AUDIENCIA
GENERAL: SALMO 8
La grandeza
del Señor y la dignidad del hombre son cantadas en el salmo
8 que la Iglesia ha colocado el los Laudes del sábado de la
segunda semana. "¿Qué es el hombre para que te
acuerdes de él, el ser humano para que te ocupes de él?
Lo hiciste poco menos que un dios, lo coronaste de gloria y dignidad".
Inspirado en este himno, Pablo VI decía en julio de 1969: "El
hombre
, en el centro de esta empresa, se nos revela gigante.
Se nos revela divino, no en sí mismo, sino en su principio
y en su destino. Honor, pues, al hombre, honor a su dignidad, a su
espíritu, a su vida. Estas palabras las dedicaba el Papa Montini
a los astronautas americanos que partían rumbo a la luna. Les
confió también el texto del Salmo 8 para que entrara
en los espacios cósmicos.
Este
himno es, ciertamente, ha reiterado el Santo Padre, una celebración
del hombre, una criatura mínima, si se la compara con la inmensidad
del universo, una caña frágil, si queremos usar la famosa
imagen de Blas Pascal. Pero, no obstante, es una "caña
pensante" que puede comprender la creación, en cuanto
señor de todo lo creado, coronado tal por Dios mismo. Como
ocurre a menudo en los himnos que exaltan al Creador, el Salmo 8 empieza
y termina con una solemne antífona dirigida al Señor,
cuya magnificencia se extiende por toda la tierra.
El Salmo,
por otro lado, parece suponer una atmósfera nocturna, con la
luna y las estrellas que se encienden en el cielo. En la primera estrofa
se verifica una especie de confrontación entre Dios, el hombre
y el cosmos. Resalta el Señor, cuya gloria es cantada por los
cielos y también por los labios de la humanidad. En ese momento
del himno aparece el escenario de una noche estrellada. La primera
e inmediata pregunta que surge es: "¿Qué es el
hombre?". La primera respuesta habla de nulidad, tanto con relación
a los espacios siderales y a la inmensidad de los cielos, como, sobre
todo, a la majestad del Creador.
Por eso
la primera reacción es de turbación: ¿Cómo
puede Dios recordarse y preocuparse de esta criatura tan frágil
y exigua? Pero la sorpresa es grande, porque Dios ha dado al hombre,
criatura débil, una dignidad estupenda. Lo ha hecho muy poco
inferior a los ángeles; se puede decir incluso, muy poco inferior
a un Dios. Lo ha destinado a enseñorearse de la creación,
atribuyéndole un señorío universal. "Le
diste mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus
pies
" A continuación el Salmo hace desfilar "rebaños
de ovejas y toros y hasta fieras salvajes, las aves del cielo, los
peces del mar
"
Pero
este es un dominio no conquistado sino donado por Dios: a las manos
frágiles y a menudo egoístas del hombre es confiado
todo el horizonte de las criaturas, para que conserve su armonía
y su belleza, las use sin abusar de ellas; para que descubra sus secretos
y desarrolle sus potencialidades. Como declara la Constitución
"Gtaudium et spes" del Concilio Vaticano II, "el hombre
ha sido creado a imagen de Dios, capaz de conocer y amar al propio
Creador, y fue colocado sobre todas las criaturas terrenas como señor
de ellas, para gobernarlas y servirse de ellas para gloria de Dios"
(n. 12).
Pero
el dominio del hombre, afirmado en el Salmo 8, terminó diciendo
el Santo Padre, lamentablemente puede ser entendido de mala manera
y deformado por el hombre egoísta, que a menudo se ha revelado
más un loco tirano que un gobernante sabio e inteligente. Cristo,
al contrario de los seres humanos que humillan a sus semejantes y
a la creación, se presenta como el hombre perfecto. Reina sobre
el universo con un dominio de paz y de amor, renovando los cielos
y la tierra. Y su autoridad real se manifiesta a través de
la entrega suprema de sí mismo en la muerte para salvación
de todos. No es un soberano que se deja servir, sino que ha venido
para servir a los demás, dando su vida por todos. Por eso nuestra
soberanía sobre la creación debe cumplirse no en el
dominio sino en el amor.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
Hoy
reflexionamos sobre el Salmo ocho. Es un himno que celebra al hombre,
el cual, aunque parezca pequeño ante la inmensidad del universo
es, sin embargo el señor de la creación, "coronado"
de gloria y dignidad por Dios mismo.
Ante
nosotros aparece en primer lugar el Señor, cuya gloria cantan
los cielos pero también la humanidad misma; la alabanza que
sale de los labios de los niños anula y confunde las consideraciones
arrogantes de quienes niegan a Dios. A la pregunta permanente "¿Qué
es el hombre?", se responde afirmando que Dios le ha dotado de
una altísima dignidad, lo ha hecho poco inferior a los ángeles.
Por eso, Dios ha puesto todo bajo los pies del hombre y a su servicio,
para que lo conserve en armonía y belleza, lo use sin abuso
y descubra los secretos y potencialidades. A la luz de este Salmo
podemos experimentar la invitación a ejercer nuestra soberanía
sobre la creación no como dominadores sino con el amor.
Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española, en especial
a los miembros de la Cofradía de San Pedro Apóstol,
de Santander, dedicados a la atención a los necesitados con
tanta generosidad y hoy acompañados por el Obispo Mons. José
Vilaplana. A ellos y a los demás grupos presentes les deseo
que esta visita a Roma sea una ocasión propicia para fortalecer
la fe.
*********************
Juan
Pablo II dirigió una vez más unas palabras afectuosas
a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados
presentes en el Aula Pablo VI, recordando que ha comenzado ya el período
estival, tiempo de turismo y de peregrinaciones, de vacaciones y de
descanso. A los jóvenes les ha dicho que, mientras piensa en
sus coetáneos que están realizando los exámenes,
les desea a ellos que ya están disfrutando de las vacaciones,
que aprovechen el verano para realizar experiencias útiles
tanto sociales como religiosas.
Deseó
a los enfermos que encuentren alivio y ánimos en la cercanía
de sus familiares. A los recién casados les dirigió
una invitación a utilizar este período veraniego para
profundizar en su importante misión en la Iglesia y en la sociedad.
LOS
VALORES CRISTIANOS DEBEN TENERSE EN CUENTA EN LA FUTURA CONSTITUCIÓN
EUROPEA
Juan
Pablo II pidió que se tengan en cuenta los "valores cristianos"
en la elaboración de futura Constitución Europea, durante
su discurso al nuevo embajador francés ante la Santa Sede.
Juan
Pablo II recibió el jueves en el Vaticano las cartas credenciales
del nuevo embajador de Francia ante la Santa Sede, Pierre Morel. En
su discurso al diplomático francés, el Papa subrayó
el importante papel que ha jugado siempre Francia en la escena internacional
y especialmente, hoy, con la creación y puesta a punto de la
obra de la Comunidad Europea y con la unificación progresiva
del viejo continente, que recientemente ha adoptado la moneda única.
La Santa Sede - dijo el Papa- se alegra que la creación de
este espacio europeo al cual numerosos países desean unirse,
favorezca mejores condiciones de vida, de desarrollo social y contribuya
también de manera significativa a promover la paz y la concordia
entre los pueblos del continente.
Sin embargo,
en razón de su historia y de su específica situación,
el Papa recordó al nuevo embajador galo, que Francia está
llamada a jugar también un "papel motor en la construcción
de la identidad europea" y en su ampliación, a fin de
que puedan resplandecer en el mundo los ideales de fraternidad, igualdad
y libertad, a los cuales tan unidos están los franceses. El
Santo Padre deseó que las autoridades galas continúen
trabajando en favor del compromiso que ve a Europa protagonista de
la paz sobre todos los continentes. ¿No es ésta -se
preguntó el Pontífice- una de las características
de la herencia humanista de Europa que hunde sus raíces en
la larga historia cristiana, para que todos los pueblos y naciones
puedan vivir en la dignidad y en el respeto de los derechos fundamentales
individuales y colectivos?
Y es
en esta perspectiva y en este marco en los que Juan Pablo II quiso
situar los trabajos que está realizando la Comisión
Europea que preside el ex-presidente francés Valery Giscard
D`Estany. Para el Papa es fundamental que la Comisión Europea,
encargada de reflexionar sobre la oportunidad o no de elaborar una
futura constitución para la Unión, tenga claros los
"valores" sobre los cuales tienen que reposar los objetivos
de la futura construcción de la Carta Magna europea. ¿Cómo
no mencionar en este sentido -dijo el Santo Padre-, las aportaciones
decisivas de los valores del cristianismo que han contribuido y contribuyen
a modelar la cultura y el humanismo de los que Europa se siente legítimamente
orgullosa y sin los cuales ningún pueblo puede comprender verdaderamente
su profunda identidad? Lejos de constituir una amenaza para la vida
social, la religión -terminó diciendo el Papa- es una
de las dimensiones esenciales de la cultura y una suerte para la vida
en común, pues, participa en la construcción de una
sociedad en la que el hombre es protagonista en todas sus dimensiones.
PERDÓN,
JUSTICIA Y RECONCILIACIÓN ENTRE LOS PUEBLOS DE LOS BALCANES
Juan
Pablo II recibió el viernes al nuevo embajador de la Antigua
República Yugoslava de Macedonia, Ivan Angelov, para el acto
de presentación de sus Cartas Credenciales. En su discurso
de bienvenida, el Papa aseguró "una oración especial
a Dios" para que el amado pueblo de este país "pueda
seguir actuando con sabiduría en la senda del auténtico
desarrollo de la nación, así como en la de la paz y
la justicia en la región". Y, de este modo, "demostrar
que son fieles herederos de la rica tradición cristiana que
les dejó el Apóstol Pablo y los santos hermanos Cirilo
y Metodio".
Tras
destacar la urgencia de la paz en el momento actual en varias partes
del mundo, señalando que este solemne acto se desarrollaba
en un "contexto mundial marcado por alarmantes manifestaciones
de violencia, a menudo motivadas por antiguas enemistades y por la
tentación de alimentar estas animosidades", el Papa recordó
las dolorosas pruebas que conoció también el pueblo
macedonio en años pasados y las dificultades afrontadas por
las autoridades de esta nación de la Antigua Yugoslavia, con
la colaboración de los responsables de la comunidad internacional,
procediendo a las necesarias reformas constitucionales.
El Santo
Padre puso de relieve que "se han promulgado leyes que llevan
al respeto de los derechos de las minorías, mediante la promoción
de la participación de los distintos componentes de la población
en todos los niveles del proceso político". Ello "ayudará
a avanzar por la senda del diálogo, de la reconciliación
y de la convivencia pacífica", hizo hincapié Juan
Pablo II para luego añadir que en este camino la Iglesia no
cesa de recordar "que la atención principal debe concentrarse
en el corazón humano".
Pues
precisamente en el corazón humano es donde se pueden arraigar
"el odio y la tiranía, sentimientos que impulsan el desarrollo
de todo acto de opresión". Por lo tanto -recomendó
el Pontífice - hay que empezar por desarraigar del corazón
esos sentimientos y reemplazarlos con una conducta de hermandad y
apertura al prójimo, destacando lo que une y no lo que divide".
Como
debe ser en una sociedad que anhela ser verdaderamente civil y contribuir
a la comprensión objetiva e imparcial de los demás,
impulsando a las personas a aceptar tradiciones culturales y religiosas
distintas a las propias. En este contexto, Juan Pablo II reiteró
que "una cultura 'etnocéntrica', incluso cuando pretende
resolver los problemas en lo inmediato, logra sólo exacerbar
las dificultades difundiendo mayores divisiones".
Una vez
más, el Santo Padre puso de relieve el profundo interés
de la Iglesia en la dimensión social de la vida humana, por
el bienestar de la sociedad, que es parte esencial del mensaje cristiano.
Por lo que invita a sus miembros a tomar parte activa en la vida política,
económica y social en sus países respectivos, para difundir
la luz de la fe y el mensaje evangélico de la reconciliación
y del perdón.
En el
marco de la reconciliación y del perdón, el Papa, señalando
que "los requisitos de la justicia exigen que cuando se ha cometido
un error o una mala acción se reconozca y, en lo posible se
repare", recordó que la "justicia humana basada en
la ley de Dios y en su plan de salvación para la humanidad"
no se limita a establecer lo que es justo entre las partes en conflicto,
sino que se propone recomponer la justa armonía de cada uno
con Dios, con los demás y consigo mismo.
"No
hay contradicción entre perdón y justicia". Puesto
que "el perdón no disminuye las exigencias de la justicia,
sino que intenta reintegrar a las personas y a los grupos en la sociedad,
y a los estados en la comunidad de las naciones, a través de
un renovado sentido de responsabilidad, y en lo posible, mediante
la solidaridad para con las víctimas de injusticias pasadas",
reiteró nuevamente el Santo Padre y señaló que
éste es el motivo por el cual "todos los sectores de la
sociedad deben actuar juntos para construir una convivencia civil
en la que la dignidad de la persona y el respeto de los derechos humanos
sean la norma de conducta para todos: individuos, gobiernos y organismos
internacionales".
Citando
su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año, Juan
Pablo II hizo hincapié en que "la verdadera paz es fruto
de la justicia, virtud moral y garantía legal que vela sobre
el pleno respeto de derechos y deberes, y sobre la distribución
ecuánime de beneficios y cargas" (n. 3). Y recomendó
que éste debe ser el "contexto más amplio de las
distintas prioridades" que el gobierno de la Antigua República
Yugoslava de Macedonia persigue mientras se esfuerza en introducir
una nueva era de paz y estabilidad para la nación.
El Papa
afirmó que "los católicos, a pesar de ser una pequeña
minoría no dejarán de participar en la edificación
de la sociedad civil, en particular en la promoción y salvaguardia
de los derechos humanos, aliviando las situaciones de pobreza y en
la educación de la juventud". El Pontífice finalizó
su discurso señalando que la decisión del gobierno macedonio
de nombrar su embajador ante la Santa Sede con residencia en Roma
no hará más que reforzar los lazos de amistad y comprensión
que ya existen e invocó abundantes bendiciones divinas sobre
el amado pueblo de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
COMUNIÓN
PLENA: NO PODEMOS RENUNCIAR A PROSEGUIR EL DIÁLOGO TEOLÓGICO
LA "PRECARIEDAD DE LA PAZ NECESITA QUE UNAMOS NUESTRAS FUERZAS,
QUE ESTEMOS JUNTOS Y QUE ACTUEMOS JUNTOS"
"Queridos,
amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios" (1 Jn 4, 7). Con estas
palabras de la primera Carta de San Juan, el obispo de Roma saludaba
el sábado a la Delegación del Patriarca Ecuménico
de Constantinopla, que también este año participó
en la celebración de la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.
La Delegación
ortodoxa estaba integrada por el Metropolita de Bélgica y Exarca
de los Países Bajos y Luxemburgo, Panteleimon Kontoyannis;
el Obispo de Reghion, director de la Oficina de la Iglesia ortodoxa
ante la Unión Europea en Bruselas, Emmanuel Adamakis; y el
reverendo Diácono Stephanos Dinides. Al darles su bienvenida
en este día de fiesta, Juan Pablo II dirigió un saludo
especial al Patriarca Ecuménico Bartolomé I y al Santo
Sínodo, expresándoles profunda gratitud por haber enviado
a estos representantes "en espíritu de fraternidad eclesial
y de caridad recíproca".
Reiterando
que el intercambio de visitas cada año con motivo de la fiesta
de los Santos Pedro y Pablo, en Roma, y de San Andrés en Phanar,
"reaviva la caridad de nuestros corazones y nos alienta a proseguir
nuestro camino hacia la comunión plena", y en la perspectiva
precisamente de "la unidad plena entorno al único altar
del Señor", Juan Pablo II puso de relieve que "ya
vivimos una forma de armonía". En este contexto, el Santo
Padre señaló que "este año, el Señor
nos ha otorgado algunas ocasiones para manifestar al mundo nuestra
voluntad común de buscar y recorrer todos los caminos que nos
pueden conducir a la unidad; de dirigir a la humanidad un llamamiento
a la paz y a la fraternidad, en el respeto mutuo, la justicia y la
caridad".
En esta
ocasión Juan Pablo II quiso renovar al Patriarca Ecuménico
su profunda gratitud por la participación de Su Santidad Bartolomé
I en la Jornada de Oración por la paz en Asís, el 24
de enero pasado. Día - afirmó el Papa - en el que "junto
con otros hermanos, hemos proclamado al mundo, en distintas formas,
la exhortación de Juan: 'amémonos unos a otros, ya que
el amor es de Dios'. Si la humanidad se compromete firmemente en este
camino, entonces se irán atenuando las violencias y las amenazas
que pesan sobre los hombres".
También
destacó el Pontífice la "alegría de haber
firmado junto con Su Santidad Bartolomé I la Declaración
de Venecia". Documento que clausuró el IV simposio sobre
el desarrollo, consagrado al Mar Adriático. "Texto que
expresa nuestro compromiso común en la salvaguarda y respeto
de la naturaleza y que manifiesta asimismo nuestra voluntad de actuar
con el fin de que en este mundo nuestro, la ciencia esté al
servicio de los hombres y que ellos se sientan responsables de la
creación", enfatizó el Papa para luego destacar
que "queda todavía mucho por hacer para que reine la fraternidad
en nuestro planeta".
Refiriéndose
"en especial a Tierra Santa y a otras regiones del mundo golpeadas
por una violencia ciega", Juan Pablo II señaló
que "el deseo de venganza prevalece a menudo sobre la paz"
y que ello nos demuestra la "precariedad de la paz, que necesita
que unamos nuestras fuerzas, que estemos juntos y que actuemos juntos,
con el fin de que el mundo encuentre en nuestro testimonio común
la fuerza necesaria para poner en marcha los cambios que se imponen".
"Este
camino de colaboración nos conducirá también
a la comunión plena según la voluntad de Cristo para
con sus discípulos", reiteró una vez más
el Papa, haciendo hincapié asimismo en la necesidad del "diálogo
de la caridad". Y, evocando el anuncio dado al mundo para avanzar
en el diálogo de la verdad, en la fiesta de San Andrés
de 1979, junto con el fallecido Patriarca Dimitrios, el Santo Padre
renovó su llamamiento a no desfallecer ante las dificultades
del momento actual y a mirar con confianza al porvenir, sabiendo que
"no podemos renunciar a proseguir el diálogo teológico,
paso indispensable para la unidad".
EL
PAPA PIDE AYUDA CONCRETA PARA LOS CRISTIANOS DE TIERRA SANTA
R.O.A.C.O: RESPONDER A LAS NECESIDADES DE LAS IGLESIAS ORIENTALES
CATÓLICAS
A última
hora del jueves Juan Pablo II recibió en la Sala Clementina
del Vaticano a los participantes en la Reunión de las Obras
para la ayuda a las Iglesias Orientales (R.O.A.C.O.). El Papa tras
darles la bienvenida y saludar cordialmente a todos y de manera particular
al prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales
y Presidente de la R.O.A.C.O., y al arzobispo secretario de la mencionada
Congregación, recordó su visita a Bulgaria y a Plovdiv,
donde proclamó beatos a los mártires Pavel Djidjov,
Kamen Vitchev y Josaphat Chichkov. Su beatificación, subrayó
el Pontífice es el sigilo más evidente y luminoso de
la estima y afecto que me une al noble pueblo búlgaro.
Seguidamente
el Santo Padre aludió a Tierra Santa. "La especial atención
con la que la Sede Apostólica sigue los acontecimientos de
la situación en Tierra Santa, y en general, el permanente estado
de tensión en Medio Oriente, les manifestó Juan Pablo
II, me empuja a encomendaros vivamente a vuestra solicitud los hermanos
en la fe que allí viven. Estoy seguro que vuestro esfuerzo,
gracias también a la tradicional Colecta para Tierra Santa,
hará que llegue a aquella martirizada región signos
concretos de cristiana solidaridad de las más diversas partes
del mundo. Estoy persuadido que encontraréis, en vuestra benéfica
acción, una correspondencia grata en los Pastores y en los
fieles de las Iglesias Orientales y de la Comunidad latina de Tierra
Santa. Aquella Tierra bendita, en la que el Salvador ha nacido, vivido,
muerto y resucitado, y que es un patrimonio mundial de espiritualidad
y un tesoro cuyo valor es inigualable.
El Papa
Juan Pablo II finalizó su discurso a los participantes en la
reunión de la R.O.A.C.O., recordándoles que su responsabilidad
es la de responder cada vez de manera más atenta e inmediata
a las necesidades de las Iglesia Orientales católicas, buscando
de manera oportuna implicar a las Comunidades locales. También
el Pontífice recordó el deber del Dicasterio de salir
al encuentro de las necesidades de los seminaristas y de los sacerdotes,
de los religiosos y de las religiosas, y de los laicos enviados a
Roma por sus superiores para completar la formación espiritual
y pastoral, para conocer las realidades eclesiales diversas y para
llevar a término los estudios superiores en las distintas disciplinas
eclesiásticas.
SOLEMNIDAD
DE S. PEDRO Y S. PABLO: ROMA SÉ FIEL A TU DIGNIDAD CRISTIANA
Los santos
Apóstoles Pedro y Pablo, "columnas y cimiento de la Ciudad
de Dios", "unidos en el martirio sellan con la sangre el
anuncio del Evangelio". Eran las palabras antes del rezo del
Ángelus de Juan Pablo II que llamó a Roma a ser "fiel
a su dignidad cristiana".
Juan
Pablo II dirigió el rezo del Ángelus al medio día
de la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, "columnas
y cimiento de la Ciudad de Dios", que "unidos en el martirio
sellan con la sangre el anuncio del Evangelio" (Liturgia de las
Horas). Tras destacar que en ese día "exulta de forma
especial Roma, que tiene el honor de tenerlos como principales Patronos",
el Papa dirigió un saludo cordial a todos los que han peregrinado
a la Ciudad Eterna con motivo de esta feliz conmemoración,
invitándolos luego a participar en la Santa Misa que presidiría
por la tarde, a las seis en la Plaza de San Pedro.
En este
día tan significativo, el Obispo de Roma se dirigió
en particular a los "queridos fieles" de su diócesis
y a todos los que viven en esta ciudad. Y, felicitando a aquellos
que llevan el nombre de Pedro y de Pablo, invocó a sus "celestiales
Patronos" paz y prosperidad cristiana para cada uno de ellos.
El Pontífice
llamó a Roma a ser "fiel a su dignidad cristiana",
recordando que la luz del Evangelio nada quita a los distintos componentes
de su historia gloriosa. Sino que más bien los conduce a todos
a su sentido más alto. Es decir a "abrir el camino a Cristo,
salvación de la humanidad". Y finalizó sus palabras
antes del rezo mariano deseando que en esta misión Roma cuente
con el apoyo de los Santos Pedro y Pablo y con la compañía
de María Santísima, Salus Populi Romani.
ÁNGELUS:
LA ORACIÓN INCESANTE DEL PUEBLO DE DIOS SOSTIENE EL MINISTERIO
DEL PAPA
Juan
Pablo II agradeció el domingo la oración incesante del
Pueblo de Dios que sostiene su ministerio - fuerza espiritual que
le ayuda y conforta en los momentos de mayor dificultad y sufrimiento
- con el anhelo de que el Corazón de Jesús sea fuente
de paz para cada hombre y para todo el mundo.
En sus
palabras antes del rezo del Ángelus al medio día, Juan
Pablo II, recordando que el sábado se celebró la fiesta
de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, Patronos de la Iglesia
de Roma, destacó que "en esta especial circunstancia,
como Sucesor de Pedro había percibido la profunda solidaridad
de toda la Comunidad eclesial".
Tras
evocar las palabras de los Hechos de los Apóstoles que narran
que "la Iglesia oraba insistentemente a Dios por Pedro",
(Hc 12,5) el Santo Padre, haciendo hincapié en que se ha sentido
rodeado de la intensa oración de la Iglesia entera, quiso expresar
en esta ocasión su cordial agradecimiento al Pueblo de Dios,
y reiteró a los fieles de Roma y de todo el mundo cuán
necesaria es para él esta ayuda: "En efecto, experimento
cada día que mi ministerio está sostenido por la oración
incesante del Pueblo de Dios. De tantas personas desconocidas para
mí - ¡pero muy cercanas a mi corazón! - que ofrecen
al Señor sus oraciones y sacrificios por las intenciones del
Papa. En los momentos de mayor dificultad y sufrimiento esta fuerza
espiritual es una válida ayuda e íntimo consuelo. ¡Necesito
siempre vuestra oración, queridísimos fieles de Roma
y del mundo entero! Pues, sin ella ¿cómo podría
responder a la palabra del Señor, que manda a Simón
Pedro: 'Duc in altum!', '¡Rema mar adentro!'?". (Lc 5,4)
El Santo
Padre subrayó una vez más que Pedro y Pablo, después
de haber superado múltiples pruebas, también mortales,
cumplieron su misión apostólica en Roma con la ayuda
de Dios. E invitó a renovar el compromiso de permanecer "unidos
en la oración, como un corazón solo y un alma sola",
alentados por el testimonio de estos Apóstoles. Recordando
que María Santísima, Madre del Señor y de cada
cristiano nos acompaña tal como hizo con la primera comunidad
de Jerusalén.
Y, después
del rezo a María, "modelo de Iglesia orante", recordando
que el domingo concluía el mes de junio, dedicado al Sagrado
Corazón de Jesús, Juan Pablo II deseó que el
inmenso amor de Cristo sea manantial de paz para todo hombre y para
el mundo entero.
INVITADOS
A RECORRER UN ITINERARIO DE CONVERSIÓN Y DE AMOR A CRISTO
IMPOSICIÓN DE PALIOS A 28 ARZOBISPOS METROPOLITANOS
Juan
Pablo II presidió el sábado por la tarde la solemne
concelebración eucarística en la que bendijo e impuesto
el palio a 28 arzobispos metropolitanos. El Papa presidió a
las seis de la tarde, en el atrio de la Basílica Vaticana,
la solemne concelebración eucarística en la que bendijo
e impuso el palio a 28 arzobispos metropolitanos. Como ya es tradicional,
participó una delegación del Patriarcado Ecuménico
de Constantinopla a la que este año se suma también
una delegación del Patriarcado ortodoxo de Bulgaria.
En su
homilía, el Papa se refirió a los Santos Apóstoles
Pedro y Pablo que, tras diversas intervenciones extraordinarias de
Dios, fueron llamados a realizar la misión de anunciar a Cristo,
único Señor y Salvador del mundo, hasta la lejana Roma,
capital del Imperio, llegando incluso a versar su propia sangre en
la Ciudad eterna, y asociando así sus nombres con la historia
de la Roma cristiana. "Este itinerario de la "Piedra"
y el "Instrumento elegido", continuó el Pontífice,
constituye, en cierto sentido, un modelo del camino que cada cristiano
está llamado a cumplir para testimoniar a Cristo en el mundo".
El mensaje que recibimos de estos apóstoles del Señor
es claro: el hombre puede convertirse en toda circunstancia en signo
de la potencia victoriosa de Dios. Quien confía en Él
experimenta la consoladora presencia del Espíritu, sobre todo
en los momentos de prueba y de dolor.
Y dirigiéndose
a los nuevos Metropolitanos que recibían el Palio del Sucesor
de Pedro, el Papa les invitó a buscar la comunión espiritual
y pastoral en beneficio de los fieles, promoviendo el sentido de la
unidad y de la universalidad de la Iglesia. "Custodiad en vosotros
y en las personas que os han sido confiadas, esa santidad de vida
que es un don sobrenatural de la gracia del Señor".
El Pontífice
finalizó su homilía saludando a la Delegación
enviada por el Patriarca de Constantinopla Bartolomé I y guiada
por el Metropolita Panteleimon. Esta visita, afirmó el Papa,
constituye un momento providencial en el camino hacia el restablecimiento
de la plena comunión. Al inicio del tercer milenio sentimos
la necesidad de "caminar desde Cristo" fundamento de nuestra
fe y misión comunes.
Cinco
de los 28 Arzobispos Metropolitanos que han recibido el palio de manos
del Papa son de lengua española. Dos de España, Mons.
Carlos Osoro Sierra y Mons. Gil Hellín, arzobispos de Oviedo
y de Burgos respectivamente, dos de Venezuela, es decir Mons. Antonio
José López Castrillo y Mons. Diego Rafael Padrón
Sánchez, arzobispos de Calabozo y de Cumaná, y Mons.
Eustaquio Pastor Cuquejo Verga, arzobispo de Asunción.
MENSAJE
EN EL MILENARIO DEL NACIMIENTO DE SAN LEÓN IX
En su
mensaje con motivo del Milenario del nacimiento de San León
IX, Juan Pablo II expresó su deseo de que "su figura nos
ilumine en nuestro servicio a la Iglesia y a nuestros hermanos, para
la gloria de Dios y la salvación del mundo!". Este era
el deseo de Juan Pablo II en una carta dirigida al cardenal Paul Poupard,
presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, y su enviado especial
a las celebraciones con motivo del Milenario del nacimiento de Bruno
d'Eguisheim-Dabo, que tomó el nombre de León IX al ser
elegido Papa en 1049.
El Santo
Padre, uniéndose espiritualmente a los fieles reunidos en torno
a su pastor en las diócesis de Estrasburgo, Metz, Nancy y Toul,
en "acción de gracias por las maravillas que Dios hizo
para su Iglesia a través de la vida y el ministerio del Papa
León IX", con la esperanza de que se dejen "guiar
por el Espíritu Santo para participar en el crecimiento de
la Iglesia del tercer milenio", hace hincapié en la necesidad
de que la "vida y el ministerio" de este santo Pontífice
sirvan de "inspiración, ejemplo e impulso para responder
a las exigencias actuales del Anuncio del Evangelio" y "para
afrontar con confianza una situación eclesial nueva".
Tras
recordar que San León IX, nacido en Alsacia el 21 de junio
de 1002, había sido llamado a ser Obispo de Toul cuando tenía
apenas 25 años de edad, emprendiendo con "paciencia y
caridad" la reforma de esa diócesis que conocía
profundas dificultades, Juan Pablo II destaca que también como
Papa este pastor "emprendió reformas que no eran la mera
aplicación mecánica de una teoría, sino fruto
de una atención constante a las personas y a los acontecimientos,
para discernir la acción del Espíritu, así como
la expresión de una fidelidad personal a Cristo y al Evangelio".
"Mil
años después, la generación actual está
llamada a volver a Cristo para reavivar su fe y su esperanza, a caminar
desde Cristo para revelar al mundo el misterio de la salvación"
- reitera Juan Pablo II para luego subrayar que San León IX
era hombre de oración y de comunión. Comprometido en
la reforma de la vida monástica, atento a las situaciones de
pobreza de los más necesitados y hombre de amplia cultura.
Sensible a los brotes de renovación de su tiempo. Particularmente
atento a impulsar la vida consagrada, preciosa y necesaria para el
presente y para el porvenir del pueblo de Dios, pues pertenece íntimamente
a su vida, santidad y misión". En este contexto el mensaje
del pontífice recuerda las grandes figuras de santidad que
ha donado a la Iglesia Universal la tierra que vio nacer a León
IX.
De este
Papa santo, Juan Pablo II recuerda también que "a través
de sus numerosos viajes" desarrolló una intensa actividad
para afirmar a los hermanos en la fe. Y su anhelo de promover una
comunión cada vez más intensa, como demuestran las cumbres
reformadoras, los sínodos y los concilios que convocó
a lo largo de su pontificado. El mensaje finaliza haciendo hincapié
en la acción pastoral de León IX, cuya densidad y vigor,
además de ser impresionantes, enriquecen con sus enseñanzas
a la Iglesia de hoy.
EL
MUNDO TIENE NECESIDAD DE TESTIMONIOS Y DEL CAMINO DE CONTEMPLACIÓN
En una
Carta a las participantes en el Capítulo General de las Misioneras
Siervas del Espíritu Santo, Juan Pablo II recuerda a estas
religiosas que "el mundo tiene necesidad de testimonios y de
vuestro camino de contemplación, pues vuestra profunda relación
con Cristo os dará la capacidad de hacer que Él 'sea
acogido en su múltiple presencia en la Iglesia y en el mundo
y confesado como sentido de la historia y luz de nuestro camino'.
(Novo Millennio Ineunte, 15).
El Papa,
poniendo de relieve que, en este Capítulo General, las Misioneras
Siervas del Espíritu Santo se proponen la tarea de "reavivar
el celo misionero en sus comunidades respectivas" en numerosos
países del mundo, reitera que el Sucesor de Pedro tiene el
mismo anhelo. En este contexto, Juan Pablo II cita lo que escribió
en su Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte y destaca que
"la Iglesia no puede sustraerse a la actividad misionera hacia
los pueblos, y una tarea prioritaria de la missio ad gentes sigue
siendo anunciar a Cristo, 'Camino, Verdad y Vida' (Jn 14,6), en el
cual los hombres encuentran la salvación" (56).
El Mensaje
del Pontífice evoca la figura de los fundadores de esta congregación
de misioneras y las exhorta a seguir el carisma de los Beatos Arnold
Janssen y María Helena Stollenwerk y de la Sierva de Dios Josefa
Hendrina Stenmanns. Tras recordar la preciosa herencia que ellos han
dejado a los que están llamados a servir en situaciones de
gran dificultad, allí donde hay personas a las que se les niegan
los cuidados necesarios y toda oportunidad de vida, Juan Pablo II
destaca la vocación de las Misioneras Siervas del Espíritu
Santo, llamadas a la entrega y sacrificio total de sí mismas
para desarrollar su apostolado de Evangelización al servicio
de los ancianos y enfermos.
ECOTURISMO,
LLAVE DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
El Papa
propone un turismo que respete el ambiente y el desarrollo sostenible
en su mensaje para la Jornada Mundial del Turismo que se celebrará
el próximo 27 de septiembre.
"Ecoturismo,
llave del desarrollo sostenible" este el lema de la Jornada Mundial
del Turismo. Juan Pablo II, sensible a los temas ecológicos
y ante la emergencia del turismo salvaje, poco respetuoso con la naturaleza,
propone en su mensaje para la celebración de esta jornada,
que tendrá lugar el próximo 27 de septiembre, una línea
y una cultura "naturales" que den valor a las bellezas de
la creación y orienten al hombre para que se acerque a ellas
con respeto, disfrutando sin alterar su equilibrio.
El Papa,
preocupado sobre todo en recuperar la dimensión espiritual
del sentido del viaje y del turismo en el hombre de hoy, habla de
"ecología interior" como favorecedora de efectos
positivos e inmediatos en la "ecología exterior".
Una línea ésta que ha de ser impulsada para hacer que
prevalezca "la cultura de la vida" sobre la "cultura
de la muerte". Se deberán por tanto favorecer formas de
turismo - dice el Santo Padre - más respetuosas con el ambiente,
más moderadas en el uso de los recursos naturales y más
solidarias con las culturas locales.
Es decir,
formas de fuerte motivación ética que se apoyen en la
convicción de que el ambiente es la casa de todos y que por
tanto los bienes naturales pertenecen tanto a los hombres de hoy como
a las generaciones futuras. En este sentido Juan Pablo II es partidario
de la nueva sensibilidad, conocida como "ecoturismo", que
ayuda a regularizar el equilibrio de la naturaleza y sus ecosistemas
y a tutelar el ambiente.
"Frente
al preocupante problema de la explotación de la creación,
la sociedad moderna no encontrará una solución adecuada
- dice el Papa - si antes no cambia seriamente de "estilo de
vida", apoyando sus bases en sólidos puntos de referencia
y de inspiración: es decir, sino tiene "la clara conciencia
de que la creación es obra de la sabiduría próvida
de Dios y de que el hombre juega un importante papel y tiene una gran
responsabilidad en este diseño divino de la creación.
"El
turismo puede ser un instrumento eficaz para formar esta conciencia"
- señala el Papa. Un trato menos agresivo con el ambiente natural
ayudará a descubrir y a apreciar mejor los bienes confiados
a la responsabilidad de todos los hombres. Conocer de cerca la fragilidad
de muchos aspectos de la naturaleza dará también una
mayor conciencia de la urgencia de adecuadas medidas para su protección.
TELEGRAMA
POR EL CHOQUE DE TRENES EN TANZANIA
Juan
Pablo II profundamente apenado ante la noticia de la catástrofe
ocurrida el 24 de junio en la región central de Tanzania -
al chocar un tren de pasajeros con otro de carga, que causó
unos 200 muertos y 800 heridos, la mitad de ellos de gravedad - transmite
su pesar a todos los afectados, asegurando su cercanía en la
oración.
Un telegrama
enviado en nombre del Papa por el cardenal Secretario de Estado, Angelo
Sodano, manifiesta que el Santo Padre encomienda a todas las víctimas
de esta tragedia al amor y misericordia del Todopoderoso e invoca
los divinos dones de fortaleza y consuelo sobre las familias afligidas
y así como sobre todos los heridos.
APROBADOS
LOS ESTATUTOS DEL "CAMINO NEOCATECUMENAL"
El viernes
por la mañana Kiko Argüello, Carmen Hernández y
el presbítero Mario Pezzi, en calidad de miembros del equipo
internacional responsable del Camino Neocatecumenal, recibieron el
decreto de aprobación de este movimiento que nació en
1964 en Madrid y que desde entonces se ha extendido a más de
100 países en el mundo. Este acto, presidido por el cardenal
James Francis Stafford, presidente del Consejo Pontificio para los
Laicos, es un acontecimiento de notable importancia eclesial, dado
que la normativa aprobada tiene el objetivo de reglamentar la praxis
del Camino Neocatecumenal y su inserción armónica en
el tejido eclesial.
Fruto
de la renovación suscitada por el Concilio Vaticano II, el
Camino Neocatecumenal se pone al servicio de los obispos diocesanos
y de los párrocos como una modalidad de redescubrimiento del
sacramento del Bautismo y de educación permanente en la fe.
Una propuesta dirigida a los fieles que desean reavivar en su vida
la riqueza de la iniciación cristiana, recorriendo este itinerario
de catequesis y de conversión. Además el Camino es un
instrumento para la iniciación cristiana de los adultos que
se preparan para recibir el Bautismo.
FIRMA
DE LA CONVENCIÓN CONTRA LA TORTURA
La Santa
Sede firmó el miércoles su adhesión a la "Convención
contra la Tortura y otras Penas o Tratamientos Crueles, Inhumanos
o Degradantes", y lo hizo en ocasión de la celebración
del Día Internacional del apoyo a las víctimas de la
Tortura, declarada por las Naciones Unidas.
Con este
motivo, Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, hizo
público un mensaje para recordar que la humanidad debe permanecer
unida en la lucha contra esa lacra. Asimismo retomó las palabras
de dicha convención entrada en vigor hace quince años
y que señalaban que ninguna circunstancia excepcional, ya sea
un estado de guerra, de inestabilidad política u otra situación
de emergencia pública justifica un acto de tortura.
El documento
de adhesión, firmado por Juan Pablo II, fue remitido a la oficina
del Secretario de las Naciones Unidas en Nueva York por el arzobispo
Renato Martino, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU,
quien, al entregar la adhesión, recordó que la Iglesia
católica se ha pronunciado de forma constante a favor del respeto
incondicional de la vida misma, y ha condenado claramente todo acto
que constituya una violación de la integridad de la persona
humana como las mutilaciones, la tortura física o moral y las
presiones psicológicas.
LAS
RELIGIONES PUEDEN CONTRIBUIR A PREVENCIÓN Y SOLUCIÓN
DE CONFLICTOS
ENCUENTRO DE REFLEXIÓN SOBRE EL PAPEL DE LAS RELIGIONES
EN LA RECONCILIACIÓN
Y EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ
En este
mes de Junio en el que Juan Pablo II ha propuesto rezar "para
que los responsables y los fieles de las diversas religiones cooperen
en la búsqueda de la paz mundial, comenzando por la conversión
del corazón y por el diálogo fraterno", el cardenal
Francis Arinze, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo
Interreligioso, ha organizado y presidido en el Vaticano un encuentro
de reflexión sobre el papel de las religiones en la reconciliación
y en la construcción de la paz, en el espíritu de la
Jornada de Oración por la Paz en el mundo celebrada el 24 de
enero en Asís.
La reunión,
que tuvo lugar del 7 al 8 de junio, contó con la participación
de miembros de diversas religiones procedentes de varios países,
además de un representante del Consejo Mundial de las Iglesias
de Ginebra. Durante el encuentro se analizaron asimismo los resultados
de la Asamblea Interreligiosa celebrada en octubre de 1999 en el Vaticano.
El Comunicado final señala que todos los participantes han
afirmado estar de acuerdo en que se debe "estudiar juntos el
papel y los recursos de las religiones para la paz tanto global como
localmente" y consideran que "las religiones pueden contribuir
tanto a la prevención como a la solución de los conflictos".
También
se puso de relieve la importancia de organizar grupos de trabajo para
"estudiar los textos fundamentales, examinar los diversos modelos
y llevar a cabo algunas acciones simbólicas, con el objetivo
de lanzar el mensaje de que las religiones pueden ser un catalizador
para la paz y la justicia". Otro tema destacado fue el de la
formación de una consulta para cooperar con el Consejo Pontificio
para el Diálogo Interreligioso en la puesta en práctica
de las propuestas elaboradas.
En una
entrevista concedida a nuestra emisora, el cardenal Francis Arinze
hizo hincapié en la voluntad de trabajar para que "el
tren que llevó a los representantes de las religiones a Asís
no se detenga nunca" y que las lámparas que se encendieron
en la ciudad de San Francisco "permanezcan siempre encendidas".
El presidente
del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso hizo
hincapié en el anhelo de mantener una colaboración constante
de todas las religiones en favor de la paz para ayudar a este mundo
nuestro a avanzar por la senda del diálogo y de la reconciliación.
Y, en el espíritu impulsado por Juan Pablo II en Asís
y en reiteradas ocasiones, recordar que la religión nunca debe
ser razón o pretexto de tensiones y violencias. Pues la religión
debe exhortarnos, más bien, a dirigir nuestra mirada a Dios
que nos invita a amarnos los unos a los otros.
NOMBRAMIENTOS
PONTIFICIOS
ARCHIDIÓCESIS
DE MILWAUKEE (ESTADOS UNIDOS)
Juan Pablo II ha nombrado arzobispo metropolitano a monseñor
Timothy Michael DOLAN, hasta ahora obispo titular de Natchez y auxiliar
de la archidiócesis de Saint Louis.
ARCHIDIÓCESIS
DE BAMBERG (REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA)
El Papa ha nombrado arzobispo metropolitano a monseñor Ludwig
SCHICK, hasta ahora obispo titular de Auzia, auxiliar de Fulda.
DIÓCESIS
DE SPI (ESLOVAQUIA)
El Santo Padre ha nombrado auxiliar de la diócesis a monseñor
tefan ECKA, vice rector del Seminario de Spi, asignándole
la sede titular episcopal de Sita.
DIÓCESIS
DE ANAGNI-ALATRI (ITALIA)
El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de
la diócesis presentada por monseñor Francesco LAMBIASI,
asistente eclesiástico general de Acción Católica
Italiana. En su lugar Juan Pablo II ha nombrado obispo a monseñor
Lorenzo LOPPA, del clero de la diócesis suburbicaria de Velletri-Segni,
Vicario Episcopal para la Pastoral y párroco de la Parroquia
de Santa Maria degli Angeli en Segni.
VICARIATO
APOSTÓLICO DE BLUEFIELDS (NICARAGUA)
Juan Pablo II ha nombrado auxiliar al padre Dawid Albin ZYWIEC,
O.F.M.Cap., vicario episcopal de la vicaría Sur del Vicariato
Apostolico di Bluefields, asignándole la sede titular episcopal
de Giru di Marcello"
ADMINISTRACIÓN
APOSTÓLICA DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY EN CAMPOS (BRASIL)
El Papa ha nombrado obispo coadjutor de la administración apostólica
al sacerdote Fernando ARÊAS RIFAN, vicario general de la misma
administración apostólica, asignándole la sede
titular de Cedamusa.
CONGREGACIÓN
PARA LA DOCTRINA DE LA FE
El Pontífice ha nombrado consultor de la Congregación
al padre Kevin FLANNERY, decano de la Facultad de Filosofía
de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.
CONGREGACIÓN
PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA
El Santo Padre ha nombrado consultor de la Congregación a Sergio
ZANINELLI, rector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón
de Milán.
ACADEMIA
PONTIFICIA PARA LA VIDA
Juan Pablo II ha nombrado miembros ordinarios de la Academia a Aníbal
GIL LOPES, profesor de fisiología de la Universidad de Río
de Janeiro (BRASIL) y a Angelo FIORI, profesor de medicina legal del
Hospital Policlinico Gemelli de Roma (ITALIA).
PREFECTURA
PARA LOS ASUNTOS ECONÓMICOS DE LA SANTA SEDE
El Papa ha nombrado miembros de la Prefectura a los cardenales Ivan
DIAS, arzobispo de Bombay y a Edward Michael EGAN, arzobispo de Nueva
York.
COMENTARIO
A LA LITURGIA DEL DOMINGO
DOMINGO
XIII DEL TIEMPO ORDINARIO (A): 30.06.02
"El
que pierda su vida por mí, la encontrará"
Al volver
al Tiempo Ordinario del Año Litúrgico es fácil
sentir añoranza por las grandes solemnidades que han marcado
el Tiempo Pascual y las que hemos celebrado a su término: la
Santísima Trinidad, el Corpus y el Sagrado Corazón de
Jesús. Los textos bíblicos y las oraciones litúrgicas
eran de sorprendente belleza. Por el contrario, los domingos del Tiempo
Ordinario ofrecen textos más humildes, menos llamativos, hasta
quizás hacernos pensar que "Ordinario" sea sinónimo
de mediocre o poco importante. Que nadie se deje llevar de esa tentación,
que además de falsa es dañina para la vida del espíritu.
La gran
virtud de este tiempo es el obligarnos a abandonar la costumbre de
volar alto, para excavar en profundidad en nuestra vida, y poder comprobar
si las maravillas contempladas en las grandes solemnidades han calado
en lo profundo de nuestros corazones y las estamos testimoniando en
la vida de cada día. Acerquémonos ahora, sin prejuicios,
a las lecturas de este día y descubriremos que poseen una riqueza
extraordinaria de temas referentes a los aspectos esenciales de la
vida cristiana, teniendo como referente el amor absoluto por Jesucristo.
El problema
de fondo de toda la vida cristiana es el amor: amar a Jesucristo por
encima de todo y de todos; ésta es la esencia del cristianismo,
como afirma el evangelio de este domingo con toda claridad. El que
ama a Jesús ama también la cruz, en la que está
la fuente para participar en la vida de los hijos de Dios; el que
se ha convertido en hijo de Dios realiza con gran gozo las obras del
amor para con el prójimo. Las consecuencias de este amor absoluto
por Jesucristo vienen bien ilustradas hoy por la Carta a los Romanos
y el 2º Libro de los Reyes.
Jesús
es la encarnación del amor infinito de Dios para nosotros,
por lo que tiene derecho a un amor absoluto de nuestra parte. Es cierto
que nuestro amor hacia Él no se mide con el metro del sentimiento,
sino sobre la sinceridad de la inteligencia y la voluntad. No es un
amor que se siente, es amor que se quiere. Si para ser fieles a ese
amor se debe caer en la desaprobación o, incluso, en el odio
de los progenitores, de los hermanos, de los hijos, el amor por Jesús
debe vencer sobre los afectos y los sentimientos más queridos.
Así lo dice Jesús: "El que ama a su padre o a su
madre más que a mí, no es digno de mí".
Por eso, este amor se puede convertir en crucificante y martirizante;
el Maestro lo reconoce y afirma: "El que no toma su cruz y me
sigue, no es digno de mí". Sí, con estas advertencias
el Señor nos dice que si queremos vivir en cristiano, no podemos
excluir la posibilidad del martirio. No, no debemos tener miedo de
esta posibilidad, porque cuando el amor hacia Cristo es sincero, permite
afrontar con serenidad y gozo todas las pruebas de la vida, incluso
las más trágicas.
A quien
le ama y participa en su cruz, Jesús le promete una vida misteriosa
y maravillosa que eleva al hombre por encima de su condición
natural. El evangelio de hoy no dice cómo y dónde se
adquiere esta vida, deja que sea San Pablo quien complete las enseñanzas
de Jesús con los densos versículos de la Carta a los
Romanos. La vida prometida no es otra que la del Señor resucitado,
ofrecida al hombre en el bautismo. Precisa, no obstante el Apóstol,
que el bautismo introduce en la vida del Resucitado en cuanto es participación
del misterio pascual, es decir, de la muerte y resurrección
de Cristo y, por tanto, de su victoria sobre el pecado: "Los
que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados
a su muerte". La vida bautismal, es vida pascual, es vida de
resucitados; San Pablo la presenta lapidariamente así: "Consideraos
muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús".
Dar y acoger deben ser los rasgos características de los renacidos
en el bautismo.
Las notas
finales del evangelio de este día nos remiten a la 1ª
lectura, que nos narra la hospitalidad con que fueron recibidos por
una familia Sunamita, el profeta Eliseo y su discípulo Guiezi.
Demuestra cómo el Señor premia a los que saben acoger
y dar con el estilo de los hijos de Dios. El premio de la maternidad
por la caridad de la Sunamita no es del todo espiritual, pero tampoco
podemos pensar que la bondad de Dios prepara sólo los premios
eternos para los que cumplen las obras de su amor. Cantemos eternamente
sus misericordias.
CATÓLICOS
Y ANGLICANOS TIENEN EN COMÚN MUCHO MÁS DE LO QUE LOS
SEPARA
En la
tarde del 18 de enero del año 2000, Año del Gran Jubileo,
Juan Pablo II abrió la Puerta Santa de la Basílica de
San Pablo Extramuros, teniendo a su derecha y a su izquierda a un
Metropolita ortodoxo y al Primado anglicano. La Basílica de
San Pablo, el Apóstol de los Gentiles, tiene un especial sabor
ecuménico, de ahí la importancia y la trascendencia
de la presencia de estos dos jerarcas, de la Iglesia Ortodoxa uno
y el otro de la Iglesia anglicana. Aquel acto tan significativo sigue
siendo recordado cada vez que alguna personalidad eclesial procedente
de los hermanos separados se acerca en visita al Santo Padre. El viernes,
21 de junio lo hizo el Arzobispo de Canterbury y Primado de la Iglesia
anglicana, George Carey.
La visita
ha sido una visita de despedida, pues en el mes de octubre próximo
termina el mandato pastoral del prelado anglicano. El Papa en su conversación
con él aludió a la importante etapa ecuménica
revitalizada por la Declaración común firmada en 1996,
así como a la puesta en marcha de los trabajos de la nueva
Comisión mixta católico-anglicana. Un tema muy actual
estuvo presente también en la conversación entre el
Papa y el Primado anglicano: Tierra Santa. "Reflexionando sobre
los peligros y los desafíos del presente, dijo el Santo Padre,
no podemos dejar de sentir la urgencia de trabajar juntos en promover
la paz y la justicia". Con cuatro años de anticipación,
el Primado anglicano ha anunciado su retiro del prestigioso encargo
pastoral, que tendrá lugar el 31 de octubre próximo.
El Arzobispo número 103 de Canterbury ha estado diez años
al frente de cerca de 70 millones de personas que en el mundo adhieren
a la Comunión anglicana.
"Creo
que la razón más importante de esta visita esté,
a un nivel estrictamente personal, en expresar mi gratitud al Santo
Padre, afirmó el Primado en unas declaraciones a Radio Vaticano,
por la amistad que hemos construido a lo largo de estos últimos
11 años. He tenido ocasión de encontrarlo en muchas
ocasiones y tengo una gran estima de él, como hermano en la
fe; respeto profundamente su figura de guía espiritual para
toda la cristiandad en todo el mundo. En nuestras conversaciones hemos
hablado del camino hacia la unidad más profunda; ciertamente
hay divergencias, pero, en los aspectos fundamentales, la Iglesia
católica romana y la Comunión anglicana, en realidad,
están muy cercanas".
El Arzobispo
de Canterbury terminaba sus declaraciones afirmando que cree necesario
trabajar más intensamente a nivel teológico, aunque
puedo decir, afirmó, que los estudios continúan de manera
tranquila, aunque no tan rápidamente como yo quisiera, pero
es cierto que hay que pensarlo a largo plazo. Llevamos separados 450
años, no podemos imaginar que vamos a alcanzar la unidad deseada
en el espacio de uno o dos años. Los progresos que vamos haciendo
son estimulantes, no cabe duda. Ya sé que hay quien piensa
que el camino ecuménico es muy lento y que ha cambiado de dirección.
No obstante, yo quisiera recordar a estas personas que hace apenas
dos años el Santo Padre y yo hemos creado este Grupo de trabajo
en términos prácticos e incluso locales. Todo esto es
en extremo importante. Hay que considerar también que a nivel
local, en todo el mundo, han sucedido muchas cosas, se han producido
muchos cambios. Los cristianos, no sólo los anglicanos o los
católicos romanos, están comprometidos en una especie
de misión en el mundo. Juntos están afrontando por un
lado una gran apatía y por el otro un sectarismo cada vez mayor.
Por encima de estos retos comunes, concluyó el Primado anglicano,
hay que recordar una vez más que lo que tenemos en común
es mucho más vasto de lo que aún nos divide".
CENTINELAS
DE LA MAÑANA: HACER DEL MUNDO UN LUGAR MÁS HUMANO
El martes
25 de junio tuvo lugar en la sede de Radio Vaticano una conferencia
de prensa de presentación del nuevo documento del cartel italiano
"Centinelas de la mañana" sobre la próxima
cumbre del G8 en Canadá. "Centinelas de la mañana"
agrupa a unas 60 asociaciones católicas italianas anti globalización.
El 7 de julio de 2001 en Génova presentaron un Manifiesto a
los potentes del mundo sobre cómo gobernar la globalización,
y ahora después de un año hacen un balance y definen
nuevas propuestas para hacer del planeta un lugar más humano
en el que vengan tuteladas todas las formas de vida.
Pero
las injusticias y el uso arrogante de la violencia prosiguen lacerando
el Sur del mundo. Según las asociaciones y grupos que forman
el cartel es escandaloso que se continúen persiguiendo la política
de las promesas y de los intereses de los más fuertes cuando
millones de seres humanos mueren a causa de enfermedades curables,
de la malnutrición, las guerras o el terrorismo. "La atención
del mundo -señalan "Centinelas de la mañana"-
del mundo rico, está monopolizada por la violencia mientras
se olvida la cotidiana pobreza de la gran mayoría de las poblaciones
de nuestro planeta.
Los ámbitos
en los cuales se ofende gravemente a la vida humana son: la guerra,
la deuda y la pobreza y pero los grandes de la tierra poco o nada
han hecho para dar reglas más justas al comercio internacional
o aumentar las cifras destinadas a las ayudas al desarrollo de los
países no desarrollados. Los grupos católicos anti globalización
piden eficacia, responsabilidad y verdaderos instrumentos para transformar
la globalización y no sólo intervenciones de emergencia
en el último momento.
"Centinelas
de la mañana" ante la cumbre de Canadá piden a
los 8 grandes del mundo que "se favorezca el desarrollo sostenible
de manera que se conjugue el desarrollo económico con el crecimiento
del rédito en los países pobres. Piden también
condiciones salariales y de trabajo más dignas para los trabajadores,
la tutela del ambiente y el comercio internacional. Respecto a la
inseguridad mundial y las guerras afirman que la violencia no es el
camino para eliminar la violencia y en este sentido confirman la necesidad
de un control más severo del mercado de las armas y subrayan
la necesidad de reformar y reforzar de manera creíble y eficaz
las Naciones Unidas.
MISAS
DE ACCIÓN DE GRACIAS EN ROMA
El domingo
por la mañana se celebraron en la Iglesia Española de
Santiago y Montserrat las misas de acción de gracias por la
recepción de los palios, el día anterior, presididas
por los arzobispos de Burgos y Oviedo para los grupos de fieles venidos
a Roma de estas Archidiócesis españolas.
A las
diez de la mañana fueron los fieles burgaleses los que celebraron
con su arzobispo, Mons. Francisco Gil Hellín una solemne eucaristía
acompañada por los cantos del coro de niños de la Catedral
de Burgos. Y a las once y media, dio comienzo la Misa del Arzobispo
de Oviedo acompañado por nueve diáconos asturianos y
un nutrido grupo de feligreses.