AUDIENCIA GENERAL: LAMENTO DEL PROFETA JEREMÍAS
LA POBREZA ES UN ATENTADO A LA DIGNIDAD DEL HOMBRE
OBISPOS DE BRASIL: LA IMPORTANCIA DE LA VIDA CONSAGRADA
XXX ANIVERSARIO DE LA FEDERACIÓN DEL VOLUNTARIADO CRISTIANO
RELIGIOSAS DE SANTA CATALINA CELEBRAN IV CENTENARIO CONGREGACIÓN
150 ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN DEL COLEGIO PONTIFICIO BEDA
X EDICIÓN DEL CONCIERTO DE NAVIDAD EN EL VATICANO

ÁNGELUS: "NAVIDAD ES LA FIESTA DE LA FAMILIA"
PARROQUIA ROMANA DE SAN JUAN NEPOMUCENO NEUMANN
SANTA MISA PARA LOS UNIVERSITARIOS DE LOS ATENEOS ROMANOS

50 AÑOS DE PRESENCIA DE LA SANTA SEDE EN LA UNESCO
IV CENTENARIO DE LA ORDENACIÓN DE SAN FRANCISCO DE SALES
INTENCIÓN GENERAL DEL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN PARA DICIEMBRE

DECLARACIONES DEL CARDENAL LAW TRAS SU DIMISIÓN
EXISTENCIA Y COLABORACIÓN ENTRE DOS ESTADOS: ISRAEL Y PALESTINA

DIALOGO INTERRELIGIOSO LEAL COMO CONTRIBUCIÓN A LA PAZ

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO
VENEZUELA: "EVITEMOS LA DESTRUCCIÓN, CONSTRUYAMOS LA RECONCILIACIÓN"
FRAY LUIS DE LEÓN (II)


DICIEMBRE 2002
SEMANA DEL 9 AL 15

 

AUDIENCIA GENERAL: LAMENTO DEL PROFETA JEREMÍAS

Jeremías, en el cántico elegido por el Papa para la catequesis del miércoles, levanta su voz, eleva su invocación a Dios en un momento en que la sequía azota la tierra y la guerra provoca muerte y destrucción.

En la oración de Laudes del Viernes de la tercera semana aparece el cántico de Jeremías, capítulo 14 versículos del 17 al 21 en el que el Profeta eleva a Dios un lamento. Es el lamento del pueblo en tiempo de hambre y de guerra. Un canto amargo y doloroso. La liturgia lo propone precisamente el viernes, día en que se conmemora la pasión y muerte del Señor. Jeremías levanta su voz, eleva su invocación a Dios en un momento en que la sequía azota la tierra. Pero a este drama natural el Profeta une otro no menos terrible, la tragedia de la guerra: "Salgo al campo: muertos a espada; entro en la ciudad: desfallecidos de hambre". "La descripción, por desgracia, se lamentó el Santo Padre, es trágicamente actual en muchas regiones de nuestro planeta".

El llanto de Jeremías, que entra en escena con el rostro surcado por las lágrimas, es un llanto ininterrumpido por "la hija de su pueblo", es decir, Jerusalén. En efecto, según un símbolo bíblico, la ciudad es indicada por una imagen femenina, "la hija de Sión". "Mis ojos se deshacen en lágrimas, día y noche, sin cesar, por la terrible desgracia de la hija de mi pueblo". Jeremías participa profundamente en las "calamidades" y en la "herida mortal" de su pueblo. Con frecuencia sus palabras son palabras de dolor porque Israel no se deja impregnar por el mensaje misterioso que el sufrimiento lleva consigo. En otro momento el Profeta exclama: "Y si no escucháis, lloraré a escondidas vuestra soberbia, mis ojos se desharán en lágrimas, cuando se lleven el rebaño del Señor".

La razón de la invocación lacerante, como se ha dicho, es doble, dos eventos trágicos: la espada y el hambre; o sea, la guerra y la carestía. Si en la primera parte del cántico el lamento es más individual, en la segunda se trata de una súplica colectiva dirigida a Dios: "¿Por qué nos has herido sin remedio?" A la espada y al hambre se añade una tragedia mayor, el silencio de Dios, que no se revela y parece que se ha encerrado en su cielo, como disgustado por la forma de actuar de la humanidad. Por eso las preguntas dirigidas a Él son claras, explícitas: "¿Por qué has rechazado a Judá y sientes asco de Sión?" El pueblo se siente solo y abandonado, privado de paz, de salvación y de esperanza. El pueblo, dejado a sí mismo, se encuentra perdido e invadido por el terror. En este contexto, Juan Pablo II se hace una pregunta de gran actualidad: "Acaso no es esta soledad existencial la fuente de tanta insatisfacción como captamos en nuestros días? Tanta inseguridad y todas esas reacciones desconsideradas que vemos tienen su origen en el haber abandonado a Dios, roca de salvación".

Ante todo esto, el pueblo reacciona. Vuelve a Dios y le dirige una oración intensa. Reconoce, ante todo, su pecado con una breve pero sincera confesión de su culpa: "Señor, reconocemos nuestra culpa y los delitos paternos; te hemos ofendido…" Se ve claramente que el silencio de Dios era provocado por el rechazo del hombre. Si el hombre se convierte y vuelve al Señor, Dios también se mostrará disponible a ir a su encuentro para abrazarlo. El Profeta recuerda palabras clave en la relación de Dios con su pueblo: recuerdo y alianza. "Recuerda tu alianza con nosotros, no la rompas". También nosotros, terminó diciendo el Papa, como los israelitas, podemos estar seguros de que el Señor no nos abandona para siempre, sino que, después de cada prueba purificadora, Él vuelve a hacer "brillar su rostro sobre nosotros… a sernos propicio… y a concedernos la paz", como se dice en la bendición sacerdotal referida en el libro de los Números.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL

Queridos hermanos y hermanas:

Hemos escuchado un Cántico del profeta Jeremías en el que lamenta la tragedia de la carestía y de la guerra. Por desgracia esta descripción es tremendamente actual en tantas regiones de la tierra. La segunda parte es una súplica colectiva ante una tragedia mayor: el silencio de Dios, que parece como disgustado por el comportamiento de la humanidad, lo cual lleva a sentirse solos y abandonados, privados de paz, de salvación y de esperanza.

Frente a esta soledad existencial se descubre que el silencio de Dios estaba provocado por el rechazo del hombre. En su oración, el profeta le pide que se "acuerde" de su pueblo y de la "alianza" de fidelidad y amor. Nosotros estamos seguros de que Dios no nos abandona sino que, a través de cada prueba purificadora, hace brillar su rostro sobre nosotros.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo de la diócesis de Vitoria, acompañado por su Obispo, Mons. Miguel José Asurmendi. Purificados de nuestros pecados, preparémonos a vivir dignamente la próxima Navidad, presencia misericordiosa de Dios entre sus hijos.

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Juan Pablo II terminó la catequesis del miércoles dirigiendo, como es su costumbre, unas palabras afectuosas a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. En el clima espiritual del Adviento, les dijo, tiempo de esperanza que nos prepara a la Navidad, está especialmente presente María, la Virgen de la espera.

Os encomiendo a Ella, les dijo a los jóvenes, para que podáis acoger con un fuerte impulso la invitación de Cristo a realizar plenamente su Reino. Os exhorto a vosotros, queridos enfermos, a ofrecer vuestros sufrimientos junto con María, para la salvación de la humanidad. Que la materna intercesión de la Virgen os ayude, les dijo a los recién casados, a fundar vuestra familia en un amor fiel y abierto a la acogida de la vida.

 

LA POBREZA ES UN ATENTADO A LA DIGNIDAD DEL HOMBRE

"La miseria y las injusticias son fuente de violencia y contribuyen a mantener el desarrollo de algunos conflictos regionales". Esta fue una de las afirmaciones de Juan Pablo II en su discurso a 7 nuevos embajadores que le presentaron el viernes sus cartas credenciales.

El Papa recibió en audiencia a los 7 nuevos embajadores ante la Santa Sede de Sierra Leona, Jamaica, India, Ghana, Noruega, Ruanda y Madagascar para el acto de presentación de sus cartas credenciales. En su discurso general el Santo Padre dijo que "la paz es uno de los bienes más preciosos para las personas para los pueblos. Todos los hombres desean ardientemente la paz. Sin la paz no puede haber verdadero desarrollo para los individuos, las familias la sociedad y la economía. La paz es un deber para todos". Sin embargo, Juan Pablo II añadió que "querer la paz no es un signo de debilidad, sino de fuerza. Debe realizarse atendiendo el respeto del orden internacional y del derecho internacional" que deben ser prioridades para todos aquellos que tienen la responsabilidad del destino de las naciones.

Las miserias y las injusticias son fuente de violencia y contribuyen a mantener el desarrollo de ciertos conflictos locales y regionales, dijo más adelante Juan Pablo II, que se refirió en concreto a los países que padecen "hambre" de manera endémica. "La comunidad internacional --dijo-- está llamada a hacer todo lo posible para que estos flagelos puedan ser suprimidos paulatinamente. Un apoyo más importante a la organización de las economías locales permitiría a las poblaciones autóctonas poner a reparo su futuro".

El Pontífice insistió en que la "pobreza pesa hoy de una manera alarmante en el mundo, poniendo en peligro los equilibrios políticos, económicos y sociales, y que es un "atentado a la dignidad de las personas y los pueblos". Es necesario que se reconozca el derecho que tienen todos los hombres a aspirar a lo que es imprescindible para poder vivir y a beneficiarse de una parte de la riqueza nacional en sus respectivos países.

El Papa una vez más, a través de los embajadores de estos siete países lanzó un llamamiento a la Comunidad Internacional para que lo más rápidamente posible se haga eco de la obligación de repartir las riquezas del planeta y de la necesidad de una asistencia técnica y científica respecto a los países más pobres que constituye también otro deber que tienen los países ricos.

En esta perspectiva, la Iglesia católica, afirmó Juan Pablo II, desea seguir su acción en el campo diplomático a través de su presencia de proximidad en los distintos países del mundo, comprometiéndose en el respeto de todas las personas y de todos los pueblos, en la promoción de una educación integral de todas las personas.

El Pontífice dirigió luego, al nuevo embajador de Ruanda, país que ha atravesado recientemente largos años de guerra civil y violencia étnica. Sólo con la movilización de todas las instancias de la Nación, ha dicho el Papa, se podrá poner en marcha y encontrar soluciones políticas, económicas y sociales oportunas que puedan favorecer la unidad nacional. El Santo Padre hizo hincapié en la exigencia de "una justicia equitativa" puesta al servicio integral de todos los ciudadanos sin excepción.

Se trata --dijo el Papa-- de permitir que todos los ruandeses puedan comprometerse con confianza y determinación en la vía de la reconciliación efectiva, buscando y manifestando con valentía la verdad sobre las circunstancias que han provocado el terrible genocidio. Y el único camino posible para alcanzar este objetivo explicó el Santo Padre es la vía democrática "sobre todos ciertos aspectos de la democracia como son la defensa de las libertades políticas, y el respeto de la dignidad y de los derechos fundamentales de todas las personas y comunidades.

"La transparencia y la verdad en la gestión de los asuntos nacionales son condiciones indispensables para el desarrollo duradero de la sociedad", dijo finalmente el Papa al embajador de Madagascar, para cuyo país que en momentos está viviendo una nueva página de la historia, en la vigilia de nuevas elecciones, el Papa pide a Dios que sostenga los esfuerzos de los que, en el bien de todos, trabajan abriendo nuevos caminos de diálogo y reconciliación nacional. Juan Pablo II explicó que para alcanzar estos nobles objetivos toda la Nación está llamada a desarrollar una cultura de paz. Una cultura que necesita ante todo combatir el egoísmo en todas sus formas.

En cuanto a Sierra Leona, Juan Pablo II elogió los esfuerzos del gobierno y de la comunidad internacional para reintegrar a los ex combatientes, facilitar el regreso de los refugiados y desplazados, y asegurar el respeto de los derechos humanos y la autoridad de la ley, con una especial protección de mujeres y niños. En su discurso al embajador de Sierra Leona, el Papa expresó su inmensa satisfacción por el regreso de la estabilidad a este país, que durante años ha padecido en un sangriento conflicto armado, y por las perspectivas positivas de normalización.

El Papa subrayó que durante el siglo pasado la humanidad fue testigo de violencia, destrucción y muerte cada vez que naciones y los pueblos recurrieron a las armas en vez de al diálogo. Tristemente, el comienzo del nuevo milenio se ha caracterizado por la terrible violencia del terrorismo internacional, como recordó el Papa, que defendió el "auténtico diálogo como el camino para resolver pacíficamente las crisis".

En cuanto a la embajadora de Jamaica, el discurso del Santo Padre se centró fundamentalmente en la educación y en el papel fundamental de la familia como primer núcleo de aprendizaje moral y civil. El Papa condenó además la violencia contra mujeres y niños fomentada por el narcotráfico y por los enfrentamientos entre bandas.

El problema de la libertad religiosa, fue el núcleo del discurso al embajador de la India. En el contexto de los episodios de intolerancia que se han verificado en los últimos años, el Papa garantizó el apoyo total de la Iglesia católica india en la construcción de una consistente armonía social, que no puede desarrollarse sin el respeto total de los individuos, empezando por el respeto de la libertad religiosa.

Por último los embajadores de Ghana y Noruega. En el discurso a la diplomática noruega el Papa retomó la importancia de la tradición cristiana en el continente europeo y elogió sobre todo el papel desempeñado por el país nórdico en el conflicto de Sri Lanka, sus esfuerzos por llevar la paz a la atormentada isla y los progresos realizados en tan difícil negociación.

 

OBISPOS DE BRASIL: LA IMPORTANCIA DE LA VIDA CONSAGRADA

Los 21 obispos de la Región Nordeste 3ª de Brasil, al final de su quinquenal vista ad Limina, concelebraron el martes por la mañana la santa Misa con Juan Pablo II que al final de la ceremonia litúrgica en su capilla privada en el Vaticano les entregó un denso discurso centrado en el tema de la "Vida consagrada".

El Papa inicia su discurso hablando de la gran región brasileña de Bahía, origen de la realidad histórica, social y religiosa de Brasil y cuna de la fe del pueblo brasileño. De hecho fue en Bahía donde se constituyó en 1676 la primera Provincia Eclesiástica del país. Y fue allí donde tantos pastores locales y misioneros extranjeros dedicaron generosamente sus vidas para implantar en aquellas tierras el Evangelio.

"Los consagrados en la Iglesia --dice el Santo Padre--, ocupan un lugar especial en el corazón del Papa y en el corazón de los obispos de Brasil. El carisma de cada uno de ellos es una señal elocuente de la multiforme riqueza de Cristo". Y por eso la Iglesia, rostro visible de Cristo, acoge y nutre a las Congregaciones y a los Institutos, con sus estilos y carismas distintos.

"La sociedad actual desea ver reflejado en los hombres y mujeres consagrados --explica el Papa--, la armonía que existe entre lo humano y lo divino. Este es el testimonio que deben dar al mundo: mostrar la bondad y el amor, que están contenidos en el misterio de Cristo". Por eso Juan Pablo II constata el mérito de tantas congregaciones religiosas que han enviado a sus miembros en misión a Brasil para formar y educar a este pueblo y, lo han hecho con gran "entrega y amor".

"Lo que hoy vemos en toda la región de Bahía --señala el Pontífice-- es el fruto del trabajo escondido, silencioso y benemérito de muchos hombres y mujeres laicos y de tantos religiosos y religiosas que han contribuido y contribuyen en la edificación del alma cristiana de Brasil.

Pero en un ambiente profundamente secularizado, es determinante la proclamación del Reino de Dios a través del testimonio de los hombres y mujeres consagrados, a los que el Papa invita a prestar una "renovada atención a la promoción y al cuidado mismo de sus vidas". El Santo Padre anima a los responsables de las Congregaciones e Institutos, presentes en las diócesis, a ofrecer a los seminaristas y novicias una "formación humana, intelectual y espiritual, que les permita una conversión total de su ser a Cristo".

Por ello, afirma Juan Pablo II "debe prevalecer en las actividades y en los programas de la Conferencia Nacional de los Religiosos brasileños un reverente acatamiento y una especial obediencia al Sucesor de Pedro, siguiendo las directrices emanadas por la Sede Apostólica. Por otro lado el Papa recuerda que todas las iniciativas que se tomen y sean promovidas por la Conferencia Nacional de Religiosos o por otras estructuras de coordinación regional o local deben tener la supervisión y estar bajo la responsabilidad concreta de los Superiores Mayores de las Órdenes y de los obispos diocesanos.

En este sentido el Papa se dice preocupado por la "refundación" de ciertas congregaciones y la confusión e inseguridad que causa en algunos de ellos la desviación del carisma original. "Se trata sobre todo --explica Juan Pablo II--de partir de nuevo de Cristo, examinar con humildad y generosidad el problema y sentirse miembros de la Iglesia. El Santo Padre termina su discurso insistiendo en la necesidad de una sólida formación integral de los candidatos a la vida consagrada.

 

XXX ANIVERSARIO DE LA FEDERACIÓN DEL VOLUNTARIADO CRISTIANO

"Intensificad vuestro empuje apostólico para responder a la urgencia de los que están obligados a vivir en condiciones de dificultad o de abandono". Esta fue la exhortación de Juan Pablo II, a los participantes en la Asamblea de la Federación de Voluntariado Cristiano, en el trigésimo aniversario de su fundación.

El sábado a última hora de la mañana el Santo Padre Juan Pablo II recibió, en la Sala Clementina del Vaticano, a los participantes en la Asamblea de la Federación de Organismos Cristianos del Servicio Internacional para el Voluntariado. El Papa, tras haberles saludado, se refirió a la Asamblea anual que están celebrando en el trigésimo aniversario de su fundación. Esta federación, recordó el Pontífice, nació después del Concilio Vaticano II, gracias a la iniciativa de algunos fieles laicos, animados por mi venerado predecesor, el Siervo de Dios Pablo VI.

Desde el inicio, prosiguió diciéndoles Juan Pablo II, vuestra federación se ha distinguido, en el ámbito de la cooperación entre los pueblos, por el esfuerzo que constantemente ha promocionado para el desarrollo de los más necesitados, a través de la acción generosa de millares de voluntarios, enviados por los varios Organismos que componen la Federación, desde 1972 hasta nuestros días, a los Países denominados del Tercer Mundo. Vuestras Asociaciones están actualmente presentes en los cinco Continentes, donde realizan importantes proyectos de solidaridad, en colaboración con las Iglesias locales y con los misioneros.

El cristiano, reiteró el Papa, está llamado a ser un medio, a través de su dedicación al prójimo, para que los hermanos puedan experimentar la ternura providencial del Padre celeste. El amor al prójimo, para no desfallecer, necesita forjarse en el crisol de la caridad divina. Esto supone momentos largos de oración, la constante atención en la escucha de la Palabra de Dios y, sobre todo, una existencia centrada en el misterio de la Eucaristía.

Juan Pablo II finalizó su discurso a los participantes en la Asamblea de la Federación de Organismos Cristianos del Servicio Internacional para el Voluntariado, manifestándoles que el secreto de la eficacia de todos sus proyectos es, por lo tanto, la constante referencia a Cristo. Precisamente este año, muchos de vuestros amigos han dado testimonio, distinguiéndose como auténticos y generosos agentes del Evangelio, incluso hasta llegar al sacrificio de la propia vida. Siguiendo su ejemplo, caminad con confianza. Es más, intensificad vuestro empuje apostólico para responder a la urgencia de los que están obligados a vivir en condiciones de dificultad o de abandono. Que la Virgen Inmaculada os proteja y os haga artífices de justicia y de paz.

 

RELIGIOSAS DE SANTA CATALINA CELEBRAN IV CENTENARIO CONGREGACIÓN

Juan Pablo II recibió el jueves en audiencia, a una delegación de Religiosas de Santa Catalina, que celebran el IV centenario de la aprobación de su Congregación y el 450 aniversario del nacimiento de su fundadora, la Beata Regina Protmann.

En su saludo - destacando precisamente este doble jubileo - el Santo Padre invitó a las "hijas de la Madre Regina", a renovar, en "fidelidad al carisma de su fundadora, su entrega al compromiso que ella les ha dejado de llevar el amor de Dios a las personas que lo buscan y a los que sufren".

Tras recordar que Regina Protman vivió la "verdadera reforma religiosa, en el seguimiento de Cristo", Juan Pablo II hizo hincapié en la misión de esta Beata que testimoniaba a Dios en su servicio a los pobres, enfermos y niños. Además de consolar a los afligidos, cuidar a los enfermos y educar a los niños -señaló asimismo el Pontífice- esta religiosa rezaba constantemente; para ella la oración era el cimiento de la caridad activa.

 

150 ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN DEL COLEGIO PONTIFICIO BEDA

El Santo Padre recibió el lunes a los miembros de la Comunidad del Colegio Pontificio Beda, en el marco del 150 aniversario de su fundación. Juan Pablo II recordó que esta fundación nació del que entonces era el Colegio Pío, en una época de grandes dificultades, cuando en Inglaterra numerosos anglicanos decidieron elegir la Ordenación sacerdotal de la Iglesia Católica.

En su saludo a los miembros de este Colegio Pontificio dedicado al ilustre santo inglés, San Beda - proclamado doctor de la Iglesia por León XIII - el Papa destacó el importante servicio a la Iglesia que ofrecen, gracias a la generosidad de los Obispos de Inglaterra y Gales, abriendo sus puertas también a alumnos de numerosos países.

 

X EDICIÓN DEL CONCIERTO DE NAVIDAD EN EL VATICANO

El Papa recibió el viernes a los artistas del tradicional Concierto de Navidad en el Vaticano y que se emitirá el mismo día de Navidad a través de la emisora de TV privada "Canale 5". En sus palabras, el Santo Padre agradeció la colaboración de todos los que participarán en el evento: artistas, grupos musicales, orquesta y coros, directores, presentadores, promotores y organizadores de la velada. "Que esta exhibición --dijo el Pontífice-- pueda ser motivo de satisfacción y ocasión de alegría y serenidad para los que participan en ella y los que la podrán ver a través de la TV.

La finalidad de la cita artística navideña, que este año ha llegado a su décima edición, es bien conocida: sirve para contribuir en el esfuerzo de la diócesis de Roma para la construcción de nuevas iglesias y estructuras pastorales en las zonas periféricas de la ciudad, destinadas a desarrollar en ellas los programas de nueva evangelización. El Papa felicitó las fiestas a todos los que participarán en el concierto de Navidad: "Deseo -dijo--, que contemplando en el nacimiento al Hijo de Dios, que para vuestra salvación se ha hecho niño, podáis experimentar la alegría del amor que tiene para todos los hombres.

 

ÁNGELUS: "NAVIDAD ES LA FIESTA DE LA FAMILIA"

"Navidad es la fiesta de la familia, porque Dios, naciendo en una familia humana, la ha elegido primera comunidad consagrada por su amor". Fueron palabras del Papa en el Ángelus del domingo, en el que también que bendijo las estatuillas del niño Jesús que los niños romanos colocarán en sus nacimientos.

En la plaza de san Pedro se respiraba ya un clima navideño. Al lado del nacimiento monumental, aún en fase de construcción, fue levantado el árbol de Navidad ofrecido este año por Croacia. El mismo Santo Padre se hizo eco de este ambiente, y a mediodía, asomándose como es habitual en el balcón de su estudio para dirigir el rezo del Ángelus, renovó públicamente su agradecimiento al pueblo croata por este gentil don que se erige al lado mismo del Belén a los pies del obelisco central de la plaza de san Pedro.

Y como es tradicional por estas fechas, Juan Pablo II bendijo las pequeñas estatuillas del niño Jesús que los niños romanos colocarán en sus nacimientos. "Os saludo con afecto y os doy las gracias, porque vuestra alegría concuerda perfectamente con el espíritu de gozo típico del tercer domingo de Adviento".

Pienso en los pesebres que junto a vuestros padres y profesores habéis preparado en vuestras casas y en vuestros colegios --continuó diciendo el Papa. En la cueva, junto a la Virgen y san José, pondréis al niño Jesús que tenéis ahora entre las manos. El Belén se convertirá así en el centro de las aulas en las escuelas y en el corazón de vuestras familias.

"Navidad es por excelencia la fiesta de la familia, porque Dios, naciendo en una familia humana, la ha elegido primera comunidad consagrada por su amor". Y hablando de la "familia" el Santo Padre recordó que del 22 al 26 de enero próximo tendrá lugar en Manila, capital de Filipinas, el IV Encuentro Mundial de las Familias. El primero tuvo lugar en Roma en 1994, año Internacional de la familia. Tres años después siguió la memorable reunión de Río de Janeiro. En el 2000, las familias del mundo entero se encontraron en Roma en ocasión del Gran Jubileo. La próxima cita ha señalado el Papa servirá para relanzar, en el tercer milenio, el "Evangelio de la familia".

Doy las gracias a todos los que están trabajando en la preparación de este importante encuentro en Manila, deseo que la participación de las familias sea lo más grande posible. El mundo tiene necesidad de un signo de esperanza que llegue precisamente de las familias cristianas.

Y antes de la oración mariana del Ángelus, Juan Pablo II confió esta cita mundial a María santísima, Reina de las familias. "A Ella pedimos que proteja las familias de todas las partes de la tierra, especialmente las que viven situaciones de mayor pobreza y dificultad". El Papa pidió que cada pequeño núcleo familiar abra las puertas al Señor que vendrá por Navidad para traer al mundo la alegría, la paz y el amor.

 

PARROQUIA ROMANA DE SAN JUAN NEPOMUCENO NEUMANN

El Santo Padre Juan Pablo II presidió el domingo por la mañana la Eucaristía, en el Aula Pablo VI del Vaticano, con los fieles de la Parroquia romana de San Juan Nepomuceno Neumann. En su homilía, el Papa les repitió la invitación del Apóstol Pablo a los fieles de Tesalónica: "Hermanos, estad siempre alegres", y lo hizo recordando que este domingo viene llamado "Gaudete", por la proximidad de la Navidad.

"Ante las dificultades siempre presentes de la vida, ante las incertidumbres y los miedos por el futuro, ante las tentaciones del desánimo y la desilusión, la Palabra de Dios nos vuelve siempre a proponer el "alegre anuncio" de la salvación: el Hijo de Dios viene a curar "las heridas del corazón destrozado" (Is 61,1). Que esta alegría, anticipación del gozo de la Navidad ya próxima, pueda invadir cada uno de nuestros corazones y cada uno de los ámbitos de nuestra existencia".

Juan Pablo II continuó su homilía saludando a las autoridades eclesiásticas y civiles presentes en la celebración, y de un modo especial al párroco de San Juan Nepomuceno Neumann, P. Danilo Bissacco, que le había dirigido unas palabras de saludo el comienzo de la Eucaristía, y a toda la comunidad parroquial.

Refiriéndose a la parroquia, el Pontífice afirmó, que por su corta vida, sólo dos años, no cuenta todavía con un centro de culto adecuado. Por ello, y en el marco de la campaña de sensibilización que hoy celebra la Diócesis de Roma, para que todas las zonas de la Ciudad, sobre todo las más periféricas, cuenten con un templo y con unas estructuras adecuadas para desarrollar la actividad litúrgica, formativa y pastoral, el Papa hizo votos para que cuanto antes se haga realidad este proyecto.

Juan Pablo II concluyó su homilía invitando a los feligreses de la Parroquia de San Juan Nepomuceno Neumann a ocuparse de los niños y adolescentes y a sostener a las familias, de modo particular a las más jóvenes, pobres y en dificultad. "Que os proteja vuestro celestial patrono, este gran obispo misionero, extraordinario pionero del Evangelio en Norteamérica a mediados del siglo diecinueve, que en su corta existencia se consumió por el Señor, por la Iglesia y por el pueblo que le fue confiado". "Dirijamos nuestra mirada a María, "causa" de la verdadera y profunda alegría, para que nos obtenga aquel gozo que viene de Dios y que nadie nos pueda nunca quitar".

 

SANTA MISA PARA LOS UNIVERSITARIOS DE LOS ATENEOS ROMANOS

El martes por la tarde, el Papa presidió la Santa Misa para los universitarios de los Ateneos Romanos, en la Basílica de San Pedro. Cita tradicional de cada año en este período de Adviento. En su homilía, evocando las palabras del profeta Isaías "Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios", con las que se abre el Libro de la Consolación y con las que el Profeta anuncia dichosamente la liberación al pueblo exiliado, el Papa destacó que este mismo anuncio vale también para nosotros. E hizo hincapié en que el "nacimiento de Cristo es anuncio consolador para toda la humanidad".

La gloria de Dios es la gloria de los hombres, reiteró el Santo Padre, recordando luego que sólo Dios con su omnipotencia sostiene el universo y guía a los hombres y su historia. Destacando la importancia de la pastoral universitaria que la Iglesia promueve en los centros de estudio y de investigación científica, Juan Pablo II señaló la especial atención que merece la formación integral de los jóvenes. Para poder preparar a la juventud en las tareas de la vida, educándolos a asumir sus responsabilidades también en las familias y en la sociedad y no sólo en su preparación profesional sino también en la humana y espiritual.

 

50 AÑOS DE PRESENCIA DE LA SANTA SEDE EN LA UNESCO

"¡Qué la celebración de este aniversario afiance el compromiso de todos en trabajar incansablemente al servicio del verdadero diálogo entre los pueblos, a través de sus culturas. Con el fin de que aumente cada vez más la conciencia de pertenecer a una misma familia humana. Y de que la paz del mundo quede garantizada cada vez más" Con estas palabras, Juan Pablo II sintetizaba en un Mensaje su anhelo de que el quincuagésimo aniversario - que se cumplía el martes - de la presencia de la Santa Sede en la UNESCO sea algo más que la conmemoración de una fecha.

En este Mensaje que fue leído en la sede de la UNESCO, en París, el Papa evoca el recuerdo luminoso del Beato Papa Juan XXIII, Angelo Roncalli, que fue el primer Observador Permanente de la Santa Sede ante este organismo. Luego, el Pontífice hace hincapié en los deseos que, "inmediatamente después del segundo conflicto mundial del siglo XX" impulsaron el nacimiento del Organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Es decir el profundo anhelo de las Naciones de "vivir en paz, justicia y libertad" y de "promover activamente la misma paz, por medio de una cooperación internacional nueva, marcada por un espíritu de asistencia recíproca y fundada en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad".

Reiterando una vez más la importancia de "la educación a la paz y solidaridad entre los hombres" - como se afirma también en la Constitución de la UNESCO fechada en 1945 - Juan Pablo II señala que en la actualidad "esas intuiciones quedan ampliamente confirmadas" con el "fenómeno de la globalización". Fenómeno que se ha vuelto una "realidad que caracteriza el ámbito económico y político, así como el cultural, con algunos aspectos positivos y otros negativos". En este contexto, el Santo Padre invita nuevamente a tomar conciencia ante la responsabilidad de organizar "una verdadera solidaridad mundial". La "única capaz de dar a nuestro planeta un porvenir de seguridad y paz duradera".

"En virtud de la misión que Cristo, su fundador le encomendó, de ser sacramento de salvación, la Iglesia no cesa de hablar y actuar en favor de la justicia y la paz. E invita a las Naciones al diálogo y al intercambio, sin descuidar ningún factor", recuerda el Santo Padre y destaca luego que, por el bien de toda la humanidad, "la Iglesia sabe que invitando a nuestros contemporáneos a buscar con firmeza y pasión la verdad sobre ellos mismos, persigue la auténtica libertad de todos los hombres". Para que, de este modo, dejen de escuchar otras voces, que los invitan por caminos más fáciles. Y no se pongan al servicio de lo superficial y del poder.

El Papa subraya asimismo que "la Iglesia Católica enviada a todos los pueblos de la tierra, no está ligada a ninguna raza, nación o costumbre en particular…". Aún más, "la Iglesia expresando su catolicidad y unidad, expresa al mismo tiempo su fe. Y se esfuerza en respetar todas las culturas humanas en su tarea misionera y pastoral. Y, finalizando su Mensaje a la UNESCO, expresa satisfacción por el trabajo realizado en estos años y alienta a proseguir con determinación en la tarea de hacer que los pueblos se acerquen pacíficamente entre sí, por medio de sus culturas. Teniendo en cuenta que la dimensión religiosa y espiritual de los individuos forma parte de su historia.

 

IV CENTENARIO DE LA ORDENACIÓN DE SAN FRANCISCO DE SALES

Las obras de San Francisco de Sales "siguen siendo aún hoy parte importante de la literatura clásica, signo de que su enseñanza sacerdotal y episcopal encuentra eco en el corazón del hombre y alcanza sus anhelos más profundos". Lo recuerda Juan Pablo II en un Mensaje enviado al Obispo de Annecy, con motivo del IV centenario de la ordenación episcopal de este Santo Obispo de Ginebra, que fue "una de las más grandes figuras de la Iglesia y de la historia".

La celebración tuvo lugar el domingo 7 en esta diócesis francesa. Pues, fue precisamente el 8 de diciembre de 1602, cuando Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia fue consagrado Obispo. "Consejero de Papas y príncipes, poseía grandes cualidades espirituales, pastorales y diplomáticas", reitera asimismo el Pontífice, destacando luego la importante obra de San Francisco de Sales en favor de "la unidad y de la comunión de la fe". Este santo que es también Patrono de los periodistas, confiando siempre en Dios, "en la caridad que todo lo puede, en la ascesis y en la oración", recuerda también el Pontífice, se distinguió por su "dulzura, sabiendo manifestar la misericordia y la paciencia divina a los que acudían a él".

 

INTENCIÓN GENERAL DEL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN PARA DICIEMBRE

"Para que, mediante la ayuda de las familias y de políticas sociales adecuadas, los niños sean defendidos y estén protegidos de toda forma de violencia en el mundo entero"

En este mes de diciembre, Juan Pablo II nos invita a rezar "para que, mediante la ayuda de las familias y de políticas sociales adecuadas, los niños sean defendidos y estén protegidos de toda forma de violencia en el mundo entero". Esta intención general que propone el Santo Padre para el Apostolado de la Oración evoca las palabras que pronunció el Pontífice en su Mensaje "Urbi et Orbi", en la Solemnidad de la Navidad del Gran Jubileo.

El 25 de diciembre del Año Dos mil, Juan Pablo II deseaba "Paz en la tierra a los hombres que Dios ama". Y dirigía el "gozoso anuncio de Navidad" a los "pueblos que en todas partes del mundo se encaminan con valentía hacia los valores de la democracia, de la libertad, del respeto y de la acogida recíproca, a cada persona de buena voluntad, sea cual sea la cultura a la que pertenece".

El Santo Padre hacía hincapié en el don del Niño Jesús a la humanidad, recordando que el Salvador nacido en Belén pide a todos los pueblos que "se respete a toda persona, sobre todo si es pequeña y débil". Que "se renuncie a cualquier forma de violencia, a las guerras, a los abusos y a los atentados contra la vida".

El mismo Papa había querido iniciar la serie de solemnes celebraciones jubilares, precisamente, con el Jubileo de los Niños. "Comenzando por vosotros niños y adolescentes" - afirmaba Juan Pablo II el 2 de enero de 2000 - "la Iglesia os pone en el centro de la atención de los creyentes".

El Papa, destacando la alegría con la que los niños y muchachos llenaban la Plaza de San Pedro "por el don que el Padre nos ha hecho enviándonos a su Hijo Jesús, para que fuera nuestro hermano", los invitaba a testimoniar al mundo que, "acogiendo a Jesús en medio de nosotros, es posible hacer que la humanidad se convierta en una gran familia".

Al inicio del nuevo año, Juan Pablo II señalaba, una vez más, que no podemos olvidar a todos los menores que "sufren a causa del hambre y de la violencia, y a los que son víctimas de formas horribles de explotación. No podemos olvidar a los numerosos niños a los que se niega incluso el derecho a nacer". Y reiteraba que "cuando las personas quieren construir un mundo ignorando a Dios y su ley, de hecho crean una situación de injusticia y sufrimiento cada vez mayores".

En su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 1996, Juan Pablo II dirigía su pensamiento, una vez más, "a los niños y a sus legítimas aspiraciones de amor y serenidad". Y añadía "siento el deber de recordar particularmente a los marcados por el sufrimiento, quienes a menudo llegan a adultos sin haber experimentado nunca lo que es la paz. La mirada de los pequeños debería ser siempre alegre y confiada; sin embargo con frecuencia está llena de tristeza y miedo: ¡ya han visto y padecido demasiado en los pocos años de su vida!

En este mismo documento, como en otras numerosas oportunidades, Juan Pablo II indicaba que "hacerse pequeños como los niños - confiados totalmente al Padre, revestidos de mansedumbre evangélica, más que un imperativo ético, es un motivo de esperanza. Incluso allí donde fuesen tales las dificultades que desanimasen y tan poderosas las fuerzas del mal como para atemorizar, la persona que sabe encontrar la sencillez del niño puede volver a esperar: lo puede ante todo el creyente, consciente de que cuenta con un Dios que quiere la concordia de todos los hombres en la comunión pacífica de su Reino; pero lo puede también quien, aun sin participar del don de la fe, cree en los valores del perdón y de la solidaridad, y en ellos entrevé - no sin la acción secreta del Espíritu - la posibilidad de dar un rostro nuevo a la tierra.

El Santo Padre dirigía un llamamiento "con confianza a los hombres y mujeres de buena voluntad" de todo el mundo: "¡Unámonos todos para combatir cualquier forma de violencia y derrotar la guerra! ¡Creemos las condiciones para que los pequeños puedan recibir como herencia de nuestra generación un mundo más unido y solidario! ¡Demos a los niños un futuro de paz! Ésta es la llamada que dirijo …invitando a cada uno a ayudar a los niños a crecer en un clima de auténtica paz. Es un derecho suyo y es un deber nuestro."

 

DECLARACIONES DEL CARDENAL LAW TRAS SU DIMISIÓN

El cardenal Bernard Francis LAW, arzobispo de Boston (Estados Unidos) manifestó el viernes, en unas declaraciones, su gratitud al Santo Padre por haber aceptado su renuncia como arzobispo y expresó su ferviente deseo de que esta acción pueda conducir a la archidiócesis de Boston a la reconciliación y a la unidad de la que están desesperadamente necesitados. El purpurado solicitó también el perdón de todos los que hayan sufrido por sus faltas y errores y manifestó su profunda gratitud a los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos con los que ha trabajado.

El cardenal Law extendió su agradecimiento a todos los que han trabajado con él al servicio del bien común, incluyendo a las comunidades ecuménicas, hebreas, e interreligiosas en general, así como a las autoridades y la sociedad civil. "Las particulares circunstancias del momento sugieren una partida tranquila -manifestó el cardenal- que pidió además que se le recuerde en las oraciones.

 

EXISTENCIA Y COLABORACIÓN ENTRE DOS ESTADOS: ISRAEL Y PALESTINA
LLAMAMIENTO PARA QUE BELÉN SEA ACCESIBLE EN ESTAS FECHAS

La Santa Sede reiteró su posición favorable a la existencia y colaboración entre los dos estados, Israel y Palestina, e hizo un llamamiento para que se pueda acceder libremente a Belén en estas fiestas navideñas.

El Santo Padre recibió el jueves por la mañana en audiencia al presidente del Estado de Israel, Moshe Katsav, quien a continuación se reunió también con el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano. En estos encuentros la Santa Sede ilustró nuevamente su posición favorable a la existencia y colaboración entre los dos estados, Israel y Palestina y la necesidad de alcanzar una rápida conclusión del conflicto actual.

En una declaración, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, añadió que, en particular se ha dirigido un llamamiento para el acceso libre a Belén con ocasión de las celebraciones de las próximas fiestas navideñas.

 

DIALOGO INTERRELIGIOSO LEAL COMO CONTRIBUCIÓN A LA PAZ

El Santo Padre recibió el jueves al presidente de la República de Singapur, quien posteriormente se reunió también con el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Jean-Loius Tauran. Durante estos encuentros, según una declaración del director de la Sala de prensa, Joaquín Navarro Valls, se trató sobre las óptimas relaciones Iglesia-Estado y las iniciativas de cooperación en materia cultural. Se subrayó también la necesidad de un diálogo interreligioso leal como contribución a la paz y a la estabilidad en la región y en el mundo.

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE BOSTON (ESTADOS UNIDOS)
Juan Pablo II ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis presentada por el Cardenal Bernard Francis LAW, en conformidad al canon 401 § 2 del Código de Derecho Canónico. En su lugar el Papa ha nombrado Administrador apostólico de Boston a monseñor Richard Gerard LENNON, obispo titular de Sufes y auxiliar de la misma archidiócesis.

ARCHIDIÓCESIS DE SAN FRANCISCO (ESTADOS UNIDOS)
El Papa ha nombrado auxiliar de la archidiócesis a monseñor Ignatius WANG, del clero de la misma diócesis, hasta ahora canciller de la Curia y director archidiocesano de la Sociedad de Propaganda Fide, asignándole la sede titular episcopal de Sitipa.

ARCHIDIÓCESIS DE MIAMI (ESTADOS UNIDOS)
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al cargo de auxiliar de la archidiócesis presentada por monseñor Gilberto FERNÁNDEZ, en conformidad a los cánones 411 e 401 § 2 del Código de Derecho Canónico.

DIÓCESIS DE LEXINGTON (ESTADOS UNIDOS)
El Santo Padre ha nombrado a monseñor Ronald William GAINER, del clero de la diócesis de Allentown, vicario judicial de la misma sede.

DIÓCESIS DE GRAND RAPIDS (ESTADOS UNIDOS)
Juan Pablo II ha nombrado obispo coadjutor de la diócesis a monseñor Kevin Michael BRITT, hasta ahora obispo titular de Esco y auxiliar de Detroit.

ARCHIDIÓCESIS DE GENOVA (ITALIA)
El Santo Padre ha nombrado arzobispo metropolitano a monseñor Tarcisio BERTONE, S.D.B., hasta ahora secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Mons. Bertone nació en Romano Canavese, provincia de Turín en 1934. Se formó en la vocación salesiana ordenándose sacerdote en 1950. En 1967, fue llamado a Roma para dirigir la cátedra de Teología Moral en el ateneo salesiano. Mons. Bertone ha pasado muchos años como profesor en esta y en otras universidades pontificias, combinando su actividad didáctica y científica con la acción pastoral en distintas parroquias romanas.

El nuevo arzobispo metropolitano de Génova que sustituye en el cargo al cardenal Dionigi Tettamanzi hoy al frente del arzobispado de Milán, colaboró en la última fase de revisión del Códice de Derecho Canónico. Desde e1980 es consultor en distintos dicasterios romanos. En 1989 fue elegido rector magnífico de la Universidad Pontificia Salesiana. En 1991 el Santo Padre lo nombró arzobispo metropolitano de Vercelli. En 1993 fue nombrado presidente de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Italiana. Desde junio de 1995, el Santo Padre lo había llamado de nuevo a Roma nombrándolo secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe para colaborar con el prefecto del dicasterio, cardenal Joseph Ratzinger.

DIÓCESIS DE MELFI-RAPOLLA-VENOSA (ITALIA)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis, presentada por monseñor Vincenzo COZZI, en conformidad al canon 401 §1 del Código de Derecho Canónico. En su lugar el Pontífice ha nombrado obispo al padre Gianfranco TODISCO, P.O.C.R., hasta ahora consejero de la Congregación de los finora Consigliere della Congregazione de "Obreros Catequistas Rurales - Misioneros Ardorini" y párroco del Santuario Mariano de Montalto Uffugo en Cosenza.

ARCHIDIÓCESIS DE PORT-AU-PRINCE (HAITI)
El Santo Padre ha nombrado auxiliares de la archidiócesis a:

  • Reverendo Pierre-André DUMAS, del clero de la misma archidiócesis, hasta ahora rector del Seminario Mayor Inter-diocesano de Port-au-Prince, asignándole la sede titular episcopal de Floriana,
  • Reverendo Padre Simon SAINT-HILLIEN, C.S.C., hasta ahora secretario permanente de la Conferencia Episcopal, asignándole la sede titular episcopal de Lamdia.

DIÓCESIS DE NGOZI (BURUNDI)
El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons. Stanislas KABURUNGU y le sucede Mons. Gervais BANSHIMIYUBUSA, Obispo Coadjutor de la misma diócesis.

DIÓCESIS DE MUYINGA (BURUNDI)
Juan Pablo II ha nombrado Obispo de la diócesis al sacerdote Joachim NTAHONDEREYE.

NUNCIO APOSTÓLICO
Juan Pablo II ha nombrado arzobispo titular de Agrópoli a monseñor Pedro LÓPEZ QUINTANA, de la archidiócesis española de Santiago de Compostela y actualmente asesor para los asuntos generales de la Secretaría de Estado, asignándole al mismo tiempo el cargo de Nuncio Apostólico.

Monseñor López Quintana nació en Barbastro el 27 de julio de 1953. Fue ordenado sacerdote en junio de 1980 y tiene la licenciatura en Derecho Canónico. Ingresó en el cuerpo diplomático de la Santa Sede en febrero de 1984, prestando sus servicios en las Representaciones pontificias de Madagascar, Filipinas, y la India. Fue nombrado asesor para los asuntos generales de la Secretaría de Estado en febrero de 1998.

COMISIÓN PONTIFICIA PARA AMÉRICA LATINA
Juan Pablo II ha nombrado consejeros de la Comisión Pontificia al cardenal Jorge María BERGOGLIO, arzobispo de Buenos Aires (ARGENTINA) y a monseñor Eusebio Oscar SCHEID, arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro (BRASIL).

CONGREGACIÓN PARA LAS CAUSAS DE LOS SANTOS
El Papa ha nombrado consultores de la Congregación a los Reverendos:

  • Mons. Jair FERREIRA PENA;
  • Don Miguel VASCO COSTA DE SALIS AMARAL;
  • y al Padre Fernando José MONTEIRO GUIMARÃES.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO III DE ADVIENTO (B): 15 de diciembre de 2002
"No, no lo soy"

Puesta la mirada en la actualidad de nuestro mundo, a propósito de la próxima venida de Jesucristo y de su presencia en medio nuestro, recordábamos el pasado domingo la consigna fundamental de la Iglesia para nosotros, cristianos: "Evangelizar"; presentar a Jesucristo a toda clase de personas; ayudar a los que ya lo conocen, para que se compenetren con Él y participen en su obra de salvación. Todo eso lo decíamos partiendo de las palabras con que Juan Bautista hacía alusión a su bautismo, contraponiéndolo al de Jesús: "Yo os bautizo con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo".

Hoy, de nuevo, tenemos ante nuestros ojos a Juan, el santo Precursor del Señor. La Liturgia nos lo coloca en primer plano, en este III Domingo de Adviento. Le oímos hoy razonar su conducta, ante quienes le preguntaban por su actuación en nombre del Sanedrín: Entonces ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?

El mensaje evangélico está tomado hoy del Evangelio según San Juan. El Evangelista había sido discípulo del Precursor, antes de serlo de Jesús. Recordaba bien su testimonio y tiene empeño en hacer resaltar la actitud de su antiguo maestro: "Este fue el testimonio de Juan, escribe, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: Tú, ¿quién eres? Sí, es un testimonio verdaderamente ejemplar y por eso, la Iglesia quiere que tomemos buena nota de él, para que también nosotros, al cumplir con nuestro deber de evangelizar, es decir, de dar testimonio de Jesús, ofrezcamos al mundo que nos rodea un testimonio válido, con palabras exactas y una vida intachable.

A las preguntas que se le hicieron, Juan respondió con sencillez y firmeza, con brevedad, con pocas palabras: "No... No lo soy". Sí, su respuesta es un monumento a la verdad. Aprende tú a decir "no" a tiempo, con sencillez y firmeza, frente a quienes vienen a hablarte con segunda intención o simplemente desorientados. Es gran cosa. Escasean en el mundo actual los que aciertan a decirlo. Y esto en cualquiera de los aspectos de nuestra vida social. Desde luego, el testimonio no puede quedarse en un aspecto negativo. Quien sabe decir "no" es porque sabe decir "sí"; conoce la verdad y sabe presentarla. Como Juan Bautista, que afirma: "Yo soy la voz que clama en el desierto...", "Yo os bautizo con agua..." Para acabar mostrando a sus oyentes la verdad: "Allanad el camino al Señor... En medio de vosotros está uno que no conocéis, el que viene detrás de mí y al que yo no soy digno de desatar la correa de las sandalias".

Amor a la verdad. Conciencia de la propia misión en la vida. Fortaleza para mantener la actitud personal; son las exigencias y las cualidades presupuestas en todo aquél que ha de actuar como testigo. Mas, si nos referimos al testimonio cristiano, entonces ya no nos basta Juan; tendríamos que añadir dos virtudes típicamente evangélicas: la humildad y el amor hacia aquellos que precisan de nuestro testimonio.

A propósito de cuanto venimos diciendo, la Catechesi tradendae afirman que: "El don más precioso que la Iglesia puede ofrecer al mundo de hoy, desorientado e inquieto, es el formar unos cristianos firmes en lo esencial y humildemente felices en su fe". Y San Pablo nos insiste hoy en la I Carta a los Tesalonicenses que debemos estar alegres en el Señor y que nuestra alegría la note todo el mundo. Ya la primera lectura nos presenta la alegría del pueblo desterrado ante el mensaje profético de salvación: "Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios". Y nos asociamos al Canto de María, la Hija de Sión: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador".

Claro que sí, toda esta alegría, toda esta firmeza, todos estos testimonios presuponen la presencia del Espíritu de Dios en nosotros. Por eso Pablo pide hoy: "Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo". Pues invoquemos al Señor, hermanos, ahora que nos preparamos a celebrar su nacimiento y digámosle con humilde fe: "Escúchanos, Señor, y danos tu Espíritu Santo. Para que nos ayude a ir a tu encuentro; para que nos haga testigos tuyos en el mundo, en que tú nos has dejado vivir".

 

VENEZUELA: "EVITEMOS LA DESTRUCCIÓN, CONSTRUYAMOS LA RECONCILIACIÓN"

El miércoles 4 de diciembre, en el curso de su Audiencia General, Juan Pablo II hacía un llamamiento con el anhelo de que "impere la paz y la concordia" en Venezuela, ante este "momento difícil de su historia". Un llamamiento que reiteran ahora los prelados de la Conferencia Episcopal venezolana con un Comunicado titulado "Evitemos la destrucción, construyamos la reconciliación".

Ante la escalada de enfrentamientos de estos últimos días en Venezuela, que amenaza con convertirse en "tragedia nacional", los Pastores venezolanos subrayan que "esta crisis tiene ya sus muertos, que no debemos olvidar, fruto del odio que se ha sembrado y cultivado". Muertos que eran "hermanos que manifestaban por sus creencias e ideales, distintos, pero sinceros, amparados por la Constitución y las leyes".

Tras hacer hincapié en que "esto no debe volver a suceder" y que "en este momento, son más apremiantes que nunca los mandamientos de Dios: 'No matarás' y 'Ama al prójimo como a ti mismo', los Obispos venezolanos lamentan la angustia de la población, "particularmente porque hay sectores armados, dispuestos a violentar la vida del otro sin mediar palabras". Y afirman: "todos los venezolanos sufrimos por este desorden, pero, de modo especial, los más pobres, víctimas de constantes injusticias y de promesas incumplidas…", los más pobres que son los que "llevan siempre la peor parte en las situaciones de conflicto y de opresión".

Los Obispos de Venezuela advierten que "todavía estamos a tiempo" para evitar la trágica ruptura social. Señalando luego que "es imperativo buscar salidas que sean pacíficas, democráticas, políticas en su más noble sentido, acordes con la voluntad manifiesta del pueblo soberano". Y, en este contexto, los prelados venezolanos recuerdan que la "Mesa de Negociación y Acuerdos, es decir, gobierno, oposición política y sociedad civil, debe continuar y fortalecerse", pero con "propuestas concretas, razonables y urgentes, por el bien del país y para evitar confrontaciones inútiles".

El comunicado de la Conferencia Episcopal de Venezuela exige asimismo de los poderes públicos "decisiones sinceras y eficaces que acojan y hagan viables dichas propuestas". Puesto que "la hora no es de recurso a legalismos o a estrategias políticas, que pueden parecer burlas y argucias, si no van cargadas de autenticidad y sentido de urgencia vital para el país".

El documento es también un apremiante llamamiento para que se respeten los medios de comunicación, en su labor de "libre servicio informativo y de promoción de los auténticos valores e intereses del pueblo venezolano", los Obispos instan a los mismos medios, nacionales y extranjeros, al ejercicio de su "responsabilidad ética y profesional, sin manipulaciones ni alarmismos, y basada en la verdad, la justicia y la paz ciudadana".

Dirigiendo su solicitud "de solidaridad democrática y humanitaria a la Comunidad Internacional, en particular, a empresas y organismos, para que no realicen operaciones y contrataciones que puedan resultar lesivos para los trabajadores, empresarios e instituciones" del país, los prelados venezolanos llaman también de forma especial al Gobierno Nacional, a la Fuerza Armada y a los organismos policiales, "para que velen y defiendan los Derechos Humanos, en particular la vida, seguridad y bienes de todos los ciudadanos, ante las amenazas y acciones de grupos violentos organizados".

Ante la próxima Navidad, los Obispos venezolanos invitan a abrir los corazones para recibir a Jesucristo, Príncipe de la Paz. Con el anhelo de que "el Dios de la Vida, que se encarna y nace de una mujer, que es Madre de Dios y Madre nuestra, María de Coromoto, Patrona de Venezuela, nos reconcilie y restaure la paz y la armonía en el corazón de cada uno de nosotros y en todas las familias".

 

FRAY LUIS DE LEÓN (II)

En la última ocasión, referíamos aquellas palabras de Fray Luis en las que expresa su maravilla y estupor por el hecho de que una mujer hubiera escrito y realizado la obra que llevó a cabo Santa Teresa de Jesús. "Que un milagro es, afirma en la carta dirigida a la Madre Ana de Jesús, Priora del Convento de Madrid, que una mujer, y sola, haya reducido a perfección una Orden en mujeres y hombres. Y otro el grado de perfección a que los redujo. Se maravilla también de su sabiduría y de la eficacia con que lleva adelante su obra reformadora y de alumbrar los entendimientos. No obstante, Fray Luis de León no se sintió condicionado por estas maravillas descubiertas en la persona de las Madre Teresa a nivel humano, espiritual y como escritora, "porque, en la alteza de las cosas que trata, y en la delicadeza y calidad con que las trata, excede a muchos ingenios". Y añade: "Y en la forma del decir y en la pureza y facilidad del estilo y en la gracia y buena compostura de las palabras y en una elegancia desafeitada, que deleita en extremo, dudo yo que haya en nuestra lengua escritura que con la de sus libros se iguale". "Y así siempre que los leo, reitera el profesor de Salamanca, me admiro de nuevo".

Decíamos que Fray Luis, a pesar de la admiración que sentía por la Madre Teresa y por sus escritos, afrontó el examen de los mismos con decisión, meticulosidad y rigor. Lo hizo, como hemos indicado en otra ocasión, desde una triple posición: como teólogo, como humanista y como crítico. Fray Luis de León, como teólogo, sabe muy bien lo que en ese momento significa "ortodoxia doctrinal". Todavía estaban muy presentes las discusiones de las diversas sesiones del Concilio de Trento, celebrado entre los años 1545 y 1563, y sus conclusiones, con una carga enorme de normas y de condenas obligadas a causa del protestantismo y otras herejías anteriores. No olvidemos que la Santa, cuando muere, lo hace con esta frase en los labios: "Doy gracias a Dios porque muero hija de la Iglesia". El agustino de San Felipe conocía muy bien no sólo las quisquillas de las aulas, sino también la amargura de la cárcel. Por experiencia sabe hasta dónde llega la penetrante y avizora mirada de la Inquisición. No desconoce tampoco las prevenciones antifeministas de teólogos e inquisidores. La Princesa de Éboli consiguió que el libro de la Vida pasase doce años requisado por la Inquisición, siendo rescatado por la Madre Ana de Jesús, fundadora y priora del convento de Madrid y a quien dirige su carta Fray Luis.

Como teólogo, Fray Luis conocía también los riesgos de unos textos doctrinales escritos fuera de las aulas de teología, por una mujer, en castellano, que no en latín, como solía hacerse casi por obligación y, como dice el teresianista P. Tomás Álvarez, "en la más candorosa intemperie. El profesor de Salamanca, en "La Perfecta Casada" se muestra poco propenso al maridaje de lo intelectual con los atributos canónicos de la mujer fuerte. Son dos cosas que hay que mantener muy diferenciadas. En la Carta-prólogo a la edición príncipe de las obras teresianas, queda claro que el texto paulino ("mulieres en Ecclesia taceant"- "En la Iglesia las mujeres estén calladas"), sigue muy vigente, "porque no siendo de las mujeres el enseñar, dice Fray Luis, sino el ser enseñadas, como lo escribe San Pablo, luego se ve que es maravilla nueva ésta". De ahí que, ante los textos y la doctrina de la Madre Teresa, Fray Luis opte por la solución de "lo maravilloso" o lo "casi milagroso". La razón está en que, según él mismo dice, "en esos libros, sin ninguna duda quiso el Espíritu Santo que la Madre Teresa fuera un ejemplo rarísimo… en muchas partes de ellos me parece que no es ingenio de hombre el que oigo, y no dudo sino que hablaba el Espíritu Santo en ella en muchos lugares".

Dejamos para la próxima ocasión el hablar de Fray Luis humanista y crítico de textos para terminar nuestro encuentro de hoy citando algunas frases vertidas por el fraile agustino en su carta a la Madre Ana de Jesús y a las religiosas del convento de Madrid, que, como hemos dicho, sirvió de Prólogo a la edición príncipe de las Obras de Santa Teresa de Jesús. "Así que, tornando al principio, si no la vi mientras estuvo en la tierra, ahora la veo en sus libros e hijas. O por decirlo mejor, en Vuestras Reverencias solas veo que son de las más parecidas a sus costumbres y son retrato vivo de sus escrituras y libros. Los libros que salen a luz y el Consejo Real me encomendó que los viese, puedo yo con derecho enderezarlos a e ese santo convento, como de hecho lo hago, por el trabajo que he puesto en ellos, que no ha sido pequeño". Fray Luis ha cotejado meticulosamente las copias destinadas a la publicación con los originales, con el fin de reducirlos a su propia pureza, tal como los dejó escritos de su mano la Santa Madre, sin mudarlos ni en palabras ni en otras cosas. Fray Luis alude a las correcciones que en las obras de la Santa introdujeron o los copistas o los confesores. Fray Luis considera un grave error pretender introducir mudanzas en lo escrito por una persona en cuyo pecho vivía Dios y que se presume que la movía a escribirlo.