AUDIENCIA
DEL PAPA AL PATRIARCA GRECO-ORTODOXO DE ANTIOQUÍA
"Mucho
me alegró y animó tu caridad, hermano" (cf Flm 7).
Con estas palabras de la epístola de San Pablo a Filemón,
"tan verdaderas aún hoy", como él mismo ha dicho,
Juan Pablo II saludó a Su Beatitud Ignacio IV Hazim, Patriarca
greco-ortodoxo de Antioquía, a quien recibió en audiencia
el lunes por la mañana.
Evocando
el recuerdo de su peregrinación a Siria, y, de modo especial la
celebración ecuménica de la Palabra, que presidieron juntos
en la Catedral de la Dormición de la Virgen en Damasco, el pasado
cinco de mayo, el Papa destacó que a través de estos encuentros,
"el Señor nos da claros signos de fraternidad", la misma
que cita la epístola a Filemón.
El Santo
Padre destacó que estos intercambios muestran que "estamos
marchando por buen camino, el que el Señor no cesa de indicarnos,
el camino que conduce a la comunión plena". Y, en este contexto,
el Papa recordó la primera visita que realizó a Roma el
Patriarca greco-ortodoxo de Antioquía en 1983. Así como
la que él mismo realizó este año "recorriendo
el camino seguido por los Apóstoles, obedeciendo a la verdad, para
amarnos los unos a los otros sinceramente como hermanos, con corazón
puro, no corruptible, sostenidos por la Palabra del Señor que permanece
eternamente, por nuestra salvación" (cf 1 P 1,22-24).
Juan Pablo
II, señaló que algunas veces este camino se ralentiza debido
a que el amor, dulce, apacible y misericordioso encuentra dificultades,
en las que se olvida la oración de Cristo: "Ruego por aquellos
que, por medio de su palabra, creerán en mí. Que todos sean
uno." (Jn 17, 20-21). Y puso de relieve el esmero de Su Beatitud
Ignace IV Hazim en el desarrollo del diálogo teológico entre
la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas.
Hoy - exclamó
el Papa - ¡imploramos al Señor la gracia y la fortaleza necesarias
para superar la falta de progreso en el diálogo, debida a titubeos
infructuosos, puesto que el Salvador nos ha indicado el camino. Y recordamos
que en este mundo la experiencia de la adversidad es inseparable de nuestra
confianza plena, porque ¡Él ha vencido al mundo!
En esta perspectiva,
Juan Pablo II destacó que la visita del Patriarca greco-ortodoxo
"es una nueva ocasión" para "renovar y reafirmar,
ante Dios y ante Cristo, los lazos de fraternidad que nos unen".
Y, agradeciendo también la obra de los que le acompañan
en su ministerio de pastor y en sus esfuerzos en favor de la reconciliación,
el Papa extendió su saludo a todos los miembros del Patriarcado
de Antioquía. Y reiteró que su "peregrinación
a los lugares donde Pedro y Pablo predicaron la Palabra de Dios no ha
sido en vano". Sino que "fue la renovación de la promesa"
que hizo al comienzo de su Pontificado. La de hacer del camino hacia la
unidad una de sus prioridades pastorales.
El Santo
Padre terminó su saludo al Patriarca greco-ortodoxo de Antioquía
deseando que "podamos ser dóciles a la llamada del Espíritu,
que nos orienta hacia la unidad plena y visible, sin obstaculizar nunca
el amor de Dios para con toda la humanidad en Jesucristo".
AUDIENCIA
DEL PAPA A LOS MIEMBROS DE LA "FUNDACIÓN JUAN PABLO II"
El Santo
Padre recibió la mañana del martes a 500 miembros de la
Fundación Juan Pablo II. Fundación cultural, científica,
social y pastoral que el mismo Pontífice instituyó hace
veinte años. Con ella - recordó el Papa - "quería
que se formara un ambiente que sostuvieran y profundizaran los lazos entre
la Sede Apostólica y la nación polaca, cuidando con esmero
la difusión del patrimonio de la cultura cristiana y del magisterio
de la Iglesia en todo el mundo".
Al celebrar
el vigésimo aniversario de esta institución, el Santo Padre
reiteró las premisas que se propuso cuando la instituyó.
Recoger la documentación inherente al Pontificado, difundiendo
el magisterio pontificio y de la Iglesia; y promover la cultura cristiana
a través de contactos y colaboración con los centros científicos
y artísticos polacos e internacionales, así como por medio
de la ayuda ofrecida a los jóvenes, para su instrucción.
De modo especial a los de Europa central y oriental.
Intentando
trazar un no fácil balance de veinte años de actividades
de la Fundación Juan Pablo II, el Pontífice, que ha recibido
cada año un informe detallado de los logros que se han ido alcanzando,
destacó que "gracias a las iniciativas de 36 círculos
de Amigos de la Fundación, en 14 países, - entre ellos España,
México y Venezuela - y gracias también a la generosidad
de millares de hombres de buena voluntad de todo el mundo, se ha podido
instituir un fondo que garantiza el funcionamiento de cuatro importantes
instituciones".
En este contexto,
el Santo Padre citó las valiosas actividades de la Casa Polaca
de Roma; el Centro de Documentación del Pontificado; el Instituto
de Cultura Cristiana y la Casa de la Fundación Juan Pablo II en
Lublín. Y, haciendo hincapié en la importancia de los contactos
científicos y artísticos en Polonia y en todo el mundo,
el Papa puso de relieve la importancia de sostener el recuerdo de las
"raíces cristianas", y de "formar elites que transmitan
este espíritu cristiano a las sucesivas generaciones en Europa
y en todos los continentes".
En la "Universidad
de Verano" - señaló también Juan Pablo II -
jóvenes de todo el mundo tienen la posibilidad de conocer la historia,
de donde nace la tradición cristiana y el hoy de la Iglesia y del
mundo, en el que dicha tradición encuentra su propia continuación".
Poniendo
de relieve que "la iniciativa que quizás causa más
alegría es el fondo para las bolsas de estudio para los jóvenes
de Europa central y oriental y de otros países de la ex Unión
Soviética", Juan Pablo II afirmó que son ya más
de 170 los que se han recibido, hospedados en la Casa de la Fundación
en Lublín, tras haber cursado sus estudios en la Universidad Católica
de esta ciudad, y en otros ateneos polacos. Para luego volver a sus países
de origen, volviéndose "celosos promotores de la ciencia y
de la cultura fundadas en el sólido cimiento de los valores perennes.
Y, recordando
que hay otros 145 alumnos que prosiguen sus estudios, Juan Pablo II señaló
una vez más "cuán preciosa es la obra de invertir en
el hombre, en su desarrollo integral". Pues es una "inversión
segura, cuyos frutos son imperecederos". En nuestro tiempo reiteró
el Papa - "no hay monumento más duradero y magnífico
que el espiritual, que se forja con el bronce de la ciencia y de la cultura,
continuamente, aun sin clamor, en los corazones y en las mentes de las
personas, de los ambientes y de las sociedades enteras".
A todos los
que están comprometidos en sostener los ideales y actividades de
la Fundación Juan Pablo II, el Santo Padre les recordó "la
importancia de ayudar a la educación y preparación de hombres
y mujeres que puedan testimoniar el saber y la experiencia humana que
el mundo necesita con tanta urgencia". Haciendo hincapié en
que son "signo de la universalidad de las verdades y valores de nuestra
herencia. Universales porque se arraigan en el mensaje evangélico
de la salvación en Jesucristo".
AUDIENCIA
GENERAL DEL MIÉRCOLES EN LA PLAZA DE SAN PEDRO
La tradición
judía ha puesto el Salmo 50 en labios de David a quien el profeta
Natán reprochó el adulterio cometido con Betsabé
y el asesinato de su marido Urías. Es pues un Salmo de penitencia,
que se ha ido enriqueciendo en los siglos sucesivos con la oración
de otros muchos pecadores, que recuperan temas como la necesidad del "un
corazón nuevo" y del Espíritu de Dios, infundido en
el hombre redimido, como enseñan los Profetas Jeremías y
Ezequiel.
El Santo
Padre eligió este Salmo penitencial, el Miserere, para la catequesis
del miércoles e invitó a los fieles romanos y peregrinos
llegados de todo el mundo, a reflexionar sobre las dos perspectivas u
horizontes que se delinean en el Salmo 50. Por una parte aparece una región
tenebrosa, la del pecado, en la que se encuentra situado el hombre desde
su llegada al mundo. En el versículo 7 leemos: "Mira, en la
culpa nací, pecador me concibió mi madre".
El Salmo,
que expresa la dimensión profunda de la innata debilidad moral
del hombre, nos muestra en esta primera parte un análisis del pecado,
hecho ante Dios. El pecado es definido desde tres puntos de vista: como
una aberración que nos lleva lejos de Dios y del prójimo;
como una desviación tortuosa de la recta vía, que lleva
consigo una inversión, una distorsión, una deformación
del bien y del mal. De ahí que en la Biblia la palabra "conversión"
signifique un "retorno" a la recta vía; y por último,
como una rebelión del súbdito con relación a su soberano,
una especie de desafío abierto dirigido contra Dios y su proyecto
de historia humana.
Pero si el
hombre confiesa su pecado, la justicia salvífica de Dios está
dispuesta a purificarlo. Esta es la segunda perspectiva u horizonte del
Salmo Miserere. Se trata de una región espiritual, la región
luminosa de la gracia. "¡Oh Dios! Crea en mí un corazón
puro, renuévame por dentro con espíritu firme". A través
de la confesión de las culpas se abre para el orante un horizonte
de luz en el que Dios actúa, especialmente a través de su
Espíritu vivificador, infundiendo en el hombre un "corazón"
nuevo y puro, es decir, una conciencia renovada.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
Hoy hemos escuchado el Miserere, una de las oraciones más conocidas
del Salterio, el más intenso y repetido entre los Salmos penitenciales,
el canto del pecado y del perdón, que contiene una profunda meditación
sobre la culpa y sobre la gracia.
La gran riqueza de este Salmo nos muestra algunos elementos de una espiritualidad
que debería estar presente en la existencia diaria de los fieles.
Nos expone en primer lugar un sentido del pecado, entendido como una decisión
libre; después la vivencia de la posibilidad de conversión,
pues el pecador, sinceramente arrepentido, pone delante de Dios toda su
miseria, suplicándole que no lo aparte de su presencia; finalmente,
está el convencimiento del perdón divino, que lava y purifica
al pecador hasta transformarlo en una nueva criatura, que tiene el espíritu,
la lengua, los labios y el corazón transfigurados.
Saludo con afecto a todos los presentes de lengua española. En
especial, a los alumnos del Colegio "General Belgrano, de Tucumán
(Argentina) y a los distintos grupos de peregrinos venidos de España.
A todos os deseo que la meditación del Salmo 50 os ayude a confiar
siempre en la misericordia infinita de Dios. Muchas gracias por vuestra
atención.
***********
Terminados los saludos en las diversas lenguas, Juan Pablo II dirigió,
como siempre, unas palabras afectuosas a los jóvenes, a los enfermos
y a los recién casados, poniendo de relieve que en este día
la liturgia recordaba al Obispo San Antonio María Claret, que dedicó
toda su vida y su esfuerzo a la salvación de las almas.
"Que
su glorioso testimonio evangélico, les dijo a los jóvenes,
os sostenga en el esfuerzo de fidelidad diaria a Cristo"; que os
estimule, queridos enfermos, a seguir siempre a Jesús por el camino
de la prueba y del sufrimiento; y a vosotros, recién casados, os
ayude a hacer de vuestra familia el lugar de encuentro vivo con el amor
de Dios y de los hermanos".
EL
PAPA PIDE PERDÓN POR LAS ACTUACIONES DE LOS CRISTIANOS EN CHINA
Juan Pablo
II ha pedido perdón y comprensión a todos los que se hayan
sentido heridos por las actuaciones de los cristianos en China. En el
contexto de las relaciones, pasadas y presentes, con el pueblo chino el
Papa asegura que "la iglesia católica no debe temer la verdad
histórica y está dispuesta a admitir la responsabilidad
de sus hijos". El Pontífice manifiesta su amargura por estos
errores del pasado, en el mensaje enviado el miércoles por la tarde
a los participantes del Convenio Internacional celebrado en la Universidad
Pontificia Gregoriana de Roma para conmemorar el 400 aniversario de la
llegada del misionero jesuita Matteo Ricci a Pekín.
"Siento
profunda amargura -escribe Juan Pablo II- por estos errores y límites
del pasado, y lamento que hayan causado la impresión general de
falta de respeto y estima de la Iglesia católica hacia el pueblo
chino, induciendo a pensar que ésta nutriese sentimientos de hostilidad
en relación a China".
El Papa recuerda
además que por desgracia la acción de los miembros de la
Iglesia en China no siempre ha estado exenta de errores, fruto amargo
de los límites propios de la actuación humana, y condicionada
además por situaciones difíciles, unidas a acontecimientos
históricos complejos e intereses políticos contrastados.
"En ciertos periodos de la historia moderna, la relativa protección
de las potencias políticas europeas se reveló a menudo como
un límite a la misma libertad de acción de la Iglesia y
tuvo repercusiones negativas para China".
Con este
intenso sentimiento de amistad hacia todo el pueblo chino, Juan Pablo
II formula el auspicio de ver pronto la instauración de vías
concretas de comunicación y colaboración entre la Santa
Sede y la República Popular de China. "La Sede Apostólica
busca con sinceridad ser amiga de todos los pueblos y colaborar con cada
persona de buena voluntad a nivel mundial".
Aunque distintas
bajo ciertos aspectos, China y la Iglesia católica no son realidades
contrapuestas, como subraya el Papa en este mensaje. "Históricamente
son dos de las instituciones más antiguas, presentes y operantes.
En distintos ámbitos, político-social una y religioso-espiritual
otra, ambas engloban a más de mil millones de hijos e hijas. En
este contexto, la Santa Sede, en nombre de toda la iglesia católica,
hace presente su deseo de un espacio de diálogo con las autoridades
de la República Popular China, en el que, superadas las incomprensiones
del pasado, se pueda trabajar por el bien del pueblo chino y por la paz
en el mundo.
Juan Pablo
II pone de relieve además que "el momento actual de profunda
inquietud en la comunidad internacional exige de todos un compromiso apasionado
para favorecer la creación y desarrollo de lazos de simpatía,
amistad y solidaridad entre los pueblos. En este contexto, la normalización
de las relaciones entre la Republica Popular de China y la Santa Sede
indudablemente tendrán repercusiones positivas en el camino de
la humanidad".
"Hoy,
la Iglesia católica -asegura el Papa en su mensaje- no pide a China
ni a sus autoridades políticas privilegios de ningún tipo,
sino únicamente poder retomar el diálogo, para alcanzar
así una relación construida sobre el respeto recíproco
y conocimiento profundizado". Juan Pablo II, que subraya cómo
el pueblo chino se proyecta en los últimos tiempos hacia significativas
metas de progreso social, explica que la iglesia católica observa
con respeto este sorprendente desarrollo y ofrece discretamente su contribución
en la promoción y defensa del ser humano, de sus valores, de su
espiritualidad y de su vocación trascendente.
Asimismo
el Santo Padre recuerda los valores y objetivos de primaria importancia
comunes como son la solidaridad, la paz, la justicia social, el gobierno
inteligente del fenómeno de la globalización y el progreso
civil de todos los pueblos.
En su mensaje
al Congreso Internacional sobre el misionero padre Matteo Ricci, que analizó
los días 24 y 25 de octubre el diálogo entre China y occidente,
el Papa elogia la figura de este "precioso anillo de conjunción
entre occidente y oriente" que elaboró la terminología
china de la teología y de la liturgia católica y creó
de esta forma las condiciones para dar a conocer a Cristo y encarnar su
mensaje evangélico y la Iglesia en el contexto de la cultura china.
EL
PAPA REITERA SU CERCANÍA A LOS PRÓFUGOS DE AFGANISTÁN
Con el fin
de reiterar su cercanía a todas las personas que sufren por la
guerra, y de modo especial a los numerosísimos prófugos
que se están concentrando en la frontera entre Afganistán
y Pakistán, Juan Pablo II envió al Presidente del Consejo
Pontificio "Cor Unum" a la región. El Arzobispo Paul
Josef Cordes era portador de un mensaje del Papa a los Obispos de la Conferencia
Episcopal paquistaní.
En dicho
Mensaje, el Papa hace hincapié en el "dolor de innumerables
hombres, mujeres y niños, que claman pidiendo ayuda urgente y activa".
De forma especial, ante la trágica situación de los desplazados,
el Pontífice solicita esfuerzos inmediatos de parte de todos aquellos
que se encuentran en situación de poder ayudar".
"Unidos
como estamos en la Iglesia universal solidaria con todos los pueblos del
mundo, escribe Juan Pablo II en su Mensaje a los Obispos de Pakistán,
debemos mantener viva la esperanza y rezar para que la luz de la estrella
de la paz vuelva a brillar en esta región".
La visita
de Mons. Cordes, que permanecerá en Pakistán desde el 25
de octubre hasta el martes 30, comprende una visita de cortesía
a las autoridades civiles y una serie de entrevistas con los responsables
de las organizaciones humanitarias católicas y las Caritas locales.
El domingo
28, el presidente del Consejo Pontificio "Cor Unum" presidió
una Concelebración Eucarística en la Catedral de Rawalpindi,
con los Obispos y la comunidad católica de Pakistán, para
implorar a Dios la superación de las situaciones de injusticia
y odio, así como el don de la paz. Está prevista también
una visita a los campos de prófugos de Peshawar, para llevar personalmente
el conforto de Juan Pablo II.
El presidente
del organismo vaticano que coordina las organizaciones católicas
humanitarias alienta los esfuerzos, a menudo heroicos, de aquellos voluntarios
que desde el pasado 11 de septiembre intentan salvar tantas vidas humanas.
Ahora, más que nunca, es importante vivir concretamente el amor
al prójimo, tanto en la acogida de los prófugos como en
la ayuda a la asistencia humanitaria.
TRECE
MIL MIEMBROS DE LA "FAMILIA KOLPING" RECIBIDOS EN AUDIENCIA
El Santo
Padre recibió el jueves en audiencia, en la Plaza de San Pedro,
a unos trece mil miembros de la Asociación internacional "Familia
Kolping". Obra fundada por el beato Adolph Kolping, el sacerdote
alemán nacido en 1813 y elevado al honor de los altares por Juan
Pablo II en 1991.
Esta asociación
de cristianos desarrolla su trabajo en todo el mundo en los sectores laboral,
político y social. Presente en 52 países, cuenta con 450
mil voluntarios, de los que 270 mil están en Alemania. La sede
internacional se encuentra en Colonia. En sus comienzos, desarrollaba
sus actividades en el sector artesanal, para luego llegar a otros ámbitos
profesionales. Desde 1996, la obra cuenta también con el voluntariado
femenino. Y, en 1968 nació la rama que se dedica de forma especial
a los problemas del Tercer Mundo.
El Santo
Padre, destacando la figura del Beato Adolph Kolping, recordó la
vida de este sacerdote, que había sido zapatero para luego aceptar
la invitación del Señor. Dejando a los miembros de la Asociación
fundada por él una importante herencia. La de dar buenos frutos,
fortaleciéndose en la Buena Nueva. Tenéis - les dijo - "el
deber de iluminar a la sociedad, como luz del mundo y sal de la tierra,
contribuyendo en moldearla según los principios de la doctrina
social católica".
El Santo
Padre, citando las palabras del beato Kolping, reiteró la importancia
de afirmar el cristianismo en la vida social activa. Intuición
que sigue siendo actual. Y, agradeciendo la labor de los miembros de esta
asociación, los animó a no desalentarse nunca, testimoniando
siempre el mensaje de su fundador.
EL
PAPA REZA CON LOS PATRIARCAS CATÓLICOS POR LA PAZ EN ORIENTE MEDIO
Juan Pablo
II recibió el viernes en audiencia a los Patriarcas católicos
de las iglesias de oriente que han estado participando activamente en
el Sínodo y rezó con ellos para que pueda encontrarse solución
a los graves problemas con que se enfrentan cotidianamente. El Papa les
aseguró la atención e íntima participación
con que sigue los acontecimientos que implican a las poblaciones de la
región de Oriente Medio, así como su oración cotidiana
para que finalmente se alcance una paz duradera y honorable para todos.
Los patriarcas recibidos en audiencia fueron los siguientes: Su Beatitud
Michel Sabbah, Patriarca de Jerusalén de los Latinos (Palestina);
Su Beatitud Cardenal Stéphanos II Ghattas, Patriarca de Alejandría
de los Coptos (Egipto); Su Beatitud Ignace Pierre VIII Abdel-Ahad, Patriarca
de Antioquía de los Sirios (Líbano); Su Beatitud Grégoire
III Laham, Patriarca de Antioquía de los Greco-Melkitas (Siria);
Su Beatitud Cardenal Nasrallah Pierre Sfeir, Patriarca de Antioquía
de los Maronitas (Líbano); Su Beatitud Raphaël I Bidawid,
Patriarca de Babilonia de los Caldeos (Iraq); Su Beatitud Nerses Bedros
XIX Tarmouni, Patriarca de Cilicia de los Armenios (Líbano).
MENSAJE
DEL SINODO: CONDENA ABSOLUTA DEL TERRORISMO Y OTROS DRAMAS COLECTIVOS
El Mensaje
de la X asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos expresa,
en comunión con el Santo Padre su profundo sufrimiento por las
víctimas de los atentados del 11 de septiembre y sus familiares
y reza además por todas las víctimas del terrorismo en el
mundo, al tiempo que condena de forma absoluta el terrorismo, que nunca
puede ser justificado.
En el mensaje
se subrayan otros dramas colectivos como el hecho de que el 80 por ciento
de la población del planeta viva con el 20 por ciento de los recursos
y mil doscientos millones de personas subsistan con menos de un dólar
al día. Los padres sinodales expresan su solidaridad con la masa
de refugiados e inmigrantes que a causa de las guerras, persecución
política o discriminación económica sean forzados
a abandonar la propia tierra en busca de un trabajo y con la esperanza
de la paz.
Larga es
la lista de los temas que denuncian los padres sinodales como: "Los
desastres causados por la malaria, el aumento del Sida, el analfabetismo,
la ausencia de futuro para tantos niños y jóvenes abandonados
en las calles, la explotación de las mujeres, la pornografía,
la intolerancia y la explotación inaceptable de la religión
con fines violentos, el tráfico de drogas y el comercio de armas".
El mensaje,
que constata con desolación la existencia del desprecio por la
vida desde su concepción hasta su fin y la disgregación
de la familia, pone de relieve algunos esperanzadores signos positivos
como: la generosidad de tantos hombres y mujeres que se sacrifican por
las causas humanitarias, el valor de periodistas que desarrollan una labor
de servicio a la opinión pública, la actividad de los hombres
de ciencia médicos y paramédicos, la audacia de algunos
empresarios creando trabajo en zonas difíciles, la dedicación
de muchos padres, y educadores, así como la creatividad de los
artistas y tantos otros constructores de paz que intentan salvar vidas,
reconstruir familias, promover la dignidad de las mujeres, hacer crecer
a los niños y preservar o enriquecer el patrimonio cultural de
la humanidad.
Entre los
distintos llamamientos que hace el mensaje se encuentra el realizado por
la paz en Jerusalén y el dirigido a los responsables de la política
y de la economía a quienes se les pide que dirijan su atención
a aquellas zonas del mundo que no son noticia en los periódicos
o televisiones y en donde seres humanos mueren a causa del hambre, y la
falta de medicinas. "La perduración de las disparidades entre
los pueblos -advierte el mensaje- es una amenaza a la paz. Aliviad el
peso de la deuda externa de los países en vías de desarrollo
y defender siempre los derechos humanos sobre todo el de la libertad religiosa".
CLAUSURA
DE LA X ASAMBLEA ORDINARIA DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS
Con fervor
apostólico, en nombre de todo el Colegio episcopal que aquí
representamos reunidos ante la tumba del apóstol Pedro, queremos
reiterar nuestra coral adhesión al mandato del Resucitado: "'Anunciaremos
a todos los pueblos la salvación del Señor'". Lo afirmaba
Juan Pablo II en la homilía de la solemne clausura de la X Asamblea
ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Al introducir
la celebración, que tuvo lugar en la Basílica de San Pedro
la mañana del sábado, el Papa destacó que aparece,
"como síntesis de la experiencia de comunión vivida
durante estas semanas", la figura de Cristo Buen Pastor. Invitando
a contemplar su rostro, iluminado por la belleza del don de la vida en
favor de su grey que es la Iglesia, el Santo Padre exclamó "Èl,
Príncipe de los pastores, nos ha llamado como discípulos
y nos envía como apóstoles para ser testigos valientes del
Evangelio para la esperanza de nuestro mundo".
La primera
lectura, de esta Liturgia de la Palabra fue tomada del profeta Isaías:
"El espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido; me ha enviado para dar la buena noticia
a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados; para proclamar
la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para
proclamar el año de gracia del Señor, el día del
desquite de nuestro Dios, para consolar a los afligidos de Sión;
para cambiar su ceniza en corona, su traje de luto en perfume de fiesta,
su abatimiento en cánticos".
Al volver
a escuchar hoy este anuncio, cargado de esperanza para todos los pobres
y afligidos - afirmó el Santo Padre - nos sentimos confirmados
en la convicción expresada al final del Gran Jubileo. La 'puerta
viva que es Cristo' queda más abierta que nunca para las generaciones
del nuevo milenio. Pues es Cristo la esperanza del mundo. Y la Iglesia,
en especial los Apóstoles y sus sucesores, tienen la tarea de difundir
su Evangelio hasta los confines de la tierra.
Tras hacer
hincapié en que "la celebración Eucarística
es acción pastoral por excelencia", Juan Pablo II recordó
que a lo largo de estas semanas, en el Aula sinodal, se ha evocado a menudo
la imagen del Buen Pastor. Y, en esta perspectiva se refirió a
la historia del magisterio de la Iglesia. al Concilio de Trento, destacando
"la primera y principal tarea de los Obispos de residir establemente
con su grey", y "la formación de válidos colaboradores
en el ministerio pastoral mediante la institución de los seminarios".
Cuatrocientos
años después, el Concilio Vaticano II - recordó asimismo
el Papa - "retomó y desarrolló la lección del
de Trento, abriéndola a los horizontes de la nueva evangelización".
Ahora en el alba del tercer milenio - reiteró el Pontífice,
"la figura ideal del Obispo, sobre la cual la Iglesia sigue contando
es la del Pastor que, configurado en Cristo en su santidad de vida, se
entrega generosamente por la Iglesia que se le ha confiado, llevando contemporáneamente
en el corazón su solicitud por todas las Iglesias diseminadas por
la tierra".
El Santo
Padre, subrayando que el "Obispo, buen Pastor, encuentra luz y ánimo
para su ministerio en la Palabra de Dios, interpretada en la comunión
de la Iglesia y anunciada con fidelidad valiente "oportuna e inoportunamente",
destacó que el Obispo es también "Maestro de la fe",
que "promueve todo lo bueno y positivo de su grey; sostiene y guía
a los débiles en la fe; e interviene para desenmascarar las falsificaciones
y combatir los abusos".
El Papa reiteró,
en este contexto, la importancia de que el Obispo tenga conciencia de
"los desafíos que encuentra hoy la fe en Cristo", debido
a una "mentalidad basada en criterios humanos que, algunas veces,
relativizan la ley y el diseño de Dios". Sobre todo - recomendó
el Pontífice- el Obispo debe tener "la valentía de
anunciar y defender la sana doctrina, aunque ello conlleve sufrimientos".
En efecto - explicó Juan Pablo II - "el Obispo, en comunión
con el Colegio apostólico y con el Sucesor de Pedro, tiene el deber
de proteger a los fieles de todo género de insidia, mostrando que
la solución verdadera de los complejos problemas que pesan sobre
la humanidad es un retorno sincero al Evangelio de Cristo".
"El
servicio que los Obispos están llamados a dar a su grey será
manantial de esperanza en la medida en que refleje una eclesiología
de comunión y misión" -afirmó también
el Papa, destacando que en "los encuentros sinodales de estos días,
se ha subrayado a menudo la necesidad de una espiritualidad de comunión.
Citando el Instrumentum laboris, se ha repetido que 'la fuerza de la Iglesia
es la comunión, su debilidad es la división y la contraposición'"
(n. 63).
En este mismo
contexto, Juan Pablo II reiteró que "se podrá dar una
respuesta creíble a los desafíos que provienen del actual
contexto social y cultural", "sólo si se percibirá
claramente una unidad, profunda y convencida, de los Pastores entre ellos
y con el Sucesor de Pedro, así como de los Obispos con sus sacerdotes".
A los "queridos Hermanos Miembros de la Asamblea sinodal", el
Papa les quiso expresar su "gratitud y aprecio por el testimonio
que han dado en estos días de dichosa comunión en su solicitud
por la humanidad de nuestro tiempo". Y tras extender sus saludos
a todos los fieles de los Pastores presentes, así como a sus colaboradores,
el Papa dirigió unas palabras de forma especial a los Obispos eméritos,
de quienes ha querido una representación en este Sínodo.
Destacando la importancia de asignarles algún servicio eclesial,
si conservan buena salud y las energías necesarias. De esta forma
aprovechando su experiencia y competencia, se sentirán miembros
vivos del Colegio episcopal.
El Papa envió
un saludo particular a los Obispos de China continental, cuya ausencia
- afirmó - no nos ha impedido sentir su cercanía espiritual
en el recuerdo y la oración. Y finalizó su homilía
recordando a los quince Obispos canonizados en el siglo XX, citando entre
ellos a Antonio María Claret, Arzobispo de Santiago de Cuba; Juan
de Ribera, Arzobispo de Valencia; y Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo
de Pasto, Colombia. De estos santos Pastores y de los Obispos beatificados
-afirmó Juan Pablo II- emerge el rostro de Cristo Buen Pastor y
Misionero del Padre. Invitando a fijar la mirada sobre este icono vivo,
"en el comienzo de la nueva época que la Providencia nos abre,
para ser cada vez con mayor empeño servidores del Evangelio, esperanza
del mundo".
Después
de esta solemne eucaristía de clausura de la X Asamblea Ordinaria
del Sínodo de los Obispos, el Santo Padre almorzó con todos
los participantes en los trabajos sinodales y en esta fecha se hizo público
el nombre de los Miembros del Consejo Post-sinodal nombrados por Juan
Pablo II, en la persona del Cardenal Lubomyr Husar, Arzobispo de Lviv
de los Ucranianos, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de Ciudad
de México y el Arzobispo de Gniezno, Polonia, Mons. Henryk Muszynski.
En la última
sesión general de los Padres Sinodales el Secretario General del
Sínodo, Cardenal Jan Schotte, dio a conocer los nombres de los
doce miembros elegidos por la Asamblea General, tres respectivamente para
África, América, Asia y Oceanía y, Europa como miembros
del mismo Consejo postsinodal.
África:
- Cardenal Francis ARINZE, Presidente del Consejo Pontificio para el
Dialogo Interreligioso.
- Mons. John Olorunfemi ONAIYEKAN, Arzobispo de Abuja, Presidente de
la Conferencia Episcopal de Nigeria.
- Mons. Laurent MONSENGWO PASINYA, Arzobispo de Kisangani, (República
Democrática del Congo), Presidente del "Symposium des Conferences
Episcopales d'Afrique et de Madagascar" (S.C.E.A.M.).
América:
- Cardenal Francis Eugene GEORGE, Arzobispo de Chicago (Estados Unidos).
- Cardenal Jorge Mario BERGOGLIO, Arzobispo de Buenos Aires (Argentina).
- Cardenal Cláudio HUMMES, Arzobispo de São Paulo (Brasil).
Asia / Oceanía:
- Mons. Orlando B. QUEVEDO, Arzobispo de Cotabato, Presidente de la
Conferencia Episcopal Filipina.
- Mons. Henry Sebastian D'SOUZA, Arzobispo de Calcuta (India).
- Mons. George PELL, Arzobispo de Sydney (Australia).
Europa:
- Cardenal Godfried DANNEELS, Arzobispo de Mechelen-Brussel, Presidente
de la Conferencia Episcopal de Holanda.
- Cardenal Dionigi TETTAMANZI, Arzobispo de Génova (Italia).
- Cardenal Walter KASPER, Presidente del Consejo Pontificio para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos.
LLAMAMIENTO
DEL PAPA EN EL ANGELUS PARA SALVAR VIDAS INOCENTES EN AFGANISTAN
Juan Pablo
II confió la población de Afganistán a la materna
protección de la Virgen, para que se salven vidas inocentes y que
por parte de la comunidad internacional se proporcione ayuda tempestiva
y eficaz para tantos prófugos, expuestos a privaciones de todo
género mientras se acerca una estación inclemente como el
invierno. En el rezo mariano del Ángelus, el Papa tampoco olvidó
a cuantos continúan sufriendo la violencia y la muerte en Tierra
Santa, "en particular en los lugares santos, tan queridos a la fe
cristiana".
Al final
del mes de octubre, el Pontífice subrayó que "nuestra
devoción mariana se expresa con particular intensidad en el rezo
del Santo Rosario para implorar al Señor la paz". En cuanto
a la conclusión de la asamblea ordinaria del Sínodo de los
Obispos, el Santo Padre recordó que "es significativo que
se haya desarrollado durante el mes de octubre, el mes misionero".
De hecho "la familia humana -explicó el Papa- tiene urgente
necesidad de misioneros y misioneras que, unidos a Dios y solidarios con
sus hermanos, lleven a todas partes el mensaje del Evangelio, que es el
anuncia de salvación para todos los hombres, sin distinción
de lengua, pueblo o cultura.
Finalizada
la oración del Ángelus el Papa saludó afectuosamente
a los dirigentes, docentes y alumnos de las escuelas católicas
de Roma, que celebraban el domingo su VIII jornada diocesana. El tema
de este año: "Para cada alumno una comunidad educadora",
subraya la exigencia de hacer del alumno el centro de la escuela, para
favorecer el crecimiento humano, cultural y espiritual.
"La
escuela católica -les dijo el Papa- representa un recurso precioso,
al servicio de todos los alumnos y de todas las familias que pretenden
aprovechar su propuesta educativa". Por esta razón Juan Pablo
II invitó a la comunidad cristiana y civil a sostener la escuela
católica en todas sus necesidades para que ésta pueda ofrecer
a todos, de la mejor forma su servicio cultural y social.
También
el Pontífice saludado a las participantes en el III Encuentro internacional
de responsables de la "Infancia misionera" de los países
del este europeo y del Mediterráneo, entre los que se encontraban
también representantes de Tierra Santa. Juan Pablo II agradeció
a todos ellos el compromiso que asumen al educar a los niños en
el espíritu misionero y la solidaridad con sus coetáneos
del mundo entero.
El Santo
Padre saludó en español a un grupo de peregrinos de la diócesis
argentina de Córdoba:
Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española que participáis en la
oración mariana del Angelus, de modo particular al grupo de alumnos
de la Asociación Dante Alighieri, de la diócesis de Córdoba,
Argentina. Sed humildes, como el publicano del Evangelio de hoy, y abandonaos
con total confianza en Cristo y su mensaje de paz y amor. Que Dios os
bendiga y os acompañe siempre.
PROFUNDA
TRISTEZA Y CONDENA DEL PAPA POR EL ASESINATO DE CRISTIANOS EN PAKISTAN
Juan Pablo
II recibió con profunda tristeza la noticia de la terrible violencia
con que han muerto, el domingo, en Pakistán un grupo de cristianos
que se encontraban rezando en la iglesia católica de Bahawalpur,
en la diócesis de Multan. El Papa expresa además, en un
telegrama enviado al Nuncio apostólico en Pakistán, su más
absoluta condena por este trágico acto de intolerancia y manifiesta
su cercanía a las familias de las víctimas de este malvado
atentando.
Al menos
16 personas fueron asesinadas el domingo en este atentado contra una iglesia
católica en el centro del país perpetrado por seis hombres
encapuchados armados con rifles automáticos. Los asesinos llegaron
en motocicletas a la iglesia, y después de matar a los dos policías
que protegían el recinto entraron y abrieron fuego contra los feligreses.
Un centenar de personas asistían al servicio religioso, y hubo
muchos heridos, aunque las autoridades aún no disponen de cifras
exactas. Las
autoridades pakistaníes habían desplegado policías
para proteger los templos cristianos a raíz de los atentados en
Estados Unidos del pasado 11 de septiembre y las operaciones militares
contra Afganistán.
OTRAS
AUDIENCIAS
El Santo
Padre recibió en audiencia el jueves a los reyes de Noruega. Según
el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, durante el encuentro,
en el que el Papa recordó su viaje a Noruega en junio del 89, se
trató la vida de la iglesia en el país y se intercambiaron
los puntos de vista sobre la grave situación creada tras los atentados
del 11 de septiembre y el panorama en Oriente Medio.
RENUNCIAS
Y NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
Nombramiento
como Obispo coadjutor de la diócesis de Ancud (CHILE): P. Juan
Florindo Agurto Miños, hasta la fecha Pro Vicario General del Vicariato
Apostólico de Aysén.
Renuncia
al gobierno pastoral de la diócesis de Imus (FILIPINAS), presentada
por Mons. Manuel Sobreviñas, por motivos de edad. El Papa nombra
nuevo Obispo de la misma al P. Luis Antonio Tagle, hasta la fecha Rector
y profesor de Teología del Seminario Diocesano, Párroco
de la Catedral, y miembro de la Comisión Teológica Internacional.
El Papa ha
conferido la dignidad episcopal al Padre Edwin Angot de la Peña,
Prelado de la Prelatura Territorial de Marawi (FILIPINAS).
Nombramiento
como Presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos
Internacionales: Cardenal Josef Tomko.
Nombramiento
como Nuncio Apostólico en Lituania, Estonia y Letonia: Mons. Peter
Stepnan Zurbriggen, hasta ahora Nuncio Apostólico en Georgia, Armenia
y Azerbaiyán.
Renuncia
al gobierno pastoral de la archidiócesis de Cardiff, GALES, presentada
por mons. John Aloysius WARD. El Papa nombra arzobispo metropolitano de
la misma archidiócesis a mons. Peter SMITH, hasta ahora obispo
de East Anglia.
Renuncia
al gobierno pastoral de la eparquía de Saint Maron de Sydney de
los Maronitas, en Australia, presentada por mons. Joseph Hitti. El Pontfice
nombra en su lugar a mons Ad Abi Karma, hasta el momento párroco
de la Iglesia de San José en Moutaileb, Archieparquia de Antélias,
Líbano, y presidente del Consejo Católico para la Catequesis
en Oriente Medio.
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