AUDIENCIA
GENERAL: FUTURO DE LA HUMANIDAD E IGLESIA DEPENDE DE LA FAMILIA
En la
Audiencia General del miércoles, una cita semanal a la que
acuden peregrinos de todo el mundo, el Papa, saludó y se dirigió
de forma especial al "Foro de Asociaciones Familiares",
destacando que precisamente un día antes se había celebrado
la "Jornada Mundial de la Familia, instituida por las Naciones
Unidas en 1994". El Santo Padre reiteró la importancia
de que los gobernantes e instituciones reconozcan plenamente los valores
de la familia "con políticas que tiendan a promover su
alta función social". Una vez más, Juan Pablo II
expresó el anhelo de que se logre afirmar cada vez más
la conciencia de que el "futuro de la humanidad y de la Iglesia
dependen de la familia".
El Papa
saludó también a las jóvenes acompañadas
por Don Benzi, un sacerdote italiano que desarrolla su apostolado
salvando a muchachas obligadas a prostituirse. El Santo Padre les
expresó su cercanía espiritual y sus oraciones, animándolas
a proseguir con confianza por el camino de la libertad, eje fundamental
de la dignidad humana. Precisamente en Roma - en la Universidad Pontificia
Gregoriana - se estaba celebrando una Conferencia Internacional sobre
la trata de seres humanos. El Papa animó a los participantes
en este encuentro a seguir en la lucha contra la esclavitud del siglo
XXI.
El Papa
saludó asimismo de forma especial a un grupo que provenía
de Timor Oriental. Y, recordando que esta nación se preparaba
a celebrar su independencia el lunes, 20 de mayo, el Pontífice
aseguró sus oraciones para que "los numerosos sacrificios
de los años recientes inspiren la construcción de una
sociedad de justicia y solidaridad". Que Dios bendiga el pueblo
de Timor Oriental - dijo Juan Pablo II - con libertad y paz verdaderas.
En cuanto
a la catequesis, esta semana se centró en el cántico
de Habacuc, expuesto por el Papa en la catequesis del miércoles,
muestra la clemencia compasiva de Dios, que no sólo se levanta
de su trono para destruir la arrogancia del impío sino también
para salvar a su pueblo.
Habacuc,
uno de los profetas llamados "menores", vivió en
el siglo VII antes de Jesucristo. Era el momento de la decadencia
de Asiria y de la expansión de Egipto por un lado y de Babilonia
por otro. En medio se encuentra el pequeño pueblo de Israel.
Es la época también de otro profeta menor, Nahún.
Son tiempos de opresión y de violencia. Habacuc representa
a su pueblo y lanza al Señor la pregunta: "¿Hasta
cuándo, Señor?". La liturgia de Laudes recoge este
himno, que, con tono de lamentación, acompañada con
instrumentos de cuerda, retoma el hilo de la antigua plegaria de Israel,
y nos invita a transformarla en canto cristiano.
Sobre
el coro orante se eleva la voz solista de Habacuc, intercediendo por
su pueblo. Es una súplica en forma de acto de confianza: aunque
los enemigos sean poderosos, más poderoso es el Señor,
que aparece como guerrero cósmico incontrastable; aunque los
campos sufran también por la sequía, el profeta celebra
al Señor de la naturaleza y de la historia. Su figura se impone
sobre la escena del mundo y del universo. Avanza desde el sur, desde
Temán, desde el monte Farán, es decir desde la zona
del Sinaí, sede, por otro lado, de la gran epifanía
de Dios, rodeado de luz, según una constante de la tradición
bíblica.
Es una
irradiación de su misterio trascendente que se comunica a la
humanidad: la luz, en efecto, está fuera de nosotros, no la
podemos detener ni apresar; no obstante nos envuelve y calienta. Así
es Dios, lejano y cercano, inalcanzable y sin embargo está
junto a nosotros, más aún, dispuesto a estar con nosotros
y en nosotros. La tradición cristiana ha vivido esta experiencia
interior no sólo en la espiritualidad personal sino también
en atrevidas e inspiradas creaciones artísticas.
Para
el profeta Habacuc, la entrada del Señor en el mundo tiene
un significado muy concreto. Él desea entrar en la historia
de la humanidad para juzgar y mejorar sus vicisitudes, ya que nosotros
lo hacemos de manera confusa y a menudo perversa. Dios aborrece el
mal. Por eso el profeta enumera una serie de intervenciones del Altísimo,
sin indicar si las realiza de manera directa o indirecta. Evoca el
éxodo de Israel y la desaparición de sus enemigos en
las aguas del mar. La intervención del Señor es descrita
en modo casi "visible" a través de una serie de imágenes
agrícolas en que todo signo de fertilidad es eliminado y el
mundo aparece como un desierto. Es el juicio del Señor que
no es indiferente al mal, a la opresión y a la injusticia.
Pero
el Señor, terminó diciendo el Papa en su reflexión
sobre el canto de Habacuc, tiene otra función, la de liberador
de los oprimidos, hace brotar la esperanza en el corazón de
las víctimas, abre una nueva era de justicia. Por eso, este
cántico, aun estando impregnado de lamento, se transforma en
un himno de alegría y concluye con una frase que expresa una
serenidad reconquistada: "El Señor es mi fuerza, me da
piernas de gacela, me encamina por las alturas". Por lo tanto,
cuando se tiene al Señor al lado, no se temen pesadillas ni
obstáculos, sino que se prosigue con paso ligero y con alegría
por los caminos de la vida, aunque sean ásperos.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
El himno
de Habacuc que meditamos hoy nos presenta una grandiosa imagen el
Señor: su figura destaca solemnemente sobre el mundo y el universo
entero se estremece ante su acción. Se nos presenta una irradiación
de su misterio trascendente que se comunica a la humanidad: Dios,
lejano y cercano, inabarcable y a la vez próximo a nosotros,
más aún, dispuesto para estar con nosotros y en nosotros.
Ante la revelación de su misterio la tierra responde con un
coro de alabanzas, una respuesta cósmica a la que el hombre
presta su voz.
Este
cántico muestra una vez más la clemencia compasiva de
Dios, que no sólo se levanta de su trono para destruir la arrogancia
del impío sino también para salvar a su pueblo. Por
eso, cuando se es consciente de la cercanía del Señor
no se temen los obstáculos sino que se camina con paso ligero
y con alegría por el camino, a veces difícil, de la
vida.
Saludo
a los peregrinos de lengua española; de modo particular a los
miembros de la Cofradía del Lignum Crucis, de España.
Os deseo a todos abundantes frutos espirituales de vuestra peregrinación
a Roma y copiosa efusión de dones del Espíritu Santo
en la ya cercana fiesta de Pentecostés.
******************
Tras
los saludos en las diversas lenguas, Juan Pablo II, se dirigió,
como es habitual, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién
casados. Recordando que el próximo siguiente se celebraba la
solemnidad de Pentecostés y "mientras nos preparamos para
la venida del Espíritu Santo", exhortó a los jóvenes
a ser siempre dóciles a la acción del Espíritu.
Animó
a los enfermos a invocar la luz del Espíritu y su apoyo en
el sufrimiento y en la prueba; por último, deseó para
los recién casados, que crezcan en el amor que el Espíritu
de Dios derrama en todos los corazones.
El 18
de mayo, sábado, Juan Pablo II cumplió 82 años.
Con este motivo habían llegado a su residencia del Palacio
Apostólico innumerables mensajes de felicitación. El
Santo Padre, aprovechando este encuentro con miles de fieles romanos
y peregrinos de todo el mundo, concluyó la audiencia dando
las gracias a todos con estas palabras: "Agradezco vivamente
las felicitaciones que me han sido enviadas y las oraciones que se
ofrecen al Señor en vistas de la Fiesta de mi cumpleaños.
Confío en vuestro apoyo espiritual para proseguir con fidelidad
en el ministerio que el Señor me ha confiado. ¡Gracias
de todo corazón!"
DIÁLOGO
Y ERRADICACIÓN DE LA MISERIA PARA ALCANZAR LA PAZ DURADERA
El Papa,
recibiendo conjuntamente a ocho nuevos embajadores, reiteró
que la paz duradera en el mundo se podrá alcanzar con el diálogo
y la erradicación de la miseria.
Juan
Pablo II recibía el viernes esta mañana a los nuevos
embajadores de ocho países, para el acto de presentación
de sus respectivas cartas credenciales y en su discurso de bienvenida
a todos ellos - es decir a los embajadores de Bielorrusia, Níger,
Suecia, Tailandia, Benín, Sudán, Islandia y Jordania
- el Pontífice hizo un llamamiento a "la solidaridad y
caridad fraterna de todos los hombres de buena voluntad" en un
mundo como el nuestro que tanta necesidad tiene de paz. Paz - recordó
el Santo Padre - que se podrá alcanzar con la erradicación
de la miseria y la supresión de las disparidades entre los
pueblos.
Tras
señalar las graves crisis y actos de violencia que se producen
en varias partes del mundo, como nos informan los medios de comunicación,
el Papa ha reiterado que la "Comunidad internacional y todos
los hombres de buena voluntad tienen el deber de movilizarse con mayor
intensidad para que se realicen los cambios que anhelan los pueblos
que más sufren".
Juan
Pablo II hizo hincapié en que "la paz debe ser la primera
prioridad para todos los países de todos los continentes, con
el fin de que cesen los conflictos armados, que no hacen más
que hipotecar el porvenir de las naciones y de los pueblos, algunos
de los cuales están sumidos en condiciones de vida degradantes
e indignas". Nadie - enfatizó el Santo Padre - puede desinteresarse
de la suerte de sus hermanos y actuar como si no la conociera.
El Pontífice
destacó "dos elementos esenciales" sobre los cuales
la Comunidad internacional debería "actuar conjuntamente".
Es decir, "por una parte el diálogo y las negociaciones
entre los protagonistas, llamados a vivir juntos en una misma tierra",
y, por otra, "en el fenómeno de la globalización
y la creciente brecha entre las naciones ricas y las pobres, que crea
cada vez mayores diferencias".
Y, recordando
asimismo que para alcanzar una paz duradera es necesario que "los
países menos avanzados se beneficien con el crecimiento económico
y las ayudas adecuadas", el Papa destacó que "la
primera perspectiva debe ser la de sostener las economías locales
y capacitar a las personas que un día asumirán el porvenir
de sus comunidades nacionales, para lograr así la necesaria
autonomía de su país". Logros - reiteró
el Santo Padre - que llaman a una solidaridad cada vez más
grande y a conductas coherentes por parte de todos.
En esta
perspectiva, tras destacar la importancia de la educación y
la necesidad de los jóvenes de saber que sus esperanzas para
el futuro no son vanas, Juan Pablo II puso de relieve la "importancia
primordial" que reviste la misión de los diplomáticos.
Pues ellos están llamados a "crear lazos" entre los
pueblos y a servir como puentes entre sus respectivos países
y los demás, siempre en el respeto de las personas y de los
mismos pueblos, favoreciendo además las negociaciones y los
intercambios.
A los
nuevos embajadores de Bielorrusia, Níger, Suecia, Tailandia,
Benín, Sudán, Islandia y Jordania - el Pontífice
les recordó que la Santa Sede, "gracias a sus mismos diplomáticos
y a las comunidades católicas locales está presente
en todo el mundo, con el anhelo de obrar por el bien común
y el respeto de la dignidad de todo ser humano". Ahora con esta
nueva misión vuestra - afirmó luego el Papa - podréis
conocer desde su interior las preocupaciones y acciones de la Santa
Sede.
Juan
Pablo II concluyó su discurso general haciendo hincapié
en que la Iglesia católica, por medio de su participación
activa en el plano diplomático y gracias a las comunidades
locales, se compromete, en los distintos países del mundo,
en favor del respeto de la dignidad de las personas y del reconocimiento
de los pueblos, buscando todos los medios pacíficos para instaurar
la paz y el entendimiento entre las naciones. E impulsando la fraternidad
entre todos, para ofrecer a cada uno una tierra donde vivir dignamente
su vida personal, familiar y social, participando según sus
propias capacidades.
En concreto,
en su discurso al embajador de Sudán, un país en busca
de soluciones concretas a la espiral de violencia que oprime a la
población desde hace años, el Pontífice indicó
una serie de puntos como la necesidad de respetar a las minorías,
garantizar a todos la participación en la vida política,
rechazar discriminaciones por la etnia de pertenencia, la cultura
o el credo y promover la libertad religiosa, que es el elemento esencial
de cualquier coexistencia pacífica. Un tema, este último,
que el Santo Padre abordó también en los respectivos
discursos a los embajadores de Tailandia y Bielorrusia.
La paz
fue también un tema central en los discursos a los embajadores
de Benín y Níger, a quienes habló de cuestiones
de particular urgencia como la pobreza extrema, la plaga del analfabetismo,
la condición de la infancia "a menudo víctima inocente
de tráficos inaceptables. Paz de nuevo, como bálsamo
para una región herida por el odio, Oriente Medio, en el discurso
al embajador de Jordania, una nación a la que el Papa agradeció
su papel en la reanudación de las negociaciones israelo-palestinas.
Juan
Pablo II recordó asimismo la conclusión positiva del
asedio a la Basílica de la Natividad en Belén y ha renovado
su llamamiento a todos los gobernantes del mundo para que se comprometan
en lograr una protección eficaz de los lugares santos y un
estatus especial. A los diplomáticos de Islandia y Suecia el
Papa subrayó que la globalización no puede someter todo
a la economía reduciendo las relaciones entre los Estados a
simples transacciones comerciales.
LA
SOLIDARIDAD ENTRE CIUDADES RICAS Y POBRES ES UNA NECESIDAD MORAL
LOS
ALCALDES DE LAS CIUDADES MÁS IMPORTANTES DEL MUNDO EN ROMA
PARA CREAR UNA RED DE SOLIDARIDAD ENTRE LAS METRÓPOLIS DE LOS
PAÍSES DESARROLLADOS Y LAS DE LOS MENOS FAVORECIDOS
"Crear
un nuevo estilo de solidaridad para promover un mundo más humano
para todos. Que la abundancia de algunos no obstaculice sino que ayude
el desarrollo de los demás". Esta fue la exhortación
de Juan Pablo II a los alcaldes de las ciudades más importantes
del mundo.
"Una
ciudad es mucho más que un territorio, una zona que produce
economía o una realidad política. Es ante todo una comunidad
de personas, y en especial de familias y niños". Lo reiteraba
Juan Pablo II el lunes por la mañana al recibir a numerosos
alcaldes de las ciudades más importantes del mundo, que han
participado, estos días en Roma, en una conferencia sobre la
globalización y sus efectos en las vidas de los ciudadanos,
para crear una red de solidaridad entre las metrópolis de los
países desarrollados y las de los menos favorecidos. A "los
que ejercen el control administrativo y político" de las
ciudades, el Papa les recordó sus "firmes responsabilidades
en lo que respecta al bien común de las personas", la
"dignidad y derechos inalienables de toda vida humana",
y los importantes deberes que como ciudadanos tienen para con toda
la comunidad.
Tras
hacer hincapié en que "la solidaridad debe ser el único
rasgo que caracteriza a una ciudad", el Santo Padre destacó
que los serios problemas sociales y económicos no se podrán
resolver mientras no se dé vida a un "nuevo estilo de
solidaridad humana". En este contexto, Juan Pablo II subrayó,
una vez más, que las instituciones y organizaciones sociales,
así como los Estados, deben impulsar la "promoción
de un movimiento general de solidaridad entre todos los sectores de
la población, con especial atención a los débiles
y marginados".
Juan
Pablo II señaló que la solidaridad humana que se debe
promover es "una necesidad moral, a la que todas las personas
deben ser educadas" y que para todos aquellos que, de una forma
u otra, ejercen alguna influencia "debe ser un compromiso de
su propia conciencia". El Papa recordó asimismo que "la
meta de la solidaridad debe ser la promoción de un mundo más
humano para todos. Un mundo en el que todos los individuos tengan
la capacidad de participar de forma positiva y fructuosa, y en el
que la abundancia de algunos no constituya un obstáculo para
el desarrollo de los demás, sino una ayuda".
A los
alcaldes de las ciudades más importantes de planeta, el Santo
Padre los exhortó a enfocar sus cometidos como "una oportunidad
única para hacer el bien y para mejorar realmente el mundo
en el que vivimos". Y deseando que "el Todopoderoso ilumine
y sostenga sus esfuerzos" invocó "abundantes bendiciones
de armonía y paz" sobre ellos y sus ciudadanos.
3
SIGLOS EDUCANDO EN LA SOLIDARIDAD, TOLERANCIA, PLURALISMO,
SERVICIO Y CULTURA
7.000 HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS CANTARON CUMPLEAÑOS
FELIZ AL PAPA
Juan
Pablo II recibió el sábado en audiencia, en el Aula
Pablo VI, a un grupo de 7.000 miembros de las Escuelas Cristianas,
encabezados por su General, Fray Alvaro Rodríguez Echeverría,
que quisieron rendirle homenaje en su octogésimo segundo cumpleaños,
en coincidencia con el tercer centenario de su presencia en Roma.
En su
discurso, el Papa ha recordado al Hermano Gabriel Drolin, que en 1702
vino desde Francia, y que gracias a sus enormes sacrificios ha producido
abundantes frutos en el campo de la Educación, tan querido
para la Iglesia. "Estoy contento, continuó diciendo el
Pontífice, de encontrar hoy en vosotros a los herederos de
esta obra admirable, que queréis llevar adelante, siguiendo
los pasos de San Juan Bautista de La Salle y de Gabriel Drolin".
Fue San
Juan Bautista de La Salle, afirmó el Pontífice, el que
recomendó a sus hermanos "estar siempre y totalmente sometidos
a la Iglesia y, para dar prueba de ello, que no se separen nunca de
nuestro Santo Padre el Papa y de la Iglesia de Roma". Estas palabras
no han perdido ni fuerza ni actualidad inspirando la misión
que los hermanos de Lasalle tienen encomendada al servicio de la formación
integral de los jóvenes.
El pensamiento
ascético-educativo de La Salle, continuó el Pontífice,
no se centra tanto en "cómo educar", cuanto en "como
ser" para educar. El modelo es Cristo. Por ello mira a la educación
de los jóvenes a través de la renovación del
educador. Si el educador, con el testimonio y la palabra, no es modelo
para los jóvenes, la escuela no consigue su fin, dijo el Papa.
"Los
20 años de Fray Gabriel en Roma, afirmó Juan Pablo II,
constituyen una lección de fidelidad total a su vocación
religiosa y educativa". Es un modelo para nuestros días,
ya que la fidelidad al carisma y la misión de los Hermanos
de Lasalle exigen siempre una valentía y una fuerza de ánimo
intrépido y a toda prueba, necesitando hoy una nueva inspiración
y creatividad para poder responder, de modo adecuado a las necesidades
del mundo actual.
El Papa
les invitó a "mirar hacia el futuro". Estáis
llamados a reafirmar vuestro empeño de fidelidad y de renovación.
Durante tres siglos habéis caminado en Italia al lado de los
jóvenes planteando el servicio educativo en torno a los grandes
valores de la solidaridad, la tolerancia, el pluralismo, el servicio,
la cultura. Deseo de corazón, concluyó el Papa, que
este tercer centenario sirva para revitalizar un proyecto de propósitos
firmes para el hombre del tercer milenio.
LA
REALIDAD MISIONERA DE LA IGLESIA ES UN FUERTE ESTÍMULO
Juan
Pablo II recibió el jueves en la sala Clementina del Palacio
Apostólico del Vaticano al cardenal Crescenzio Sepe, prefecto
de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos
junto a los miembros de las Obras Misionales Pontificias. "La
realidad misionera de la Iglesia - dijo el Papa, en su discurso a
los directores nacionales y a los colaboradores de dicha institución-
constituye un fuerte estímulo para responder con responsabilidad
y clarividencia, a los desafíos del mundo actual".
"Frente
a las dificultades y a las esperanzas de nuestro tiempo, que cuestionan
nuestra fe, la Iglesia con humilde valentía da como respuesta
a Jesucristo, esperanza viva". La Iglesia es consciente que la
evangelización misionera constituye el primer servicio que
se puede dar a cada hombre y a la toda la humanidad, revelando el
amor de Dios que se ha manifestado en el Redentor".
En vista
de la próxima Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias,
el Papa invita a sus miembros a reflexionar sobre la necesidad de
una adecuada formación del personal misionero y sobre el "diálogo"
hoy más que nunca necesario, con las otras religiones. "La
formación misionera -afirmó el Santo Padre- es básica
en la vida cristiana. Es necesario que no falten vocaciones "ad
gentes" y personal en los distintos campos de la evangelización".
Pero
la actividad misionera no se puede reducir a una simple promoción
humana, a una ayuda a los pobres o a la liberalización de los
oprimidos. Aunque se ha de intervenir valientemente en todos estos
frentes -explicó el Papa - la Iglesia tienen otro objetivo
primario y específico, como es el de "hacer encontrar
a Cristo a cada hombre y mujer". "La actividad misionera,
pues, ante todo tiene que preocuparse en transmitir la salvación
que Jesús ha realizado en el mundo".
Y en
este sentido, lo primordial es encontrar antes que nada a los hombres
que den testimonio evangélico. "El verdadero misionero
es el santo, y el mundo espera misioneros santos". No es suficiente
dedicarse únicamente a la renovación de los métodos
pastorales, a la coordinación de las fuerzas eclesiales; no
basta limitarse a explorar con mayor detenimiento las bases bíblicas
y teológicas de la fe. Lo que es indispensable - subrayó
el Pontífice- es suscitar "un nuevo ardor de santidad"
entre los misioneros y en toda la comunidad cristiana".
NUEVOS
SANTOS, SIGNO ELOCUENTE DE PERENNE PENTECOSTÉS DE LA IGLESIA
PRIMERA SANTA DE BRASIL Y UN AGUSTINO ESPAÑOL ENTRE LOS
5 NUEVOS SANTOS
Juan
Pablo proclamó el domingo cinco nuevos santos, entre ellos
el agustino español, Alonso de Orozco, y la religiosa Paulina
del Corazón Agonizante de Jesús, primera santa de Brasil.
"Los nuevos santos -afirmó el Santo Padre- recorrieron
el mundo anunciando y testimoniando a Cristo con la palabra y con
la vida. Por esto se han convertido en signo elocuente del perenne
Pentecostés de la Iglesia".
Juan
Pablo II presidió a las 10 de la mañana, en la Plaza
de San Pedro, la solemne concelebración eucarística
de canonización de 5 nuevos santos: El beato agustino español
Alonso de Orozco, y los beatos italianos Paulina del Corazón
Agonizante de Jesús, virgen, que fundó en Brasil la
Congregación de las hermanas de la Inmaculada Concepción,
por lo que es considerada la primera Santa brasileña; Ignacio
de Santhiá, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos;
Benedicta Cambiagio Frasinello, religiosa, fundadora del Instituto
de las Hermanas Benedictinas de la Providencia; y el Beato Humilde
de Bisignano, de los Hermanos Menores Franciscanos.
"Ellos
-dijo el Santo Padre en su homilía- han recorrido los caminos
del mundo anunciando y testimoniando a Cristo con la palabra y con
la vida. Por esto se han convertido en signo elocuente del perenne
Pentecostés de la Iglesia. "Recibid el Espíritu
Santo; a quienes perdonéis los pecados, les quedarán
perdonados". Con estas palabras, el Resucitado -dijo el Papa-
transmite a los apóstoles el don del Espíritu y con
ello el divino poder de perdonar los pecados.
La misión
de perdonar las culpas y de acompañar a los hombres por los
caminos de la perfección evangélica fue vivida de manera
singular por el sacerdote capuchino Ignazio da Santhià, padre,
confesor, consejero de maestros, que por amor de Cristo, siguió
las huellas de san Francisco de Asís.
"La
paz sea con vosotros", dijo Jesús apareciendo a los apóstoles
en el Cenáculo. La paz es el primer don del Resucitado a sus
discípulos. De la paz de Cristo, principio inspirador de la
paz social, se hizo constante portador, Umile da Bisignano, que junto
a Ignazio da Santhià, afirmó el Pontífice, compartió
el mismo compromiso de santidad en el camino espiritual de san Francisco,
ofreciendo asimismo un singular testimonio de caridad hacia sus hermanos.
"En
cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común".
Así sucedió -dijo, a continuación Juan Pablo
II- en la vida de san Alonso de Orozco, de la orden de san Agustín.
Nacido en la toledana villa de Oropesa, la obediencia religiosa le
llevó a recorrer muchos lugares de la geografía española,
terminando sus días en Madrid. Su dedicación pastoral
al servicio de los más pobres en los hospitales y cárceles
hace de él un modelo para quienes, impulsados por el Espíritu,
fundan toda su existencia en el amor a Dios y al prójimo, según
el supremo mandato de Jesús.
La acción
del Espíritu Santo se manifiesta de modo especial también
- prosiguió el Papa- en la vida y en la misión de la
madre Paulina del Corazón Agonizante de Jesús, inspirándola
a constituir, junto a un grupo de jóvenes amigas, una casa
de acogida destinada a la atención material y espiritual de
los pobres y desamparados. Nació así la primera comunidad
religiosa de Brasil denominada Congregación de la Inmaculada
Concepción".
También
destacó el Santo Padre la extraordinaria riqueza espiritual
de Benedicta Cambiagio Frasinello que se afanó en cumplir con
fidelidad y coherencia la voluntad de Dios, profundamente convencida,
como le gustaba repetir, que "es necesario hacerlo todo por amor
a Dios". "Es ésta -dijo el Pontífice- la preciosa
herencia de la nueva santa.
"Ven
Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor". "Hagamos nuestra, esta invocación
del Canto al Evangelio de la liturgia de hoy -dijo el Papa. El Espíritu
transformó radicalmente a los apóstoles, primero encerrados
por miedo en el cenáculo, en ardientes Heraldos del Evangelio.
Y el "Espíritu continúa sosteniendo a la Iglesia
en su misión evangelizadora, a lo largo de los siglos, suscitando
en cada época testimonios valientes de la fe".
Antes
del comienzo de la misa, el cardenal Bernardin Gantin, decano del
colegio cardenalicio, deseó un feliz cumpleaños a Karol
Woitila, que el sábado cumplió 82 años. Finalizado
el rito de la canonización, miles de fieles presentes en la
ceremonia rompieron en aplausos e hicieron ondear centenares de banderas
de España, Brasil e Italia, así como pañuelos
y pancartas. Mientras tanto en la fachada de la basílica de
san Pedro se desplegaban los cinco retratos de tamaño gigante
de los nuevos santos. Con estas 5 canonizaciones, el Pontífice
ha elevado ya a la gloria de los altares en sus 23 años de
pontificado un total de 461 santos.
Con el
Papa concelebraron medio centenar de cardenales y obispos, entre ellos
el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid
y el obispo auxiliar de Toledo y secretario de la Conferencia Episcopal,
monseñor Juan José Asenjo. La delegación oficial
del Gobierno español estuvo presidida por Luisa Fernanda Rudí,
presidenta del Congreso de los Diputados a la que acompañaban
otras autoridades civiles, como el presidente de la Junta de Castilla-La
Mancha, José Bono; el alcalde de Madrid, José María
Álvarez del Manzano. También estaba presente el presidente
de la República Brasileña, Fernando Enrique Cardoso.
REGINA
COELI: "REZAD PARA QUE PUEDA CONTINUAR MI SERVICIO PETRINO"
Al final
de la solemne celebración eucarística y antes del rezo
mariano del Regina Coeli, el Santo Padre saludó cordialmente
a todos los peregrinos y fieles presentes en la ceremonia. Fieles
llegados de distintas partes de Italia y del mundo para rendir homenaje
a los nuevos santos, "luminosos testigos del Evangelio que hoy
la Iglesia nos muestra" -dijo Juan Pablo II. Dirigiéndose
en particular a los fieles venidos para la canonización del
agustino español San Alonso de Orozco el Papa saludó
en español con estas palabras: Me dirijo ahora con mucho afecto
a los peregrinos españoles que participan en canonización
de San Alonso de Orozco, junto con otros nuevos Santos. Saludo a los
Señores Cardenales y Obispos, a las Autoridades civiles, a
los sacerdotes y fieles y, muy especialmente a los miembros de la
gran familia de San Agustín, enriquecida hoy con un nuevo Santo.
Que como él, también todos podáis experimentar
siempre la protección de la Madre de Dios y madre nuestra.
El Papa
expresó asimismo su agradecimiento por las felicitaciones que
en nombre de todos, le había dirigido el cardenal Bernardin
Gantin. "Particularmente me ha confortado -subrayó el
Santo Padre- las especiales oraciones dirigidas a mi persona para
que pueda cumplir el servicio petrino que me ha confiado el Señor".
Durante
el Regina Coeli el Papa volvió a condenar el que los niños
sean obligados a trabajar y apoyó las iniciativas que "busquen
eficaces vías de solución para este intolerable fenómeno".
Juan Pablo II recordaba así la jornada de sensibilización
que se había celebrado en Italia un día antes, el sábado,
promovida por "Global March against Child Labour" (Marcha
Global contra el Trabajo Infantil) y la asociación italiana
"Mani Tese" (Manos Extendidas).
GRANDES
LAGOS: REGIÓN HA PAGADO UN TRIBUTO MUY ALTO POR
LA VIOLENCIA Y LA EXCLUSIÓN
ASAMBLEA EXTRAORDINARIA DE LOS OBISPOS DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA
DEL CONGO, BURUNDI Y RUANDA PARA REFLEXIONAR SOBRE LOS PROBLEMAS DE
LA PAZ
Juan
Pablo II dirigió una carta al presidente de la Asociación
de Conferencias Episcopales de África Central, asociación,
integrada por los Obispos de la República Democrática
del Congo, de Burundi y de Ruanda, que ha celebrado del 13 al 18 de
mayo - una Asamblea Extraordinaria para reflexionar sobre los problemas
de la paz. En esta reunión que tiene lugar en Kigali participa
también el secretario de la Congregación para la Evangelización
de los pueblos.
El Papa
en su carta a monseñor Frederick Rubwejanga, obispo de Kibungo,
y presidente de la Asociación de las Conferencias Episcopales
de África Central, habla del drama de la guerra que desde hace
tantos años azota la región de los Grandes Lagos y anima
a los obispos participantes en esta asamblea a que encuentren las
directivas y las orientaciones pastorales necesarias para ofrecer
la vía de la paz. "Las violencias cometidas - escribe
el Papa - no constituyen sólo una negación permanente
del proyecto de Dios de reunir en la unidad a sus hijos desperdigados,
sino que niegan la vocación del hombre, al que el Creador ha
confiado la responsabilidad de colaborar en su obra, trabajando en
el respeto incondicional de la vida y de la dignidad del ser humano".
"Vuestros
países han pagado un tributo muy alto a causa de esta espiral
de violencia y de exclusión, engendrando todavía más
pobreza y precariedad y provocando el desplazamiento de poblaciones
enteras. "Esta lógica de la venganza y del menosprecio
del hermano ha superado cualquier límite de los valores humanos
indispensables para la construcción de un mundo solidario y
para el establecimiento de relaciones fraternas y pacíficas
entre los hombres, dice el Pontífice". Hoy junto a vosotros
digo: "nunca más guerras que arruinen el deseo de los
pueblos de vivir tranquilamente y en paz".
Ante
la situación actual, Juan Pablo II invita a los pastores y
a los fieles centroafricanos a abrir de par en par sus corazones a
Cristo resucitado, a fin de que les ayude a levantar una mirada de
esperanza para afrontar, en la fe, los inmensos desafíos de
la Región de los Grandes Lagos y poder crear las condiciones
para una paz duradera fundada en la justicia y en el perdón.
Para
promover el respeto de los derechos fundamentales de las personas
y de los distintos grupos humanos, en vista de su desarrollo integral,
la Iglesia católica, explica el Santo Padre, está llamada
a comprometerse al lado de todos los hombres de buena voluntad para
construir una nueva era de paz, de justicia y de solidaridad efectivas
en la región de los Grandes Lagos. Puesto que es experta en
humanidad, la Iglesia debe continuar vigilando la evolución
que está teniendo lugar en esta región, invitando a
todas las comunidades católicas, unidas a sus pastores, a que
propongan con audacia los valores morales y espirituales necesarios
para un verdadero cambio de mentalidad en los corazones de los hombres.
"Sed
-acaba diciendo el Santo Padre- los centinelas de la paz, de la que
tanta necesidad tienen vuestros pueblos, para que no se sucumba de
nuevo a la tentación del desespero y de las divisiones, alimentado
por sentimientos de odio y de venganza". El Papa no olvida en
su carta a las víctimas silenciosas del SIDA y de la malnutrición,
así como tampoco a todas las personas que han sufrido los avatares
de la reciente erupción del volcán Nyiragongo para los
que Juan Pablo II pide a la Comunidad Internacional que continúe
con su programa de ayudas y colaboración.
MENSAJE
JORNADA MISIONERA MUNDIAL: "LA MISIÓN ES ANUNCIO DE PERDÓN"
"La
misión evangelizadora de la Iglesia es esencialmente el anuncio
del amor, de la misericordia y del perdón de Dios, revelados
a los hombres mediante la vida, la muerte y la resurrección
de Jesucristo. Es la proclamación de la buena noticia de que
Dios nos ama y nos quiere a todos unidos en su amor misericordioso,
perdonándonos y pidiéndonos que también nosotros
perdonemos a los otros. Esta es la Palabra de la reconciliación
que nos ha sido confiada".
Éste
es en síntesis el fundamento del mensaje del Papa Juan Pablo
II para la Jornada Misionera Mundial que se celebrará el domingo
20 de octubre próximo. Jornada dedicada al estimulante tema:
"La misión es anuncio de Perdón". Se trata
de un acontecimiento que se repite cada año, pero que no pierde
el significado y su importancia con el pasar del tiempo, porque la
misión -explica el Papa- constituye nuestra respuesta al supremo
mandato: "id y predicad el evangelio a todas las naciones, enseñándoles
a observar todo lo que os he mandado".
"Al
inicio del tercer milenio cristiano se impone con mayor urgencia -escribe
el Santo Padre- el deber de la misión, porque como ya recordé
en la encíclica "Redemptoris missio" el número
de los que no conocen a Cristo y no forman parte de la Iglesia está
aumentando, es más, desde el final del Concilio se ha doblado
casi". En un momento en que los conflictos continúan afligiendo
al mundo de manera endémica, no escapa al Pontífice,
el ansia que tienen tantos hombres de una gran sed de Dios y de su
amor misericordioso. Por eso dice el Papa que la invitación
a anunciar la Buena Nueva es todavía hoy válida y más
urgente que ayer.
El Santo
Padre subraya después la importancia de la contemplación
del rostro doliente y glorioso de Cristo. El corazón del mensaje
cristiano -dice- es el anuncio pascual de Cristo crucificado y resucitado.
En la Cruz, Dios nos ha revelado todo su amor. La Cruz nos introduce
en la plenitud de la vida cristiana y en la perfección del
amor, porque revela la voluntad de Dios de compartir con los hombres
su vida, su amor y su santidad. De la contemplación de la Cruz
aprendemos a vivir en la humildad y en el perdón, en la paz
y en la comunión.
Cristo
resucitado da a sus discípulos la paz. La Iglesia fiel al mensaje
de su Señor, afirma el Papa, continúa proclamando y
difundiendo hoy la paz. Mediante la evangelización, los creyentes
ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos y como peregrinos
en la tierra. Y aunque, por sendas distintas, todos estamos encaminados
hacia la Patria común que Dios, a través de caminos
solo conocidos por Él, no cesa de señalarnos. Y el camino
maestro de la misión es el "diálogo", Diálogo
sincero, diálogo que es comprensión, estima e impulso
espiritual y purificación. Diálogo que está profundamente
relacionado con la voluntad del perdón.
La Jornada
Misionera Mundial, verdadera y propia fiesta de la misión,
acaba diciendo Juan Pablo II, nos ayuda a descubrir mejor el valor
de nuestra vocación personal y comunitaria. Nos estimula a
ayudar a los "hermanos más pequeños" a través
de los misioneros esparcidos en todas las partes del mundo. Este es
el objetivo de las Obras Misionales Pontificias, que desde siempre
sirven a la Misión de la Iglesia, no haciendo faltar nunca
a los pequeños quien les trocee el pan de la Palabra y continúe
llevándoles el incesante amor que surge del mismo corazón
del Salvador.
IGLESIAS
PARTICULARES DE LATINOAMÉRICA Y EUROPA REUNIDAS EN EL ESCORIAL
En nombre
del Papa, el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, dirigió
un mensaje a los representantes de las Iglesias particulares de Latinoamérica
y de Europa, reunidos los días 13 y 14 de mayo en San Lorenzo
de El Escorial para celebrar un Congreso Social que, patrocinado por
la Conferencia Episcopal Española, el Consejo Episcopal Latinoamericano
y la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea, se
propuso examinar, como dice el lema elegido, la aportación
de la Iglesia a la colaboración conjunta de Latinoamérica
y la Unión Europea para el bien común universal.
El mensaje
fue leído por el nuncio apostólico en España,
monseñor Manuel Monteiro de Castro, en la inauguración
de este Congreso el lunes, que estuvo a cargo del presidente del gobierno
español, José María Aznar.
Ante
los crecientes intercambios entre las Iglesias particulares, que no
sólo sirven para comprender mejor la dimensión universal
de la Iglesia, sino que "son un modo adecuado para tomar conciencia
de la interdependencia cada vez más acusada entre los pueblos
y los continentes, que hoy se describe como un proceso de globalización",
el mensaje de Juan Pablo II alienta a proseguir en la colaboración
y pone de relieve "la elección de España como país
anfitrión de ese Congreso, una tierra rica de historia y de
raíces cristianas, que favorece el trabajo de relanzar los
lazos entre Latinoamérica y Europa".
En este
contexto, el Santo Padre destaca que "el uso de lenguas comunes,
como son el español y el portugués, que han sabido plasmar
una eximia tradición católica y llevarla a tantos países
del Continente americano, permiten a éstos Países ibéricos
hacer de puente entre dos grandes regiones del mundo".
Recordando
asimismo que "Europa, el viejo continente, y Latinoamérica
comparten una misma impronta cristiana", "preciosa herencia
que se ha de reafirmar claramente en un momento de la historia en
que se hace cada vez más apremiante para la humanidad la búsqueda
del sentido de la vida y la orientación definitiva de la existencia
humana", el Santo Padre pone de relieve que este Congreso Social
tenía lugar pocos días antes de la segunda cumbre de
jefes de Estado y de Gobierno de Latinoamérica y la Unión
Europea.
Juan
Pablo II hace hincapié en "la atención de la Iglesia
por el mundo y, en particular, por la clase política, cuya
misión más noble es siempre el servicio al bien común".
Orientación que "es precisamente la clave de que disponen
los hombres y mujeres comprometidos en la vida pública para
restablecer el clima de confianza entre los ciudadanos y que, por
diversas razones, parece deteriorarse en algunos de países".
Y si
"la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno es una ocasión
privilegiada para el intercambio de ideas, informaciones y proyectos,
así como ámbito favorable para acuerdos sobre aspectos
comerciales, financieros, ecológicos, sociales y políticos,
en el marco de las relaciones entre la Unión Europea y Latinoamérica",
el mensaje del Papa alienta a los obispos a "profundizar sobre
las cuestiones candentes que afectan a la justicia social, la promoción
de la vida y la familia, la defensa de los derechos humanos y el compromiso
contra el egoísmo y la corrupción".
El pontífice
llama la atención sobre "la integración regional
mediante tratados e instituciones comunes" con la esperanza de
que "el actual proceso de acercamiento entre naciones de una
misma zona geográfica, con cultura y mentalidad similares,
sea una etapa importante hacia la "globalización de la
solidaridad" (cf. Ecclesia in America, 55). Recomendando que
"dicho acercamiento ha de hacerse con un espíritu de apertura
y respeto hacia cada uno de los países", el Papa advierte
que "en efecto, si al nacionalismo, que ciertamente se exalta
a veces de manera excesiva, le sustituyeran unos entes regionales
más amplios, pero construidos para servir como auténticas
fortalezas inexpugnables, poco ganaría la humanidad, no se
incrementaría solidaridad entre los seres humanos ni tampoco
disminuiría el degrado del mundo creado".
El mensaje
del Papa a los obispos de Latinoamérica y de Europa, reunidos
en Madrid, finaliza reiterando que "contra una cultura de la
muerte, la desconfianza y el rechazo del otro, se ha de promover una
cultura de la vida, de la confianza y del compromiso efectivo en favor
de los demás, especialmente de los más necesitados".
XX
ANIVERSARIO DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA CULTURA
Jornada
de estudio en el Vaticano el martes, en el vigésimo aniversario
de la creación del Consejo Pontificio para la cultura. "Una
fe que no se convierte en cultura, dijo el Papa, es una fe no vivida
plenamente".
Juan
Pablo II envió un mensaje al cardenal Paul Poupard, presidente
del Consejo Pontificio para la Cultura, con motivo de este aniversario
de la fundación de dicho dicasterio. Una ocasión para
señalar - escribe el Pontífice - cuánto sea importante
el diálogo entre la Iglesia y las culturas. "Es éste
un ámbito vital no solamente para la nueva evangelización
y la inculturación de la fe, sino también para le destino
de mundo y el futuro de la humanidad". Precisamente el martes
tuvo lugar en el aula del Sínodo del Vaticano la Jornada de
estudio para este aniversario, con una serie de relaciones de los
distintos miembros del dicasterio y del mundo académico. Intervenciones
que profundizarán sobre el papel de la cultura y el desafío
que representa como lugar privilegiado frente al ámbito de
la "no creencia" para una nueva evangelización.
Durante
estos últimos 20 años, escribe el Santo Padre, han sido
notables los cambios habidos en los modelos de pensamiento y en las
costumbres de nuestra sociedad. La misma globalización, inicialmente
centrada en el aspecto económico, se ha convertido en la actualidad
en un fenómeno que afecta también a otros sectores de
la vida humana. Ante tales cambios culturales aparece pertinente -
dice el Papa - señalar la reflexión de los Padres del
Concilio Vaticano II que, en la Constitución "Gaudium
et Spes", quisieron subrayar la importancia de la cultura para
el pleno desarrollo del hombre. "La síntesis entre cultura
y fe no es sólo una exigencia de la cultura, sino de la misma
fe"... "Una fe que no se convierte en cultura, es una fe
que no es acogida plenamente, no es pensada enteramente: es una fe
que no ha sido vivida".
El Santo
Padre está convencido que "la cultura es una vía
privilegiada para comprender la manera de pensar y de sentir de todos
aquellos hombres de nuestro tiempo que no hacen referencia a ningún
tipo de creencia religiosa. Y en esta perspectiva el Consejo para
la Cultura promueve el encuentro entre el mensaje salvífico
del Evangelio y las culturas de nuestro tiempo, a menudo marcadas
por la no creencia y la indiferencia religiosa, de modo que éstas
se abran cada vez más a la fe cristiana, creadora de cultura
y fuente inspiradora de las ciencias, de las artes y de las letras.
IMPULSAR
LA PAZ EN TODA LA TIERRA DE CRISTO
La feliz
solución de la crisis de la Basílica de la Natividad
de Belén "debe impulsar la paz en toda la tierra de Cristo".
Esta fue la exhortación que pronunció el enviado especial
de Juan Pablo II, el pasado domingo en el lugar donde nació
Jesús, en la homilía que pronunció el cardenal
Roger Etchegaray en la solemne Eucaristía de Alabanza, Expiación
y Reconciliación celebrada en la Iglesia de Santa Catalina,
en el recinto del mismo santuario de la Natividad.
Esta
Misa - afirmó el Cardenal Roger Etchegaray - nos debe ayudar
a descubrir mejor las verdaderas raíces de la paz, aquellas
que se ahondan en el corazón del hombre reconciliado con Dios.
Asimismo, el Enviado Especial del Santo Padre expresó profunda
gratitud a las comunidades de los franciscanos, greco ortodoxos y
armenios que permanecieron en el lugar para testimoniar el amor de
Dios entre los que sufren. Gratitud asimismo para con las organizaciones
de caritativas y humanitarias, locales e internacionales, que han
dado y siguen dando su ayuda en Belén y sus alrededores.
Y tras
asegurar oraciones por todos los negociadores que han demostrado tanta
inteligencia, ingenio e inspiración para alcanzar la "devolución
de este lugar santo a Dios y a los fieles" - como dijo Juan Pablo
II - el enviado del Papa agradeció también a los que
trabajan en los medios de información, que han seguido los
acontecimientos que han hecho posible que nos acerquemos aún
más a estos dos pueblos en conflicto - israelíes y palestinos
- y a pesar de todo tan unidos en su profundo anhelo de justicia y
de paz.
El Purpurado,
tras destacar que "la paz entre los hombres y la paz entre los
pueblos no puede nacer si no existe en cada hombre y en cada pueblo",
hizo hincapié en que "ahora tenemos que ir más
allá de Belén y abrazar con una mirada toda Tierra Santa".
El enviado del Papa invitó a actuar siempre por medio de "la
justicia y del diálogo" y nunca "con la violencia",
"a pesar de que el camino sea largo y difícil" y
de que "la puerta que se abre a este mismo camino es más
baja que la de la Basílica de la Natividad".
En Belén,
el cardenal Etchegaray reiteró que "nos debemos perdonar
los unos a los otros"; que todos nos necesitamos mutuamente,
así como, también mutuamente, nos debemos alentar los
unos a los otros. Pues "la misericordia de Dios llega aún
más abajo de donde pueda llegar la miseria humana".
Recordando
que en ese mismo lugar, el 22 de marzo del Año Dos mil, Juan
Pablo II renovó el anuncio de los ángeles cuando nació
Jesús - proclamando "¡qué la paz sea con
vosotros! ¡No temáis!" - el cardenal Roger Etchegaray
finalizó su homilía invitando a glorificar a Dios deseando
la "Paz a los hombres que él ama" e invocó
a Jesús, María y José rogando que "toda
la tierra acoja el mensaje de Belén".
CREAR
EL BIEN COMÚN INTERNACIONAL DE LA SALUD
INTERVENCIÓN DE LA SANTA SEDE EN LA 55 ASAMBLEA MUNDIAL DE
LA SANIDAD
El miércoles
15, monseñor Javier Lozano Barragán, presidente del
Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud y jefe de la Delegación
de la Santa Sede intervino ante la 55 Asamblea Mundial de la Sanidad
que se ha desarrollado en Ginebra del 13 al 18 de mayo. Este fue el
texto de su intervención:
Sr.
Presidente Sra. Directora General Distinguidos Delegados Señoras,
Señores:
Los
saludo cordialmente de parte de la Delegación de la Santa Sede
que me honro en presidir. Hemos escuchado muchos de los grandes riesgos
que corre la salud hoy en día: actualmente, 17 millones de
personas han muerto por enfermedades infecciosas y deficiencias nutricionales;
2.7 millones por el SIDA, 2.2 millones por diarrea, 1.7 millones por
tuberculosis, y 1 millón por paludismo. Al cuadro infeccioso
se suman el mayor número de muertes por tabaquismo y alcoholismo,
por el cáncer, por otras enfermedades degenerativas, por hábitos
de vida equivocados, por falta de higiene, por la droga, por accidentes
de tráfico y laborales, por abuso de los mismos medicamentos
o por ausencia de los mismos, debido a altos precios, y por enfermedades
mentales, como es hoy el aumento de la depresión. Es de señalar
como un riesgo patente contra la salud la mentalidad neo?maltusiana
contra la vida (dado que salud y vida se identifican), presente en
proyectos de salud reproductiva especialmente propuestos para el tercer
mundo, y en particular el equívoco en la concepción
de lo que es la calidad de vida, que ha llevado en algunos lugares
a la legalización de la eutanasia. No podemos olvidar la polución
ambiental, el hambre, los conflictos armados, las catástrofes
naturales. .
Sr. Presidente,
hay un riesgo que quisiera subrayar: existe hoy una unificación
"microbial" del mundo, donde las enfermedades infecciosas,
dada la movilidad creciente de las poblaciones, están presentes
donde quiera, tanto para ricos como para pobres; los virus y las bacterias
no tienen fronteras. Además, debido también en gran
parte a la globalización económica e informática,
los hábitos de producción constituyen cuadros laborales
homogéneos que conllevan un desgaste también homogéneo
de la población, y así a enfermedades tumorales, degenerativas
y psíquicas similares. Aquí mismo, en la OMS se han
señalado tres áreas de prioridad para reconducir la
globalización a favor de la salud:
1. La
necesidad de una gobernabilidad global más efectiva, que sea
capaz de asegurar al crear los consensos y decisiones políticas,
que se tomen en cuenta las necesidades reales de la gente en materia
de salud.
2. La necesidad de generar y diseminar el conocimiento adecuado para
informar a los que toman decisiones y a la gente en general acerca
de su salud.
3. El apoyo a la globalización en el área de la salud,
promoviendo acciones en el ámbito local y nacional, para lograr
una mejor salud, en especial para aquellos de los que se prescinde
en la globalización económica.
Nos colocamos
ya. no sólo en los riesgos sino en soluciones a los mismos.
Sr. Presidente, precisamente para desarrollar una gobernabilidad global
más efectiva, nuestra Delegación quisiera aportar una
colaboración: En Alma Ata se habló de tres aspectos
de la salud: físico, mental y social. Un riesgo importante
es que se consideren cerrados en sí mismos, o que se le dé
más importancia a uno que a otro. Son vasos comunicantes. Podríamos
decir que la salud consiste en su armonía. Esta armonía
impele a salir de sí mismo y emplear la capacidad física
y la auto?transparencia psíquica para crear la solidaridad
social y ambiental. El proyecto global de vida y de salud que armoniza
todo es lo que algunos llamamos espiritualidad de la salud. Consiste
en vencer el encerramiento individualista y vivir para los demás.
Es una tensión dinámica hacia la armonía, para
crear nuevas condiciones de vida y por tanto de salud para toda la
humanidad, prefiriendo a los más pobres y necesitados. Consiste
en crear el "Bien común internacional" de la Salud.
DELEGACIÓN
SANTA SEDE VISITA COREA DEL NORTE
El martes
concluyó la visita oficial de una delegación de la Santa
Sede a la República Democrática Popular de Corea. Monseñor
Celestino Migliore, subsecretario para las Relaciones con los Estados
y Luis Mariano Montemayor, consejero de Nunciatura en la Secretaría
de Estado, se entrevistaron en Pyongyang con los responsables de la
"Asociación de Católicos de Corea del Norte"
y además hubo la ocasión de celebrar con la comunidad
local e internacional la Fiesta de la Ascensión del Señor
Esta
es la sexta vez que una delegación de la Santa Sede visita
Corea del Norte como reafirmación de la constante solidaridad
del Santo Padre con la población norcoreana y, en esta ocasión,
ha contribuido a dar continuidad a las relaciones establecidas con
las autoridades gobernativas del país, particularmente con
el Ministerio de Asuntos Exteriores.
LA
DIPLOMACIA PONTIFICIA AYER, HOY Y MAÑANA
"La
Diplomacia Pontificia ayer, hoy y mañana", fue el tema
de la Conferencia Internacional celebrada el viernes en el Vaticano,
en el Aula nueva del Sínodo. Con esta Conferencia se han clausurado
las celebraciones conmemorativas del III Centenario de fundación
de la Pontificia Academia Eclesiástica. El Año Jubilar
de esta Academia se inauguró el 26 de abril de 2001, con la
visita de Juan Pablo II al histórico edificio donde, desde
el año 1701, se forman los futuros diplomáticos de la
Santa Sede. Ese mismo día el secretario de Estado de Su Santidad,
cardenal Angelo Sodano, celebró una solemne Eucaristía
en el Altar de la Cátedra de la Patriarcal Basílica
de San Pedro.
El presidente
de la Pontificia Academia Eclesiástica, el arzobispo español
Justo Mullor, introdujo las intervenciones previstas, sobre temas
como, entre otros, "La Diplomacia Pontificia al servicio de la
unidad", a cargo del cardenal Secretario de Estado; y "La
Diplomacia Pontificia al servicio de la caridad", presentada
por el cardenal Roger Etchegaray, presidente emérito del Consejo
Pontificio Justicia y Paz.
La mencionada
Academia Eclesiástica expresó su profunda gratitud a
Juan Pablo II por los gestos paternos que ha dirigido a esta institución,
de forma especial en el curso de este año jubilar. Agradecimiento
que extiende asimismo a todos los que han participado en las celebraciones,
en particular a sus "ex alumnos", como el cardenal Secretario
de Estado, el sustituto de la misma Secretaría y el secretario
para las Relaciones con los Estados.
LA
ESCLAVITUD DEL SIGLO XXI
"La
Esclavitud del siglo XXI - La trata de los seres humanos como violación
de los Derechos Humanos", fue el tema que se analizó,
el miércoles 15 y el jueves 16, en la Universidad Pontificia
Gregoriana de Roma. Encuentro organizado por la misma universidad
y por los miembros del Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede,
los Consejos Pontificio para la Justicia y la Paz, la Pastoral de
los Migrantes e Itinerantes y la editora Urbi et Orbi Communications.
En la
presentación de esta Conferencia Internacional se puso de relieve
la terrible situación de las numerosísimas víctimas
"del tráfico humano" en todo el mundo, en su mayoría
mujeres y menores. El encuentro se propone establecer medidas conjuntas
para afrontar este terrible flagelo y dar una contribución
en la obra de sensibilización sobre esta esclavitud de nuestros
días, que niega libertad, la dignidad e incluso la vida a tantos
seres humanos. En este contexto, se recordaron las palabras de Juan
Pablo II sobre la importancia de la voluntad política para
acabar con semejante crimen.
En enero
de 1998, en el intercambio de felicitaciones con motivo del año
nuevo, en su discurso al Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede,
el Papa se refería a que "las iniciativas tomadas por
los responsables de la comunidad internacional en favor de la infancia,
demasiado a menudo herida en su inocencia, la lucha contra el contra
el crimen organizado o el comercio de la droga, los esfuerzos cumplidos
para luchar contra la odiosa trata de seres humanos, en todas sus
formas, demuestran bien que, con la voluntad política, se pueden
combatir las causas de las graves irregularidades que demasiado a
menudo desfiguran a la persona humana".
NOMBRAMIENTOS
PONTIFICIOS
DIÓCESIS
DE PIRACICABA (BRASIL)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis
presentada por monseñor Eduardo KOAIK, en conformidad al canon
401 §1 del Cpodigo de Derecho Canónico y ha nombrado en
su lugar a monseñor Moacyr José VITTI, C.S.S., hasta
ahora obispo titular de Sita y auxiliar de Curitiba.
NUNCIATURA
APOSTÓLICA EN ESLOVENIA
El Santo Padre ha nombrado Nuncio Apostólico a monseñor
Giuseppe LEANZA, arzobispo tiutlar de Lilibeo, Nuncio Apostólico
en Bosnia y Herzegovina.
NUNCIATURA
APOSTÓLICA EN LA REPÚBLICA DE MACEDONIA
El Papa ha nombrado nuncio apostólico a monseñor Giuseppe
LEANZA, arzobispo titular de Lilibeo, nuncio apostólico en
Eslovenia y Bosnia y Herzegovina.
NUNCIATURA
APOSTÓLICA EN SUDÁN Y DELEGACIÓN APOSTÓLICA
EN SOMALIA
Juan Pablo II ha nombrado nuncio apostólico en Sudán
y delegado apostólico en Somalia a monseñor Dominique
MAMBERTI, consejero de Nunciatura, elevándolo al mismo tiempo
a la sede titular de Sagona, con dignidad de arzobispo.
ORDENACIÓN
DE LAS CIRCUNSCRIPCIONES ECLESIÁSTICAS EN FILIPINAS
Con
la finalidad de ordenar las circunscripciones eclesiásticas
en Filipinas, el Santo Padre ha adoptado las siguientes disposiciones:
1) Erección
del vicariato apostólico de Taytay mediante la división
del actual vicariato apostólico de Palawan. El Papa ha nombrado
vicario apostólico de TAYTAY a monseñor Edgardo Sarabia
JUANICH, del clero de Palawan, asignándole la sede episcopal
de Ausuaga.
2) El
vicariato apostólico de Palawan tomará el nombre de
Puerto Princesa
El nuevo
vicariato apostólico de Taytay comprenderá el distrito
norte del actual vicariato de Palawan con sede en la homónima
ciudad. El actual vicariato apostólico de Palawan cambiará
su nombre por el de Puerto Princesa y comprenderá el distrito
meridional y el central del actual vicariato.
Los
motivos de la división son de orden pastoral:
- la gran extensión del territorio y las dificultades de comunicación:
las carreteras en dirección al norte se encuentran en condiciones
pésimas, sin asfaltar por lo que en el período de las
lluvias son intransitables.
Datos
estadísticos relativos a los dos vicariatos:
VICARIATO
APOSTÓLICO DE PUERTO PRINCESA
TRAS LA DIVISIÓN
- Superficie: 8.800 Km2
- Población: 443.208
- Católicos: 376.726
- Parroquias: 21
- Sacerdotes diocesanos: 34
- Religiosos: 0
- Religiosas: 38
- Seminaristas mayores: 45
|
VICARIATO
APOSTÓLICO DE TAYTAY
-
Superficie: 5.945 Km2
- Población: 310.383
- Católicos: 265.000
- Parroquias: 16
- Sacerdotes diocesanos: 18
- Religiosos: 1
- Religiosas: 17
- Seminaristas mayores: 26
|
COMENTARIO
A LA LITURGIA DEL DOMINGO
SOLEMNIDAD
DE PENTECOSTÉS (A): 19.05.02
"Como
el Padre me ha enviado, así también os envío
yo"
Con este
domingo de Pentecostés, culminamos el tiempo de Pascua. El
acontecimiento que conmemoramos marca el comienzo de la misión
de la Iglesia, en la fuerza del Espíritu del Resucitado. S.
Lucas nos lo describe así, en la primera lectura: Todos los
discípulos estaban juntos el día de Pentecostés.
De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó
en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas,
como llamaradas, que se repartían, posándose encima
de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron
a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu
le sugería. Aquel día, los judíos celebraban
la promulgación de la ley dada por Moisés al pie del
Sinaí. Conmemoraban, así, el momento en que Israel nació
como pueblo de Dios, al sellar con sus padres la antigua alianza.
Pero los profetas habían anunciado, reiteradamente, una alianza
nueva para los tiempos del Mesías. Una alianza última
y definitiva, porque la ley de Dios sería gravada internamente,
transformando el corazón; porque la pertenencia a Dios sería
sellada con el don de su mismo Espíritu, sobre toda raza y
nación. Es el cumplimiento de esa promesa lo que hoy lleva
a cabo Dios con su intervención. Culminaba así la obra
de Cristo que la antigua alianza sólo pudo, a su modo, presagiar...
Así,
a la unanimidad con la que el pueblo hebreo aceptó en el Sinaí
los mandatos de Dios (Ex 19, 8), corresponde ahora la comunidad de
los discípulos de Jesús juntos en el mismo lugar. Al
estruendo y el fuego con el que se manifestó el descenso de
Dios sobre el monte, en aquella ocasión (Ex 19, 18-19), corresponde
ahora el ruido como de viento que resonó en la casa donde estaban
los discípulos del Señor y las llamaradas de fuego sobre
ellos. Si entonces atronaba desde la cumbre la voz de Dios a los que
bajo ella se encontraban, ahora quedaban llenos de su Espíritu
los reunidos en aquella casa. Una antigua tradición judía
aseguraba que la voz divina se dividió en todas las lenguas
conocidas, para que todos pudieran escucharle. Ahora, en cambio, era
el fuego de su único Espíritu el que en lenguas se dividía
al posarse sobre cada uno, para poder dar un mismo testimonio de forma
diversa; para poder expresar una misma verdad en múltiples
lenguajes; para poder desarrollar una misma vida en diferentes caminos
de santidad. Dotándola de la garantía del Espíritu,
Dios ponía en marcha la Iglesia para testimoniar y expandir
toda la verdad revelada en Cristo. Dios la disponía así
como sacramento de una comunión nueva con todos los hombres
y de los hombres entre sí: una comunión nacida de la
Pascua de Cristo, promovida por su mismo Espíritu y destinada
a extenderse a escala universal...
Es S.
Pablo quien nos indica, en la segunda lectura, esta actividad del
Espíritu en la edificación de la Iglesia: "Nadie
puede decir "Jesús es Señor", si no es bajo
la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones,
pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un
mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios
que obra todo en todos". No, la Iglesia no es fruto de la voluntad
o del esfuerzo de los hombres, sino obra del Espíritu que hace
la comunión, destruyendo el pecado que provoca la división;
derribando las barreras de cualquier incomprensión; suscitando
la diversidad de servicios para el bien común; y manteniendo
a todos unidos en el mismo amor al Señor...
Por
eso, el Evangelio nos presenta hoy a la Iglesia como una nueva humanidad,
creada por el Espíritu del Resucitado. Al aparecerse a sus
discípulos, les repitió: "Paz a vosotros. Como
el Padre me ha enviado, así también os envío
yo". Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les
dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis
los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis,
les quedan retenidos". El gesto del Señor Jesús
recuerda, en efecto, la creación del primer hombre, cuando
"el Señor Dios sopló en su nariz aliento de vida
haciéndolo ser viviente" (Gen 2, 7). Y el Espíritu
Santo le da hoy la plenitud...
SE
CUMPLEN 21 AÑOS DEL ATENTADO EN LA PLAZA DE SAN PEDRO
Hoy hace
21 años tuvo lugar el atentado contra el Papa en la Plaza de
San Pedro. Era el 13 de mayo de 1981, festividad de la Virgen de Fátima.
Juan Pablo II estaba saludando a la multitud reunida en la Plaza de
San Pedro para la Audiencia General, cuando fue alcanzado por los
disparos a corta distancia del terrorista turco Alí Agká,
a quién el Papa ofreció su perdón 4 días
después del atentado, en sus palabras antes del rezo del Ángelus
desde el Hospital Gemelli de Roma.
Hoy
hace 21 años tuvo lugar el atentado contra el Papa en la Plaza
de San Pedro. Era el 13 de mayo de 1981, festividad de la Virgen de
Fátima. Juan Pablo II estaba saludando a la multitud reunida
en la Plaza de San Pedro para la Audiencia General, cuando fue alcanzado
por los disparos a corta distancia del terrorista turco Alí
Agká. Se ha hablado mucho de la pista búlgara del atentado
que ha echado una sombra de duda sobre este país que el Santo
Padre se dispone a visitar pastoralmente los días 23 al 26
de este mes de mayo.
¡FELIZ
CUMPLEAÑOS SANTO PADRE¡
Juan
Pablo II celebró el sábado su octogésimo segundo
cumpleaños. 82 años y sin ninguna intención de
hacer todavía ningún balance. Todo lo contrario, Juan
Pablo II parece decidido a seguir siendo durante mucho tiempo peregrino
en el mundo en nombre de Cristo. El Papa del Gran Jubileo, de la caída
de los muros, del diálogo, de los derechos humanos, el Papa
de los viajes para llevar la luz de la fe es el Papa de todos, de
toda la gente.
El afecto
sincero por el Santo Padre se ha manifestado estos días en
la inmensidad de telegramas, cartas y mensajes de felicitación
y estima que han llegado al Vaticano de todo el mundo. Mientras tanto,
los jóvenes esperan al Papa en Toronto, Canadá, para
la Jornada Mundial de la Juventud, del 23 al 25 de julio. Después
el Pontífice viajará a México y Guatemala, y
también este año estará de nuevo en Polonia y
Croacia. Y dentro de pocos días, a finales del mes de mayo,
visitará Bulgaria y Azerbayán.
Orazio
Petrosilo es un conocido periodista del diario "El Mensajero"
de Roma y un experto vaticanista que ha acompañado al Santo
Padre en casi todos los 95 viajes que ha realizado Karol Woitila en
estos más de 23 años de Pontificado: "Yo creo que
el Papa se merece este deseo que tiene de poder viajar a Moscú
y Pekín. Obviamente no queremos exaltar o exagerar la importancia
de los viajes, pero son símbolos de su pontificado abierto
al mundo".
Juan
Pablo II ha cumplido 82 años pero continúa en su tarea
incansable de seguir las huellas de Pedro ofreciendo la propia vida
al servicio de la evangelización, de la santificación
y de la caridad.
LA
ESTATUA DE UNA SANTA ESPAÑOLA EN LA FACHADA POSTERIOR DE SAN
PEDRO
El sábado
18 de mayo, tuvo lugar la solemne ceremonia de inauguración
de la estatua de la santa española María Josefa del
Corazón de Jesús, fundadora de la Congregación
de las Siervas de Jesús de la Caridad, que fue colocada en
el exterior de la fachada posterior de la basílica de san Pedro,
en el Vaticano, y bendecida por Juan Pablo II.
Se trata
de la primera santa española que cuenta con una estatua en
el exterior de la Basílica vaticana. Hasta la fecha existen
las imágenes de santa Brígida de Suecia, santa Catalina
de Siena y San Marcelino Champagnat. Santa Josefa Sancho de Guerra,
que nació en Vitoria en 1842 y murió en Bilbao en 1912,
fue beatificada en 1992 y canonizada el 1 de octubre del Año
Santo del Dos mil, siendo la primera santa vasca.
Al acto
asistieron entre otras autoridades españolas, la presidenta
del Congreso de los Diputados, Luisa Fernanda Rudí, Carlos
Carderera Soler, subsecretario de Asuntos Exteriores, el Obispo de
Bilbao y los alcaldes de Madrid, Bilbao y Vitoria.
CONGRESO
SOCIAL EN MADRID
EL
CARDENAL ROUCO DESTACA LA APORTACIÓN DE LA LA IGLESIA Y SU
DOCTRINA SOCIAL A LA SOCIEDAD GLOBALIZADA
El martes
se clausuró en el Escorial el Congreso Social de Madrid que
ha sido organizado por la Comisión de los Episcopados de la
Unión Europea, el Consejo Episcopal Latinoamericano y la Conferencia
Episcopal Española. D. Antonio María Rouco Varela, cardenal-arzobispo
de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española,
en sus palabras de acogida en la apertura del Congreso puso de manifiesto
la "riqueza que encierra la Doctrina Social de la Iglesia para
favorecer y reforzar una mejor ordenación de las relaciones
entre los países Latino-Hispano-americanos con la Unión
Europea en los comienzos de un nuevo milenio y en un contexto mundial
lleno de sugestivas promesas y de graves interrogantes. Las orientaciones
de la enseñanza social de la Iglesia y su labor socio-caritativa
constituyen, dijo, una referencia inestimable para la unidad y mutuo
enriquecimiento de los Continentes americano y europeo.
El cardenal
Rouco indicó que si bien los "lazos entre América
Latina y Europa se han afianzado, a lo largo de los siglos, sin dejar
en el olvido las comunes raíces cristianas y la dimensión
religiosa de la existencia humana, las grandes cuestiones económico-sociales,
el estado de derecho y los derechos humanos, la lucha contra el terrorismo
y el crimen organizado y la plaga de la droga, no serán superadas
si no se afrontan sus soluciones desde la misma raíz de sus
causas". "Urge no minusvalorar el servicio que la Iglesia
puede y debe aportar para desvelar el origen de los problemas que
afectan a esta sociedad globalizada que tanto condicionan las relaciones
de Europa con América. Es menester descubrir el valor de las
respuestas que la Iglesia puede y debe dar a la honda crisis de valores
y la ayuda que pueda prestar a la solución de los problemas
de la paz y de la justicia".
Efectivamente,
la Iglesia, portadora del mensaje salvador de Jesucristo, está
llamada hoy, con especial urgencia, a ofrecer la concepción
del hombre que garantiza el buen fin de todas sus empresas: que el
hombre es creado a imagen de Dios, que está llamado a la plenitud,
a la divinización, si se deja realizar por Aquel que le dona
graciosa y amorosamente la existencia. "La humanidad no podrá
dar respuesta a los más apremiantes desafíos - subrayó
el purpurado español -, si olvida la visión antropológica
que afirma la trascendencia, si rechaza la imagen del hombre manifestado
en el rostro de la persona de Jesucristo. Los derechos humanos encuentran
su fundamento en la afirmación de la dignidad humana, en su
sacralidad, pues "la mayor obra divina, el hombre, es imagen
y semejanza de Dios".
"Ante
los graves problemas de orden social que, con características
diversas, existen en toda América y en buena parte, también
en Europa, el católico sabe que puede encontrar en la Doctrina
Social de la Iglesia la respuesta de la que partir para buscar soluciones
concretas, señaló el arzobispo de Madrid. "Difundir
esta doctrina constituye, pues, una verdadera prioridad pastoral".
Desde la doctrina social de la Iglesia podemos descubrir los pecados
sociales que claman al cielo, el amor preferencial por los pobres
y marginados y la superación cultura de la muerte.
Nada
más estéril para organizar las cosas de este mundo,
acabó diciendo el cardenal Rouco, que interpretar de forma
secularista la fe cristiana con el consiguiente abandono de una concepción
integral del hombre. Una cultura secularizada que propone modelos
de vida sin Dios -son palabras de Juan Pablo II- pone a prueba y,
no pocas veces, apaga y sofoca todas las posibles aportaciones humanizadoras
de la fe. La obra evangelizadora y la consiguiente concepción
cristiana de la vida favorecerá la conciencia y la práctica
moral, fundada en la Verdad, la única capaz de salvar en toda
su totalidad al hombre, de salvaguardar su dignidad personal y de
servir verdaderamente al bien común de la sociedad.
MENSAJE
DE LOS OBISPOS EUROPEOS Y LATINOAMERICANOS
Los
obispos europeos y latinoamericanos al final del Congreso Social que
celebraron el lunes y martes en El Escorial elaboraron un mensaje
final con vistas a dar su contribución a la II Cumbre de los
Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, América
Latina y el Caribe que tuvo lugar los días 17 y 18 de mayo
en Madrid.
En sus
deliberaciones los prelados han constatado que tanto en el norte como
en el sur, el mundo está afectado por la creciente miseria,
la violencia, el terrorismo, el tráfico de estupefacientes,
la corrupción, la inestabilidad política y la debilidad
de algunas democracias. Una situación que preocupa a los obispos
porque va acompañada por el fenómeno de la secularización
y la crisis de valores en nuestra sociedad, pero que a la vez les
alienta, al comprobar que también existe en el mundo de hoy
la búsqueda de espiritualidad y la humanización con
nuevas respuestas.
"Somos
conscientes -escriben los obispos- de que entre América Latina
y Europa existen lazos muy profundos que, nos estimulan a mirar con
sano realismo y sólida esperanza un futuro de mutua colaboración
entre nuestras Iglesias y nuestros pueblos. Europa y Latinoamérica
tienen la obligación de mirar el mundo globalizado desde dos
ángulos diversos, pero desde un propósito que, siendo
común, identifica más de cinco siglos de diálogo".
Y a este propósito los obispos enumeran, en una lista, los
desafíos políticos, económicos y sociales más
urgentes. De ellos resulta la necesidad de: