"El silencio de los cielos, ha dicho el Papa con San Juan Crisóstomo, exponiendo el Salmo 18, es una voz que grita a nuestros ojos y no a nuestros oídos, la grandeza de quien los ha hecho. El Salmo 18, correspondiente a los Laudes del lunes de la segunda semana, escogido por el Santo Padre para la catequesis del miércoles, es un himno al Creador, simbolizado en el sol, al que la humanidad es grata por la vida que despierta y el bienestar que produce. Para el hombre de la Biblia, al contrario de lo que ocurría con el pueblo egipcio, el sol no es un dios, sino una criatura al servicio del único Dios y creador. La diferencia entre ambos es pues una diferencia radical. La distinción queda muy clara ya desde el Génesis: "Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche Y vio Dios que era bueno". El Salmo aparece como un díptico. La parte primera es un himno al creador, cuya misteriosa grandeza se manifiesta en el sol y la luna. La segunda parte es en cambio un himno a la Torah, a la Ley de Dios. Pero una y otra son recorridas por un mismo hilo conductor: Dios esclarece el universo con el fulgor del sol, iluminando a la humanidad con el esplendor de su Palabra contenida en la revelación bíblica. Para Juan Pablo II se trata de un doble sol: el primero es una epifanía cósmica del Creador, el segundo es una manifestación histórica y gratuita de Dios Salvador. No en vano la Torah, la Palabra divina, está descrita con rasgos "solares": "Los mandatos del Señor son radiantes, dan luz a los ojos". El Salmo se abre con una personificación admirable de los cielos, los cuales "narran", "anuncian" las maravillas de la obra divina. Tanto el día como la noche son indicados como mensajeros que transmiten la gran noticia de la creación. Testimonio silencioso, pero que se deja oír como una voz que recorre todo el cosmos. El sol es comparado con un esposo, un héroe, un campeón que, por mandato divino, realiza cada día una conquista y una carrera por los espacios siderales. La liturgia romana no es tan explícita como la oriental en el comparar a Cristo con el sol, pero describe las repercusiones cósmicas de su resurrección. La interpretación cristiana del Salmo no borra su mensaje de base que es una invitación a descubrir la palabra divina presente en la creación. En la segunda parte de la creación se afirma que hay otra palabra más elevada, más preciosa que la misma luz, la de la Revelación bíblica. De todas maneras, terminó diciendo el Papa, para quienes tienen oídos atentos y ojos no velados, la creación constituye como una primera revelación, que tiene un lenguaje propio y elocuente. "El silencio de los cielos, afirma San Juan Crisóstomo, es una voz que resuena más que la de una trompeta; es una voz que grita a nuestros ojos y no a nuestros oídos, la grandeza de quien los ha hecho". RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL Queridos hermanos y hermanas: El Salmo que hemos escuchado no es sólo una oración de extraordinaria intensidad, sino también un cántico poético al sol y a sus irradiaciones sobre la tierra. Para el hombre de la Biblia el sol no es un dios, como para otras culturas, sino una criatura al servicio del único Dios y creador, el cual alumbra el universo con el fulgor del sol e ilumina la humanidad con el esplendor de su Palabra revelada. El día y la noche, según el Salmo, son como mensajeros que transmiten, de modo silencioso, la gran noticia de la creación. El hombre puede descubrir que el mundo no está mudo sino que habla del Creador. San Pablo, en su carta a los Romanos, recuerda que "lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras" (Rm 1,20). La liturgia cristiana toma esa imagen solar del Salmo para describir a Cristo triunfante del sepulcro y su entrada en la plenitud de la vida nueva de la resurrección. Saludo con afecto a los visitantes de lengua española, en particular a los fieles de las parroquias de la archidiócesis de Valencia y a la escuela italiana "Vittorio Montiglio" de Santiago de Chile, así como a los demás peregrinos latinoamericanos. Que sepamos descubrir siempre el lenguaje elocuente de la creación como una presencia amorosa de Dios en nosotros. * * * * * * * Una vez más, como es su costumbre, el Santo Padre, terminados los saludos en las diversas lenguas, dirigió unas afectuosas palabras a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, recordando que mañana celebramos la memoria litúrgica de San Juan Bosco, sacerdote y educador. A los jóvenes les pidió que le miren como a un auténtico maestro de vida. A los enfermos les exhortó a aprender de su experiencia espiritual a confiar en Cristo crucificado en todas las circunstancias. Y a los recién casados les estimuló a recurrir a su intercesión para asumir con generoso empeño su misión de esposos.
EL PAPA EXHORTA A LOS OBISPOS DE TAIWÁN A IMPULSAR LA RECONCILIACIÓN Juan Pablo II alentó a los Obispos de Taiwán a proseguir en su atención "a los hermanos y hermanas del Continente", impulsando la reconciliación, y el amor fraterno entre todos los Católicos de la gran familia china". Juan Pablo II - en su discurso a los Obispos de Taiwán que finalizaron el martes su Visita ad Limina Apostolorum - reiteró que "cada situación que se vive es, para los cristianos, una oportunidad de mostrar el poder que la verdad de Cristo obra en sus vidas". "Sabemos que el Señor nunca nos abandonará en nuestra misión pastoral, si le encomendamos nuestra tarea", afirmó el Papa, alentando a los Obispos de Taiwán a "avanzar con valentía, seguros de que Cristo, que conoce el corazón de cada uno, estará a su lado". Tras destacar, con las Palabras del Apóstol Pablo, la preocupación de los Obispos no sólo por las Iglesias locales, sino también por las necesidades de la Iglesia en todo el mundo, Juan Pablo II expresó su satisfacción en especial por la ayuda de los prelados taiwaneses a la Iglesia en Asia, ofreciendo válidos recursos para la actividad misionera. En particular, el Papa hizo hincapié en la atención prestada por parte de los Obispos de Taiwán "a los hermanos y hermanas del continente", con quienes comparten valores culturales, espirituales e históricos. Impulsándoles en perseverar "en la promoción del entendimiento recíproco y de la reconciliación, y en el amor fraterno entre todos los Católicos de la gran familia china". Confío - afirmó Juan Pablo II - en que "estos esfuerzos, cumplidos en comunión con otras Iglesias Particulares y con la Sede de Pedro, ayudarán a superar las dificultades del pasado, de modo que se puedan promover cada vez más nuevas oportunidades de diálogo y enriquecimiento humano y espiritual". Asimismo, Juan Pablo II expresó gratitud, aprecio y aliento a los hombres y mujeres que pertenecen a los numerosos institutos de vida consagrada en Taiwán. A través de cuya generosa entrega social y obras de caridad, educación y salud han sido y siguen siendo un gran recurso espiritual para la vida de estas Iglesias particulares. Y, tras dirigir unas palabras de especial aliento a las personas dedicadas al apostolado de la oración, el Pontífice puso de relieve también el importante papel de los laicos, así como sus responsabilidades y misión. De modo especial en Taiwán, en donde son una minoría, exhortándolos a ser testimonios vivos en los quehaceres de cada día; en la defensa de la vida humana, en cada una de sus etapas; de la familia; de la promoción del bien común y del respeto de todo ser humano, de toda raza y creencia.
EL PAPA DEFIENDE LA INDISOLUBILIDAD MATRIMONIAL ANTE EL TRIBUNAL DE LA ROTA Juan Pablo II recibió en audiencia el lunes en el Vaticano a los prelados auditores, oficiales y abogados del Tribunal de la Rota Romana en ocasión de la solemne inauguración de Año Judicial. El Papa aprovechó este encuentro anual para reflexionar sobre la "unidad" y la "indisolubilidad" del matrimonio. Propiedades que ha calificado "de bien para los esposos, para los hijos, para la Iglesia y para toda la humanidad" "La mayor actividad del Tribunal de la Rota Romana, dijo el Pontífice, se centra sobre todo en las causas de anulación matrimonial. Una tarea imprescindible en el contexto de la pastoral matrimonial y familiar que requiere un continuo esfuerzo de disquisición de la verdad sobre el matrimonio y sobre la familia, condiciones necesarias para la administración de la justicia en este campo". El Santo Padre subrayó, sin embargo, que es necesario "superar la visión de la indisolubilidad como un límite a la libertad de los esposos, y por tanto como un peso". Según esta errónea concepción -dice el Papa- "la indisolubilidad es vista como una ley extrínseca al matrimonio, como una "imposición" de una norma contra las "legítimas" aspiraciones de realización de la persona. A este equívoco, se añade además, la idea según la cual, el matrimonio indisoluble afecta sólo a los creyentes, idea que por tanto no se podría "imponer" al resto de la sociedad civil. La respuesta que da al Papa a este problema es neta: "según las enseñanzas de Jesús, es Dios quien ha unido en el vínculo conyugal al hombre y a la mujer. Ciertamente, la unión se realiza a través del libre consenso de ambos esposos, pero este consenso humano se funda en un diseño que es divino". En otras palabras explica el Papa: "es la dimensión natural de la unión, y más concretamente la naturaleza del hombre plasmada por Dios mismo, la que brinda la indispensable llave de lectura de las propiedades esenciales del matrimonio". Su reforzamiento en el matrimonio cristiano, a través del sacramento, se apoya en un fundamento de derecho natural, sin el cual sería incomprensible la misma obra salvífica y la elevación que Cristo ha obrado en la realidad conyugal. En esta perspectiva, afirma Juan Pablo II, no tiene sentido hablar de "imposiciones" por parte de la ley humana, porque ésta debe reflexionar y tutelar la ley natural y divina, que es siempre verdad liberadora. "No nos podemos rendir ante la mentalidad divorcista" señala el Papa. Cuando una pareja atraviesa dificultades la "comprensión" debe ir unida a la claridad y a la fortaleza en recordar que "es el amor conyugal el camino para resolver positivamente la crisis". La postura de la Iglesia -explica el Santo Padre- es favorable a convalidar, si es posible, los matrimonios nulos. "Es verdad que la declaración de nulidad matrimonial, a través de un legítimo proceso trae la paz a las conciencias. "Pero dichas declaraciones -advierte el Papa- han de ser presentadas y realizadas en un contexto eclesial profundamente a favor del matrimonio indisoluble y de la familia en él fundada". Los mismos esposos han de ser los primeros en comprender que "sólo en la leal búsqueda de la verdad se encuentra su bien". ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA UNIÓN DE JURISTAS CATÓLICOS ITALIANOS
LA OPERA OMNIA DE SANTO TOMAS DE AQUINO EN CD-ROM El Santo Padre recibió en audiencia el viernes al Comité honorífico y la presidencia de la Asociación CAEL para Computación de los Análisis Hermenéuticos Lexicológicos. La CAEL es una Asociación nacida en 1950 para patrocinar la iniciativa del padre jesuita Roberto Busa, consistente en aplicar los recursos de la automatización informática a la Opera Omnia de Santo Tomás de Aquino. El padre Busa inició en 1941 a estudiar el lenguaje de Santo Tomás para elaborar un Index Tomísticus, es decir, un índice completo de la totalidad de los nueve millones de terminos usados por el gran teólogo, sus concordancias y oposiciones, que fue finalmente publicado en 56 volúmenes en formato enciclopédico y posteriormente en cd-rom. Juan Pablo II, que elogió esta obra, alentó la intención de esta Asociación de emprender otra iniciativa, que será llevada a cabo por un equipo internacional de jóvenes junto a estudiosos de experiencia, para elaborar un "Léxico Tomístico Bicultural", que en algunas décadas debería traducir todas las voces del enorme léxico de Santo Tomás en palabras actuales. Este Léxico considerará en Santo Tomas principalmente todo aquello que tiene en común con autores contemporáneos suyos. "En la visión sapiencial de Santo Tomás - dijo el Papa- el cosmos está regido por un único programa universal en el que todo está orgánicamente relacionado; un programa incorporado en la naturaleza del pensamiento divino, creador de la inteligencia humana que ha concebido la informática". De hecho el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, junto a otros grandes pensadores medievales, constituye uno de los fundamentos de la cultura europea y occidental y del pensamiento político moderno. Su obra recoge en síntesis admirables, la cultura de doce siglos de civilización cristiana; recurre a la Sabiduría del Antiguo Testamento y a la de la Antigua Grecia. Asimila y funde en una gran visión de toda la realidad del pensamiento de filósofos árabes y hebreos medievales.
ÁNGELUS: EL PAPA PIDE EL RECONOCIMIENTO JURÍDICO DEL EMBRIÓN HUMANO Nadie es dueño de la vida; nadie tiene el derecho de manipular, oprimir ni tampoco quitar la vida, ni la de los demás ni la propia. Así lo recordaba el Santo Padre en su alocución previa al Ángelus, en la Jornada por la Vida. Como cada domingo y día festivo el Santo Padre Juan Pablo II dirigió desde la ventana de su estudio privado la oración mariana del Ángelus, para los miles de fieles romanos y peregrinos congregados en la plaza de san Pedro. En su breve alocución antes de la plegaria a la Virgen el Pontífice se refirió a la Jornada por la vida que el domingo celebró la Iglesia Italiana. "Esta es una ocasión propicia, dijo, para reflexionar sobre un valor tan fundamental como es la vida del hombre". El tema escogido por los prelados italianos en esta ocasión es reconocer la vida. El Papa manifestó que "reconocer significa, sobre todo, descubrir con un renovado estupor lo que la misma razón y la ciencia no temen llamar un misterio. La vida especialmente la humana suscita el interrogante fundamental que el salmista expresa de un modo insuperable: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que te cuides de él? " "Reconocer significa además garantizar a todo ser humano el derecho de desarrollarse según las propias potencialidades, asegurándole la inviolabilidad desde la concepción a la muerte natural. Nadie es dueño de la vida; nadie tiene el derecho de manipular, oprimir ni tampoco quitar la vida, ni la de los demás ni la propia. Ni mucho menos puede hacerlo en nombre de Dios, que es el único Señor y el más sincero amante de la vida". "Los mártires, recordó el Santo Padre, no se quitan la vida sino que para permanecer fieles a Dios y a sus mandamientos, aceptan ser asesinados. Reconocer el valor de la vida, insistió Juan Pablo II, comporta coherentes aplicaciones en el campo jurídico, especialmente para tutelar a los seres humanos que no pueden defenderse solos como los nasciturus, los minusválidos psíquicos y los enfermos más graves o terminales. Aludiendo en particular al embrión humano, el Papa reiteró cómo la ciencia demuestra que se trata de un individuo humano que posee desde la fecundación su propia identidad. Por ello insistió, que esta identidad tiene que ser reconocida jurídicamente, sobre todo en su fundamental derecho a la vida, como pide con una valiente iniciativa el Movimiento italiano por la Vida. El Papa finalizó su alocución previa al Ángelus, confiando a la Santísima Madre de Cristo y de todos los hombres el empeño en favor de la vida, especialmente donde ésta es despreciada, marginada o violada. Que María nos enseñe a reconocer la Vida como misterio y como responsabilidad. Después del rezo del Ángelus y del responso por los fieles difuntos el Santo Padre dirigió un saludo especial en diversas lenguas a los peregrinos presentes en la plaza de San Pedro. De modo especial saludó a las familias de su Diócesis, ROMA, donde el domingo comenzó la semana diocesana de la Vida y de la Familia. También saludó a los profesores universitarios de la Universidad romana de "La Sapienza" que se han reunido para tratar el tema "El embrión como paciente", redactando una declaración final sobre la dignidad del ser humano desde la primera fase de su existencia.
VISITA PASTORAL A LA UNIVERSIDAD DE ROMA TRE Juan Pablo II subrayó la importancia que ha tenido la religión en la formación de las culturas, durante su visita el jueves por la mañana a la Universidad de Roma TRE. "El reciente encuentro en Asís ha demostrado que el auténtico espíritu religioso promueve un diálogo sincero que abre las almas a la comprensión recíproca y al entendimiento en el servicio a la causa del hombre". Juan Pablo II aludió de nuevo a la Jornada de oración del jueves pasado para volver a apostar por el diálogo entre religiones y culturas, en esta visita. El Papa, que asistía en esta ocasión a la ceremonia de inauguración del décimo año académico, fue recibido en la Facultad de Filosofía y Letras por el cardenal Camilo Ruini, vicario para la diócesis de Roma, el Rector Magnífico, Guido Fabián, y monseñor Rino Fisichella, obispo auxiliar para el sector sur de la capital. El discurso del Santo Padre se centró fundamentalmente en la relación entre la fe y la cultura. En este contexto, el Papa reafirmó que la fe ilumina el cuadro de referencia fundamental de los valores irrenunciables inscritos en el corazón de cada persona. "Basta mirar la historia con objetividad -evidenció el Pontífice- para darse cuenta de la importancia de la religión en la formación de las culturas y cuánto se ha plasmado su influencia en todo el hábitat humano. Ignorarlo o negarlo no sólo representa un error de perspectiva, sino también un mal servicio a la verdad sobre el hombre. La pasión y el rigor de la investigación no tienen nada que perder en el diálogo sapiencial con los valores intrínsecos en la religión". Por lo que respecta a la Iglesia, dijo Juan Pablo II apoyándose en el Concilio Vaticano II, "el deseo de este coloquio, que se siente movido hacia la verdad por impulso excesivo de la caridad, salvando siempre la necesaria prudencia, no excluye a nadie ni siquiera a los que cultivan los bienes esclarecidos del espíritu humano, pero no reconocen todavía al Autor de todos ellos, ni aquellos que se oponen a la Iglesia". Juan Pablo II se dirigió a los universitarios que se están preparando para contribuir en la edificación de la sociedad del mañana, subrayando que el porvenir de cada uno de ellos dependerá mucho de la seriedad con que, estos años, aborden las distintas disciplinas, instrumentos útiles de la búsqueda cotidiana de la verdad sobre sí mismos y los distintos aspectos del mundo. Tras reafirmar que una de las funciones esenciales de la Universidad consiste en ser palestra de la búsqueda de la verdad, el Papa subrayó la necesidad que tiene la humanidad de cátedras de verdad. "Si la Universidad es una forja del saber, todos los sujetos que actúan en ella deben tener como brújula de actuación la honestidad intelectual, gracias a la cual es posible distinguir lo falso de lo verdadero, la parte del todo, el instrumento del fin. Esta es una contribución significativa a la construcción de un futuro anclado a los valores firmes y universales de la libertad, la justicia y la paz". Retomando el pensamiento de Santo Tomas de Aquino, el Pontífice evidenció que cualquier conocimiento inmediato y científico se relaciona con los valores y tradiciones que constituyen la riqueza de un pueblo. Inspirándose en los valores que reúnen y distinguen a un pueblo de otro, la Universidad se convierte en cátedra de una cultura a la medida humana y como ambiente ideal para armonizar el genio individual de una nación y los valores espirituales que pertenecen a la familia humana. El Santo Padre que reiteró que el hombre vive una vida verdaderamente humana gracias a la cultura, advirtió que "cultura y culturas no deben enfrentarse sino emprender un diálogo enriquecedor para la unidad y la diversidad del ser humano". El Rector Magnifico entregó al Papa una medalla de oro como recuerdo de su visita y cinco becas de estudio para estudiantes de Países en vías de desarrollo. Juan Pablo II bendijo una placa en la que se recoge la fecha de la visita. El día anterior, el miércoles, en preparación de la visita tuvo lugar una vigilia de oración por la Paz a las 9 de la noche, presidida por Mons. Cesare Nosiglia, Vicegerente, en la Capilla Universitaria, Iglesia de san Leonardo Murialdo.
VI JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA En la celebración de la VI Jornada de la vida consagrada, Juan Pablo II participó el sábado por la tarde en la Basílica Vaticana en la solemne celebración eucarística de la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo. Como en otras ocasiones la Eucaristía fue presidida por el cardenal Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de vida Apostólica. Con el cardenal español, concelebraron el secretario del Dicasterio romano, los subsecretarios, los jefes de Oficina del mismo, así como los presbíteros religiosos miembros del Consejo Directivo de la Unión de Superiores Generales. El Papa en su homilía invitó a todos los presentes a entrar en el Templo con María y José, para meditar el misterio de Cristo, unigénito del Padre que, con su Encarnación y su pascua se ha convertido en el Primogénito de la humanidad redimida. "Esta es una fiesta, dijo el Pontífice, en la que se prolonga el tema de Cristo luz, que caracterizó las solemnidades de la Navidad y la Epifanía. Fiesta en la que también celebramos el misterio de la consagración, consagración de Cristo, consagración de María, consagración de todos los que han seguido a Jesús por amor del Reino". "Vosotros religiosos, les dijo el Papa, habéis donado totalmente vuestras vidas al Señor en la elección de la vida consagrada. Por eso, continuó, alabo con vosotros al Señor porque es amor, un amor tan grande y hermoso que merece el don inestimable de toda la persona en la insondable profundidad del corazón y en toda la vida cotidiana a lo largo de todas las edades de la existencia. Y teniendo todavía vivo el recuerdo de la Jornada de Oración por la Paz de Asís, Juan Pablo II manifestó su profunda gratitud a las comunidades religiosas que con su oración y su testimonio de fraternidad y comunión han contribuido al éxito de este encuentro. Asimismo les animó a continuar difundiendo por el mundo, como levadura, el espíritu evangélico y a manifestar con sus obras el compromiso por la justicia. El Pontífice finalizó su homilía haciéndoles un llamamiento a ser luz de verdad y de justicia, testimonio de solidaridad y de paz teniendo como modelo a la Mater Jesu que fue transformada Mater Eclesiae. Por último, Juan Pablo II dirigió la acción de gracias por el don de la vida consagrada e impartió la Bendición final.
JUDÍOS Y CRISTIANOS DEBEN TRANSMITIR RIQUEZAS Y VALORES COMUNES "Los valores comunes de cristianos y judíos nos invitan a promover la paz y el respeto entre todos los hombres" . El Santo Padre envió un mensaje al cardenal Walter Kasper, presidente de la Comisión para las relaciones religiosas con el Judaísmo, que el lunes y el martes participó en la capital francesa, junto al cardenal Jean- Marie Lustiger, arzobispo de Paris, en el encuentro organizado por el Congreso judío Europeo. Un encuentro en el que se abordó la cuestión de las relaciones entre judíos y católicos en Europa durante el Pontificado de Juan Pablo II y tras la declaración "Nostra Aetate" del Concilio Vaticano II. El Papa, que espera que esta iniciativa pueda contribuir a reforzar el diálogo entre ambas partes, escribe que en la reciente "Jornada de oración por la paz en Asís" del 24 de enero, todas las religiones se han comprometido a trabajar por la paz ofreciendo así un signo de esperanza para el mundo y recordando que "el dominio espiritual y trascendente del hombre, nos invita a promover la paz y el respeto entre todos los hombres" de la tierra. "Judíos y cristianos mantienen relaciones particulares", dice el Papa . El mensaje que nos viene del Dios de la Alianza con Moisés, los patriarcas y los profetas, pertenece a nuestro patrimonio común y nos invita a colaborar juntos para el bien de la humanidad. Después de la Declaración conciliar Nostra Aetate han sido realizados numerosos progresos en favor de una mejor comprensión mutua y de una reconciliación entre las dos comunidades, señala el Pontífice. "Judíos y cristianos -afirma finalmente, el Santo Padre- por nuestra identidad común, tenemos el deber de transmitir a las nuevas generaciones, nuestras riquezas y nuestros valores comunes, para que nunca más el hombre desprecie a su hermano, y jamás sean declaradas guerras o conflictos en nombre de una ideología que menosprecie una cultura o una religión". JUAN PABLO II, PAPA DE LA RECONCILIACIÓN
TELEGRAMA DEL PAPA POR EL ACCIDENTE DEL AVIÓN ECUATORIANO El Santo Padre "profundamente apenado" envió sendos telegramas a los nuncios en Colombia y Ecuador en los que hace "presente su tristeza y preocupación por la tragedia del avión ecuatoriano que, con 92 personas a bordo entre ellas tres religiosas de Nuestra Señora de la Presentación, se estrelló el lunes. "En estos momentos de dolor y angustia el Sumo Pontífice eleva sus plegarias por los pasajeros desaparecidos y sus familias. El avión de Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME), se estrelló contra la ladera occidental del volcán Cumbal, en territorio colombiano, cuando cubría la ruta Quito-Tulcán-Cali. En la lista de pasajeros del avión figuraban también los españoles María Jesús Ginés y José María Grau, 43 colombianos y numerosos ecuatorianos.
TELEGRAMA DE PÉSAME POR EL INCENDIO DE UN POLVORÍN MILITAR EN LAGOS Profundo pesar de Juan Pablo II ante la tremenda tragedia ocurrida el lunes en Nigeria, que se ha cobrado numerosas víctimas en Lagos, al incendiarse un arsenal militar en esta capital. En un telegrama enviado, por el Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano en nombre del Papa, al Arzobispo, Anthonu Okegie, y a las autoridades nigerianas, se lee que el Pontífice invoca al Todopoderoso para que bendiga y consuele a los familiares de los fallecidos, y alivie el sufrimiento de los heridos y damnificados. Así como asegura sus oraciones, en especial, por aquellos que están dedicados a las tareas de rescate y ayuda a los sobrevivientes de este terrible desastre. La mayoría de las víctimas se ahogaron tras lanzarse al agua en un intento de huir de las bolas de fuego y de las explosiones provocadas por el incendio, al parecer por causas fortuitas, y que provocó el pánico en la capital financiera de Nigeria.
CARTA AL ENVIADO DEL PAPA PARA LA X JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO El sábado se hizo pública la Carta que el Papa dirigió al arzobispo Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, nombrándole su Enviado Especial para las celebraciones de la X Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar en el Santuario de Nuestra Señora de la Salud de Vailankanni, en la India, el 11 de febrero. El Santo Padre recuerda que este Santuario es conocido como "el Lourdes de Oriente" y evoca las figuras de dos mujeres que han desarrollado su abnegado y heroico apostolado al servicio de los que sufren y de los moribundos. Es decir, la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad, y la beata María Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de la Sagrada Familia, que Juan Pablo II elevó al honor de los altares en el Gran Jubileo del Año Dos mil.
ARCHIDIÓCESIS
DE MORELIA (MÉXICO) ARCHIDIÓCESIS
DE BRISBANE (AUSTRALIA) CONSEJO
PONTIFICIO COR UNUM ACADEMIA
PONTIFICIA PARA LA VIDA
DECLARACIÓN DEL DIRECTOR DE LA OFICINA DE PRENSA DE LA SANTA SEDE "Pablo VI nunca manifestó la intención de vender la Piedad de Miguel Ángel para donar el dinero obtenido de la venta a los pobres". En unas declaraciones a los periodistas, el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls aseguró que esta noticia carece completamente de fundamento. El portavoz añadió que "fue precisamente Pablo VI quien, tras una exposición de la Piedad en Estados Unidos, dio indicaciones precisas para que la escultura de Miguel Ángel no pudiese salir más del Vaticano sin un permiso especial del Santo Padre por medio de la Secretaría de Estado".
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO DOMINGO
IV DEL TIEMPO ORDINARIO (A): 03.02.02 La escena evangélica de este día se actualiza una vez más: El Maestro se sienta, se acercan los discípulos y él se pone a hablar enseñándoles. El Maestro es siempre Jesucristo. Los discípulos somos nosotros cuando cada domingo nos acercamos a él en actitud de fe, para escuchar sus palabras. "Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña....". Y, es que, en realidad, el monte es el mismo Jesucristo. Pues qué, ¿no es en él, en quien se han hecho vida todas las Bienaventuranzas del Reino? Él, "siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza". Jesucristo, "manso y humilde de corazón". Que lloró ante la tumba de Lázaro y luego frente a la ciudad de Jerusalén. Experimentó el hambre y la sed, en el desierto y en la cruz. Y ¿quién ha tenido jamás entrañas de misericordia, como Jesús frente a la muchedumbre del pueblo, que le seguían hasta el desierto, para escuchar sus palabras, y andaban "como ovejas sin pastor"? Jesucristo, "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"; "limpio de corazón". Nadie sirvió jamás la causa de la paz, como aquél que "es nuestra paz". Y, si hablamos de los que padecen persecución por causa de la justicia, ¿quién podría compararse con aquél que "fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros pecados"? La lección de hoy es una síntesis acabada de toda la doctrina cristiana, norma segura de la perfección evangélica, ideal para cuantos aspiran a seguir al Maestro de cerca, la meta hacia la que han de dirigir todos sus pasos cuantos luchan por alcanzar la santidad, aspirando a conseguir la corona incorruptible prometida a los vencedores. Empieza con estas palabras: "Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos". Desgraciadamente, no siempre, aquellos que suelen hablar de pobreza, saben captar el contenido de estas palabras. Los falsos profetas de todos los tiempos han pretendido apoyarse en ellas, para programar sus reivindicaciones de tipo económico y socio-político. Y nada más lejos del Evangelio. La mera pobreza material no es la que aquí se ensalza, sino aquella que es expresión de una fe a toda prueba. El sentido de esta pobreza bienaventurada hay que buscarlo en las expresiones de los profetas, cuando anunciaban de parte de Dios la salvación del "resto de Israel", tras la ruina de la nación: "Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor". Pobres de Yahvé fueron aquellos que, probados por la pobreza y la opresión, conservan siempre el sentido de Dios y esperan, "contra toda esperanza", la llegada de la salvación. De este resto fueron aquellos buenos israelitas que, cuando Jesús empezó su predicación del Evangelio del Reino, aceptaron sus palabras y le siguieron. Y cuantos en la primitiva Iglesia y a lo largo de toda su historia, se han abrazado con la pobreza, para verse libres de la esclavitud del dinero y marchar sin estorbos por los caminos del mundo, hacia la casa del Padre. Las que siguen: "Dichosos los sufridos", "Dichosos los que lloran", "Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia", vienen a ser variantes de un mismo tema. Reiteración de la primera bienaventuranza, subrayando distintos aspectos y facetas de la pobreza evangélica. De una u otra forma, nos recuerdan a cuantos, "oprimidos" por las injusticias de este mundo a causa de su fe, "toman su cruz cada día y siguen a Jesucristo". En el Sermón, tal como nos lo ha trasmitido San Mateo, siguen otras tres bienaventuranzas, que dicen relación con las cualidades de todos aquellos discípulos, que acaban por convertirse en colaboradores del Maestro, en la predicación del Evangelio: "Dichosos los misericordiosos", "Dichosos los limpios de corazón", "Dichosos los que trabajan por la paz". Si las anteriores miran a la vida personal de los verdaderos discípulos, estas otras presentan a nuestra contemplación el panorama auténtico de la actividad apostólica. La última de todas ellas: "Dichosos los perseguidos por causa de la justicia" es ya revelación de los misteriosos caminos de Dios, para llevar a cabo la obra de la redención. Así, sus elegidos acabarán triunfando con el Señor sobre todos los enemigos del Evangelio. Se anunciaba ya la pasión y muerte de Jesucristo y el desfile glorioso de sus testigos que proclaman en el mundo que "Jesucristo es el Señor".
LA CHARTA OECUMENICA SUSCITA INTERÉS EN MUCHAS PARTES DE EUROPA El Comité Conjunto de la Conferencia de las Iglesias Europeas y del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas han expresado su satisfacción por el amplio interés que ha suscitado la "Charta Oecumenica" en muchas partes de Europa, y ha aprobado al respecto algunos proyectos para que se prosiga en este camino. El Comité ha decidido la publicación de un volumen sobre el Encuentro Ecuménico Europeo de Estrasburgo, en abril de 2001, en el curso del cual precisamente tuvo lugar el lanzamiento de la Charta Oecumenica. El volumen incluirá el texto de este documento, reflexiones, testimonios sobre su puesta en práctica en la vida de las iglesias en diversas regiones de Europa, sugerencias e indicaciones para ulteriores iniciativas inspiradas en este campo.
ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA UNIÓN DE JURISTAS CATÓLICOS ITALIANOS "La crisis que culmina con la separación y el divorcio es siempre un factor de laceración humana, social y espiritual gravísima". Así lo ha afirmado recientemente el presidente de la Unión de juristas católicos italianos, Francesco D'Agostino, en una entrevista concedida a Radio Vaticano tras la audiencia del Santo Padre al Tribunal de la Rota Romana, el martes 29 de enero, en la que el Papa defendió la indisolubilidad matrimonial. Para D'Agostino las palabras del Pontífice fueron una advertencia para que los juristas en general, y los abogados en particular, no continúen banalizando, como sucede a menudo, la crisis interior de la familias de hoy. "Las palabras que el Papa dirige a jueces y abogados tienen un significado espiritual y religioso - opinó el jurista católico- pero es justo interpretarlas con una perspectiva más amplia, dirigida a todos los actores del derecho". Para D'Agostino la intervención de Juan Pablo II no es una interferencia en el sistema jurídico italiano, como ha interpretado una pequeña parte de los jueces y los abogados. "La afirmación del Papa sobre el efecto devastador del divorcio no tiene una matriz religiosa o espiritual, es una fotografía exacta de la realidad social de hoy. Es una exigencia de honestidad intelectual reconocer que el ordenamiento jurídico y social no puede asistir, pasiva e indiferentemente, a la multiplicación de las crisis familiares". El jurista manifiesta la necesidad de tomar seriamente el hecho de que la crisis de la familia es un patología social y los juristas deben ser los que la combatan. Francesco D'Agostino explica además que "el hecho de que el ordenamiento jurídico admita el divorcio no significa que deba ser juzgado con banalidad o favorecerlo. Es posible interpretar la presencia de una legislación divorcista como un trágico reconocimiento de la existencia de situaciones extremas frente a las cuales no es posible mantener, desde el punto de vista de la sociedad civil, la relación conyugal; pero al mismo tiempo cada juez y cada abogado en particular debe ser consciente de que su labor no es la de un simple operador formal del derecho. El abogado debe interrogarse sobre el bien del propio cliente, y sólo entonces podrá actuar con un espíritu deontológico correcto como abogado. El presidente de la Unión de juristas reconoce si embargo que las exigencias de la ética son siempre difíciles y nunca es fácil traducirlas inmediatamente a la vida cotidiana. "Pero precisamente por esto -añade- existe la necesidad de un compromiso casi heroico en ciertos contextos. Debemos reconocer que la invitación a todos los juristas para que mantengan un sólido compromiso ético en su profesión, equivale a una invitación a mantener la conciencia de la altura moral de su profesión. El abogado no es un burócrata que plasma el sello en un documento predispuesto por otros y en el que no tiene ninguna responsabilidad. El abogado es el que, al lado de su cliente y junto a él contribuye a construir, y remodelar la dinámica social. Y no es posible que esta dinámica sea abandonada a la banalización que por desgracia nos rodea y que se manifiesta en forma de crisis de la familia desconcertantes. El presidente de la Unión de juristas católicos italianos traduce la intervención de Juan Pablo II a las personas que cotidianamente viven las dificultades que presenta la vida en pareja: "No debe creerse que la separación o el divorcio sean automáticamente una terapia para las situaciones difíciles. Muchas veces las separaciones o el divorcio agravan los dramas de la vida familiar. "Para los jueces y los abogados el llamamiento del Papa significa que deben potenciar el sentido deontológico de su profesión y comprender que su dignidad como profesionales depende del grado en que ejerciten el trabajo cotidiano con la perspectiva del bien de las personas y no simplemente con la perspectiva de la renta, o de las legítimas ganancias que pueden obtener de la profesión".
LOS OBISPOS ARGENTINOS PARTICIPAN EN LA MESA DE LA CONCERTACIÓN NACIONAL Los obispos argentinos delegados por el Episcopado que participaron durante 15 días en la mesa de la Concertación Nacional, convocada por el presidente Duhalde ante la crisis política, enconómica y finaciera que sufre el país, han pedido "al gobierno y a todos los estamentos de la sociedad, signos y gestos concretos para que el Diálogo Argentino pueda cumplir su propósito de lograr acuerdos que sirvan para recrear el país en un marco de paz y unidad, y que permitan pensar en una verdadera voluntad de cambio". "Esos cambios requeridos son muy difíciles, pero no imposibles", señalan los obispos argentinos. "De momento hemos comprobado que, si bien son muchas las propuestas que se van recibiendo, son pocos los ofrecimientos de renuncias personales o sectoriales que permitan pensar en una verdadera voluntad de cambio". "Queremos reiterar que, "dialogar no es claudicar, ni entrar en connivencia con algún sector. El diálogo es un gesto audaz y profético que nos dispone a todos a ser esclavos de la verdad". "La crisis es muy profunda -prosigue el documento de los obispos delegados. Nuestra sociedad está seriamente fragmentada. Es una crisis de confianza y de credibilidad. El pueblo no se siente representado por sus dirigentes y a la vez los sectores desconfían unos de otros y buscan en las culpas ajenas la responsabilidad total de lo que ocurre". En su gran mayoría las personas y los grupos que han acudido, valoraron el espacio de Diálogo Argentino como camino para encontrar acuerdos básicos que se transformen en políticas de Estado. "Un gran interrogante estuvo presente en casi todas las conversaciones: ¿cómo es posible generar grandes cambios con los mismos actores que han llevado al país a la situación actual?". Quizás la respuesta a esta sincera y lógica pregunta sea una de las claves más difíciles de resolver. "El diálogo Argentino, para que tenga eficacia y también credibilidad -acaban señalando los obispos- ha de despertar en la dirigencia política, financiera, sindical y empresarial, la necesidad de gestos y signos que muestren un sincero deseo de cambios reales y profundos. Esos cambios requeridos son muy difíciles, pero no imposibles.
JUAN PABLO II, PAPA DE LA RECONCILIACIÓN Juan Pablo II ha sido "el Papa de la reconciliación" entre judíos y católicos, afirmó un exponente del Consejo Judío Europeo (CEJ) al inaugurar el primer encuentro entre representantes de estas dos religiones, celebrado del 28 al 29 de enero en París. En su discurso de apertura, pronunciado en el Ayuntamiento de París, Henri Hajdenberg, antiguo presidente del CJE, principal institución organizadora de la iniciativa, señaló que el Papa "ha comprendido la dimensión de los dos acontecimientos más importantes para el pueblo judío en el siglo XX, el Holocausto (la Shoah) y el renacimiento del Estado de Israel". El encuentro, moderado por el mismo Hajdenberg, ha servido para analizar la evolución de las relaciones judeo-católica desde el Concilio Vaticano II y, en particular, durante el pontificado de Juan Pablo II. Entre los participantes, se encontraban el cardenal alemán Walter Kasper, presidente de la Comisión Pontificia para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, el cardenal Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París, René Samuel Sirat, ex gran rabino de Francia, y Pinchas Goldschmidt, gran rabino de Moscú.
Once Obispos de Europa Central y Oriental han participado del sábado 2 al lunes 4 de febrero, en un encuentro en Bruselas dedicado al tema de las consecuencias del acceso a la Unión Europea de nuevos miembros, con especial atención a los aspectos agrícolas. La cita ha sido organizada por la Comisión de Obispos de las Conferencias de la Comunidad Europea y por el Centro Católico Europeo de Información y Estudio. Los prelados que han participado en este Encuentro proceden de Bulgaria, República Checa, Hungría, Polonia y Rumania. |