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Sumario del 17/04/2017

Pedro en diálogo con las culturas

Hacia el encuentro

Para el mundo

Pedro en diálogo con las culturas



Con María anunciemos la Resurrección de Cristo al mundo que sufre, pidió el Papa al rezar el Regina Coeli

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(RV).- Que la Virgen nos ayude a creer e interceda, en especial, por las comunidades cristianas perseguidas y oprimidas, que en tantas partes del mundo, están llamadas a un testimonio más difícil y valiente, fue el ruego del Papa Francisco, reiterando que también nosotros - hoy - estamos invitados a anunciar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo que ‘¡Cristo ha resucitado, aleluya!’.

Introduciendo el rezo mariano pascual a la Reina del Cielo, con las palabras del Ángel, en el pasaje evangélico del Lunes de Pascua de 2017, el Obispo de Roma hizo hincapié en que afianzados en la Resurrección del Señor – «evento, que constituye la verdadera novedad de la historia y del cosmos - estamos llamados a ser hombres y mujeres nuevos, según el Espíritu, afirmando el valor de la vida. ¡Esto es comenzar ya a resucitar!».

El Papa Francisco señaló que seremos hombres y mujeres de resurrección, si, «en medio de las vicisitudes que atormentan al mundo, a la mundanidad que nos aleja de Dios, sabremos brindar gestos de solidaridad y de acogida, alimentar el anhelo universal de la paz y la aspiración de un ambiente libre de degradación».

Signos comunes y humanos que, sostenidos y animados por la fe en el Señor Resucitado, pueden adquirir una eficacia muy superior a nuestras capacidades. «Sí, porque Cristo está vivo y obra en la historia por medio de su Santo Espíritu: rescata nuestras miserias, alcanza todo corazón humano y vuelve a donar esperanza a cualquiera que esté oprimido y en el sufrimiento».

(CdM – RV)

Voz y texto completo de las palabras del Papa Francisco: 

«¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

En este lunes de fiesta, llamado ‘Lunes del Ángel’,  la liturgia hace resonar el anuncio de la Resurrección proclamada ayer: ‘¡Cristo ha resucitado aleluya!’. En el pasaje evangélico de hoy podemos percibir el eco de las palabras que el Ángel dirigió a las mujeres que acudieron al sepulcro: «Vayan en seguida a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos’» (Mt 28,7)

Sentimos como dirigida también a nosotros esa invitación a ir enseguida a anunciar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo este mensaje de alegría y de esperanza. ¡De esperanza, de esperanza cierta, porque desde cuando, en la aurora del tercer día, Jesús crucificado ha resucitado, la última palabra ya no la tiene la muerte, sino la vida! ¡Y ésta es nuestra certeza. La última palabra ya no es sepulcro, no es la muerte, es la vida! Por ello repetimos tanto: ‘¡Cristo ha resucitado!’. Porque en Él el sepulcro ha sido derrotado, ha nacido la vida.

Afianzados en este evento, que constituye la verdadera novedad de la historia y del cosmos, estamos llamados a ser hombres y mujeres nuevos según el Espíritu, afirmando el valor de la vida. ¡Existe la vida! ¡Esto es comenzar ya a resucitar! Seremos hombres y mujeres de resurrección, hombres y mujeres de vida, si, en medio de las vicisitudes que atormentan al mundo, - hay tantas hoy – en medio de la mundanidad que nos aleja de Dios, sabremos brindar gestos de solidaridad y de acogida, alimentar el anhelo universal de la paz y la aspiración de un ambiente libre de la degradación. Se trata de signos comunes y humanos, pero que, sostenidos y animados por la fe en el Señor Resucitado, adquieren una eficacia muy superior a nuestras capacidades. Y esto es así, porque Cristo está vivo y Cristo obra en la historia por medio de su Santo Espíritu: rescata nuestras miserias, alcanza todo corazón humano y vuelve a donar esperanza a cualquiera que esté oprimido y en el sufrimiento.

Que la virgen María, testigo silenciosa de la muerte y resurrección de su hijo Jesús, nos ayude a ser signos límpidos de Cristo resucitado entre las vicisitudes del mundo, para que cuantos están en la tribulación y en las dificultades no permanezcan víctimas del pesimismo,  y de nuestra derrota, de la resignación, sino que encuentren en nosotros a tantos hermanos y hermanas que ofrecen su apoyo y consolación. Que nuestra madre nos ayude a creer firmemente en la resurrección de Jesús: Jesús ha resucitado, está vivo aquí, entre nosotros y esto es un admirable misterio de salvación, y con la capacidad de transformar los corazones y la vida. E interceda en especial por las comunidades cristianas perseguidas y oprimidas, que están hoy en tantas partes del mundo llamadas y un testimonio más difícil y valiente.

Y entonces, en la luz y en la alegría de la Pascua, dirijámonos a Ella con la oración, que por cincuenta días, hasta Pentecostés, ocupa el lugar del Ángelus»

(Traducción del italiano: Cecilia de Malak – RV)

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El Señor no se cansa de buscarnos en los desiertos del mundo: Mensaje Pascual y bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco

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(RV).- “Hoy, en todo el mundo, la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: ¡Jesús ha resucitado! Era verdad, ha resucitado el Señor, como había dicho”. Comienza con estas palabras, tomadas de los Evangelios de San Lucas y de San Mateo, el Mensaje Pascual que el Papa Francisco dirigió este domingo 16 de abril 2017 desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

Después de celebrar la Santa Misa de Pascua y de recorrer en automóvil la plaza de San Pedro repleta de fieles y transformada en jardín florido, símbolo de la alegría por la Resurrección de Cristo, el Pontífice explicó que la antigua fiesta de Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud del pueblo judío, alcanza aquí su cumplimiento, porque Jesucristo “el Buen Pastor nos ha liberado del pecado”.

Asegurando que en toda época de la historia el Pastor Resucitado “no se cansa de buscarnos” el Obispo de Roma subrayó que “también hoy, Él toma sobre sus hombros a nuestros hermanos oprimidos por tantas clases de mal”: a quien sufre la soledad y la marginación, a cuantos son víctimas de trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación o graves dependencias. El Pastor Resucitado lleva también sobre sus hombros a los niños y a los adolescentes explotados y a “quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa” –  afirmó el Papa – y se transforma en “compañero de camino” de emigrantes forzados, que han dejado sus tierras a causa de conflictos armados, terrorismo o carestías”.

Francisco dirigió un pensamiento especial a las poblaciones de Siria, Sudán del Sur, Somalia, República Democrática del Congo, Ucrania que sufren conflictos sin fin y deseó paz para todo el Oriente Medio, en especial para Tierra Santa, Irak y Yemen. Sin olvidar a América Latina, marcada por tensiones políticas y sociales, para que Jesús Resucitado “sostenga los esfuerzos de quienes se comprometen por el bien común”. Que Jesús Resucitado, pidió también el Santo Padre, “done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y se acabe con el tráfico de armas”. Finalmente, el corazón del Papa fue al continente europeo deseando que el Señor Resucitado dé esperanza a quien sufre la falta de trabajo, en particular a los jóvenes.

Concluyendo su Mensaje y antes de impartir su bendición Urbi et Orbi, es decir a la Ciudad de Roma y al mundo, el Pontífice recordó que hoy, los cristianos de todas las confesiones celebran juntos la Pascua y así – dijo – resuena a una sola voz en toda la tierra el anuncio más hermoso: ¡Era verdad, ha resucitado el Señor!

(María Cecilia Mutual – Radio Vaticano)

Texto y audio completo del Mensaje Pascual del Papa Francisco y bendición Urbi et Orbi 

Queridos hermanos y hermanas,¡Feliz Pascua!

Hoy, en todo el mundo, la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: Jesús ha resucitado Era verdad, ha resucitado el Señor, como había dicho (cf. Lc 24,34; Mt 28,5-6).

La antigua fiesta de Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud del pueblo hebreo, alcanza aquí su cumplimiento: con la resurrección, Jesucristo nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte y nos ha abierto el camino a la vida eterna.

Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado hasta la humillación de la cruz. Y hoy podemos proclamar: «Ha resucitado el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. Aleluya» (Misal Romano, IV Dom. de Pascua, Ant. de la Comunión).

En toda época de la historia, el Pastor Resucitado no se cansa de buscarnos a nosotros, sus hermanos perdidos en los desiertos del mundo. Y con los signos de la Pasión —las heridas de su amor misericordioso— nos atrae hacia su camino, el camino de la vida. También hoy, él toma sobre sus hombros a tantos hermanos nuestros oprimidos por tantas clases de mal.

El Pastor Resucitado va a buscar a quien está perdido en los laberintos de la soledad y de la marginación; va a su encuentro mediante hermanos y hermanas que saben acercarse a esas personas con respeto y ternura y les hacer sentir su voz, una voz que no se olvida, que los convoca de nuevo a la amistad con Dios.

Se hace cargo de cuantos son víctimas de antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves dependencias. Se hace cargo de los niños y de los adolescentes que son privados de su serenidad para ser explotados, y de quien tiene el corazón herido por las violencias que padece dentro de los muros de su propia casa.

El Pastor Resucitado se hace compañero de camino de quienes se ven obligados a dejar la propia tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos. A estos emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren en todas partes hermanos, que compartan con ellos el pan y la esperanza en el camino común.

Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz; y done a los representantes de las Naciones el valor de evitar que se propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de las armas.

Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente para llevar alivio y consuelo a la población civil de Siria, víctima de una guerra que no cesa de sembrar horror y muerte. Que conceda la paz a todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, como también a Irak y a Yemen.

Que los pueblos de Sudán del Sur, de Somalia y de la República Democrática del Congo, que padecen conflictos sin fin, agravados por la terrible carestía que está castigando algunas regiones de África, sientan siempre la cercanía del Buen Pastor.

Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia. Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho.

Que el Buen Pastor ayude a ucraniana, todavía afligida por un sangriento conflicto, para que vuelva a encontrar la concordia y acompañe las iniciativas promovidas para aliviar los dramas de quienes sufren las consecuencias.

Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan momentos de dificultad, especialmente a causa de la gran falta de trabajo sobre todo para los jóvenes.

Queridos hermanos y hermanas, este año los cristianos de todas las confesiones celebramos juntos la Pascua. Resuena así a una sola voz en toda la tierra el anuncio más hermoso: «Era verdad, ha resucitado el Señor». Él, que ha vencido las tinieblas del pecado y de la muerte, dé paz a nuestros días. Feliz Pascua.

Después de la bendición Urbi et Orbi el Santo Padre dirigió el saludo pascual:

 

Queridos hermanos y hermanas,

Dirijo mi deseo de Buena Pascua a todos ustedes, quienes están reunidos aquí, procedentes de Italia y de otros países, así como a cuantos están unidos a través de los diferentes medios de comunicación. Que el anuncio pascual de Cristo Resucitado pueda reavivar las esperanzas de sus familias y de sus comunidades, en especial de las nuevas generaciones, futuro de la Iglesia y de la humanidad.

Un agradecimiento especial a quienes han donado y a quienes han colocado las decoraciones florales, que también este ano provienen de diferentes países.

Que puedan sentir cada día la presencia del Señor Resucitado, y compartir con los otros la alegría y la esperanza que Él nos dona. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Buena fiesta y ¡hasta la vista!

(Traducción del italiano: Mireia Bonilla – RV)

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"Tú, pequeña piedra, tienes un sentido en la vida" dijo Francisco en la Misa de Pascua

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(RV).- Durante la Misa Pascual 2017 celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco rompió la tradición y pronunció una homilía para reflexionar acerca de los dramas actuales: "pensemos un poco cada uno de nosotros en los problemas cotidianos, en las enfermedades que cada uno de nosotros hemos vivido" dijo Francisco, para después preguntar:  “¿Qué nos dice la Iglesia hoy ante tantas tragedias? simplemente esto; la piedra descartada no resulta realmente descartada” afirmó el Pontífice, “las piedritas que creen y se aferran a esa piedra no son descartadas, tienen un sentido”.

En ocasiones “la fe en Jesús se puede venir abajo” aseguró el Obispo de Roma, por eso la Iglesia “no deja de decir a nuestros fracasos, a nuestros corazones cerrados, temerosos… ¡detente!, el Señor ha resucitado".

Asimismo, el Santo Padre relató que ayer sábado hizo una llamada telefónica a un joven que padece una grave enfermedad y recordó la conversación con el muchacho cuando este le dijo “nadie me ha preguntado si yo merezco esto”, a lo que Francisco le contestó: “La Iglesia continúa diciendo ¡Jesús ha resucitado! Y esto no es una fantasía. La resurrección de Cristo no es una fiesta con flores; es algo más”. Por eso, el Papa invitó a pensar, con voz humilde sin flores, solos delante de Dios, delante de nosotros mismos: “Pensemos en las guerras, en las tragedias humanas, no se cómo va esto pero estoy seguro que Cristo ha resucitado y yo apuesto por esto”, concluyó. 

Texto y audio COMPLETO de la homilía espontánea de Papa Francisco en el Domingo de Pascua 

Hoy la Iglesia repite, canta, grita, Jesús ha resucitado, pero ¿cómo es esto? Pedro, Juan y las mujeres fueron al sepulcro y estaba vacío, pero Él no estaba. Y fueron con el corazón cerrado de la tristeza, la tristeza de una derrota, el Maestro, su Maestro, aquel que tanto amaban ha sido justiciado y muerto y de la muerte no se regresa. Esta es la derrota, este es el camino de la derrota, el camino hacia el sepulcro. Pero el ángel les dice: no está aquí, ha resucitado. El primer anuncio, ¡ha resucitado!

Después la confusión, el corazón cerrado, las apariciones, ellos cerrados, toda la jornada en el cenáculo porque tenían miedo que les sucediera a ellos lo que le sucedió a Jesús. Y la Iglesia no deja de decir a nuestros fracasos, a nuestros corazones cerrados, temerosos… ¡detente!, el Señor ha resucitado. Pero si el señor ha resucitado como es que suceden estas cosas, como es que suceden tantas desgracias, enfermedades, tráfico de personas, trata de personas, guerra , destrucción, mutilación, revancha, odio… ¿dónde está el Señor?

Ayer llame por teléfono a un joven con una enfermedad grave, un joven culto, un ingeniero, y hablando para darle un signo de fe le dije: no hay explicaciones para lo que te sucede, mira a Jesús en la cruz, dios hizo eso con su hijo, no hay otra explicación. Y él me ha contestado: sí. Pero se lo ha pedido al hijo y el hijo a dicho: sí. Pero a mí no me han preguntadosi quería esto, y yo no he dicho que sí. Esto nos conmueve, ha ninguno de nosotros nos han preguntado si estamos contentos con lo que pasa en el mundo, si estamos dispuestos a llevar a delante esta cruz… y la cruz va a delante y la fe en Jesús se viene abajo, por eso la Iglesia continúa diciendo ¡Jesús ha resucitado!. Y esto no es una fantasía. La resurrección de Cristo no es una fiesta con flores; es algo más. Es el Misterio de la piedra descartada que termina por ser el fundamento de nuestra existencia, ¡Cristo ha resucitado!. Y esto significa en esta cultura del descarte, donde eso que no sirve toma el camino del “usa y tira” y todo lo que no sirve viene descartado; esa piedra que ha sido descartada es fuente de vida. También nosotros pequeñas piedras, en esta tierra de dolor, de tragedia, con la fe en Cristo resucitado, tenemos un sentido. En medio de tanta calamidad, sin mirar más allá, no hay un muro sino un horizonte. Está la vida, está la gloria, es la cruz con esta ambivalencia. Mira adelante, no te cierres, tú pequeña piedra tienes un sentido en la vida porque eres una piedra tomada de aquella gran piedra que la maldad del pecado ha descartado.

“¿Qué nos dice la Iglesia hoy ante tantas tragedias? simplemente esto; la piedra descartada no resulta realmente descartada. Las piedritas que creen y se aferran a esa piedra no son descartadas, tienen un sentido”. Con este sentimiento la Iglesia repite desde dentro del corazón, ¡Cristo ha resucitado!

Pensemos un poco cada uno de nosotros en los problemas cotidianos, en las enfermedades que cada uno de nosotros hemos vivido o alguno de nuestros familiares; pensemos en las guerras, en las tragedias humanas, y simplemente con voz humilde, sin flores, solo delante de Dios, delante de nosotros mismos. No se cómo va esto pero estoy seguro que Cristo ha resucitado y yo apuesto por esto. Hermanos y hermanas esto es lo que quería decirles. Vuelvan a casa hoy repitiendo en sus corazones ¡Cristo ha resucitado!

(Mireia Bonilla - RV)

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Hacia el encuentro



La madre piadosa estaba junto a la Cruz y lloraba, mientras el Hijo pendía

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REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz 

15 de abril de 2017 - SÁBADO SANTO SOLEDAD DE MARIA No hay Evangelio porque la Misa es recién la de la Vigilia Pascual esta noche. Pero es el día por excelencia de la Madre de Dios, María de Nazaret que se queda sola con su dolor. Es el sábado más largo y profundo de la historia, dentro del corazón de NUESTRA SEÑORA de los DOLORES. Recemos el himno: STABAT MATER

La madre piadosa estaba 
junto a la Cruz y lloraba, 
mientras el Hijo pendía.

Cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa, 
fiero cuchillo tenía.

Oh, cuán triste y afligida 
se vio la Madre escogida,
de tantos tormentos llena.

Cuando triste contemplaba 
y dolorosa miraba 
del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara 
si a la Madre contemplara 
de Cristo en tanto dolor?

Y ¿quién no se entristeciera,
piadosa Madre, si os viera 
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo 
vio Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre;

Vió morir al Hijo amado, 
que rindió, desamparado, 
el espíritu a su Padre.

Oh Madre, fuente de amor,
hazme sentir tu dolor 
para que llore contigo.

Y que por mi Cristo amado, 
mi corazón abrasado 
más viva en él que conmigo.

Y porque a amarte me anime 
en mi corazón imprime 
las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora, 
divide conmigo ahora 
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar 
y de veras lastimar 
de su pena mientras vivo.

Porque acompañar deseo
en la Cruz, donde le veo 
tu corazón compasivo.

Virgen de vírgenes santas, 
llore yo con ansias tantas
que el llanto dulce me sea.

Porque tu pasión y muerte 
tenga en mi alma de suerte 
que siempre sus penas vea.

Haz que su Cruz me enamore; 
y que en ella viva y more, 
de mi fe y amor indicio.

Porque me inflame y encienda 
y contigo me defienda 
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte 
de Cristo, cuando en tan fuerte 
trance vida y alma estén.

Porque cuando quede en calma 
el cuerpo, vaya mi alma 
a su eterna gloria. Amén.

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Mons. Rodríguez Carballo: ¡Paz y bien y Feliz Pascua de Resurrección!

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(RV).- ¡Cristo vive, ha resucitado y nos ha traído la paz! En su Mensaje pascual, Mons. José Rodríguez Carballo, O.F.M., Secretario de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, invita, en especial a los jóvenes, a ser mensajeros de la alegría en Cristo Resucitado y de su paz en todo el mundo.

La entrevista es de Alberto Goroni

(CdM – RV)

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Saludos del Papa Francisco a Benedicto XVI con ocasión de la Pascua y de sus 90 años

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(RV).- La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer que la tarde del miércoles, 12 de abril, el Papa Francisco visitó el Monasterio “Mater Ecclesiae” en el Vaticano, para felicitar, como cada año, al Papa emérito, Benedicto XVI con ocasión de la Pascua. Asimismo, se informa que el Papa Bergoglio, aprovechó la ocasión para saludar al Papa emérito por su 90° cumpleaños que cumplirá precisamente el día de Pascua, este domingo, 16 de abril.

(Renato Martinez – Radio Vaticano)

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Para el mundo



En "Cadena de Amistad", el Programa "La hora de Francisco"

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(RV).- "Cuatro años junto a Francisco, una luz, una esperanza": desde Buenos Aires, Radio Onda Latina transmite desde hace casi un año el programa "La hora de Francisco", conducido por Adrián de Ángelis y Daniela Núñez. "Cada emisión está centrada en un tema abordado por el Papa, a saber, la misericordia, la solidaridad, la alegría, la paz, entre otros"- explica Núñez. Con esta temática intenta convertirse en instrumento de transformación y cambio social, a través de la comunicación de sus mensajes y con participación del público.

En la segunda parte del Programa transmitimos el servicio de Radio YSAX de San Salvador, la Radio de Monseñor Romero, en el cual se alegran por la aprobación de la ley que prohibe la explotación de la minería metálica por considerarla una amenaza para el desarrollo y el bienestar de las familias. Una lucha que ha visto a la Iglesia Católica Salvadoreña en primera línea, encabezada por el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, quien llevara a la Asamblea legislativa el proyecto de ley contra la extracción. El servicio es del Padre Edwin Enríquez, Director de dicha Emisora. 

(Griselda Mutual - Radio Vaticano)

Recordamos a las Emisoras católicas que deseen unirse a la Cadena de Amistad de la Radio del Papa que pueden enviar sus servicios en MP3 a latam@vatiradio.va o también su saludo mediante un mensaje de audio a nuestro número de Whatsapp 0039 347 225 0785. 

 

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