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Sumario del 25/06/2016

Pedro en diálogo con las culturas

Hacia el encuentro

Para el mundo

Pedro en diálogo con las culturas



Reconstruirán sobre ruinas, renovarán ciudades devastadas, el Papa en la Misa en Armenia

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(RV).- En el segundo día de su peregrinación misionera en Armenia, Francisco retomó las palabras de Isaías “Reconstruirán sobre ruinas antiguas […] renovarán ciudades devastadas” (Is 61,4), para expresar: "podemos decir que se han cumplido las palabras del profeta Isaías que hemos escuchado. Después de la terrible devastación del terremoto, estamos hoy aquí para dar gracias a Dios por todo lo que ha sido reconstruido”.

Inmediatamente después de su visita al Memorial Tzitzernakaberd, donde los Armenios honran a las víctimas inocentes del “Gran mal”  -y donde se vio al Obispo de Roma en profunda actitud de respeto y de oración-, en la Eucaristía que celebrada en Gyumri, Francisco reflexionó: “también podríamos preguntarnos: ¿Qué es lo que el Señor quiere que construyamos hoy en la vida?, y ante todo: ¿Sobre qué cimiento quiere que construyamos nuestras vidas?” Y respondió proponiendo tres bases estables sobre las que edificar y reconstruir incansablemente la vida cristiana: La memoria, la fe, el amor misericordioso.

En parte de su homilía el Papa manifestó: “Es bueno que revivamos todos los días este encuentro vivo con el Señor. Nos vendrá bien leer la Palabra de Dios y abrirnos a su amor en el silencio de la oración. Nos vendrá bien dejar que el encuentro con la ternura del Señor ilumine el corazón de alegría: una alegría más fuerte que la tristeza, una alegría que resiste incluso ante el dolor, transformándose en paz. Todo esto renueva la vida, que  se vuelva libre y dócil a las sorpresas, lista y disponible para el Señor y para los demás. También puede suceder que Jesús llame para seguirlo más de cerca, para entregar la vida por él y por los hermanos: cuando os invite, especialmente a vosotros jóvenes, no tengáis miedo, dadle vuestro «sí». Él nos conoce, nos ama de verdad, y desea liberar nuestro corazón del peso del miedo y del orgullo. Dejándole entrar, seremos capaces de irradiar amor. De esta manera, podréis dar continuación a vuestra gran historia de evangelización, que la Iglesia y el mundo necesitan en esta época difícil, pero que es también tiempo de misericordia". jesuita Guillermo Ortiz, RADIO VATICANA

Audio y texto completo de la homilia pronunciada por el Papa Francisco en la misa del 25 de junio en Armenia 

(Radio Vaticana) “Reconstruirán sobre ruinas antiguas […] renovarán ciudades devastadas” (Is 61,4). En estos lugares, queridos hermanos y hermanas, podemos decir que se han cumplido las palabras del profeta Isaías que hemos escuchado. Después de la terrible devastación del terremoto, estamos hoy aquí para dar gracias a Dios por todo lo que ha sido reconstruido.

        Pero también podríamos preguntarnos: ¿Qué es lo que el Señor quiere que construyamos hoy en la vida?, y ante todo: ¿Sobre qué cimiento quiere que construyamos nuestras vidas? Quisiera responder a estas preguntas proponiendo tres bases estables sobre las que edificar y reconstruir incansablemente la vida cristiana.

        La primera base es la memoria. Una gracia que tenemos que pedir es la de saber recuperar la memoria, la memoria de lo que el Señor ha hecho en nosotros y por nosotros: recordar que, como dice el Evangelio de hoy, él no nos ha olvidado, sino que se «acuerda» (cf. Lc 1,72) de nosotros: nos ha elegido, amado, llamado y perdonado; hay momentos importantes de nuestra historia personal de amor con él que debemos reavivar con la mente y el corazón. Pero hay también otra memoria que se ha de custodiar: la memoria del pueblo. Los pueblos, en efecto, tienen una memoria, como las personas. Y la memoria de vuestro pueblo es muy antigua y valiosa. En vuestras voces resuenan la de los santos sabios del pasado; en vuestras palabras se oye el eco del que ha creado vuestro alfabeto con el fin de anunciar la Palabra de Dios; en vuestros cantos se mezclan los llantos y las alegrías de vuestra historia. Pensando en todo esto, podéis reconocer sin duda la presencia de Dios: él no os ha dejado solos. Incluso en medio de tremendas dificultades, podríamos decir con el Evangelio de hoy que el Señor ha visitado a su pueblo (cf. Lc 1,68): se ha acordado de vuestra fidelidad al Evangelio, de las primicias de vuestra fe, de todos los que han dado testimonio, aun a costa de la sangre, de que el amor de Dios vale más que la vida (cf. Sal 63,4). Qué bueno es recordar con gratitud que la fe cristiana se ha convertido en el aliento de vuestro pueblo y el corazón de su memoria.

        La fe es también la esperanza para vuestro futuro, la luz en el camino de la vida, y es la segunda base de la que quisiera hablaros. Existe siempre un peligro que puede ensombrecer la luz de la fe: es la tentación de considerarla como algo del pasado, como algo importante, pero perteneciente a otra época, como si la fe fuera un libro miniado para conservar en un museo. Sin embargo, si se la relega a los anales de la historia, la fe pierde su fuerza transformadora, su intensa belleza, su apertura positiva a todos. La fe, en cambio, nace y renace en el encuentro vivificante con Jesús, en la experiencia de su misericordia que ilumina todas las situaciones de la vida. Es bueno que revivamos todos los días este encuentro vivo con el Señor. Nos vendrá bien leer la Palabra de Dios y abrirnos a su amor en el silencio de la oración. Nos vendrá bien dejar que el encuentro con la ternura del Señor ilumine el corazón de alegría: una alegría más fuerte que la tristeza, una alegría que resiste incluso ante el dolor, transformándose en paz. Todo esto renueva la vida, que  se vuelve libre y dócil a las sorpresas, lista y disponible para el Señor y para los demás. También puede suceder que Jesús llame para seguirlo más de cerca, para entregar la vida por él y por los hermanos: cuando os invite, especialmente a vosotros jóvenes, no tengáis miedo, dadle vuestro «sí». Él nos conoce, nos ama de verdad, y desea liberar nuestro corazón del peso del miedo y del orgullo. Dejándole entrar, seremos capaces de irradiar amor. De esta manera, podréis dar continuación a vuestra gran historia de evangelización, que la Iglesia y el mundo necesitan en esta época difícil, pero que es también tiempo de misericordia.

        La tercera base, después de la memoria y de la fe, es el amor misericordioso: la vida del discípulo de Jesús se basa en esta roca, la roca del amor recibido de Dios y ofrecido al prójimo. El rostro de la Iglesia se rejuvenece y se vuelve atractivo viviendo la caridad. El amor concreto es la tarjeta de visita del cristiano: otras formas de presentarse son engañosas e incluso inútiles, porque todos conocerán que somos sus discípulos si nos amamos unos a otros (cf. Jn 13,35). Estamos llamados ante todo a construir y reconstruir, sin desfallecer, caminos de comunión, a construir puentes de unión y superar las barreras que separan. Que los creyentes den siempre ejemplo, colaborando entre ellos con respeto mutuo y con diálogo, a sabiendas de que «la única competición posible entre los discípulos del Señor es buscar quién es capaz de ofrecer el amor más grande» (Juan Pablo II, Homilía, 27 septiembre 2001).

        El profeta Isaías, en la primera lectura, nos ha recordado que el espíritu del Señor está siempre con el que lleva la buena noticia a los pobres, cura los corazones desgarrados y consuela a los afligidos (cf. 61,1-2). Dios habita en el corazón del que ama; Dios habita donde se ama, especialmente donde se atiende, con fuerza y compasión, a los débiles y a los pobres. Hay mucha necesidad de esto: se necesitan cristianos que no se dejen abatir por el cansancio y no se desanimen ante la adversidad, sino que estén disponibles y abiertos, dispuestos a servir; se necesitan hombres de buena voluntad, que con hechos y no sólo con palabras ayuden a los hermanos y hermanas en dificultad; se necesitan sociedades más justas, en las que cada uno tenga una vida digna y ante todo un trabajo justamente retribuido.

        Tal vez podríamos preguntarnos: ¿Cómo se puede ser misericordiosos con todos los defectos y miserias que cada uno ve dentro de sí y a su alrededor? Quiero fijarme en el ejemplo concreto de un gran heraldo de la misericordia divina, cuya figura he querido resaltar declarándolo Doctor de la Iglesia universal: san Gregorio de Narek, palabra y voz de Armenia. Nadie como él ha sabido penetrar en el abismo de miseria que puede anidar en el corazón humano. Sin embargo, él ha puesto siempre en relación las miserias humanas con la misericordia de Dios, elevando una súplica insistente hecha de lágrimas y confianza en el Señor, «dador de los dones, bondad por naturaleza […], voz de consolación, noticia de consuelo, impulso de gozo, […] ternura inigualable, misericordia desbordante, […] beso salvífico» (Libro de las Lamentaciones, 3,1), con la seguridad de que «la luz de [su] misericordia nunca será oscurecida por las tinieblas de la rabia» (ibíd., 16,1). Gregorio de Narek es un maestro de vida, porque nos enseña que lo más importante es reconocerse necesitados de misericordia y después, frente a la miseria y las heridas que vemos, no encerrarnos en nosotros mismos, sino abrirnos con sinceridad y confianza al Señor, «Dios cercano, ternura de bondad» (ibíd., 17,2), «lleno de amor por el hombre, […] fuego que consume los abrojos del pecado» (ibíd., 16,2).

        Por último, me gustaría invocar con sus palabras la misericordia divina y el don de no cansarse nunca de amar: Espíritu Santo, «poderoso protector, intercesor y pacificador, te dirigimos nuestras súplicas [...] Concédenos la gracia de animarnos a la caridad y a las buenas obras [...] Espíritu de mansedumbre, de compasión, de amor al hombre y de misericordia, [...] tú que eres todo misericordia, [...] ten piedad de nosotros, Señor Dios nuestro, según tu gran misericordia» (Himno de Pentecostés).

Texto completo de las palabras del Papa al final de la misa

Al final de esta celebración, deseo expresar vivo agradecimiento al Catholicós Karekin II y al Arzobispo Minassian por las amables palabras que me han dirigido, así como al Patriarca Ghabroyan y a los obispos presentes, a los sacerdotes y a las autoridades que nos han recibido.

Doy las gracias a todos los que habéis participado, viniendo a Gyumri incluso de diferentes regiones y de la vecina Georgia. Quisiera saludar en particular a los que con tanta generosidad y amor concreto ayudan a los necesitados. Pienso especialmente en el hospital de Ashotsk, inaugurado hace veinticinco años, y conocido como el «Hospital del Papa»: nacido del corazón de san Juan Pablo II, sigue siendo una presencia muy importante y cercana a los que sufren; pienso en las obras que llevan a cabo la comunidad católica local, las Hermanas Armenias de la Inmaculada Concepción y las Misioneras de la Caridad de la beata Madre Teresa de Calcuta.

Que la Virgen María, nuestra Madre, os acompañe siempre y guíe los pasos de todos en el camino de la fraternidad y de la paz.

 

 

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El Papa visita el Memorial de Tzitzernakaberd y reza por las víctimas del "Gran Mal"

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(RV).- A casi 15 años de la visita de san Juan Pablo II, también Francisco se hace peregrino a la tierra oriental de Armenia, la primera entre las naciones que acogió el Evangelio de Jesús. El segundo día del 14 Viaje Apostólico vio al Santo Padre dirigirse muy temprano para uno de los eventos centrales de esta peregrinación: la visita al Memorial de Tzitzernakaberd en Erevan, capital de Armenia, tal como lo hiciera su amado predecesor en 2001.

El Memorial recuerda las víctimas de la matanza perpetrada por el gobierno de los “Jóvenes Turcos” del imperio otomano en 1915. Fue inaugurado el 29 de noviembre de 1967 y es un lugar de peregrinación para los armenios de todo el mundo que cada 24 de abril, día de duelo nacional declarado festivo, se dirigen allí para conmemorar a las víctimas del "Metz Yeghern" perpetrado entre el 1915 y el 1923.

La construcción de la obra comenzó en 1966 (durante la época soviética) y es de alguna manera ‘fruto de las protestas’ de Ereván de 1965, en la que más de un millón de personas manifestaron durante 24 horas para conmemorar el quincuagésimo aniversario del Gran Mal.

El memorial comprende tres partes, el muro de la memoria, el mausoleo, y la estela. La estela de 44 metros de altura está realizada en basalto, y apuntando al cielo simboliza el renacer de los armenios. Se encuentra al lado de las doce grandes losas, también realizadas en basalto gris y dispuestas en un círculo, las cuales representan las doce provincias perdidas en el actual territorio de Turquía. En el centro de las mismas, a una profundidad de 1,5 metros, se encuentra la llama eterna, signo de duelo. El muro que se extiende por cien metros a lo largo de la calle de acceso al Memorial lleva inscriptos los nombres de las ciudades y aldeas armenias en las cuales fueron ejecutadas las matanzas. Cerca del museo, inaugurado en el 1995, hay abetos plantados por diferentes personalidades en memoria y reconocimiento del genocidio.

En este lugar conmemorativo del Gran Mal, el Papa Francisco y el Catholicòs Armenio Apostólico fueron recibidos por el Presidente de la República, Serzh Sargsyan. Presentes también allí, jóvenes y niños y algunos descendientes de los cuatrocientos niños que desde el 1919 y por diversos meses, fueron acogidos y acudidos en Castel Gandolfo en los tiempos de Papa Benedicto XV y de Papa Pío XI.

Luego de haber depositado un homenaje floral, en un clima de intenso recogimiento en memoria de las víctimas, tuvo lugar una breve ceremonia religiosa que culminó con la oración final del Papa Francisco: “Cristo, que coronas a tus santos y cumples la voluntad de tus fieles y miras con amor y dulzura a tus criaturas, escúchanos desde los cielos de la santidad, por la intercesión de la Santa Madre de Dios por las súplicas de todos tus Santos y de quienes hoy es la memoria, Escúchanos, Señor, y ten piedad, perdónanos y expía nuestros pecados. Haznos dignos de glorificarte, con sentimientos de agradecimiento, junto al Padre y al Espíritu Santo, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Después del rezo del Padre Nuestro y de la bendición conjunta, la firma del Libro de Oro en el Museo del Memorial:

"Aquí rezo, con dolor en el corazón, para que nunca más haya tragedias como ésta, para que la humanidad no olvide y sepa vencer con bien el mal; Dios conceda al amado pueblo armenio y al mundo entero paz y consuelo".

"Que Dios custodie la memoria del pueblo armenio. La memoria no debe ser diluida ni olvidada; la memoria es fuente de paz y de futuro".

(Griselda Mutual – Radio Vaticano)

 

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Papa a las Autoridades armenias: “es vital aislar a quien usa la religión para llevar a cabo la guerra"

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(RV).- Papa Francisco comenzó su discurso ante las Autoridades Políticas, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático de Armenia en el Palacio Presidencial de Ereván, destacando “la profundidad de la historia del país y la belleza de su naturaleza”. Después de saludar al Presidente de Armenia, Serj Sarkissian y de agradecerle su invitación al país caucásico, añadió que ésta era la ocasión para devolver la visita que ya hicieron las autoridades armenias el año pasado a Roma, cuando se celebró en la Basílica de San Pedro la misa por el centenario del Metz Yeghèrn, el “Gran Mal”, de 1915. “Aquella tragedia, por desgracia, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo la aniquilación de poblaciones enteras”, aseguró el Santo Padre.

Y en este sentido, la persecución cristiana que se ha vivido a los largo de la historia del mundo y que se sufre todavía activamente en muchos países, fue una parte importante del discurso del Papa Francisco. “Es indispensable que los responsables del destino de las naciones pongan en marcha, con valor y sin demora, iniciativas dirigidas a poner fin a este sufrimiento, y que tengan como objetivo primario la búsqueda de la paz, la defensa y la acogida de los que son objeto de ataques y persecuciones, la promoción de la justicia y de un desarrollo sostenible”.

Armenia ha sufrido a lo largo de su historia esta situación en primera persona y ahora ayuda activamente a los miles de ciudadanos sirios que han huido de su país por la guerra. Es por eso que el Obispo de Roma valora su actitud ante esta realidad, “animo a que no dejen de ofrecer su valiosa colaboración a la comunidad internacional”. Y aseguró que es “vital” que todos los que todos los que confiesan su fe en Dios unan sus fuerzas para “aislar a quien usa la religión para llevar a cabo proyectos de guerra, de opresión y de persecución violenta”.

Finalmente Papa Francisco recordó que la Iglesia Católica a pesar de estar presente en el país con recursos “humanos limitados”, contribuye en la ayuda dirigida a los más débiles tanto en el campo sanitario,  educativo y en la caridad, “como lo demuestra el trabajo realizado desde hace veinticinco años el hospital «Redemptoris Mater», en Ashotzk, las actividades del Instituto educativo a Ereván, las iniciativas de Cáritas Armenia y las obras gestionadas por las Congregaciones religiosas”.

(MZ-RV)

Discurso del Papa:

 

Señor Presidente,

Excelentísimas Autoridades,

Ilustrísimos miembros del Cuerpo Diplomático,

Señoras y señores:

Es para mí un motivo de gran alegría estar aquí y pisar el suelo de esta tierra Armenia tan querida; visitar un pueblo de ricas y antiguas tradiciones, que ha testimoniado valientemente su fe, que ha sufrido mucho, pero que siempre ha vuelto a renacer.

«Nuestro cielo turquesa, el agua limpia, el lago de luz, el sol en verano y en invierno el fiero bóreas, [...] la piedra de los milenios, [...] los libros grabados con el estilo, que se convierten en oración» (Yeghishe Charents, Oda a Armenia). Estas son algunas de las impresionantes imágenes que un ilustre poeta vuestro nos ofrece para entender la profundidad de la historia y la belleza de la naturaleza de Armenia. En pocas palabras se expresa el eco y la hondura de la experiencia gloriosa y dramática de un pueblo y su conmovedor amor por la patria.

Señor Presidente, le agradezco vivamente sus gentiles palabras de bienvenida, que me ha dirigido en nombre del Gobierno y de los habitantes de Armenia, así como su amable invitación que me consiente devolverle la visita que usted realizó el año pasado al Vaticano, cuando participó en la solemne celebración en la Basílica de San Pedro, junto con Su Santidad Karekin II, Patriarca Supremo y Catholicós de Todos los Armenios, y Aram I, Catholicós de la Gran Casa de Cilicia, y Su Beatitud Nerses Bedros XIX, Patriarca de Cilicia de los Armenios, recientemente desaparecido. En aquella ocasión se recordó el centenario del Metz Yeghérn, el «Gran Mal», que azotó a vuestro pueblo y causó la muerte de una gran multitud de personas. Aquella tragedia, aquel genocidio, por desgracia, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo la aniquilación de poblaciones enteras. Es tan triste que -tanto en éste como en los otros dos- las grandes potencias internacionales miraban hacia otro lado. 

Rindo homenaje al pueblo armenio, que, iluminado por la luz del Evangelio incluso en los momentos más trágicos de su historia, siempre ha encontrado en la cruz y en la resurrección de Cristo la fuerza para levantarse de nuevo y reemprender el camino con dignidad. Esto revela la profundidad de las raíces de su fe cristiana y el inmenso tesoro de consuelo y de esperanza que contiene. Teniendo ante los ojos los terribles efectos que en el siglo pasado causaron el odio, los prejuicios y el deseo desenfrenado de poder, espero sinceramente que la humanidad sea capaz de aprender de esas trágicas experiencias a actuar con responsabilidad y sabiduría para evitar el peligro de volver a caer en tales horrores. Que todos multipliquen sus esfuerzos para que en las disputas internacionales prevalezca siempre el diálogo, la búsqueda constante y auténtica de la paz, la cooperación entre los Estados y el compromiso inquebrantable de las organizaciones internacionales para crear un clima de confianza que favorezca el logro de acuerdos permanentes, que miren al futuro.

La Iglesia Católica desea cooperar activamente con todos los que se preocupan por el destino de la humanidad y el respeto de los derechos humanos, para que en el mundo prevalezcan los valores espirituales, desenmascarando a todos los que desfiguran su sentido y su belleza. A este respecto, es vital que todos los que confiesan su fe en Dios unan sus fuerzas para aislar a quien se sirva de la religión para llevar a cabo proyectos de guerra, de opresión y de persecución violenta, instrumentalizando y manipulando el santo nombre Dios.

En la actualidad, igual e incluso tal vez más que en la época de los primeros mártires, los cristianos son discriminados y perseguidos en algunos lugares por el mero hecho de profesar su fe, mientras que en diversas zonas del mundo no se encuentra solución satisfactoria a muchos conflictos, causando dolor, destrucción y el desplazamiento forzado de poblaciones enteras. Es indispensable, por tanto, que los responsables del destino de las naciones pongan en marcha, con valor y sin demora, iniciativas dirigidas a poner fin a este sufrimiento, y que tengan como objetivo primario la búsqueda de la paz, la defensa y la acogida de los que son objeto de ataques y persecuciones, la promoción de la justicia y de un desarrollo sostenible. El pueblo armenio ha experimentado estas situaciones en primera persona; conoce el sufrimiento y el dolor, conoce la persecución; conserva en su memoria, no sólo las heridas del pasado, sino también el espíritu que le ha permitido empezar siempre de nuevo. Así pues, lo animo a no dejar de ofrecer su valiosa colaboración a la comunidad internacional.

Este año se cumple el 25 aniversario de la independencia de Armenia. Es un evento para alegrarse y una ocasión para rememorar lo conseguido y proponerse nuevas metas. Las celebraciones por este feliz aniversario serán mucho más significativas si se convierten para todos los armenios, en la Patria y en la diáspora, en un momento especial para reunir y coordinar las energías, con el fin de promover un desarrollo civil y social del País, justo e inclusivo. Se trata de vigilar constantemente para que no se dejen de cumplir los imperativos morales de una justicia igual para todos y de solidaridad con los más débiles y desfavorecidos (cf. Juan Pablo II, Discurso de despedida de Armenia, 27 septiembre 2001). La historia de vuestro país está unida a su identidad cristiana, custodiada durante siglos. Esta identidad, en vez de ser un obstáculo para una sana laicidad del Estado, más bien la reclama y la alimenta, favoreciendo participación ciudadana de todos los miembros de la sociedad, la libertad religiosa y el respeto a las minorías. La cohesión de todos los armenios, y el creciente esfuerzo por encontrar caminos que ayuden a superar las tensiones con algunos países vecinos, hará que sea más fácil lograr estos importantes objetivos, inaugurando para Armenia una época de auténtico renacimiento.

La Iglesia Católica, por su parte, a pesar de estar presente en el país con recursos humanos limitados, se complace en ofrecer su contribución al crecimiento de la sociedad, sobre todo con su actividad orientada hacia los más débiles y los más pobres, en el campo sanitario y educativo, y concretamente en el de la caridad, como lo demuestra el trabajo realizado desde hace veinticinco años por el hospital «Redemptoris Mater», en Ashotzk, las actividades del Instituto educativo a Ereván, las iniciativas de Caritas Armenia y las obras gestionadas por las Congregaciones religiosas.

Dios bendiga y proteja a Armenia, tierra iluminada por la fe, por el valor de los mártires, por la esperanza, que es más fuerte que cualquier sufrimiento.

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Hacia el encuentro



La unidad es un hecho en el “Ecumenismo de la sangre”, insiste el Papa

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REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz 

Jesús mismo ruega al Padre Dios en la Ultima Cena por la unidad de los cristianos, como una condición esencial para que el mundo crea. “Que todos sean uno para que el mundo crea” (Juan 17,21). En 2 mil años se han producido divisiones, que ponen a la Iglesia Católica en el empeño por la unidad, sobre todo con el Concilio Vaticano II, el trabajo del Diálogo Ecuménico.

Papa Francisco, que sostiene que “la realidad es superior a la idea”, afirma que la sangre de los mártires de una y otra tradición nos une fuertemente. Porque antes de matarlos no les preguntaron si eran evangélicos, ortodoxos, luteranos, católicos, apostólicos. Los mataron por ser cristianos. “Los mártires y los santos de todas las tradiciones eclesiales ya son uno en Cristo…” (Mayo de 2015, video mensaje al Encuentro de diálogo y oración en Phoenix, Estados Unidos).

El viaje del Obispo de Roma a Armenia está signado por esta convicción. Cuando masacraron al pueblo armenio, no preguntaron si aceptaban o no el Concilio de Calcedonia, digo yo. Los mataron por creer en Jesús. Francisco explica: “Esto nos tiene que animar a hacer lo que estamos haciendo hoy: orar, hablar entre nosotros, acortar distancias, hermanarnos cada vez más”. @jesuitaguillo

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El Santo Padre aseguró sentirse “feliz” por la noticia de la paz en Colombia

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(RV).- Durante el vuelo de Roma a Ereván, el Papa Francisco habló con los periodistas que también se encontraban a bordo, sobre dos temas de actualidad: la paz firmada por el Gobierno de Colombia y las FARC y el referéndum de Gran Bretaña en el que se votaba si salir o no de la Unión Europea.

Así, el Obispo de Roma aseguró sentirse “feliz” por la noticia de la paz en Colombia. “Ha sido una buena noticia y deseo que los países que han trabajado para hacer la paz y que dan la garantía para que esto vaya adelante, blinden esto hasta tal punto que nunca se pueda volver, ni desde dentro ni desde fuera, a un estado de guerra”.

Sobre la actualidad inglesa y el referéndum Brexit, el Santo Padre ha indicado que ha conocido el resultado final estando ya en el avión ya que cuando ha salido “de casa todavía no era definitivo”. Así mismo observó que “ha sido la voluntad expresada por el pueblo y esto requiere de todos nosotros una gran responsabilidad para garantizar el bien del pueblo del Reino Unido y también el bien y la convivencia de todo el continente europeo. Así lo espero”.  

(MZ-RV)

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Para el mundo



Fortalecer la catequesis y el intercambio. Mons. Mario Moronta para Radio Occidente

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(RV).- La necesidad de fortalecer la catequesis, el intercambio, y de seguir motivando el diálogo a nivel nacional, son los puntos que destaca Monseñor Baltasar Porras ante el micrófono de Efraín Pereira de Radio Occidente 1100 AM, acerca del reciente Encuentro Provincial de Obispos de la Región Andina del Venezuela, en el que también estuvieron presentes los responsables de catequesis de las diversas diócesis andinas y vicarios pastorales, y con el cual se intentó intercambiar, planificar y animar una pastoral orgánica que responda a las necesidades de todos.  

En el servicio de Radio Occidente, Monseñor Mario Moronta señala la importancia de la iniciativa inspirada en el Año de la Misericordia, útil para reforzar la comunión y la cooperación pastoral: “Los obispos hemos hablado de la necesidad de fortalecer la catequesis y el intercambio, y seguir motivando el diálogo a nivel nacional”, afirma.

"Radio Occidente 1100 AM" nace el 08 de septiembre del año 1961, de la mano del Pbro. Eustorgio Rivas. La Emisora con sede en la Ciudad de Tovar del Estado Mérida es una Radio del pueblo y para el pueblo que ha motivado y acompañado procesos de evangelización y organización comunitaria.

En la segunda parte del programa escuchamos los testimonios de los participantes en el Congreso Eucarístico Nacional en Argentina, que se llevó a cabo del 16 al 19 de junio y que reunió cerca de 40.000 personas entre congresistas y peregrinos, gentileza de María del Pilar Paz Figueroa.

(Griselda Mutual - Radio Vaticano)

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Acompaña al Papa Francisco en su Viaje a Armenia junto a Radio Vaticana

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(RV).- «Como siervo del Evangelio y mensajero de paz deseo ir entre ustedes, para apoyar todo esfuerzo sobre el camino de la paz. Voy a su tierra bendita para reforzar nuestra comunión, avanzar sobre el camino de la reconciliación y dejarnos animar por la esperanza». Con estas palabras el Papa Francisco explica al pueblo armenio en su video mensaje publicado la tarde del miércoles 22 de junio, el motivo de su Viaje Apostólico a esta tierra, que tiene lugar del 24 al 26 de junio de 2016«Voy como peregrino, en este Año Jubilar, para prestar atención a la sabiduría antigua de vuestro pueblo y beber de las fuentes de vuestra fe, rocosa como vuestras famosas cruces esculpidas en la piedra», añade el Pontífice.

Se trata de una «visita al primer país cristiano», tal y como dice el lema del viaje ya que en el año 301, gracias a la acción evangelizadora de San Gregorio el Iluminador, fue el primero en adoptarla como religión oficial. Este viernes inicia por tanto el 14º viaje internacional del pontificado de Francisco, el país número 22 que visita.

Como en cada Viaje Apostólico, Radio Vaticana ofrece a sus oyentes una intensa cobertura de todos los acontecimientos más importantes en programación. En nuestra página Web encontrarán disponibles todos los artículos y noticias informando sobre los momentos clave de esta visita papal que se produce en el marco del Año Jubilar de la Misericordia. En este enlace, podrán también seguir en directo nuestras radio crónicas en las que retransmitiremos la Voz del Papa con los comentarios en español. Se recomienda su visualización mediante los servidores Explorer y Mozilla.

Igualmente Radio Vaticana está presente en las Redes Sociales, en Facebook, Twitter y Pinterest, donde actualizaremos paso a paso, toda la información, imágenes y videos concernientes a este Viaje Apostólico. Asimismo, podrán a interactuar con nosotros a través de nuestro número de WhatsApp (0039) 347225 0785 enviándonos sus mensajes de AUDIO comentando esta visita del Obispo de Roma a Armenia y enviando sus intenciones de oración por los frutos de este encuentro fraternal, que incluiremos en nuestro programa «Tu Comentario Ayuda Tu Opinión Cuenta».

¡Gracias por interactuar con la Radio del Papa!

(SL-RV)

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