AUDIENCIA
GENERAL: SALMO 97
En el
itinerario espiritual que está realizando el Santo Padre en
sus catequesis a la luz del Salterio, el miércoles expuso el
Salmo 97, en el que el nombre del Señor es el centro. Dios
actúa en la historia y al final juzgará al mundo y a
los pueblos.
El Salmo
97, elegido por el Santo Padre para la catequesis del miércoles,
pertenece a esa serie de himnos dedicados al Señor, rey del
universo y de la historia. Ante miles de fieles romanos y peregrinos,
reunidos en el Aula Pablo VI Juan Pablo II, en este itinerario espiritual
que está realizando a la luz del Salterio, subrayó que
este Salmo es definido como "canto nuevo": "Cantad
al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas
".
En el lenguaje bíblico significa un canto perfecto, pleno,
solemne, acompañado de un aparato musical festivo. Se evoca,
en el contexto de un canto coral, el "sonido melodioso del arpa",
con los demás instrumentos: con clarines y trompetas. Y evoca
también una especie de aplauso cósmico: "Aplaudan
los ríos, aclamen los montes al Señor".
Por otro
lado, en este Salmo, bastante breve, resuena el nombre del Señor
seis veces, invocado como "nuestro Dios". Por lo tanto,
Dios está en el centro de la escena con toda su majestad, mientras
realiza su obra de salvación en la historia. Es esperado para
"juzgar" al mundo y a los pueblos: "Regirá el
orbe con justicia y a los pueblos con rectitud". Se espera, pues,
la acción eficaz del Soberano de toda la tierra que va a traer
paz y justicia. El Salmo se abre con la proclamación de la
intervención divina en la historia de Israel. Las imágenes
que aluden a "su diestra", a "su brazo santo",
recuerdan el éxodo, la liberación de la esclavitud de
Egipto. Las palabras "lealtad" y fidelidad" recuerdan
la alianza de Dios con su pueblo: "Se acordó de su lealtad
y fidelidad para con la casa de Israel".
Estos
signos de salvación, constató el Papa, son atestiguados
a los "ojos de los pueblos" y "en todos los confines
de la tierra", para que "la humanidad entera sea atraída
hacia el Señor salvador y se abra a su palabra y a su obra
salvífica". La acogida reservada al Señor, que
interviene en la historia, está marcada por una alabanza coral
en la que participa también el universo, que constituye una
especia de templo cósmico. En este coro de alabanza intervienen
cuatro cantores: el primero es el mar con su fragor. Le siguen la
tierra y el mundo entero con sus habitantes, unidos en una armonía
solemne. La tercera personificación es la de los ríos
que, siendo considerados como los brazos del mar, dan la impresión
de aplaudir con su flujo rítmico. Por último, las montañas,
que parecen danzar de alegría ante el Señor, aun siendo
las criaturas de mayor volumen y más imponentes.
Se trata,
pues de un coro colosal que tiene como única finalidad exaltar
al Señor, rey y juez justo. Por tanto, la gran esperanza y
la gran invocación que sale de los labios del creyente es "Venga
tu reino", un reino de paz, de justicia y de serenidad, que recomponga
la armonía original de la creación. En este Salmo, precisamente,
el Apóstol Pablo ha reconocido con profunda alegría
una profecía de la obra de Dios en el misterio de Cristo, llegando
a afirmar en la Carta a los Romanos que en el Evangelio "se ha
revelado, se ha manifestado la justicia de Dios". Esta interpretación,
terminó diciendo el Papa, confiere al Salmo una mayor plenitud
de sentido.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
El nombre
del Señor es el centro del Salmo que hemos escuchado. Dios
actúa en la historia y al final juzgará al mundo y a
los pueblos. En este contexto, juzgar significa también gobernar,
instaurar la justicia, el orden y la paz. Esto es lo que el Señor
trae consigo, lo que implantará definitivamente en todo el
orbe. Es también el motivo por el que se le invoca y alaba
desde todas partes y con todos los medios.
En la
perspectiva cristiana, esta realidad ha comenzado ya en Cristo, en
el cual "se revela la justicia de Dios", como dice San Pablo
(Rm 1, 17) y, por eso, el creyente puede entonar ya ahora el "canto
nuevo" del universo y la humanidad entera redimida por Cristo.
Saludo
a los peregrinos de lengua española, invitando a todos a alabar
al Señor por haber manifestado su grandeza y su misericordia
a todos los pueblos. Llevad también mi saludo a vuestros hogares
y comunidades.
Gracias por vuestra presencia.
******
El Pontífice
terminó la catequesis saludando, como es su costumbre, a los
jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. A los
jóvenes les exhortó a proyectar su futuro en plena fidelidad
al Evangelio, creciendo según las enseñanzas y el ejemplo
de Jesús.
A los
enfermos les pidió que ofrezcan sus sufrimientos al Señor,
para que gracias también a su participación en sus padecimientos,
Él extienda su acción salvífica por todo el mundo.
Dirigiéndose a los recién casados ha pedido para ellos
que, en el camino que acaban de emprender sean guiados por una fe
viva, para que su familia sea animada por un intenso fervor evangélico.
LA
AUSENCIA DE CONTROL Y VIGILANCIA NO ES GARANTÍA DE LIBERTAD
CONGRESO "COMUNICACIÓN Y CULTURA: NUEVOS CAMINOS PARA
LA EVANGELIZACIÓN DEL TERCER MILENIO"
El Santo
Padre Juan Pablo II recibió el sábado en el Aula Pablo
VI del Vaticano a los participantes en el Congreso de agentes de comunicación
y de cultura promovido por la Conferencia Episcopal Italiana. El tema
del congreso ha sido "Comunicación y cultura: nuevos caminos
para la evangelización del tercer milenio". El Santo Padre
tras los habituales saludos aludió a las rápidas transformaciones
tecnológicas, sobre todo en el campo de las comunicaciones
sociales, que están determinando una nueva condición
para la transmisión del saber, de la convivencia entre los
pueblo, y en la formación de los modos de vida y de la mentalidad.
La comunicación genera cultura y la cultura se transmite mediante
la comunicación.
También
el Pontífice se preguntó que tipo de cultura puede generarse
de una comunicación que no tenga como centro la dignidad de
la persona, la capacidad de ayudar a afrontar los grandes interrogantes
de la vida humana, la responsabilidad de servir con honestidad al
bien común, la atención a los problemas de la convivencia
en la justicia y en la paz. En este campo, subrayó Juan Pablo
II, sirven trabajadores que, con el genio de la fe, se hagan intérpretes
de las actuales instancias culturales, esforzándose en vivir
esta época de la comunicación, no como tiempo de alienación
y de perdición, sino como tiempo precioso para la búsqueda
de la verdad y para el desarrollo de la comunicación entre
las personas y los pueblos.
Ante
este "nuevo areópago", plasmado en gran medida por
los medios de comunicación, debemos saber ser cada vez más
conscientes que "la evangelización misma de la cultura
moderna depende en gran medida de su influencia". No nos cansemos
de fijar la mirada en Jesús de Nazaret, prosiguió diciéndoles
el Papa, el Verbo hecho carne, que ha realizado la comunicación
más importante para la historia de la humanidad permitiéndonos
ver, a través de Él, el rostro del Padre celestial y
dándonos el Espíritu de verdad que nos enseña
todas las cosas.
Juan
Pablo II también aludió al Convenio eclesial de Palermo
que emprendió una intensa acción pastoral. Subrayó
la contribución del periódico Avvenire, las iniciativas
para el mantenimiento de numerosos semanarios católicos italianos
y también señaló las nuevas posibilidades que
se han abierto en el campo de las transmisiones radiotelevisivas con
la Televisión satelital Sat 2000 y el circuito radiofónico,
que recoge a numerosas radios locales.
El testimonio
de los creyentes encuentra en el mundo de los Medios de comunicación
y de la cultura un campo vastísimo de expresión. También
en estos sectores, recordó el Papa, hay que reconocer vocaciones
específicas y dones particulares, que sin dudad el Señor
concede a su Iglesia. Sobre todo a los files laicos se les pide prueba
de profesionalidad y de auténtica conciencia cristiana. Aquellos
que trabajan en los medios de comunicación y en el de la cultura,
creyentes y no creyentes, deben ser conscientes de sus propias responsabilidades,
sobre todo ante los sujetos más indefensos, que muchas veces
están expuestos, sin ninguna tutela, a programas llenos de
violencia y a visiones distorsionadas del hombre, de la familia y
de la vida.
En particular,
finalizó diciéndoles Juan Pablo II, las autoridades
públicas y las asociaciones para la tutela de los espectadores
están llamados a trabajar, según sus propias competencias
y responsabilidades, para que los medios conserven alta la finalidad
primaria de servicio a la persona y a la sociedad. "La ausencia
de control y de vigilancia no es garantía de libertad, como
muchos quieren hacer creer, y terminan más bien por favorecer
un uso indiscriminado de instrumentos potentísimos que, mal
utilizados, producen efectos devastadores en las conciencias de las
personas y de la vida social. En un sistema de comunicaciones cada
vez más complejo y de extensión planetaria sirven reglas
claras y justas que garanticen el pluralismo, la libertad, la participación
y el respeto de los usuarios.
QUE
LAS INSTITUCIONES SANITARIAS CATÓLICAS Y PÚBLICAS
COLABOREN PARA SERVIR A LOS DÉBILES
Juan
Pablo II pidió a los participantes en la Conferencia Internacional
promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud que
las Instituciones Sanitarias católicas y las Instituciones
públicas colaboren eficazmente, unidas por el deseo común
de servir al hombre, especialmente al más débil o sin
protección social.
El jueves,
el Santo Padre recibió en el Aula Pablo VI del Vaticano, a
los participantes en la XVII Conferencia Internacional promovida por
el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. En su discurso
el Pontífice, tras saludar de manera particular al Presidente
del Consejo, el arzobispo Javier Lozano Barragán, agradeció
al dicasterio que lleve a cabo esta iniciativa anualmente.
Seguidamente
el Papa se detuvo en el tema de la Conferencia - "La identidad
de las instituciones sanitarias católicas" - manifestando
que tiene una gran relevancia para la vida y la misión de la
Iglesia. Siguiendo de cerca las enseñazas de Cristo, Médico
Divino, algunos de entre ellos, los santos de la caridad y de la hospitalidad,
como san Camilo de Lellis, san Juan de Dios, san Vicente de Paúl,
dieron su vida en los hospicios, anticipándose a lo que después
serían los hospitales modernos.
La red
de instituciones socio-sanitarias católicas se ha ido así
constituyendo como respuesta a la solidaridad y a la caridad de la
Iglesia al mandato del Señor, quién invitó a
los Doce a anunciar el reino de Dios y a curar a los enfermos. "En
esta perspectiva, subrayó el Papa, os agradezco los esfuerzos
que estáis realizando para dar un nuevo impulso a la Confederación
Internacional Católica de Hospitales, válido organismo
para responder mejor a las cuestiones que interpelan a cuantos trabajan
en el mundo de la salud en sus diversos frentes. Por lo tanto animo
al Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud a mantener los
esfuerzos realizados de la Confederación para que el servicio
de caridad desarrollado por los hospitales católicos se inspire
constantemente en el Evangelio".
Para
comprender hasta el fondo la identidad de tales instituciones sanitarias,
subrayó el Papa, es menester llegar al corazón de aquello
que constituye la Iglesia, donde el amor es la ley suprema, y a este
propósito el Pontífice recordó su Carta Encíclica
Evangelium vitae. También aludió a la Carta apostólica
Novo millennio ineunte, donde recordó también a cuantos
les faltan las atenciones médicas más elementales. A
estos hermanos y hermanas la Iglesia mira con particular solicitud,
dejándose inspirar por una renovada "fantasía de
la caridad".
"Deseo
que las Instituciones Sanitarias católicas y las Instituciones
públicas, finalizó diciendo Juan Pablo II, colaboren
eficazmente, unidas por el deseo común de servir al hombre,
especialmente al más débil o de hecho socialmente no
protegido. Con estos deseos confío a todos a la maternal protección
de la Virgen Santa, Salud de los Enfermos".
PREPARACIÓN
DEL CONGRESO EUCARÍSTICO INTERNACIONAL DE GUADALAJARA
Juan
Pablo II recibió el martes por la tarde en el Vaticano a los
miembros del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos
Internacionales y a los Delegados nacionales que participan en la
Asamblea plenaria que se está celebrando estos días
en Roma. Una asamblea que está preparando precisamente el próximo
Congreso Eucarístico Internacional que tendrá lugar
en la ciudad mexicana de Guadalajara y cuyo tema será "La
Eucaristía, Luz y Vida del nuevo milenio".
En la
actualidad "no faltan sombras amenazadoras", por lo que
hay que "volver a presentar a la humanidad "la luz verdadera
que ilumina a todo hombre que viene a este mundo", dijo el Papa
en su discurso a la Asamblea plenaria.
Precisamente
a este nuevo milenio que acaba de empezar se refirió el Papa
y subrayó que "a pesar del poco tiempo que lleva, ya se
ve claramente cuán necesaria es para la humanidad entera y
para la Iglesia la luz de Jesucristo y la vida que Él ofrece
en la Eucaristía".
El Santo
Padre hizo hincapié en que en la actualidad "no faltan
sombras amenazadoras", por lo que hay que "volver a presentar
a la humanidad "la luz verdadera que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo" (Jn 1,9). A la Palabra hecha carne que quiso
permanecer con nosotros de forma tan significativa, como es la eucarística.
En este contexto, Juan Pablo II reiteró una vez más
que "la Eucaristía es expresión sublime del amor
de Dios encarnado, amor permanente y eficaz", pues en "este
Sacramento está presente Jesucristo con el don de sí
mismo para la vida del mundo. También para este mundo nuestro
tal como es, con sus luces y sombras".
Tras
recordar que el objetivo principal del comité Pontificio para
los Congresos Eucarísticos Internacionales es el "dar
a conocer y amar cada vez más al Señor Jesús
en su Misterio eucarístico, centro de la vida de la Iglesia
y de su misión para la salvación del mundo" (Estatutos),
el Santo Padre evocó la larga historia de estos Congresos,
que han ido asumiendo la característica de "Stato Orbis".
Y, poniendo
de relieve la dimensión universal de esta celebración,
el Papa subrayó que "es la Iglesia la que se recoge alrededor
de su Señor y su Dios. En este ámbito, Juan Pablo II
señaló la gran importancia que reviste la obra de los
Delegados nacionales, nombrados por las respectivas autoridades de
las Iglesias de Occidente y de Oriente. Y es que "la Eucaristía
es manantial de unidad en la Iglesia", puesto que "el Cuerpo
eucarístico del Señor alimenta y sostiene a su Cuerpo
místico".
MEMORIA
LITÚRGICA DE SAN CARLOS BORROMEO
El lunes,
tras haber llamado por teléfono al presidente de la República
italiana, Carlo Azeglio Ciampi, que también celebra su Santo,
Juan Pablo II, como todos los años, celebró su onomástico
recibiendo en audiencia a numerosos compatriotas.
Una vez
más, el Santo Padre expresó profunda gratitud a todos
los que rezan por él. En su saludo al grupo de 300 polacos
que recibió el lunes en la Sala Clementina, el Papa afirmó
que cada día percibe los frutos de esas oraciones. Luego, reflexionando
sobre el día de su Santo y poniendo de relieve la importancia
de la celebración del onomástico "porque nos recuerda
el día del Bautismo", el Pontífice agradeció
el don de la fe recibido ese día, con el sacramento que con
Cristo le hizo miembro de la Iglesia.
Con conmoción,
Juan Pablo II agradeció también a sus padres que le
han educado en la fe, transmitiéndole este don, sobre todo
con su testimonio de cada día. Y finalizó sus breves
palabras deseando que todos los niños de Polonia y del mundo
puedan vivir esta misma experiencia suya en sus hogares.
VIVIR
LAS BIENAVENTURANZAS PARA PONER EN PRÁCTICA LA PALABRA DE DIOS
"Vivir
a fondo la elección radical de las Bienaventuranzas, para poner
en práctica la exigente palabra de Dios". Juan Pablo II
recibió el viernes en audiencia en el Vaticano al Capítulo
General de las de la Hijas de María Auxiliadora, familia religiosa
que sigue con fiel adhesión las enseñanzas de los santos
Juan Bosco y María Domenica Mazzarello. El capítulo
ha debatido estos días sobre el tema "En la renovada Alianza,
el compromiso de una ciudadanía nueva". El Papa subrayó
las coincidencias que tiene con el programa de sus fundadores: "formar
buenos cristianos y honestos ciudadanos" en el actual contexto
social pluricultural, marcado por tensiones y desafíos, a veces
incluso dramáticos.
"Un
programa que os llama -dijo el Papa a las religiosas salesianas- a
dar testimonio de esperanza en las muchas fronteras del mundo moderno,
sabiendo encontrar con audacia misionera nuevos caminos de evangelización
y de promoción humana, especialmente al servicio de las jóvenes
generaciones". En una época marcada por una preocupante
"cultura del vacío" y del "sin sentido",
el Pontífice insistió en la necesidad de anunciar sin
compromisos el primado de Dios, "que escucha siempre el grito
de los oprimidos y de los afligidos". Fundamento de cualquier
compromiso evangélico y antídoto de cualquier peligrosa
fragmentación interior es la santidad personal. "Y la
santidad constituye vuestro objetivo esencial", les dijo.
En una
sociedad de tensiones y miedos, de contraposiciones y divisiones,
de extremismos y violencia, el Santo Padre indicó a la familia
salesiana, igual que a todos los religiosos y religiosas, que han
de vivir a fondo la elección radical de las Bienaventuranzas,
"aprendiendo en la escuela de Jesús, con María,
a escuchar y poner en práctica la exigente palabra de Dios".
"Las Bienaventuranzas describen el rostro de Jesús y,
al mismo tiempo, el del cristiano...son como el retrato del discípulo
auténtico que quiere sintonizar de manera perfecta con su divino
Maestro".
Solamente
corazones abiertos a la acción de la gracia son capaces de
interpretar los signos de los tiempos y de recoger los llamamientos
de la humanidad necesitada de justicia y de paz. "Vosotras -terminó
diciendo el Santo Padre a las de la Hijas de María Auxiliadora-
podréis atender las exigencias de la gente, si conserváis
intacto el espíritu de San Juan Bosco y de santa María
Domenica Mazzarello que vivieron con la mirada puesta en el cielo
y con el corazón alegre incluso cuando el seguimiento de Cristo
comportaba obstáculos y dificultad.
DIRIGENTES
DEL CENTRO CULTURAL JUAN PABLO II DE WASHINGTON
El Santo
Padre recibió el viernes en audiencia a los dirigentes del
Centro Cultural Juan Pablo II de Washington, con ocasión de
su visita anual. En su discurso el Papa subrayó que es "significativo
que este Centro Cultural abriera sus puertas cuando el Gran Jubileo
del dos mil había concluido y la Iglesia se preparaba para
profundizar con compromiso renovado, y proclamar el Evangelio a todas
las naciones y los pueblos".
La misión
del Centro se inspira en la convicción de que Jesucristo es
el centro de la historia humana y la llave que abre el misterio del
hombre y revela su sublime llamada. "Para construir un mundo
más digno y humano -continuó diciendo el Papa- es urgente
proclamar a Cristo con alegría y convicción, como el
camino, la verdad y la luz que puede iluminar la vida de cada individuo
y el destino de toda la familia humana".
ÁNGELUS:
CONVERSIÓN ECOLÓGICA, ADMINISTRACIÓN RESPONSABLE
DE LOS BIENES DE LA CREACIÓN
El Papa
invocó el domingo la "conversión ecológica".
"Ha llegado el momento -dijo durante el Ángelus- de pasar
de la explotación indiscriminada de la naturaleza a administrar
responsablemente los bienes de la creación".
Este
segundo domingo de noviembre se celebraba en Italia la Jornada de
Acción de gracias, promovida por la Confederación Nacional
de Agricultores. Una efemérides sobre la que habló Juan
Pablo II antes del rezo del Ángelus, a mediodía.
"Es
bonito y es un deber dar las gracias a Dios por los dones recibidos
a lo largo del año y también ser agradecidos con los
hombres y mujeres que con su trabajo extraen los frutos de la tierra.
Los agricultores, a menudo poco considerados en las sociedades industriales,
merecen en cambio, afirmó el Papa, un reconocimiento colectivo
por el servicio primario que prestan a la entera familia humana.
"La
custodia de lo creado es una tarea en la cual todos deben sentirse
comprometidos. No debemos olvidar nunca que la tierra es de Dios,
a pesar de que esté en las manos de los hombres para que la
gobiernen. Es necesario a este propósito un auténtico
cambio cultural: de la explotación indiscriminada de los recursos,
es obligado "convertirse" en administradores responsables
de los bienes que la creación nos ofrece".
Luego,
el Santo Padre recordó que las Naciones Unidas han declarado
el 2002 "Año de la Montaña". Por tanto, dijo
el Papa, "la celebración de la Jornada de Acción
de gracias de hoy se dirige de manera particular al ambiente montañés,
y al espléndido don que la montaña representa para el
hombre. Las montañas, de hecho, siempre han sido capaces de
fascinar el ánimo humano. Tanto es así, que la Biblia
las considera un lugar privilegiado para el encuentro con Dios. Las
montañas se convierten de este modo en símbolo de elevación
del hombre al Creador".
"Las
montañas no son, sin embargo, sólo lugares de reposo
y de vacaciones: para tantas personas son también el ambiente
de la cotidiana fatiga, afrontada a menudo en la soledad y el aislamiento.
Las montañas constituyen un patrimonio de todos, y por eso
han de ser respetadas por todos, amadas y salvaguardadas atentamente.
Se trata, de hecho, de un bien común, cuya integridad es preciosa
para toda la humanidad".
El Papa
en su juventud fue un apasionado montañero en Polonia y también
en su madurez ha sido un amante de la montaña, donde ha pasado,
por ejemplo, breves temporadas en los Alpes durante los últimos
veranos. "Cuantas veces, caminado por senderos de montaña"
-afirmó el Pontífice-- se encuentran pequeñas
iglesias y capillas dedicadas a María.
Y es
que desde lo alto -ha acabado diciendo el Santo Padre, "la Virgen
Madre vela silenciosa por sus hijos". El Evangelio de este domingo
nos sugiere que reconozcamos en Ella a la "Virgen sabia",
modelo de la Iglesia en atenta espera del retorno glorioso de Cristo.
El Papa ha invocado con confianza a María durante el rezo del
Ángelus para que nos ayude también a nosotros a ser
sabios administradores de todas las riquezas y recursos de la naturaleza.
Después
del rezo mariano del Ángelus, Juan Pablo II saludó en
distintas lenguas a los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de
san Pedro. Estas fueron sus palabras en español: Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española, de modo particular a los
grupos de las parroquias de Nuestra Señora de la Asunción
de Aravaca; Santa Catalina Labouré y San Roque, de Madrid;
y Nuestra Señora de la Asunción de Ocaña, Toledo.
Que la escucha de la Palabra de Jesús, os aliente a mantener
encendidas vuestras lámparas para ser luz del mundo. ¡Muchas
gracias!
MISA
EN SUFRAGIO DE LOS CARDENALES Y FALLECIDOS ESTE AÑO
El Papa
presidió la Misa en la basílica vaticana en sufragio
de los cardenales y obispos fallecidos este año. "A la
luz del misterio pascual de Cristo, su muerte es en realidad - dijo
el Pontífice en la homilía - la entrada en la plenitud
de la vida".
La solemnidad
de Todos los Santos y la Conmemoración de Todos los Fieles
difuntos suscitan cada año en la Comunidad eclesial un intenso
clima de oración. Un clima, en el que la consoladora certeza
de la comunión de los santos alivia el dolor por las personas
fallecidas. En este espíritu, y como cada año por estas
fechas, el Santo Padre presidió el martes por la mañana
en la basílica de San Pedro la Santa Misa en sufragio de los
cardenales y obispos fallecidos en el curso de este año.
La ceremonia
eucarística fue celebrada por el cardenal secretario de estado,
Angelo Sodano. El Papa leyó, rodeado de esta atmósfera
espiritual, la homilía en la que ha recordado el ejemplo, para
nuestro camino, que nos han dejado los prelados desaparecidos en los
últimos 12 meses.
"Los
prelados difuntos están vivamente presentes en nuestro espíritu...y
con alguno de ellos...tenía vínculos de profunda amistad,
dijo Juan Pablo II que, después enumeró de manera particular,
a los cardenales fallecidos: Paolo Bertoli, Franjo Kuharic, Louis-Marie
Billé, Alexandru Todea, Johannes Joachim Degenhardt, Lucas
Moreira Neves, François-Xavier Nguyên Van Thuân,
John Baptist Wu Cheng-Chung. A su recuerdo se unió también
el de los arzobispos y obispos, que en varias partes del mundo, han
llegado al final de su camino en la tierra.
Todos
estos nuestros hermanos -afirmó el Papa- han estado especialmente
unidos a Cristo, asociados a su Sacerdocio....y durante toda su vida,
especialmente después de haberla consagrado a Dios, "han
buscado las cosas de arriba, donde está Cristo". Y con
su palabra y su ejemplo han exhortado a los fieles a hacer lo mismo.
Han sido pastores del rebaño de Cristo.
"Para
anunciar este perdón de Cristo, la misericordia de Cristo,
la redención de Cristo, cada uno de ellos consumió su
propia vida. Hasta que llegó su hora. Ahora nosotros rezamos
aquí por todos ellos y ofrecemos el divino Sacrificio en sufragio
de sus almas".
El Papa
dijo también que fueron Pastores que con el servicio de la
predicación, plasmaron en los corazones de los fieles la impresionante
y consoladora verdad del amor de Dios.
"Algunos
de ellos han tenido la gracia de ofrecer su testimonio de manera heroica,
afrontando duras pruebas y deshumanas persecuciones. En esta Eucaristía
rendimos alabanza a Dios, implorando poder honrar dignamente su memoria".
A la
luz del misterio pascual de Cristo, su muerte es, en realidad, la
entrada en la plenitud de la vida. En esta luz de fe, nos sentimos
todavía más cercanos a nuestros hermanos difuntos: la
muerte nos ha separado aparentemente, pero la potencia de Cristo y
su Espíritu nos unen más profundamente.
XXXV
ANIVERSARIO MOVIMIENTO DE RENOVACIÓN CARISMÁTICA EN
LA IGLESIA
Juan
Pablo II alienta a los Carismáticos a hacer de sus comunidades
"signos vivos de esperanza y faros de la Buena Nueva de Cristo
para los hombres y mujeres de nuestro tiempo". El Santo Padre
envió un Mensaje a la Fraternidad Católica de la Unión
de Comunidades Carismáticas, que celebraba esta semana una
Conferencia en Roma. En su saludo, el Papa hace suyas las palabras
del Apóstol Pablo a los Romanos, deseando que "el Dios
de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar
de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo" (15, 13).
Tras
recordar que este Encuentro es también "ocasión
de feliz acción de gracias, en el marco de las celebraciones
con motivo del trigésimo quinto aniversario del Movimiento
de Renovación Carismática en la Iglesia", el Santo
Padre expresa su profunda gratitud por sus oraciones y fidelidad.
Oraciones y fidelidad que lo acompañan en el ministerio que
tiene encomendado, y que acaba de iniciar su vigésimo quinto
año.
"Vuestra
contribución a la vida de la Iglesia, mediante vuestro fiel
testimonio de la presencia y acción del Espíritu Santo
ha ayudado a numerosas personas a redescubrir en sus propias vidas
la belleza de la gracia recibida en el Bautismo, pórtico de
la vida en el Espíritu (cf Catecismo de la Iglesia Católica,
1213)", señala Juan Pablo II en su Mensaje a los Carismáticos,
haciendo hincapié asimismo en la ayuda que los miembros del
Movimiento de Renovación Carismática brindan a muchos,
impulsando el conocimiento del "poder de la efusión plena
del Espíritu Santo conferido en la Confirmación (cf
ibid, 1302)". En este contexto, el Papa afirma: "Me uno
a vosotros en la alabanza a la Santísima Trinidad por la obra
del Espíritu, que sigue atrayendo cada vez más a los
fieles en la vida de la Iglesia, fortaleciéndolos y perfeccionándolos
en ella". (cf Lumen Gentium, 11).
Asimismo,
destacando la importancia del tema tratado en este Encuentro dedicado
a reflexionar sobre "Familia, Juventud y Promoción Humana",
el Pontífice recuerda los desafíos y necesidades de
la humanidad en la actualidad, a menudo afectada por una "crisis
del sentido" (Fides et Ratio, 81). Y conociendo la profunda convicción
de los Carismáticos de la "urgencia de impulsar la nueva
evangelización - una evangelización de cultura, para
que toda vida esté marcada por la esperanza y no por el desaliento"
-, los exhorta a proseguir por esta senda y a "¡Remar mar
adentro!".
El Mensaje
del Pontífice finaliza recordando que "ser auténticos
testimonios de esperanza significa ser auténticos testimonios
de la verdad y visión de vida, defendidas y proclamadas por
la Iglesia". Siempre en comunión con el Sucesor de Pedro
y fieles a la naturaleza eclesial de las comunidades.
PAPA
ALIENTA A CRISTIANOS A PERMANECER EN TIERRA SANTA
El Arzobispo
Paul Josef Cordes viajó a Tierra Santa enviado por el Papa
para llevar el dinero que Juan Pablo II ha destinado en favor de todos
los que sufren por las consecuencias de la guerra y del terrorismo.
Asimismo, el presidente del Consejo Pontificio Cor Unum desea alentar
en nombre del Santo Padre a los cristianos para que permanezcan en
estos lugares martirizados, como tantos misioneros están haciendo
de forma heroica. Un comunicado del citado Consejo recuerda que con
la ocupación de la Iglesia de la Natividad de Belén,
que duró 39 días, se ha probado cuán necesaria
es la presencia de los cristianos en Tierra Santa.
Tras
lamentar que los continuos actos de violencia entre palestinos e israelíes
representan una amenaza persistente para la vida de todos los habitantes
de la región, el documento del Consejo Pontificio recuerda
que las casas para hospedar a los peregrinos están vacías,
al tiempo que en Belén el desempleo afecta aproximadamente
al 80% de la población. Aún comprendiendo el deseo de
muchos de dejar el país, se recuerda que si los cristianos
abandonan los Lugares Santos se pondría en peligro la salvaguarda
de los mismos.
A raíz
de los terribles atentados del 11 de septiembre, el Santo Padre lanzó
un llamamiento para ayudar material y espiritualmente a los que sufren
las consecuencias de la guerra y del terrorismo. Juan Pablo II ha
destinado 400 mil dólares de la colecta a Tierra Santa. Suma
que Mons. Cordes entregará al Patriarcado de Jerusalén,
a los Padres Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, a la Caritas
local y a distintas comunidades católicas.
Con esta
ayuda se desea mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los
cristianos en la región con el fin de que puedan ser una semilla
fecunda de humanidad y de paz. El viernes, el presidente de Cor Unum
inauguró en Belén el proyecto de construcción
de nuevas casas y visitó los hospitales de la Sagrada Familia
y "Effetá" . El sábado, Mons. Cordes se trasladó
a Jericó y el domingo a Jerusalén, donde mantuvo encuentros
con el Patriarca Latino y con las Autoridades israelíes y palestinas.
CONCLUSIONES
XV ASAMBLEA PLENARIA DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA FAMILIA
El miércoles
se hicieron públicas hoy las conclusiones de la XV Asamblea
Plenaria del Consejo Pontificio para la Familia recientemente celebrado
en Roma, que debatió el tema: "Pastoral familiar y parejas
en dificultad".
El divorcio,
la separación, la precariedad en las relaciones hombre-mujer...
en una palabra: la crisis del matrimonio. ¿Por qué se
llega a esta situación? Distintos elementos, según las
conclusiones de la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la
Familia, influyen en el incremento actual del divorcio. En primer
lugar, la cultura del ambiente secularizado en nuestra sociedad actual,
como dijo el Santo Padre en el discurso que dirigió a los asambleístas.
Una cultura en la que pesan de manera especial "las estrecheces
económicas" que favorecen el desmembramiento familiar;
o "la falsa concepción de la libertad"; el miedo
al compromiso; la cohabitación, las relaciones fuera del matrimonio,
cada vez más extendidas; "la banalización del sexo"
según la misma expresión utilizada por Juan Pablo II,
etc.
Estilos
de vida, modas, espectáculos, telenovelas ponen en duda el
valor del matrimonio y llegan a propagar la idea de que el "don
recíproco de los esposos hasta la muerte es una cosa casi imposible...pintando
a la institución familiar como una relación cada vez
más frágil.
Por otro
lado, se asiste a la invasión de un "individualismo"
cada vez más radical en numerosos ámbitos de la actividad
humana. Vida económica, competitividad despiadada, desprecio
de los marginados. Una ideología social de pseudo-libertad
que empuja al individuo a actuar según sus placeres, sus intereses
y la utilidad de las cosas y de las personas.
Entre
las consecuencias que provoca el divorcio o las separaciones, el documento
subraya el "problema de los hijos" que quedan marcados negativamente.
Retraso escolar, la tentación de la droga, la delincuencia,
la inestabilidad personal, la dificultad en las relaciones, el fracaso
profesional o la misma marginación social.
La acción
pastoral que propone la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para
la Familia es vasta y variada. Nosotros destacamos algunos puntos
importantes. En primer lugar "la oración en familia",
como también propuso Juan Pablo II en su discurso. "La
familia que reza unida, permanece unida".
Por otro
lado, los niños tienen necesidad de una educación humana
y afectiva que despierte en ellos la responsabilidad, el sentido de
la fidelidad y la iniciativa. Los niños, tienen luego la necesidad
de una educación sexual adecuada, que para ser válida
y plenamente humana, debe encontrar sitio en el camino del descubrimiento
de la capacidad de amar, inscrita por Dios en el corazón del
hombre.
La catequesis
tampoco debe descuidar el presentar de manera positiva los valores
humanos de la amistad, la ayuda recíproca, la lealtad a la
palabra dada y el amor. Entre el sacramento de la Confirmación
y el del Matrimonio, las parroquias (propone el documento), podrían
organizar, en el marco de su actividad para los jóvenes, catequesis
especificas sobre los temas del compromiso en el matrimonio, la familia
y la vida.
Se insiste
en la prevención, en la preparación y en el seguimiento
postmatrimonial de las parejas. Y en este sentido la pastoral promueve
todo aquello que pueda reforzar la cohesión la comunión
y la espiritualidad familiar.
El éxito
de la vida conyugal es un "compromiso" y requiere tiempo,
energías, vigilancia y perseverancia. Los pastores deben recordar
a las parejas "la gracia del sacramento del matrimonio".
Han de saber animarlas en su compromiso a la fidelidad, a la paternidad
responsable, recordando que la felicidad de los hijos debe ocupar
un lugar central en la vida familiar.
IDENTIDAD
DE UN HOSPITAL CATÓLICO
¿Cuál
es la identidad de un hospital católico? Esta es la pregunta
a la que responderá la XVII Conferencia Internacional organizada
por el Consejo Pontificio para la Pastora de la Salud, que se celebró
en el Vaticano desde el jueves hasta el sábado. El Papa recibió
el jueves a los congresistas y señaló la gran importancia
que "reviste para la vida y la misión de la Iglesia la
identidad de las instituciones sanitarias católicas".
El arzobispo
Javier Lozano Barragán, presidente de dicho dicasterio, explicó
que en el encuentro, en el que intervinieron 34 especialistas de todo
el mundo, se analizaría la situación actual de los hospitales
católicos, así como los desafíos económicos,
sociales, políticos, culturales, y sobre todo religiosos, que
tienen que afrontar, continente por continente.
"Deseamos
iluminar con la fe, dijo el arzobispo mexicano, la realidad actual
de los hospitales católicos: comenzando con puntos históricos,
como fundamento para la reflexión teológica, moral y
pastoral". Luego, el Congreso afrontó, en este campo,
el diálogo con judíos, musulmanes, hinduistas y budistas.
"Asimismo
se debatirá sobre lo que se debe hacer para mejorar la identidad
de los hospitales católicos, para reforzar y mejorar su misión,
la formación inicial y permanente, para perfeccionar los aspectos
económicos, sociales, políticos y de organización",
siguió ilustrando el prelado. Y finalmente, se estudiará
"cómo mejorar el aspecto religioso de los católicos,
ya que éste es verdaderamente el objetivo principal de nuestra
Conferencia".
Según
estadísticas del Consejo Pontificio para la Pastoral de la
Salud, reveladas por monseñor Lozano Barragán, la Iglesia
católica dirige en el mundo: 6.000 hospitales; 17.200 ambulatorios;
800 leproserías, 13.240 centros para ancianos, enfermos crónicos
y discapacitados; 8.700 orfanatos; 10.370 centros para niños;
10.565 consultorios matrimoniales; 18.800 centros especializados para
la educación y la reeducación social; 25.260 centros
de pastoral de la salud. En total, las instituciones católicas
dedicadas a la salud son 110.954 en el mundo. El Pontifico Consejo
para la Pastoral de la Salud está organizando la próxima
Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar en Washington
en febrero de 2003.
EL
CARDENAL SEPE CONSAGRA LA NUEVA CATEDRAL DE RRËSHEN (ALBANIA)
El Prefecto
de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos
- que se encontraba en Albania donde el sábado consagró
la nueva Catedral de Rrëshen (Diócesis sufragánea
de Scutari) -, anunció el domingo, junto con los Obispos de
este país, la apertura del proceso canónico para proclamar
mártires a 40 Siervos de Dios de la Iglesia albanesa.
El Obispo
auxiliar de Scutari, en un comunicado titulado "Albania: una
Iglesia 'mártir' que resurge", expresa gratitud al Señor,
en nombre de los católicos albaneses, por los grandes eventos
que vive el país en estos días. La llegada del Cardenal
Crescenzio Sepe, que el sábado consagró la Catedral
dedicada a "Jesús, único Salvador del mundo",
y el anuncio del domingo con la puesta en marcha inmediata del proceso
eclesiástico de dos sacerdotes. Luis Paliq, asesinado en Kosovo
en 1913, y Gjion Gazzulli, ahorcado en una plaza de Scutari en 1927.
Los otros 38 servidores del Evangelio fueron asesinados en el período
de la dictadura comunista entre los años 1945 y 1990.
"Todos
ellos derramaron su sangre por amor al Señor Jesús y
al prójimo, perdonando de todo corazón a sus verdugos",
señala el Comunicado del Obispo auxiliar de Scutari. Mons.
Zef Simoni, describe las aterradoras torturas que sufrieron estos
40 testigos en los terribles y sangrientos años de "propaganda
anticlerical y antirreligiosa", denominada "lucha de clases".
Largo y oscuro período en el que en todas las instituciones
y en cada oportunidad se pretendía afirmar que Dios no existe
y que la religión era una ilusión y una explotación.
Esta
terrible situación impuesta por la dictadura comunista prosiguió
- apunta Mons. Simoni - hasta el 4 de noviembre de 1990. Día
que marcó la apertura de una nueva etapa para la religión
y la profesión de fe, con la celebración de una Santa
Misa en el cementerio católico de Scutari. A partir de esta
fecha, se verificaron también otros eventos felices, recuerda
el Obispo albanés enumerando estos momentos.
En primer
lugar, en orden cronológico, la visita de Madre Teresa de Calcuta;
luego, la apertura de la Nunciatura Apostólica en Tirana; la
visita del Santo Padre Juan Pablo II; la constitución de la
jerarquía eclesiástica; la apertura del seminario interdiocesano
'Virgen del Buen Consejo'; y la llegada de numerosos misioneros de
Iglesias hermanas.
Elevando
la alabanza y acción de gracias al Señor de la Iglesia
en Albania, que hace tan sólo 12 años ha logrado volver
a reanudar sus actividades, Mons. Simoni pone de relieve que "el
comienzo del proceso canónico de estos 'Siervos de Dios', asesinados
por la fe, tiene un valor muy importante y significativo para la nación
albanesa". Y ello "porque los santos y los mártires
no sólo son mediadores entre Dios y el hombre, sino también
modelos en los cuales hay que inspirarse para dar un rostro nuevo
y un futuro digno a este pueblo que tanto ha sufrido".
Durante
su estancia, el cardenal Sepe mantuvo encuentros con las Autoridades
de Albania, como el Presidente de la República, el Primer Ministro
y el Presidente del Parlamento. El sábado por la mañana,
el Prefecto de la Congregación para la Evangelización
de los Pueblos celebró la Santa Misa en la Catedral de Tirana
y, por la tarde, presidió las Vísperas en el décimo
aniversario del Seminario Mayor "Madre del Buen Consejo".
Antes de finalizar su visita a Albania el martes 12 de noviembre,
el purpurado mantendrá encuentros también con los miembros
de la Conferencia Episcopal Albanesa, con los misioneros, con el clero,
con los religiosos y religiosas, y con los seminaristas.