BEATIFICACIÓN
DE 7 SIERVOS DE DIOS
El
domingo Juan Pablo II elevó al honor de los altares a siete nuevos
beatos. El Obispo mártir Ignacio Maloyán; Nicolas Gross,
víctima de la represión nazi; los sacerdotes italianos Alfonso
María Fusco y Tomás María Fusco; las religiosas Eugenia
Picco, María Eutimia Uffing y la laica canadiense Emile Tavernier.
El lunes, el Papa recibía en audiencia en la Plaza de san Pedro,
a los peregrinos presentes en Roma con motivo de estas beatificaciones.
"En
primer lugar deseo compartir con vosotros y confiar al Señor -afirmaba
el Santo Padre- la angustia y la preocupación que nos suscita este
delicado momento de la vida internacional. En el clima familiar del encuentro
de hoy tenemos la oportunidad de dar gracias al Señor por los nuevos
Beatos y de detenernos para reflexionar una vez más sobre su testimonio
evangélico y sobre la rica herencia espiritual que nos han dejado."
Así
comenzaba su discurso el Santo Padre a los peregrinos congregados en la
Plaza de San Pedro y prosigió describiendo el testimonio de vida
de cada uno de los nuevos beatos. Hablando del beato Ignacio Maloyán
Juan Pablo II dijo: "Cuando la amenaza contra el pueblo armenio se
hizo más presente, intuyendo la inminente persecución, eligió,
el ejemplo de San Ignacio de Antioquía, de seguir a Jesús
hasta el final, derramando su sangre por los hermanos". Su testimonio
es una invitación para todos los bautizados a seguir a Cristo.
"
El beato Gross nos enseña, subrayó el Pontífice a
obedecer más a Dios que a los hombres. Precisamente en nuestro
tiempo urge la necesidad de cristianos convencidos que escuchen la voz
de la conciencia y encuentren la fuerza de abrir la boca cuando se trata
de defender la dignidad de la persona".
CARTA
DEL PAPA AL XIX CAPÍTULO GENERAL DE LAS AGUSTINAS MISIONERAS
El
lenguaje universal del corazón abre las puertas de toda condición
humana y se comprende en todas las culturas, siendo por ello fuente de
concordia y de paz. En su carta al decimonoveno Capitulo general de las
agustinas misioneras, Juan Pablo II escribe a las religiosas que "con
Cristo impreso en cada fibra de vuestro ser, podréis hablar ese
lenguaje de corazón a corazón, capaz de conmover los sentimientos
más profundos, despertar los valores más nobles y aunar
los anhelos más genuinos del ser humano, por encima de diferencias
o disensiones sobre aspectos secundarios o efímeros.
Juan Pablo
II alienta a las agustinas misioneras a buscar las respuestas más
adecuadas que su Instituto puede dar a las expectativas y exigencias de
la Iglesia y de la humanidad de hoy, conscientes de que "en la causa
del Reino no hay tiempo para mirar atrás, y manos para dejarse
llevar por la pereza. De igual forma el Pontífice les agradece
todo el bien que esta Congregación ha hecho en sus más de
cien años de existencia y que sigue haciendo en la actualidad.
Las agustinas
misioneras, que en su decimonoveno Capítulo General han elegido
como lema ser testigos auténticos de su presencia en las diferentes
culturas, son conscientes, subraya el Santo Padre "que el verdadero
evangelizador no necesita llevar consigo mucho bagaje, pero sí
a Cristo muy dentro".
En esta
carta el Pontífice hace mención especial de la conmemoración
de los testigos de la fe del siglo XX en el Coliseo. "Con ella, -
escribe el Papa- la Iglesia ha querido honrar a quienes han dado testimonio
de las exigencias, a veces extremas, que comporta la confesión
de la fe, pero también de la fuerza heroica que infunde en quien
la acoge sin reservas. En el mismo contexto Juan Pablo II subraya la participación
de las religiosas agustinas en la celebración "con la conmovedora
experiencia de haber tenido dos hermanas en ese mural del evangelio de
las bienaventuranzas, vivido hasta el derramamiento de la sangre".
"Si
en su día -continúa el Papa- recibisteis las noticias con
lágrimas por el dolor humano, sabéis que Dios se ha fijado
en estas Hermanas vuestras con una gracia muy especial, que ha de dar
nuevo vigor al espíritu misionero que os anima, al mostraros en
toda su amplitud y radicalidad el mandato de Jesús: 'Id por todo
el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación'. Pido al
Señor que, también esta sangre derramada sea fuente de fecundidad
en nuevas vocaciones y frutos de santidad para vuestra Congregación".
LLAMAMIENTO
EN FAVOR DE LA PAZ EN LA AUDIENCIA GENERAL DEL MIÉRCOLES
Juan
Pablo II realizó el miércoles un nuevo llamamiento para
"rezar por la paz" y "a comprometerse en la construcción
de un mundo sin violencia, basado en el respeto de la dignidad de todo
ser humano". Durante la audiencia general, dirigiéndose en
inglés a los peregrinos procedentes de diversos países,
entre los cuales unos quinientos de Estados Unidos, el Santo Padre hizo
este nuevo llamamiento por la paz. Asimismo, el Papa reiteró su
anhelo de paz para Palestina, bendiciendo una puerta de bronce que será
colocada en Belén, en la iglesia de Santa Catalina. Puerta que
será llamada "puerta de la paz".
Dios libera
y reúne a su pueblo en la alegría. Este es el sentido profundo
del cántico de Jeremías 31,10-14, que se entona en los Laudes
del Jueves , primera Semana, que el Santo Padre propuso a la meditación
de los fieles romanos y peregrinos reunidos el miércoles en la
Plaza de San Pedro. "El Señor redimió a Jacob, lo rescató
de una mano más fuerte". El fondo histórico de estas
palabras está constituido por un momento de esperanza, expresado
por el pueblo de Dios desde que el norte del País había
sido ocupado por la potencia asiria en el año 722.
En tiempos
del profeta Jeremías, el Rey Josías manifiesta la vuelta
del pueblo a la alianza con Dios y enciende la esperanza de que el tiempo
del castigo ha terminado ya. Toma cuerpo también la perspectiva
de que el Norte pueda volver a la libertad e Israel y Judá se vuelvan
a unir de nuevo. Todos los pueblos, hasta las islas más lejanas
deben ser testigos de este acontecimiento maravilloso. "Escuchad,
pueblos, la Palabra del Señor, anunciadla en las islas más
remotas".
El canto
es una invitación a la alegría. Es un oráculo que
hace soñar pues diseña un futuro en el que los exiliados
"vendrán y cantarán", y encontrarán no
sólo el templo del Señor, sino todo tipo de bienes: trigo,
mosto, aceite y rebaños de vacas y ovejas. La Biblia no conoce
un espiritualismo abstracto. La promesa alcanza al hombre en todas las
dimensiones de su vida y de su existencia. El luto se convierte en fiesta
Pero la historia nos dice que ese sueño de alegría incontenible,
de gozo del pueblo, no se realizó entonces. No sólo los
exiliados del norte no regresaron, sino que Nabucodonosor ocuparía
la misma Judea en el 587.
Comenzaron
los días amargos. Las cítaras serían colgadas de
las ramas de los sauces a la orilla de los canales de Babilonia. No hay
fuerzas ni disposición de ánimo para cantar. No se puede
gozar ni alegrarse si uno es obligado por la fuerza a estar lejos de la
patria, la tierra donde Dios ha puesto su morada. No obstante, la invitación
a la alegría que caracteriza este oráculo no pierde su significado.
Los versículos anteriores a los usados en la Liturgia de las Horas
describen en términos vibrantes el amor de Dios por su pueblo.
"Te amé con amor eterno", dice el Señor .
Pero aunque
la promesa no ha podido realizarse por ahora a causa de la falta de correspondencia
por parte de los hijos de Israel, el amor del Padre permanece en toda
su fuerza y ternura. Esta certidumbre hace que el sueño de Jeremías
sea una real oportunidad histórica, aunque condicionada a la fidelidad
de los hombres, una meta final garantizada por la fidelidad de Dios e
inaugurada ya por su amor en Cristo y en la buena noticia promulgada en
su Evangelio.
Tras la
catequésis en italiano, Juan Pablo II hizo el resúmen de
la misma en distintos idiomas, entre ellos el español.
Queridos
hermanos y hermanas:
El anuncio que todos han de escuchar, hasta en "las islas más
remotas", es que Dios viene para reunir al pueblo, hacer feliz al
hombre y cuidar de la vida humana en todas sus dimensiones. Por eso la
palabra del Profeta hace soñar y suscita una alegría incontenible
ante una profecía que se hace realidad en la nueva alianza establecida
en Cristo y, de manera definitiva, en el momento de su retorno glorioso.
Así pues, al recitar estas palabras en la oración litúrgica,
se nos recuerda que la vida cristiana es una llamada a un júbilo
que sólo nuestro pecado puede entorpecer, y a fundar el sentido
de la existencia en la firme voluntad divina de transformar el luto en
alegría, colmando sin límites las más profundas aspiraciones
de toda persona humana.
Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española, especialmente a los miembros
de la Fundación Calderón de la Barca, de Argentina, así
como a los grupos venidos de España, México, Uruguay y otros
Países latinoamericanos. Doy una bienvenida particular a las Hermanas
Agustinas Misioneras, que celebran estos días su Capítulo
General. Os invito a ser fieles a vuestra vocación primera de "anunciar
a las islas lejanas" la Buena Noticia del Evangelio. Exhorto a todos
a acoger este incomparable anuncio de salvación, para caminar con
gozo y esperanza hacia el encuentro definitivo con Cristo glorioso.
Como siempre,
terminados los saludos en las diversas lenguas, Juan Pablo II dirigió
unas palabras afectuosas a los jóvenes, a los enfermos y a los
recién casados, recordándoles que el mes de octubre es el
mes del Santo Rosario. Con ello se nos invita a valorar más esta
oración tan arraigada en la tradición del pueblo cristiano.
"Os
invito a vosotros, queridos jóvenes, les ha dicho, a rezar cada
día el Rosario. A vosotros, queridos enfermos, os invito a abandonaros
confiados en las manos solícitas de María, invocándola
incesantemente. Y os exhorto a vosotros, recién casados, a hacer
del Rosario una meditación orante de los misterios de Cristo".
TELEGRAMA
DEL PAPA AL SECRETARIO DE LA ONU
Juan Pablo
II envió un telegrama al Secretario General de Naciones Unidas,
Kofi Annan, felicitándolo por la asignación del Premio Nobel
de la Paz 2001, con el que ha sido galardonado junto, precisamente, con
la ONU. El Santo Padre se congratula profundamente por este bien merecido
reconocimiento, de modo especial ante las dificultades que desafían
constantemente la situación mundial, marcada por desequilibrios
aparentemente insuperables, tensiones y falta de respeto de los derechos
humanos. El telegrama del Papa al Secretario General de Naciones Unidas
pone de relieve el largo tiempo dedicado por Kofi Annan al servicio de
la paz y la justicia, y en favor del bien común de los pueblos
del mundo. Y finaliza asegurándole que siempre le tiene presente
en sus oraciones.
MENSAJE
DEL PAPA A LOS SIERVOS DE MARÍA
"En
un mundo en el que algunas veces parece prevalecer la cultura de la muerte,
sed servidores de la vida, fieles a Dios, que 'no es un Dios de muertos,
sino de vivos' (Mt 22,32), heraldos del Evangelio de la esperanza bajo
el amparo de Santa María, 'Madre de la vida'. Es la exhortación
de Juan Pablo II a los Siervos de María, en un Mensaje que les
dirige con motivo del Capítulo General que están celebrando
en Ariccia, cerca de Roma, hasta el próximo 30 de Octubre.
Tras destacar
el tema que están profundizando los Siervos de María, es
decir "Con Santa María, de la escucha de Dios al servicio
de la vida", el Papa hace hincapié en la importancia de hacer
que "el testimonio de este Instituto sea cada vez más fiel
al carisma de sus orígenes y, al mismo tiempo, cada vez más
cercano a las instancias del hombre contemporáneo".
El Santo
Padre, refiriéndose a las múltiples formas de servicio apostólico
de los servitas, recuerda que "servir a la Iglesia y a la humanidad
es parte esencial del carisma de los Siervos de María". Y
les dirige un llamamiento para que "mirando a la Virgen, siempre
en humilde conducta de servicio", hagan que emerja en "cada
miembro de este Instituto un estilo de dichosa premura hacia los hermanos,
de ardor e impulso, de valorización de las relaciones humanas y
de atención a las necesidades de la persona".
Asimismo,
Juan Pablo II impulsa a los servitas a "salvaguardar la fidelidad
al espíritu originario de su Familia religiosa, nacida para testimoniar
los valores humanos y evangélicos representados por María".
Los invita a "ponderar con esmero la perspectiva de suspender algunas
actividades para responder a las nuevas exigencias misioneras en Asia,
África, y Europa del Este", "siempre atentos a los signos
de los tiempos". Y a "vivir la dimensión evangélica
de la provisionalidad, de la inseguridad y de la disponibilidad de ir
allí donde urja la necesidad", "siguiendo la inspiración
mendicante de la Orden".
Juan Pablo
II destaca asimismo la urgencia de la animación vocacional. Además
de con la oración - señala una vez más el Santo Padre
- las vocaciones se impulsan con el testimonio coherente y fiel de cuantos
están llamados a vivir con radicalidad el seguimiento evangélico.
Y, haciendo
hincapié en que en el Cenáculo María, Madre de la
Iglesia, comienza a ejercer hacia la comunidad de los discípulos
la maternidad que le confió su Hijo en la Cruz, el Papa recuerda
que este mes, el pasado 7 de octubre, se ha conmemorado el 750 aniversario
del 'acto de pobreza' de la primera comunidad de los Siervos de María.
Deseando que "la memoria de este evento los impulse a un testimonio
cada vez mayor de rigurosa pobreza, sobrio tenor de vida y práctica
fiel de comunión de bienes".
EL
PAPA PIDE DE NUEVO LA PAZ EN EL ÁNGELUS
Juan Pablo
II renovó el domingo su invitación a rezar por la paz en
el mundo. "A causa de la actual situación internacional, manifestó
el Papa durante el rezo del Ángelus, he invitado a las personas
y las comunidades a rezar el Rosario por la paz. Renuevo también
hoy esta invitación, subrayando al mismo tiempo que el Rosario
es la contemplación de Cristo en sus misterios, en íntima
unión con María Santísima".
El Pontífice,
que también recordó que durante este mes se está
celebrando en el Vaticano la Asamblea del Sínodo de los Obispos,
confió a la Virgen todos los misioneros del Evangelio, implorando
para ellos la fuerza de ser constructores de justicia y de paz. "Por
esta paz se está rezando en todo el mundo en estas horas cargadas
de graves preocupaciones. Unamos nuestra ferviente oración al Señor
por intercesión de María, Reina de la Paz"
También
el Santo Padre aludió a la celebración del domingo anterior,
la fiesta de la Virgen del Rosario. "Todo el mes de octubre está
dedicado de modo particular a esta hermosa oración, tan querida
por el pueblo cristiano". La espiritualidad contemporánea,
añadía el Papa, es consciente de la exigencia de ir a lo
esencial. Por este motivo se está llevando a cabo un descubrimiento
de la auténtica naturaleza del Rosario, como oración que
ayuda a estar en compañía de Cristo, para conocerle mejor,
asimilar sus enseñanzas y vivir su misterio. ¿Y quién
mejor que María nos puede acompañar en este camino de la
mente y el corazón? Este es el sentido de la repetición
del Ave María, que constituye la trama sobre la que se desarrolla
la contemplación de los misterios.
Refiriéndose
a los esposos Luigi y María Beltrame Quattrocchi, a quienes beatificará
el próximo domingo, el Papa afirmó cómo en otros
tiempos las familias se reunían para el rezo del Rosario al final
de la jornada. Con motivo de las inminentes beatificaciones que coinciden
con el vigésimo aniversario de la Exhortación Apostólica
Familiaris Consortio, tendrá lugar en Italia un Congreso sobre
el tema "La familia sujeto social", el Papa, espera del mismo
que la familia encuentre en la sociedad italiana una renovada centralidad.
Siempre en
el marco de estas beatificaciones el Santo Padre recordó que el
próximo domingo se celebra también la Jornada Mundial de
las Misiones, y espera que esta celebración sirva para subrayar
el papel de las familias en la misión evangelizadora de la Iglesia.
INTERVENCIÓN
DEL OBSERVADOR PERMANENTE DE LA SANTA SEDE ANTE LA ONU
El
viernes Mons. Renato Martino, Observador Permanente de la Santa Sede ante
la Organización de las Naciones Unidas, intervino sobre el tema
de la eliminación de la pobreza en el mundo. El ser humano en el
centro de las preocupaciones para un desarrollo sostenible. Remontándose
a este principio de la Conferencia de Río, el arzobispo Martino
intervino en la quincuagésimo sexta sesión de la Asamblea
General de la ONU.
El Observador
de la Santa Sede subrayó la importancia de una discusión
que no se pude basar sólo en números, sino en las vidas
y en el bienestar de centenares de personas que viven en la pobreza. Por
otro lado, mientras las estadísticas evidencian un descenso del
número de personas que viven en la miseria, la realidad, recuerda
mons. Martino, nos manifiesta que el número real de los que viven
en absoluta pobreza no ha disminuido. A pesar de todo, el mundo ha dado
testimonio, poco a poco, de querer encontrar soluciones, mientras que
los gobiernos continúan el diálogo, esperando que una solución
real, duradera y sostenible se pueda encontrar.
La Santa
Sede manifestó Mons. Martino acoge favorablemente la decisión
de la Comisión para el desarrollo social de examinar los progresos
realizados en la primera década de las Naciones Unidas para la
eliminación de la pobreza. Según el prelado este tema se
debe analizar junto con el informe sobre la situación mundial del
mundo que llama la atención sobre la importancia de crear una sociedad
más justa y ecua y pide un mayor acercamiento entre ricos y pobres.
No se puede hablar de desarrollo económico, social y de tutela
ambiental, concluye mons. Martino, sin considerar hoy otros males devastantes
como el sida, los numerosos conflictos armados, el grandísimo número
de refugiados y la incapacidad de ofrecer servicios sociales de base a
todos los hombres.
RENUNCIAS
Y NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
Nombramiento
como auxiliar de la diócesis de San Carlos (Brasil): mons. Sergio
Aparecido Colombo, vicario general de la diócesis de Limeira, asignándole
la sede titular episcopal de Prudenziana.
Renuncia
al gobierno pastoral de la diócesis de Willemstad (Antillas Holandesas)
presentada por mons. Willem Ellis. Le sucede en el cargo mons. Luigi Antonio
Secco, obispo coadjutor de la misma diócesis.
Nombramiento
como obispo coadjutor de Larantuka (Indonesia): Franciscus Kopong Kung,
pro vicario general de la misma diócesis.
NOTICIAS
DEL SÍNODO
Con
la presencia del Santo Padre, comenzó el lunes la segunda semana
del Sínodo de los Obispos, sobre el tema "El Obispo servidor
del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo". Un mundo
que sigue con expectación los acontecimientos que se están
produciendo en las últimas horas, al haber iniciado los ataques
Militares de Estados Unidos, en colaboración con el Reino Unido
contra instalaciones militares de los talibán y campos de entrenamiento
de la red terrorista en Afganistán.
El Presidente
delegado de turno el Cardenal Giovanni Batista Re abrió los trabajos
hablando en latín con estas palabras. "Comenzamos hoy la segunda
semana de nuestros trabajos. Las noticias que nos llegaron el domingo
por la tarde acerca de las operaciones en Afganistán suscitan nuestra
oración por la paz y la justicia. De corazón repitamos:
Señor concédenos la paz. Que Dios ilumine a aquellos que
tienen la responsabilidad".
SÍNODO
DE LOS OBISPOS DEL 11 DE OCTUBRE 2001
A.-
El pasado jueves 4 de octubre Juan Pablo II prometió una oración
especial por las víctimas de los atentados terroristas llevados
a cabo en los Estados Unidos, en el día en que se cumpliera el
mes de la tragedia. El Papa dijo al ex presidente americano George Bush,
padre del mandatario actual, a quien recibió aquel mismo día,
que los Padres sinodales estaban viviendo muy intensamente los acontecimientos
y que elevarían una plegaria especial al señor en el trigésimo
día de la trágica barbarie. Ese día fue el 11 de
octubre, día definido entonces por el Papa como "jornada de
súplica por las víctimas del terrorismo y por la paz en
el mundo".
B.- La XVI
Congregación General ha comenzado el jueves 11, como todos los
días, con el canto de la hora de Tertia. Una Tertia enriquecida,
como dijo un Obispo cubano antes de entrar en el Aula sinodal. Precisamente
el anuncio de la oración canónica rezaba así: ""Hora
Tertia" en el trigésimo día del atentado terrorista
del 11 de septiembre del 2001". La monición inicial la hizo
el Santo Padre, quien "a un mes de los inhumanos ataques terroristas
realizados en diversas partes de los Estados Unidos de América",
pidió que una vez más, se encomienden a la eterna misericordia
del Dios de nuestros Padres, las innumerables víctimas inocentes".
Pidió también consuelo y alivio para sus familiares y parientes,
abatidos por el dolor; invocó fuerza y ánimos para todos
los que siguen prodigándose con su esfuerzo en los lugares afectados
por la terrible catástrofe; imploró tenacidad y perseverancia
para todos los hombres de buena voluntad en el seguir los caminos de la
justicia y de la paz. Suplicó al Señor que arranque del
corazón del hombre toda huella de hastío, de enemistad y
de odio, y lo haga disponible a la reconciliación, a la solidaridad
y a la paz. Y terminó con estas palabras: "Roguemos para que
en todo el mundo se instaure la "civilización del amor".
C.- A esta
monición tan significativa siguió la salmodia de la Hora
de Tertia. La homilía fue compartida por un Padre Sinodal y un
Delegado Fraterno. Concretamente se trató de Mons. John Onaiyekan,
Arzobispo de Abuja, Nigeria, y Presidente de la Conferencia Episcopal
nigeriana, y del anglicano, Peter Foster, Obispo de Chester, Gran Bretaña.
El primero de ellos insistió en la necesidad de la oración
en el dolor y en la petición de misericordia, viviendo en comunión
solidaria con los que sufren los ataques irracionales y criminales del
terrorismo. El segundo elevó una súplica por la paz, por
las víctimas de la tragedia y sus familiares, y por todo el pueblo
estadounidense, a la vez que exhortaba a la solidaridad con los desplazados
y refugiados que escapan de Afganistán, desprovistos de todo y
a su vez víctimas inocentes. Solidaridad con todos los que sufren.
D.- Terminada
la homilía, el Papa introdujo las Peticiones al Señor por
intercesión de la Virgen María. La primera, en inglés
solicitaba del Espíritu Santo que inspire a los hombres y mujeres
de nuestro tiempo sentimientos y obras de vida y de paz. La segunda, en
francés, pedía que la sabiduría ilumine a los responsables
de los pueblos y de las naciones. La petición en español,
la tercera, aludió directamente al terrorismo. En ella se le pedía
al Espíritu Santo que hable al corazón de los terroristas
y les abra a la luz de la verdad. La cuarta, en árabe, pedía
el don de la sabiduría del corazón a todos los que reconocen
a Abrahán como Padre en la fe. En portugués, la quinta,
imploraba la curación de las heridas de las poblaciones inermes
azotadas por el atroz terrorismo y por la violencia destructora. La sexta,
en ruso, rogaba al Padre, que el Espíritu Santo infunda valentía
en todos los hombres de buena voluntad para que no se cansen de trabajar
a favor de la reconciliación y de la paz. Y por último en
alemán se le pedía al Espíritu Consolador que sea
soplo eterno de vida para todas las víctimas del terrorismo y de
la guerra. La oración del jueves terminó con el canto del
Padre nuestro en latín. Y antes de la bendición final, Juan
Pablo II elevó al Padre esta oración: "Oh Dios, omnipotente
y misericordioso, quien siembra la discordia no te puede comprender, no
te puede acoger quien ama la violencia: mira nuestra dolorosa condición
humana probada por atroces actos de terror y de muerte, conforta a tus
hijos y abre nuestros corazones a la esperanza, para que nuestro tiempo
pueda conocer todavía días de serenidad y de paz".
E.- Abrieron
la sesión de intervenciones los Delegados fraternos del Patriarcado
Ecuménico, de la Iglesia Ortodoxa de Finlandia, de la Iglesia Armenia
Apostólica, de la Comunión Anglicana y de la Federación
Mundial Luterana. Siguió el Cardenal Angelo Sodano, Secretario
de Estado Vaticano, quien puso de relieve la comunión y la catolicidad
de la Iglesia manifestada este "mosaico episcopal", cuya unidad
está compuesta por tantas teselas diversas. Tras indicar el espíritu
de trabajo que reina en los Dicasterios Romanos para el bien de las Diócesis
y de la Iglesia, animados por el mismo fuego de caridad y por el mismo
ideal de difusión del Reino de Dios, expresó su deseo de
que el Colegio Episcopal dé al mundo testimonio de ser verdaderamente
"un solo corazón y una sola alma", y que éste
sea el Sínodo de la unidad.
F.- Siguieron
las intervenciones de diversos Padres sinodales, entre los que se encontraba
el Obispo de Chimbote y presidente de la Conferencia Episcopal peruana,
Mons. Luis Armando Bambarén y Mons. Gregorio Rosa Chávez,
Auxiliar de San Salvador. Este último destacó la función
del Obispo como profeta de la esperanza, recordando con emoción
y gratitud a uno de ellos, Mons. Óscar Romero. Citó frases
de sus homilías. La última frase la tomó de la homilía
del 11 de noviembre de 1979: "Quiero asegurarles, decía, y
les pido oraciones para ser fiel a esta promesa: que no abandonaré
a mi pueblo, sino que correré con él todos los riesgos que
mi ministerio me exige". Mons. Rosa Chávez concluyó
diciendo: Sólo pasaron cuatro meses y el profeta de la esperanza
entregó su vida, a la hora del ofertorio, en plena Eucaristía".
SÍNODO
DE LOS OBISPOS DEL 12 DE OCTUBRE DE 2001
A.-
Pocos segundos antes de las 9 de la mañana, Juan Pablo II entraba
en el Aula del Sínodo. Como siempre, antes de empezar los trabajos
sinodales se cantó la hora de Tertia. La homilía corrió
a cargo Mons. Pacao, Prelado brasileño, quien habló de la
fe como don de Dios. Fe que se extiende a Jesucristo su Hijo. Creer en
Él es creer también en su evangelio como Buena Noticia para
los pueblos. El justo vive en la fe y de la fe. Por eso a más fe
más justicia y a más justicia más fe. La Virgen María
fue mujer de fe, modelo de vida de fe. Isabel la llamó Beata porque
había creído.
B.- Terminado
el canto de la hora Tertia, inició la Congregación número
XVIII con dos intervenciones solamente. La de Mons. Marcelo Arturo GONZÁLEZ
AMADOR, Obispo de Santa Clara, Cuba, y de Mons. Paulin Pomodimo, Obispo
de Bosangoa, África Central.
El Prelado
cubano dio gracias a Dios por poder participar en este Sínodo de
los Obispos, cosa impensable en otros momentos, afirmando que el Obispo
es una persona reservada para el Evangelio de Jesucristo. Luego puso de
relieve el silencio contemplativo de esas Iglesias que se han caracterizado
por el dolor y el sufrimiento e incluso por el derramamiento de sangre,
y que han permanecido fieles a su fe en el sufrimiento. Les ha dado las
gracias por ese testimonio martirial, que ha sido fuerza y energía
para otras Iglesias. A continuación recordó el viaje del
Papa a Cuba y la celebración de la santa Misa en su diócesis,
la primera Misa del Papa en la Isla caribeña. Acto seguido puso
de relieve cinco aspectos que indican cómo quieren los fieles a
su Obispo:
1. Lo quieren santo. Quieren encontrar en él al Dios y que él
les muestre su experiencia de Dios.
2. Lo quieren libre, sin sumisiones ni condicionamientos. Distantes de
los poderes políticos y económicos. No serviles, sino servidores
del Evangelio en el pueblo, sin miedo alguno.
3. Lo quieren capaz de iluminar criterios y en la creación de consenso
entre los hombres. Promover una especie de "opinión pública
eclesial" por encima de los intereses y de las limitaciones humanas.
4. Lo quieren en relación cotidiana con los hombres. En contacto
con la pobreza y con la miseria. Lo quieren pobre.
5. Lo quieren ejemplar. Es decir que vaya por delante en todo con su ejemplo.
Que hable de Cristo, pero sobre todo que manifieste, que exprese su rostro
y lo exculpa en sus feligreses.
C.- Por
su parte, Mons. Paulin Pomodimo, Obispo de Bossangoa, África Central,
hablando en nombre propio, comenzó poniendo de relieve las dificultades
en que se encuentra su País, su analfabetismo, la pobreza, el retraso
en campo social, escolar y de sanitario. Indicó luego tres puntos
en los que planteó otros tantos desafíos a los que ha de
enfrentarse el Obispo.
1.- El Obispo
es servidor del Evangelio para la esperanza del mundo, como reza el tema
de este Sínodo de los Obispos. Evangelizar es anunciar el amor
de Dios a los hombres. Un Dios que se hace (se debe hacer) historia en
cada hombre y de cada hombre. Pero evangelizar en ciertos lugares de la
tierra, como esa zona africana, exige correr riesgos, afrontar situaciones
de todo tipo. El Obispo debe correr esos riesgos. El Evangelio se lo exige.
2.- El Obispo
es el defensor de los pobres, de los más vulnerables. Pero en lugares
de tanta pobreza y miseria el Obispo se pregunta cómo puede expresar
la Buena Noticia en medio de tantas necesidades. No obstante, sabe que
el Evangelio sigue siendo la base de la esperanza del pueblo, les hace
reconocer su dignidad como hombres y como hijos de Dios.
3.- El Obispo
es promotor de justicia y de paz. En una sociedad como la de África
Central, el Evangelio debe acompañar el desarrollo en todos sus
aspectos. Por eso el Obispo debe ser un servidor comprometido del Evangelio.
Los dos Prelados fueron muy aplaudidos al final de sus intervenciones,
cosa un tanto inusual en el Aula del Sínodo.
D.- Los Círculos
Menores comenzaron en la segunda parte de la mañana. La primera
parte concluyó con la lectura en latín de la Relación
hecha por el Relator Adjunto, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo
de Buenos Aires. Como se sabe el Relator General es el Arzobispo de Nueva
York, Cardenal Edward Michael Egan, que se encuentra en su sede con motivo
del cumplimiento del mes del atentado terrorista del 11 de septiembre
pasado y para celebrar un solemne funeral por las víctimas. Ha
querido estar al lado de sus fieles en un momento en el que se recuerda
un hecho tan doloroso.
El Cardenal Bergoglio comenzó su relación indicando que
la finalidad de la misma era indicar los puntos principales que han sido
abordados con más profundidad en las sesionas celebradas hasta
ahora, para así llegar al deseado consenso sinodal.
Tras subrayar la identidad teológica del Obispo, resumido en la
frase de San Agustín: "Para vosotros soy Obispo, con vosotros
soy cristiano", pasó a delinear el esquema de la relación,
siguiendo las indicaciones del Instrumento de Trabajo y teniendo presente
el principio de que "la fuerza de la Iglesia es la comunión,
su debilidad la división y la oposición.
Dicho esto, el esquema propuesto ha sido el siguiente:
1. El Obispo en Comunión con el Señor.
2. El Obispo en el servicio de comunión en la Iglesia universal.
3. El Obispo en el servicio de comunión en la Iglesia particular.
4. El Obispo en el servicio de comunión en el mundo.
El desarrollo
de esta relación, impresa, ha ocupado 23 densas páginas,
incluido el índice. Termina con una conclusión que trae
a la memoria de nuevo la frase de san Agustín: Para vosotros soy
Obispo, con vosotros soy cristiano. El Obispo es el hombre de Dios que
realiza el camino con su pueblo, un hombre de comunión y misionero,
un hombre de esperanza, ministro del Evangelio. De él el mundo
espera la esperanza que no confunde y que mana de la Cruz de Cristo.
Terminada
la relación. El Cardenal Schotte, Secretario General del Sínodo,
indicó las diez cuestiones que propone la relación en su
apéndice para los Círculos Menores, exhortando a que las
tomen en consideración ya desde el primer momento para que en todos
los Círculos se traten los mismos conceptos, para facilitar el
consenso. Pero que esto no quiere decir que además de estos puntos
no tomen otros de lo dicho por los Padres Sinodales a lo largo de sus
intervenciones hasta este momento. Pueden hacerlo libremente, claro. Pero
conviene que todos coincidan al menos en abordar los diez propuestos al
final de la Relación del Relator Adjunto, leída esta mañana
en el Aula del Sínodo.
SÍNODO
DE LOS OBISPOS DEL 13 DE OCTUBRE DE 2001
Continúan
los trabajos del Sínodo de los Obispos. Los Padres sinodales celebraron
el viernes las sesiones III y IV de los Círculos Menores, en los
que, por grupos lingüísticos, se discuten los puntos más
importantes que han ido saliendo en el Aula a través de las intervenciones.
El sábado siguieron los Círculos Menores en sus sesiones
V y VI. Los Prelados se reunieron no sólo por la mañana
sino también por la tarde, a pesar de ser sábado, y no celebrarse
de ordinario sesión ninguna.
El Secretario
General, Cardenal Jan Schotte, al final de la Relación del Relator
adjunto, Cardenal Bergoglio, pidió a los Padres sinodales que trataran
en todos los grupos las diez cuestiones propuestas por el Relator al final
de su Relación, con el fin de que hubiera una serie de temas sobre
los que se manifestasen todos y poder llegar así con mayor facilidad
a un consenso sinodal. Eso no impide, dijo, que los grupos traten, además
otras cuestiones que consideren de interés.
Las cuestiones
indicadas son las siguientes: 1. Puntos de la doctrina de la fe en que
el Obispo, como maestro de la fe, debe insistir principalmente en el mundo
de hoy. 2. En qué campos y aspectos debe ejercer su ministerio
de maestro en la vida espiritual. 3. Atención prioritaria del Obispo
hacia su presbiterio, disponibilidad y accesibilidad a sus sacerdotes.
4. Promoción de la pastoral vocacional, partiendo de su propia
vida como una vocación. 5. Relación jurídica de comunión
jerárquica. Vínculo de comunión entre los Obispos
como sucesores de los Apóstoles y el sucesor de Pedro. 6.
Reuniones frecuentes de los Obispos de una misma Provincia Eclesiástica
como medio para una mejor y más concreta actuación de la
Colegialidad en orden a la Evangelización. 7. Conocimiento y relación
con la vida de las parroquias de su Diócesis. 8. Procurar que la
Curia diocesana sea expresión de la caridad pastoral del Obispo
e instrumento de gobierno y participación de corresponsabilidad
de santificación y apostolado. 9. Opciones concretas del Obispo
ante su Iglesia particular y dentro de la misma para dar testimonio de
pobreza verdadera. 10. Problema de inculturación en una época
como la nuestra de cambios tan profundos en nuestras ciudades, en situaciones
cada vez más multi étnicas, multi religiosas y multi culturales.
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