AUDIENCIA GENERAL: SALMO 8
LOS VALORES CRISTIANOS DEBEN TENERSE EN CUENTA EN FUTURA CONSTITUCIÓN EUROPEA
PERDÓN, JUSTICIA Y RECONCILIACIÓN ENTRE LOS PUEBLOS DE LOS BALCANES
COMUNIÓN PLENA: NO PODEMOS RENUNCIAR A PROSEGUIR EL DIÁLOGO TEOLÓGICO
EL PAPA PIDE AYUDA CONCRETA PARA LOS CRISTIANOS DE TIERRA SANTA

SOLEMNIDAD DE S. PEDRO Y S. PABLO: ROMA SÉ FIEL A TU DIGNIDAD CRISTIANA
ÁNGELUS: LA ORACIÓN INCESANTE DEL PUEBLO DE DIOS SOSTIENE EL MINISTERIO DEL PAPA
INVITADOS A RECORRER UN ITINERARIO DE CONVERSIÓN Y DE AMOR A CRISTO

MENSAJE EN EL MILENARIO DEL NACIMIENTO DE SAN LEÓN IX
EL MUNDO TIENE NECESIDAD DE TESTIMONIOS Y DEL CAMINO DE CONTEMPLACIÓN
ECOTURISMO, LLAVE DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
TELEGRAMA POR EL CHOQUE DE TRENES EN TANZANIA

APROBADOS LOS ESTATUTOS DEL "CAMINO NEOCATECUMENAL"
FIRMA DE LA CONVENCIÓN CONTRA LA TORTURA
LAS RELIGIONES PUEDEN CONTRIBUIR A PREVENCIÓN Y SOLUCIÓN DE CONFLICTOS

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

CATÓLICOS Y ANGLICANOS TIENEN EN COMÚN MUCHO MÁS DE LO QUE LOS SEPARA
CENTINELAS DE LA MAÑANA: HACER DEL MUNDO UN LUGAR MÁS HUMANO
MISAS DE ACCIÓN DE GRACIAS EN ROMA


JUNIO 2002
SEMANA DEL 24 AL 30

 

AUDIENCIA GENERAL: SALMO 8

La grandeza del Señor y la dignidad del hombre son cantadas en el salmo 8 que la Iglesia ha colocado el los Laudes del sábado de la segunda semana. "¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que te ocupes de él? Lo hiciste poco menos que un dios, lo coronaste de gloria y dignidad". Inspirado en este himno, Pablo VI decía en julio de 1969: "El hombre…, en el centro de esta empresa, se nos revela gigante. Se nos revela divino, no en sí mismo, sino en su principio y en su destino. Honor, pues, al hombre, honor a su dignidad, a su espíritu, a su vida. Estas palabras las dedicaba el Papa Montini a los astronautas americanos que partían rumbo a la luna. Les confió también el texto del Salmo 8 para que entrara en los espacios cósmicos.

Este himno es, ciertamente, ha reiterado el Santo Padre, una celebración del hombre, una criatura mínima, si se la compara con la inmensidad del universo, una caña frágil, si queremos usar la famosa imagen de Blas Pascal. Pero, no obstante, es una "caña pensante" que puede comprender la creación, en cuanto señor de todo lo creado, coronado tal por Dios mismo. Como ocurre a menudo en los himnos que exaltan al Creador, el Salmo 8 empieza y termina con una solemne antífona dirigida al Señor, cuya magnificencia se extiende por toda la tierra.

El Salmo, por otro lado, parece suponer una atmósfera nocturna, con la luna y las estrellas que se encienden en el cielo. En la primera estrofa se verifica una especie de confrontación entre Dios, el hombre y el cosmos. Resalta el Señor, cuya gloria es cantada por los cielos y también por los labios de la humanidad. En ese momento del himno aparece el escenario de una noche estrellada. La primera e inmediata pregunta que surge es: "¿Qué es el hombre?". La primera respuesta habla de nulidad, tanto con relación a los espacios siderales y a la inmensidad de los cielos, como, sobre todo, a la majestad del Creador.

Por eso la primera reacción es de turbación: ¿Cómo puede Dios recordarse y preocuparse de esta criatura tan frágil y exigua? Pero la sorpresa es grande, porque Dios ha dado al hombre, criatura débil, una dignidad estupenda. Lo ha hecho muy poco inferior a los ángeles; se puede decir incluso, muy poco inferior a un Dios. Lo ha destinado a enseñorearse de la creación, atribuyéndole un señorío universal. "Le diste mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies…" A continuación el Salmo hace desfilar "rebaños de ovejas y toros y hasta fieras salvajes, las aves del cielo, los peces del mar…"

Pero este es un dominio no conquistado sino donado por Dios: a las manos frágiles y a menudo egoístas del hombre es confiado todo el horizonte de las criaturas, para que conserve su armonía y su belleza, las use sin abusar de ellas; para que descubra sus secretos y desarrolle sus potencialidades. Como declara la Constitución "Gtaudium et spes" del Concilio Vaticano II, "el hombre ha sido creado a imagen de Dios, capaz de conocer y amar al propio Creador, y fue colocado sobre todas las criaturas terrenas como señor de ellas, para gobernarlas y servirse de ellas para gloria de Dios" (n. 12).

Pero el dominio del hombre, afirmado en el Salmo 8, terminó diciendo el Santo Padre, lamentablemente puede ser entendido de mala manera y deformado por el hombre egoísta, que a menudo se ha revelado más un loco tirano que un gobernante sabio e inteligente. Cristo, al contrario de los seres humanos que humillan a sus semejantes y a la creación, se presenta como el hombre perfecto. Reina sobre el universo con un dominio de paz y de amor, renovando los cielos y la tierra. Y su autoridad real se manifiesta a través de la entrega suprema de sí mismo en la muerte para salvación de todos. No es un soberano que se deja servir, sino que ha venido para servir a los demás, dando su vida por todos. Por eso nuestra soberanía sobre la creación debe cumplirse no en el dominio sino en el amor.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy reflexionamos sobre el Salmo ocho. Es un himno que celebra al hombre, el cual, aunque parezca pequeño ante la inmensidad del universo es, sin embargo el señor de la creación, "coronado" de gloria y dignidad por Dios mismo.

Ante nosotros aparece en primer lugar el Señor, cuya gloria cantan los cielos pero también la humanidad misma; la alabanza que sale de los labios de los niños anula y confunde las consideraciones arrogantes de quienes niegan a Dios. A la pregunta permanente "¿Qué es el hombre?", se responde afirmando que Dios le ha dotado de una altísima dignidad, lo ha hecho poco inferior a los ángeles. Por eso, Dios ha puesto todo bajo los pies del hombre y a su servicio, para que lo conserve en armonía y belleza, lo use sin abuso y descubra los secretos y potencialidades. A la luz de este Salmo podemos experimentar la invitación a ejercer nuestra soberanía sobre la creación no como dominadores sino con el amor.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en especial a los miembros de la Cofradía de San Pedro Apóstol, de Santander, dedicados a la atención a los necesitados con tanta generosidad y hoy acompañados por el Obispo Mons. José Vilaplana. A ellos y a los demás grupos presentes les deseo que esta visita a Roma sea una ocasión propicia para fortalecer la fe.

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Juan Pablo II dirigió una vez más unas palabras afectuosas a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados presentes en el Aula Pablo VI, recordando que ha comenzado ya el período estival, tiempo de turismo y de peregrinaciones, de vacaciones y de descanso. A los jóvenes les ha dicho que, mientras piensa en sus coetáneos que están realizando los exámenes, les desea a ellos que ya están disfrutando de las vacaciones, que aprovechen el verano para realizar experiencias útiles tanto sociales como religiosas.

Deseó a los enfermos que encuentren alivio y ánimos en la cercanía de sus familiares. A los recién casados les dirigió una invitación a utilizar este período veraniego para profundizar en su importante misión en la Iglesia y en la sociedad.

 

LOS VALORES CRISTIANOS DEBEN TENERSE EN CUENTA EN LA FUTURA CONSTITUCIÓN EUROPEA

Juan Pablo II pidió que se tengan en cuenta los "valores cristianos" en la elaboración de futura Constitución Europea, durante su discurso al nuevo embajador francés ante la Santa Sede.

Juan Pablo II recibió el jueves en el Vaticano las cartas credenciales del nuevo embajador de Francia ante la Santa Sede, Pierre Morel. En su discurso al diplomático francés, el Papa subrayó el importante papel que ha jugado siempre Francia en la escena internacional y especialmente, hoy, con la creación y puesta a punto de la obra de la Comunidad Europea y con la unificación progresiva del viejo continente, que recientemente ha adoptado la moneda única. La Santa Sede - dijo el Papa- se alegra que la creación de este espacio europeo al cual numerosos países desean unirse, favorezca mejores condiciones de vida, de desarrollo social y contribuya también de manera significativa a promover la paz y la concordia entre los pueblos del continente.

Sin embargo, en razón de su historia y de su específica situación, el Papa recordó al nuevo embajador galo, que Francia está llamada a jugar también un "papel motor en la construcción de la identidad europea" y en su ampliación, a fin de que puedan resplandecer en el mundo los ideales de fraternidad, igualdad y libertad, a los cuales tan unidos están los franceses. El Santo Padre deseó que las autoridades galas continúen trabajando en favor del compromiso que ve a Europa protagonista de la paz sobre todos los continentes. ¿No es ésta -se preguntó el Pontífice- una de las características de la herencia humanista de Europa que hunde sus raíces en la larga historia cristiana, para que todos los pueblos y naciones puedan vivir en la dignidad y en el respeto de los derechos fundamentales individuales y colectivos?

Y es en esta perspectiva y en este marco en los que Juan Pablo II quiso situar los trabajos que está realizando la Comisión Europea que preside el ex-presidente francés Valery Giscard D`Estany. Para el Papa es fundamental que la Comisión Europea, encargada de reflexionar sobre la oportunidad o no de elaborar una futura constitución para la Unión, tenga claros los "valores" sobre los cuales tienen que reposar los objetivos de la futura construcción de la Carta Magna europea. ¿Cómo no mencionar en este sentido -dijo el Santo Padre-, las aportaciones decisivas de los valores del cristianismo que han contribuido y contribuyen a modelar la cultura y el humanismo de los que Europa se siente legítimamente orgullosa y sin los cuales ningún pueblo puede comprender verdaderamente su profunda identidad? Lejos de constituir una amenaza para la vida social, la religión -terminó diciendo el Papa- es una de las dimensiones esenciales de la cultura y una suerte para la vida en común, pues, participa en la construcción de una sociedad en la que el hombre es protagonista en todas sus dimensiones.

 

PERDÓN, JUSTICIA Y RECONCILIACIÓN ENTRE LOS PUEBLOS DE LOS BALCANES

Juan Pablo II recibió el viernes al nuevo embajador de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Ivan Angelov, para el acto de presentación de sus Cartas Credenciales. En su discurso de bienvenida, el Papa aseguró "una oración especial a Dios" para que el amado pueblo de este país "pueda seguir actuando con sabiduría en la senda del auténtico desarrollo de la nación, así como en la de la paz y la justicia en la región". Y, de este modo, "demostrar que son fieles herederos de la rica tradición cristiana que les dejó el Apóstol Pablo y los santos hermanos Cirilo y Metodio".

Tras destacar la urgencia de la paz en el momento actual en varias partes del mundo, señalando que este solemne acto se desarrollaba en un "contexto mundial marcado por alarmantes manifestaciones de violencia, a menudo motivadas por antiguas enemistades y por la tentación de alimentar estas animosidades", el Papa recordó las dolorosas pruebas que conoció también el pueblo macedonio en años pasados y las dificultades afrontadas por las autoridades de esta nación de la Antigua Yugoslavia, con la colaboración de los responsables de la comunidad internacional, procediendo a las necesarias reformas constitucionales.

El Santo Padre puso de relieve que "se han promulgado leyes que llevan al respeto de los derechos de las minorías, mediante la promoción de la participación de los distintos componentes de la población en todos los niveles del proceso político". Ello "ayudará a avanzar por la senda del diálogo, de la reconciliación y de la convivencia pacífica", hizo hincapié Juan Pablo II para luego añadir que en este camino la Iglesia no cesa de recordar "que la atención principal debe concentrarse en el corazón humano".

Pues precisamente en el corazón humano es donde se pueden arraigar "el odio y la tiranía, sentimientos que impulsan el desarrollo de todo acto de opresión". Por lo tanto -recomendó el Pontífice - hay que empezar por desarraigar del corazón esos sentimientos y reemplazarlos con una conducta de hermandad y apertura al prójimo, destacando lo que une y no lo que divide".

Como debe ser en una sociedad que anhela ser verdaderamente civil y contribuir a la comprensión objetiva e imparcial de los demás, impulsando a las personas a aceptar tradiciones culturales y religiosas distintas a las propias. En este contexto, Juan Pablo II reiteró que "una cultura 'etnocéntrica', incluso cuando pretende resolver los problemas en lo inmediato, logra sólo exacerbar las dificultades difundiendo mayores divisiones".

Una vez más, el Santo Padre puso de relieve el profundo interés de la Iglesia en la dimensión social de la vida humana, por el bienestar de la sociedad, que es parte esencial del mensaje cristiano. Por lo que invita a sus miembros a tomar parte activa en la vida política, económica y social en sus países respectivos, para difundir la luz de la fe y el mensaje evangélico de la reconciliación y del perdón.

En el marco de la reconciliación y del perdón, el Papa, señalando que "los requisitos de la justicia exigen que cuando se ha cometido un error o una mala acción se reconozca y, en lo posible se repare", recordó que la "justicia humana basada en la ley de Dios y en su plan de salvación para la humanidad" no se limita a establecer lo que es justo entre las partes en conflicto, sino que se propone recomponer la justa armonía de cada uno con Dios, con los demás y consigo mismo.

"No hay contradicción entre perdón y justicia". Puesto que "el perdón no disminuye las exigencias de la justicia, sino que intenta reintegrar a las personas y a los grupos en la sociedad, y a los estados en la comunidad de las naciones, a través de un renovado sentido de responsabilidad, y en lo posible, mediante la solidaridad para con las víctimas de injusticias pasadas", reiteró nuevamente el Santo Padre y señaló que éste es el motivo por el cual "todos los sectores de la sociedad deben actuar juntos para construir una convivencia civil en la que la dignidad de la persona y el respeto de los derechos humanos sean la norma de conducta para todos: individuos, gobiernos y organismos internacionales".

Citando su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año, Juan Pablo II hizo hincapié en que "la verdadera paz es fruto de la justicia, virtud moral y garantía legal que vela sobre el pleno respeto de derechos y deberes, y sobre la distribución ecuánime de beneficios y cargas" (n. 3). Y recomendó que éste debe ser el "contexto más amplio de las distintas prioridades" que el gobierno de la Antigua República Yugoslava de Macedonia persigue mientras se esfuerza en introducir una nueva era de paz y estabilidad para la nación.

El Papa afirmó que "los católicos, a pesar de ser una pequeña minoría no dejarán de participar en la edificación de la sociedad civil, en particular en la promoción y salvaguardia de los derechos humanos, aliviando las situaciones de pobreza y en la educación de la juventud". El Pontífice finalizó su discurso señalando que la decisión del gobierno macedonio de nombrar su embajador ante la Santa Sede con residencia en Roma no hará más que reforzar los lazos de amistad y comprensión que ya existen e invocó abundantes bendiciones divinas sobre el amado pueblo de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.

 

COMUNIÓN PLENA: NO PODEMOS RENUNCIAR A PROSEGUIR EL DIÁLOGO TEOLÓGICO
LA "PRECARIEDAD DE LA PAZ NECESITA QUE UNAMOS NUESTRAS FUERZAS, QUE ESTEMOS JUNTOS Y QUE ACTUEMOS JUNTOS"

"Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios" (1 Jn 4, 7). Con estas palabras de la primera Carta de San Juan, el obispo de Roma saludaba el sábado a la Delegación del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, que también este año participó en la celebración de la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.

La Delegación ortodoxa estaba integrada por el Metropolita de Bélgica y Exarca de los Países Bajos y Luxemburgo, Panteleimon Kontoyannis; el Obispo de Reghion, director de la Oficina de la Iglesia ortodoxa ante la Unión Europea en Bruselas, Emmanuel Adamakis; y el reverendo Diácono Stephanos Dinides. Al darles su bienvenida en este día de fiesta, Juan Pablo II dirigió un saludo especial al Patriarca Ecuménico Bartolomé I y al Santo Sínodo, expresándoles profunda gratitud por haber enviado a estos representantes "en espíritu de fraternidad eclesial y de caridad recíproca".

Reiterando que el intercambio de visitas cada año con motivo de la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, en Roma, y de San Andrés en Phanar, "reaviva la caridad de nuestros corazones y nos alienta a proseguir nuestro camino hacia la comunión plena", y en la perspectiva precisamente de "la unidad plena entorno al único altar del Señor", Juan Pablo II puso de relieve que "ya vivimos una forma de armonía". En este contexto, el Santo Padre señaló que "este año, el Señor nos ha otorgado algunas ocasiones para manifestar al mundo nuestra voluntad común de buscar y recorrer todos los caminos que nos pueden conducir a la unidad; de dirigir a la humanidad un llamamiento a la paz y a la fraternidad, en el respeto mutuo, la justicia y la caridad".

En esta ocasión Juan Pablo II quiso renovar al Patriarca Ecuménico su profunda gratitud por la participación de Su Santidad Bartolomé I en la Jornada de Oración por la paz en Asís, el 24 de enero pasado. Día - afirmó el Papa - en el que "junto con otros hermanos, hemos proclamado al mundo, en distintas formas, la exhortación de Juan: 'amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios'. Si la humanidad se compromete firmemente en este camino, entonces se irán atenuando las violencias y las amenazas que pesan sobre los hombres".

También destacó el Pontífice la "alegría de haber firmado junto con Su Santidad Bartolomé I la Declaración de Venecia". Documento que clausuró el IV simposio sobre el desarrollo, consagrado al Mar Adriático. "Texto que expresa nuestro compromiso común en la salvaguarda y respeto de la naturaleza y que manifiesta asimismo nuestra voluntad de actuar con el fin de que en este mundo nuestro, la ciencia esté al servicio de los hombres y que ellos se sientan responsables de la creación", enfatizó el Papa para luego destacar que "queda todavía mucho por hacer para que reine la fraternidad en nuestro planeta".

Refiriéndose "en especial a Tierra Santa y a otras regiones del mundo golpeadas por una violencia ciega", Juan Pablo II señaló que "el deseo de venganza prevalece a menudo sobre la paz" y que ello nos demuestra la "precariedad de la paz, que necesita que unamos nuestras fuerzas, que estemos juntos y que actuemos juntos, con el fin de que el mundo encuentre en nuestro testimonio común la fuerza necesaria para poner en marcha los cambios que se imponen".

"Este camino de colaboración nos conducirá también a la comunión plena según la voluntad de Cristo para con sus discípulos", reiteró una vez más el Papa, haciendo hincapié asimismo en la necesidad del "diálogo de la caridad". Y, evocando el anuncio dado al mundo para avanzar en el diálogo de la verdad, en la fiesta de San Andrés de 1979, junto con el fallecido Patriarca Dimitrios, el Santo Padre renovó su llamamiento a no desfallecer ante las dificultades del momento actual y a mirar con confianza al porvenir, sabiendo que "no podemos renunciar a proseguir el diálogo teológico, paso indispensable para la unidad".

 

EL PAPA PIDE AYUDA CONCRETA PARA LOS CRISTIANOS DE TIERRA SANTA
R.O.A.C.O: RESPONDER A LAS NECESIDADES DE LAS IGLESIAS ORIENTALES CATÓLICAS

A última hora del jueves Juan Pablo II recibió en la Sala Clementina del Vaticano a los participantes en la Reunión de las Obras para la ayuda a las Iglesias Orientales (R.O.A.C.O.). El Papa tras darles la bienvenida y saludar cordialmente a todos y de manera particular al prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y Presidente de la R.O.A.C.O., y al arzobispo secretario de la mencionada Congregación, recordó su visita a Bulgaria y a Plovdiv, donde proclamó beatos a los mártires Pavel Djidjov, Kamen Vitchev y Josaphat Chichkov. Su beatificación, subrayó el Pontífice es el sigilo más evidente y luminoso de la estima y afecto que me une al noble pueblo búlgaro.

Seguidamente el Santo Padre aludió a Tierra Santa. "La especial atención con la que la Sede Apostólica sigue los acontecimientos de la situación en Tierra Santa, y en general, el permanente estado de tensión en Medio Oriente, les manifestó Juan Pablo II, me empuja a encomendaros vivamente a vuestra solicitud los hermanos en la fe que allí viven. Estoy seguro que vuestro esfuerzo, gracias también a la tradicional Colecta para Tierra Santa, hará que llegue a aquella martirizada región signos concretos de cristiana solidaridad de las más diversas partes del mundo. Estoy persuadido que encontraréis, en vuestra benéfica acción, una correspondencia grata en los Pastores y en los fieles de las Iglesias Orientales y de la Comunidad latina de Tierra Santa. Aquella Tierra bendita, en la que el Salvador ha nacido, vivido, muerto y resucitado, y que es un patrimonio mundial de espiritualidad y un tesoro cuyo valor es inigualable.

El Papa Juan Pablo II finalizó su discurso a los participantes en la reunión de la R.O.A.C.O., recordándoles que su responsabilidad es la de responder cada vez de manera más atenta e inmediata a las necesidades de las Iglesia Orientales católicas, buscando de manera oportuna implicar a las Comunidades locales. También el Pontífice recordó el deber del Dicasterio de salir al encuentro de las necesidades de los seminaristas y de los sacerdotes, de los religiosos y de las religiosas, y de los laicos enviados a Roma por sus superiores para completar la formación espiritual y pastoral, para conocer las realidades eclesiales diversas y para llevar a término los estudios superiores en las distintas disciplinas eclesiásticas.

 

SOLEMNIDAD DE S. PEDRO Y S. PABLO: ROMA SÉ FIEL A TU DIGNIDAD CRISTIANA

Los santos Apóstoles Pedro y Pablo, "columnas y cimiento de la Ciudad de Dios", "unidos en el martirio sellan con la sangre el anuncio del Evangelio". Eran las palabras antes del rezo del Ángelus de Juan Pablo II que llamó a Roma a ser "fiel a su dignidad cristiana".

Juan Pablo II dirigió el rezo del Ángelus al medio día de la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, "columnas y cimiento de la Ciudad de Dios", que "unidos en el martirio sellan con la sangre el anuncio del Evangelio" (Liturgia de las Horas). Tras destacar que en ese día "exulta de forma especial Roma, que tiene el honor de tenerlos como principales Patronos", el Papa dirigió un saludo cordial a todos los que han peregrinado a la Ciudad Eterna con motivo de esta feliz conmemoración, invitándolos luego a participar en la Santa Misa que presidiría por la tarde, a las seis en la Plaza de San Pedro.

En este día tan significativo, el Obispo de Roma se dirigió en particular a los "queridos fieles" de su diócesis y a todos los que viven en esta ciudad. Y, felicitando a aquellos que llevan el nombre de Pedro y de Pablo, invocó a sus "celestiales Patronos" paz y prosperidad cristiana para cada uno de ellos.

El Pontífice llamó a Roma a ser "fiel a su dignidad cristiana", recordando que la luz del Evangelio nada quita a los distintos componentes de su historia gloriosa. Sino que más bien los conduce a todos a su sentido más alto. Es decir a "abrir el camino a Cristo, salvación de la humanidad". Y finalizó sus palabras antes del rezo mariano deseando que en esta misión Roma cuente con el apoyo de los Santos Pedro y Pablo y con la compañía de María Santísima, Salus Populi Romani.

 

ÁNGELUS: LA ORACIÓN INCESANTE DEL PUEBLO DE DIOS SOSTIENE EL MINISTERIO DEL PAPA

Juan Pablo II agradeció el domingo la oración incesante del Pueblo de Dios que sostiene su ministerio - fuerza espiritual que le ayuda y conforta en los momentos de mayor dificultad y sufrimiento - con el anhelo de que el Corazón de Jesús sea fuente de paz para cada hombre y para todo el mundo.

En sus palabras antes del rezo del Ángelus al medio día, Juan Pablo II, recordando que el sábado se celebró la fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, Patronos de la Iglesia de Roma, destacó que "en esta especial circunstancia, como Sucesor de Pedro había percibido la profunda solidaridad de toda la Comunidad eclesial".

Tras evocar las palabras de los Hechos de los Apóstoles que narran que "la Iglesia oraba insistentemente a Dios por Pedro", (Hc 12,5) el Santo Padre, haciendo hincapié en que se ha sentido rodeado de la intensa oración de la Iglesia entera, quiso expresar en esta ocasión su cordial agradecimiento al Pueblo de Dios, y reiteró a los fieles de Roma y de todo el mundo cuán necesaria es para él esta ayuda: "En efecto, experimento cada día que mi ministerio está sostenido por la oración incesante del Pueblo de Dios. De tantas personas desconocidas para mí - ¡pero muy cercanas a mi corazón! - que ofrecen al Señor sus oraciones y sacrificios por las intenciones del Papa. En los momentos de mayor dificultad y sufrimiento esta fuerza espiritual es una válida ayuda e íntimo consuelo. ¡Necesito siempre vuestra oración, queridísimos fieles de Roma y del mundo entero! Pues, sin ella ¿cómo podría responder a la palabra del Señor, que manda a Simón Pedro: 'Duc in altum!', '¡Rema mar adentro!'?". (Lc 5,4)

El Santo Padre subrayó una vez más que Pedro y Pablo, después de haber superado múltiples pruebas, también mortales, cumplieron su misión apostólica en Roma con la ayuda de Dios. E invitó a renovar el compromiso de permanecer "unidos en la oración, como un corazón solo y un alma sola", alentados por el testimonio de estos Apóstoles. Recordando que María Santísima, Madre del Señor y de cada cristiano nos acompaña tal como hizo con la primera comunidad de Jerusalén.

Y, después del rezo a María, "modelo de Iglesia orante", recordando que el domingo concluía el mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, Juan Pablo II deseó que el inmenso amor de Cristo sea manantial de paz para todo hombre y para el mundo entero.

 

INVITADOS A RECORRER UN ITINERARIO DE CONVERSIÓN Y DE AMOR A CRISTO
IMPOSICIÓN DE PALIOS A 28 ARZOBISPOS METROPOLITANOS

Juan Pablo II presidió el sábado por la tarde la solemne concelebración eucarística en la que bendijo e impuesto el palio a 28 arzobispos metropolitanos. El Papa presidió a las seis de la tarde, en el atrio de la Basílica Vaticana, la solemne concelebración eucarística en la que bendijo e impuso el palio a 28 arzobispos metropolitanos. Como ya es tradicional, participó una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla a la que este año se suma también una delegación del Patriarcado ortodoxo de Bulgaria.

En su homilía, el Papa se refirió a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo que, tras diversas intervenciones extraordinarias de Dios, fueron llamados a realizar la misión de anunciar a Cristo, único Señor y Salvador del mundo, hasta la lejana Roma, capital del Imperio, llegando incluso a versar su propia sangre en la Ciudad eterna, y asociando así sus nombres con la historia de la Roma cristiana. "Este itinerario de la "Piedra" y el "Instrumento elegido", continuó el Pontífice, constituye, en cierto sentido, un modelo del camino que cada cristiano está llamado a cumplir para testimoniar a Cristo en el mundo". El mensaje que recibimos de estos apóstoles del Señor es claro: el hombre puede convertirse en toda circunstancia en signo de la potencia victoriosa de Dios. Quien confía en Él experimenta la consoladora presencia del Espíritu, sobre todo en los momentos de prueba y de dolor.

Y dirigiéndose a los nuevos Metropolitanos que recibían el Palio del Sucesor de Pedro, el Papa les invitó a buscar la comunión espiritual y pastoral en beneficio de los fieles, promoviendo el sentido de la unidad y de la universalidad de la Iglesia. "Custodiad en vosotros y en las personas que os han sido confiadas, esa santidad de vida que es un don sobrenatural de la gracia del Señor".

El Pontífice finalizó su homilía saludando a la Delegación enviada por el Patriarca de Constantinopla Bartolomé I y guiada por el Metropolita Panteleimon. Esta visita, afirmó el Papa, constituye un momento providencial en el camino hacia el restablecimiento de la plena comunión. Al inicio del tercer milenio sentimos la necesidad de "caminar desde Cristo" fundamento de nuestra fe y misión comunes.

Cinco de los 28 Arzobispos Metropolitanos que han recibido el palio de manos del Papa son de lengua española. Dos de España, Mons. Carlos Osoro Sierra y Mons. Gil Hellín, arzobispos de Oviedo y de Burgos respectivamente, dos de Venezuela, es decir Mons. Antonio José López Castrillo y Mons. Diego Rafael Padrón Sánchez, arzobispos de Calabozo y de Cumaná, y Mons. Eustaquio Pastor Cuquejo Verga, arzobispo de Asunción.

 

MENSAJE EN EL MILENARIO DEL NACIMIENTO DE SAN LEÓN IX

En su mensaje con motivo del Milenario del nacimiento de San León IX, Juan Pablo II expresó su deseo de que "su figura nos ilumine en nuestro servicio a la Iglesia y a nuestros hermanos, para la gloria de Dios y la salvación del mundo!". Este era el deseo de Juan Pablo II en una carta dirigida al cardenal Paul Poupard, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, y su enviado especial a las celebraciones con motivo del Milenario del nacimiento de Bruno d'Eguisheim-Dabo, que tomó el nombre de León IX al ser elegido Papa en 1049.

El Santo Padre, uniéndose espiritualmente a los fieles reunidos en torno a su pastor en las diócesis de Estrasburgo, Metz, Nancy y Toul, en "acción de gracias por las maravillas que Dios hizo para su Iglesia a través de la vida y el ministerio del Papa León IX", con la esperanza de que se dejen "guiar por el Espíritu Santo para participar en el crecimiento de la Iglesia del tercer milenio", hace hincapié en la necesidad de que la "vida y el ministerio" de este santo Pontífice sirvan de "inspiración, ejemplo e impulso para responder a las exigencias actuales del Anuncio del Evangelio" y "para afrontar con confianza una situación eclesial nueva".

Tras recordar que San León IX, nacido en Alsacia el 21 de junio de 1002, había sido llamado a ser Obispo de Toul cuando tenía apenas 25 años de edad, emprendiendo con "paciencia y caridad" la reforma de esa diócesis que conocía profundas dificultades, Juan Pablo II destaca que también como Papa este pastor "emprendió reformas que no eran la mera aplicación mecánica de una teoría, sino fruto de una atención constante a las personas y a los acontecimientos, para discernir la acción del Espíritu, así como la expresión de una fidelidad personal a Cristo y al Evangelio".

"Mil años después, la generación actual está llamada a volver a Cristo para reavivar su fe y su esperanza, a caminar desde Cristo para revelar al mundo el misterio de la salvación" - reitera Juan Pablo II para luego subrayar que San León IX era hombre de oración y de comunión. Comprometido en la reforma de la vida monástica, atento a las situaciones de pobreza de los más necesitados y hombre de amplia cultura. Sensible a los brotes de renovación de su tiempo. Particularmente atento a impulsar la vida consagrada, preciosa y necesaria para el presente y para el porvenir del pueblo de Dios, pues pertenece íntimamente a su vida, santidad y misión". En este contexto el mensaje del pontífice recuerda las grandes figuras de santidad que ha donado a la Iglesia Universal la tierra que vio nacer a León IX.

De este Papa santo, Juan Pablo II recuerda también que "a través de sus numerosos viajes" desarrolló una intensa actividad para afirmar a los hermanos en la fe. Y su anhelo de promover una comunión cada vez más intensa, como demuestran las cumbres reformadoras, los sínodos y los concilios que convocó a lo largo de su pontificado. El mensaje finaliza haciendo hincapié en la acción pastoral de León IX, cuya densidad y vigor, además de ser impresionantes, enriquecen con sus enseñanzas a la Iglesia de hoy.

 

EL MUNDO TIENE NECESIDAD DE TESTIMONIOS Y DEL CAMINO DE CONTEMPLACIÓN

En una Carta a las participantes en el Capítulo General de las Misioneras Siervas del Espíritu Santo, Juan Pablo II recuerda a estas religiosas que "el mundo tiene necesidad de testimonios y de vuestro camino de contemplación, pues vuestra profunda relación con Cristo os dará la capacidad de hacer que Él 'sea acogido en su múltiple presencia en la Iglesia y en el mundo y confesado como sentido de la historia y luz de nuestro camino'. (Novo Millennio Ineunte, 15).

El Papa, poniendo de relieve que, en este Capítulo General, las Misioneras Siervas del Espíritu Santo se proponen la tarea de "reavivar el celo misionero en sus comunidades respectivas" en numerosos países del mundo, reitera que el Sucesor de Pedro tiene el mismo anhelo. En este contexto, Juan Pablo II cita lo que escribió en su Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte y destaca que "la Iglesia no puede sustraerse a la actividad misionera hacia los pueblos, y una tarea prioritaria de la missio ad gentes sigue siendo anunciar a Cristo, 'Camino, Verdad y Vida' (Jn 14,6), en el cual los hombres encuentran la salvación" (56).

El Mensaje del Pontífice evoca la figura de los fundadores de esta congregación de misioneras y las exhorta a seguir el carisma de los Beatos Arnold Janssen y María Helena Stollenwerk y de la Sierva de Dios Josefa Hendrina Stenmanns. Tras recordar la preciosa herencia que ellos han dejado a los que están llamados a servir en situaciones de gran dificultad, allí donde hay personas a las que se les niegan los cuidados necesarios y toda oportunidad de vida, Juan Pablo II destaca la vocación de las Misioneras Siervas del Espíritu Santo, llamadas a la entrega y sacrificio total de sí mismas para desarrollar su apostolado de Evangelización al servicio de los ancianos y enfermos.

 

ECOTURISMO, LLAVE DEL DESARROLLO SOSTENIBLE

El Papa propone un turismo que respete el ambiente y el desarrollo sostenible en su mensaje para la Jornada Mundial del Turismo que se celebrará el próximo 27 de septiembre.

"Ecoturismo, llave del desarrollo sostenible" este el lema de la Jornada Mundial del Turismo. Juan Pablo II, sensible a los temas ecológicos y ante la emergencia del turismo salvaje, poco respetuoso con la naturaleza, propone en su mensaje para la celebración de esta jornada, que tendrá lugar el próximo 27 de septiembre, una línea y una cultura "naturales" que den valor a las bellezas de la creación y orienten al hombre para que se acerque a ellas con respeto, disfrutando sin alterar su equilibrio.

El Papa, preocupado sobre todo en recuperar la dimensión espiritual del sentido del viaje y del turismo en el hombre de hoy, habla de "ecología interior" como favorecedora de efectos positivos e inmediatos en la "ecología exterior". Una línea ésta que ha de ser impulsada para hacer que prevalezca "la cultura de la vida" sobre la "cultura de la muerte". Se deberán por tanto favorecer formas de turismo - dice el Santo Padre - más respetuosas con el ambiente, más moderadas en el uso de los recursos naturales y más solidarias con las culturas locales.

Es decir, formas de fuerte motivación ética que se apoyen en la convicción de que el ambiente es la casa de todos y que por tanto los bienes naturales pertenecen tanto a los hombres de hoy como a las generaciones futuras. En este sentido Juan Pablo II es partidario de la nueva sensibilidad, conocida como "ecoturismo", que ayuda a regularizar el equilibrio de la naturaleza y sus ecosistemas y a tutelar el ambiente.

"Frente al preocupante problema de la explotación de la creación, la sociedad moderna no encontrará una solución adecuada - dice el Papa - si antes no cambia seriamente de "estilo de vida", apoyando sus bases en sólidos puntos de referencia y de inspiración: es decir, sino tiene "la clara conciencia de que la creación es obra de la sabiduría próvida de Dios y de que el hombre juega un importante papel y tiene una gran responsabilidad en este diseño divino de la creación.

"El turismo puede ser un instrumento eficaz para formar esta conciencia" - señala el Papa. Un trato menos agresivo con el ambiente natural ayudará a descubrir y a apreciar mejor los bienes confiados a la responsabilidad de todos los hombres. Conocer de cerca la fragilidad de muchos aspectos de la naturaleza dará también una mayor conciencia de la urgencia de adecuadas medidas para su protección.

 

TELEGRAMA POR EL CHOQUE DE TRENES EN TANZANIA

Juan Pablo II profundamente apenado ante la noticia de la catástrofe ocurrida el 24 de junio en la región central de Tanzania - al chocar un tren de pasajeros con otro de carga, que causó unos 200 muertos y 800 heridos, la mitad de ellos de gravedad - transmite su pesar a todos los afectados, asegurando su cercanía en la oración.

Un telegrama enviado en nombre del Papa por el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, manifiesta que el Santo Padre encomienda a todas las víctimas de esta tragedia al amor y misericordia del Todopoderoso e invoca los divinos dones de fortaleza y consuelo sobre las familias afligidas y así como sobre todos los heridos.

APROBADOS LOS ESTATUTOS DEL "CAMINO NEOCATECUMENAL"

El viernes por la mañana Kiko Argüello, Carmen Hernández y el presbítero Mario Pezzi, en calidad de miembros del equipo internacional responsable del Camino Neocatecumenal, recibieron el decreto de aprobación de este movimiento que nació en 1964 en Madrid y que desde entonces se ha extendido a más de 100 países en el mundo. Este acto, presidido por el cardenal James Francis Stafford, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, es un acontecimiento de notable importancia eclesial, dado que la normativa aprobada tiene el objetivo de reglamentar la praxis del Camino Neocatecumenal y su inserción armónica en el tejido eclesial.

Fruto de la renovación suscitada por el Concilio Vaticano II, el Camino Neocatecumenal se pone al servicio de los obispos diocesanos y de los párrocos como una modalidad de redescubrimiento del sacramento del Bautismo y de educación permanente en la fe. Una propuesta dirigida a los fieles que desean reavivar en su vida la riqueza de la iniciación cristiana, recorriendo este itinerario de catequesis y de conversión. Además el Camino es un instrumento para la iniciación cristiana de los adultos que se preparan para recibir el Bautismo.

 

FIRMA DE LA CONVENCIÓN CONTRA LA TORTURA

La Santa Sede firmó el miércoles su adhesión a la "Convención contra la Tortura y otras Penas o Tratamientos Crueles, Inhumanos o Degradantes", y lo hizo en ocasión de la celebración del Día Internacional del apoyo a las víctimas de la Tortura, declarada por las Naciones Unidas.

Con este motivo, Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, hizo público un mensaje para recordar que la humanidad debe permanecer unida en la lucha contra esa lacra. Asimismo retomó las palabras de dicha convención entrada en vigor hace quince años y que señalaban que ninguna circunstancia excepcional, ya sea un estado de guerra, de inestabilidad política u otra situación de emergencia pública justifica un acto de tortura.

El documento de adhesión, firmado por Juan Pablo II, fue remitido a la oficina del Secretario de las Naciones Unidas en Nueva York por el arzobispo Renato Martino, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, quien, al entregar la adhesión, recordó que la Iglesia católica se ha pronunciado de forma constante a favor del respeto incondicional de la vida misma, y ha condenado claramente todo acto que constituya una violación de la integridad de la persona humana como las mutilaciones, la tortura física o moral y las presiones psicológicas.

 

LAS RELIGIONES PUEDEN CONTRIBUIR A PREVENCIÓN Y SOLUCIÓN DE CONFLICTOS
ENCUENTRO DE REFLEXIÓN SOBRE EL PAPEL DE LAS RELIGIONES EN LA RECONCILIACIÓN
Y EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ

En este mes de Junio en el que Juan Pablo II ha propuesto rezar "para que los responsables y los fieles de las diversas religiones cooperen en la búsqueda de la paz mundial, comenzando por la conversión del corazón y por el diálogo fraterno", el cardenal Francis Arinze, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, ha organizado y presidido en el Vaticano un encuentro de reflexión sobre el papel de las religiones en la reconciliación y en la construcción de la paz, en el espíritu de la Jornada de Oración por la Paz en el mundo celebrada el 24 de enero en Asís.

La reunión, que tuvo lugar del 7 al 8 de junio, contó con la participación de miembros de diversas religiones procedentes de varios países, además de un representante del Consejo Mundial de las Iglesias de Ginebra. Durante el encuentro se analizaron asimismo los resultados de la Asamblea Interreligiosa celebrada en octubre de 1999 en el Vaticano. El Comunicado final señala que todos los participantes han afirmado estar de acuerdo en que se debe "estudiar juntos el papel y los recursos de las religiones para la paz tanto global como localmente" y consideran que "las religiones pueden contribuir tanto a la prevención como a la solución de los conflictos".

También se puso de relieve la importancia de organizar grupos de trabajo para "estudiar los textos fundamentales, examinar los diversos modelos y llevar a cabo algunas acciones simbólicas, con el objetivo de lanzar el mensaje de que las religiones pueden ser un catalizador para la paz y la justicia". Otro tema destacado fue el de la formación de una consulta para cooperar con el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso en la puesta en práctica de las propuestas elaboradas.

En una entrevista concedida a nuestra emisora, el cardenal Francis Arinze hizo hincapié en la voluntad de trabajar para que "el tren que llevó a los representantes de las religiones a Asís no se detenga nunca" y que las lámparas que se encendieron en la ciudad de San Francisco "permanezcan siempre encendidas".

El presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso hizo hincapié en el anhelo de mantener una colaboración constante de todas las religiones en favor de la paz para ayudar a este mundo nuestro a avanzar por la senda del diálogo y de la reconciliación. Y, en el espíritu impulsado por Juan Pablo II en Asís y en reiteradas ocasiones, recordar que la religión nunca debe ser razón o pretexto de tensiones y violencias. Pues la religión debe exhortarnos, más bien, a dirigir nuestra mirada a Dios que nos invita a amarnos los unos a los otros.

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE MILWAUKEE (ESTADOS UNIDOS)
Juan Pablo II ha nombrado arzobispo metropolitano a monseñor Timothy Michael DOLAN, hasta ahora obispo titular de Natchez y auxiliar de la archidiócesis de Saint Louis.

ARCHIDIÓCESIS DE BAMBERG (REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA)
El Papa ha nombrado arzobispo metropolitano a monseñor Ludwig SCHICK, hasta ahora obispo titular de Auzia, auxiliar de Fulda.

DIÓCESIS DE SPIŠ (ESLOVAQUIA)
El Santo Padre ha nombrado auxiliar de la diócesis a monseñor Štefan ŠECKA, vice rector del Seminario de Spiš, asignándole la sede titular episcopal de Sita.

DIÓCESIS DE ANAGNI-ALATRI (ITALIA)
El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por monseñor Francesco LAMBIASI, asistente eclesiástico general de Acción Católica Italiana. En su lugar Juan Pablo II ha nombrado obispo a monseñor Lorenzo LOPPA, del clero de la diócesis suburbicaria de Velletri-Segni, Vicario Episcopal para la Pastoral y párroco de la Parroquia de Santa Maria degli Angeli en Segni.

VICARIATO APOSTÓLICO DE BLUEFIELDS (NICARAGUA)
Juan Pablo II ha nombrado auxiliar al padre Dawid Albin ZYWIEC, O.F.M.Cap., vicario episcopal de la vicaría Sur del Vicariato Apostolico di Bluefields, asignándole la sede titular episcopal de Giru di Marcello"

ADMINISTRACIÓN APOSTÓLICA DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY EN CAMPOS (BRASIL)
El Papa ha nombrado obispo coadjutor de la administración apostólica al sacerdote Fernando ARÊAS RIFAN, vicario general de la misma administración apostólica, asignándole la sede titular de Cedamusa.

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
El Pontífice ha nombrado consultor de la Congregación al padre Kevin FLANNERY, decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.

CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA
El Santo Padre ha nombrado consultor de la Congregación a Sergio ZANINELLI, rector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.

ACADEMIA PONTIFICIA PARA LA VIDA
Juan Pablo II ha nombrado miembros ordinarios de la Academia a Aníbal GIL LOPES, profesor de fisiología de la Universidad de Río de Janeiro (BRASIL) y a Angelo FIORI, profesor de medicina legal del Hospital Policlinico Gemelli de Roma (ITALIA).

PREFECTURA PARA LOS ASUNTOS ECONÓMICOS DE LA SANTA SEDE
El Papa ha nombrado miembros de la Prefectura a los cardenales Ivan DIAS, arzobispo de Bombay y a Edward Michael EGAN, arzobispo de Nueva York.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO (A): 30.06.02
"El que pierda su vida por mí, la encontrará"

Al volver al Tiempo Ordinario del Año Litúrgico es fácil sentir añoranza por las grandes solemnidades que han marcado el Tiempo Pascual y las que hemos celebrado a su término: la Santísima Trinidad, el Corpus y el Sagrado Corazón de Jesús. Los textos bíblicos y las oraciones litúrgicas eran de sorprendente belleza. Por el contrario, los domingos del Tiempo Ordinario ofrecen textos más humildes, menos llamativos, hasta quizás hacernos pensar que "Ordinario" sea sinónimo de mediocre o poco importante. Que nadie se deje llevar de esa tentación, que además de falsa es dañina para la vida del espíritu.

La gran virtud de este tiempo es el obligarnos a abandonar la costumbre de volar alto, para excavar en profundidad en nuestra vida, y poder comprobar si las maravillas contempladas en las grandes solemnidades han calado en lo profundo de nuestros corazones y las estamos testimoniando en la vida de cada día. Acerquémonos ahora, sin prejuicios, a las lecturas de este día y descubriremos que poseen una riqueza extraordinaria de temas referentes a los aspectos esenciales de la vida cristiana, teniendo como referente el amor absoluto por Jesucristo.

El problema de fondo de toda la vida cristiana es el amor: amar a Jesucristo por encima de todo y de todos; ésta es la esencia del cristianismo, como afirma el evangelio de este domingo con toda claridad. El que ama a Jesús ama también la cruz, en la que está la fuente para participar en la vida de los hijos de Dios; el que se ha convertido en hijo de Dios realiza con gran gozo las obras del amor para con el prójimo. Las consecuencias de este amor absoluto por Jesucristo vienen bien ilustradas hoy por la Carta a los Romanos y el 2º Libro de los Reyes.

Jesús es la encarnación del amor infinito de Dios para nosotros, por lo que tiene derecho a un amor absoluto de nuestra parte. Es cierto que nuestro amor hacia Él no se mide con el metro del sentimiento, sino sobre la sinceridad de la inteligencia y la voluntad. No es un amor que se siente, es amor que se quiere. Si para ser fieles a ese amor se debe caer en la desaprobación o, incluso, en el odio de los progenitores, de los hermanos, de los hijos, el amor por Jesús debe vencer sobre los afectos y los sentimientos más queridos. Así lo dice Jesús: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí". Por eso, este amor se puede convertir en crucificante y martirizante; el Maestro lo reconoce y afirma: "El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí". Sí, con estas advertencias el Señor nos dice que si queremos vivir en cristiano, no podemos excluir la posibilidad del martirio. No, no debemos tener miedo de esta posibilidad, porque cuando el amor hacia Cristo es sincero, permite afrontar con serenidad y gozo todas las pruebas de la vida, incluso las más trágicas.

A quien le ama y participa en su cruz, Jesús le promete una vida misteriosa y maravillosa que eleva al hombre por encima de su condición natural. El evangelio de hoy no dice cómo y dónde se adquiere esta vida, deja que sea San Pablo quien complete las enseñanzas de Jesús con los densos versículos de la Carta a los Romanos. La vida prometida no es otra que la del Señor resucitado, ofrecida al hombre en el bautismo. Precisa, no obstante el Apóstol, que el bautismo introduce en la vida del Resucitado en cuanto es participación del misterio pascual, es decir, de la muerte y resurrección de Cristo y, por tanto, de su victoria sobre el pecado: "Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte". La vida bautismal, es vida pascual, es vida de resucitados; San Pablo la presenta lapidariamente así: "Consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús". Dar y acoger deben ser los rasgos características de los renacidos en el bautismo.

Las notas finales del evangelio de este día nos remiten a la 1ª lectura, que nos narra la hospitalidad con que fueron recibidos por una familia Sunamita, el profeta Eliseo y su discípulo Guiezi. Demuestra cómo el Señor premia a los que saben acoger y dar con el estilo de los hijos de Dios. El premio de la maternidad por la caridad de la Sunamita no es del todo espiritual, pero tampoco podemos pensar que la bondad de Dios prepara sólo los premios eternos para los que cumplen las obras de su amor. Cantemos eternamente sus misericordias.

 

CATÓLICOS Y ANGLICANOS TIENEN EN COMÚN MUCHO MÁS DE LO QUE LOS SEPARA

En la tarde del 18 de enero del año 2000, Año del Gran Jubileo, Juan Pablo II abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros, teniendo a su derecha y a su izquierda a un Metropolita ortodoxo y al Primado anglicano. La Basílica de San Pablo, el Apóstol de los Gentiles, tiene un especial sabor ecuménico, de ahí la importancia y la trascendencia de la presencia de estos dos jerarcas, de la Iglesia Ortodoxa uno y el otro de la Iglesia anglicana. Aquel acto tan significativo sigue siendo recordado cada vez que alguna personalidad eclesial procedente de los hermanos separados se acerca en visita al Santo Padre. El viernes, 21 de junio lo hizo el Arzobispo de Canterbury y Primado de la Iglesia anglicana, George Carey.

La visita ha sido una visita de despedida, pues en el mes de octubre próximo termina el mandato pastoral del prelado anglicano. El Papa en su conversación con él aludió a la importante etapa ecuménica revitalizada por la Declaración común firmada en 1996, así como a la puesta en marcha de los trabajos de la nueva Comisión mixta católico-anglicana. Un tema muy actual estuvo presente también en la conversación entre el Papa y el Primado anglicano: Tierra Santa. "Reflexionando sobre los peligros y los desafíos del presente, dijo el Santo Padre, no podemos dejar de sentir la urgencia de trabajar juntos en promover la paz y la justicia". Con cuatro años de anticipación, el Primado anglicano ha anunciado su retiro del prestigioso encargo pastoral, que tendrá lugar el 31 de octubre próximo. El Arzobispo número 103 de Canterbury ha estado diez años al frente de cerca de 70 millones de personas que en el mundo adhieren a la Comunión anglicana.

"Creo que la razón más importante de esta visita esté, a un nivel estrictamente personal, en expresar mi gratitud al Santo Padre, afirmó el Primado en unas declaraciones a Radio Vaticano, por la amistad que hemos construido a lo largo de estos últimos 11 años. He tenido ocasión de encontrarlo en muchas ocasiones y tengo una gran estima de él, como hermano en la fe; respeto profundamente su figura de guía espiritual para toda la cristiandad en todo el mundo. En nuestras conversaciones hemos hablado del camino hacia la unidad más profunda; ciertamente hay divergencias, pero, en los aspectos fundamentales, la Iglesia católica romana y la Comunión anglicana, en realidad, están muy cercanas".

El Arzobispo de Canterbury terminaba sus declaraciones afirmando que cree necesario trabajar más intensamente a nivel teológico, aunque puedo decir, afirmó, que los estudios continúan de manera tranquila, aunque no tan rápidamente como yo quisiera, pero es cierto que hay que pensarlo a largo plazo. Llevamos separados 450 años, no podemos imaginar que vamos a alcanzar la unidad deseada en el espacio de uno o dos años. Los progresos que vamos haciendo son estimulantes, no cabe duda. Ya sé que hay quien piensa que el camino ecuménico es muy lento y que ha cambiado de dirección. No obstante, yo quisiera recordar a estas personas que hace apenas dos años el Santo Padre y yo hemos creado este Grupo de trabajo en términos prácticos e incluso locales. Todo esto es en extremo importante. Hay que considerar también que a nivel local, en todo el mundo, han sucedido muchas cosas, se han producido muchos cambios. Los cristianos, no sólo los anglicanos o los católicos romanos, están comprometidos en una especie de misión en el mundo. Juntos están afrontando por un lado una gran apatía y por el otro un sectarismo cada vez mayor. Por encima de estos retos comunes, concluyó el Primado anglicano, hay que recordar una vez más que lo que tenemos en común es mucho más vasto de lo que aún nos divide".

 

CENTINELAS DE LA MAÑANA: HACER DEL MUNDO UN LUGAR MÁS HUMANO

El martes 25 de junio tuvo lugar en la sede de Radio Vaticano una conferencia de prensa de presentación del nuevo documento del cartel italiano "Centinelas de la mañana" sobre la próxima cumbre del G8 en Canadá. "Centinelas de la mañana" agrupa a unas 60 asociaciones católicas italianas anti globalización. El 7 de julio de 2001 en Génova presentaron un Manifiesto a los potentes del mundo sobre cómo gobernar la globalización, y ahora después de un año hacen un balance y definen nuevas propuestas para hacer del planeta un lugar más humano en el que vengan tuteladas todas las formas de vida.

Pero las injusticias y el uso arrogante de la violencia prosiguen lacerando el Sur del mundo. Según las asociaciones y grupos que forman el cartel es escandaloso que se continúen persiguiendo la política de las promesas y de los intereses de los más fuertes cuando millones de seres humanos mueren a causa de enfermedades curables, de la malnutrición, las guerras o el terrorismo. "La atención del mundo -señalan "Centinelas de la mañana"- del mundo rico, está monopolizada por la violencia mientras se olvida la cotidiana pobreza de la gran mayoría de las poblaciones de nuestro planeta.

Los ámbitos en los cuales se ofende gravemente a la vida humana son: la guerra, la deuda y la pobreza y pero los grandes de la tierra poco o nada han hecho para dar reglas más justas al comercio internacional o aumentar las cifras destinadas a las ayudas al desarrollo de los países no desarrollados. Los grupos católicos anti globalización piden eficacia, responsabilidad y verdaderos instrumentos para transformar la globalización y no sólo intervenciones de emergencia en el último momento.

"Centinelas de la mañana" ante la cumbre de Canadá piden a los 8 grandes del mundo que "se favorezca el desarrollo sostenible de manera que se conjugue el desarrollo económico con el crecimiento del rédito en los países pobres. Piden también condiciones salariales y de trabajo más dignas para los trabajadores, la tutela del ambiente y el comercio internacional. Respecto a la inseguridad mundial y las guerras afirman que la violencia no es el camino para eliminar la violencia y en este sentido confirman la necesidad de un control más severo del mercado de las armas y subrayan la necesidad de reformar y reforzar de manera creíble y eficaz las Naciones Unidas.

 

MISAS DE ACCIÓN DE GRACIAS EN ROMA

El domingo por la mañana se celebraron en la Iglesia Española de Santiago y Montserrat las misas de acción de gracias por la recepción de los palios, el día anterior, presididas por los arzobispos de Burgos y Oviedo para los grupos de fieles venidos a Roma de estas Archidiócesis españolas.

A las diez de la mañana fueron los fieles burgaleses los que celebraron con su arzobispo, Mons. Francisco Gil Hellín una solemne eucaristía acompañada por los cantos del coro de niños de la Catedral de Burgos. Y a las once y media, dio comienzo la Misa del Arzobispo de Oviedo acompañado por nueve diáconos asturianos y un nutrido grupo de feligreses.