AUDIENCIA
GENERAL: EL SEÑOR REINA, TIEMBLEN LAS NACIONES
"El
Señor reina, tiemblen las naciones". Esta aclamación
abre el Salmo 98, elegido por el Santo Padre para la catequesis de
este miércoles. Se trata de un canto elevado por el pueblo
de Dios al Señor que gobierna el mundo y la historia, dijo
el Santo Padre, como soberano trascendente y supremo. Se asemeja a
otros himnos análogos que la Liturgia de Laudes coloca como
oración ideal de la mañana. En efecto, el fiel, al comenzar
la jornada sabe que no se encuentra a merced del azar ciego y oscuro,
de la incertidumbre, dependiente de las decisiones de otros, o dominado
por los avatares de la historia. Él sabe que el Creador y Salvador,
en su grandeza, santidad y misericordia, se yergue sobre toda realidad
terrena.
Los estudiosos
de la Biblia han interpretado de formas diversas el uso de este Salmo
en la liturgia del templo de Sión. Lo que es claro es que tiene
el sabor de una alabanza contemplativa que se eleva al Señor,
sentado en la gloria celestial ante todos los pueblos de la tierra.
No obstante, se hace presente en un espacio concreto y en medio de
una comunidad, es decir, en Jerusalén, mostrando ser el "Dios-con-nosotros".
Los títulos atribuidos por el Salmista a Dios son siete, indicados
ya en los primeros versículos: es rey, grande, excelso, terrible,
santo, poderoso, justo. Más adelante es calificado también
como paciente. Pero el acento se pone de manera especial sobre la
santidad de Dios: "Él es santo", que se repite tres
veces, como un estribillo.
La santidad
de Dios y su trascendencia no hacen de Él un soberano impasible
y extraño, sino que responde cuando es invocado. Dios es el
que puede salvar, el único que puede librar a la humanidad
del mal y de la muerte. El Salmo 98 desarrolla perfectamente la unión
que existe entre santidad y cercanía de Dios. El Salmista recuerda
que Dios estaba en constante contacto con su pueblo a través
de Moisés y Aarón, sin mediadores, como a través
de Samuel, su profeta. Él hablaba y era escuchado, castigaba
los delitos pero también perdonaba.
Se podría
decir, afirmó el Santo Padre, que el Salmo 98 se realiza hoy
en la Iglesia, sede de la presencia del Dios santo y trascendente.
El Señor no se ha retirado al espacio inaccesible de su misterio,
indiferente a nuestra historia y a nuestras expectativas. "Él
viene a juzgar a la tierra. Juzgará al mundo con justicia y
a los pueblos rectitud". Juan Pablo II terminó su catequesis
reiterando que Dios ha venido en medio de nosotros en su Hijo, hecho
uno de nosotros para infundir en nosotros su vida y su santidad. Por
eso nos acercamos a Dios no con terror sino con total confianza.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
El Salmo noventa y ocho es un canto que se eleva a Dios, el cual gobierna
el mundo y la historia como supremo soberano. Recitándolo en
la oración de la mañana, el fiel sabe que inicia su
jornada en manos del Creador con toda su grandeza, santidad y misericordia.
Tiene todo el sabor de una alabanza contemplativa dirigida al Señor
que, sentado en la gloria celeste, se hace a la vez presente en un
lugar y en medio a una comunidad, en decir, en Sión, manifestándose
así como el "Dios-con-nosotros".
Hoy
el salmo noventa y ocho se realiza en la Iglesia, lugar de la presencia
del Dios santo y trascendente, y es un canto que nos llena de serenidad
y alegría, pues exalta al Señor rey, que habita entre
nosotros y aparta las lágrimas de nuestros ojos.
Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española. De forma particular
a las Hermanas Dominicas de la Presentación y a los fieles
de la Parroquia de San Martín de Porres, de Sabinas (México).
Acercándose ya el tiempo del Adviento, os animo a alabar a
Dios, que viniendo a habitar en medio de nosotros, es fuente de consuelo
y gozo. Muchas gracias por vuestra atención.
Terminados
los saludos en las diversas lenguas, -destacamos que el Papa, hablando
en francés, dirigió un saludo especial a los peregrinos
venidos de Irak-, dirigiéndose a los jóvenes, a los
enfermos y a los recién casados, el Pontífice ha recordado
la figura de San Andrés, cuya fiesta se celebra dentro de pocos
días, pidiendo que sea para ellos un modelo de seguimiento
y de testimonio cristiano. Invocó su intercesión por
los enfermos, para que el consuelo divino llene sus corazones y fortifique
su fe. Por último pidió para los recién casados
que San Andrés los ayude a corresponder fielmente al proyecto
de amor del que Cristo los ha hecho partícipes con el sacramento
del matrimonio.
PAZ
ESTABLE Y REGRESO DE LOS REFUGIADOS BOSNIOS
Juan
Pablo II pidió a todos los habitantes de Bosnia y Herzegovina,
su aportación para consolidar una sociedad que repudie toda
tentación de favorecer a alguien en detrimento de los demás.
Se lo ha manifestado al nuevo Embajador ante la Santa Sede, en la
presentación de sus cartas credenciales.
El Santo
Padre Juan Pablo II recibió el sábado mañana
en audiencia al nuevo embajador de Bosnia Herzegovina ante la Santa
Sede, con motivo de la presentación de sus cartas credenciales.
El Pontífice, en su discurso, tras haberle dado la bienvenida
y enviar un saludo a las Autoridades del País, recordó
al nuevo embajador su cercanía con los Pueblos de Bosnia y
Herzegovina, que, además de sufrir un sistema político
basado en una ideología contraria a los valores inscritos en
el espíritu humano, ha sufrido una larga y dolorosa guerra.
También el Papa aludió a su visita pastoral realizada
el 12 y 13 de abril de 1997 así como a los Acuerdos de Washington
y de Dayton.
Todo
esto, manifestó el Pontífice, hizo que las armas enmudezcan,
pero es menester trabajar intensamente para construir y hacer eficaz
la paz en la justicia, resolviendo los problemas unidos al futuro
del País. Son necesarios, por lo tanto, programas concretos
que partan de la persona y del respeto de su dignidad, que ofrezcan
la posibilidad de trabajar y alcanzar los medios suficientes para
la vida, que promuevan el diálogo y la colaboración
entre los distintos componentes de la sociedad civil en el pleno respeto
a la identidad de cada uno. Solamente de esta manera es posible dar
vida a una auténtica democracia.
La democracia
es un deber exigente, que requiere moralidad, honestidad, sensibilidad
humana, sabiduría, paciencia, respeto por los demás,
disponibilidad a renunciar, cada vez que lo pida el bien común,
firme voluntad de exponer y no imponer los propios puntos de vista
y las ideas propias. Juan Pablo II también manifestó
que para mirar con confianza hacia el futuro es indispensable promover
una verdadera reconciliación y un perdón sincero. La
Iglesia de Bosnia y Herzegovina ya está trabajando para ofrecer
su contribución a la reconciliación y al perdón,
anunciando fielmente el Evangelio.
Se pide
a todos, prosiguió diciendo el Papa, su aportación para
consolidar una sociedad que repudie toda tentación de favorecer
a alguien en detrimento de los demás. Aunque hace ya siete
años que terminó la guerra, por desgracia no se vislumbran
todavía soluciones concretas para el drama de numerosos prófugos
y exiliados que quieran volver a sus casas. Estas personas piden justamente
garantías para su incolumidad, así como la creación
de condiciones políticas, sociales y económicas aceptables.
Es indispensable construir un auténtico clima de paz.
Señor
Embajador le deseo de todo corazón que el país que Usted
representa encuentre comprensión y ayuda concreta, que sirva
para cicatrizar las heridas producidas a causa de la reciente guerra
y de los pasados sistemas políticos. Los Países del
Viejo Continente y de la Comunidad Internacional, finalizó
diciendo el Santo Padre, ofrecerán las ayudas necesarias para
sostener programas que hagan participar pronto, tanto a Bosnia y Herzegovina
como a los Países de toda el área Sureste de Europa,
en los procesos de integración europea y mundial.
PROMOCIÓN
INTEGRAL DEL HOMBRE, DE LA JUSTICIA Y DE LA PAZ
El Papa
invitó a los obispos brasileños a contribuir en la promoción
integral del hombre y la promoción de la justicia y de la paz.
En ocasión de su visita ad Limina Apostolorum Juan Pablo II
entregó el martes un discurso en portugués a los obispos
brasileños de las regiones 3 y 4 de la Conferencia Episcopal
brasileña de los estados de Santa Catalina y de Río
Grande del Sur. En su denso discurso, el Papa una vez más recordó
las prioridades de la pastoral regional que es la misma de los discípulos
de Cristo: "contribuir activamente en la promoción integral
del hombre para afirmar el diálogo y la comprensión
entre los individuos y los pueblos, para la promoción de la
justicia y de la paz.
Juan
Pablo II citó también entre los puntos pastorales de
la Iglesia brasileña, el exigente desafío misionero
a través del cual todas las comunidades han de sentirse seriamente
interpeladas. En ambientes en que la libertad de la palabra es usada
como arma para difundir mensajes contrarios a las enseñanzas
de la moral cristiana, el Papa exhortó a los obispos a velar
para que no falte "la franca presencia pública del pensamiento
católico. La iglesia no pretende usurpar tareas y prerrogativas
del poder político, sin embargo sabe que debe dar también
en la política su contribución específica de
inspiración y de orientación a cerca de los grandes
valores de la moral.
La imperiosa
diferencia entre la Iglesia y los poderes públicos, dijo el
Santo Padre, debe ser mantenida, aunque la Iglesia "experta en
humanidad" no puede renunciar a dar su orientación en
el campo político para el bien común de la sociedad
y de los pueblos. El Pontífice también subrayó
que el amor preferencial por los pobres con la finalidad de que alcancen
un nivel más digno en la vida, debe continuar siendo una prioridad
pastoral de los obispos, así como otros aspectos: especialmente
la defensa de los derechos fundamentales de la dignidad humana, el
respeto por la libertad de conciencia y la universalización
de la cultura y de la educación, con una atención especial
para los más marginados y desprotegidos.
VIOLENCIA,
TERRORISMO, GUERRA, SOLO CONSTRUYEN MUROS ENTRE LOS PUEBLOS
"Vuestra
Universidad es un gimnasio de universalidad en el se debe poder respirar
ese sentido de comunión profunda que caracterizaba la comunidad
primitiva". Audiencia del Papa a los participantes en el Congreso
promovido por la Universidad Pontificia Urbaniana.
"La
violencia, el terrorismo, la guerra, tan solo construyen nuevos muros
entre los pueblos. Vuestra Universidad es un gimnasio de universalidad
en el se debe poder respirar ese sentido de comunión profunda
que caracterizaba la comunidad primitiva". Eran palabras de Juan
Pablo II durante su audiencia, el viernes, a los participantes en
el Congreso promovido por la Pontificia Universidad Urbaniana, que
están celebrando el 375 aniversario de la fundación
del Colegio Urbano y los 40 años de institución de la
Universidad Pontificia.
Fue el
beato Juan XXIII quien atribuyó a la Urbaniana el título
de Universidad. Un Colegio fundado por el Papa Urbano VII que tuvo
desde su inicio una finalidad misionera, debido a la preocupación
del Papa Urbano de emancipar a la Iglesia de las potencias coloniales.
"Era necesario -dijo el Papa- asegurar la libertad de la evangelización
en las tierras apenas descubiertas y en aquellos países donde
el cristianismo había sido anunciado en tiempos lejanos, como
en China".
Aludiendo
a la dificultad que presentaban aquellos tiempos, el Papa añadió
que tampoco son fáciles los nuestros. "Lo sabe sobre todo
aquellos de vosotros que provienen de regiones donde la guerra, las
enfermedades, la pobreza siembran cada día numerosas víctimas.
Por lo tanto es más necesario que nunca una institución
académica como la vuestra, que sepa transmitir la ciencia filosófica,
teológica, histórica y jurídica al interno de
las culturas de pueblos tan distintos entre ellos".
Tras
recordar los 90 Institutos ubicados en distintas partes del mundo
que están afiliados a esta Universidad dando testimonio de
la apertura católica de la que se distingue, Juan Pablo II
les instó a cultivar siempre en el corazón y en la investigación
académica este carácter universal, tan precioso en este
mundo tan dividido, que tanto exalta la particularidad del individuo,
del grupo, de la etnia o de la nación, hasta perjudicar a veces
el compromiso de la solidaridad.
"Sin
renunciar a afirmar la fuerza del mensaje evangélico -prosiguió
diciendo el Papa- es un deber importante, en el mundo de hoy, que
los cristianos sean hombres de diálogo y contrasten este choque
de civilizaciones que a veces parece inevitable. Por esta razón
sería deseable que la Urbaniana se distinguiese entre los Ateneos
Romanos precisamente por su atención particular a las culturas
de los pueblos y las grandes religiones mundiales, comenzando por
el Islam, el Budismo y el Hinduismo, en consecuencia considerase con
atención el problema del diálogo interreligioso en sus
implicaciones teológicas, cristológicas y eclesiológicas".
Por último el Papa recordó que la finalidad del Colegio
Urbano es la formación integral de sus alumnos. "La Iglesia
del III Milenio necesita sacerdotes, religiosos y laicos que sean
santos y cultos".
CONCIERTO
EN VATICANO: "UN HIMNO A LAS CUMBRES"
El martes
por la tarde el Santo Padre asistió al Concierto ofrecido por
la Unión italiana de ayuntamientos y comunidades montañeras,
con motivo del Año Internacional de las Montañas. El
Concierto, titulado "Un himno a las cumbres", tuvo lugar
en el Aula Pablo VI, a las seis y media de la tarde.
En el
concierto que se le ofreció con motivo del Año Internacional
de las Montañas, Juan Pablo II recordó que "de
los montes, donde habita el Señor, vienen la justicia y la
paz, condiciones indispensables para que el mundo sea la patria acogedora
de todo ser humano".
El Santo
Padre, al final del concierto agradeció este singular momento
que "une, en una síntesis armoniosa, música, espiritualidad
y amor por la montaña".
Expresando
su gratitud a los organizadores, miembros de la Unión italiana
de ayuntamientos y comunidades montañeras; a los músicos
de la orquesta sinfónica húngara de Pecs;, al coro de
la Región italiana de Friuli-Venecia Giulia; y a los encargados
de transmitir este concierto por televisión, el Papa destacó
que "a través de la escucha de la música y la contemplación
de fascinadores panoramas, este momento artístico ha invitado
a elevar un cántico de loor al Creador por las maravillas de
la naturaleza, obra de sus manos".
El concierto
se titulaba "Un himno a las cumbres" y, en este contexto,
Juan Pablo II subrayó que la "majestuosidad de las cumbres
estimula a iluminar aquellos valores de tenacidad y humildad que son
indispensables para afrontar la vida de cada día y para subir
con ardor hacia la alta montaña de la santidad".
"Esta
tarde, en un simbólico abrazo, se han unido la montaña
y la ciudad, las bellezas naturales, el estro del hombre y el misterio
de Dios", afirmó el Pontífice, añadiendo
luego que "el silencio de las cumbres nevadas se ha encontrado
con la vivacidad de las metrópolis frenéticas".
El Papa que tanto ama la montaña, como él mismo recordó,
finalizó con las palabras del salmista "Traigan los montes
paz al pueblo, y justicia los collados" (Sal 71,3) y subrayó
que "de los montes, donde habita el Señor, vienen la justicia
y la paz, condiciones indispensables para que el mundo sea la patria
acogedora de todo ser humano".
MENSAJE
DON CARLO GNOCCHI, "REPRESENTA PROFECÍA DE SOLIDARIDAD
Y PAZ"
El mensaje
del Siervo de Dios, Don Carlo Gnocchi, "insigne pedagogo social",
"representa hoy una singular profecía de solidaridad y
paz". Eran palabras de Juan Pablo II en su discurso a unos 7
mil miembros y amigos de la Fundación que lleva el nombre de
este "maestro de vida", conocido también como "padre
de los pequeños mutilados".
Esta
audiencia del sábado, en la que participaron también
numerosos enfermos y minusválidos, miembros de las Asociaciones
italianas de Alpinos y Donadores de órganos, el alcalde de
Milán y otras autoridades civiles y militares, así como
los responsables, agentes, voluntarios, ex alumnos y amigos de esta
gran "familia espiritual" - como el mismo Papa recordó
- forma parte de las celebraciones organizadas con motivo del centenario
del nacimiento de Don Carlo Gnocchi y del quincuagésimo aniversario
de la Fundación que brotó del corazón de este
sacerdote. El cual empezó como educador de jóvenes y,
luego, en la segunda guerra mundial, fue capellán voluntario
de los Alpinos. Apostolado que desarrolló primero en el frente
greco-albanés y, más tarde en Rusia.
Tras
recordar que en la apertura del proceso de beatificación, en
1987, el Cardenal Carlo María Martini, lo definió como
"cura educador y empresario de la caridad", Juan Pablo II
destacó que la "heroica caridad" de Don Gnocchi para
con los heridos y moribundos lo llevó a impulsar una gran obra
para amparar a los pobres, huérfanos y desvalidos. Fue así
como nació la Fundación Pro Juventute, por medio de
la cual fue multiplicando además iniciativas sociales y apostólicas
en favor, precisamente, de los numerosos huérfanos y mutilados
que había dejado la guerra.
Pero
la generosidad de Don Gnocchi fue más allá de su muerte
ocurrida en 1956, señaló el Santo Padre, poniendo de
relieve el "gesto precursor" de este Siervo de Dios que
donó sus corneas a dos jóvenes que habían perdido
la vista. Asimismo, el Papa expresó su profunda satisfacción
por el compromiso que cumplen los miembros de esta Fundación
en la sociedad y en la Iglesia. Compromiso que ha ido siguiendo el
momento histórico, por lo que en la actualidad sus seguidores
se dedican a distintas actividades en favor de los minusválidos
de toda edad y de asistencia a enfermos oncológicos terminales.
Ello sin olvidar la necesidad de impulsar la investigación
científica, cuidando la formación profesional de discapacitados
en varias regiones de Italia.
Asimismo,
Juan Pablo II hizo hincapié en el principio que animó
a Don Gnocchi, cuyo lema era "restaurar a la persona humana".
Promover al enfermo con terapias que lo ayuden a recuperar la confianza
en sí mismo. Algo que exige una actualización técnica
y profesional y "un constante apoyo humano y sobre todo espiritual".
Como enseñaba este sacerdote, "sirviendo, en efecto, a
los últimos y pequeños de forma desinteresada, se contribuye
a construir un mundo más acogedor y solidario". Y es que
"compartir el sufrimiento es el primer paso terapéutico,
lo demás lo hace el amor".
Y fue
precisamente el amor el secreto de toda su vida. Veía a Cristo
crucificado en cada persona que sufría. En especial, en los
más frágiles, pequeños e indefensos. Comprendió
que la luz capaz de dar sentido al dolor inocente de los niños
proviene del misterio de la Cruz. Cada pequeño mutilado era
para él "una pequeña reliquia de la redención
cristiana y signo que anticipa la gloria pascual".
Finalmente,
el Pontífice exhortó a los miembros de la Fundación
Don Carlo Gnocchi a "ser como él, buenos samaritanos","
siguiendo las huellas de su fundador" y los ha encomendando a
la Virgen, Madre de la Esperanza, a la que están dedicados
la mayor parte de sus centros de recuperación y rehabilitación.
ÁNGELUS:
SI PIERDE EL SENTIDO DE DIOS, LA HUMANIDAD SE CIERRA AL FUTURO
Dios
es el futuro del hombre y del mundo. Si pierde el sentido de Dios,
la humanidad se cierra al futuro y desaparece inevitablemente la perspectiva
de su peregrinar en el tiempo. Así lo manifestó Juan
Pablo II el domingo antes del rezo del Ángelus.
El Santo
Padre Juan Pablo II fiel a su cita con los fieles romanos y peregrinos
presentes en Roma dirigió el rezo del Ángelus en la
Plaza de San Pedro ante miles de personas allí congregadas.
"Inicia hoy, con el primer domingo de Adviento un nuevo año
litúrgico. El Dios de la alianza se ha revelado en la historia
y en la historia la Iglesia celebra su misterio de salvación:
la Encarnación, la pasión, la muerte y la Resurrección
del Señor Jesucristo".
El camino
de los creyentes, prosiguió diciendo el Papa en su alocución
previa al rezo mariano, se renueva así continuamente, en una
tensión entre el "ya" realizado por Cristo y el "todavía
no" de su plena manifestación.
Dios
es el futuro del hombre y del mundo. Si pierde el sentido de Dios,
la humanidad se cierra al futuro y desaparece inevitablemente la perspectiva
de su peregrinar en el tiempo ¿Para qué nacer? ¿Para
que morir? ¿Para qué sacrificarse, para qué sufrir?
Para estas preguntas el cristianismo ofrece una respuesta satisfactoria.
Para todo ello Cristo es la esperanza de la humanidad. El es el sentido
verdadero de nuestro presente, porque es Él nuestro futuro
seguro.
"El
adviento nos recuerda que Jesús ha venido pero que volverá.
La vida de los creyentes, reiteró el Papa, es una continua
y vigilante espera de su venida. La invitación a vigilar y
a esperar viene subrayada hoy con insistencia por san Marcos que a
lo largo del nuevo año litúrgico, nos guiará
en el descubrimiento del misterio de Cristo. El Evangelio de hoy nos
exhorta a hacer de nuestra existencia una incesante búsqueda
de Cristo. Del encuentro con Él y de la contemplación
de su rostro proviene el vigor misionero que nos hace salir de la
mediocridad cotidiana para ser sus testigos valientes".
"En
este camino de conversión y de compromiso apostólico,
finalizó el Pontífice, nos acompaña María,
Aurora luminosa y guía seguro de nuestros pasos. Lo hace de
un modo especial invitándonos a contemplar los misterios gloriosos
del Rosario. Dirijámonos a Ella con confianza, mientras nos
preparamos a celebrar el Domingo próximo la fiesta solemne
de su Inmaculada Concepción".
Después
del rezo del Ángelus y el responso por los fieles difuntos
el Papa saludó en varias lenguas. Este fue su saludo en español:
"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española
presentes esta mañana para la oración del Ángelus,
de modo especial a los fieles de la parroquia de Nuestra Señora
de la Soledad de Torrejón de Ardoz. Unidos a María,
abrid vuestros corazones al amor y la esperanza en este tiempo de
Adviento.
SANTA
MISA EN EL VATICANO PARA LA COMUNIDAD FILIPINA DE ROMA
El Santo
Padre Juan Pablo II celebró el domingo la Santa Misa en el
Aula Pablo VI del Vaticano para la comunidad filipina de Roma de la
Parroquia de Santa Pudenciana en el Viminal. El Papa en su homilía
reflexionó sobre los textos de la liturgia del día.
Al inicio del Adviento, la liturgia nos invita a saborear de nuevo
el consolador mensaje de la paternidad de Dios. Las palabras del Libro
del profeta Isaías, nos introducen, dijo Juan Pablo II, en
el núcleo central de la predicación de Jesús.
A la
petición concreta de los discípulos "Señor
enséñanos a orar" Él responderá animándoles
a dirigirse a Dios con el dulce nombre de Padre. ¡Sí,
Dios es nuestro Padre!. Se preocupa por nosotros, porque somos obra
de sus manos. Está siempre dispuesto a perdonar a los pecadores
arrepentidos y a acoger con ternura a los que confían en su
infinita misericordia.
Seguidamente
el Pontífice se congratuló con los miembros de la Capellanía
Católica Filipina de Roma por poder compartir con ellos este
anuncio consolador, al comenzar el camino del Adviento, y les manifestado
que les había acogido en esta ocasión en el Vaticano
ante la imposibilidad de estar con ellos el 24 de febrero pasado en
su parroquia.
Hablando
en lengua inglesa, Juan Pablo II extendió su saludo a los millares
de filipinos que viven en Roma y en otras ciudades de Italia. Después,
como es habitual en estos encuentros, saludó a las autoridades
eclesiásticas presentes así como a los embajadores filipinos,
sacerdotes, religiosos y laicos y de modo especial al Padre Alberto
María Guevara, quién, momentos antes de la celebración,
le había dirigido un saludo en nombre de todos los presentes.
El Santo
Padre pidió a los filipinos que mantengan la rica herencia
cultural y religiosa recibida de sus antepasados y que forma parte
de su propia identidad. "Muchos de vosotros habéis encontrado
en Italia un trabajo que os permite mantener a vuestras familias,
sin embargo otros no han tenido esta suerte debiendo sufrir serios
problemas, como la soledad, la separación de las familias y
la pérdida de los valores del pasado e incluso la fe".
Quiero
renovaros, dijo el Papa, de manera especial a las mujeres las palabras
de estímulo que escuchamos en la Liturgia de este día.
"No perdáis el corazón". No podemos crecer
débiles en la fe por que el Señor está cerca.
Como inmigrantes, sois más estimados por Jesús, que
vino a la tierra para salvarnos. Continuad trabajando con confianza
y determinación a lo largo del camino de la fe y de la solidaridad
siguiendo la llamada expresada por vuestro capellán con las
palabras comunión, testimonio y proclamación del Evangelio.
Trabajemos unidos para construir la civilización del amor.
Juan
Pablo II finalizó su homilía de la Misa para la comunidad
filipina de Roma recordando la exhortando del Señor en el Evangelio
de hoy: "Vigilad...vigilad", Como la llamada fundamental
del tiempo del adviento para esperar al Mesías que viene a
revelarnos el rostro del Padre celestial. Que María, la humilde
Virgen de Nazaret, elegida por Dios para ser la Madre del Redentor,
haga fructífera nuestra espera orante y vigilante del Redentor.
SUPERAR
DIFICULTADES QUE IMPIDEN CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Como
es tradicional, en la festividad de San Andrés Apóstol
- que se celebraba el sábado en Oriente y Occidente - Juan
Pablo II envió a Estambul una Delegación de la Santa
Sede, que participó el sábado en la conmemoración
del Patrono del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y que
entregó al Patriarca Bartolomé I un Mensaje del Obispo
de Roma.
Asimismo,
esta Delegación presidida por el Cardenal Walter Kasper, Presidente
del Consejo pontificio para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos, es un signo de homenaje y agradecimiento por la presencia
en Roma - también tradicional - de los enviados del Patriarca
Ecuménico cada 29 de junio, con motivo de la Solemnidad de
los Santos Pedro y Pablo.
En su
Mensaje, Juan Pablo II hacía hincapié en que "la
fraternidad de los dos Apóstoles Pedro y Andrés, así
como la misma y única vocación a la que fueron llamados
mientras cumplían sus faenas cotidianas, nos invitan a buscar
juntos, día tras día, la comunión plena, con
el fin de realizar nuestra misión común de reconciliación
en Dios y de promoción de un auténtico espíritu
pacífico y cristiano, en este mundo nuestro atravesado por
dramáticas laceraciones y conflictos armados".
El Pontífice,
recordaba que "la fidelidad a Cristo de los Santos Hermanos,
Pedro y Andrés - que llegaron al sacrificio del martirio -
llama a nuestras comunidades, nacidas de la predicación de
los Apóstoles y establecidas en la sucesión apostólica
ininterrumpida, a comprometerse con el fin de superar las dificultades
que impiden aún la concelebración Eucarística".
Y tras
reiterar que "es una fidelidad a la que debemos tender continuamente,
sin reticencias" y que "debe guiar nuestros pasos y disponernos
plena y humildemente al sacrificio por la unidad querido por nuestro
Señor", el Papa destacó una vez más que
todos "nuestros contactos, conversaciones y experiencias de colaboración
están impulsados hacia una sola meta". Es decir, precisamente
"la unidad", como "condición esencial indicada
por Cristo" y que debe "caracterizar las relaciones entre
todos sus discípulos".
En este
contexto, asegurando nuevamente que "la Iglesia Católica
está comprometida con convicción en este proceso, con
la voluntad de hacer avanzar toda iniciativa que pueda favorecer la
búsqueda de la unidad plena", Juan Pablo II exhortó
a que se "encuentren formas más frecuentes de comunicación"
y de encuentros, afianzando así "la armonía de
nuestras relaciones y nuestros esfuerzos comunes" y evocó
la preocupación que comparte con el Patriarca de Constantinopla
de "relanzar el diálogo teológico" llevándolo
a una nueva fase, después de las incertidumbres, dificultades
y titubeos del último decenio.
El Papa
finalizaba su Mensaje al Patriarca Bartolomé I evocando el
abrazo fraterno entre Pedro y Andrés, representado en el icono
que ofreció Atenágoras I a Pablo VI, como recuerdo de
su primer y feliz encuentro en Jerusalén. Símbolo de
la realidad a la cual debemos tender: "el abrazo de nuestras
Iglesias en la comunión plena".
CALENDARIO
DE CELEBRACIONES LITÚRGICAS PRESIDIDAS POR EL SANTO PADRE
Un año
más, Juan Pablo II tendrá durante el mes de diciembre
y la primera quincena de enero una intensa actividad pastoral con
un repleto calendario de celebraciones litúrgicas que serán
presididas por el mismo Pontífice. Empieza el día 1
de diciembre, primer domingo de Adviento, con la Santa Misa para la
Comunidad filipina de Roma en el Aula Pablo VI; el día 8, segundo
domingo de Adviento, solemnidad de la Inmaculada Concepción,
el Santo Padre, como es ya tradicional, rendirá homenaje, a
las cuatro de la tarde, a la imagen de María que se yergue
en la columna de la plaza de España. Acto seguido en la basílica
de santa María la Mayor, el Papa venerará la Madre de
Dios "Salus Populi Romani".
El martes,
10 de enero, Juan Pablo II presidirá también la Santa
Misa para los universitarios de los Ateneos romanos. El 22, IV domingo
de Adviento, el Pontífice celebrará la Eucaristía
con la comunidad de la Parroquia romana de san Hilario de Poitiers.
El martes 24, el Papa celebrará a medianoche, la Misa del Gallo
en la basílica de san Pedro. Y al día siguiente, miércoles
25 Solemnidad de la Navidad del Señor, a mediodía, desde
el balcón central de la fachada de la basílica vaticana,
impartirá la bendición "Urbi et Orbi". El
Papa terminará el año presidiendo también en
la basílica vaticana, a las seis de la tarde del día
31, las Vísperas y el "Te Deum" de acción
de gracias".
El 1
enero, solemnidad de María Santísima Madre de Dios,
trigésimo sexta Jornada Mundial de la Paz, el Santo Padre celebrará
la Santa Misa en la basílica vaticana; volverá de nuevo
a presidir la Eucaristía el lunes, 6 de enero, Epifanía
del Señor, en el curso de la ceremonia el Papa, como es tradicional,
ordenará un grupo de obispos. Y el domingo, 12 de enero, fiesta
del bautismo del Señor, en la capilla Sixtina Juan Pablo II
presidirá la santa misa con el bautismo de un grupo de niños.
RATZINGER Y SODANO, DECANO Y VICEDECANO COLEGIO CARDENALICIO
El Santo
Padre ha aceptado la solicitud presentada por el Cardenal Bernardin
Gantin para ser dispensado del oficio de Decano del Colegio cardenalicio
y del Título de la Iglesia Suburbicaria de Ostia, conservando
solamente el título de la Iglesia de Palestrina. El Papa, ha
aprobado al mismo tiempo la elección hecha por los Cardenales
del Orden los Obispos como nuevo Decano del Colegio cardenalicio,
en la persona del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe asignándole la Iglesia Suburbicaria
de Velletri-Segni, y como Vicedecano del mencionado Colegio en la
persona del cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado y con el
Título de la Iglesia suburbicaria de Albano.
"Han
tenido profundo eco en mi corazón los sentimientos de devoción
que Usted, con gran confidencia me ha expresado una vez más,...,
sabiendo que son la confirmación, según el lema de su
escudo episcopal "In tuo sancto sancto servitio" , de toda
una vida gastada al servicio del Señor, en profunda comunión
de pensamiento y afecto con el sucesor de Pedro.". Con estas
palabras el Santo Padre se ha dirigido al Cardenal Bernardín
Gantin en el mensaje autógrafo con el que ha acogido la solicitud
de renuncia presentada por el purpurado para poder dejar el oficio
de decano del Colegio Cardenalicio y el título anejo de la
Iglesia Suburbicaria de Ostia.
El Cardenal,
que ha presentado su renuncia al llegar a los 80 años de edad,
ha manifestado su deseo de poder volver a su querida tierra natal
para ser todavía útil a la Iglesia de Benín.
El Papa, reconociendo que la vuelta a Benín puede ofrecer al
Cardenal Gantin la oportunidad de "dar allí un testimonio
contundente a favor del Evangelio", le manifiesta en su mensaje
el deseo de que "todavía pueda hacer tanto bien en el
servicio del Reino de Dios".
GLOBALIZACIÓN
Y EDUCACIÓN SUPERIOR CATÓLICA
El jueves
se presentó en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la Conferencia
Internacional sobre Globalización y Educación Superior
Católica y sus Esperanzas y Desafíos, que tendrá
lugar en el Vaticano del 2 al 6 de diciembre y que ha sido organizada
por la Congregación para la Educación Católica
y la Federación Internacional de las Universidades Católicas.
Precisamente,
el Prefecto de la Congregación para la Educación Católica,
el Cardenal Zenon Grocholewski, destacó en dicha presentación
que las Universidades constituyen uno de los cuatro sectores que tiene
a su cargo la Congregación que él preside. Luego, tras
recordar que los otros tres son los Seminarios, las Escuelas católicas
y la Obra de las Vocaciones, el purpurado subrayó algunos elementos
enlazados con los campus católicos.
Las Universidades
católicas en los cinco continentes son 950 y acogen a tres
millones ochocientos mil alumnos, muchos de los cuales pertenecen
a otras confesiones cristianas o a otras religiones. Pueden ser erigidas
por la Santa Sede, por los Obispos diocesanos, las Conferencias episcopales,
los Institutos religiosos u otras personas eclesiásticas o
laicas. Además - destacó asimismo el Cardenal Grocholewski
- si bien se auspicia que en estos centros académicos haya
una facultad teológica y se enseñen disciplinas eclesiásticas,
en la mayoría de ellos se enseñan las disciplinas civiles
o profanas que se encuentran en las Universidades estatales.
Y, haciendo
hincapié en "el papel esencial" que los centros de
Educación Superior Católica juegan en la cultura contemporánea
general, puesto que en "numerosos países, sobre todo en
aquellos en vías de desarrollo, muchos de sus dirigentes o
intelectuales, se han formado en Universidades Católicas",
el Cardenal Grocholewski puso de relieve el importante interés
que la Santa Sede dedica a estos ateneos.
Lo demuestra
la historia, no sólo porque las primeras Universidades fueron
erigidas por la Santa Sede, sino porque luego, en el curso de los
siglos, varios Pontífices han demostrado su afecto a estos
centros, como ha recordado el Prefecto de la Congregación para
la Educación Católica. En este contexto, el Cardenal
Grocholewski destacó en especial la Constitución Apostólica
Ex corde Ecclesiae, con la que Juan Pablo II dio a las Universidades
Católicas la Carta Magna, el 15 de agosto de 1990. Otro evento
importante recordado por este Purpurado fue la celebración
del Jubileo de las Universidades, que reunió a unas 15 mil
personas de todo el mundo.
En lo
que se refiere a las razones que han impulsado la celebración
de esta Conferencia Internacional, "cuya primera finalidad"
es la de que la "Santa Sede se enriquezca con las experiencias
que presentarán las Universidades, éstas con la palabra
de la Santa Sede, así como a su vez los ateneos entre ellos",
el Cardenal Grocholewski afirmó que "uno de los problemas
más urgentes", que estas instituciones deben afrontar
es el de la "globalización".
Tema
que con tanto interés sigue Juan Pablo II, por lo que esta
Conferencia, que contará con la participación de Rectores
de Universidades Católicas de todo el mundo, se propone ser
signo "del compromiso que el mundo de la educación católica
asume ante los desafíos culturales, políticos, económicos,
sociales y éticos ligados a la problemática de la globalización".
Y, como el mismo Santo Padre ha señalado en varias oportunidades,
ser "expresión activa de la renovación que se pide
a las Universidades Católicas, para que las mismas sean cada
vez más capaces de responder a la tarea de llevar el mensaje
de Cristo al hombre, a la sociedad y a las culturas".
Por su
parte el Secretario de la Congregación para la Educación
Católica, explicó en esta misma presentación
el motivo que ha llevado a elegir el tema de la globalización.
Monseñor Pittau recordó que se trata de un tema familiar
en el ambiente católico, en especial en el de las Universidades
católicas.
Católico
y global encierran en su mismo nombre lazos muy fuertes, señaló
Monseñor Pittau, recordando luego que "obedeciendo al
mandato de Cristo, los Apóstoles fueron por el mundo predicando
el Evangelio, en el respeto de las distintas culturas".
Y tras
poner en guardia sobre los peligros de "un proceso de globalización
sin control", que causaría "muchas víctimas,
sobre todo entre los pobres", el Secretario de la Congregación
para la Educación Católica lamentó "el abismo"
que existe entre ricos y pobres. En este contexto, reconociendo que
la globalización contribuye a aumentar las distancias entre
los que tienen mucho y los que carecen de lo indispensable para vivir,
si bien en algunos casos permita alguna mejoría, Monseñor
Pittau recordó que también en los países ricos
se verifican "intolerables injusticias".
Y recordando
que "los pobres no pueden quedar abandonados" y que "forma
parte del mensaje de Cristo el 'llevar la Buena Nueva a los pobres'"
(Lc 4,18), Monseñor Pittau hizo hincapié en "la
visión que la Iglesia ha heredado de Cristo". Es decir,
que "las realidades de este mundo no son ni fatalidades que hay
que sufrir, ni fruto del Reino de los cielos que ya está aquí".
Todo
ello - señaló también Monseñor Pittau
- se aplica, en especial, en el ámbito de la globalización.
Ésta no debe ser un hecho que hay que aceptar de forma acrítica.
Tampoco es una especie de salvación, que se puede emplear cuando
falta la fraternidad. Y para que este proceso pueda ser purificado
y dominado, de modo que "sus frutos sean mejores y más
abundantes para todos", el Arzobispo ha puesto de relieve que
la globalización requiere discernimiento y capacidad de tomar
decisiones. Acciones en las que las Universidades y todos los centros
de educación católica pueden intervenir con su enseñanza
y formación.
Y, tras
mencionar también el "documento profético"
de Juan Pablo II consagrado a las Universidades Católicas,
Monseñor Pittau destacó el triple servicio que éstas
ofrecen. Como, "estudiar los graves problemas contemporáneos,
la dignidad de la vida humana, la promoción de la justicia
para todos, la calidad de la vida profesional y familiar, la protección
de la naturaleza, la investigación en favor de la paz y de
la estabilidad política". Estudiando sobre todo "las
causas de los problemas, dedicando especial atención a sus
dimensiones éticas y religiosas".
También
"desarrollando una auténtica antropología cristiana,
examinando atentamente los valores y las normas que dominan en las
sociedades y en la cultura moderna, así como la responsabilidad
de comunicar aquellos principios éticos y religiosos que dan
pleno significado a la vida humana". Y, finalmente, promoviendo
"el espíritu de servicio en favor del prójimo y
la justicia social, comprometiéndose firmemente en el crecimiento
integral de todo hombre y de toda mujer".
En su
intervención Monseñor Guy-Réal Thivierge explicó
que la Conferencia Internacional se desarrollará en tres tiempos
para afrontar los distintos temas relativos a la globalización
y su relación con la educación católica superior.
Los pasos específicos de esta reunión con carácter
mundial son tres: "Describir y comprender", "Analizar
y discernir" y "Proponer y actuar". El primer día
se presentarán las formas en que se viven, en nuestras sociedades,
las distintas realidades de la globalización y se profundizará
en la cuestión de la globalización y su relación
con la educación católica.
El segundo
día, dedicado a "analizar y discernir" contempla
las relaciones que se establecen entre globalización y valores
cristianos en el ámbito de la educación católica
superior. Y en el tercer día se afrontarán propuestas
y acciones dentro del mundo universitario católico. "La
Conferencia Internacional -afirmó monseñor Thivierge-
nos ofrece una ocasión única para que se escuche la
voz de los universitarios católicos frente a los cambios de
nuestro mundo. Nuestro intento puede abrir el camino a otras personas,
o grupos, que comparten estas preocupaciones y desean colaborar con
el mundo universitario católico.
Por último
tuvo lugar la intervención de Monseñor Vincenzo Zani,
quien quiso subrayar cómo la educación ha sido siempre
una labor comunitaria y que el sistema educativo es una red en la
que se relacionan e interactúan distintos sujetos de la educación:
la familia, la comunidad eclesial, las instituciones sociales y civiles
nacionales e internacionales, los medios de comunicación, todos
cooperadores y corresponsables.
La Conferencia
quiere subrayar la necesidad de implicar a los distintos sujetos interesados,
en distintos ámbitos, en afrontar problemáticas comunes.
En concreto las cinco direcciones con las que se establecerá
la dinámica de la colaboración son: las relaciones con
la Santa Sede, las Conferencias Episcopales, las Universidades Romanas,
el Ministerio de la Universidad en Italia y la UNESCO. "Es evidente
-dijo monseñor Zani- que cada institución tiene su propia
naturaleza jurídica y persigue sus propios objetivos específicos.
No obstante, los rectores de las Universidades Católicas son
conscientes de poder ofrecer su propia contribución para afrontar
estos retos, inspirándose en el mensaje evangélico que
ofrece una visión antropológica clara capaz de generar
originales estrategias de educación, de investigación
científica y de desarrollo".
INTENSIFICAR
LA COOPERACIÓN ENTRE IGLESIA Y EL ESTADO EN VIETNAM
El viernes
el viceministro de Vietnam, Wu Khoang, se entrevistó en el
Vaticano con el secretario de estado cardenal Angelo Sodano y con
el secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Jean-Louis
Tauran. Según informa una nota del director de la oficina de
prensa de la Santa Sede, durante las reuniones trataron temas importantes
de política internacional y se mantuvo un intercambio de opiniones
sobre la evolución económica y social de Vietnam, así
como sobre la necesidad de intensificar la cooperación entre
Iglesia y el Estado, en beneficio de la entera sociedad vietnamita.
VI
EDICIÓN DEL CONGRESO DE ESTUDIOS SOBRE EL CINE ESPIRITUAL
"El
cine, de distintas formas y a través de un lenguaje con abundantes
matices y símbolos, ha abordado a menudo el Decálogo,
acercándose a un tema que no es solamente religioso sino que
representa la base desde la que partir para construir una sociedad
en la que se respete la dignidad del hombre". Con estas palabras,
Monseñor Foley presentaba la VI Edición del Congreso
de Estudios sobre el Cine espiritual, organizado por el Consejo Pontificio
para la Cultura, el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales,
la Filmoteca Vaticana y el Ente italiano del Espectáculo.
El cine
representa hoy día, junto a otros medios de comunicación
social, un válido instrumento para difundir unos valores que
pertenecen al patrimonio de toda la humanidad y que son las bases
sobre las que se apoya una civilización digna de este apelativo.
El tema de este año es: "Volver a empezar desde el principio.
Los diez Mandamientos en la cultura cinematográfica del III
Milenio". El prelado explicó el miércoles en la
Conferencia de Prensa de presentación que la elección
de este argumento se había realizado observando el mundo contemporáneo,
percibiendo en los hombres el difundido deseo de establecer valores
universales que puedan servir como guía para una convivencia
civil, en paz consigo mismo y con el prójimo y respetando a
cualquier ser humano y a la vida misma.
Monseñor
Foley manifestó su convicción de que el Decálogo,
donado por Dios a Moisés, no termina en el cristianismo o en
el judaísmo y no pierde su significado tras la época
bíblica, sino que abraza a toda la humanidad, de cualquier
época; es patrimonio de todos los hombres, independientemente
de la cultura y el credo religioso, porque encierra en sí el
sentido profundo de la existencia como ser humano. En estos dos días
de congreso los participantes pretenden responder a la necesidad de
reflexión sobre las leyes interiores que regulan el comportamiento
individual.
EL
ARZOBISPO CROATA DE RIJEKA BENDIJO EL ABETO DE NAVIDAD
El arzobispo
de Rijeka, Mons. Ivan Devcic, bendijo hoy el abeto de Navidad que
el 17 de diciembre será erguido en la Plaza de san Pedro al
lado mismo del tradicional nacimiento que como es ya habitual viene
emplazado en el centro de la plaza a los pies del gran obelisco egipcio.
Este año el árbol de Navidad proviene de Croacia, concretamente
del parque nacional que se encuentra en la diócesis de Rijeka.
El abeto mide 28 metros de altura y será adornado con miles
de figurillas y decoraciones de la tradición navideña
croata, a base de figurillas de miel y mazapán.
En la
ceremonia inaugural en la plaza de san Pedro estarán presentes
el presidente de la República de Croacia, Stipe Mesic, que
será acompañado por una importante representación
del gobierno, y el presidente de la Conferencia Episcopal croata,
Mons. Josip Bozanic, así como otras autoridades eclesiásticas
y civiles. La ceremonia será acompañada por un tradicional
programa de cantos y espectáculos del folclore de este país.
La donación del árbol de Navidad quiere ser un signo
de gratitud de los obispos de Croacia hacia el Papa, por su visita
de hace cuatro años al país y por la beatificación
del cardenal Alojzije Stepinac.
La ceremonia
será la ocasión también para hablar ya del viaje
pastoral del Santo Padre previsto a Croacia para el próximo
año, en el curso del cual proclamará beatos también
a Ivan Merz, pionero de la Acción Católica croata y
a la religiosa María de Jesús Petkovic, fundadora de
las Hijas de la Misericordia. Recordamos que fue a partir de 1982,
por voluntad expresa del Papa Juan Pablo II, que fue renovada en recuerdo
del Nacimiento del Salvador, la pía representación del
Belén a los pies del obelisco vaticano y en el espléndido
escenario de la Columnata de Bernini.