AUDIENCIA
GENERAL: EL CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES
El
cántico de los tres jóvenes, del libro del profeta Daniel,
fue el tema de la catequesis de la Audiencia General del miércoles.
Se trata de un himno largo y bello cantado por tres jóvenes judíos
arrojados en un horno encendido por haberse negado a adorar la estatua
del rey Nabucodonosor, de Babilonia. Es de todos sabido, afirmó
el Papa, que el libro de Daniel refleja los fermentos, las esperanzas
e incluso las expectativas apocalípticas del pueblo elegido, el
cual, en la época de los Macabeos (siglo II antes de Cristo) luchaba
para poder vivir según la Ley dada por Dios.
Los tres
jóvenes, preservados milagrosamente de las llamas, cantaban en
el horno un himno de alabanza a Dios. Este himno se asemeja a una letanía,
repetitiva y al mismo tiempo nueva, que se eleva a los cielos como volutas
de incienso, semejantes pero nunca iguales. Juan Pablo II reiteró
que la oración no teme la repetición, así como el
enamorado no duda en declarar insistentemente a su amada el amor que siente
por ella. En estas cosas, la insistencia, afirmó el Papa, es señal
de intensidad y de innumerables matices en los sentimientos, en los impulsos
interiores y en los afectos.
Una vez más
vemos implicadas en la alabanza a Dios a las criaturas, que desfilan en
este himno cósmico del capítulo tercero de Daniel. El canto,
propuesto por la liturgia en los Laudes del domingo de la segunda semana,
convoca a todas las criaturas del cielo y de la tierra para que alaben
y magnifiquen a su Señor. La primera palabra del himno es "Bendito":
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres
" En la
Biblia existen dos formas de bendición, que se entrecruzan entre
sí. Por un lado la bendición que desciende de Dios: El Señor
bendice a su pueblo. Se trata de una bendición eficaz, fuente de
fecundidad, de felicidad y de prosperidad.
Por otro
lado está la bendición que sube desde la tierra al cielo.
El hombre, beneficiado por la generosidad divina, bendice a Dios, alabándolo,
dándole gracias, exaltándolo. El objeto fundamental de la
alabanza de este himno es, sobre todo, el nombre "glorioso y santo"
de Dios. Este cántico de la mañana del domingo, la Pascua
semanal de los cristianos, es una invitación a abrir los ojos ante
la nueva creación que ha tenido su origen en la resurrección
de Jesús. La contemplación de esta nueva creación
lleva a todos de la mano a entrar, saltando de gozo, en la única
Iglesia de Cristo.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
En la Biblia hay dos tipos de bendición, relacionadas entre sí.
Una es la bendición que viene de Dios y significa protección,
felicidad y prosperidad para el ser humano; la otra es la que, desde la
tierra, sube al cielo, manifestando alabanza, gratitud y reconocimiento
a Dios por todos sus beneficios.
Ésta
es la que predomina en el canto de los tres jóvenes condenados
al fuego por no renegar de su fe ni ceder a la idolatría. Repiten
una y otra vez su invocación, pues no se cansan de proclamar su
amor a Dios. Incluso invitan a todas las criaturas a honrar al Creador
pues, aunque Él está en la bóveda del cielo, sentado
sobre querubines, no deja de cuidar siempre de su pueblo. Al recitar esta
oración el domingo, el cristiano ha de pensar también en
la nueva creación, obra del misterio Pascual de Cristo, que toda
la comunidad celebra solemnemente este día de la semana.
Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española, en especial a los oficiales
y cadetes de la Escuela Penitenciaria de la Nación y de la Escuela
Federal de Policía, de Argentina. Invito ardientemente a todos
a que, reconociendo y alabando a Dios, creador y padre del género
humano, acrecienten su respeto por cada persona y fomenten la paz.
EL
PAPA ACTIVÓ DESDE EL VATICANO LA PÁGINA WEB DE LA BASÍLICA
DE GUADALUPE
El Papa Juan
Pablo II, según noticias llegadas de México, inauguró
el miércoles, la página web de la Virgen de Guadalupe, una
especie "Santuario Digital" que permitirá a los fieles
de todo el mundo rezar y hacer peticiones a la patrona de México
y de toda América. Un portavoz de la Basílica de Guadalupe
manifestó que el Papa será el primer visitante del portal
de la Virgen Morena de Tepeyac "y su primer clic liberará
el acceso para todo el mundo".
En la página
www.virgendeguadalupe.org.mx los fieles podrán rezar, hacer peticiones,
e incluso, comprar en la tienda virtual sin tener que soportar las aglomeraciones
habituales de la Basílica, que en ese día tenía previsto
recibir a más de siete millones de personas con motivo de la festividad
de Guadalupe. Tras el resumen de la catequesis y los saludos en español,
Juan Pablo II añadió, evocando esta advocación mariana:
"Hoy,
fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz
de México y Reina de América, se inaugura el Sitio Oficial
de su Insigne y Nacional Basílica. Allí, en el Tepeyac,
la Madre de Dios pidió al Beato Juan Diego un lugar para hacer
presente el amor de Cristo en aquellas tierras. Desde ese templo, Ella,
como Madre celeste, ha asistido, consolado y fortalecido en la fe durante
siglos a los millones de peregrinos que la han invocado.
Con el nuevo
Sitio, el mensaje de Guadalupe puede llegar aún más lejos,
ayudando a quienes buscan sentido a sus vidas y razones para la esperanza.
Pidamos a Nuestra Señora que esta nueva forma de comunicación
haga visible con mayor amplitud su consoladora protección, especialmente
a los más pobres y marginados; y que, con la difusión de
la imagen mestiza guadalupana, impulse la fraternidad entre las razas,
acreciente el diálogo entre las culturas y promueva la paz".
Terminados
los saludos en las diversas lenguas, Juan Pablo II dirigió una
vez más palabras afectuosas a los jóvenes, a los enfermos
y a los recién casados, recordando que en el clima espiritual del
Adviento, tiempo de esperanza que nos prepara para la Navidad, María
está particularmente presente, a quien confió los jóvenes
para que puedan acoger con fuerte impulso la invitación de Cristo
a realizar plenamente su Reino.
A los enfermos,
especialmente a los niños del "Pequeño Cottolengo Don
Orione" de Tortona, Italia, presentes en la Audiencia, les exhortó
a ofrecer sus sufrimientos junto con María, por la salvación
de la humanidad. "Que la intercesión materna de la Virgen
os ayude, dijo el Papa a los recién casados, a fundar vuestra familia
en un amor fiel y abierto a la acogida de la vida".
SOLIDARIDAD
CON EL PUEBLO DE IRAK ASEDIADO POR EL EMBARGO
Juan Pablo II expresó su solidaridad al pueblo de Irak, que sufre
desde hace largos años por el embargo impuesto. Tras suplicar al
Señor que ilumine a los responsables de las naciones, en su discurso
a los Obispos de la Iglesia Caldea, el martes al final de su Visita Ad
Limina Apostolorum, el Papa recordó el día de ayuno y oración
por la paz.
Juan Pablo
II, reiteró una vez más su solidaridad para con las "comunidades
caldeas que están en Irak, tan probadas al igual que toda la población
del país, que sufre desde hace largos años por el embargo
impuesto", y suplicó al Señor que "ilumine las
mentes y los corazones de los responsables de las naciones, para que actúen
en favor del restablecimiento de una paz justa y duradera en esta región
del mundo, y para que cesen todos los atentados contra la seguridad de
las personas y el bien de los pueblos". Así se lee en el discurso
que entregó el Santo Padre el martes a los Obispos de la Iglesia
Caldea, procedentes de Irak, Irán; Líbano, Egipto, Siria,
Turquía y Estados Unidos, encabezados por su Patriarca Rafael I
Bidawid, que finalizaban ese día su Visita Ad Limina Apostolorum.
Entre otras
cosas el Papa destacó que el día de ayuno al que ha convocado
"a todos los fieles católicos será ocasión propicia
para que la Iglesia entera, experimentando la privación de los
alimentos, viva una relación más estrecha con las personas
que sufren". En este día - reiteraba el Santo Padre - "rogaremos
a Dios para que asista al pueblo de Irak y abra los corazones de los hombres
a los sufrimientos injustamente infligidos a tantos hermanos".
Tras señalar
que, en la actualidad, la "Iglesia Caldea vive en Irak un periodo
difícil, debido a una crisis que tiene múltiples causas,
tanto en el interior como fuera del país", el Papa recordó
que, precisamente, en los tiempos difíciles "debemos escuchar
lo que el Espíritu dice a las Iglesias". (Ap 2,7).
El Pontífice
destacaba asimismo la importancia de la santidad en la misión de
los Obispos, de ser servidores siguiendo el ejemplo de Cristo. Así
como el esperanzador incremento de las vocaciones; la merecida atención
pastoral dedicada a la juventud; la importancia del Seminario Patriarcal
de Bagdad, donde se forman seminaristas de diferentes ritos; y la preciosa
contribución de los religiosos y religiosas comprometidos en la
educación de niños y jóvenes, y en la asistencia
a los enfermos y pobres, "testimoniando la ternura de Dios hacia
el pueblo que sufre".
Y, tras señalar
la importancia de la formación de los laicos, en el marco de la
"Evangelización en lo cotidiano, en la vida familiar, profesional
y social", el Santo Padre recordó el Sínodo que han
celebrado en Roma los Obispos Caldeos, en espíritu de comunión
y de fidelidad al Concilio Vaticano II. Poniendo de relieve, en esta perspectiva,
la decisión de celebrar regularmente una "Reunión 'interritual'
de Obispos de Irak", para mantener un trabajo común, real
y eficaz al servicio de la Evangelización.
El Papa alentó
a los Obispos Caldeos a impulsar cada vez más las relaciones con
"los cristianos de otras confesiones", suscitando iniciativas
comunes de oración y testimonio. Y dedicó unas palabras
a la "urgencia de la pastoral de los fieles en la diáspora";
recordando las dificultades de la emigración, y haciendo hincapié
en este fenómeno "que se arraiga en las sanciones económicas
contra Irak".
Juan Pablo
II finalizaba su discurso asegurando que la Santa Sede y las Iglesias
particulares de todo el mundo ayudarán a los Obispos Caldeos de
Irak a desarrollar su apostolado en el cuidado pastoral de los fieles
en la diáspora.
JUAN
PABLO II DOCTOR HONORIS CAUSA POR LA UNIVERSIDAD WYSZYNSKI DE POLONIA
A última
hora de la mañana del sábado el Santo Padre Juan Pablo II
recibía en la Sala Clementina del Vaticano al Claustro Académico
de la Universidad "Cardenal Stefan Wyszynski de Polonia. En su discurso
el Pontífice les agradeció que se le haya conferido el grado
de Doctor Honoris Causa que lleva el nombre de un gran pastor y hombre
de estado.
"La
definición del Cardenal Stefan Wyszynski como gran Pastor es preciso
asociarla con la obra de preparación de la Iglesia en Polonia en
el nuevo milenio del cristianismo. Cuando, hablamos de él como
hombre de estado, tenemos en el pensamiento su firme convicción
concerniente al ateismo comunista: gracias a este planteamiento la Iglesia,
en condiciones de dura prueba, pudo mantener su propio lugar en la nación
y la dirección justa en su desarrollo interno"
Es preciso
subrayar, dijo el Papa, el hecho, que muchas veces no se recuerda, que
el cardenal Wyszynski, tanto como pastor, como hombre de estado, acentuaba
el papel de la cultura entendida en sentido amplio en la formación
del rostro espiritual, de la Iglesia y de la Nación. Es más
jamás separaba estos dos campos en la influencia ejercitada de
la cultura.
"El
pasado cultural, el patrimonio del esfuerzo creativo del pensamiento y
de las manos de generaciones, subrayó el Papa, animados por el
espíritu de fe enraizado en el Evangelio, es el fundamento de la
identidad de la nación polaca". Refiriéndose a los
procesos ocurridos en los últimos años, el Papa manifestó
que este proceso hay que llevarlo a cabo teniendo en cuenta las tradiciones
espirituales y culturales de las naciones.
Y recordando
unas palabras dirigidas a los estudiantes reunidos en la Basílica
de San Pedro recientemente en el que les habló de la necesidad
que Europa tiene de una nueva vitalidad intelectual, les indicó
que espera de ellos esta responsabilidad, a través de un honesto
esfuerzo científico de profesores y de estudiantes, para que contribuya
a formar el rostro espiritual no solamente de Polonia sino también
de toda Europa.
EUCARISTÍA
PARA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA DE ROMA
En su tradicional encuentro de preparación a la Navidad, Juan Pablo
II llamó a los universitarios "a dar su propia contribución
de anuncio evangélico y de testimonio cristiano en el mundo de
la ciencia y de la cultura". Y a "no caer en las ilusiones de
un progreso que se aparta del diseño divino, con aterradoras sombras
de destrucción muerte".
En el corazón
del Adviento, cuando faltan pocos días para la solemnidad de la
Navidad del Señor, Juan Pablo II presidió el martes por
la tarde, en la Basílica de San Pedro, la tradicional Eucaristía
para la comunidad universitaria de Roma. Comunidad - afirmó el
Santo Padre al introducir la celebración - que junto con los jóvenes
europeos presentes en la citada Basílica, "está llamada
a intensificar con la oración y la caridad la preparación
de este evento de gracia. Y a dar su propia contribución de anuncio
evangélico y de testimonio cristiano en el mundo de la ciencia
y de la cultura".
"Europa
necesita una nueva vitalidad intelectual, que proponga proyectos de vida
austera, capaz de compromiso y sacrificio", subrayó el Papa
en su homilía, tras reiterar asimismo su llamamiento "no tener
miedo" y a confiar en Cristo. Se requiere "una nueva valentía
de pensamiento, libre y creativo, listo a percibir, en la perspectiva
de la fe, las preguntas y los desafíos que manan de la vida, para
hacer emerger en ella, con claridad, las verdades últimas del hombre".
A los universitarios
llegados de varias naciones europeas de Oriente y Occidente, Juan Pablo
II los exhortó a "ser apóstoles capaces de acercar
las almas al Señor". A "ser símbolo de una Europa
que deben construir juntos". En una búsqueda infatigable,
que nunca se desaliente ante la escasez de resultados, ni ante la incomprensión
y la oposición. "Como hace Dios con nosotros". Y, acogiendo
las palabras del Profeta Isaías, a "no caer en las ilusiones
de un progreso que se aparta del diseño divino".
En efecto
- manifestó Juan Pablo II - "por más asombroso que
pueda parecer el moderno desarrollo científico y tecnológico,
y por más prometedor que se presente para el futuro de la humanidad,
a menudo suele conllevar, sin embargo, algunas sombras aterradoras de
destrucción y de muerte". Por lo que es necesario - recomendó
una vez más el Santo Padre - "respetar los límites
insuperables que las referencias morales plantean. Cuando el hombre pierde
el sentido del límite y se levanta como legislador del universo,
olvida que es como hierba y flor del campo, que se marchitan". En
este contexto, el Papa pidió a la "luz divina que ilumine
a todos los que trabajan en el importante campo de la investigación
y del progreso, para que se acerquen al hombre y a la creación
con humildad y sabiduría". Y con el anhelo de que "los
estudiosos y científicos puedan ser siempre conscientes de la alta
misión que la Providencia les encomienda", les recordó
que al investigar los secretos del cosmos y del ser humano se acercan
siempre al más insondable misterio de Dios.
ENCUENTRO
SOBRE EL FUTURO DE LOS CRISTIANOS EN TIERRA SANTA
En un momento
"dramático", en el que "dos extremismos distintos
que, independientemente de las razones que los alimentan, están
desfigurando el rostro de Tierra Santa". Juan Pablo II presidió
el jueves el Encuentro sobre el futuro de los cristianos en la región,
"testimonios del amor de Dios en aquellas tierras y portadores de
su mensaje en ambientes de mayoría islámica o judía".
"Lamentablemente,
nos encontramos reunidos en un momento que no dudo en definir "dramático",
tanto para las poblaciones que habitan en aquellas queridas regiones,
tanto para nuestros Hermanos en la fe. Ellos, en efecto, parecen aplastados
por el peso de dos extremismos distintos que, independientemente de las
razones que los alimentan, están desfigurando el rostro de Tierra
Santa".
Con estas
palabras, Juan Pablo II se dirigía a los participantes en el "Encuentro
sobre el Futuro de los Cristianos en Tierra Santa". En este encuentro
convocado por él mismo, el Papa reiteró, una vez más,
"el interés y la preocupación con que la Santa Sede
sigue la situación" actual y "comparte, por medio de
una particular cercanía espiritual, el drama de aquellas poblaciones,
duramente probadas, desde hace largo tiempo, por actos de violencia y
discriminación".
El Santo
Padre recordó que, en ocasión del comienzo del Gran Jubileo
del Año 2000, "los Patriarcas y Responsables de las Comunidades
Cristianas de Tierra Santa lanzaron a sus fieles y a los cristianos del
mundo entero un mensaje de fe, esperanza y caridad. Un Mensaje espiritual
que, desde la Gruta de Belén, con valentía y determinación,
invitaba a todos los habitantes de Tierra Santa y de todo el mundo a vivir
en la justicia y en la paz".
¡Cómo
hubiéramos querido que este mensaje hubiese sido escuchado y realizado
prontamente!, exclamó Juan Pablo II, añadiendo luego también
el anhelo de no haber tenido que volver a repetirlo: "Cómo
hubiéramos querido ver a nuestros Hermanos judíos y musulmanes
caminar junto con nosotros en un solidario pacto de amor para devolver
a Tierra Santa su verdadero rostro de "encrucijada de la paz"
y de "tierra de la paz".
A los Hermanos
en el Episcopado de Tierra Santa, el Pontífice les recordó
la firme tarea de seguir siendo "testimonios de la presencia de Dios
en aquellas tierras y portadores de su mensaje en ambientes de mayoría
islámica o judía". Y subrayó que ellos, al comenzar
el Año Jubilar, el 4 de diciembre de 2000, hicieron hincapié
en su vocación de ser "cristianos en Tierra Santa y no en
otro país del mundo", invitando a todos a no dejarse llevar
por el desaliento y el miedo. A no perder la esperanza ante las dificultades,
permaneciendo firmes, con la fuerza del Espíritu de Dios y de su
amor.
También
en esta ocasión, como hizo en Amman, en marzo de 2000, Juan Pablo
II invitó a los Patriarcas y Responsables de las Comunidades Cristianas
de Tierra Santa a "confiar en el Señor, permaneciendo unidos
a Él en la oración", para que "Él, vuestra
Luz, os ayude a guiar la grey que os ha confiado". Luego el Santo
Padre se refirió a la presencia en este encuentro de algunos hermanos
en representación del Episcopado de todo el mundo, que testimonia
que no están solos y que la Iglesia entera los acompaña.
"La
Iglesia entera comparte vuestras preocupaciones, sostiene vuestros esfuerzos
cotidianos, está cerca de los sufrimientos de vuestros fieles y,
a través de la oración, mantiene viva la esperanza. Sí
toda la Iglesia, en este tiempo de Adviento, grita: Ven, Señor,
a visitarnos con tu paz. Tu presencia nos llena de alegría".
INTERVENCIÓN DEL CARDENAL SECRETARIO DE ESTADO
Al comienzo
de este Encuentro presidido por Juan Pablo II, en el Vaticano, sobre el
Futuro de los Cristianos en Tierra Santa, el Cardenal Secretario de Estado
se refirió al conflicto que parece no tener fin e incluso da señales
de encenderse cada vez más. En esta situación - reiteró
el Cardenal Sodano - "nuestro primer cometido es el de cooperar para
que se restablezca un clima de paz entre israelíes y palestinos,
recordando a las partes en causa que es posible, es necesario vivir en
la misma región, con iguales derechos y deberes".
Obra de pacificación
en la que, que en estos años dolorosos, la Iglesia entera y, en
particular la Sede Apostólica, nunca se ha cansado de repetir que
"la paz es posible"; que es un deber y que el progreso y la
paz marchan juntos". El Cardenal Secretario de Estado destacó,
en este contexto, el lema de la próxima Jornada Mundial de la Paz
que afirma que "No hay paz sin justicia. No hay justicia sin perdón".
Y recordó que Juan Pablo II, que durante su visita a Tierra Santa
mantuvo encuentros con las autoridades israelíes y palestinas,
en el Jubileo del 2000, nunca cesó de proclamar el Evangelio de
la Reconciliación. Reiterando que estos dos pueblos no tienen otra
alternativa que la de vivir juntos, como hijos del mismo Padre que está
en los cielos.
El Cardenal
Sodano, tras constatar las "heridas profundas, fruto de más
de 50 años de dolorosa tensión, desde el célebre
plan lanzado por Naciones Unidas en 1947 para la repartición de
Palestina", subrayó la intensa actividad impulsada por los
Pontífices, desde Pío XII a Juan Pablo II, en favor de una
solución pacífica.
El Cardenal
Sodano, reiterando "la firme acción diplomática de
la Secretaría de Estado y de las Representaciones Pontificias interesadas
para proponer soluciones concretas del conflicto en acto, insistiendo
sobre todo en la necesidad de una tregua y en la reanudación de
las negociaciones, bruscamente interrumpidas hace un año",
en nombre del Santo Padre y de todos sus colaboradores, aseguró
a todos los Pastores de las Iglesias en Tierra Santa que la Sede Apostólica
"nunca desmayará en trabajar en favor de la paz, en una tierra
tan querida para la Iglesia y para la humanidad".
El objetivo
de este encuentro - señaló el Cardenal Sodano - es el de
concentrarnos en un aspecto particular, menos conocido por la opinión
pública, que es la suerte de los cristianos en Tierra Santa".
Y, en este contexto, citó que según los datos publicados
por la Oficina Central de Estadística de la Secretaría de
Estado, hasta el uno de enero de 2000, en Israel y en los Territorios
Palestinos, había 117 mil católicos sobre una población
de 6 millones cien mil habitantes. Y una presencia relevante de otros
cristianos, sobre todo del Patriarcado greco ortodoxo. Y que, aun siendo
verdad que todos juntos los cristianos en esta región no superan
el 3% de la población, ellos "tienen los mismos derechos de
los demás ciudadanos y piden que se les ayude a vivir su misión
en la sociedad civil".
Como es sabido,
recordó el Cardenal Sodano, los cristianos en Tierra Santa son,
en su mayoría, de origen palestino y en, número menor, de
origen judío. Y es justo que en este momento pensemos en ellos,
sin distinción. Se trata de un problema específico, inseparable
del más amplio de la paz en la región, que no se contempla
en otros Encuentros internacionales. Por lo que "debemos examinar
cómo ayudar a los cristianos, que viven en este contexto religioso
característico, a dialogar con el mundo judío e islámico".
Son muchos los que sufren y necesitan ayuda concreta para tener una vivienda,
un empleo o una escuela adecuada para sus hijos.
El purpurado
hizo hincapié asimismo en los Acuerdos estipulados por la Santa
Sede con el Estado de Israel, en 1993, y con la Autoridad Palestina en
el 2000. "Dos documentos solemnes, destacó, que podemos y
debemos contemplar para defender y promover la presencia de los cristianos
en Tierra Santa".
JORNADA
DE AYUNO PARA IMPLORAR JUSTICIA Y PAZ EN EL MUNDO
El viernes
se celebró en el mundo cristiano la jornada penitencial de ayuno
a la que nos convocó el Papa Juan Pablo II el pasado 18 de noviembre
durante el Ángelus dominical para implorar a Dios la justicia y
la paz en el mundo: "El escenario internacional sigue estando turbado
por preocupantes tensiones. No podemos por menos de recordar los graves
sufrimientos que han afligido y afligen aún a tantos hermanos y
hermanas nuestros en el mundo: miles de víctimas inocentes en los
gravísimos atentados del pasado 11 de septiembre; innumerables
personas obligadas a abandonar sus hogares para afrontar un destino desconocido
y a veces la muerte cruenta".
En una situación,
pues, cada vez más dramática a causa de la amenaza siempre
inminente del terrorismo, el Santo Padre sintió la exigencia de
invitar a todos los fieles a abrir su corazón y elevar nuestra
oración a Dios: "Cuanto más insuperables parecen las
dificultades y oscuras las perspectivas, tanto más insistente debe
ser nuestra plegaria para implorar de Dios el don de la comprensión
recíproca, la concordia y la paz".
Como enseña
el Antiguo Testamento, la oración cobra fuerza si va acompañada
por el ayuno y la limosna. Por eso el Papa, indicando que ya los cristianos
de los primeros siglos acogieron esta lección aplicándola
en los tiempos de Adviento y Cuaresma, pidió que se viviera la
jornada del 14 de diciembre, como día de ayuno: "Durante el
cual se ruegue a Dios con fervor para que conceda al mundo una paz estable,
fundada en la justicia, y haga que se encuentren soluciones adecuadas
para los numerosos conflictos que afligen el mundo".
Aquello de
lo que nos hemos privado en el ayuno, el Pontífice pidió
que se ponga a disposición de los pobres, en particular de quienes
sufren en este momento las consecuencias del terrorismo y de la guerra.
El ayuno del viernes fue compartido, como quería el Santo Padre,
con los fieles del Islam, que el sábado finalizaban el mes del
Ramadán, mes que los musulmanes consagran al ayuno y a la oración.
LOS
ARTISTAS DEL CONCIERTO DE NAVIDAD CON EL PAPA
JPII recibió el viernes en la sala Clementina del palacio apostólico
del Vaticano a los artistas que posteriormente actuarían en el
tradicional concierto de Navidad. "Se trata de una significativa
manifestación artística y musical promovida por la diócesis
de Roma -dijo el Papa- que tiene una finalidad benéfica y espiritual:
la de recoger fondos y ofertas para financiar la construcción de
edificios de culto. Especialmente en la periferia romana".
"Las
fiestas navideñas evocan sentimientos de solidaridad y de atención
al prójimo, recordó el Papa. Dios se hizo niño para
estar más cerca de los hombres de cualquier época y demostrar
así su infinita ternura". El concierto tuvo lugar el sábado
a las siete de la tarde, en el aula Pablo VI del Vaticano.
ÁNGELUS:
"LA HUMANIDAD ANHELA MAS QUE NUNCA LA ALEGRÍA Y LA PAZ"
"La
humanidad anhela hoy sobre todo la alegría y la paz. Y nosotros
los creyentes, con la elocuencia del amor activo, tenemos el cometido
constante de volvernos fermento profético de un mundo reconciliado
por el amor y vivificado por la alegría divina. Que María
Santísima, que invocamos como 'causa de nuestro gozo', nos ayude
a cumplir esta misión con fidelidad".
Con estas
palabras antes del rezo del Ángelus, Juan Pablo II, tras destacar
que en el "tercer domingo de Adviento, se renueva el dichoso anuncio
'Gaudete in domino semper'. Estad siempre alegres en el Señor",
hizo hincapié en que "esta invitación a la alegría"
se afianza en la "verdad que se cumple en Cristo". Pues, en
Él, Dios ha venido entre nosotros, por lo que la alegría
es el corazón del Evangelio de la Navidad.
Con las palabras
de San Pablo a los Filipenses, Juan Pablo II introdujo su meditación
antes del rezo del Ángelus, y señaló que "como
madre experta, la Iglesia conoce mejor que cualquier otra institución
las dificultades y los sufrimientos inherentes a la vida del hombre",
sabiendo bien que "en la vida de tantos pueblos y personas, la tristeza
prevalece sobre la alegría, y la angustia sobre la esperanza".
En este contexto, el Papa subrayó que 'precisamente los que sufren'
son los destinatarios privilegiados del anuncio navideño: "Precisamente
a estos hombres y mujeres está destinado de modo privilegiado el
anuncio navideño, porque 'a los pobres' Cristo anunció el
Evangelio de la salvación, la libertad a los cautivos y a los afligidos
la alegría'. Él es el auténtico liberador del hombre,
enviado por Dios para rescatarlo del poder del mal y de la muerte".
De esta profunda
e integral liberación mana el gozo que Cristo dona a sus amigos.
Una alegría que, como su paz, es distinta a la del mundo, superficial
y efímera - recordó el Santo Padre -, reiterando luego que
"la Iglesia, instruida por el Espíritu Santo", tiene
la tarea de testimoniar la presencia de Cristo y de hacer visibles sus
dones, cuyo reconocimiento se vuelve algunas veces difícil, "ante
los graves problemas que angustian la existencia". En su mensaje
de esperanza, en especial en la hora actual, Juan Pablo II invocó
el amparo de María, para poder ser siempre "testimonios creíbles"
de la alegría cristiana.
LLAMAMIENTO DEL PAPA PARA LUCHAR CONTRA LA TRAGEDIA DEL HAMBRE
"El
hambre es una tragedia constante para millones de personas en el mundo,
y el programa de alimentación en las escuelas demuestra que hay
un modo efectivo de luchar contra esa tragedia, ayudando a los niños
más pobres de la tierra. Rezo para que la comunidad internacional
sostenga generosamente vuestro trabajo, y sobre vuestros esfuerzos invoco
la bendición del Todopoderoso, para que refuerce vuestra perseverancia".
Después
de la oración mariana, saludando en inglés a un grupo de
miembros del Programa Mundial de Alimentos, de las Naciones Unidas, presentes
en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II renovó su llamamiento a
la comunidad internacional en favor de los pobres, y en especial de los
niños que padecen hambre, tan numerosos en todo el mundo.
Y, siguiendo
la tradición, el Papa bendijo a medio día las estatuillas
del "Niño Dios" que numerosos chicos y chicas habían
llevado a la Plaza de San Pedro, y que luego colocarán en el belén
de su hogar. El Santo Padre se refirió asimismo a la iniciativa
de la diócesis de Roma, para este día, en favor de la construcción
de nuevos templos en la periferia de esta capital. Para que no falten
lugares para la oración, catequesis y otras actividades sociales.
EL
OBISPO DE ROMA HA VISITADO YA 300 PARROQUIAS DE SU DIÓCESIS
Juan Pablo II había comenzado la mañana del domingo realizando
una etapa histórica de su Pontificado al visitar, como Obispo de
Roma, la Parroquia de Santa María Josefa del Corazón de
Jesús, situada en el barrio de Ponte di Nona, en la extrema periferia
de la Ciudad Eterna. Con el del domingo son ya 300 los encuentros con
la comunidad de Roma desde el inicio de su Pontificado.
"Si
hoy puedo decir que me siento plenamente 'romano', se debe, también,
a las visitas a las parroquias de esta extraordinaria y bella ciudad".
Un Pontífice 'venido de un País lejano', como él
mismo se define en el mensaje enviado el sábado al Cardenal Ruini,
Vicario de Roma, ha querido escoger estos tonos íntimos y autobiográficos
para expresar en pocas líneas la experiencia humana y pastoral
recogida en el número redondo de las 300 parroquias romanas visitadas
a partir del ya lejano 3 de diciembre de 1978.
Los fieles
de la parroquia de Santa María Josefa del Corazón de Jesús
recibieron con gran entusiasmo la visita del Santo Padre. En la homilía
de la eucaristía que presidió, Juan Pablo II comenzó
invitándoles a la alegría, ya que se celebraba el Domingo
del "Gaudete", porque está próximo el encuentro
con el Salvador.
"Alegría
y gozo, dijo el Pontífice, que encontramos ya en la profecía
de Isaías que se nos ha proclamado. Cuánta confianza infunde
esta profecía mesiánica, que deja entrever la verdadera
y definitiva liberación, realizada por Jesucristo. En él
se ha cumplido el tiempo de la espera. Dios ha realizado finalmente la
salvación para todo hombre y para toda la humanidad. Con esta íntima
convicción, continuó el Papa, nos preparamos a celebrar
las fiestas de la Santa Navidad".
Juan Pablo
II expresó después su dicha por estar en esta parroquia,
y agradeció al Cardenal Vicario y a los demás obispos auxiliares
que le hayan acompañado en las 300 visitas pastorales a las parroquias
romanas, ya que, como ha afirmado, desde el inicio de su pontificado ha
sido muy importante para él ejercer el ministerio de Obispo de
Roma, también visitando las comunidades parroquiales de la Diócesis.
El Papa
recordó al Cardenal Ugo Poletti y a los demás colaboradores
de la Diócesis. Agradeció al Señor por toda la riqueza
de bienes, de fervor espiritual, de iniciativas pastorales, apostólicas
y caritativas que ha encontrado a lo largo de sus visitas. Y manifestó
su deseo de continuar esta enriquecedora experiencia pastoral, visitando
las parroquias que todavía esperan el encuentro con su Pastor.
Saludando
al párroco, a los Misioneros Monfortianos, que colaboran en la
pastoral de la comunidad, a los laicos y a la Congregación de las
Siervas de Jesús de la Caridad, que han hecho posible la construcción
de la nueva iglesia, el Santo Padre les invitó a seguir el ejemplo
de Santa María Josefa del Corazón de Jesús, que vivió
animada por un intenso amor a la Eucaristía y a los hermanos en
dificultad. Les alentó, también, a trabajar sin descanso
para reducir los peligros de desviaciones y marginaciones, que por desgracia
están todavía difundidos especialmente en la Gran Ciudad.
"En
vuestro barrio, continuó diciendo el Papa, vuestra iglesia constituye
un centro de agregación, donde se forma a la escucha de Dios y
al servicio al prójimo y se cultiva un generoso movimiento misionero
y vocacional, que implica en primer lugar a los jóvenes".
Y, refiriéndose al empeño de la Diócesis de Roma
en este Domingo por la construcción de las nuevas iglesias, expresó
el deseo de que en todos los barrios se pueda contar con un adecuado centro
pastoral gracias a la generosa solidaridad de las Parroquias, especialmente
de las que gozan de mayores recursos, como de las Congregaciones e Institutos
religiosos y de las Instituciones públicas y privadas.
Por último,
Juan Pablo II, les exhortó con el Apóstol Santiago a esperar
con paciencia la próxima venida del Señor, lo que favorece
la consolidación de los sentimientos fraternos en la Comunidad
cristiana. Reconociéndonos pequeños, pobres y necesitados
de Dios, los creyentes nos uniremos para acoger al Mesías que viene
en el silencio, en la humildad y en la pobreza del Pesebre. Su gozo llegará
al que le abre el corazón.
COMENTARIO
A LA LITURGIA DEL DOMINGO
III DOMINGO
DE ADVIENTO (A): 16.12.01)
"¿Eres
Tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"
La pregunta
lanzada hoy a Jesús, por encargo de Juan Bautista, es ardiente
como las arenas del desierto, como el espíritu en llamas del Precursor.
Durante siglos, la humanidad se ha preguntado con el mismo ardor por el
Dios misterioso que está siempre viniendo. Nuestra generación,
acaso con otros acentos, indaga también a Dios.
Hoy Isaías,
con su "pequeño Apocalipsis", expresa la exultación
desbordante ante la proximidad del juicio salvador de Dios, que hace volver
a su pueblo a Sión. Este gran acontecimiento se realizará
cuando llegue Él, el Mesías prometido y anunciado. Sí,
el Señor cumple las promesas antiguas y, entonces, "Él
vendrá y nos salvará" y realizará los grandes
prodigios que los pobres no podían ni soñar.
Este que
había de venir, cumplido el tiempo, es Jesús, el hijo de
María y José, de Nazaret. Hoy Juan quiere cerciorarse de
su condición mesiánica. Por eso, no se anda con rodeos.
A la cárcel, donde se encuentra prisionero por ser testimonio de
la verdad, han llegado los comentarios que están en la calle sobre
Jesús. Ciertamente, Juan está desconcertado: la esperanza
en el que ha de venir, en el Cristo, se apoya en una idea de poderío
y grandeza mesiánicas, que él mismo ha predicado, pero que
no concuerdan con la impotencia y pequeñez que Jesús pone
de relieve.
No, Jesús
no respalda su mesianidad con grandes discursos. Se limita a recitar las
palabras de la profecía de Isaías: "Los ciegos ven
y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los
muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Noticia." No,
no cuentan los milagros, lo que realmente cuenta y es decisivo en su misión
es la proclamación de la Palabra de Dios a los pobres. El signo
y la Palabra aparecen conjuntamente. Es el tiempo mesiánico en
el cual se concede al hombre el perdón de los pecados, el ser hijos
de Dios, la alegría de un mundo nuevo. Con Jesús es Dios
mismo el que irrumpe entre nosotros. Esta es la mejor respuesta a la pregunta
de Juan.
Grande es
el aprecio de Jesús hacia el Bautista. No, no mide su grandeza
por los criterios mundanos, va incluso más allá de los elevados
criterios religiosos del Antiguo Testamento que sitúan a Juan en
la línea de los Profetas. Su verdadera grandeza radica en que en
él comienza la plenitud definitiva, largamente anunciada por los
profetas. Él es más que Profeta, está más
allá de los profetas, abriendo ya inmediatamente el camino al que
viene. Él es el Precursor mismo del Mesías. Y aquí
radica su grandeza y a la vez su pequeñez. Su grandeza, porque
a nadie ha cabido tal honor; pero, a la vez, su pequeñez, porque
esta misma función le hace desaparecer ante el que en realidad
es el Grande: pequeñez, porque como Precursor se queda en el umbral,
en la parte de allá. Es sólo el expectante. Por eso, el
más pequeño que pertenezca de hecho a la nueva fase de la
Historia de Salvación instaurada a partir de Cristo, ése
es mayor que Él.
Santiago
nos exhorta hoy a la paciencia ante las tribulaciones, porque "la
venida del Señor está cerca". Y es que, muchas veces
la espera del Señor nos impacienta, porque no vemos nada de extraordinario,
"ningún ciego recupera la vista, ni resucita algún
muerto"... Es entonces cuando nuestra espera se convierte en rutina,
en inercia, cuando sin darnos cuenta, desconectamos. La paciencia de la
que nos habla Santiago nos hace vivir en tensión los días
de la espera. Quizás para alguno de nosotros, ¿quién
sabe?, "El Señor está cerca"; está cerca
con su gracia, está cerca en su Iglesia. La fe consiste en una
gran paciencia que ni lo ordinario ni lo hostil debe alterar. Sólo
por medio de la paciencia nuestra fe tendrá la posibilidad de encarnarse
en la historia y ser el signo de la presencia de Cristo, instaurando,
poco a poco, el Reino de Dios entre los hombres.
LA
INVITACIÓN A LOS JÓVENES A SER CENTINELAS DEL NUEVO MILENIO
ES AÚN VALIDA AL INICIO DE UN SIGLO MARCADO POR TERRORISMO, MIEDO
Y GUERRA
El Santo
Padre Juan Pablo II envió un mensaje a los jóvenes de la
Acción Católica Italiana, en la Solemnidad de la Inmaculada
Concepción de María. "En este día, se lee en
el Mensaje del Papa, en el que la Iglesia contempla los prodigios realizados
por Dios en la Virgen María, estoy muy contento de dirigir mi más
afectuoso saludo a todos vosotros, presentes en Roma para ofrecer vuestra
contribución de entusiasmo y de juventud para la renovación
de la Acción Católica Italiana que con gran determinación
la está realizando al alba del nuevo milenio".
Seguidamente
el Pontífice expone una serie de ejemplos para que comprendan lo
que significa ser jóvenes. "Por eso, señala, habéis
venido a Roma, junto a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo:
para expresar mejor los dones de vuestra juventud, valorizados por la
relación personal con Él, al calor de la comunión
de la Iglesia".
"Ser
laicos cristianos hoy, comporta el esfuerzo de ser santos cada día,
con alegría y entusiasmo. Quiero renovar hoy, señala en
su mensaje el Papa a los jóvenes de Acción Católica
Italiana, la invitación que os hice en Tor Vergata: sois, y debéis
ser cada vez más los centinelas de la mañana del alba del
nuevo milenio. Aunque si en este primer momento del siglo, por desgracia,
marcado por el terrorismo, del miedo y de la guerra, la invitación
pudiera parecer demasiado responsable, continúa siendo válida".
"Estimados
jóvenes, finaliza su mensaje el Papa, en esta Solemnidad de la
Inmaculada os deseo ser cada vez más misioneros, como quiere la
Iglesia, y santos según el corazón de Dios. Que la protección
maternal de María os sostenga siempre, que hoy contemplamos en
el esplendor de su intacta Belleza".
MENSAJE
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
El Papa
condena duramente el terrorismo, y afirma el derecho a defenderse de él,
aunque ateniéndose a reglas morales y jurídicas, al mismo
tiempo que reitera que ningún líder religioso puede justificarlo
o predicarlo y que no hay paz sin justicia, ni justicia sin perdón.
El martes por la mañana se presentaba a la prensa internacional
el mensaje de su Santidad Juan Pablo II para la celebración de
la tradicional Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2002, que este
año lleva por título: "No hay paz sin justicia. No
hay justicia sin perdón".
Este año,
la Jornada Mundial de la Paz como dice el Papa al comienzo de su mensaje-
se celebra con el trasfondo de los dramáticos acontecimientos del
pasado 11 de septiembre. Aquel día se cometió un crimen
de terrible gravedad: en pocos minutos, millares de personas inocentes,
de diverso origen étnico, fueron horrendamente asesinadas. Desde
entonces, todo el mundo ha tomado conciencia de la vulnerabilidad personal
y ha comenzado a mirar el futuro con un sentimiento profundo de miedo,
hasta ahora desconocido. Ante estos estados de ánimo, la Iglesia
desea dar testimonio de su esperanza, fundada en la convicción
de que el mal no tiene la última palabra en los avatares humanos.
La esperanza
que sostiene a la Iglesia al comenzar el año 2002 es que el mundo,
donde el poder del mal parece predominar todavía, se transforme
realmente, con la gracia de Dios, en un mundo en el que prevalezca la
verdadera paz. Pero ¿cuál es el camino que conduce al pleno
restablecimiento del orden moral y social, violado tan bárbaramente?
La convicción del Papa es que no se restablece completamente el
orden quebrantado, si no es conjugando entre sí, la justicia el
perdón.
La verdadera
paz es, pues, señala el Santo Padre, fruto de la justicia, virtud
moral y garantía legal que vela sobre el pleno respeto de derechos
y deberes, y sobre la distribución ecuánime de beneficios
y cargas. Pero, puesto que la justicia humana es siempre frágil
e imperfecta, expuesta a las limitaciones y a los egoísmos personales
y de grupo, debe ejercerse y en cierto modo completarse con el perdón,
que cura las heridas y restablece las relaciones humanas truncadas.
Juan Pablo
II, en su mensaje, analiza en profundidad el fenómeno del terrorismo.
Y afirma que en estos últimos años, especialmente después
de la guerra fría, el terrorismo se ha transformado en una sofisticada
red de connivencias políticas, técnicas y económicas,
que supera los confines nacionales y se expande hasta abarcar todo el
mundo. Se trata de verdaderas organizaciones, dotadas a menudo de ingentes
recursos financieros, que planifican estrategias a gran escala, agrediendo
a personas inocentes. La violencia se suma a la violencia, en una trágica
espiral que contagia también a las nuevas generaciones, las cuales
heredan así el odio que ha dividido a las anteriores.
El Papa explica
que existe el derecho a defenderse del terrorismo. Pero es un derecho
que, como cualquier otro, debe atenerse a reglas morales y jurídicas,
tanto en la elección de los objetivos como de los medios. La identificación
de los culpables ha de ser probada debidamente, porque la responsabilidad
penal es siempre personal y, por tanto, no puede extenderse a las naciones,
a las etnias o a las religiones a las que pertenecen los terroristas.
No obstante,
es preciso afirmar con claridad que las injusticias existentes en el mundo
nunca pueden usarse como pretexto para justificar los atentados terroristas.
Además, subraya el Pontífice, entre las víctimas
de la destrucción radical del orden, como pretenden los terroristas,
han de incluirse millones de hombres y mujeres de los pueblos del mundo
en vías de desarrollo, que serían los más dolorosamente
perjudicados por el caos global, económico y político.
La pretensión
del terrorismo de actuar en nombre de los pobres es una falsedad patente,
afirma el Papa porque "no se mata en nombre de Dios". Pretender
imponer a otros con la violencia lo que se considera como la verdad, significa
violar la dignidad del ser humano y, en definitiva, ultrajar a Dios. Por
tanto, ningún responsable de las religiones puede ser indulgente
con el terrorismo y, menos aún, predicarlo. Y los seguidores de
Cristo, bautizados en su muerte y en su resurrección, deben ser
siempre hombres y mujeres de misericordia y perdón.
Pero, ¿qué
significa concretamente perdonar? y ¿por qué perdonar? Sólo
en la medida en que se afirma una ética y una cultura del perdón
se puede esperar también en una " política del perdón
". El perdón es ante todo una decisión personal, una
opción del corazón que va contra el instinto espontáneo
de devolver mal por mal. Dicha opción tiene su punto de referencia
en el amor de Dios, que nos acoge a pesar de nuestro pecado. Todo ser
humano abriga en sí la esperanza de poder reemprender un camino
de vida y no quedar para siempre prisionero de sus propios errores y de
sus propias culpas.
Las familias,
los grupos, los Estados, la misma Comunidad internacional, necesitan abrirse
al perdón para remediar las relaciones interrumpidas, para superar
situaciones de estéril condena mutua, para vencer la tentación
de excluir a los otros, sin concederles posibilidad alguna de apelación.
La capacidad de perdón es básica en cualquier proyecto de
una sociedad futura más justa y solidaria. Por el contrario, la
falta de perdón, especialmente cuando favorece la prosecución
de conflictos, tiene enormes costes para el desarrollo de los pueblos.
¡Cuánto sufre la humanidad -exclama el Pontífice-
por no saberse reconciliar, cuántos retrasos padece por no saber
perdonar!
Para Juan
Pablo II el perdón es la vía maestra de la paz. Aunque la
propuesta del perdón -observa el Papa- no se comprende de inmediato
ni se acepta fácilmente. El perdón comporta siempre a corto
plazo una aparente pérdida, mientras que, a la larga, asegura un
provecho real. La violencia es exactamente lo opuesto. El perdón
podría parecer una debilidad; en realidad, tanto para concederlo
como para aceptarlo, hace falta una gran fuerza espiritual y una valentía
moral a toda prueba.
Y meditando
sobre el tema del perdón, el Papa recuerda la trágica situación
de conflicto que vive Tierra Santa y habla de la "urgencia de una
solución del conflicto árabe-israelí, que dura ya
más de cincuenta años. El continuo recurso a actos terroristas
o de guerra, tiene que dar paso a una negociación decisiva".
Y en este
gran esfuerzo, los líderes religiosos tienen una responsabilidad
específica. Las confesiones cristianas y las grandes religiones
de la humanidad han de colaborar entre sí para eliminar las causas
sociales y culturales del terrorismo, enseñando la grandeza y la
dignidad de la persona y difundiendo una mayor conciencia de la unidad
del género humano. Un compromiso de este tipo por parte de las
religiones no puede dejar de adentrarse en la vía del perdón,
que lleva a la comprensión recíproca, al respeto y a la
confianza. El servicio que las religiones pueden ofrecer en favor de la
paz y contra el terrorismo consiste precisamente en la pedagogía
del perdón, porque el hombre que perdona o pide perdón comprende
que hay una Verdad más grande que él y que, acogiéndola,
puede transcenderse a sí mismo.
Justamente
por esta razón, "orar por la paz -dice el Papa- significa
abrir el corazón humano a la irrupción del poder renovador
de Dios. Orar por la paz significa orar por la justicia, por un adecuado
ordenamiento de las Naciones y en las relaciones entre ellas. Quiere decir
también rogar por la libertad". Por todos estos motivos, el
Pontífice invita a los representantes de las religiones del mundo
a acudir a Asís, la ciudad de san Francisco, el próximo
24 de enero, para orar por la paz. "Queremos manifestar con ello
-dice- que el genuino sentimiento religioso es una fuente inagotable de
respeto mutuo y de armonía entre los pueblos; más aún,
en él se encuentra el principal antídoto contra la violencia
y los conflictos".
En estos
momentos de honda preocupación, la familia humana necesita que
se le recuerden las razones seguras de nuestra esperanza. "No hay
paz sin justicia, no hay justicia sin perdón: esto es lo que quiero
recordar a cuantos tienen en sus manos el destino de las comunidades humanas,
dice finalmente el Papa, para que se dejen guiar siempre en sus graves
y difíciles decisiones por la luz del verdadero bien del hombre,
en la perspectiva del bien común. Que en esta Jornada de la Paz
se eleve desde el corazón de cada creyente, de manera más
intensa, la oración por todas las víctimas del terrorismo,
por sus familias afectadas trágicamente y por todos los pueblos
a los que el terrorismo y la guerra continúan agraviando e inquietando.
MENSAJE
AL CARDENAL CAMILO RUINI
Juan
Pablo II visitó el domingo 16 de diciembre, la parroquia romana de Santa
María Josefa del Corazón de Jesús, que hace la número 300, desde que el
3 de diciembre de 1978, comenzara sus visitas pastorales a las parroquias
de Roma. "Esta significativa meta" - escribe el Santo Padre en un mensaje
al Cardenal Camillo Ruini - "hace nacer en mí la exigencia de elevar a
Dios un profundo sentimiento de gratitud". Sentimiento que el Papa ha
querido compartir con este mensaje a su Vicario para la diócesis de Roma,
Cardenal Ruini, recordando con afecto al fallecido Cardenal Poletti, que
le acompañó en sus primeras visitas a las parroquias romanas. Visitas
- añade Juan Pablo II - que a lo largo de estos años han constituido siempre
un compromiso deseado y lleno de alegría. Pues, "transcurrir las tardes
o las mañanas entre los fieles, en los distintos barrios, con el párroco
y los sacerdotes, los religiosos y los laicos comprometidos; celebrar
la Misa en la iglesia parroquial; saludar a los niños, jóvenes, consejos
pastorales; reavivar en cada uno el compromiso en favor de la nueva Evangelización;
todo ello ha sido y es para mí - hace hincapié el Pontífice - algo muy
importante, por el progresivo acercamiento a la realidad humana, social
y espiritual de la diócesis".
El
Santo Padre, destacando que estas visitas forman parte de su Ministerio
de Obispo de Roma, así como de su servicio a la Iglesia Universal, reitera
que el "tiempo que ha dedicado" a lo largo de estos años "a los fieles
romanos no ha sido substraído a los del mundo entero", sino que, "se ha
revelado provechoso también para ellos". Del mismo modo que "su solicitud
hacia todas las Iglesias" no ha hecho más que arraigarle aún más a "esta
singular Diócesis de Roma". La visita pastoral a esta parroquia romana,
la número 300, hace evocar a Juan Pablo II, las que ha visitado hasta
ahora, y señala que en todas ha anunciado el mismo Evangelio, partiendo
el mismo Pan, que es Cristo, Redentor del hombre.
ACTIVIDADES
PASTORALES DE JUAN PABLO II EN EL PERIODO NAVIDEÑO
La Prefectura
de la casa Pontificia publicó el lunes las actividades pastorales
del Santo Padre para estas Navidades, que dieron comienzo el martes,
11 de diciembre en la Basílica Vaticana con la celebración
de la Santa Misa para los Universitarios, en preparación de la
Navidad.
Las siguientes
actividades pastorales de Juan Pablo II:
-
Domingo 16 de diciembre: Ángelus en la Plaza de San Pedro con
la bendición de los "Niños Jesús" de
los Belenes de las Parroquias, de los Oratorios Romanos, de las Escuelas
y de las familias.
-
Sábado 22 de diciembre: el Papa recibe en audiencia en la Sala
Clementina del Palacio Apostólico, a los Cardenales, la Familia
Pontificia y a la Prelatura Romana, con motivo de las felicitaciones
de Navidad.
-
Lunes 24 de diciembre: Santa Misa de la Noche de Navidad en la Basílica
Vaticana, a medianoche.
-
Martes 25 de diciembre: Mensaje y Bendición "Urbi et Oribi",
desde el balcón central de la fachada de la Basílica
de San Pedro.
-
Miércoles 26 de diciembre: Juan Pablo II dirigirá la
oración mariana del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
No se celebra la habitual Audiencia General.
-
Lunes 31 de diciembre: El Papa presidirá la celebración
de las Vísperas y el Te Deum de acción de gracias de
final de año, a las 6 de la tarde, en la Basílica de
San Pedro.
-
Martes 1 de enero, Jornada Mundial de la Paz: El Papa celebrará
la Santa Misa en la Basílica Vaticana a las 10 de la mañana.
-
Miércoles 2 de enero: Audiencia General a la 10 y media.
-
Domingo 6 de enero: El Pontífice celebrará la Santa
Misa y conferirá las ordenaciones episcopales a los arzobispos
y obispos elegidos.
-
Jueves 10 de enero: Audiencia del Papa a los miembros del Cuerpo Diplomático
acreditado ante la Santa Sede en la Sala Regia, con motivo de las
felicitaciones del nuevo año.
-
Domingo 13 de enero: Santa Misa en la Capilla Sixtina. El Papa administrará
el bautismo a un grupo de recién nacidos. Por la tarde, el
Papa visitará el belén de los barrenderos de Porta Cavallegeri.
LA
PAZ SÓLO SE LOGRARÁ CON UN ESTADO PALESTINO Y GARANTIZANDO
LA SEGURIDAD DE ISRAEL
Terminado
el encuentro del Santo Padre con los Obispos de Tierra Santa, celebrado
el jueves en el Vaticano, en el que se trató el tema de "La
paz en Tierra Santa y el futuro de los cristianos", el Director
de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls
hizo unas declaraciones sobre el significado del mismo. La reunión,
con la que se ha querido indicar, una vez más, el interés
y la preocupación del Santo Padre por la situación de
los Santos Lugares, ha dado lugar a una profunda reflexión sobre
la dramática realidad actual que inquieta a las poblaciones de
Tierra Santa, en especial la israelí y la palestina.
Desde hace
mucho tiempo, estas poblaciones son rehenes de una espiral de violencia
que ha provocado ya numerosas víctimas, sobre todo entre los
jóvenes. En el encuentro, se prestó especial interés
a la presencia de los cristianos en Tierra Santa, a la promoción
de sus derechos y a la continuidad de su milenaria presencia. Se han
tenido muy presentes los dos Acuerdos firmados por la Santa Sede con
el Estado de Israel en 1993 y con la Organización para la Liberación
de Palestina en el 2000.
Los participantes
en el encuentro, afirmó Joaquín Navarro Valls, han confirmado
la voluntad de la Iglesia, en Tierra Santa y en el mundo entero, de
continuar su esfuerzo a favor de la reconciliación y de la paz
a través del diálogo religioso con los hermanos judíos
y musulmanes."Cómo hubiéramos querido ver a nuestros
hermanos judíos y musulmanes, decía el Papa en su discurso
del jueves, caminar junto con nosotros en un pacto solidario de amor
para restituir a la Tierra Santa su verdadero rostro de "encrucijada
de paz" y de "tierra de la paz".
A propósito
del conflicto palestino israelí se ha observado que los responsables
de ambos pueblos deben movilizar sus mejores energías en la búsqueda
de nuevos y pacíficos caminos, capaces de resolver un conflicto
que dura ya mucho tiempo. Se ha subrayado la necesidad de respetar el
Derecho Internacional y los acuerdos alcanzados, con el fin de favorecer
el retorno a la mesa de negociaciones. La paz entre los dos pueblos
se alcanzará sólo con el respeto del derecho y de la equidad
en cuestiones fundamentales, como la seguridad del Estado de Israel,
el nacimiento de un Estado palestino, la evacuación de los territorios
ocupados, un Estatuto Especial garantizado internacionalmente para los
lugares más sagrados de Jerusalén, una solución
justa para los refugiados palestinos.
En este
contexto, los participantes lanzaron un llamamiento a los Jefes religiosos
del Judaísmo y del Islam para que colaboren ayudando a los responsables
israelíes y palestinos en sus esfuerzos a favor de la justicia
y de la paz y contra la violencia. Respecto a la edificación
de la mezquita en las cercanías de la Basílica de la Anunciación
en Nazaret se ha indicado con pesar que su construcción en aquel
lugar puede ser considerada provocativa, además de vista como
una gran falta de respeto por los sentimientos de los cristianos y por
un lugar de oración rico de profundos significados espirituales
para su fe.
Por último,
ante la proximidad de la Navidad, cuya celebración intensifica
los lazos de unión de los cristianos con Tierra Santa y la solidaridad
con los cristianos locales, memoria viviente de Cristo y de la primera
Iglesia, los prelados han lanzado una apremiante invitación para
que terminen las hostilidades, para que se reanuden las negociaciones
y para que se le devuelva a Tierra Santa su verdadero rostro de encrucijada
de paz y fraternidad.
El encuentro
sobre: "El futuro de los cristianos en Tierra Santa", iniciativa
de carácter pastoral, ha sido un deseo expreso del Papa, que
quiere asegurar, una vez más, en esta delicada situación,
su cercanía espiritual a las poblaciones de Tierra Santa y compartir
el drama de su existencia cotidiana, por desgracia demasiadas veces
puesta a prueba por actos de violencia y discriminación.
En
el encuentro, además del cardenal Secretario de Estado y sus
colaboradores, han participado los responsables de las comunidades católicas
de los distintos ritos presentes en Jerusalén, algunos cardenales
de la Curia Romana, los representantes pontificios en Jordania e Israel,
y los representantes de algunas Conferencias Episcopales, nacionales
e internacionales, que desde siempre siguen, con particular atención
el desarrollo de la situación en Tierra Santa.
Este
encuentro ha ofrecido la posibilidad de testimoniar la solicitud de
toda la Iglesia con los cristianos en Tierra Santa, particularmente
para la comunidad católica, así como para manifestar el
esfuerzo común por la continuidad de la milenaria presencia en
aquella región y ofrecer la propia contribución por la
justicia y la reconciliación entre aquellos en los que tienen
en esos lugares, las raíces de la propia fe.
DECLARACIÓN
DE NAVARRO VALLS
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede realizaba una declaración
el martes en la que comunicaba que "con pocas horas de anticipación,
a través de la Embajada de Israel ante la Santa Sede, se ha solicitado
una audiencia al Santo Padre, al Cardenal Secretario de Estado, y a
Mons. Jean Luis Tauran para el Ministro israelí de Relaciones
Exteriores, Simón Peres, para hoy martes 11 de diciembre, entre
las 12 y las 12 y media. Debido a los compromisos ya asumidos y a la
brevedad del tiempo de la solicitud, ha sido imposible recibir al ilustre
huésped. Sin embargo, su Santidad ha dispuesto que fueran el
Cardenal Secretario de Estado y Mons. Tauran los que recibieran en nombre
suyo al Ministro Peres. Esta mañana, el embajador de Israel ante
la Santa Sede ha señalado que Simón Peres no podía
acudir al Vaticano debido los compromisos asumidos con las autoridades
italianas".
RENUNCIAS
Y NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
NUNCIO
APOSTÓLICO EN ESLOVENIA Y REPÚBLICA DE MACEDONIA
Juan Pablo II ha nombrado Nuncio Apostólico a mons Marian OLÉS,
arzobispo titular de Raziaria, hasta ahora Nuncio Apostólico en
Kazajstán, Kirguizistán, Tayikistán e Uzbekistán.
NUNCIO
APOSTÓLICO EN TURQUÍA Y TURKMENISTÁN
El Papa ha nombrado Nuncio Apostólico a mons Edmond FARHAT, arzobispo
titular de Biblo, hasta ahora Nuncio Apostólico in Eslovenia y
República de Macedonia.
NUNCIO
APOSTÓLICO EN AZERBAIYÁN
Juan Pablo II ha nombrado Nuncio a mons Claudio GUGEROTTI, Nuncio Apostólico
en Georgia y Armenia.
NUNCIO
APOSTÓLICO EN PAPUA NUEVA GUINEA
El Papa ha nombrado Nuncio a mons Adolfo Tito YLLANA, consejero de Nunciatura,
elevándolo al mismo tiempo a la sede titular de Montecorvino con
dignidad de Arzobispo.
NUNCIO
APOSTÓLICO EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO
Juan Pablo II ha nombrado representante pontificio y arzobispo titular
de Paestum a mons Giovanni D´ANIELLO, consejero de Nunciatura en
la Secretaría de Estado.
PREFECTURA
APOSTÓLICA DE MONGO (CHAD)
El Papa ha erigido la Prefectura Apostólica de Mongo (CHAD) con
territorio desmembrado de la archidiócesis de N'Djamena y de la
diócesis di Sarh. Juan Pablo II ha nombrado como primer prefecto
al padre Henry COUDRAY, S.I., Vicario Episcopal de la Región este
de la Archidiócesis di N'Djamena".
La nueva
Prefectura Apostólica comprenderá el territorio de las prefecturas
civiles de Salamat (desmembrada de la diócesis de Sarh), Guéra,
Quaddai, Batha, Biltine y la sub-Prefectura de Ennedi. La nueva circunscripción
está bajo la jurisdicción de la archidiócesis de
N'Djamena. Esta nueva prefectura ha sido erigida en función de
los siguientes motivos:
- incremento de la presencia de la Iglesia en una región mayoritariamente
musulmana.
- apoyo a una pastoral adaptada al contexto socio-religioso.
- reducción de la dimensión excesiva de la archidiócesis
de N'Djamena (más de un millón de kilómetros cuadrados)
- apoyo a la cercanía pastoral entre el Ordinario y los católicos.
DIÓCESIS
DE VALENCE (FRANCIA)
Renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por mons
Didier - Léon MARCHAND. Le sucede al frente de la diócesis
el reverendo Jean-Christophe LAGLEIZE, del clero de la archidiócesis
de Bourges, hasta ahora vice director del "Centro Nacional de Enseñanza
Religiosa".
DIÓCESIS
DE PASSAU (REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA)
El Santo Padre ha nombrado obispo a mons Wilhelm SCHRAML, hasta ahora
auxiliar de Regensburg.
DIÓCESIS
DE JABOTICABAL (BRASIL)
El Papa ha nombrado obispo coadjutor de la diócesis al padre Fernando
Antônio BROCHINI, C.S.S., Provincial de la Provincia de "São
José", de la Congregación de los Estigmas de Nuestro
Señor Jesucristo (Brasil).
DIÓCESIS
DE FREDERICO WESTPHALEN (BRASIL)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis
presentada por mons Bruno MALDANER. Le sucede el sacerdote Zeno HASTENTEUFEL,
del clero de Porto Alegre, Profesor en la Universidad Pontificia Católica
de la misma archidiócesis.
DIÓCESIS
DE BELIZE CITY-BELMOPAN (BELIZE)
El Santo Padre ha nombrado auxiliar de la diócesis al sacerdote
Dorick McGOWAN WRIGHT, Vicario General y párroco de la Catedral
de la misma diócesis, asignándole la sede titular episcopal
de Timida regia.
DIÓCESIS
DE BATON ROUGE (ESTADOS UNIDOS)
El Papa ha nombrado obispo de la diócesis a mons Robert William
MUENCH, hasta ahora obispo de Covington.
DIÓCESIS
DE MELAKA-JOHOR (MALASIA)
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis,
presentada por mons James CHAN SOON CHEONG.
DIÓCESIS
DE ALLEPPEY (INDIA)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis,
presentada por mons Peter M. CHENAPARAMPIL. Le sucede mons. Stephen ATHIPOZHIYIL,
obispo coadjutor de la misma diócesis.
ARCHIDIÓCESIS
DE PERTH (AUSTRALIA)
Juan Pablo II ha nombrado auxiliar de la archidiócesis al sacerdote
Donald George SPROXTON, del clero de la misma archidiócesis, hasta
ahora párroco de la "Saint Gerard Majella's Parish" en
Mirrabooka, asignándole la sede titular episcopal di Timici.
ARCHIDIÓCESIS
DE SEÚL (COREA)
- Renuncia al cargo de auxiliar de la archidiócesis presentada
por mons Paul Kim OK-KYUN, Obispo titular de Girba.
El
Papa ha nombrado obispos auxiliares a:
- padre Joseph LEE HAN-TAEK,PRESIDENTE DE LA universidad "Sogang"
en Seúl, asignándole la sede titular episcopal de Tibuzabeto.
- reverendo Andrew YEOM SOO-JUNG, párroco en Mok-dong, en la misma
archidiócesis, asignándole la sede titular episcopal de
Tibiuca.
SÍNODO
DE LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CALDEA
El Papa ha aceptado la elección canónicamente realizada
por el Sínodo, reunidos en Roma el 6 de diciembre de este año:
- Obispo de la Eparquía de Amadiyah de los Caldeos (IRAK): reverendo
Rabban AL-QAS.
- Obispo de Z kh de los Caldeos (IRAK): reverendo Petros Hanna Issa AL-HARBOLI.
- Obispo de Alquoch de los Caldeos (IRAK): reverendo Mikha Pola MAQDASSI.
CELEBRACIONES
EN LA IGLESIA NACIONAL ESPAÑOLA DE ROMA
Con motivo de las Fiestas Navideñas la Iglesia Nacional Española
de Santiago y Montserrat de Roma, ha preparado una serie de celebraciones:
-
16 de diciembre, Tercer Domingo de Adviento a las 10: Solemne Concelebración
Eucarística en rito hispano-mozárabe;
-
25 de diciembre Natividad del Señor, Misa de medianoche y a
las 10 de la mañana.
-
1 de enero de 2002, Santa María Madre de Dios, solemne concelebración
Eucarística a las 10 de la mañana.
-
6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor, a las
10 de la mañana, Solemne Concelebración Eucarística.
-
13 de enero, 10 de la mañana, Solemne Concelebración
Eucarística
|