y un laico. Total 19. En 1867 el Papa Pío IX les proclamó SANTOS. Unidos a la Iglesia de Holanda y a la localidad de Breille, meta ahora de numerosas peregrinaciones, celebremos con gozo su fiesta. MEDITACIÓN. Queridos San Nicolás y compañeros mártires: permítanos hoy en el día de su fiesta recordar junto con Uds. algunos pormenores de la senda que los condujo a la gloria del martirio. En 1572 las doctrinas de Lutero y calvino habían entrado a los Países Bajos, y poco a poco habían conquistado el poder. La lucha de Holanda contra España para obtener su independencia, aunque era política, en el fondo tenía una motivación religiosa. Gheusi, un feroz calvinista, que respiraba odio contra los sacerdotes y religiosos, comandaba un destacamento calvinista conocido con el nombre de la "armada de los piratas", con la que atacó varias ciudades. Entre ellas, se apoderó de la ciudad de Gorkum, en donde había un convento de frailes menores de la Observancia, cuyo guardián era Nicolás Pieck, y Jerónimo Weerden, su vicario. Gheusi, en contra de sus promesas, mandó que tomaran prisioneros a los once frailes, e hizo también detener a tres sacerdotes diocesanos, a un conónico regular y al párroco. A pesar de las súplicas y tentativas de los católicos para que los dejen en libertad, Gheusi ordenó que los metieran en una barca, y casi semidesnudos los trasladaron a la localidad de Breille. A su paso por Dordrecht hicieron detener la barca para dar al pueblo la ocasión de insultarlos y denigrarlos. Todo esto Uds. lo sufrieron con gran entereza, sintiendo la gracia que Dios da en estos momentos de martirio. Llegados a Breille, salió a recibirlos Lumey, otro gran enemigo fanático de la fe católica y ordenó que les hicieran atravesar a pié todo el pueblo para que la gente los insultara y maltratara. Conducidos a la prisión, encontraron allí a otros tres sacerdotes, llegando el grupo a 19 entre sacerdotes y religiosos. Otros cuatro no permanecieron fieles. Como era de estilo, los sometieron a largos y severos interrogatorios, sobre el primado del Papa y la presencia real de Cristo en la Eucaristía, y les ofrecieron la libertad a cambio de que abjuraran de la Eucaristía y rechazaran la supremacía pontificia. Pero, la constancia y sagacidad que Uds. demostraron en responder y refutar los argumentos calvinistas motivó que los sometieran a nuevos y refinados tormentos. En esto llegó una carta de Guillermo de Orange, la máxima autoridad política del momento, recomendando que no molestaran a los sacerdotes. Pero, lejos de hacerle caso, disidieron acelerar el martirio, llevándolos por la noche a un granero cercano a la ciudad en donde los mataron. Y aun después de la ejecución, el odio calvinista no quedó satisfecho. Los cuerpos desnudos de los mártires fueron mutilados. Y así, Uds. hermanos lograron recorrer hasta el final la difícil senda que los llevó a ceñirse la corona del martirio. Gracias mártires de Gorkum por su testimonio, por su resistencia, por su amor a la Iglesia católica. Les suplicamos en este día nos alcancen la gracia de seguir sus huellas para que a pesar del odio o indiferencia que encontremos en nuestro caminar cristiano, nunca nos desanimemos de esta gran gracia recibida. ¡Gracias mártires de Gorkum!. DOCUMENTI INTEGRAL EN LA VERSIÓN ESPAÑOLA OFOCIAL. MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II PARA EL JUBILEO EN LAS CARCELES 9 DE JULIO DE 2000. 1. En este Año Santo de 2000, no podía faltar la Jornada del Jubileo en las cárceles. En efecto, las puertas de los Institutos de reclusión no pueden excluir de los beneficios de este acontecimiento a quienes deben transcurrir en ellos parte de su vida. Pensando en estos hermanos y hermanas, mi primera palabra es desearles que Cristo resucitado, que entró en el Cenáculo estando las puertas cerradas, pueda entrar en todas las prisiones del mundo y encontrar acogida en los corazones, llevando a todos paz y serenidad. Como es sabido, en el presente Jubileo la Iglesia celebra de modo especial el misterio de la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo. En efecto, han pasado dos milenios desde el momento en que el Hijo de Dios se hizo hombre y vino a habitar entre nosotros. Hoy, como entonces, la salvación traída por Cristo se nos ofrece nuevamente, para que produzca abundantes frutos de bien según el designio de Dios, que quiere salvar a todos sus hijos, especialmente a aquellos que, habiéndose alejado de él, buscan el camino del retorno. El Buen Pastor sigue continuamente las huellas de las ovejas descarriadas y, cuando las encuentra, las carga sobre sus hombros y las lleva de nuevo al redil. ¡Cristo busca el encuentro con cada ser humano, en cualquier situación en que se halle! 2. El objetivo del encuentro de Jesús con el hombre es su salvación. Una salvación que, por otra parte, es propuesta, no impuesta. Cristo espera del hombre una aceptación confiada, que abra la mente a decisiones generosas, orientadas a remediar el mal causado y a promover el bien. Se trata de un camino a veces largo, pero ciertamente estimulante, porque no se recorre en solitario, sino en compañía y con el apoyo del mismo Cristo. Jesús es un compañero de viaje paciente, que sabe respetar los tiempos y ritmos del corazón humano, aunque no se cansa de animar a cada uno en el camino hacia la meta de la salvación. La misma experiencia jubilar está en estrecha relación con la condición humana del paso del tiempo, a la cual quiere dar un sentido: por un lado, el Jubileo quiere ayudarnos a vivir el recuerdo del pasado aprovechando las experiencias vividas; por otro, nos abre al futuro en el cual el compromiso del hombre y la gracia de Dios deben construir juntos lo que queda por vivir. Quien se encuentra en prisión piensa con nostalgia o con remordimiento en los tiempos en que era libre, y sufre con amargura el momento presente, que parece no pasar nunca. La exigencia humana de alcanzar un equilibrio interior también en esta difícil situación puede encontrar una ayuda decisiva en una fuerte experiencia de fe. Éste es uno de los motivos del valor del Jubileo en las cárceles: la experiencia jubilar vivida entre rejas puede conducir a inesperados horizontes humanos y espirituales. 3. El Jubileo nos recuerda que el tiempo es de Dios. Tampoco escapa a este señorío de Dios el tiempo de la reclusión. Los poderes públicos que, en cumplimiento de las disposiciones legales, privan de la libertad personal a un ser humano, poniendo como entre paréntesis un período más o menos largo de su existencia, deben saber que ellos no son señores del tiempo del preso. Del mismo modo, quien se encuentra encarcelado no debe vivir como si el tiempo de la cárcel le hubiera sido substraído de forma irremediable: incluso el tiempo transcurrido en la cárcel es tiempo de Dios y como tal ha de ser vivido; es un tiempo que debe ser ofrecido a Dios como ocasión de verdad, de humildad, de expiación y también de fe. El Jubileo es un modo para recordarnos que no sólo el tiempo es de Dios, sino que los momentos en los que sabemos recapitular todo en Cristo se convierten para nosotros en un "año de gracia del Señor ". Durante el período del Jubileo, cada uno está llamado a sincronizar el tiempo del propio corazón, único e irrepetible, con el tiempo del corazón misericordioso de Dios, siempre dispuesto a acompañar a cada uno a su propio ritmo hacia la salvación. Aunque la condición carcelaria tiene a veces el riesgo de despersonalizar al individuo, privándolo de tantas posibilidades de expresarse a sí mismo públicamente, todos han de recordar que delante de Dios no es así: el Jubileo es el tiempo de la persona, el tiempo en el cual cada uno es él mismo delante de Dios, a su imagen y semejanza. Y cada uno está llamado a acelerar su paso hacia la salvación y progresar en el descubrimiento gradual de la verdad sobre sí mismo. 4. El Jubileo no quiere dejar las cosas como están. El año jubilar del Antiguo Testamento debía " devolver la igualdad entre todos los hijos de Israel, abriendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal " (Carta ap. Tertio millennio adveniente, 13). La perspectiva que el Jubileo abre a cada uno es, pues, una ocasión que no se ha de desperdiciar. Es preciso aprovechar el Año Santo para remediar eventuales injusticias, para subsanar cualquier exceso, para recuperar lo que de otro modo se perdería. Y si esto vale para cualquier experiencia humana, que se puede mejorar, con mayor razón se aplica a la experiencia de la cárcel, donde las situaciones que se crean son particularmente delicadas. Pero el Jubileo no nos impulsa solamente a disponernos para medidas que reparen las situaciones de injusticia. Su significado es también positivo. Al igual que la misericordia de Dios, siempre nueva en sus formas, abre nuevas posibilidades de crecimiento en el bien, celebrar el Jubileo significa también esforzarse en crear nuevas ocasiones de recuperación para cada situación personal y social, aunque aparentemente parezca irremediablemente comprometida. Todo esto es aún más evidente para la realidad carcelaria: abstenerse de acciones promocionales en favor del recluso significaría reducir la prisión a mera retorsión social, haciéndola solamente odiosa. 5. Si la celebración del Gran Jubileo es para los encarcelados una oportunidad para reflexionar sobre su condición, lo mismo se puede decir para toda sociedad civil que se enfrenta cada día a la delincuencia, para las autoridades encargadas de mantener el orden público y favorecer el bien común, y para los juristas llamados a reflexionar sobre el sentido de la pena y abrir nuevos horizontes para la colectividad. El tema ha sido afrontado otras veces a lo largo de la historia y se han hecho muchos progresos, tratando de adecuar el sistema penal tanto a la dignidad de la persona humana como a la garantía efectiva del mantenimiento del orden público. Pero los inconvenientes y las dificultades vividas en el complejo mundo de la justicia y, más aún, el sufrimiento que hay en las cárceles, manifiestan que todavía queda mucho por hacer. Estamos lejos aún del momento en que nuestra conciencia pueda permanecer tranquila de haber hecho todo lo posible para prevenir la delincuencia y reprimirla eficazmente, de modo que no siga perjudicando y, al mismo tiempo, ofrecer a quien delinque un camino de rehabilitación y de reinserción positiva en la sociedad. Si todos los que, por diversos títulos, están implicados en el problema quisieran aprovechar la ocasión que ofrece el Jubileo para desarrollar esta reflexión, tal vez toda la humanidad podría dar un gran paso adelante hacia una vida social más serena y pacífica. La prisión como castigo es tan antigua como la historia del hombre. En muchos Países las cárceles están superpobladas. Hay algunas que disponen de ciertas comodidades, pero en otras las condiciones de vida son muy precarias, por no decir indignas del ser humano. Los datos que están a la vista de todos nos dicen que, en general, esta forma de castigo sólo en parte logra hacer frente al fenómeno de la delincuencia. Más aún, en algunos casos, los problemas que crea parecen ser mayores que los que intenta resolver. Esto exige un replanteamiento de cara a una cierta revisión: también desde este punto de vista el Jubileo es una ocasión que no se ha de desperdiciar. Según el designio de Dios, todos deben asumir su propio papel para colaborar a la construcción de una sociedad mejor. Evidentemente esto conlleva un gran esfuerzo incluso en lo que se refiere a la prevención del delito. Cuando, a pesar de todo, se comete el delito, la colaboración al bien común se traduce para cada uno, dentro de los límites de su competencia, en el compromiso de contribuir al establecimiento de procesos de redención y de crecimiento personal y comunitario fundados en la responsabilidad. Todo esto no debe considerarse como una utopía. Los que pueden deben esforzarse en dar forma jurídica a estos fines. 6. En esta línea, por tanto, es de desear un cambio de mentalidad que ayude a favorecer una conveniente adaptación de las instituciones jurídicas. Ello supone, como es obvio, un amplio consenso social y especiales competencias técnicas. En este sentido, llega un llamamiento enérgico desde innumerables cárceles diseminadas por todo el mundo, donde están segregados millones de hermanos y hermanas nuestros. Ellos reclaman sobre todo una adecuación de las estructuras carcelarias y a veces también una revisión de la legislación penal. Deberían abolirse finalmente de las legislaciones de los Estados aquellas normas contrarias a la dignidad y a los derechos fundamentales del hombre, como también las leyes que obstaculizan el ejercicio de la libertad religiosa para los detenidos. Deben revisarse también los reglamentos penitenciarios que no prestan suficiente atención a los enfermos graves o terminales; igualmente, se deben potenciar las instituciones destinadas a la tutela legal de los más pobres. Pero, incluso en los casos en los que la legislación es satisfactoria, muchos sufrimientos de los detenidos provienen de otros factores concretos. Pienso, en particular, en las condiciones precarias de los lugares de reclusión en los que los encarcelados se ven obligados a vivir, así como a las vejaciones infligidas a veces a los presos por discriminaciones motivadas por razones étnicas, sociales, económicas, sexuales, políticas y religiosas. En ocasiones, la cárcel se convierte en un lugar de violencia parangonable a los ambientes de los que frecuentemente provienen los encarcelados. Esto hace inútil, como es evidente, todo intento educativo de las medidas de reclusión. Los encarcelados se enfrentan también con otras dificultades, como los obstáculos para poder mantener contactos regulares con su familia y los seres queridos, y carencias graves se encuentran a menudo en las estructuras que deberían ayudar a quien sale de la prisión, acompañándolo en su nueva inserción social. Llamada a los Gobernantes 7. El Gran Jubileo del Año 2000 sigue la tradición de los Años Jubilares que lo han precedido. La celebración del Año Santo ha sido siempre para la Iglesia y para el mundo una ocasión para hacer algo en favor de la justicia, a la luz del Evangelio. Estos acontecimientos se han convertido así para la comunidad en un estímulo para revisar la justicia humana según la justicia de Dios. Sólo una valoración serena del funcionamiento de las instituciones penales, una sincera reflexión sobre los fines que la sociedad se propone para afrontar la criminalidad, una valoración seria de los medios usados para estos objetivos han llevado, y podrán aún llevar, a concretar las enmiendas que sean necesarias. No se trata de aplicar casi automáticamente o de modo puramente decorativo medidas de clemencia meramente formales, de manera que, acabado el Jubileo, todo vuelva a ser como antes. Se trata, por el contrario, de poner en marcha iniciativas que sean un punto de partida válido para una renovación auténtica tanto de la mentalidad como de las instituciones. En este sentido, los Estados y los Gobiernos que estén revisando su sistema carcelario o tengan el proyecto de hacerlo, para adecuarlo cada vez más a las exigencias de la persona humana, merecen ser animados a continuar en una obra tan importante, teniendo también en cuenta un recurso más frecuente a penas que no priven de la libertad. Para hacer mas humana la vida en la cárcel, es muy importante prever iniciativas concretas que permitan a los detenidos desarrollar, en cuanto sea posible, actividades laborales capaces de sacarlos del empobrecimiento del ocio. Así se les podrá introducir en procesos formativos que faciliten su reinserción en el mundo del trabajo al final de la pena. No hay que descuidar, además, el acompañamiento psicológico que puede servir para resolver aspectos problemáticos de la personalidad. La cárcel no debe ser un lugar de deseducación, de ocio y tal vez de vicio, sino de redención. Para alcanzar este objetivo será seguramente útil ofrecer a los reclusos la posibilidad de profundizar su relación con Dios, como también de involucrarlos en proyectos de solidaridad y de caridad. Esto contribuirá a acelerar su recuperación social, llevando al mismo tiempo el ambiente carcelario a condiciones más vivibles. En el marco de estas propuestas abiertas al futuro, y continuando una tradición instaurada por mis Predecesores con ocasión de los Años Santos, me dirijo con confianza a los Responsables de los Estados para implorar una señal de clemencia en favor de todos los encarcelados: una reducción, aunque fuera modesta, de la pena sería para ellos una clara expresión de sensibilidad hacia su condición, que provocaría sin duda ecos favorables, animándolos en el esfuerzo de arrepentimiento por el mal cometido y favoreciendo el cambio de su conducta personal. La acogida de esta propuesta por parte de las Autoridades competentes, a la vez que animaría a los detenidos a mirar al futuro con renovada esperanza, sería también un signo elocuente de la progresiva afirmación de una justicia más verdadera en el mundo que se abre al Tercer Milenio cristiano, porque estaría abierta a la fuerza liberadora del amor. Invoco las bendiciones del Señor sobre todos los que tienen la responsabilidad de administrar la justicia en la sociedad, así como sobre quienes se encuentran bajo el rigor de la ley. Quiera Dios ser generoso en dar su luz a cada uno y colmar a todos con sus dones celestiales. A los reclusos y a las reclusas de todas las partes del mundo les aseguro mi cercanía espiritual, saludando a todos con un abrazo espiritual como hermanos y hermanas en humanidad. (Vaticano, 24 de junio de 2000). Este Noticiario Nº112 /IIIº AÑO (Semana del 30 DE JUNIO AL 6 DE JULIO DEL 2000. El Noticiario fue cerrado a Ciudad del Vaticano el Jueves 6 de Julio del 2000 a las 12.30 PM. EL BUZÓN DEL NOTICIARIO. Quién lo desea, personas, organismos o instituciones eclesiales y religiosas puede enviar material informativo a: Luis Badilla Morales: hispano@vatiradio.va NOTA - Según las normas internacionales sobre propiedad intelectual y los derechos de autor recordamos a nuestros lectores que los contenidos del Noticiario Semanal E-mail en español de Radio pueden ser reproducidos total o parcialmente citando la fuente.
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