AUDIENCIA
GENERAL:¡EL SEÑOR REINA, LA TIERRA GOZA, SE ALEGRAN LAS ISLAS
TODAS!
Todos conocemos la importancia que el anuncio del Reino de Dios tenía
en la predicación de Jesús. No se trata solamente del reconocimiento
de la dependencia del ser creado respecto del Creador; se trata también
de la convicción de que dentro de la historia se encuentran insertados
un proyecto, un designio, una trama de armonías y de bienes queridos
pos Dios. Y todo esto se ha realizado plenamente en la Pascua de la
muerte y de la resurrección de Jesús.
Este
fue el tema central desarrollado en la catequesis del miércoles por
el Santo Padre ante miles de fieles romanos y peregrinos de todo el
mundo, durante la Audiencia General, celebrada en la Plaza de San
Pedro. El tema del Reino de Dios es ofrecido por el Salmo 96, propuesto
por el Papa a la meditación de los fieles, cuyo inicio es: "El Señor
reina, la tierra goza, se alegran las islas todas". Es una solemne
proclamación de la celebración del Rey divino, Señor del cosmos y
de la historia. Se le puede definir a este salmo, ha dicho el Pontífice,
como un Salmo "Pascual". "La luz, la alegría y la paz que en el tiempo
pascual inundan a la comunidad de los discípulos de Cristo y se difunden
en toda la creación, afirmó el Papa, impregnan nuestro encuentro".
Es
el triunfo de Cristo sobre el mal y sobre la muerte que celebramos
durante estos días. Precisamente con su muerte y resurrección es restaurado
definitivamente el reino de justicia, y de amor deseado por Dios.
Este Salmo lo propone la Liturgia en la celebración de los Laudes.
El salmista, recurriendo al uso de citas o alusiones de otros pasajes
de los Salmos o de los Profetas, en especial de Isaías, describe la
irrupción en la escena del mundo del Gran Rey que aparece rodeado
de una serie de ministros o servidores cósmicos: las nubes, las tinieblas,
el fuego, los relámpagos. Se personifica también la acción histórica
del Gran Rey a través de la justicia, del derecho y de la gloria.
Su entrada en escena hace que se regocije la creación. La tierra exulta,
incluso las islas más remotas. En los cielos resuenan himnos angélicos
que exaltan la justicia, es decir la obra de salvación realizada por
el Señor. Toda la humanidad contempla el desvelarse de la gloria divina,
es decir, de la realidad misteriosa de Dios, mientras los enemigos,
o sea, los inicuos e los injustos ceden delante de la fuerza irresistible
del juicio del Señor.
Una vez más el Salmista nos describe la contraposición del bien y
del mal. La entrada del Gran Rey en la historia provoca dos tipos
de reacciones. Por un lado los idólatras y los ídolos caen a tierra
confundidos y derrotados; por otro, los fieles, reunidos en Sión pata
la celebración litúrgica en honor del Señor, elevan gozosos un himno
de alabanza. "Ante él se postran todos los dioses y se regocijan los
pueblos de Judá. Por un lado, el Salmo anuncia la victoria sobre los
ídolos y sus adoradores, y por otro se describe lo que podíamos llamar
espléndida jornada de los fieles. "Amanece la luz para el honrado
y la alegría para los hombres sinceros". Es como si despuntase una
aurora de alegría, de fiesta, de esperanza pues la luz es símbolo
de Dios. El salmo, además de ayudarnos a descubrir el rostro del Señor,
nos describe el rostro del fiel, descrito con rasgos de perfección
y plenitud. Los que esperan la venida del Gran Rey divino odian el
mal, aman al Señor. Son los "hasidim", es decir, los fieles ; caminan
por el camino de la justicia, tienen rectitud de corazón, se alegran
ante las obras de Dios y dan gracias al nombre del Señor.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas: La luz, la alegría y la paz, que en el tiempo
pascual inundan la comunidad de los discípulos de Cristo hasta alcanzar
a toda la creación, caracterizan este encuentro dentro del clima de
la Octava de Pascua. Celebramos el triunfo de Cristo sobre el mal
y a muerte, ya que con su muerte y resurrección se instaura de modo
definitivo el reino de justicia y amor que3rido por Dios. A meditar
sobre el tema del Reino nos lleva hoy la reflexión del Salmo 96, que
se abre con una solemne proclamación: "El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables". El anuncio del Reino de Dios ocupa
un lugar importante en la predicación de Jesús, haciéndonos ver que
dentro de la historia hay un proyecto, un designio querido por Dios
y que ha tenido su realización en la Pascua, con la muerte y la resurrección
de Jesús.
Saludo
a los fieles de lengua española; en especial a los Seminaristas de
Barbastro, así como a los grupos provenientes de distintas parroquias
de Cartagena, Albacete, Petrola, Murcia y Valencia; a la Asociación
de Amas de Casa, de Pego, así como a los alumnos de los Colegios alicantinos
aquí presentes; también a los peregrinos de Ciudad Juárez (México)
y a los estudiantes de la Escuela Italiana de Bogotá. Muy buenos días
de Pascua a todos.
**************
Una vez más, el Santo Padre dirigió unas palabras afectuosas a los
jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, presentes como de
costumbre en este encuentro semanal con el Papa. A los jóvenes, en
esta ocasión muy numerosos, procedentes de diversas parroquias de
la diócesis de Milán, les pidió que hagan suya la "Profesión de fe"
y que sean entusiastas protagonistas en la Iglesia y en la sociedad;
y que con su fidelidad al Evangelio contribuyan a la construcción
de la civilización del amor, que se funda en Cristo muerto y resucitado
por nosotros. Deseó de corazón a los enfermos que la luz de la resurrección
ilumine y sostenga su sufrimiento cotidiano y lo haga fecundo en beneficio
de toda la humanidad. Y por último a pedido a los recién casados que
saquen cada día del Misterio pascual la fuerza y la alegría necesarias
para un amor sincero e inagotable.
"NO
TENGÁIS MIEDO DE DEJAROS VENCER POR EL SEÑOR"
Juan
Pablo II pidió a los jóvenes de la archidiócesis
francesa de Rouen que abran su corazón a Cristo para que correspondan
con confianza y generosidad a la llamada personal que Jesucristo hace
a cada uno. El sábado, Juan Pablo II recibió en audiencia
en la sala Clementina del Vaticano, a un grupo de jóvenes peregrinos
de la diócesis francesa de Rouen presididos por su arzobispo
monseñor Duval.
"Os
recibo con alegría, les dijo el Papa, viendo como seguís
la escuela de Cristo, muerto y resucitado que os invita a vivir su
vida y a ser sus testigos. El Señor os invita para que seáis,
cada día, responsables de vuestra existencia y de las opciones
que tendréis que hacer.
Que este
tiempo de gracia, prosiguió el Santo Padre, os permita abrir
vuestro corazón a Cristo para que correspondáis con
confianza y generosidad a la llamada personal que Él os hace
a cada uno y cada una de vosotros. No tengáis miedo de dejaros
vencer por el Señor. Él os ayudará a vivir en
plenitud, porque quiere hacer de vuestra existencia una cosa hermosa.
El Pontífice
finalizó su discurso a los jóvenes franceses de la archidiócesis
de Rouen, a seguir el ejemplo de Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia,
en la escucha cotidiana de la Palabra de Dios y en la participación
frecuente de los sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación.
Que la luz de Cristo Resucitado os ayude a suprimir el lastre del
egoísmo, de la violencia, del placer fácil y de la desesperación
que tantas veces fermenta en el corazón de los jóvenes
y no favorece un auténtico desarrollo para la promoción
de la paz, de la justicia y de la solidaridad.
REGINA
COELI: "¡QUE ACABE PRONTO EL DOLOROSO CALVARIO DE BELÉN!
Este
grito, este llamamiento fue lanzado por el Papa a mediodía
del lunes de Pascua ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San
Pedro para el canto del Regina Coeli. "Hoy os invito a rezar
de manera especial, dijo el Pontífice después del canto
mariano, por los habitantes de Belén, la ciudad donde nació
Jesús, la cual en estos momentos está viviendo horas
difíciles y se encuentra en grave peligro. Llegan noticias
tristes y preocupantes que han turbado la atmósfera del día
de Pascua, que debería ser fiesta de paz, de alegría
y de vida. Con gran aprensión y dolor el Papa está al
lado de nuestros hermanos y hermanas, como lo está también
la Iglesia entera que reza y trabaja para que pronto termine tan doloroso
calvario".
La palabra
paz que tantas veces fue pronunciada por el Papa en su mensaje Urbi
et Orbi del Domingo de Pascua, seguía resonando el Lunes del
Ángel en la Plaza de San Pedro con más fuerza e intensidad,
si cabe.
El Lunes
de Pascua es conocido también como Lunes del Ángel,
ya que recuerda el encuentro del enviado celestial con las mujeres
que corrieron al sepulcro. "Vosotras no temáis, dijo el
ángel a las mujeres. Ya sé que buscáis a Jesús
el crucificado; no está aquí, ha resucitado, como tenía
dicho. Venid a ver el sitio donde yacía". También
hoy, dijo el Santo Padre ante miles de personas reunidas en la Plaza
de San Pedro a mediodía de hoy para cantar con el Papa el "Regina
Coeli", también hoy resuena con fuerza el gran anuncio
de la resurrección de Jesús.
Desde
la tumba vacía, añadió Juan Pablo II, este anuncio
se difunde por todo el mundo y alcanza todos los rincones de la tierra;
es un mensaje de esperanza para todos. Precisamente en el mensaje
Urbi et Orbi Juan Pablo II puso de relieve esta esperanza centrada
en aquella frase con que Jesús saluda a los suyos en su primera
aparición después de resucitar: "La paz con vosotros".
En este contexto hemos de decir que el momento actual es uno de esos
momentos en que la paz es ansiada, deseada con especial intensidad.
Es en extremo paradójico y contradictorio que en los lugares
donde se realizó, donde se vivió el misterio de la salvación
del hombre con la muerte y resurrección de Cristo, donde Él
pronunció el saludo "La paz con vosotros", en esos
mismos lugares, que llamamos Tierra Santa, se esté atentando
tan dramáticamente contra la paz. Se esté provocando
la muerte de manera tan sangrienta y cruel.
Desde
que el Nazareno crucificado ha resucitado al alba del tercer milenio,
siguió diciendo el Papa, la última palabra no es ya
la de la muerte, sino la de la vida. En el Señor resucitado
Dios ha revelado en plenitud su amor por toda la humanidad. Un amor
encarnado en Jesucristo de cuya resurrección han constatado
la consoladora verdad primero las mujeres y luego Pedro y los demás
discípulos han sido testigos. Pedro fue quien, después
de Pentecostés, hablando a los judíos y a los vecinos
de Jerusalén les dijo: "Pues bien, Dios resucitó
a este Jesús, y todos nosotros somos testigos.
Al igual
que ellos y junto con ellos, recordó una vez más el
Santo Padre, todos nosotros estamos llamados a difundir entre los
hombres y las mujeres de nuestro tiempo esta "buena noticia":
"Cristo, mi esperanza, ha resucitado". ¡Cómo
deseo que el anuncio pascual fortalezca cada vez más la fe
de todo bautizado! ¡Cómo deseo que la paz, don de Cristo
resucitado, alcance a cada corazón humano y dé esperanza
a los oprimidos y a los que sufren! "Sólo la paz, don
de Cristo resucitado, decía el Papa en su mensaje de ayer al
mundo, puede reconciliar al hombre con Dios, consigo mismo y con la
creación.
Que la
paz es un don de Dios lo proclaman muchas religiones. Esa fue la experiencia
de Asís. De ahí que las convicciones religiosas no deban
ser nunca causa de odio y de división, sino sólo y siempre
fuente de fraternidad, de concordia y de amor. Las palabras del Papa
dirigidas el domingo a todas las comunidades cristianas de todos los
continentes fueron un toque de atención a la responsabilidad
de todos los bautizados: "Os pido, con emoción y esperanza,
decía el Pontífice, que deis testimonio de que Jesús
ha resucitado verdaderamente y que trabajéis para que su paz
frene la dramática espiral de violencia y muerte que ensangrienta
la Tierra Santa, sumida de nuevo en el horror y la desesperación".
¡Parece,
añadía el Santo Padre, como si se hubiese declarado
la guerra a la paz! Pero la guerra, siguió diciendo, no resuelve
nada, acarrea solamente mayor sufrimiento y muerte; no valen retorsiones
o represalias. La tragedia es verdaderamente grande. ¡Nadie
puede quedarse callado e inerte; ningún responsable político
o religioso! A las denuncias sigan hechos concretos de solidaridad
Son también muchos lo miembros de la familia humana que viven
oprimidos aún por la miseria y la violencia
En cuantos
rincones de la tierra resuena el grito que implora auxilio, porque
se sufre y se muere
Son muchos los Países del Planeta
donde desequilibrios sociales y ambiciones contrapuestas golpean a
innumerables hermanas y hermanos nuestros.
Juan
Pablo II terminó su breve alocución, anterior al canto
del Regina Coeli, pidiendo a María, testigo silencioso de la
muerte y resurrección de su hijo Jesús, que nos ayude
a creer profundamente en este misterio de salvación que puede
cambiar la vida. "Abrid el corazón a Cristo crucificado
y resucitado, terminaba ayer su mensaje Juan Pablo II. Con Él
entra la verdadera paz
que entre en todo corazón humano
.
Que impregne también las relaciones entre las clases sociales,
entre pueblos, lenguas y mentalidades diversas, llevando a todo ello
el fermento de la solidaridad y del amor.
TODOS
LOS HIJOS DE LA IGLESIA UNIDOS EN UNA SÚPLICA EN FAVOR DE LA
PAZ
"¡La
Paz esté con vosotros!", con estas palabras de Jesús,
saludó Juan Pablo II en su alocución antes del Regina
Coeli, del domingo, "ante la preocupante situación en
Tierra Santa", reiterando su invitación a la oración.
"¡La
Paz esté con vosotros!" Con estas palabras de Jesús
a los Apóstoles, de la página evangélica de este
domingo, que cierra la Octava de Pascua, saludaba Juan Pablo II en
su alocución antes del Regina Coeli. "Palabras que en
estas horas asumen un eco especial ante la preocupante situación
en Tierra Santa", destacó el Papa, reiterando su invitación
a la oración: "Es un saludo que encuentra en estas horas
un eco particularmente profundo, en nuestros corazones, ante la preocupante
persistencia de los enfrentamientos en Tierra Santa. Precisamente
por ello he pedido a todos los hijos de la Iglesia que se unan, hoy,
en una concorde e insistente súplica en favor de la paz".
Una vez
más, el Papa puso de relieve que "la paz es un don de
Dios" y que el Creador mismo ha escrito en el corazón
de los hombres la ley del respeto a la vida. En este contexto, Juan
Pablo II citó el primer libro del Pentateuco, el Génesis:
"Si uno derrama la sangre de un hombre, otro derramará
la suya; porque Dios hizo al hombre a su imagen" (n. 9,6). Y,
haciendo hincapié en que "cuando todo está dominado
por la lógica despiadada de las armas, sólo Dios puede
reconducir a los corazones hacia pensamientos de paz", ha subrayado
que tanto los israelíes como los palestinos creen en un solo
Dios: "Sólo Él puede dar las energías necesarias
para librarse del odio y de la sed de venganza, emprendiendo el camino
de la negociación en vistas del acuerdo y de la paz. ¿Cómo
olvidar que israelíes y palestinos, siguiendo el ejemplo de
Abraham, creen en un único Dios? A Él, que Jesús
nos ha revelado como Padre misericordioso, se eleva hoy la coral oración
de los cristianos, que repiten junto con San Francisco de Asís,
"Señor, haz que yo sea un instrumento de tu paz"".
El Santo
Padre recordó en este momento, en especial, a las Comunidades
de Franciscanos, Greco-ortodoxos y Armenios ortodoxos, que están
viviendo horas difíciles en la Basílica de la Natividad.
Y aseguró a todos su oración constante.
La liturgia
de hoy - señaló asimismo Juan Pablo II - nos invita
a encontrar en la Misericordia divina la fuente de aquella paz auténtica
que Cristo nos ofrece. Las llagas del Señor resucitado y glorioso
constituyen el "signo permanente del amor misericordioso de Dios
hacia la humanidad". De ellas mana una luz espiritual, que ilumina
las conciencias e infunde en los corazones consuelo y esperanza.
En esta
hora difícil, el Santo Padre invitó a repetir: "Jesús,
en ti confío", sabiendo que necesitamos aquella Misericordia
divina, que hace más de medio siglo el Señor manifestó
con tanta generosidad a Santa Faustina Kowalska. Allí donde
más arduas son las pruebas y las dificultades -exhortó
Juan Pablo II - se pronuncie con mayor insistencia la invocación
al Señor resucitado, y con mayor fervor se implore el don de
su Santo Espíritu, manantial de amor y de paz.
Y, recordando
que el lunes era la fiesta litúrgica de la Anunciación
del Señor, el Papa invitó a encomendar esta oración
nuestra a la Virgen María, reiterando que la vida humana es
inviolable: "El misterio de la concepción de Jesús
en el seno de la Virgen, por obra del Espíritu Santo nos recuerda
que la vida humana, asumida por Cristo, es inviolable desde el primer
instante. La contemplación del misterio nos impulsa a renovar
el compromiso de amar, acoger y servir a la vida. Compromiso éste
que aúna a creyentes y no creyentes, porque la defensa y la
promoción de la vida no son monopolio de nadie, sino deber
y responsabilidad de todos (Evangelium vitae, 91)".
Después
del Regina Coeli, el Papa saludó a los numerosos fieles, que
se habían reunido en la iglesia romana del Espíritu
Santo en Sassia, cerca del Vaticano, para celebrar precisamente el
Domingo de la Misericordia Divina, agradeciendo al Cardenal Angelini
que había celebrado la Santa Misa para ellos y exhortando a
todos a "ser siempre y en todo lugar apóstoles del amor
misericordioso". Asimismo, el Santo Padre saludó a los
fieles polacos presentes en la Plaza de San Pedro y dirigió
unas palabras en su lengua a los numerosos peregrinos que han peregrinado
al Santuario nacional de la Misericordia Divina en Lagiewniki-Cracovia,
donde se encuentra la tumba de Santa Faustina Kowalska.
TIERRA
SANTA: "IMPARABLE ESPIRAL DE INHUMANA CRUELDAD"
La dramática
situación que vive Tierra Santa llevó una vez más
al Papa a dirigir un nuevo y urgente llamamiento a toda la Iglesia
con el fin de que se intensifiquen las oraciones de todos los creyentes
para las poblaciones de aquella región actualmente destrozada
por formas de violencia inauditas. "Precisamente en este período
en el que el corazón de los cristianos se dirige hacia los
lugares en los que el Señor Jesús sufrió murió
y resucitó, llegan noticias cada vez más trágicas
-escribe el Papa- que contribuyen a acrecentar la turbación
de la opinión pública y que suscitan la impresión
de una imparable espiral de inhumana crueldad".
Frente
a la obstinada determinación con la que una y otra parte continúan
avanzando por el camino de la violencia y la venganza, el Santo Padre
en una carta al secretario de estado vaticano, cardenal Angelo Sodano,
invita a los creyentes a orar para que Dios pueda cambiar el corazón
de los hombres incluso de los más obstinados.
El domingo,
7 de abril, la Iglesia celebra con particular fervor el misterio de
la Divina Misericordia y rendirá gracias a Dios que se ha hecho
cargo de las miserias de nuestra humanidad. Una ocasión propicia
- dice el Pontífice- para invocar coralmente al Cielo el perdón
y la Misericordia y pedir una especial intervención divina
sobre todos aquellos que tienen la responsabilidad y el poder de cumplir
los pasos necesarios con los que emprender el camino para unos acuerdos
justos y dignos para todos".
GRAN
BRETAÑA: TELEGRAMA DE PÉSAME POR LA MUERTE DE LA REINA
MADRE
Juan
Pablo II envió un telegrama de pésame a la Reina de
Inglaterra, a la Familia Real y a toda la Nación con motivo
de la muerte de la Reina Isabel, la Reina Madre. Ella a lo largo de
una centuria se ha dedicado totalmente al pueblo británico,
especialmente en los momentos más dramáticos. El Papa
ofrece también sus oraciones por su eterno descanso y para
que goce de la infinita paz de Jesucristo.
COMUNICADO
DE LA SANTA SEDE SOBRE TIERRA SANTA
"Ante
el preocupante deteriorarse de la situación en Tierra Santa
y las numerosas peticiones de ayuda, que de todas partes han llegado
al Santo Padre, tanto la Secretaría de Estado como la Representación
Pontificia en Jerusalén han mantenido contactos con las partes
en causa. El 2 de abril, Mons. Jean-Louis Tauran, secretario para
las Relaciones con los Estados, ha convocado al Sr. Yosef Neville
Lamdan, embajador de Israel y en la mañana del 3 de abril al
Sr. James Nicholson, embajador de los Estados Unidos de América,
deteniéndose de manera particular en la dramática situación
que se ha creado en Belén.
En los diversos encuentros ha sido confirmada siempre la posición
de la Santa Sede, expresada autorizadamente por el Santo Padre Juan
Pablo II y reiterada también en las intervenciones públicas
de los últimos días:
1. Condena
inequívoca del terrorismo, de cualquier parte que provenga;
2. Reprobación de las condiciones de injusticia y de humillación
impuestas al pueblo palestino, así como las represalias y retorsiones,
que no hacen otra cosa que aumentar el sentido de frustración
y de odio;
3. Respeto de las Resoluciones de las Naciones Unidas por parte de
todos;
4. Proporcionalidad en el uso de los medios legítimos de defensa;
5. Deber de las partes en conflicto de tutelar los Lugares sacros,
muy significativos para las tres religiones monoteístas y patrimonio
de toda la humanidad.
Al mismo
tiempo, en la mañana del 3 de abril, monseñor Celestino
Migliore, subsecretario para las Relaciones con los Estados, recibió
al sr. Mamad Alí Mamad, director de la Oficina de Representación
de la Liga de los Estados Árabes ante la Santa Sede, al que
expuso la conocida posición de la Santa Sede, insistiendo,
en particular, en la necesidad de poner fin a los actos indiscriminados
de terrorismo.
Por su parte, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, y el
sustituto, monseñor Leonardo Sandri, han estado en estrecho
contacto con el Patriarcado Latino de Jerusalén y con las comunidades
religiosas de Belén, transmitiéndoles la solidaridad
del Santo Padre en este doloroso momento".
"NO
EXISTE UN PLAN PARA DESALOJAR LA BASÍLICA DE LA NATIVIDAD EN
BELÉN"
El sábado,
el director de la Oficina de Prensa vaticana respondiendo a algunas
preguntas sobre un supuesto plan de la Santa Sede para desalojar la
Basílica de la Natividad en Belén, afirmaba que "no
existe" ningún plan al respecto.
Naturalmente
- señalaba el doctor Navarro Valls - el representante diplomático
de la Santa Sede en Israel prosigue su apreciada obra de asistencia
a las personas que sufren. Por su parte, la misma Santa Sede reitera
sus auspicios de que en Belén y en toda la región sean
aceptados por parte de todos los principios ya manifestados por vía
diplomática y las resoluciones de las Naciones Unidas nuevamente
ratificadas.
DECLARACIÓN
DEL PORTAVOZ SOBRE LA SALUD DEL PAPA
"Nunca
se ha tomado en consideración la eventualidad de una operación
en la rodilla derecha del Santo Padre"; "carecen de fundamento
las informaciones de una presunta hospitalización del Papa
en una clínica romana para ser sometido a una resonancia magnética"
y "no resulta que algunos especialistas, cuyos nombres han aparecido
en estas informaciones, hayan visitado al Pontífice o hayan
sido consultados". Lo afirmaba el martes el director de la Oficina
de Prensa de la Santa Sede, doctor Joaquín Navarro Valls, desmintiendo
así rotundamente las informaciones de estos días, sobre
de una posible intervención quirúrgica para curar la
artrosis que padece Juan Pablo II en su rodilla derecha.
VIAJE
APOSTÓLICO A AZERBAIYAN Y BULGARIA EN MAYO
El Director
de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls,
anunció el martes el próximo viaje del Papa: "El
Santo Padre Juan Pablo II realizará un Viaje Apostólico
a Azerbaiyán y a Bulgaria del 22 al 26 de mayo próximo.
MISA
EN SUFRAGIO DEL ARZOBISPO DE CALI
El sábado
13 de abril, en la Basílica de los 12 Apóstoles de Roma,
el Cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación
para los Obispos, presidirá una misa en sufragio de Mons. Isaías
Duarte Cancino, Arzobispo de Cali, en Colombia, "bárbaramente
asesinado" el día 16 de marzo pasado, en su Archidiócesis,
después de una celebración litúrgica. La homilía
será pronunciada por el Cardenal Alfonso López Trujillo.
NOMBRAMIENTOS
PONTIFICIOS
ARCHIDIÓCESIS
DE CALCUTA (INDIA)
Juan Pablo II ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis
presentada por monseñor Henry Sebastian D'SOUZA y le sucede
monseñor Lucas SISKAR, arzobispo coadjutor de la misma archidiócesis.
ARCHIDIÓCESIS
DE LIPA (FILIPINAS)
Juan
Pablo II ha aceptado la renuncia de auxiliar de Lipa, presentada por
monseñor Salvador QUIZON y ha nombrado en su lugar al sacerdote
Buenaventura FAMADICO.
DIÓCESIS
DE CIUDAD VALLES (MÉXICO)
Juan Pablo II ha nombrado Obispo de la diócesis al padre Roberto
Octavio BALMORI CINTA, hasta la fecha párroco en la archidiócesis
de México.
DIÓCESIS
DE BUNIA (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis
presentada por monseñor Léonard DHEJJU.
DIÓCESIS
DE FERNS (IRLANDA)
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la
diócesis presentada por monseñor Brendan Oliver COMISKEY.
EXARCADO
APOSTÓLICO PARA LOS FIELES UCRANIANOS DE RITO BIZANTINO (GRAN
BRETAÑA)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral del exarcado
presentada por monseñor Michael KUCHMIAK, por motivos de edad.
Y ha nombrado Exarca Apostólico para los fieles ucranianos
de rito bizantino residentes en Gran Bretaña al Padre Paul
Patrick CHOMNYCKY, hasta el momento superior del Monasterio de San
Basilio de Edmonton, en la ciudad canadiense de Alberta, asignándole
la Sede titular episcopal de Buffada.
ARCHIEPARQUÍA
DE WINNIPEG DE LOS UCRANIANOS (CANADÁ)
El Santo Padre ha nombrado obispo auxiliar de la archieparquía
al sacerdote David MOTIUK, del clero de la eparquía de Edmonton
de los Ucranianos, asignándole la sede titular episcopal de
Matara de Numidia.
CONGREGACIÓN
PARA LA DOCTRINA DE LA FE
El Papa ha nombrado subsecretario de la Congregación al dominico
padre Joseph Augustine DI NOIA.
CONGREGACIÓN
PARA LOS OBISPOS
El Pontífice ha nombrado miembros de la Congregación
a los monseñores Angelo ACERBI y Attilio NICORA.
ACADEMIA
PONTIFICIA DE LA VIDA
Juan Pablo II ha nombrado miembro ordinario de la Academia a la señora
Alicia GRZESKOWIAK (POLONIA).
COMENTARIO
A LA LITURGIA DEL DOMINGO
DOMINGO
II DE PASCUA (A):
"A
los ocho días, se les apareció Jesús"
No fue
la Iglesia, sino el mismo Señor quien escogió el domingo
como "día de encuentro con los suyos". El mismo Resucitado
inauguró así el primer signo que distingue a los cristianos:
"reunirse cada domingo para encontrarse juntos con el Señor".
Aquellos primeros discípulos estaban cerrados al mundo exterior,
porque tenían miedo. Les faltaba coraje y valentía,
porque estaban bajo el impacto bochornoso de la cruz. Todavía
no habían experimentado la alegría de la resurrección;
ni tenían la fuerza del Espíritu para transmitirla.
Pero el Señor cumplió su promesa de volver para darles
la alegría que nadie les podría ya quitar; para darles
el Espíritu, como fruto de su entrega. Y así, al anochecer
de aquel primer domingo, entró Jesús donde se encontraban,
se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros". Y diciendo
esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos
se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús
repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado,
así también os envío yo". Y dicho esto,
exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el
Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados
les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan
retenidos". Sí, como Él fue enviado por el Padre
con el poder del Espíritu, para reunir a los hijos de Dios
que el pecado dispersó, así puede ahora enviar a los
suyos con la fuerza del Espíritu, para continuar su misión.
Son ellos ahora el germen de una humanidad nueva, nacida de un nuevo
aliento de Dios; son ellos el fermento de aquella comunión
que el pecado destrozó; son ellos los portadores de esa alegría
que disipa todos los temores y que ya nadie podrá apagar...
Tomás,
que no estuvo con ellos reunido, se lo perdió. Por eso seguía
en su ceguera, incapaz de compartir la alegría de los que le
insistían: "Hemos visto al Señor". No, él
no había acudido. Y, por eso, seguía influido todavía
por los criterios del mundo: no admitir más de lo que sus manos
alcanzasen a tocar. Como tantos otros discípulos que dejan
de acudir el domingo al encuentro del Señor y terminan por
creer sólo en las posibilidades del hombre, al margen ya de
las de Dios... Pero el Señor tiene paciencia y vuelve a ofrecer
la ocasión al domingo siguiente... Esta vez, estaba Tomás,
para darle la lección. No sólo a él, sino a nosotros
también: Llegó Jesús, se puso en medio y saludó:
"Paz a vosotros". Luego, dijo a Tomás: "Trae
tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela
en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente". Contestó
al fin Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!".
Pero Jesús le advirtió: "¿Por qué
me has visto has creído? ¡Dichosos los que crean sin
haber visto!". Sí, hermanos, el encuentro con el Señor
cada domingo, junto a los demás, es el sostén de la
fe y de la vida cristiana. No, el Señor Jesús no viene
a solas. No quiere que cada uno sea cristiano por su cuenta. Nos quiere
reunidos, formando su familia, el pueblo nuevo de Dios. Y nos quiere
así, para poder confiarnos a todos la misión de congregar;
la tarea de hacer comunión en su mismo Espíritu; la
misma que él recibió del Padre...
Es así
como nos lo describe hoy el Libro de los Hechos. Esos rasgos esenciales
de la comunidad que, desde el principio, el Resucitado se empeña
en edificar; eso que ensayamos de un modo más denso en la misa
de cada domingo: Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza
de los apóstoles, en la vida común, en la fracción
del pan y en las oraciones. Era esa la fuente de su identidad como
Iglesia de Jesús en medio del mundo, porque sigue diciendo:
Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en
común; vendían posesiones y bienes y los repartían
entre todos, según la necesidad de cada uno... celebraban la
fracción del pan alabando a Dios con alegría y de todo
corazón; eran bien vistos de todo el pueblo y día tras
día el Señor iba agregando al grupo los que se iban
a salvar. Es importante tener siempre presente cuál es el ideal
y ser asiduos en el empeño... Un empeño que es el mismo
por el que el Señor nos convoca cada domingo, sin faltar a
la cita. Para que, como nos dice hoy Pedro en la segunda lectura:
nos alegremos con un gozo inefable y transfigurados, alcancemos así
la meta de nuestra fe, nuestra propia esperanza.
"LA
MUERTE DULCE: ¿SUICIDIO O ASESINATO?"
"Entra
en vigor en Holanda la ley que autoriza la eutanasia". Con esta
frase u otra del mismo calibre, han anunciado los medios de comunicación
social la determinación de las autoridades holandesas de legalizar
lo que se ha dado en llamar "muerte dulce". La eutanasia
es, pues, desde el martes 2 de abril, una práctica médica
legal en Holanda, el primer país del mundo que la legalizó
hace un año. Pero la entrada en vigor de la ley abre muchos
interrogantes, entre otros, por ejemplo, el impacto sobre el número
de muertes asistidas, o si atraerá a enfermos terminales de
otros países. Hay que decir también que en Holanda la
eutanasia es una práctica tolerada desde hace dos decenios.
La ley pide que se cumplan determinadas condiciones para que pueda
ejercerse esta práctica: que el paciente, mayor de 16 años,
haya formulado el deseo de forma reiterada, firme y reflexionada;
que no existe un remedio para su mal y que padezca "un dolor
físico insoportable". Estas condiciones serán certificadas
por el médico que lo atiende y por un segundo facultativo.
Pero hay más. Los menores entre 12 y 16 años pueden
solicitar también la eutanasia pero se precisa el consentimiento
de los padres o tutores.
Una
persona medianamente formada se da cuenta enseguida de que en una
cosa como esta hay algo que falla, que no funciona; que es abrir una
puerta a un mundo de horrores y atrocidades incalculables, donde se
puede impunemente hacer de todo, incluso que una persona muy enferma
sea asesinada sin más y que pase como eutanasia, basta que
alguien atestigüe que había pedido la eutanasia. Por ejemplo,
durante el año 2000 las cifras oficiales hablad de más
de 2.100 enfermos que pusieron fin a sus vidas con la "muerte
dulce" asistidos por médicos holandeses. Se sospecha,
no obstante, que el número real de casos de eutanasia sea mucho
mayor, pues no es fácil establecer cuándo un médico,
a petición del enfermo y de sus familiares, no esté
realizando una eutanasia. Como se sabe, hoy día las curas médicas
para los ciudadanos de la Unión Europea, se pueden solicitar
en cualquier país miembro. Esto facilita también la
solicitud de la eutanasia, basta ir, por ahora, a Holanda.
Esta
ley ¿tendrá mucho impacto en los demás países
europeos? Por lo pronto, Bélgica va siguiendo los mismos pasos
de Holanda, y la Cámara de Diputados se pronunciará
este mes sobre un proyecto de ley muy semejante al de Holanda. Hace
pocos días el Alto Tribunal de Londres concedió a una
mujer tetrapléjica el derecho a poner fin a sus días.
Con este tipo de leyes y de tomas de posición ante la vida
nos estamos poniendo en un camino sin retorno, donde la huida del
sacrificio, el egoísmo, la barbarie, el dominio del más
fuerte, la venganza y mil cosas más van a campear por sus respetos
sin posibilidad de sujeción por parte de autoridad ninguna,
ya que son las mismas autoridades las que legalizan los desvalores,
las atrocidades más inauditas so capa de favorecer al sujeto
y de aplicar los principios de la democracia y del bien común.
Nada más falso e inicuo.
La Iglesia,
experta en humanidad, habla muy claro sobre el tema. El quinto mandamiento
del Decálogo "no matarás" se refiere también
a la propia vida, y expresa en forma normativa que la vida del ser
humano no está a disposición de nadie, ya que no es
propiedad exclusiva de nadie, sino un don de Dios. La vida es un misterio
insondable, pero es el misterio de un bien irrenunciable. Si la libertad,
el honor, la educación, etc., son bienes irrenunciables, con
más razón lo es la vida, raíz y base primordial
de todos esos bienes. Se dice y se subraya que la eutanasia que se
pide es voluntaria. Pero también es cierto que la eutanasia
solicitada lleva consigo la malicia del suicidio y la cooperación
en el suicidio. La Iglesia está claramente en contra de la
eutanasia activa y trabaja con decisión a favor de que la muerte
sea vivida de un modo digno del ser humano. Las personas tienen derecho
a que, en cuanto sea posible, el trance de la muerte pueda ser asumido
lúcida y libremente. Al cristiano, su esperanza le permite
y le impulsa a asumir la muerte como el supremo acto de su libertad,
por el cual entrega su vida a su Señor para que Él la
transfigure junto a la suya.
La postura
de la Iglesia ante la eutanasia se sitúa en el centro entre
dos extremos que no son acordes con el sentido verdaderamente humano
de la muerte. En un extremo se encuentra la denominada eutanasia activa,
que consiste en la eliminación directa de la vida. La vida
humana es intangible y nadie puede disponer de la vida, que es sagrada.
Es sagrada porque es un don, cuyo sentido último radica en
darse gratuitamente, tal y como la hemos recibido. En el otro extremo
está el ensañamiento terapéutico o distanasia.
Los magníficos avances de la medicina han hecho posible que
la vida se pueda alargar hoy mucho más. Esto redunda en beneficio
de todos. Pero a veces, se crean situaciones límite en las
que la vida es mantenida de modo costosísimo tanto en medios
económicos como en sufrimiento para los pacientes y las familias.
Es lo que se llama distanasia: alargar la vida de modo irracional
y desproporcionado. La Iglesia piensa que esto tampoco es digno del
ser humano. Igual que no está en nuestras manos el quitarnos
la vida, tampoco debemos pensar que lo esté el apegarnos a
ella a toda costa. Lo digno es saber aceptar la muerte cuando llegue,
a su tiempo.
En medio
de estos dos extremos, la Iglesia trata de ayudar a que la muerte
sea asumida con dignidad. La mejor "receta" para ello es
la de la fe en Dios y la esperanza en la resurrección para
la Vida eterna. Con ellas se puede morir y se puede ayudar a morir.
Un ser humano que pide ser eliminado lo que, en realidad, está
pidiendo casi siempre es ser ayudado a vivir su muerte. De ahí
la necesidad de una pastoral eficaz y constante que atienda y ayude
a las familias de los enfermos. Hay que ayudarlas a cuidar bien a
sus mayores. La pastoral de los enfermos, incluido su aspecto sacramental,
ha de ayudar a las familias a vivir humana y espiritualmente las situaciones
difíciles. Estar junto a los que sufren, emplear con ellos
nuestro tiempo y nuestros recursos es parte ineludible del seguimiento
de Cristo.
LA
IGLESIA DE LA NATIVIDAD DE BELÉN ASEDIADA
En el
escenario del conflicto bélico, el viernes permanecía
todavía asediada, por los tanques y las tropas israelíes,
la basílica de la Natividad de Belén, donde junto a
sacerdotes, religiosos y religiosas estaban atrincherados al menos
200 milicianos palestinos. Según Israel, éstos tendrían
retenidos a los religiosos como rehenes.
Y el
mismo viernes, con relación a los últimos trágicos
acontecimientos en Tierra Santa, el Ministro General de los Franciscanos,
Giacomo Bini, ofrecía una conferencia de prensa en Roma, señalando
que si los palestinos sitiados en la Basílica de la Natividad
deponen las armas, los franciscanos están dispuestos a darles
"un sayo, es decir a protegerlos contra las represalias israelíes".
El Padre Giacomo Bini recordaba que durante la segunda guerra mundial
los franciscanos salvaron también a millares de judíos
que corrían el riesgo de ser deportados a los campos de exterminio
nazis.
El Ministro
General de los Franciscanos ha señalado que los cuarenta frailes
menores y las cuatro religiosas franciscanas, que se encuentran sin
haberlo querido en esta situación, no abandonarán la
Basílica de la Natividad con el fin de evitar de esta manera
una trágica matanza. A las dos partes en conflicto, los franciscanos
les hacen un firme llamamiento para una solución pacífica
del conflicto recordando que el mejor modo para dialogar es el de
deponer las armas.
En comunión
con el Papa que no ha cesado de dirigir a todos fervientes llamamientos
en favor de la paz, con todos los Frailes de Tierra Santa y los cristianos
de todo el mundo, los franciscanos se sumaron la Jornada de Oración
por la Paz en Tierra Santa convocada por el mismo Juan Pablo II el
domingo, 7 de abril, para que el Señor conceda días
de paz a los dos pueblos y puedan así vivir juntos y serenos
en la misma tierra.
VÍDEO
DE LA JORNADA INTERRELIGIOSA POR LA PAZ EN ASÍS
"Cada
día el Santo Padre, desde que inició la crisis en Oriente
Medio, está con el pensamiento sobre la tumba de San Francisco
de Asís". Lo refería el secretario personal del
Papa, el obispo Stanislaw Dziwisz, recibiendo para el Pontífice,
del custodio del Convento de Asís, padre Vinzenzo Colli, un
video y un pequeño volumen que resumen la histórica
jornada interreligiosa por la Paz, que el pasado 24 de enero presidió
el mismo Juan Pablo II en Asís.
El sábado
en la sede de Radio Vaticano se presentaba el vídeo realizado
por la RAI en un acto presidido por el cardenal Roger Etchegaray.
El purpurado francés dijo que "el Papa ha querido hacer
de Asís, desde su primera visita en 1986, la capital de la
paz", ya que "sólo movilizándose con la oración
a través del perdón se podrá encontrar de nuevo
el camino perdido de la paz en el mundo".
Una paz
necesitada hoy más que nunca en Tierra Santa, donde en estos
momentos la situación ha alcanzado una gravísima espiral
de odio desencadenando una violencia hasta ahora desconocida entre
israelíes y palestinos. Una "violencia absurda" en
los mismos lugares donde nació y vivió Jesús.
Juan
Pablo II, que ha hecho innumerables llamamientos para que cese el
sangriento conflicto en Oriente Medio, pidió a la Iglesia de
todo el mundo dedicar la jornada del domingo de la Misericordia, a
la oración por la paz en Oriente Medio. Y precisamente en Asís
el sábado por la noche, la basílica por tercera vez
en su historia permaneció abierta para acoger a miles de peregrinos
y hombres de bien convocados en una vigilia de oración por
la paz, sobre la misma tumba de san Francisco.
ADHESIONES
A LA JORNADA DE PAZ EN TIERRA SANTA
Entre las numerosas adhesiones a la Jornada de oración
por la paz en Tierra Santa, convocada por Juan Pablo II, también
la de los representantes de la Iglesia Católica en Marruecos.
En un comunicado fechado en Rabat, se lee la profunda conmoción
y preocupación de los prelados marroquíes, así
como la de todos los Obispos de los países del Magreb, ante
la situación actual en Palestina.
Al término
de un largo proceso de diálogo - señalan los representantes
de la Iglesia Católica en Marruecos - los amigos de la Paz,
tanto palestinos como israelíes, con el apoyo de la comunidad
internacional habían hecho nacer esperanzas de Justicia y de
Paz en toda Tierra Santa. Desdichadamente, decisiones irresponsables
contradicen estas esperanzas.