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Sumario del 27/08/2016

Papa e Santa Sé

Igreja na América Latina

Igreja no Mundo

Formação

Atualidades

Papa e Santa Sé



Misericórdia é a doutrina segura para os cristãos, diz o Papa em video-mensagem à América

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Cidade do Vaticano (RV) – O Papa Francisco enviou uma longa vídeo-mensagem aos Bispos da Igreja no Continente Americano, que celebra, de 27 a 30 do corrente, em Bogotá, Colômbia, seu Jubileu da Misericórdia. 

As 22 Conferências Episcopais dos Países da América Latina, além dos Estados Unidos e Canadá, estão reunidas no Congresso da Misericórdia, intitulado "Que um vento impetuoso de santidade acompanhe o Jubileu Extraordinário da Misericórdia em toda a América". O evento é promovido pela Pontifícia Comissão para a América Latina (CAL) e pelo Conselho Episcopal das Igrejas Latino-americanas (CELAM). 

O Papa recorda que “o mundo precisa de pastores que saibam tratar os outros com misericórdia, porque esta atitude pode mudar o coração das pessoas e deve ser o centro propulsor de toda ação pastoral e missionária.

E Francisco se pergunta: “Qual a doutrina segura para os cristãos”? E responde: “É simples: ser tratados com misericórdia”. Citando o apóstolo Paulo, quando diz “Ele usou de misericórdia para comigo”, o Pontífice referiu-se à confiança que Deus tem no homem. Longe de ser uma ideia, um desejo, uma teoria, uma ideologia, a misericórdia é um modo concreto de tocar a fragilidade, de interagir com os outros, de aproximar-se uns dos outros. E acrescentou:

“É uma maneira concreta de aproximar as pessoas, quando se encontram em dificuldade. Trata-se de uma ação que nos leva a tratar bem as pessoas, a entender suas vidas, dar alívio nas suas vidas; uma ação baseada na esperança de mudança, confiança no aprendizado e no progresso, sempre à busca de novas oportunidades. Por isso, o trato com misericórdia desperta sempre a criatividade”.

Citando a parábola do “Filho pródigo”, quando o filho mais velho se escandaliza pela ternura e o abraço do pai ao filho mais novo, o Papa observa que isto acontece porque somos invadidos por uma lógica separatista, que leva a dividir a sociedade em bons e maus, santos e pecadores. E o Papa explicou:

“A misericórdia não é uma teoria que pode ser manuseada: ‘Agora é moda falar de misericórdia no Jubileu; então vamos seguir a moda’. Não. A misericórdia é uma história composta de pecados, que deve ser recordada. Por isso, ‘Deus nos trata com misericórdia”.

Logo, toda a ação da Igreja, em todos os níveis, afirma Francisco,  se baseia no saber testemunhar a misericórdia divina. Se na nossa pastoral falta a misericórdia tudo é vão. Na realidade, “somos missionários da misericórdia”. Em um mundo ferido, devemos promover, estimular e empregar a pedagogia da misericórdia. E o Papa concluiu:

“Devemos aprender, com o Mestre, a tratar os outros com misericórdia; ser próximos dos descartados pela sociedade; aprender a dar a mão a quem cai, sem medo dos comentários dos outros; melhorar os caminhos da esperança, que fazem brilhar a misericórdia”. (MT)

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Video-mensagem do Papa ao Congresso da Misericórdia em Bogotá: íntegra do texto

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Cidade do Vaticano (RV) - A capital da Colômbia, Botogá, sedia a partir deste sábado, 27, até 30 de agosto, o Congresso da Misericórdia, que reúne as 22 Conferências Episcopais dos Países da América além dos Estados Unidos e Canadá.

O evento intitulado "Que um vento impetuoso de santidade acompanhe o Jubileu Extraordinário da Misericórdia em toda a América" é promovido pela Pontifícia Comissão para a América Latina (CAL) e pelo Conselho Episcopal das Igrejas Latino-americanas (CELAM).

Os trabalhos foram abertos com uma vídeo-mensagem do Papa Francisco. Eis a íntegra da mensagem, em espanhol: 

"Celebro la iniciativa del CELAM y la CAL, en contacto con los episcopados de Estados Unidos y Canadá —me recuerda el Sínodo de América esto— de tener esta oportunidad de celebrar como Continente el Jubileo de la Misericordia. Me alegra saber que han podido participar todos los países de América. Frente a tantos intentos de fragmentación, de división y de enfrentar a nuestros pueblos, estas instancias nos ayudan a abrir horizontes y estrecharnos una y otra vez las manos; un gran signo que nos anima en la esperanza.

Para comenzar, me viene la palabra del apóstol Pablo a su discípulo predilecto:

«Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia. Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús. Es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el peor de ellos. Si encontré misericordia, fue para que Jesucristo demostrará en mi toda su paciencia» (1 Tm, 1,12-16a).

Esto se lo dice a Timoteo en su Primera Carta, capítulo primero, versículos 12 al 16. Y al decírselo a él, lo quiere hacer con cada uno de nosotros. Palabras que son una invitación, yo diría una provocación. Palabras que quieren poner en movimiento a Timoteo y a todos los que a lo largo de la historia las irán escuchando. Son palabras ante las cuales no permanecemos indiferentes, por el contrario, ponen en marcha toda nuestra dinámica personal.

Y Pablo no anda con vueltas: Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y él se cree el peor de ellos. Tiene una conciencia clara de quién es, no oculta su pasado e inclusive su presente. Pero esta descripción de sí mismo no la hace ni para victimizarse ni para justificarse, ni tampoco para gloriarse de su condición. Es el comienzo de la carta, ya en los versículos anteriores le ha avisado a Timoteo sobre «fabulas y genealogías interminables», sobre «vanas palabrerías», y advirtiendo que todas ellas terminan en «disputas», en peleas. El acento —podríamos pensar a primera vista— es su ser pecador, pero para que Timoteo, y con él cada uno de nosotros pueda ponerse en esa misma sintonía. Si usáramos términos futbolísticos podríamos decir: levanta un centro para que otro cabecee. Nos «pasa la pelota» para que podamos compartir su misma experiencia: a pesar de todos mis pecados «fui tratado con misericordia».

Tenemos la oportunidad de estar aquí, porque con Pablo podemos decir: fuimos tratados con misericordia. En medio de nuestros pecados, nuestros límites, nuestras miserias; en medio de nuestras múltiples caídas, Jesucristo nos vio, se acercó, nos dio su mano y nos trató con misericordia. ¿A quién? A mí, a vos, a vos, a vos, a todos. Cada uno de nosotros podrá hacer memoria, repasando todas las veces que el Señor lo vio, lo miró, se acercó y lo trató con misericordia. Todas las veces que el Señor volvió a confiar, volvió a apostar (cf. Ez 16). Y a mí me vuelve a la memoria el capítulo 16 de Ezequiel, ese no cansarse de apostar por cada uno de nosotros que tiene el Señor. Y eso es lo que Pablo llama doctrina segura —¡curioso!—, esto es doctrina segura: fuimos tratados con misericordia. Y es ese el centro de su carta a Timoteo. En este contexto jubilar, cuánto bien nos hace volver sobre esta verdad, repasar cómo el Señor a lo largo de nuestra vida se acercó y nos trató con misericordia, poner en el centro la memoria de nuestro pecado y no de nuestros supuestos aciertos, crecer en una conciencia humilde y no culposa de nuestra historia de distancias —la nuestra, no la ajena, no la de aquel que está al lado, menos la de nuestro pueblo— y volver a maravillarnos de la misericordia de Dios. Esa es palabra cierta, es doctrina segura y nunca palabrerío.

Hay una particularidad en el texto que quisiera compartir con ustedes. Pablo no dice «el Señor me habló o me dijo», «el Señor me hizo ver o aprender». Él dice: «Me trató con». Para Pablo, su relación con Jesús está sellada por la forma en que lo trató. Lejos de ser una idea, un deseo, una teoría —e inclusive una ideología—, la misericordia es una forma concreta de «tocar» la fragilidad, de vincularnos con los otros, de acercarnos entre nosotros. Es una forma concreta de encarar a las personas cuando están en la «mala». Es una acción que nos lleva a poner lo mejor de cada uno para que los demás se sientan tratados de tal forma que puedan sentir que en su vida todavía no se dijo la última palabra. Tratados de tal manera que el que se sentía aplastado por el peso de sus pecados, sienta el alivio de una nueva posibilidad. Lejos de ser una bella frase, es la acción concreta con la que Dios quiere relacionarse con sus hijos. Pablo utiliza aquí la voz pasiva —perdonen la pedantería de esta referencia un poco exquisita— y el tiempo aoristo —discúlpenme la traducción un poco referencial—, pero bien podría decirse «fui misericordiado». La pasiva lo deja a Pablo en situación de receptor de la acción de otro, él no hace nada más que dejarse misericordiar. El aoristo del original nos recuerda que en él esa experiencia aconteció en un momento puntual que recuerda, agradece, festeja.

El Dios de Pablo genera el movimiento que va del corazón a las manos, el movimiento de quien no tiene miedo a acercarse, que no tiene miedo a tocar, a acariciar; y esto sin escandalizarse ni condenar, sin descartar a nadie. Una acción que se hace carne en la vida de las personas.

 

Comprender y aceptar lo que Dios hace por nosotros —un Dios que no piensa, ama ni actúa movido por el miedo sino porque confía y espera nuestra transformación— quizás deba ser nuestro criterio hermenéutico, nuestro modo de operar: «Ve tú y actúa de la misma manera» (Lc 10,39). Nuestro modo de actuar con los demás nunca será, entonces, una acción basada en el miedo sino en la esperanza que él tiene en nuestra transformación. Y pregunto: ¿Esperanza de transformación o miedo? Una acción basada en el miedo lo único que consigue es separar, dividir, querer distinguir con precisión quirúrgica un lado del otro, construir falsas seguridades, por lo tanto, construir encierros. Una acción basada en la esperanza de transformación, en la conversión, impulsa, estimula, apunta al mañana, genera espacios de oportunidad, empuja. Una acción basada en el miedo, es una acción que pone el acento en la culpa, en el castigo, en el «te equivocaste». Una acción basada en la esperanza de transformación pone el acento en la confianza, en el aprender, en levantarse; en buscar siempre generar nuevas oportunidades. ¿Cuántas veces? 70 veces 7. Por eso, el trato de misericordia despierta siempre la creatividad. Pone el acento en el rostro de la persona, en su vida, en su historia, en su cotidianidad. No se casa con un modelo o con una receta, sino que posee la sana libertad de espíritu de buscar lo mejor para el otro, en la manera que esta persona pueda comprenderlo. Y esto pone en marcha todas nuestras capacidades, todos nuestros ingenios, esto nos hace salir de nuestros encierros. Nunca es vana palabrería —al decir de Pablo— que nos enreda en disputas interminables, la acción basada en la esperanza de transformación es una inteligencia inquieta que hace palpitar el corazón y le pone urgencia a nuestras manos. Palpitar el corazón y urgencia a nuestras manos. El camino que va del corazón a las manos.

Al ver actuar a Dios así, nos puede pasar lo mismo que al hijo mayor de la parábola del Padre Misericordioso: escandalizarnos por el trato que tiene el padre al ver a su hijo menor que vuelve. Escandalizarnos porque le abrió los brazos, porque lo trató con ternura, porque lo hizo vestirse con los mejores vestidos estando tan sucio. Escandalizarnos porque al verlo volver, lo besó e hizo fiesta. Escandalizarnos porque no lo castigó sino que lo trató como lo que era: hijo.

Nos empezamos a escandalizar —esto nos pasa a todos, es como el proceso, ¿no? — nos empezamos a escandalizar cuando aparece el alzheimer espiritual; cuando nos olvidamos cómo el Señor nos ha tratado, cuando comenzamos a juzgar y a dividir la sociedad. Nos invade una lógica separatista que sin darnos cuenta nos lleva a fracturar más nuestra realidad social y comunitaria. Fracturamos el presente construyendo «bandos». Está el bando de los buenos y el de los malos, el de los santos y el de los pecadores. Esta pérdida de memoria, nos va haciendo olvidar la realidad más rica que tenemos y la doctrina más clara a ser defendida. La realidad más rica y la doctrina más clara. Siendo nosotros pecadores, el Señor no dejó de tratarnos con misericordia. Pablo nunca dejó de recordar que él estuvo del otro lado, que fue elegido al último, como el fruto de un aborto. La misericordia no es una «teoría que esgrimir»: «¡ah!, ahora está de moda hablar de misericordia por este jubileo, y qué se yo, pues sigamos la moda». No, no es una teoría que esgrimir para que aplaudan nuestra condescendencia, sino que es una historia de pecado que recordar. ¿Cuál? La nuestra, la mía y la tuya. Y un amor que alabar. ¿Cuál? El de Dios, que me trató con misericordia.

Estamos insertos en una cultura fracturada, en una cultura que respira descarte. Una cultura viciada por la exclusión de todo lo que puede atentar contra los intereses de unos pocos. Una cultura que va dejando por el camino rostros de ancianos, de niños, de minorías étnicas que son vistas como amenaza. Una cultura que poco a poco promueve la comodidad de unos pocos en aumento del sufrimiento de muchos. Una cultura que no sabe acompañar a los jóvenes en sus sueños narcotizándolos con promesas de felicidades etéreas y esconde la memoria viva de sus mayores. Una cultura que ha desperdiciado la sabiduría de los pueblos indígenas y que no ha sabido cuidar la riqueza de sus tierras.

Todos nos damos cuenta, lo sabemos que vivimos en una sociedad herida, eso nadie lo duda. Vivimos en una sociedad que sangra y el costo de sus heridas normalmente lo terminan pagando los más indefensos. Pero es precisamente a esta sociedad, a esta cultura adonde el Señor nos envía. Nos envía e impulsa a llevar el bálsamo de «su» presencia. Nos envía con un solo programa: tratarnos con misericordia. Hacernos prójimos de esos miles de indefensos que caminan en nuestra amada tierra americana proponiendo un trato diferente. Un trato renovado, buscando que nuestra forma de vincularnos se inspire en la que Dios soñó, en la que él hizo. Un trato basado en el recuerdo de que todos provenimos de lugares errantes, como Abraham, y todos fuimos sacado de lugares de esclavitud, como el pueblo de Israel.

Sigue resonando en nosotros toda la experiencia vivida en Aparecida y en la invitación a renovar nuestro ser discípulos misioneros. Mucho hemos hablado sobre el discipulado, mucho nos hemos preguntado sobre cómo impulsar una catequesis del discipulado y misionera. Pablo nos da una clave interesante: el trato de misericordia. Nos recuerda que lo que lo convirtió a él en apóstol fue ese trato, esa forma cómo Dios se acercó a su vida: «Fui tratado con misericordia». Lo que lo hizo discípulo fue la confianza que Dios le dio a pesar de sus muchos pecados. Y eso nos recuerda que podemos tener los mejores planes, los mejores proyectos y teorías pensando nuestra realidad, pero si nos falta ese «trato de misericordia», nuestra pastoral quedará truncada a medio camino.

En esto se juega nuestra catequesis, nuestros seminarios —¿enseñamos a nuestros seminaristas este camino de tratar con misericordia?—, nuestra organización parroquial y nuestra pastoral. En esto se juega nuestra acción misionera, nuestros planes pastorales. En esto se juegan nuestras reuniones de presbiterios e inclusive nuestra forma de hacer teología: en aprender a tener un trato de misericordia, una forma de vincularnos que día a día tenemos que pedir —porque es una gracia—, que día a día somos invitados a aprender. Un trato de misericordia entre nosotros obispos, presbíteros, laicos. Somos en teoría «misioneros de la misericordia» y muchas veces sabemos más de «maltratos» que de un buen trato. Cuantas veces nos hemos olvidado en nuestros seminarios de impulsar, acompañar, estimular, una pedagogía de la misericordia, y que el corazón de la pastoral es el trato de misericordia. Pastores que sepan tratar y no maltratar. Por favor, se lo pido: Pastores que sepan tratar y no maltratar.

Hoy somos invitados especialmente a un trato de misericordia con el santo Pueblo fiel de Dios —que mucho sabe de ser misericordioso porque es memorioso—, con las personas que se acercan a nuestras comunidades, con sus heridas, dolores, llagas. A su vez, con la gente que no se acerca a nuestras comunidades y que anda herida por los caminos de la historia esperando recibir ese trato de misericordia. La misericordia se aprende en base a la experiencia —en nosotros primero—, como en Pablo: él ha mostrado toda su misericordia, él ha mostrado toda su misericordiosa paciencia. En base a sentir que Dios sigue confiando y nos sigue invitando a ser sus misioneros, que nos sigue enviando para que tratemos a nuestros hermanos de la misma forma con la que él nos trata, con la que él nos trató, y cada uno de nosotros conoce su historia, puede ir allí y hacer memoria. La misericordia se aprende, porque nuestro Padre nos sigue perdonando. Existe ya mucho sufrimiento en la vida de nuestros pueblos para que todavía le sumemos uno más o algunos más. Aprender a tratar con misericordia es aprender del Maestro a hacernos prójimos, sin miedo de aquellos que han sido descartados y que están «manchados» y marcados por el pecado. Aprender a dar la mano a aquel que está caído sin miedo a los comentarios. Todo trato que no sea misericordioso, por más justo que parezca, termina por convertirse en maltrato. El ingenio estará en potenciar los caminos de la esperanza, los que privilegian el buen trato y hacen brillar la misericordia.

Queridos hermanos, este encuentro no es un congreso, un meeting, un seminario o una conferencia. Este encuentro de todos es una celebración: fuimos invitados a celebrar el trato de Dios con cada uno de nosotros y con su Pueblo. Por eso, creo que es un buen momento para que digamos juntos: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy, estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos, esos brazos redentores» (Evangelii gaudium, 3).

Y agradezcamos, como Pablo a Timoteo, que Dios nos confíe repetir con su pueblo, los enormes gestos de misericordia que ha tenido y tiene con nosotros, y que este encuentro nos ayude a salir fortalecidos en la convicción de transmitir la dulce y confortadora alegría del Evangelio de la misericórdia”.

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Papa agradece ao Bispo de Ventimiglia solidariedade com refugiados

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Cidade do Vaticano (RV) – Em 26 de agosto, Solenidade de São Segundo, o Bispo da diocese italiana de Ventimiglia, Dom Antonio Suetta tornou pública a carta do Santo Padre endereçada a ele e à comunidade diocesana, onde expressa sua proximidade pela situação vivida pela numerosa presença de migrantes e refugiados que buscam uma nova esperança. 

A mensagem do Papa é uma resposta à carta enviada pelo prelado, em que relatava a “difícil situação da cidade de Ventimiglia, pela presença de numerosos migrantes e refugiados que desejam atravessar a fronteira ítalo-francesa”.

O Papa demonstra sua proximidade “no afeto e na oração” ao Bispo, a toda a comunidade e a todos que trabalham “para ir de encontro às necessidades destas pessoas que fogem da guerra e da violência, em busca de esperança e de um futuro de paz”.

Francisco agradece na mensagem os esforços que a comunidade diocesana está empregando “com admirável caridade evangélica, colocando recursos humanos, logísticos e econômicos em apoio a estes nossos irmãos e irmãs que vivem um drama imenso”.

“Encorajo o senhor, os sacerdotes, as pessoas consagradas, os agentes de pastoral e as várias realidades eclesiais a prosseguirem no generoso empenho da acolhida e da solidariedade, para tornar-se sempre mais “Igreja em saída”, anunciadora do Evangelho da misericórdia e testemunha da esperança”.

Ao concluir, o Santo Padre assegura sua oração pelas necessidades da Igreja de Ventimiglia – San Remo, pede orações para si e concede a sua Bênção Apostólica. (JE)

 

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Card. Parolin: esperanças por nova estação nas relações com a China

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Pordenone (RV) – “São muitas as esperanças e as expectativas por uma nova estação de relações entre a Santa Sé e a China, em benefício da paz mundial”. Foi o que afirmou em síntese o Cardeal Secretário de Estado, Pietro Parolin, ao se pronunciar neste sábado em Pordenone, norte da Itália, sobre o tema “A ponte”, criado pelo Cardeal Celso Costantini.

Recordando o incansável empenho do primeiro delegado apostólico na China, de 1922 a 1933, e autêntico construtor de pontes em favor do diálogo entre a Igreja e a China, o purpurado expressou o auspício de que seja escrita “uma página inédita da história, com confiança na Providência e saudável realismo”.

Novas relações em prol da paz mundial

“As auspiciadas novas e boas relações com a China não são um fim em si mesmo ou desejo de quiçá quais sucessos “mundanos”, mas são pensadas e perseguidas, não sem temor e tremor, somente enquanto “funcionais” para o bem dos católicos chineses, de todo o povo chinês e da harmonia de toda a sociedade, em favor da paz mundial”.

Papa conhece martírio dos católicos na China

“Tudo isto – explica – será em benefício de uma ordenada, pacífica e frutuosa convivência dos povos e das nações em um mundo, como o nosso, dilacerado por tantas tensões e por tantos conflitos”.

“O Papa Francisco, como os seus predecessores – recorda o Secretário de Estado – conhece bem a bagagem de sofrimentos, de incompreensões, seguidamente de silencioso martírio, que a comunidade católica na China carrega nas costas. Mas conhece também “a ânsia da plena comunhão com o Sucessor de Pedro, os progressos realizados, e encoraja, no Jubileu da Misericórdia, o perdão recíproco e a reconciliação””.

Confiança na Providência e realismo para escrever página inédita da história

A todos – acrescenta – é pedido para acompanhar o caminho da Igreja na China com  proximidade e oração. “Trata-se de escrever uma página inédita da história, com confiança na Providência e são realismo, para assegurar um futuro em que os católicos chineses poderão sentir-se profundamente católicos, ainda mais visivelmente ancorados no Sucessor de Pedro, e plenamente chineses”.

Cardeal Celso Costantini, modelo de “santidade de negociação”

“Os problemas – constata o Cardeal Parolin – não faltam, mas não são diferentes daqueles enfrentados há 70 anos por Celso Costantini, exemplo daquela “santidade da negociação”, “daquele são realismo” indicado por Francisco como ensinamento da Igreja que rejeita a lógica do “ou isto ou nada” e segue “o caminho do possível para reconciliar-se com os outros”.

Costantini, de fato – recordou Parolin -  alinhando-se sempre em favor da China e afastando a suspeita de que a religião católica fosse um instrumento político a serviço das nações europeias, não sem dificuldades marcou uma “reviravolta radical na atividade missionária na China”, almejando a “descolonização religiosa”, em sintonia com o lema “a China aos chineses”; a “plantatio Ecclesiae” com bispos, presbíteros e religiosos locais; e a inculturação cristã contra o ocidentalismo que apresentava o cristianismo no Extremo Oriente como uma religião estrangeira. Por tudo isto, o Cardeal Costantini – concluiu Parolin – permanece como uma “fonte de inspiração” e um modelo de extrema atualidade”.

(JE/PO)

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Card. Parolin: Diplomacia, justiça e misericórdia

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Cidade do Vaticano (RV) – A 10ª edição do evento “A Livraria Editora Vaticana” em Pordenone, organizada pela Euro 92 Eventos e pela LEV, contará este ano com uma atividade de grande prestígio.

Trata-se da Lectio Magistralis a ser proferida pelo Cardeal Secretário de Estado, Pietro Parolin, às 17h30min deste sábado, na ex-Igreja Convento de São Francisco, sob o tema “O compromisso diplomático como exercício de Justiça e de Misericórdia”.

A conferência será presidida pela saudação do Bispo da cidade, Dom Giuseppe Pellegrini e pelo Padre Giuseppe Costa, Diretor da Livraria Editora Vaticano.

Sempre neste sábado, a cidade de Pordenone, pelas mãos de seu Prefeito, conferirá ao Secretário de Estado as Chaves da Cidade.

No domingo, às 11 hora, o Cardeal Parolin presidirá uma missa na Catedral local.

(JE)

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Igreja na América Latina



Beatificação de Mama Antula: propagadora dos Exercícios inacianos

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Santiago del Estero (RV) – O Cardeal Angelo Amato, Prefeito da Congregação das Causas dos Santos, preside neste sábado (27/8), em nome do Papa, no Parque Aguirre de Santiago del Estero, ao norte da Argentina, a cerimônia de Beatificação de Maria Antonia de San José, conhecida como Mama Antula. 

Em preparação prévia a esta Beatificação, a Igreja argentina promoveu algumas celebrações na Arquidiocese da capital, cujo ponto alto foi a Santa Missa de ação de graças por Mama Antula,  assim chamada pelos indígenas“ quechua”, presidida na catedral metropolitana pelo Cardeal-arcebispo de Buenos Aires, Dom Mario Aurelio Poli.

Esta Beatificação tem relação íntima com a Canonização do “Cura Gaucho”, José Gabriel Brochero, que será realizada no Vaticano no próximo dia 16 de outubro. De fato, a vida destes dois argentinos é marcada por um profundo espírito missionário e pela confiança nos exercícios espirituais, propostos por Santo Inácio de Loyola, como método de conversão e de encontro com Deus. Mama Antula é considerada “a pessoa que abriu o caminho missionário, depois percorrido pelo Padre Brochero.

Antula e Brochero

Mama Antula e o Cura Brochero são duas figuras que representam a dimensão missionária da Igreja. O Cura, representado sobre uma  mula, demonstra que a espiritualidade inaciana é baseada na ação. Mama Antula costumava dizer, sobre a sua missão, que exercia no mundo, que considerava lugar de graça: “Ide até aonde Deus não é conhecido”.

Com coragem e fé, - após a expulsão dos jesuítas das terras americanas pelo Rei da Espanha, - esta jovem mulher, de uma família rica de Santiago del Estero, se comprometeu em continuar a obra de evangelização e, sobretudo, a divulgar os exercícios espirituais inacianos.

Missão

Com o hábito preto dos Jesuítas, descalça e apenas com um crucifixo de madeira, junto com outras leigas, que como ela se consagraram a Deus, Mama Antula percorreu toda a região de Tucumán, hoje norte da Argentina, propagando os exercícios espirituais. Às vezes, era insultada, apedrejada, considerada “louca e bruxa” e acusada de ser “um jesuíta mascarado”. Mas Mama Antula continuou, com coragem e fé, a sua obra missionária.

Maria Antônia de Paz y Figueroa nasceu em Santiago del Estero, em 1730, e faleceu em 1779 na Casa de Exercícios Espirituais, que havia fundado em Buenos Aires.

Mensagem da Igreja

Em vista da Beatificação de Mama Antula, o Bispo de Cruz del Eje, publicou uma mensagem audiovisual, em nome dos Bispos argentinos, onde se lê:

"Com muita alegria estamos vivendo, na Igreja da Argentina, dois acontecimentos de muita importância: a Beatificação de Mama Antula e a próxima Canonização do Cura Brochero em Roma. Por isso, somos chamados a seguir o exemplo de santidade destas duas testemunhas do Evangelho, afim de anunciar "com entusiasmo a alegria a mensagem evangélica", e trabalhar pela “promoção da dignidade dos nossos irmãos, que fazem parte integrante e fundamental da Palavra de Jesus". (MT/EM)

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Igreja no Mundo



Em solidariedade, Jubileu do Voluntariado tem programa alterado

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Cidade do Vaticano (RV) – No momento em que tantas famílias sofrem pela perda repentina de seus entes queridos, pela destruição de suas casas e pela precariedade das condições ambientais, “nos sentimos profundamente próximos para dar conforto e apoio com a força da fé e a consolação da misericórdia”. “O Jubileu do Mundo do Voluntariado vive esta Jornada ao lado daqueles que têm necessidade de apoio e de ajuda imediata”.

Em função da dor e danos provocados pelo terremoto que atingiu a Itália Central, os organizadores do Jubileu do Voluntariado e dos Agentes de Misericórdia, a ser realizado de 2 a 4 de setembro, sofrerá alterações, como a suspensão da festa de acolhida de todos os voluntários, prevista para a noite de sábado, 3 de setembro.

“Decidimos todos  – explica uma nota divulgada pelos organizadores – viver o momento do encontro com o Papa Francisco na manhã de sábado, às 10 horas, e a Santa Missa de domingo 4, às 10h30min, na solidariedade de uns para com os outros. Aqueles que estiverem em Roma, para fortalecer o compromisso dos voluntários empenhados nas áreas do terremoto. E aqueles que estão trabalhando e atuando nestes locais destruídos, espiritualmente próximos aos voluntários em São Pedro”.

No programa do evento, contudo, fica mantida para a tarde de sexta e sábado, a presença de alguns estandes das Associações de Voluntariado nos Jardins do Castelo Santo Ângelo, assim como a possibilidade de percorrer o trajeto “Nas pegadas dos Santos e Beatos da Misericórdia”.

(JE)

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Formação



Reflexão dominical: identificar-se com os pobres e marginalizados

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Cidade do Vaticano (RV) - No Evangelho, Jesus está jantando na casa de pessoas importantes da sociedade judaica. Ele observou, não apenas neste jantar, mas em diversas refeições de que participou, especialmente em banquetes, que as pessoas faziam verdadeiras ginásticas para estarem em lugar de destaque, próximas do anfitrião ou do homenageado. Ele aproveitou o momento para fazer algumas observações que não são de etiqueta, mas de postura em relação ao Reino do Céu. 

Ele inicia quebrando certa visão conservadora de Deus e de relacionamentos “queridos” por ele.

Para Jesus não existe um Deus distante das pessoas e nem a necessidade de render-lhe homenagem com mortificações, penitências e jejuns. O Deus de Jesus Cristo é o Emanuel, Deus Conosco, que vem armar sua tenda em nosso meio, que vem participar de nossas alegrias e tristezas, que vem viver a nossa vida e nos quer ver alegres, felizes, em paz.

Em seguida, o Senhor faz uma advertência sobre quem convidar para o festim.

Os convidados deverão ser os coxos, os aleijados, os excluídos, aqueles que jamais poderão retribuir o convite. Dentro da tradição, os convidados seriam irmãos, parentes, amigos e vizinhos. Jesus, rejeitou esse costume e deu novas orientações, como vimos.

Jesus dá o alerta em relação aos marginalizados, aos esquecidos. É com eles, com os que estão presentes apenas para servir, que o Senhor se identificou. Do mesmo modo Maria, nas Bodas de Caná, se identificou com os servidores, por isso ela percebeu a falta de vinho. Se estivesse sentada à mesa, não perceberia, mas como certamente estava ajudando a servir, apesar de convidada, percebeu.

Neste momento poderemos nos perguntar de que lado nos posicionamos? Qual é nosso lugar social no mundo em que habitamos? Lugar social não tanto de nascimento, mas de opção. Colocamo-nos ao lado dos ricos, dos incluídos ou nos identificamos com os despossuídos?

Depois o Senhor entra na questão do acolhimento. Banquete, almoço, jantar ou uma simples refeição, supõem acolhida. Acolhemos apenas os sadios, os perfeitos, os íntegros, os santos, ou temos espaço para os doentes, para os que levam vida irregular e estão fora do politicamente e eticamente aceito?

Acolher os cegos, coxos e aleijados, siginificava na sociedade judaica acolher os pecadores, já que o defeito físico, a doença e a miséria eram vistos como consequencias de pecados.

Jesus não está se referindo a uma refeição concreta, mas a uma postura de vida que aceita os puros, perfeitos, santos aos olhos dos valores éticos de nossa sociedade e rejeita aqueles que deveriam estar cobertos de vergonha pela vida que levam ou que levaram, pelas suas opções erradas, pela demonstração pública de que rejeitaram as inspirações para o bom caminho. Podemos pensar nos alcoólatras, drogados, viciados em jogos de azar, prostitutas e outros praticantes de atitudes que desabonam mocinhas e mocinhos virtuosos.

Concluindo nossa reflexão, peçamos ao Senhor a graça de mudarmos nosso lugar social e de nos identificarmos com aqueles que ele, sua e nossa bendita Mãe, se identificaram, ou seja, com os pobres, com os marginalizados.

Que a celebração eucarística, que nossa presença na igreja durante a missa, seja sinal do que acontece em nosso interior, e sintamo-nos irmanados com aquele que estiver ao nosso lado, seja conhecido ou não, bem apresentável ou não.

Não importa tanto se em nossa vida é frequente esse tipo de refeição, mas é fundamental que isso faça parte de nosso coração, de nosso querer, de nossa identificação, de nosso lugar de fé. (Reflexão do Padre Cesar Augusto dos Santos para o XXII Domingo do Tempo Comum)

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Vocação dos Catequistas

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Rio de Janeiro (RV) - No quarto domingo de agosto, dentro do mês vocacional, celebramos a vocação dos leigos e leigas e, no último domingo, o Dia do Catequista. Neste ano ambos caem no mesmo domingo, pois temos apenas quatro domingos em agosto.

Neste domingo, a Igreja insiste no protagonismo dos leigos, seja nos âmbitos da fé e da comunidade eclesial, mas preferencialmente na esfera do mundo. O leigo cristão tem a missão de ser o fermento de transformação profunda das realidades temporais, vivendo na comunhão da Igreja.

Na Igreja no Brasil temos um número muito grande de catequistas. São homens e mulheres que, cientes de sua responsabilidade cristã, assumem o serviço de educar e formar crianças, jovens e adultos, preparando-os não só para os sacramentos, de modo particular a Santa Eucaristia, mas para testemunhar com a própria vida a pessoa de Jesus e o seu Evangelho. Da catequese familiar e eclesial dependem a maturidade da fé dos cristãos e a vivacidade e o testemunho da Igreja.

A vocação dos catequistas é uma das mais importantes na fé católica, porque eles são os transmissores da fé recebida de nossos pais. Ser catequista é ter consciência de ser chamado e enviado para educar e formar na fé. Sabemos que há diversidade de dons e de ministérios, mas o Espírito Santo é o mesmo. Existem diversos modos de ação, mas é o mesmo Deus que age em todos e realiza tudo em todos. É assim que nos diz a Bíblia, a Palavra de Deus. Carisma é um dom do alto, que torna seu portador apto a desempenhar determinadas atividades e serviços em vista da evangelização e da salvação. Todo catequista tem um carisma e recebe este dom, que assume a forma do serviço da catequese na comunidade. É uma graça acolhida e reconhecida pela comunidade eclesial, que comporta estabilidade e responsabilidade. Ser catequista é uma vocação e uma missão.

Uma das preocupações fundamentais da Igreja hoje é a formação de seus agentes pastorais. Temos necessidade de muitos e santos evangelizadores. A vocação é essencialmente eclesial e está destinada ao serviço e ao bem da comunidade. A Igreja, como assembleia dos vocacionados à santidade, tem o compromisso e o dever de preparar, adequadamente, seus filhos e filhos para que realizem, com fé, amor e eficácia, o projeto de evangelização. Pela catequese, a Igreja contribui para que cada batizado cresça, amadureça e frutifique sua fé. Sabemos que uma das tarefas mais importantes da Igreja é ajudar cada um a encontrar seu projeto de vida, a perceber o chamado de Deus.

Aos fiéis leigos e leigas compete, por vocação própria, buscar o Reino de Deus ocupando-se das coisas temporais e ordenando-as segundo o Criador. Vivem no mundo, isto é, no meio de todas e cada uma das atividades e profissões, e nas circunstâncias ordinárias da vida familiar e social, as quais como que tecem a sua existência. Aí os chama Deus a contribuírem, do interior, à maneira de fermento, para a santificação do mundo, através de sua própria função.  A eles compete muito especialmente esclarecer e ordenar todas as coisas temporais, com as quais estão intimamente comprometidos, de tal maneira que sempre se realizem segundo o espírito de Cristo, se desenvolvam e louvem o Criador e o Redentor. Por isso, neste domingo, de modo especial, rezemos por todos os leigos e por todos os catequistas para que sejam “Sal da terra e luz do mundo”.

O Papa Francisco, enquanto Arcebispo de Buenos Aires, em agosto de 2001, dirigiu a seguinte mensagem intitulada “Deixar-se encontrar para facilitar o encontro”, aos seus catequistas, em que disse: “A catequese necessita de catequistas santos, que contagiem com sua própria presença, que ajudem, com seu testemunho de vida, a superar uma civilização individualista, dominada por uma ‘ética minimalista e uma religiosidade superficial’. Hoje, mais do que nunca, urge a necessidade de se deixar encontrar pelo Amor, que sempre tem a iniciativa para ajudar os homens a experimentar a Boa-Nova do encontro”. (cf. Anunciar o Evangelho – Mensagens aos catequistas, Cardeal Bergoglio, Ecclesiae, pág. 18). Continua o futuro Papa: “Mas todos esperam, buscam. desejam ver Jesus. E por isso necessitam dos que creem, especialmente dos catequistas que ‘não só lhes falem de Cristo, mas também que de certa forma lh’O façam ver... Mas, o nosso testemunho seria excessivamente pobre se não fôssemos primeiro contemplativos do seu rosto”. (Obra citada, pág. 19).

Já como Romano Pontífice, o Papa Francisco ensinou a receita do catequista que: "partir novamente de Cristo significa imitá-Lo no sair de si e ir ao encontro do outro. Essa é uma experiência bonita, e um pouco paradoxal. Por qual motivo? Porque quem coloca no centro da própria vida Cristo, se descentra! Quanto mais se une a Jesus e Ele se torna o centro da sua vida, mais Ele o faz sair de si mesmo, o descentra e abre você aos outros”. "O coração do catequista vive sempre esse movimento de 'sistole – diastole': união com Jesus – encontro com o outro. Sistole – diastole. Se falta um desses dois movimentos, não bate mais, não pode viver". (http://br.radiovaticana.va/storico/2013/09/27/francisco_aos_catequistas_sejam_criativos,_n%C3%A3o_tenham_medo_de_romper/bra-732465, visualizado em 21 de agosto de 2016).

A pessoa do catequista é fundamental para a vida da Igreja. Por meio dela a Igreja vai exercendo de um modo específico a “educação da fé”. Bela missão, rica de possibilidades e também de desafios imensos. Ao percorrer um ano de atividades, nas suas mais variadas expressões e condições, segundo as diversas realidades pessoais, culturais, geográficas e mesmo de experiência de fé, convidamos todas as pessoas que exercem essa bela e árdua missão a lançarem um olhar sobre o caminho percorrido, para avaliação e um olhar para o futuro, para programação.

Para cumprir bem sua missão, o catequista deve ser uma pessoa inserida na comunidade eclesial, ter um espírito de abertura e humildade para procurar sempre crescer. É indispensável que o catequista tenha uma experiência pessoal e comunitária da fé para que sua missão seja frutuosa. Importante, ainda, é a participação do catequista em cursos de capacitação, mas é necessário também que tenha consciência de ser membro de uma equipe que trabalha para o mesmo objetivo e, por isso, deve cultivar uma vida comum, refletir, organizar, trabalhar e avaliar junto e, ainda, celebrar comunitariamente a fé e a missão.

Ao cumprimentar todos os queridos catequistas e as queridas catequistas de nossa Arquidiocese, expoentes fundamentais da transmissão da fé católica e da educação das novas gerações, o faço com o coração em festa, e espero que chegue a cada um e a cada uma meu mais comovente “Deus lhe pague” pelo seu trabalho. Sei que o seu abençoado trabalho é feito em nome de Cristo. Por isso, são atualíssimas as palavras do Papa Francisco que vão nos guiar neste dia, em ação de graças por cada catequista de nossa Igreja: “Cada ser humano precisa sempre mais de Cristo, e a evangelização não deveria deixar que alguém se contente com pouco, mas possa dizer com plena verdade: «Já não sou eu que vivo, mas é Cristo que vive em mim» (Gal 2, 20)”. (Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 160). Nossos catequistas poderão dizer com santa felicidade: “Já não sou eu que vivo, mas é Cristo que vive em mim” (Gal 2,20). Essa é a nossa fé, a nossa missão: viver para Cristo e anunciá-Lo e testemunhá-Lo a todos. Sejamos eficazes nesta nossa santa missão. Que a Virgem Aparecida nos ilumine e continue fortalecendo todos os nossos catequistas!

Orani João, Cardeal Tempesta, O.Cist.

Arcebispo Metropolitano de São Sebastião do Rio de Janeiro, RJ

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Atualidades



Dia de Luto: Itália chora seus 291 mortos

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Cidade do Vaticano (RV) - Neste sábado, dia de Luto Nacional, a Itália começou a sepultar seus mortos, que já chegam a 291, a maior parte deles em Amatrice, sempre mais isolada pelos danos nas vias e na ponte de acesso. São 2.100 os desabrigados. Durante a tarde foram retirados três corpos dos escombros do Hotel Roma. 

O Presidente da República Sergio Mattarella visitou algumas das áreas atingidas, para então dirigir-se a Ascoli para os funerais de Estado das vítimas na região das Marcas, aos quais tomou parte também o Premier Matteo Renzi. Na terça-feira, 30, por sua vez, será realizado um rito fúnebre em Amatrice.

Funerais em Ascoli

Uma profunda comoção tomou conta de Ascoli, onde foram realizados os funerais de 35 das vítimas do terremoto na região das Marcas, e que chegaram a 50 enquanto se celebrava a Missa.

Nas Exéquias celebradas de forma solene no ginásio da cidade, presididas pelo Bispo local, Dom Giovanni D’Ercole, tomaram parte numerosas autoridades civis e religiosas e uma multidão de amigos e parentes das vítimas.

A missa foi concelebrada por Dom Domenico Pompili, Bispo de Rieti, a área mais devastada pelo sisma da madrugada de quarta-feira. O Cardeal Parolin, em visita a Pordenone, norte da Itália, afirmou que o Papa Francisco continua a rezar incessantemente pelas vítimas do tremor.

Os Patriarcas da Rússia, Kirill, e de Constantinopla, Bartolomeu I, uniram-se em oração ao difícil momento vivido pelos italianos, expressando ao Primeiro Ministro Renzi suas condolências e invocando a todos "fortaleza de ânimo e coragem".

Tremores

E a terra não para de tremer na região central do país. Foram 1.332 os abalos secundários e réplicas que se seguiram ao grande tremor da madrugada de quarta-feira, 92 somente nas últimas horas, entre os quais um de magnitude 4.0 na Escala Richter, às 4h50min.

Trata-se quase que do golpe final para algumas construções já devastadas, mas sobretudo para ponte em Tre Occhi, na importante via de acesso a Amatrice, que corre o risco de desabar.

O balanço parcial dos mortos, até o momento, é de 291. Em Accumoli e em Amatrice ainda existem pessoas desaparecidas. 388 são os feridos e 238 as pessoas resgatadas com vida.

Na corrida contra o tempo as escavações continuam, na esperança de encontrar alguém com vida, mas também para recuperar corpos sob os escombros.

O terreno em Accumoli, segundo as primeiras revelações dos satélites, teria abaixado 20 cm. O sisma teria provocado uma deformação em forma de “colher”, uma depressão do solo em consonância com a falha de pouca profundidade existente entre Norcia e Amatrice. A Torre Civica e a Igreja de Santo Agostinho - ambas construções históricas duramente danificadas - correm o risco de desabar.

(je/agências)

 

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Editorial: voluntários, em fila para ajudar

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Cidade do Vaticano (RV) – Mais uma vez, acordamos no meio da noite, como em 1997 e em 2009; novamente fomos despertados pela força da terra e torcemos para que a oscilação acabasse o mais rápido possível. Depois, corremos para o quarto de nossos filhos, pais e irmãos, telefonamos para os amigos, os colegas, abraçamos quem passou o mesmo susto e nos confortamos com igual medo. 

Às 3h38 da manhã desta quarta-feira, meia Itália estava de pé. O terremoto é uma face cruel da natureza, não poupa ninguém e nada, não tem piedade das crianças nem misericórdia pelos idosos. Este é um território sísmico, está comprovado, mas falta ainda e há muito tempo a decisão política para impor controles mais eficazes, usar a tecnologia, monitorar as construções novas e antigas. É provável e também demonstrado que o país não dispõe de recursos econômicos suficientes para isso.

'Belpaese', sísmico e sem recursos econômicos

Mas esta é uma terra que sabe também despertar a solidariedade, como já aconteceu em Assis, em Aquila, e em tantos desastres naturais do passado. O chamado ‘Belpaese’ é sim, exposto ao risco sísmico, mas triunfa em solidariedade.

Ouvimos muitos relatos: uma avó em Arquata salvou dois netinhos protegendo-se com eles em baixo da cama, muitos sobreviveram porque se refugiaram em baixo de vigas de casa. Gerações de italianos souberam superar a carência de meios e de treinamento com o conhecimento e a sabedoria herdados de tragédias passadas.

O cidadão é italiano por nascimento ou por atestado, mas se sente italiano quando participa de gestos comuns, quando se compacta pela justiça. A empatia e o esforço solidário neste momento são marcos deste povo na ajuda aos voluntários que se defrontam com o sofrimento.

Nas madrugadas, as buscas por possíveis sobreviventes não cessaram. Usando equipamentos de iluminação ou até mesmo velas, voluntários, bombeiros e agentes da Defesa Civil escavavam nos escombros em busca de vida.

Em Monteprandone, vinte refugiados hóspedes em uma estrutura de acolhimento nas proximidades do epicentro do terremoto, partiram para trabalhar. "Foram eles que pediram para dar uma mão neste momento trágico para a região que os abriga", disse o dirigente do Grupo de Solidariedade Humana (GUS), órgão criado para atender aos milhares de solicitantes de refúgio que entram no país todos os anos.

Resgatados que hoje resgatam

A cada dia, a Itália resgata dezenas de pessoas de embarcações superlotadas no mar Mediterrâneo. Os imigrantes que se disponibilizaram para ajudar em Amandola são todos do norte da África. Resgatados que hoje resgatam. Cidadãos de coração, antes de italianos por atestado.

No país, 6 milhões e 600 mil pessoas desempenham voluntariado: isto equivale a 12,6% da população, ou seja, um em cada 8 cidadãos maiores de 14 anos presta gratuitamente uma atividade, sem qualquer obrigação, em favor de outras pessoas.

A sensação da plenitude que nos dá a solidariedade

A tragédia do terremoto e o que ela provoca em nós, indo além da piedade e da participação na dor de nossos irmãos, nos impele a pensar com mais força no desejo e na necessidade de experimentar a sensação de plenitude, aquilo que propicia um olhar diferente para as coisas, que impulsiona a agir e a apostar nas grandes realizações.

Misericórdia e comoção

Naquela manhã, pela primeira vez, o Papa suspendeu a catequese e na audiência semanal rezou com os fiéis pelos mortos, feridos e atingidos. Quis que seu abraço, partícipe e envolvedor, e o de toda a Igreja, chegasse também aos voluntários. Nós nos unimos à oração e atendemos ao pedido de Francisco, comovendo-nos também com a misericórdia operosa destes homens e mulheres que se entregam, corajosos, a esta missão. 

(CM)

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Laudato si - Francisco e o Irmão Petróleo

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Francisco e o Irmão Petróleo

Capítulo l7

 
IRMÃO PETRÓLEO

FRANCISCO A paz esteja com vocês, irmãs e irmãos! Paz e felicidade e bênçãos    de Deus, que é nosso pai e nossa mãe! Sou Francisco de Assis, amante da Natureza e amante de suas criaturas...  

BARQUEIRO Segure-se bem, padinho, que há ondas!

FRANCISCO Estou navegando pelo rio mais caudaloso do mundo... o grande Amazonas, o rio mar, como o chamam!  Estou na Amazônia do Brasil... A meu redor, árvores imensas, uma selva densa... Irmão barqueiro, falta muito para chegar?

BARQUEIRO Não se avexe, padinho... já falta pouco! 

BARQUEIRO Pronto, padinho. Chegamos. 

FRANCISCO   Mas... o que é isso? Você me disse que íamos à cidade mais bonita do mundo…

BARQUEIRO E é aqui, padinho. Uma cidade petroleira… Esses poços que vê ao fundo são da empresa chinesa. Mais pra frente estão os gringos. E deste lado do rio, os brasileiros, lá os argentinos... petróleo por todo lado!

FRANCISCO  Não te entendo, irmão barqueiro. A isso você chama o mais bonito?

BARQUEIRO O petróleo é riqueza, padinho. É o ouro negro, a bênção de Deus. O petróleo é dinheiro. Dinheiro! Money!

FRANCISCO E esta mancha de óleo negro que estou vendo, enorme, que suja o rio?

BARQUEIRO Ah, é que houve um vazamento... Um acidente... Mas isso não tem  importância... esta selva aguenta tudo!

FRANCISCO  Deixe-me neste cais, irmão barqueiro. E muito obrigado. 

BARQUEIRO Muito bem. Te pego amanhã, padinho, nesta mesma hora... E aproveite...   Vá por esse caminho e vai encontrar de tudo, bares, garotas gostosas...    até meninas, indiazinhas... adeus!

FRANCISCO  Uff... Viajar tanto para chegar a este lugar tão desagradável... O que vou fazer aqui? Com quem poderei falar? 

PETRÓLEO Baixe a cabeça, Francisco... Fala comigo, com esta mancha negra e  gosmenta em que está pisando. Ouça minha atribulada história.

FRANCISCO E você, quem é?

PETRÓLEO    Melhor dizendo, quem era. Há milhões de anos eu fui floresta... Quando minha vida terminou, voltei a terra... Me decompus... E com o tempo fui me convertendo nesta pasta negra e fedida. Agora sou petróleo.
 
FRANCISCO Ah, então você é o famoso petróleo. Eu não te conhecia. 

PETRÓLEO E preferia que ninguém me conhecesse. Mas empresários muito poderosos perfuraram poços e mais poços para retirar-me do fundo da terra e do fundo dos mares. 

FRANCISCO  E você, para que serve, irmão Petróleo? Conte-me. 

PETRÓLEO Eu sou energia. Me extraem, me refinam, me queimam para mover motores, para dar luz e calor, para cozinhar, para asfalto, para plásticos, até para  roupa, para tudo. O mundo se move graças a mim. 
        
FRANCISCO Não sabia que você era tão importante, irmão Petróleo.

PETRÓLEO    Olhe ao redor, Francisco. Está vendo esses balancins que sobem e descem, esses que parecem bicos de pássaros negros, abutres gigantes? Estão  chupando-me por baixo da terra. 

FRANCISCO  Mas se você é tão útil à humanidade, não entendo por que está tão bravo.

PETRÓLEO  Porque sujo, contamino. Aqui onde me vê e onde me cheira, eu  sou o coração do problema da mudança climática. 

FRANCISCO  Outra vez a mudança climática! 

PETRÓLEO  Ouça, criatura de Deus. Quando me queimam para conseguir energia, de mim saem gases sujos de carbono que sobem para a atmosfera e formam uma capa que envolve a Terra... Os raios do Sol entram, mas não podemsair depois... A Amazônia e o planeta inteiro se aquecem… 

FRANCISCO Diga-me uma coisa, irmão Petróleo. Por que você foi derramado aqui, no rio?

PETRÓLEO Estas empresas, Francisco, dizem que trabalham com “tecnologia limpa e de ponta”. Mas é mentira. A cada momento rompem os canos por onde me  tiram e tudo se contamina. Os rios, a selva... Sujo a água, adoeço as pessoas... 

FRANCISCO  O barqueiro que me trouxe aqui dizia que você é a benção de Deus. 

PETRÓLEO A maldição de Satanás, Francisco. Meu irmão o carvão também suja,  mas menos. E meu irmão o gás. Mas eu sou o pior. 

FRANCISCO Você te confessa culpado, então?

PETRÓLEO  Sim, por minha culpa as empresas desalojam comunidades inteiras, acabam com os povos indígenas que vivem na Amazônia, separam as famílias, metem álcool e prostituição, poluem a água que as pessoas bebem... Uma desgraça.

FRANCISCO  E as pessoas não protestam?

PETRÓLEO   Prendem aos líderes que protestam e alguns deles são mortos. Os poços são militarizados… As corporações e os governos entram em acordo para calar as comunidades. Não as consultam para a exploração.

FRANCISCO  Pelo que me conta, você, o famoso petróleo, provoca mais dano que bem. Causa mais desastres que os mínimos benefícios que talvez cheguem às  comunidades da Amazônia.

EMPRESÁRIO Nunca ouvi uma conversa mais estúpida que a deste padreco falando sozinho! Dizer que são mínimos os benefícios! E não lhes demos uma escolinha e uma quadra de futebol? Ingratos!... Você, padreco, não chegou até aqui sem a lancha que queima diesel!... E os índios andariam ainda pelados e comendo mandioca se não fosse pelo progresso que trouxemos a esta maldita selva! 

PETRÓLEO    Ouviu, Francisco? Assim pensam os empresários e muitíssima gente. Pensam que o progresso e o desenvolvimento dependem de mim. Não podem imaginar o mundo sem mim. 

FRANCISCO     E quando você acabar o que farão? Porque nada é eterno, só Deus.

PETRÓLEO  Provavelmente, antes que me acabem, eu acabo com eles. Porque o calor e os gases que eu produzo vão arruinar o planeta. 

FRANCISCO Diga-me uma coisa, petróleo... há outros lugares como este? 

PETRÓLEO  Um montão. Viaje à Venezuela, onde estão as maiores reservas. E ao Peru e à Colômbia e ao Equador e ao Brasil e à Bolívia... Estão rifando a Amazônia, como os bandidos quando repartem o butim... Até o Yasuní, um paraíso, a zona com mais variedade de vida no planeta, também o estão destruindo para extrair-me. 

FRANCISCO E que solução você tem para esta tragédia, irmão Petróleo?

PETRÓLEO  Que me deixem em paz. Que não extraiam nem mais um barril. Que não queimem nem mais um galão de gasolina. 

FRANCISCO  E de onde tirarão a energia de que necessitam?
                      
PETRÓLEO Do ar, da água, do Sol, dos vulcões... energias limpas que não se acabam e não sujam. E precisam fazê-lo rápido, Francisco, muito rápido se quiserem salvar a única casa que eles têm no universo! 

Diz o Papa Francisco em sua encíclica Laudato Si, Louvado Sejas: 

Sabemos que a tecnologia baseada nos combustíveis fósseis – altamente poluentes, sobretudo o carvão mas também o petróleo e, em menor medida, o gás– deve ser, progressivamente e sem demora, substituída. Enquanto aguardamos por um amplo desenvolvimento das energias renováveis, que já deveria ter começado, é legítimo optar pela alternativa menos danosa ou recorrer a soluções transitórias... Se alguém observasse de fora a sociedade planetária, maravilhar-se-ia com tal comportamento que às vezes parece  suicida. (Laudato Si 165, 55)

E disse o Papa Francisco no Encontro com os Movimentos Populares na Bolívia: 

O mundo reclama de todos os governantes, preservar e melhorar o ambiente natural e vencer quanto antes o fenômeno da exclusão social e econômica, com suas tristes consequências de tráfico de seres humanos, comércio de órgãos e tecidos humanos, exploração sexual de crianças, trabalho escravo, incluindo a prostituição, tráfico de drogas e de armas, terrorismo e crime internacional organizado. 

PERGUNTAS PARA O DEBATE 

1- Poderíamos viver sem petróleo, sem carvão, sem gás?

2- Os poços de petróleo ajudaram o desenvolvimento dos países e das comunidades? 

3- Governos de direita e os chamados progressistas extraem petróleo e exploram minas. Em que se diferenciam?

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