AUDIENCIA GENERAL: EL SEÑOR REINA, TIEMBLEN LAS NACIONES
PAZ ESTABLE Y REGRESO DE LOS REFUGIADOS BOSNIOS
PROMOCIÓN INTEGRAL DEL HOMBRE, DE LA JUSTICIA Y DE LA PAZ
VIOLENCIA, TERRORISMO, GUERRA, SOLO CONSTRUYEN MUROS ENTRE LOS PUEBLOS
CONCIERTO EN VATICANO: "UN HIMNO A LAS CUMBRES"
MENSAJE DON CARLO GNOCCHI, "REPRESENTA PROFECÍA DE SOLIDARIDAD Y PAZ"

ÁNGELUS: SI PIERDE EL SENTIDO DE DIOS, LA HUMANIDAD SE CIERRA AL FUTURO
SANTA MISA EN EL VATICANO PARA LA COMUNIDAD FILIPINA DE ROMA
SUPERAR DIFICULTADES QUE IMPIDEN LA CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

CALENDARIO DE CELEBRACIONES LITÚRGICAS PRESIDIDAS POR EL SANTO PADRE
CARDENALES RATZINGER Y SODANO, DECANO Y VICEDECANO COLEGIO CARDENALICIO
CONFERENCIA INTERNACIONAL: GLOBALIZACIÓN Y EDUCACIÓN SUPERIOR CATÓLICA
INTENSIFICAR LA COOPERACIÓN ENTRE IGLESIA Y EL ESTADO EN VIETNAM
VI EDICIÓN DEL CONGRESO DE ESTUDIOS SOBRE EL CINE ESPIRITUAL
EL ARZOBISPO CROATA DE RIJEKA BENDIJO EL ABETO DE NAVIDAD

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

LLAMAMIENTO DE LOS CRISTIANOS DE TIERRA SANTA
MENSAJE DE LOS OBISPOS DE BOLIVIA
CONGRESO SOBRE EL SACRAMENTO DEL ORDEN
LA IMAGEN DE LOS INMIGRANTES EN ITALIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
EL ROSTRO DE CRISTO


SEMANA DEL 25 DE NOVIEMBRE AL 1 DE DICIEMBRE

 

AUDIENCIA GENERAL: EL SEÑOR REINA, TIEMBLEN LAS NACIONES

"El Señor reina, tiemblen las naciones". Esta aclamación abre el Salmo 98, elegido por el Santo Padre para la catequesis de este miércoles. Se trata de un canto elevado por el pueblo de Dios al Señor que gobierna el mundo y la historia, dijo el Santo Padre, como soberano trascendente y supremo. Se asemeja a otros himnos análogos que la Liturgia de Laudes coloca como oración ideal de la mañana. En efecto, el fiel, al comenzar la jornada sabe que no se encuentra a merced del azar ciego y oscuro, de la incertidumbre, dependiente de las decisiones de otros, o dominado por los avatares de la historia. Él sabe que el Creador y Salvador, en su grandeza, santidad y misericordia, se yergue sobre toda realidad terrena.

Los estudiosos de la Biblia han interpretado de formas diversas el uso de este Salmo en la liturgia del templo de Sión. Lo que es claro es que tiene el sabor de una alabanza contemplativa que se eleva al Señor, sentado en la gloria celestial ante todos los pueblos de la tierra. No obstante, se hace presente en un espacio concreto y en medio de una comunidad, es decir, en Jerusalén, mostrando ser el "Dios-con-nosotros". Los títulos atribuidos por el Salmista a Dios son siete, indicados ya en los primeros versículos: es rey, grande, excelso, terrible, santo, poderoso, justo. Más adelante es calificado también como paciente. Pero el acento se pone de manera especial sobre la santidad de Dios: "Él es santo", que se repite tres veces, como un estribillo.

La santidad de Dios y su trascendencia no hacen de Él un soberano impasible y extraño, sino que responde cuando es invocado. Dios es el que puede salvar, el único que puede librar a la humanidad del mal y de la muerte. El Salmo 98 desarrolla perfectamente la unión que existe entre santidad y cercanía de Dios. El Salmista recuerda que Dios estaba en constante contacto con su pueblo a través de Moisés y Aarón, sin mediadores, como a través de Samuel, su profeta. Él hablaba y era escuchado, castigaba los delitos pero también perdonaba.

Se podría decir, afirmó el Santo Padre, que el Salmo 98 se realiza hoy en la Iglesia, sede de la presencia del Dios santo y trascendente. El Señor no se ha retirado al espacio inaccesible de su misterio, indiferente a nuestra historia y a nuestras expectativas. "Él viene a juzgar a la tierra. Juzgará al mundo con justicia y a los pueblos rectitud". Juan Pablo II terminó su catequesis reiterando que Dios ha venido en medio de nosotros en su Hijo, hecho uno de nosotros para infundir en nosotros su vida y su santidad. Por eso nos acercamos a Dios no con terror sino con total confianza.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL

Queridos hermanos y hermanas:
El Salmo noventa y ocho es un canto que se eleva a Dios, el cual gobierna el mundo y la historia como supremo soberano. Recitándolo en la oración de la mañana, el fiel sabe que inicia su jornada en manos del Creador con toda su grandeza, santidad y misericordia. Tiene todo el sabor de una alabanza contemplativa dirigida al Señor que, sentado en la gloria celeste, se hace a la vez presente en un lugar y en medio a una comunidad, en decir, en Sión, manifestándose así como el "Dios-con-nosotros".

Hoy el salmo noventa y ocho se realiza en la Iglesia, lugar de la presencia del Dios santo y trascendente, y es un canto que nos llena de serenidad y alegría, pues exalta al Señor rey, que habita entre nosotros y aparta las lágrimas de nuestros ojos.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. De forma particular a las Hermanas Dominicas de la Presentación y a los fieles de la Parroquia de San Martín de Porres, de Sabinas (México). Acercándose ya el tiempo del Adviento, os animo a alabar a Dios, que viniendo a habitar en medio de nosotros, es fuente de consuelo y gozo. Muchas gracias por vuestra atención.

Terminados los saludos en las diversas lenguas, -destacamos que el Papa, hablando en francés, dirigió un saludo especial a los peregrinos venidos de Irak-, dirigiéndose a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, el Pontífice ha recordado la figura de San Andrés, cuya fiesta se celebra dentro de pocos días, pidiendo que sea para ellos un modelo de seguimiento y de testimonio cristiano. Invocó su intercesión por los enfermos, para que el consuelo divino llene sus corazones y fortifique su fe. Por último pidió para los recién casados que San Andrés los ayude a corresponder fielmente al proyecto de amor del que Cristo los ha hecho partícipes con el sacramento del matrimonio.

 

PAZ ESTABLE Y REGRESO DE LOS REFUGIADOS BOSNIOS

Juan Pablo II pidió a todos los habitantes de Bosnia y Herzegovina, su aportación para consolidar una sociedad que repudie toda tentación de favorecer a alguien en detrimento de los demás. Se lo ha manifestado al nuevo Embajador ante la Santa Sede, en la presentación de sus cartas credenciales.

El Santo Padre Juan Pablo II recibió el sábado mañana en audiencia al nuevo embajador de Bosnia Herzegovina ante la Santa Sede, con motivo de la presentación de sus cartas credenciales. El Pontífice, en su discurso, tras haberle dado la bienvenida y enviar un saludo a las Autoridades del País, recordó al nuevo embajador su cercanía con los Pueblos de Bosnia y Herzegovina, que, además de sufrir un sistema político basado en una ideología contraria a los valores inscritos en el espíritu humano, ha sufrido una larga y dolorosa guerra. También el Papa aludió a su visita pastoral realizada el 12 y 13 de abril de 1997 así como a los Acuerdos de Washington y de Dayton.

Todo esto, manifestó el Pontífice, hizo que las armas enmudezcan, pero es menester trabajar intensamente para construir y hacer eficaz la paz en la justicia, resolviendo los problemas unidos al futuro del País. Son necesarios, por lo tanto, programas concretos que partan de la persona y del respeto de su dignidad, que ofrezcan la posibilidad de trabajar y alcanzar los medios suficientes para la vida, que promuevan el diálogo y la colaboración entre los distintos componentes de la sociedad civil en el pleno respeto a la identidad de cada uno. Solamente de esta manera es posible dar vida a una auténtica democracia.

La democracia es un deber exigente, que requiere moralidad, honestidad, sensibilidad humana, sabiduría, paciencia, respeto por los demás, disponibilidad a renunciar, cada vez que lo pida el bien común, firme voluntad de exponer y no imponer los propios puntos de vista y las ideas propias. Juan Pablo II también manifestó que para mirar con confianza hacia el futuro es indispensable promover una verdadera reconciliación y un perdón sincero. La Iglesia de Bosnia y Herzegovina ya está trabajando para ofrecer su contribución a la reconciliación y al perdón, anunciando fielmente el Evangelio.

Se pide a todos, prosiguió diciendo el Papa, su aportación para consolidar una sociedad que repudie toda tentación de favorecer a alguien en detrimento de los demás. Aunque hace ya siete años que terminó la guerra, por desgracia no se vislumbran todavía soluciones concretas para el drama de numerosos prófugos y exiliados que quieran volver a sus casas. Estas personas piden justamente garantías para su incolumidad, así como la creación de condiciones políticas, sociales y económicas aceptables. Es indispensable construir un auténtico clima de paz.

Señor Embajador le deseo de todo corazón que el país que Usted representa encuentre comprensión y ayuda concreta, que sirva para cicatrizar las heridas producidas a causa de la reciente guerra y de los pasados sistemas políticos. Los Países del Viejo Continente y de la Comunidad Internacional, finalizó diciendo el Santo Padre, ofrecerán las ayudas necesarias para sostener programas que hagan participar pronto, tanto a Bosnia y Herzegovina como a los Países de toda el área Sureste de Europa, en los procesos de integración europea y mundial.

 

PROMOCIÓN INTEGRAL DEL HOMBRE, DE LA JUSTICIA Y DE LA PAZ

El Papa invitó a los obispos brasileños a contribuir en la promoción integral del hombre y la promoción de la justicia y de la paz. En ocasión de su visita ad Limina Apostolorum Juan Pablo II entregó el martes un discurso en portugués a los obispos brasileños de las regiones 3 y 4 de la Conferencia Episcopal brasileña de los estados de Santa Catalina y de Río Grande del Sur. En su denso discurso, el Papa una vez más recordó las prioridades de la pastoral regional que es la misma de los discípulos de Cristo: "contribuir activamente en la promoción integral del hombre para afirmar el diálogo y la comprensión entre los individuos y los pueblos, para la promoción de la justicia y de la paz.

Juan Pablo II citó también entre los puntos pastorales de la Iglesia brasileña, el exigente desafío misionero a través del cual todas las comunidades han de sentirse seriamente interpeladas. En ambientes en que la libertad de la palabra es usada como arma para difundir mensajes contrarios a las enseñanzas de la moral cristiana, el Papa exhortó a los obispos a velar para que no falte "la franca presencia pública del pensamiento católico. La iglesia no pretende usurpar tareas y prerrogativas del poder político, sin embargo sabe que debe dar también en la política su contribución específica de inspiración y de orientación a cerca de los grandes valores de la moral.

La imperiosa diferencia entre la Iglesia y los poderes públicos, dijo el Santo Padre, debe ser mantenida, aunque la Iglesia "experta en humanidad" no puede renunciar a dar su orientación en el campo político para el bien común de la sociedad y de los pueblos. El Pontífice también subrayó que el amor preferencial por los pobres con la finalidad de que alcancen un nivel más digno en la vida, debe continuar siendo una prioridad pastoral de los obispos, así como otros aspectos: especialmente la defensa de los derechos fundamentales de la dignidad humana, el respeto por la libertad de conciencia y la universalización de la cultura y de la educación, con una atención especial para los más marginados y desprotegidos.

 

VIOLENCIA, TERRORISMO, GUERRA, SOLO CONSTRUYEN MUROS ENTRE LOS PUEBLOS

"Vuestra Universidad es un gimnasio de universalidad en el se debe poder respirar ese sentido de comunión profunda que caracterizaba la comunidad primitiva". Audiencia del Papa a los participantes en el Congreso promovido por la Universidad Pontificia Urbaniana.

"La violencia, el terrorismo, la guerra, tan solo construyen nuevos muros entre los pueblos. Vuestra Universidad es un gimnasio de universalidad en el se debe poder respirar ese sentido de comunión profunda que caracterizaba la comunidad primitiva". Eran palabras de Juan Pablo II durante su audiencia, el viernes, a los participantes en el Congreso promovido por la Pontificia Universidad Urbaniana, que están celebrando el 375 aniversario de la fundación del Colegio Urbano y los 40 años de institución de la Universidad Pontificia.

Fue el beato Juan XXIII quien atribuyó a la Urbaniana el título de Universidad. Un Colegio fundado por el Papa Urbano VII que tuvo desde su inicio una finalidad misionera, debido a la preocupación del Papa Urbano de emancipar a la Iglesia de las potencias coloniales. "Era necesario -dijo el Papa- asegurar la libertad de la evangelización en las tierras apenas descubiertas y en aquellos países donde el cristianismo había sido anunciado en tiempos lejanos, como en China".

Aludiendo a la dificultad que presentaban aquellos tiempos, el Papa añadió que tampoco son fáciles los nuestros. "Lo sabe sobre todo aquellos de vosotros que provienen de regiones donde la guerra, las enfermedades, la pobreza siembran cada día numerosas víctimas. Por lo tanto es más necesario que nunca una institución académica como la vuestra, que sepa transmitir la ciencia filosófica, teológica, histórica y jurídica al interno de las culturas de pueblos tan distintos entre ellos".

Tras recordar los 90 Institutos ubicados en distintas partes del mundo que están afiliados a esta Universidad dando testimonio de la apertura católica de la que se distingue, Juan Pablo II les instó a cultivar siempre en el corazón y en la investigación académica este carácter universal, tan precioso en este mundo tan dividido, que tanto exalta la particularidad del individuo, del grupo, de la etnia o de la nación, hasta perjudicar a veces el compromiso de la solidaridad.

"Sin renunciar a afirmar la fuerza del mensaje evangélico -prosiguió diciendo el Papa- es un deber importante, en el mundo de hoy, que los cristianos sean hombres de diálogo y contrasten este choque de civilizaciones que a veces parece inevitable. Por esta razón sería deseable que la Urbaniana se distinguiese entre los Ateneos Romanos precisamente por su atención particular a las culturas de los pueblos y las grandes religiones mundiales, comenzando por el Islam, el Budismo y el Hinduismo, en consecuencia considerase con atención el problema del diálogo interreligioso en sus implicaciones teológicas, cristológicas y eclesiológicas". Por último el Papa recordó que la finalidad del Colegio Urbano es la formación integral de sus alumnos. "La Iglesia del III Milenio necesita sacerdotes, religiosos y laicos que sean santos y cultos".

 

CONCIERTO EN VATICANO: "UN HIMNO A LAS CUMBRES"

El martes por la tarde el Santo Padre asistió al Concierto ofrecido por la Unión italiana de ayuntamientos y comunidades montañeras, con motivo del Año Internacional de las Montañas. El Concierto, titulado "Un himno a las cumbres", tuvo lugar en el Aula Pablo VI, a las seis y media de la tarde.

En el concierto que se le ofreció con motivo del Año Internacional de las Montañas, Juan Pablo II recordó que "de los montes, donde habita el Señor, vienen la justicia y la paz, condiciones indispensables para que el mundo sea la patria acogedora de todo ser humano".

El Santo Padre, al final del concierto agradeció este singular momento que "une, en una síntesis armoniosa, música, espiritualidad y amor por la montaña".

Expresando su gratitud a los organizadores, miembros de la Unión italiana de ayuntamientos y comunidades montañeras; a los músicos de la orquesta sinfónica húngara de Pecs;, al coro de la Región italiana de Friuli-Venecia Giulia; y a los encargados de transmitir este concierto por televisión, el Papa destacó que "a través de la escucha de la música y la contemplación de fascinadores panoramas, este momento artístico ha invitado a elevar un cántico de loor al Creador por las maravillas de la naturaleza, obra de sus manos".

El concierto se titulaba "Un himno a las cumbres" y, en este contexto, Juan Pablo II subrayó que la "majestuosidad de las cumbres estimula a iluminar aquellos valores de tenacidad y humildad que son indispensables para afrontar la vida de cada día y para subir con ardor hacia la alta montaña de la santidad".

"Esta tarde, en un simbólico abrazo, se han unido la montaña y la ciudad, las bellezas naturales, el estro del hombre y el misterio de Dios", afirmó el Pontífice, añadiendo luego que "el silencio de las cumbres nevadas se ha encontrado con la vivacidad de las metrópolis frenéticas". El Papa que tanto ama la montaña, como él mismo recordó, finalizó con las palabras del salmista "Traigan los montes paz al pueblo, y justicia los collados" (Sal 71,3) y subrayó que "de los montes, donde habita el Señor, vienen la justicia y la paz, condiciones indispensables para que el mundo sea la patria acogedora de todo ser humano".

 

MENSAJE DON CARLO GNOCCHI, "REPRESENTA PROFECÍA DE SOLIDARIDAD Y PAZ"

El mensaje del Siervo de Dios, Don Carlo Gnocchi, "insigne pedagogo social", "representa hoy una singular profecía de solidaridad y paz". Eran palabras de Juan Pablo II en su discurso a unos 7 mil miembros y amigos de la Fundación que lleva el nombre de este "maestro de vida", conocido también como "padre de los pequeños mutilados".

Esta audiencia del sábado, en la que participaron también numerosos enfermos y minusválidos, miembros de las Asociaciones italianas de Alpinos y Donadores de órganos, el alcalde de Milán y otras autoridades civiles y militares, así como los responsables, agentes, voluntarios, ex alumnos y amigos de esta gran "familia espiritual" - como el mismo Papa recordó - forma parte de las celebraciones organizadas con motivo del centenario del nacimiento de Don Carlo Gnocchi y del quincuagésimo aniversario de la Fundación que brotó del corazón de este sacerdote. El cual empezó como educador de jóvenes y, luego, en la segunda guerra mundial, fue capellán voluntario de los Alpinos. Apostolado que desarrolló primero en el frente greco-albanés y, más tarde en Rusia.

Tras recordar que en la apertura del proceso de beatificación, en 1987, el Cardenal Carlo María Martini, lo definió como "cura educador y empresario de la caridad", Juan Pablo II destacó que la "heroica caridad" de Don Gnocchi para con los heridos y moribundos lo llevó a impulsar una gran obra para amparar a los pobres, huérfanos y desvalidos. Fue así como nació la Fundación Pro Juventute, por medio de la cual fue multiplicando además iniciativas sociales y apostólicas en favor, precisamente, de los numerosos huérfanos y mutilados que había dejado la guerra.

Pero la generosidad de Don Gnocchi fue más allá de su muerte ocurrida en 1956, señaló el Santo Padre, poniendo de relieve el "gesto precursor" de este Siervo de Dios que donó sus corneas a dos jóvenes que habían perdido la vista. Asimismo, el Papa expresó su profunda satisfacción por el compromiso que cumplen los miembros de esta Fundación en la sociedad y en la Iglesia. Compromiso que ha ido siguiendo el momento histórico, por lo que en la actualidad sus seguidores se dedican a distintas actividades en favor de los minusválidos de toda edad y de asistencia a enfermos oncológicos terminales. Ello sin olvidar la necesidad de impulsar la investigación científica, cuidando la formación profesional de discapacitados en varias regiones de Italia.

Asimismo, Juan Pablo II hizo hincapié en el principio que animó a Don Gnocchi, cuyo lema era "restaurar a la persona humana". Promover al enfermo con terapias que lo ayuden a recuperar la confianza en sí mismo. Algo que exige una actualización técnica y profesional y "un constante apoyo humano y sobre todo espiritual". Como enseñaba este sacerdote, "sirviendo, en efecto, a los últimos y pequeños de forma desinteresada, se contribuye a construir un mundo más acogedor y solidario". Y es que "compartir el sufrimiento es el primer paso terapéutico, lo demás lo hace el amor".

Y fue precisamente el amor el secreto de toda su vida. Veía a Cristo crucificado en cada persona que sufría. En especial, en los más frágiles, pequeños e indefensos. Comprendió que la luz capaz de dar sentido al dolor inocente de los niños proviene del misterio de la Cruz. Cada pequeño mutilado era para él "una pequeña reliquia de la redención cristiana y signo que anticipa la gloria pascual".

Finalmente, el Pontífice exhortó a los miembros de la Fundación Don Carlo Gnocchi a "ser como él, buenos samaritanos"," siguiendo las huellas de su fundador" y los ha encomendando a la Virgen, Madre de la Esperanza, a la que están dedicados la mayor parte de sus centros de recuperación y rehabilitación.

 

ÁNGELUS: SI PIERDE EL SENTIDO DE DIOS, LA HUMANIDAD SE CIERRA AL FUTURO

Dios es el futuro del hombre y del mundo. Si pierde el sentido de Dios, la humanidad se cierra al futuro y desaparece inevitablemente la perspectiva de su peregrinar en el tiempo. Así lo manifestó Juan Pablo II el domingo antes del rezo del Ángelus.

El Santo Padre Juan Pablo II fiel a su cita con los fieles romanos y peregrinos presentes en Roma dirigió el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro ante miles de personas allí congregadas. "Inicia hoy, con el primer domingo de Adviento un nuevo año litúrgico. El Dios de la alianza se ha revelado en la historia y en la historia la Iglesia celebra su misterio de salvación: la Encarnación, la pasión, la muerte y la Resurrección del Señor Jesucristo".

El camino de los creyentes, prosiguió diciendo el Papa en su alocución previa al rezo mariano, se renueva así continuamente, en una tensión entre el "ya" realizado por Cristo y el "todavía no" de su plena manifestación.

Dios es el futuro del hombre y del mundo. Si pierde el sentido de Dios, la humanidad se cierra al futuro y desaparece inevitablemente la perspectiva de su peregrinar en el tiempo ¿Para qué nacer? ¿Para que morir? ¿Para qué sacrificarse, para qué sufrir? Para estas preguntas el cristianismo ofrece una respuesta satisfactoria. Para todo ello Cristo es la esperanza de la humanidad. El es el sentido verdadero de nuestro presente, porque es Él nuestro futuro seguro.

"El adviento nos recuerda que Jesús ha venido pero que volverá. La vida de los creyentes, reiteró el Papa, es una continua y vigilante espera de su venida. La invitación a vigilar y a esperar viene subrayada hoy con insistencia por san Marcos que a lo largo del nuevo año litúrgico, nos guiará en el descubrimiento del misterio de Cristo. El Evangelio de hoy nos exhorta a hacer de nuestra existencia una incesante búsqueda de Cristo. Del encuentro con Él y de la contemplación de su rostro proviene el vigor misionero que nos hace salir de la mediocridad cotidiana para ser sus testigos valientes".

"En este camino de conversión y de compromiso apostólico, finalizó el Pontífice, nos acompaña María, Aurora luminosa y guía seguro de nuestros pasos. Lo hace de un modo especial invitándonos a contemplar los misterios gloriosos del Rosario. Dirijámonos a Ella con confianza, mientras nos preparamos a celebrar el Domingo próximo la fiesta solemne de su Inmaculada Concepción".

Después del rezo del Ángelus y el responso por los fieles difuntos el Papa saludó en varias lenguas. Este fue su saludo en español: "Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española presentes esta mañana para la oración del Ángelus, de modo especial a los fieles de la parroquia de Nuestra Señora de la Soledad de Torrejón de Ardoz. Unidos a María, abrid vuestros corazones al amor y la esperanza en este tiempo de Adviento.

 

SANTA MISA EN EL VATICANO PARA LA COMUNIDAD FILIPINA DE ROMA

El Santo Padre Juan Pablo II celebró el domingo la Santa Misa en el Aula Pablo VI del Vaticano para la comunidad filipina de Roma de la Parroquia de Santa Pudenciana en el Viminal. El Papa en su homilía reflexionó sobre los textos de la liturgia del día. Al inicio del Adviento, la liturgia nos invita a saborear de nuevo el consolador mensaje de la paternidad de Dios. Las palabras del Libro del profeta Isaías, nos introducen, dijo Juan Pablo II, en el núcleo central de la predicación de Jesús.

A la petición concreta de los discípulos "Señor enséñanos a orar" Él responderá animándoles a dirigirse a Dios con el dulce nombre de Padre. ¡Sí, Dios es nuestro Padre!. Se preocupa por nosotros, porque somos obra de sus manos. Está siempre dispuesto a perdonar a los pecadores arrepentidos y a acoger con ternura a los que confían en su infinita misericordia.

Seguidamente el Pontífice se congratuló con los miembros de la Capellanía Católica Filipina de Roma por poder compartir con ellos este anuncio consolador, al comenzar el camino del Adviento, y les manifestado que les había acogido en esta ocasión en el Vaticano ante la imposibilidad de estar con ellos el 24 de febrero pasado en su parroquia.

Hablando en lengua inglesa, Juan Pablo II extendió su saludo a los millares de filipinos que viven en Roma y en otras ciudades de Italia. Después, como es habitual en estos encuentros, saludó a las autoridades eclesiásticas presentes así como a los embajadores filipinos, sacerdotes, religiosos y laicos y de modo especial al Padre Alberto María Guevara, quién, momentos antes de la celebración, le había dirigido un saludo en nombre de todos los presentes.

El Santo Padre pidió a los filipinos que mantengan la rica herencia cultural y religiosa recibida de sus antepasados y que forma parte de su propia identidad. "Muchos de vosotros habéis encontrado en Italia un trabajo que os permite mantener a vuestras familias, sin embargo otros no han tenido esta suerte debiendo sufrir serios problemas, como la soledad, la separación de las familias y la pérdida de los valores del pasado e incluso la fe".

Quiero renovaros, dijo el Papa, de manera especial a las mujeres las palabras de estímulo que escuchamos en la Liturgia de este día. "No perdáis el corazón". No podemos crecer débiles en la fe por que el Señor está cerca. Como inmigrantes, sois más estimados por Jesús, que vino a la tierra para salvarnos. Continuad trabajando con confianza y determinación a lo largo del camino de la fe y de la solidaridad siguiendo la llamada expresada por vuestro capellán con las palabras comunión, testimonio y proclamación del Evangelio. Trabajemos unidos para construir la civilización del amor.

Juan Pablo II finalizó su homilía de la Misa para la comunidad filipina de Roma recordando la exhortando del Señor en el Evangelio de hoy: "Vigilad...vigilad", Como la llamada fundamental del tiempo del adviento para esperar al Mesías que viene a revelarnos el rostro del Padre celestial. Que María, la humilde Virgen de Nazaret, elegida por Dios para ser la Madre del Redentor, haga fructífera nuestra espera orante y vigilante del Redentor.

 

SUPERAR DIFICULTADES QUE IMPIDEN CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

Como es tradicional, en la festividad de San Andrés Apóstol - que se celebraba el sábado en Oriente y Occidente - Juan Pablo II envió a Estambul una Delegación de la Santa Sede, que participó el sábado en la conmemoración del Patrono del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y que entregó al Patriarca Bartolomé I un Mensaje del Obispo de Roma.

Asimismo, esta Delegación presidida por el Cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, es un signo de homenaje y agradecimiento por la presencia en Roma - también tradicional - de los enviados del Patriarca Ecuménico cada 29 de junio, con motivo de la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.

En su Mensaje, Juan Pablo II hacía hincapié en que "la fraternidad de los dos Apóstoles Pedro y Andrés, así como la misma y única vocación a la que fueron llamados mientras cumplían sus faenas cotidianas, nos invitan a buscar juntos, día tras día, la comunión plena, con el fin de realizar nuestra misión común de reconciliación en Dios y de promoción de un auténtico espíritu pacífico y cristiano, en este mundo nuestro atravesado por dramáticas laceraciones y conflictos armados".

El Pontífice, recordaba que "la fidelidad a Cristo de los Santos Hermanos, Pedro y Andrés - que llegaron al sacrificio del martirio - llama a nuestras comunidades, nacidas de la predicación de los Apóstoles y establecidas en la sucesión apostólica ininterrumpida, a comprometerse con el fin de superar las dificultades que impiden aún la concelebración Eucarística".

Y tras reiterar que "es una fidelidad a la que debemos tender continuamente, sin reticencias" y que "debe guiar nuestros pasos y disponernos plena y humildemente al sacrificio por la unidad querido por nuestro Señor", el Papa destacó una vez más que todos "nuestros contactos, conversaciones y experiencias de colaboración están impulsados hacia una sola meta". Es decir, precisamente "la unidad", como "condición esencial indicada por Cristo" y que debe "caracterizar las relaciones entre todos sus discípulos".

En este contexto, asegurando nuevamente que "la Iglesia Católica está comprometida con convicción en este proceso, con la voluntad de hacer avanzar toda iniciativa que pueda favorecer la búsqueda de la unidad plena", Juan Pablo II exhortó a que se "encuentren formas más frecuentes de comunicación" y de encuentros, afianzando así "la armonía de nuestras relaciones y nuestros esfuerzos comunes" y evocó la preocupación que comparte con el Patriarca de Constantinopla de "relanzar el diálogo teológico" llevándolo a una nueva fase, después de las incertidumbres, dificultades y titubeos del último decenio.

El Papa finalizaba su Mensaje al Patriarca Bartolomé I evocando el abrazo fraterno entre Pedro y Andrés, representado en el icono que ofreció Atenágoras I a Pablo VI, como recuerdo de su primer y feliz encuentro en Jerusalén. Símbolo de la realidad a la cual debemos tender: "el abrazo de nuestras Iglesias en la comunión plena".

 

CALENDARIO DE CELEBRACIONES LITÚRGICAS PRESIDIDAS POR EL SANTO PADRE

Un año más, Juan Pablo II tendrá durante el mes de diciembre y la primera quincena de enero una intensa actividad pastoral con un repleto calendario de celebraciones litúrgicas que serán presididas por el mismo Pontífice. Empieza el día 1 de diciembre, primer domingo de Adviento, con la Santa Misa para la Comunidad filipina de Roma en el Aula Pablo VI; el día 8, segundo domingo de Adviento, solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Santo Padre, como es ya tradicional, rendirá homenaje, a las cuatro de la tarde, a la imagen de María que se yergue en la columna de la plaza de España. Acto seguido en la basílica de santa María la Mayor, el Papa venerará la Madre de Dios "Salus Populi Romani".

El martes, 10 de enero, Juan Pablo II presidirá también la Santa Misa para los universitarios de los Ateneos romanos. El 22, IV domingo de Adviento, el Pontífice celebrará la Eucaristía con la comunidad de la Parroquia romana de san Hilario de Poitiers. El martes 24, el Papa celebrará a medianoche, la Misa del Gallo en la basílica de san Pedro. Y al día siguiente, miércoles 25 Solemnidad de la Navidad del Señor, a mediodía, desde el balcón central de la fachada de la basílica vaticana, impartirá la bendición "Urbi et Orbi". El Papa terminará el año presidiendo también en la basílica vaticana, a las seis de la tarde del día 31, las Vísperas y el "Te Deum" de acción de gracias".

El 1 enero, solemnidad de María Santísima Madre de Dios, trigésimo sexta Jornada Mundial de la Paz, el Santo Padre celebrará la Santa Misa en la basílica vaticana; volverá de nuevo a presidir la Eucaristía el lunes, 6 de enero, Epifanía del Señor, en el curso de la ceremonia el Papa, como es tradicional, ordenará un grupo de obispos. Y el domingo, 12 de enero, fiesta del bautismo del Señor, en la capilla Sixtina Juan Pablo II presidirá la santa misa con el bautismo de un grupo de niños.

 

RATZINGER Y SODANO, DECANO Y VICEDECANO COLEGIO CARDENALICIO

El Santo Padre ha aceptado la solicitud presentada por el Cardenal Bernardin Gantin para ser dispensado del oficio de Decano del Colegio cardenalicio y del Título de la Iglesia Suburbicaria de Ostia, conservando solamente el título de la Iglesia de Palestrina. El Papa, ha aprobado al mismo tiempo la elección hecha por los Cardenales del Orden los Obispos como nuevo Decano del Colegio cardenalicio, en la persona del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe asignándole la Iglesia Suburbicaria de Velletri-Segni, y como Vicedecano del mencionado Colegio en la persona del cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado y con el Título de la Iglesia suburbicaria de Albano.

"Han tenido profundo eco en mi corazón los sentimientos de devoción que Usted, con gran confidencia me ha expresado una vez más,..., sabiendo que son la confirmación, según el lema de su escudo episcopal "In tuo sancto sancto servitio" , de toda una vida gastada al servicio del Señor, en profunda comunión de pensamiento y afecto con el sucesor de Pedro.". Con estas palabras el Santo Padre se ha dirigido al Cardenal Bernardín Gantin en el mensaje autógrafo con el que ha acogido la solicitud de renuncia presentada por el purpurado para poder dejar el oficio de decano del Colegio Cardenalicio y el título anejo de la Iglesia Suburbicaria de Ostia.

El Cardenal, que ha presentado su renuncia al llegar a los 80 años de edad, ha manifestado su deseo de poder volver a su querida tierra natal para ser todavía útil a la Iglesia de Benín. El Papa, reconociendo que la vuelta a Benín puede ofrecer al Cardenal Gantin la oportunidad de "dar allí un testimonio contundente a favor del Evangelio", le manifiesta en su mensaje el deseo de que "todavía pueda hacer tanto bien en el servicio del Reino de Dios".

 

GLOBALIZACIÓN Y EDUCACIÓN SUPERIOR CATÓLICA

El jueves se presentó en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la Conferencia Internacional sobre Globalización y Educación Superior Católica y sus Esperanzas y Desafíos, que tendrá lugar en el Vaticano del 2 al 6 de diciembre y que ha sido organizada por la Congregación para la Educación Católica y la Federación Internacional de las Universidades Católicas.

Precisamente, el Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el Cardenal Zenon Grocholewski, destacó en dicha presentación que las Universidades constituyen uno de los cuatro sectores que tiene a su cargo la Congregación que él preside. Luego, tras recordar que los otros tres son los Seminarios, las Escuelas católicas y la Obra de las Vocaciones, el purpurado subrayó algunos elementos enlazados con los campus católicos.

Las Universidades católicas en los cinco continentes son 950 y acogen a tres millones ochocientos mil alumnos, muchos de los cuales pertenecen a otras confesiones cristianas o a otras religiones. Pueden ser erigidas por la Santa Sede, por los Obispos diocesanos, las Conferencias episcopales, los Institutos religiosos u otras personas eclesiásticas o laicas. Además - destacó asimismo el Cardenal Grocholewski - si bien se auspicia que en estos centros académicos haya una facultad teológica y se enseñen disciplinas eclesiásticas, en la mayoría de ellos se enseñan las disciplinas civiles o profanas que se encuentran en las Universidades estatales.

Y, haciendo hincapié en "el papel esencial" que los centros de Educación Superior Católica juegan en la cultura contemporánea general, puesto que en "numerosos países, sobre todo en aquellos en vías de desarrollo, muchos de sus dirigentes o intelectuales, se han formado en Universidades Católicas", el Cardenal Grocholewski puso de relieve el importante interés que la Santa Sede dedica a estos ateneos.

Lo demuestra la historia, no sólo porque las primeras Universidades fueron erigidas por la Santa Sede, sino porque luego, en el curso de los siglos, varios Pontífices han demostrado su afecto a estos centros, como ha recordado el Prefecto de la Congregación para la Educación Católica. En este contexto, el Cardenal Grocholewski destacó en especial la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae, con la que Juan Pablo II dio a las Universidades Católicas la Carta Magna, el 15 de agosto de 1990. Otro evento importante recordado por este Purpurado fue la celebración del Jubileo de las Universidades, que reunió a unas 15 mil personas de todo el mundo.

En lo que se refiere a las razones que han impulsado la celebración de esta Conferencia Internacional, "cuya primera finalidad" es la de que la "Santa Sede se enriquezca con las experiencias que presentarán las Universidades, éstas con la palabra de la Santa Sede, así como a su vez los ateneos entre ellos", el Cardenal Grocholewski afirmó que "uno de los problemas más urgentes", que estas instituciones deben afrontar es el de la "globalización".

Tema que con tanto interés sigue Juan Pablo II, por lo que esta Conferencia, que contará con la participación de Rectores de Universidades Católicas de todo el mundo, se propone ser signo "del compromiso que el mundo de la educación católica asume ante los desafíos culturales, políticos, económicos, sociales y éticos ligados a la problemática de la globalización". Y, como el mismo Santo Padre ha señalado en varias oportunidades, ser "expresión activa de la renovación que se pide a las Universidades Católicas, para que las mismas sean cada vez más capaces de responder a la tarea de llevar el mensaje de Cristo al hombre, a la sociedad y a las culturas".

Por su parte el Secretario de la Congregación para la Educación Católica, explicó en esta misma presentación el motivo que ha llevado a elegir el tema de la globalización. Monseñor Pittau recordó que se trata de un tema familiar en el ambiente católico, en especial en el de las Universidades católicas.

Católico y global encierran en su mismo nombre lazos muy fuertes, señaló Monseñor Pittau, recordando luego que "obedeciendo al mandato de Cristo, los Apóstoles fueron por el mundo predicando el Evangelio, en el respeto de las distintas culturas".

Y tras poner en guardia sobre los peligros de "un proceso de globalización sin control", que causaría "muchas víctimas, sobre todo entre los pobres", el Secretario de la Congregación para la Educación Católica lamentó "el abismo" que existe entre ricos y pobres. En este contexto, reconociendo que la globalización contribuye a aumentar las distancias entre los que tienen mucho y los que carecen de lo indispensable para vivir, si bien en algunos casos permita alguna mejoría, Monseñor Pittau recordó que también en los países ricos se verifican "intolerables injusticias".

Y recordando que "los pobres no pueden quedar abandonados" y que "forma parte del mensaje de Cristo el 'llevar la Buena Nueva a los pobres'" (Lc 4,18), Monseñor Pittau hizo hincapié en "la visión que la Iglesia ha heredado de Cristo". Es decir, que "las realidades de este mundo no son ni fatalidades que hay que sufrir, ni fruto del Reino de los cielos que ya está aquí".

Todo ello - señaló también Monseñor Pittau - se aplica, en especial, en el ámbito de la globalización. Ésta no debe ser un hecho que hay que aceptar de forma acrítica. Tampoco es una especie de salvación, que se puede emplear cuando falta la fraternidad. Y para que este proceso pueda ser purificado y dominado, de modo que "sus frutos sean mejores y más abundantes para todos", el Arzobispo ha puesto de relieve que la globalización requiere discernimiento y capacidad de tomar decisiones. Acciones en las que las Universidades y todos los centros de educación católica pueden intervenir con su enseñanza y formación.

Y, tras mencionar también el "documento profético" de Juan Pablo II consagrado a las Universidades Católicas, Monseñor Pittau destacó el triple servicio que éstas ofrecen. Como, "estudiar los graves problemas contemporáneos, la dignidad de la vida humana, la promoción de la justicia para todos, la calidad de la vida profesional y familiar, la protección de la naturaleza, la investigación en favor de la paz y de la estabilidad política". Estudiando sobre todo "las causas de los problemas, dedicando especial atención a sus dimensiones éticas y religiosas".

También "desarrollando una auténtica antropología cristiana, examinando atentamente los valores y las normas que dominan en las sociedades y en la cultura moderna, así como la responsabilidad de comunicar aquellos principios éticos y religiosos que dan pleno significado a la vida humana". Y, finalmente, promoviendo "el espíritu de servicio en favor del prójimo y la justicia social, comprometiéndose firmemente en el crecimiento integral de todo hombre y de toda mujer".

En su intervención Monseñor Guy-Réal Thivierge explicó que la Conferencia Internacional se desarrollará en tres tiempos para afrontar los distintos temas relativos a la globalización y su relación con la educación católica superior. Los pasos específicos de esta reunión con carácter mundial son tres: "Describir y comprender", "Analizar y discernir" y "Proponer y actuar". El primer día se presentarán las formas en que se viven, en nuestras sociedades, las distintas realidades de la globalización y se profundizará en la cuestión de la globalización y su relación con la educación católica.

El segundo día, dedicado a "analizar y discernir" contempla las relaciones que se establecen entre globalización y valores cristianos en el ámbito de la educación católica superior. Y en el tercer día se afrontarán propuestas y acciones dentro del mundo universitario católico. "La Conferencia Internacional -afirmó monseñor Thivierge- nos ofrece una ocasión única para que se escuche la voz de los universitarios católicos frente a los cambios de nuestro mundo. Nuestro intento puede abrir el camino a otras personas, o grupos, que comparten estas preocupaciones y desean colaborar con el mundo universitario católico.

Por último tuvo lugar la intervención de Monseñor Vincenzo Zani, quien quiso subrayar cómo la educación ha sido siempre una labor comunitaria y que el sistema educativo es una red en la que se relacionan e interactúan distintos sujetos de la educación: la familia, la comunidad eclesial, las instituciones sociales y civiles nacionales e internacionales, los medios de comunicación, todos cooperadores y corresponsables.

La Conferencia quiere subrayar la necesidad de implicar a los distintos sujetos interesados, en distintos ámbitos, en afrontar problemáticas comunes. En concreto las cinco direcciones con las que se establecerá la dinámica de la colaboración son: las relaciones con la Santa Sede, las Conferencias Episcopales, las Universidades Romanas, el Ministerio de la Universidad en Italia y la UNESCO. "Es evidente -dijo monseñor Zani- que cada institución tiene su propia naturaleza jurídica y persigue sus propios objetivos específicos. No obstante, los rectores de las Universidades Católicas son conscientes de poder ofrecer su propia contribución para afrontar estos retos, inspirándose en el mensaje evangélico que ofrece una visión antropológica clara capaz de generar originales estrategias de educación, de investigación científica y de desarrollo".

 

INTENSIFICAR LA COOPERACIÓN ENTRE IGLESIA Y EL ESTADO EN VIETNAM

El viernes el viceministro de Vietnam, Wu Khoang, se entrevistó en el Vaticano con el secretario de estado cardenal Angelo Sodano y con el secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Jean-Louis Tauran. Según informa una nota del director de la oficina de prensa de la Santa Sede, durante las reuniones trataron temas importantes de política internacional y se mantuvo un intercambio de opiniones sobre la evolución económica y social de Vietnam, así como sobre la necesidad de intensificar la cooperación entre Iglesia y el Estado, en beneficio de la entera sociedad vietnamita.

 

VI EDICIÓN DEL CONGRESO DE ESTUDIOS SOBRE EL CINE ESPIRITUAL

"El cine, de distintas formas y a través de un lenguaje con abundantes matices y símbolos, ha abordado a menudo el Decálogo, acercándose a un tema que no es solamente religioso sino que representa la base desde la que partir para construir una sociedad en la que se respete la dignidad del hombre". Con estas palabras, Monseñor Foley presentaba la VI Edición del Congreso de Estudios sobre el Cine espiritual, organizado por el Consejo Pontificio para la Cultura, el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, la Filmoteca Vaticana y el Ente italiano del Espectáculo.

El cine representa hoy día, junto a otros medios de comunicación social, un válido instrumento para difundir unos valores que pertenecen al patrimonio de toda la humanidad y que son las bases sobre las que se apoya una civilización digna de este apelativo. El tema de este año es: "Volver a empezar desde el principio. Los diez Mandamientos en la cultura cinematográfica del III Milenio". El prelado explicó el miércoles en la Conferencia de Prensa de presentación que la elección de este argumento se había realizado observando el mundo contemporáneo, percibiendo en los hombres el difundido deseo de establecer valores universales que puedan servir como guía para una convivencia civil, en paz consigo mismo y con el prójimo y respetando a cualquier ser humano y a la vida misma.

Monseñor Foley manifestó su convicción de que el Decálogo, donado por Dios a Moisés, no termina en el cristianismo o en el judaísmo y no pierde su significado tras la época bíblica, sino que abraza a toda la humanidad, de cualquier época; es patrimonio de todos los hombres, independientemente de la cultura y el credo religioso, porque encierra en sí el sentido profundo de la existencia como ser humano. En estos dos días de congreso los participantes pretenden responder a la necesidad de reflexión sobre las leyes interiores que regulan el comportamiento individual.

 

EL ARZOBISPO CROATA DE RIJEKA BENDIJO EL ABETO DE NAVIDAD

El arzobispo de Rijeka, Mons. Ivan Devcic, bendijo hoy el abeto de Navidad que el 17 de diciembre será erguido en la Plaza de san Pedro al lado mismo del tradicional nacimiento que como es ya habitual viene emplazado en el centro de la plaza a los pies del gran obelisco egipcio. Este año el árbol de Navidad proviene de Croacia, concretamente del parque nacional que se encuentra en la diócesis de Rijeka. El abeto mide 28 metros de altura y será adornado con miles de figurillas y decoraciones de la tradición navideña croata, a base de figurillas de miel y mazapán.

En la ceremonia inaugural en la plaza de san Pedro estarán presentes el presidente de la República de Croacia, Stipe Mesic, que será acompañado por una importante representación del gobierno, y el presidente de la Conferencia Episcopal croata, Mons. Josip Bozanic, así como otras autoridades eclesiásticas y civiles. La ceremonia será acompañada por un tradicional programa de cantos y espectáculos del folclore de este país. La donación del árbol de Navidad quiere ser un signo de gratitud de los obispos de Croacia hacia el Papa, por su visita de hace cuatro años al país y por la beatificación del cardenal Alojzije Stepinac.

La ceremonia será la ocasión también para hablar ya del viaje pastoral del Santo Padre previsto a Croacia para el próximo año, en el curso del cual proclamará beatos también a Ivan Merz, pionero de la Acción Católica croata y a la religiosa María de Jesús Petkovic, fundadora de las Hijas de la Misericordia. Recordamos que fue a partir de 1982, por voluntad expresa del Papa Juan Pablo II, que fue renovada en recuerdo del Nacimiento del Salvador, la pía representación del Belén a los pies del obelisco vaticano y en el espléndido escenario de la Columnata de Bernini.

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE BRISBANE (AUSTRALIA)
Juan Pablo II ha nombrado auxiliar de la archidiócesis al padre Joseph OUDEMAN, O.F.M. Cap., hasta ahora vicepárroco de Wynnum y capellán de la comunidad holandesa de la archidiócesis de Brisbane, asignándole la sede titular episcopal de Respetta.

DIÓCESIS DE ORLÉANS (FRANCIA)
Juan Pablo II ha nombrado obispo de la diócesis a monseñor André FORT, hasta ahora obispo de Perpignan - Elne (FRANCIA).

DIÓCESIS DE ABOMEY (BENIN)
Juan Pablo II ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por monseñor Lucien MONSI-AGBOKA, en conformidad al canon 401 §1 del Código de Derecho Canónico. En su lugar el Papa ha nombrado al sacerdote René-Marie EHUZU, C.I.M., párroco de la catedral de Cotonou.

DIÓCESIS DE HAI PHÒNG (VIETNAM)
El Pontífice ha nombrado obispo de la diócesis al sacerdote Joseph Vu VAN THIEN, del clero de la misma diócesis, profesor de Teología en el Seminario Mayor de Hà Nôi.

DIÓCESIS DE CÂN THO (VIETNAM)
El Papa ha nombrado obispo coadjutor de la diócesis al sacerdote Stephanus TRI BUU THIEN, del clero de la misma diócesis, profesor de Teología Moral en el Seminario Mayor de Cân Tho.

ADMINISTRACIÓN APOSTÓLICA DE DILI (TIMOR ORIENTAL)
Juan Pablo II ha aceptado la renuncia al cargo de administrador apostólico "sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis" de Díli, presentada por Monseñor Carlos Felipe XIMENES BELO, S.D.B., obispo titular de Lorium, en conformidad al canon 401 § 2 del Código de Derecho Canónico. En su lugar el Papa ha nombrado administrador apostólico de Dili a Monseñor Básilio DO NASCIMENTO, obispo titular de Settimunicia, manteniéndole el cargo de Administrador Apostólico "sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis" de Baucau (TIMOR ORIENTAL).

NUNCIATURA APOSTÓLICA EN BENIN Y TOGO
El Santo Padre ha nombrado Nuncio Apostólico a monseñor Pierre NGUYÊN VAN TOT, encargado de negocios de la Nunciatura en Benin, elevándolo al mismo tiempo a la sede titular de Rusticiana, con dignidad de arzobispo.

SECRETARÍA DE ESTADO
El Santo Padre ha nombrado subsecretario de la sección para las relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado a monseñor Pietro PAROLIN, consejero de Nunciatura en la misma sección para las relaciones con los Estados.

ADMINISTRACIÓN DEL PATRIMONIO DE LA SEDE APOSTÓLICA
El Papa ha nombrado miembros de la Administración a los cardenales Camillo RUINI, Su Vicario General para la Diócesis de Roma, y Jan Pieter SCHOTTE, Secretario General del Sínodo de los Obispos, Presidente del la Oficina de Trabajo de la Sede Apostólica.

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO I DE ADVIENTO (B): 1 de diciembre de 2002
"Velad"

El Señor nos concede un nuevo plazo para el ejercicio de la vida cristiana. Hoy da comienzo el año en la liturgia de la Iglesia. Se abre para todos una etapa nueva en el camino. En este primer domingo de Adviento, la asamblea eclesial se detiene unos momentos dispuesta a reanudar la marcha con redoblada ilusión; dirige su mirada hacia el futuro. A ejemplo de S. Pablo, es consciente de no haber alcanzado aún su propósito, pero se lanza tras lo que tiene delante, mirando hacia la meta, hacia el galardón de la vocación soberana en Cristo Jesús (Fil 3, 12-14). Mientras peregrinamos por este mundo caduco, lejos de nuestra patria definitiva, nuestra vida se mide por el tiempo, que aún siendo un don gratuito de Dios es uno de los más claros exponentes de nuestra limitación. Sólo nos libera la esperanza cristiana, porque en esperanza hemos sido salvados (Rom 8, 24).

Situados, pues, en este horizonte de la esperanza cristiana, la Madre Iglesia echa mano del tiempo como elemento fundamental de su vida litúrgica. De la mano del mismo Jesucristo, nuestro Hermano Mayor, recorremos una vez más toda la historia de la salvación, de la que Él es el comienzo, la cumbre y la meta final. Al iniciar esta marcha, en esta nueva etapa de la vida de la Iglesia y de nuestra persona, escuchamos este saludo de S. Pablo, que nos dice: La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre y del Señor Jesucristo sean con vosotros. ¿Qué se nos podía decir más oportunamente en el punto de salida? No sólo eso. Con amor de Madre e indiscutible sabiduría pedagógica, la Esposa del Señor nos advierte a continuación: Dios nos llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor Nuestro. ¡Y Él es fiel! Sí, hemos sido llamados a la vocación de vida con Jesucristo, de modo que la vida del cristiano, en lo más esencial y auténtica, es la vida misma de Cristo. Es una vida divino-humana: la misma vida de Dios, vivida humanamente en Cristo Jesús.

¡Él es fiel! La respuesta a esta llamada no puede, no debe ser otra que la apertura del corazón, para una entrega sin condiciones. Esta es la fe. Pero nosotros somos débiles. Desde nuestra falta de fe, necesitamos andar en permanente conversión, en lucha constante contra nosotros mismos. No obstante, Dios mantiene vivas sus promesas. Su misericordia para con los pecadores es eterna. Junto a Jesucristo no hay miedo, su gracia, su presencia, su ayuda personal, su amor están siempre a punto. No abandona jamás a los suyos.

Pero la fidelidad de Dios, si es que queremos mantenernos en comunión de vida con Jesucristo y alcanzar la salvación, ha de ser correspondida con fidelidad por parte nuestra. A eso va dirigido el aviso del Señor, repetido una y otra vez en domingos anteriores, y actualizado hoy, con motivo del Adviento: ¡Velad! El mejor comentario a esta palabra de Jesús lo encontramos en el relato de Getsemaní, cuando advierte a los discípulos: "Velad y orad, para que no entréis en tentación". (Mc 14,38) Sí, porque la oración, como expresión viva de la fe, se mueve continuamente entre dos polos de atracción, que hace referencia a una doble realidad: la Palabra de Dios, reveladora de su omnipotencia, de su sabiduría sin límites, de su misericordia infinita para con nosotros, de su inefable serenidad, de su justicia, de su firmeza; y, por otra parte, nuestra propia impotencia.

El tiempo del Adviento revive en la Iglesia el espíritu de los patriarcas y de los profetas, de todos los justos del AT, el de María, la Virgen, sobre todo, en espera del Mesías. Es especialmente propicio a la oración recogida, intensa, esperanzada. Ejemplar la actitud orante del profeta, interprete de la fe de Israel en tiempos calamitosos, reflejada en el texto de Isaías, con el que se inicia la liturgia de la Palabra: Tú, Señor, eres nuestro Padre; tu nombre es siempre "Nuestro redentor". Éramos todos impuros, nuestra justicia era un paño manchado, todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba ni se esforzaba por aferrarse a ti; y sin embargo, Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero; somos obras de tus manos.

Confesemos, hermanos, nuestra fe cristiana. Oremos luego al Señor para que nos socorra en nuestras necesidades. Digámosle con el Salmista: Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. El Señor es fiel. ¡Él nos salvará!

 

LLAMAMIENTO DE LOS CRISTIANOS DE TIERRA SANTA

Los cristianos de Belén y Tierra Santa dirigen un apremiante llamamiento de socorro a la Asociación de cristianos de Estados Unidos. El documento lleva la fecha del 25 de noviembre, destacando que falta un mes para la Navidad.

Tras recordar que viven bajo fuertes agresiones y en toque de queda, impuesto por las Fuerzas de Defensa de Israel, los cristianos de Belén y Tierra Santa claman ante el clima de constante temor que padecen, en especial, los niños. Y denunciando que ellos, los niños, son junto con los enfermos y los ancianos, las principales víctimas de la ocupación israelí de Belén piden ayuda a los hermanos y hermanas en Cristo, "nuestro único refugio y atisbo de luz en esta hora oscura".

Asimismo, este llamamiento hace hincapié en la desesperada situación económica, que unida a la violencia, obliga a muchos cristianos a huir de Tierra Santa. Y finaliza exhortando a los cristianos de Estados Unidos a "salir del letargo", a "abrir los ojos para que vean la verdad" y a que su ayuda no se quede en "bellas palabras".

 

MENSAJE DE LOS OBISPOS DE BOLIVIA

Los obispos de Bolivia, al final de su 75ª Asamblea Plenaria han dirigido un Mensaje al Pueblo de Dios en el que invitan a los católicos de este país a compartir la esperanza que nace de la promesa de Jesús, fuente eterna de misericordia. En diversas ocasiones el episcopado boliviano se ha hecho eco de los sufrimientos y opresiones que sufre su pueblo. Y una vez más denuncian "las escandalosas desigualdades, el creciente desempleo, la injusta distribución de la tierra, las graves limitaciones de la educación ... la falta de respeto por la vida humana: violaciones, abortos, asesinatos, linchamientos.

Problemas a los que se añaden: la corrupción generalizada, los despidos injustificados, las contrataciones sin calificación de méritos, el aumento de la burocracia, los sueldos desmesurados, la mala utilización de los recursos de la condonación de la deuda externa, la imposibilidad de ejercer de manera eficiente el control social, la inseguridad ciudadana, la violencia creciente y la disgregación familiar.

Frente a tal situación la Conferencia Episcopal Boliviana anima a su pueblo a superar la incomprensión, la intolerancia y el desánimo y lo impulsa a dar razón a su esperanza viviendo la pasión, la misericordia y el amor. Los obispos piden solidaridad para con los pobres, los campesinos, los obreros sin trabajo, las esposas abandonadas, los niños sin escuela o desamparados.

Los prelados bolivianos llaman la atención de los gobernantes para que cumplan las promesas electorales y luchen eficazmente para vencer la pobreza y la erradicación de la corrupción. El episcopado de Bolivia ante la realidad de la globalización afirma que es necesaria la integración de los países de América para servir a la dignidad de la persona humana y al bien común. "Demos un testimonio transparente y valiente del Evangelio de la Esperanza", dicen los obispos. Y un signo concreto de este empeño es asumir e impulsar la puesta en marcha de la Carta Pastoral sobre: "El Agua: don de Dios y fuente de la vida para todos" que los obispos han elaborado para su pueblo.

 

CONGRESO SOBRE EL SACRAMENTO DEL ORDEN

El instituto Teológico de la región italiana de Las Marcas comenzó el lunes un congreso de estudio con la finalidad de profundizar en la realidad del ministerio ordenado. Dividido en dos partes, el congreso ha estudiado el sacramento del Orden tanto desde sus fundamentos, como en sus perspectivas. La primera parte del convenio se celebró lunes y martes en Ancona. Se profundizó en el sacramento del Orden desde el punto de vista de los fundamentos bíblicos y teológicos en su camino histórico-teológico, para adquirir los criterios de interpretación necesarios para iluminar la realidad actual del sacerdocio.

La iniciativa se coloca en el marco de una serie de convenios sobre los sacramentos que desde hace años el Instituto Teológico de Las Marcas organiza en el ámbito del propio Bienio de especialización en Teología Sacramental. En este congreso participa el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

 

LA IMAGEN DE LOS INMIGRANTES EN ITALIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

El jueves fue presentado en Roma el proyecto: "La imagen de los inmigrantes en Italia en los medios de comunicación, la sociedad civil y el mundo laboral", dirigido a contribuir en la mejora de la percepción de los inmigrantes en Italia, dar valor a su presencia y favorecer la integración social y laboral. Con este objetivo, la Organización Internacional para las migraciones, Cáritas Diocesana de Roma, el Archivo de la Inmigración y otros 19 entes de ámbito nacional y local, han llevado a cabo este proyecto sostenido por la Comunidad Europea y el Ministerio de Trabajo y Políticas Sociales.

Grecia, Holanda, Portugal y Gran Bretaña inician contemporáneamente proyectos similares destinados a ofrecer una imagen del inmigrante libre de estereotipos y prejuicios. Durante la presentación de este proyecto en Roma, se presentó también la primera Agencia de información de los inmigrantes, MIGRA, que por un lado pretende mejorar la información sobre estos temas y, por otro, quiere dar voz y espacio a los trabajadores inmigrantes en los medios de comunicación.

Demasiado a menudo se habla de inmigración en términos negativos y alarmistas; demasiado a menudo el inmigrante se representa y percibe como un intruso, un peligro. El extranjero es víctima de los estereotipos culturales y prejuicios injustificados; se oye decir que los inmigrantes son demasiados, son criminales o terroristas, roban el trabajo, contaminan la cultura italiana. Por desgracia, a menudo la opinión pública ignora que la inmigración de hoy, como lo fue la emigración de antaño, representa un factor cada vez más determinante del desarrollo social y económico de Italia.

 

EL ROSTRO DE CRISTO

En el capítulo segundo de la Carta Apostólica "Novo Millennio Ineunte", que Juan Pablo II dedica al rostro de Cristo, partiendo de aquella petición hecha al apóstol Felipe "Queremos ver a Jesús" y que nos transmite el evangelista Juan, se pone de manifiesto la unión inseparable entre la Palabra y la carne, entre el Hijo de Dios y su realidad humana. Hoy vamos a fijarnos en esta dimensión especial de la figura de Cristo, sobre la que tal vez nos cueste un poco meditar: su Persona. Ya el Concilio de Calcedonia, con la formulación clásica de "una persona y dos naturalezas", nos manifiesta que la persona es aquélla y sólo aquélla, la Palabra eterna, el Verbo, el Hijo de Dios. Sus dos naturalezas, sin confusión alguna, pero sin separación alguna posible, son la divina y la humana. Para la fe de la Iglesia es esencial e irrenunciable afirmar que realmente la Palabra "se hizo carne", asumiendo así todas las características del ser humano, excepto el pecado. En esta perspectiva, la Encarnación es verdaderamente un "despojarse" de parte del Hijo de Dios, afirma el Papa en su Carta, de la gloria que tiene desde la eternidad.

Esto explica su capacidad de sufrimiento, de dolor, pues se había identificado en todo al hombre, menos en el pecado, naturalmente. Por eso, Jesucristo, Dios y hombre, nos revela el auténtico rostro del hombre. Manifiesta plenamente el hombre al propio hombre. Cristo es el "hombre nuevo" que llama a la humanidad redimida a participar de su vida divina. Desde la dimensión salvífica del misterio de la Encarnación, los Padres de la Iglesia han insistido mucho en que: "sólo porque el Hijo de Dios se hizo verdaderamente hombre, el hombre puede, en Él y por medio de Él, llegar a ser realmente hijo de Dios". Precisamente la contemplación del rostro de Cristo, de su autoconciencia como Dios y hombre, de su identidad divino-humana que brota tan vigorosamente de los Evangelios, nos lleva a acercarnos al aspecto más paradójico de su misterio, como es la crucifixión por los pecados de los hombres, el "abandono" por parte del Padre en que se encuentra sumido y cómo Él se abandona en los brazos del Padre. Jesús, momentos antes de morir, expresa su abandono filial con aquella frase: "Padre, en tus manos pongo mi espíritu". Pero todo hubiera terminado muy mal si Cristo no hubiera resucitado; "vana sería nuestra fe", dijo San Pablo. Pero Cristo resucitó; subió a los cielos y al mismo tiempo, se quedó con nosotros en la Eucaristía.

Después de dos mil años de estos acontecimientos, la Iglesia los vive como si hubieran sucedido hoy. En el rostro de Cristo ella, su Esposa, contempla su tesoro y su alegría; y animada por esta experiencia, reemprende su camino con mayor vigor para anunciar a Cristo al mundo, en los comienzos del tercer milenio, pues Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Lo dicho anteriormente, aunque muy sumariamente, nos lleva a la solemnidad de Cristo, Rey del universo, que la Iglesia celebra el último domingo del año litúrgico, que fue precisamente el 24 de noviembre. Ese Jesús, Dios y hombre verdadero, es Señor del tiempo y de la historia, que encuentra en Él el cumplimiento del designio divino de la creación y de la redención. No olvidemos que el hombre es la criatura preferida de Dios, hecha a su imagen y semejanza. La figura del Rey-Mesías, decía el Papa en su alocución anterior al Ángelus del domingo, toma forma, en la conciencia del pueblo de Israel, a través de la Antigua Alianza. Es un rey pastor, como lo expresa la primera lectura de ese domingo, tomada del profeta Ezequiel, y el Salmo 22: "El Señor es mi pastor, nada me falta". Jesús realizará plenamente esta misión en el misterio pascual. No viene a reinar como los reyes de este mundo, sino a establecer en el corazón del hombre, de la historia y del cosmos el poder divino del Amor.

El Reino de Cristo es un Reino de justicia, de amor y de paz. El Concilio Vaticano II proclamó de manera fuerte y clara al mundo contemporáneo el señorío de Cristo. Este mensaje fue retomado en el Gran Jubileo del Año 2000, pues la humanidad del tercer milenio necesita descubrir que Cristo, el Dios hecho hombre, es su Salvador. Este es el anuncio que los cristianos deben llevar, con entusiasmo y valentía renovados, al mundo de hoy. Este anuncio, lo recuerda también el Concilio Vaticano II, es también de especial responsabilidad de los laicos, pues, en virtud de su Bautismo y de su Confirmación, participan en la misión profética de Cristo. Esto tiene como consecuencia que están llamados a "buscar el reino de Dios, tratando las cosas temporales y ordenándolas según Dios" y a realizar "las tareas propias en la Iglesia y en el mundo". Si en el rostro de Cristo se manifiesta también el rostro del hombre, a través de la evangelización y de la santificación de los hombres, se nos hará cada vez más nítida y pura la visión del rostro de Cristo.