AUDIENCIA
GENERAL: EL SEÑOR ES REY Y PASTOR, CREADOR DEL UNIVERSO
El cántico,
expuesto por el Papa en la catequesis del miércoles, muestra
la imagen poderosa de Dios, que vuelve a Jerusalén precedido
por su pueblo rescatado de sus opresores. El Señor es rey y
pastor, Creador del universo.
Ante
miles de personas reunidas en el Aula Pablo VI, Juan Pablo II desarrolló
en la catequesis del miércoles un cántico tomado del
"Segundo Isaías", el profeta del retorno de Israel
del exilio de Babilonia, que acaeció en el siglo VI antes de
Cristo. Nada se sabe del autor de este magnífico libro, pero
consta que es un extraordinario teólogo y un inspirado poeta.
Este libro es el gran poema de la vuelta del destierro. La experiencia
religiosa que ofrece es la de la salvación de Dios que penetra
en la historia para realizarse en ella; desborda esa historia con
su plenitud sin límites. El libro del "Segundo Isaías"
abarca desde el capítulo 40 hasta el 55. El cántico,
que ha entrado en los Laúdes, está tomado del primero
de estos capítulos, versículos del 10 al 17.
El cántico
se compone de dos partes: la primera anuncia el retorno de los exiliados
a Jerusalén bajo la guía de Dios mismo: "Como un
pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma
en brazos los corderos y hace recostar a las madres". El resto
de los versículos forman el comienzo de un discurso apologético
que exalta la omnisciencia y la omnipotencia de Dios, a la vez que
somete a duras críticas a los fabricantes de ídolos.
Dios es presentado como un pastor. El pastor es, además, compañero
de viaje de sus ovejas. Se preocupa de alimentarlas y de que no se
dispersen, a la vez que cuida con ternura de los corderos y de sus
madres.
Una vez
terminada la descripción de la entrada en escena del Señor
como rey y pastor, el profeta nos lleva a reflexionar sobre la acción
de Dios como Creador del universo. Nadie puede estar a su altura en
esta obra grandiosa y colosal: desde luego, no el hombre y menos los
ídolos, seres muertos e impotentes. El profeta recurre a una
serie de preguntas retóricas en las que está incluida
la respuesta. Es una especie de proceso que lleva a concluir que nadie
puede competir con Dios y arrogarse su inmenso poder o su ilimitada
sabiduría. "¿Quién ha medido el espíritu
del Señor? ¿Quién le ha sugerido su proyecto?"
El profeta,
después de haber celebrado la omnipotencia de Dios en la creación,
delinea su señorío sobre la historia, es decir, sobre
las naciones, sobre la humanidad que puebla la tierra. El profeta
trae a la conciencia del hombre sus límites frente a la infinita
grandeza y a la soberana omnipotencia de Dios. La conclusión,
afirma el Santo Padre, es lapidaria: "En su presencia, las naciones
todas son como si no existieran, para él no cuentan absolutamente
nada". El fiel, por tanto, es invitado a adorar al Señor
omnipotente ya desde el comienzo del día.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
El cántico
que acabamos de proclamar, muestra la imagen poderosa de Dios, que
vuelve a Jerusalén precedido de los hebreos rescatados de sus
opresores. El Señor es su "pastor". Él cuida
de su grey, no solo alimentándola y preocupándose de
que no se disperse, sino también inclinándose con ternura
sobre los corderos y sus madres. El Señor es rey y pastor,
Creador del universo. Nadie puede competir con Él, ni arrogarse
su inmenso poder, ni su sabiduría, ni mesurar el cosmos por
Él creado.
Doy mi
cordial bienvenida a todos los peregrinos de España y de América
Latina, de modo particular a los miembros del Instituto de los Discípulos
de los Corazones de Jesús y María, de España,
así como a los aspirantes de la Escuela de Investigaciones
Policiales, de Chile, y a los peregrinos de Guatemala. Desde el comienzo
al final de cada jornada, adorad al Dios infinito y omnipotente, que
en Cristo ha asumido nuestra condición humana.¡Qué
Dios os bendiga!
***************
El Santo
Padre, terminados los saludos en las diversas lenguas, recordó
que el día siguiente, memoria litúrgica de la presentación
de María en el templo, la Iglesia, celebrando la Jornada de
las Religiosas Claustrales, piensa con especial afecto en las monjas
de clausura. Su presencia orante en numerosas partes del mundo es
un llamamiento para todos los a no olvidar el primado de Dios en la
vida: "Estas Hermanas han preferido dedicarse totalmente a la
oración y viven de lo que la Providencia les procura mediante
la generosidad de los fieles. A la vez que les manifiesto un vivo
aprecio por la indispensable contribución que ofrecen a la
evangelización, invito a todos a sostenerlas con su ayuda espiritual
y material".
El Santo
Padre concluyó la catequesis dirigiendo, como hace siempre,
unas palabras afectuosas a los jóvenes, a los enfermos y a
los recién casados, recordándoles que el domingo que
viene, último del tiempo ordinario, celebramos la solemnidad
de Cristo, Rey del Universo. A los jóvenes les pidió
que pongan a Jesús en el centro de su vida y recibirán
de Él luz para iluminar sus decisiones.
Deseó
para los enfermos que Cristo, que ha hecho de la Cruz un trono real,
los ayude a comprender el valor redentor del sufrimiento vivido en
unión con Él. A los recién casados les pidió
que reconozcan la presencia del Señor en su familia, y así
participar en la construcción de su Reino de amor y de paz.
PAZ
EN TIERRA SANTA E IRAQ: ¡QUE CESE LA ESPIRAL DE VIOLENCIA!
El Papa
realizó un angustiado llamamiento por la paz para Tierra Santa
e Iraq, arrastrados por una peligrosa espiral humanamente imparable
en su audiencia, el jueves, a la Plenaria de la Congregación
para las Iglesias Orientales.
El Santo
Padre realizó una angustiada invocación de paz para
Tierra Santa e Iraq, arrastrados por una peligrosa espiral humanamente
imparable y pidió la intercesión del beato Juan XXIII,
mientras se aproxima el 40 aniversario de la promulgación de
su Encíclica 'Pacem in terris'. En su audiencia a la Plenaria
de la Congregación de las Iglesias Orientales, Juan Pablo II
invocó también la protección de la Virgen Santa
para las comunidades orientales desde Oriente Medio hasta África,
en Europa y en la India, pero sobre todo para "nuestros hermanos
y hermanas en Tierra Santa y en Iraq que atraviesan momentos difíciles
de gran sufrimiento".
El Papa
recordó a su antecesor Juan XXIII, por los numerosos años
que este pontífice vivió en Oriente, y por el gran amor
que profesó a las Iglesias orientales. "Que él
interceda para que estas Iglesias no se encierren en las fórmulas
del pasado y se abran a una sana modernización". Durante
su discurso, el Santo Padre recordó entre otras cosas que "la
diversidad de rito no debe hacernos olvidar que todos los católicos
forman parte de la única Iglesia de Cristo".
En cuanto
a la renovación pastoral el Papa afirmó que cada comunidad
eclesial particular no debe limitarse a estudiar sus problemas internos,
sino que debe abrirse a los grandes horizontes del apostolado moderno,
hacia los hombres de nuestro tiempo, de forma especial hacia los jóvenes,
los pobres y los que están lejos. Juan Pablo II manifestó
su comprensión por las numerosas dificultades que afrontan
las comunidades orientales en distintas partes del mundo, como la
exigüidad numérica, la penuria de medios, el aislamiento,
la condición de minoría,.... que impiden con frecuencia
una provechosa acción pastoral, educativa, asistencial y caritativa.
El Papa no ha olvidado el constante flujo migratorio que se registra
hacia occidente y que aleja a los miembros más prometedores
de estas Iglesias.
Otro
tema en el que el Papa hizo hincapié fue la formación
de los candidatos a las ordenes sagradas y a la vida consagrada. "La
labor formativa -dijo- es inseparable de la atención permanente
hacia los respectivos formadores". Retomando su Exhortación
'Pastores dabo vobis', el Pontífice insistió en que
gran parte de la eficacia formativa depende de la personalidad madura
y fuerte de los formadores bajo el perfil humano y evangélico.
La Plenaria
de la Congregación para las Iglesia Orientales había
analizado en su Asamblea el procedimiento de las elecciones episcopales
en las Iglesias Patriarcales. A este propósito el Papa manifestó
que tendría en consideración las propuestas que le han
sido planteadas a la luz de las Normas del Código de los Cánones
de las Iglesias Orientales, en las que el Papa ha establecido una
"forma de proceder" ("modus procedendi") que salvaguarde,
al mismo tiempo las prerrogativas de los Responsables de la Iglesias
y el derecho del Romano Pontífice de intervenir en casos concretos
("singulis casibus").Este modo de hacer, afirmó el
Papa, dadas las grandes posibilidades actuales de comunicación,
impensables en el pasado, permite al Jefe del Colegio de Obispos poder
admitir en la comunión jerárquica -sin la cual los Obispos
no pueden ser asumidos- a los nuevos candidatos con su asenso previo,
en lo posible, a la elección misma. "En cualquier caso,
dijo el Papa, cuando se señalen a la Santa Sede dificultades
en las aplicaciones de las normas canónicas, se intentará
ayudar a superarlas, con el espíritu de una real colaboración".
LA
GRAN MAYORÍA DE LOS HAITIANOS SUFRE UNA POBREZA INSOPORTABLE
CARTAS CREDENCIALES DEL NUEVO EMBAJADOR DE HAITÍ ANTE LA
SANTA SEDE
Juan
Pablo II invocó los valores humanos, morales y espirituales
del pueblo de Haití para que supere la crisis económica
y moral que padece el país, en su discurso al nuevo embajador
haitiano.
Juan
Pablo II recibió el viernes por la mañana en el Vaticano
al nuevo embajador de Haití ante la Santa Sede, Carl Henri
Guiteau, que le ha entregado las cartas credenciales. El Papa felicitó
al país caribeño que se apresta a celebrar en el 2004
el bicentenario de su independencia. El Santo Padre desea "ardientemente
que este evento (del cual el pueblo haitiano se siente orgulloso,
pues fue el primer país de América Latina en proclamar
su independencia) sea una ocasión privilegiada para profundizar
sobre el futuro de la nación", sumida en "una profunda
crisis económica que afecta también los valores de la
sociedad."
Es necesario
--dijo el Papa-- buscar alternativas que tengan en cuenta el respeto
de las personas, la paz, la seguridad, la justicia, la igualdad, es
decir, las justas aspiraciones del pueblo de Haití, de sus
valores humanos, morales y espirituales. Porque "una gran mayoría
de los habitantes de Haití sufre una pobreza cada vez más
insoportable, que les empuja a emigrar o a abandonar el medio rural
para encontrar refugio en las grandes aglomeraciones del país.
Esta urbanización salvaje, que engendra el desarraigo cultural
y la desintegración de los lazos familiares, acrecienta las
desigualdades entre ricos y pobres, hundiendo a las personas, las
familias y las comunidades en la desesperación.
"El
aprendizaje de una vía democrática fuerte y la consolidación
del estado de derecho son poderosos antídotos para esta desesperación"
y favorecen asimismo la unidad de la nación. La cultura de
la fraternidad y de la solidaridad del pueblo de Haití, que
se apoya sobre sus valores humanos y culturales es un resorte importante
para tejer las relaciones solidarias entre los ciudadanos más
allá de sus diferencias. Para trabajar en el crecimiento global
y moral de la sociedad, el Santo Padre afirmó que conviene
favorecer una política de desarrollo rural que impida el abandono
del campo, a través de la intensificación de una red
de carreteras y levantado estructuras sanitarias, educativas y de
desarrollo agrícola.
"La
lucha contra la injusticia supone también --explicó
Juan Pablo II-- que se garantice un sistema judicial siempre más
independiente y justo, que respete los derechos de los más
pobres. El Papa hizo hincapié asimismo en la educación
y en la formación de la juventud, "que es la primera riqueza
nacional y la esperanza para que la nación pueda transformarse".
Y en este sentido, los valores morales y espirituales constituyen
su tesoro. Eliminar las causas profundas de la miseria y devolver
a cada hombre su dignidad fundamental es un deber sagrado para todas
las naciones y especialmente para los que gobiernan.
En esta
perspectiva, el Pontífice subrayó que es importante
que la toma de decisiones políticas tengan como objetivo el
bien común y el servicio del pueblo haitiano, sin que se dejen
condicionar por intereses particulares u ocultos que debilitan el
buen funcionamiento de las Instituciones y que mantienen viva la ilegalidad.
El Papa animó a los ciudadanos de Haití a que tengan
el coraje de edificar y avanzar en el camino de una nueva esperanza
para Haití. Una misión en la que colaborará,
como siempre ha hecho a lo largo de su historia, la Iglesia local,
que nunca ha rebajado sus esfuerzos para promover a través
de sus propias estructuras, el bien común de este pueblo.
SE
NECESITAN LAICOS QUE TESTIMONIEN LA CARIDAD Y LA SOLIDARIDAD
ASAMBLEA PLENARIA DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LOS LAICOS
Juan
Pablo II invitó a los laicos a "presentar sus vidas en
la Eucaristía como ofrenda espiritual agradable al Señor,
consagrando así el mundo a nuestro Dios", al recibir al
Consejo Pontificio encargado de este sector pastoral.
Juan
Pablo II recibió a última hora de la mañana del
sábado, en la Sala Clementina del Vaticano, a los participantes
en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para los Laicos. El
Pontífice comenzó saludando a los presentes con las
palabras de san Pablo a los Corintios. "La gracia de nuestro
Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos vosotros".
El Papa
se refirió a los trabajos de la Asamblea, que se celebra "en
el 40 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el mayor
evento eclesial de nuestros tiempos, dijo el Papa, que ha hecho confluir
en la Iglesia una vasta corriente de promoción del laicado
en su renovada convicción de ser un misterio de comunión
misionera".
El Papa,
como ya hizo en el Jubileo del Apostolado de los laicos del año
Dos mil, invitó a los fieles laicos a volver al Concilio Vaticano
II, para retomar sus documentos y redescubrir su riqueza de estímulos
doctrinales y pastorales. "Hoy se necesitan fieles laicos, continuó
diciendo, que conozcan su vocación evangélica y la responsabilidad
que de ella se deriva, para testimoniar la caridad y la solidaridad
en todos los ambientes de la sociedad moderna".
"Con
el tema de esta Asamblea: "Es menester continuar caminando recomenzando
desde Cristo, es decir desde la Eucaristía", continuó
diciendo el Pontífice, completáis el recorrido sobre
los Sacramentos de la iniciación cristiana, que habíais
comenzado con la profundización en el Bautismo y la Confirmación
en las dos Plenarias precedentes". Toda esta reflexión
sacramental atrae la atención hacia la comunidad parroquial,
corazón de la vida litúrgica, lugar privilegiado para
la catequesis y la educación para la fe.
El Papa
constató cómo muchos bautizados parecen haber perdido
el contacto con este patrimonio religioso, afirmando que sólo
una fe arraigada en la estructura sacramental de la Iglesia, que bebe
en las fuentes de la Palabra de Dios y en la Tradición, que
se transforma en una vida nueva y en una comprensión renovada
de la realidad, puede ayudar a los bautizados a superar el impacto
con la cultura secularizada dominante.
Juan
Pablo II invitó a los laicos a presentar sus vidas en la Eucaristía
como ofrenda espiritual agradable al Señor, consagrando así
el mundo a nuestro Dios y a tener siempre presente la centralidad
de la Eucaristía en la formación y participación
en la vida de las comunidades parroquiales y diocesanas. Y concluyó
afirmando que "el rosario os ayudará a profundizar en
el misterio de Cristo con la mirada de la Virgen María".
X
CAPÍTULO GENERAL DE LA ORDEN FRANCISCANA
CONSTRUID UN MUNDO MÁS FRATERNO Y EVANGÉLICO OPONIÉNDOSE
A LA EXPLOTACIÓN, DISCRIMINACIÓN, MARGINACIÓN
E INDIFERENCIA
Juan
Pablo II recibió el viernes en audiencia a los miembros de
la presidencia del Consejo Internacional de la Orden Franciscana Secular,
a los participantes en el X Capítulo General y a través
de ellos el Papa envió un saludo a todos los franciscanos seculares
y a los miembros de la Juventud Franciscana del mundo.
En este
Capítulo General se ha concluido la actualización de
la legislación fundamental de los Franciscanos: la Regla, aprobada
por Pablo VI en 1978; el Ritual aprobado en 1984; las Constituciones
generales aprobadas en el 2000 y por el último el Estatuto
Internacional, en este Capítulo General. "Vuestra legislación
renovada -subrayó el Papa en el mensaje que les entregó-
os proporciona instrumentos óptimos para realizar y expresar
plenamente la unidad de vuestra orden y la comunión con la
Familia Franciscana con coordenadas precisas".
Tras
manifestar que la Iglesia espera de los Franciscanos Seculares un
testimonio valeroso y coherente de vida cristiana y franciscana dirigida
a la construcción de un mundo más fraterno y evangélico,
el Santo Padre les dirige otra importante exhortación: "Esforzaos
con decisión contra cualquier forma de explotación,
de discriminación y de marginación y contra cualquier
actitud de indiferencia hacia los demás".
ÁNGELUS:
HUMANIDAD III MILENIO NECESITA DESCUBRIR A CRISTO COMO SALVADOR
El Santo
Padre puso de relieve, en su alocución antes del Ángelus,
que la humanidad del tercer milenio necesita descubrir a Cristo como
su salvador. El Santo Padre Juan Pablo II en la Solemnidad del domingo
se reunió en la Plaza de san Pedro con los fieles romanos y
peregrinos para rezar la oración mariana del Ángelus.
Esta solemnidad, que está colocada oportunamente en el último
Domingo del Año Litúrgico, afirmó el Papa, pone
en evidencia que Cristo es el Señor del tempo y que en Él
encuentra cumplimiento todo el plan de la creación y redención.
El Pontífice
aludió al origen en la antigua Alianza de la figura del Rey
Mesías. Es el mismo Dios que, de modo especial a través
de los profetas, revela al pueblo de Israel su voluntad para reunirles
como hace el pastor con su rebaño, para que vivan libres y
en paz en la tierra prometida. Para ello, continuó diciendo
Juan Pablo II, enviará a su Consagrado (el "Cristo"
en lengua griega), para rescatar al pueblo del pecado e introducirlo
en su Reino.
"Jesús
nazareno lleva a cumplimiento en el Misterio Pascual esta misión.
Él no viene a reinar como los demás reyes de este mundo,
sino a establecer, en un cierto modo, en el corazón del hombre,
de la historia y del cosmos la potencia Divina del Amor".
Y recordando
la proclamación hecha al mundo por el Concilio Vaticano II
y reiterado en el Gran Jubileo del 2000, del señorío
de Cristo, el Papa insistió en la necesidad que tiene la humanidad
del tercer milenio de reconocer que Cristo es su salvador, siendo
éste el anuncio que los cristianos tienen que transmitir con
un compromiso renovado al mundo de hoy. El mismo Concilio insiste
en la especial responsabilidad de los fieles laicos a participar en
la misión profética de Cristo.
Juan
Pablo II finalizó su alocución previa al rezo mariano
refiriéndose a la Virgen María, que fue elegida por
Dios para asociarla, de modo singularísimo, a la realeza de
su Hijo hecho Hombre. Esto es lo que contemplamos en el último
misterio glorioso del Santo Rosario. Que María nos enseñe
a testimoniar con valentía el Reino de Dios y a acoger a Cristo
como Rey de nuestra existencia y del universo entero.
Después
del rezo del Ángelus y del responso por los fieles difuntos,
el Pontífice recordó que en este domingo la Diócesis
de Roma celebra el "Día del Seminario", encomendando
en sus oraciones tanto a los seminaristas como a sus formadores, a
la vez que agradece a las comunidades parroquiales, a las familias
y a todos los fieles el que sostengan generosamente al seminario diocesano,
y pidió oraciones para que no falte nunca en Roma numerosas
y santas vocaciones sacerdotales.
El Santo
Padre saludó como siempre a los peregrinos presentes en la
Plaza de san Pedro en varias lenguas. Este fue su saludo en español:
"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española
aquí presentes, de modo especial a los fieles de las parroquias
de San Bartolomé y San Jaime de Nules y de la Virgen del Carmen
de Onda. Proclamad siempre con vuestras obras y palabras a Jesucristo,
Rey, Pastor y Señor del Universo".
PAZ
EN EL MUNDO, FIN DEL TERRORISMO Y EUROPA UNIDA DE RAÍCES CRISTIANAS
MENSAJE A LOS OBISPOS DE ITALIA
En su
Mensaje a los Obispos de Italia, Juan Pablo II reflexiona sobre la
actualidad de esta nación. Invita a rezar por la paz en el
mundo, para que cese el terrorismo, y anhela una Europa unida que
salvaguarde sus raíces cristianas.
Juan
Pablo II envió un Mensaje a los miembros de la Conferencia
Episcopal Italiana, que comenzaron el lunes su quincuagésima
Asamblea General, en el Santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza.
El Papa pone de relieve el desafío de responder a la pregunta
crucial de ¿Quién es el hombre?". Reflexiona sobre
las solicitudes pastorales de los Obispos italianos en el ámbito
nacional, y recuerda que "hoy más que nunca, no se puede
prescindir del aún más amplio contexto internacional".
"En nuestros corazones y en nuestras oraciones, sigue siendo
profunda la preocupación por la paz", afirma el Santo
Padre y hace un llamamiento "a rezar juntos a Dios, rico en misericordia
y perdón" para que "apague los sentimientos de odio
en los corazones de las poblaciones, haga cesar el horror del terrorismo
y guíe los pasos de los responsables de las Naciones por las
sendas de la comprensión recíproca, de la solidaridad
y de la reconciliación".
Expresando
su complacencia por el compromiso de los prelados italianos en lo
que respecta a la "Unión Europea, en un momento particularmente
importante y delicado para la definición de su organización
institucional y en vista de su ampliación a las Naciones de
Europa centro-oriental", Juan Pablo II hace hincapié en
la importancia de "salvaguardar y promover las raíces
cristianas de la civilización europea".
El Papa
reitera la urgente necesidad de tutelar la dignidad inviolable de
la persona humana", ante los riesgos de manipulaciones tecnológicas.
Alienta a los Obispos italianos a seguir avanzando en el proyecto
cultural dirigido en sentido cristiano. En la evangelización
y en las comunicaciones sociales. Asimismo, recuerda su reciente visita
al Parlamento italiano y los históricos lazos entre de este
país y la Iglesia Católica. Destacando luego, la Pastoral
Familiar y la educación de las nuevas generaciones. Así
cómo la solidaridad activa, en favor de las personas y familias
marcadas por distintos modos de pobreza y por el desempleo. Este Mensaje,
finaliza recordando la solidaridad del Santo Padre ante el dolor causado
por el reciente terremoto en la región italiana de Molise,
en el que murieron tantos niños.
PAPA
CONFIRMA EN EL CARGO DE SECRETARIO DE ESTADO A CARDENAL SODANO
El sábado
se dio a conocer el texto de una Carta que el Santo Padre ha dirigido
al Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano. Juan Pablo II felicita
al Purpurado, que cumplió el 23 de noviembre 75 años,
y le confirma en el cargo de Secretario de Estado.
En dicha
carta, el Pontífice pone de relieve la importante obra desarrollada
por el Cardenal Angelo Sodano "al servicio de la Iglesia y, de
modo especial, de la Sede Apostólica". Luego, tras expresar
su "personal gratitud por la gran ayuda que, desde hace tantos
años, le ofrece cotidianamente en calidad de estrecho colaborador
en su esmerada tarea de Secretario de Estado", y "conociendo
su amor a la Iglesia y el espíritu de obediencia que han inspirado
siempre su conducta", el Santo Padre le pide al mismo Purpurado
que prosiga en el cargo que desempeña en la actualidad, confiando
en poder seguir contando con su "iluminada colaboración".
LA
INDIA ABRIÓ SUS PUERTAS AL CRISTIANISMO HACE 2.000 AÑOS
El Papa
está profundamente agradecido a la India por haber abierto
sus puertas al cristianismo hace dos mil años y por el enriquecimiento
que ha aportado a la Iglesia universal. En su mensaje con motivo de
las celebraciones en India en honor de Santo Tomás Apóstol
y San Francisco Javier, el Papa subraya de forma especial su esperanza
en que "la Iglesia, que no toma partido por ninguna cultura,
pueda proseguir un diálogo y una colaboración enriquecedora
con la cultura india y con las demás religiones para avanzar
juntas, en paz, en el Tercer Milenio, cada grupo enriquecido por los
valores del otro, en el contexto intercultural e interreligioso de
la India y de Asia en general".
Ha sido
el Cardenal Crescencio Sepe el encargado de llevar este mensaje del
Santo Padre con motivo de las celebraciones conclusivas del 1950 aniversario
de la llegada de Santo Tomás Apóstol y del 450 aniversario
de la muerte de San Francisco Javier, que tuvieron lugar el domingo
en Ernakulam, en el estado indio de Kerala. Las celebraciones para
recordar estos dos importantes aniversarios en la historia de la Evangelización
se concentraron en una solemne concelebración Eucarística
presidida por el cardenal Sepe, por la mañana, y un encuentro
público por la tarde durante el cual el purpurado entregó
el mensaje de Juan Pablo II.
El Pontífice
expresa también su satisfacción porque la libertad religiosa
es uno de los principios de la Constitución india e invita
a la Iglesia de este país a seguir el ejemplo misionero de
Tomás y Francisco, "y así la Buena Nueva del Evangelio
de Jesucristo pueda ser compartida con los pueblos de otras naciones
de Asia e incluso de otros continentes".
La Iglesia
católica en India tuvo su origen con la predicación
de Santo Tomás Apóstol, que según la tradición
llegó en el año 52. Aproximadamente mil 500 años
después Francisco Javier comenzó su ruta hacia Oriente,
deseoso de llevar el Evangelio a esas tierras, llegando a la costa
malabar en 1542. Falleció el 3 de diciembre de 1552. Estos
dos apóstoles tuvieron un papel muy particular en la historia
religiosa de la India.
El Santo
Padre asegura en su mensaje al pueblo indio su continua dedicación
y solidaridad, y su deseo de ayudar a todos y de continuar construyendo
una sociedad que ofrezca una vida digna a todos sus ciudadanos.
MENSAJE
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES:
LA VOCACIÓN AL SERVICIO
El
sábado se hizo público el Mensaje de Juan Pablo II para
la cuadragésima Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones,
que se celebrará el 11 de mayo de 2003, IV Domingo de Pascua.
El tema de este Mensaje del Papa, que lleva la fecha del 16 de octubre
de 2002 - es decir del vigésimo cuarto aniversario de su elección
como Pontífice - es: "La vocación al servicio".
Es un
tema, destaca el Santo Padre, que "nos invita a volver a las
raíces de la vocación cristiana, a la historia del primer
llamamiento del Padre, el Hijo Jesús". Parece evidente
"el radical sentido positivo" del término "siervo"
en el texto sagrado, señala asimismo el Papa, recordando luego
que "mientras, en la cultura actual, el que sirve es considerado
inferior, en la historia sagrada es el que es llamado por Dios para
cumplir una acción particular de salvación y redención".
Tras
reiterar que en la Sagrada Escritura se ponen de relieve los fuertes
y evidentes lazos entre servicio y redención y entre servicio
y sufrimiento, Juan Pablo II hace hincapié en la fuerza extraordinaria
que viene de Dios para "no devolver mal por mal", sino,
todo lo contrario, "responder al mal con el bien".
"Jesús
es en verdad el modelo perfecto del 'siervo' del que habla la Escritura",
recuerda luego el Papa y subraya que el servicio "se transforma
en camino y mediación preciosa para llegar a comprender mejor
la propia vocación. La diakonía es en verdad itinerario
pastoral vocacional". Y, dirigiéndose a la juventud, Juan
Pablo II afirma "con este Mensaje, quisiera prestar la voz a
Jesús", para que proponga a tantos jóvenes el ideal
del servicio y ayudarles a superar las tentaciones de individualismo
y la ilusión de lograr así la felicidad.
"Servir,
queridos jóvenes", subraya más adelante el Papa,
"es manifestación de libertad
y de responsabilidad
hacia el prójimo", en especial a los más necesitados.
"Servir es posible para todos, con gestos aparentemente pequeños,
pero grandes en realidad si son animados por el amor sincero. El verdadero
siervo es humilde
". Y tras desear a los jóvenes
que sepan escuchar la voz de Dios que los llama al servicio, haciendo
que la caridad se exprese en toda su riqueza espiritual y apostólica,
el Santo Padre los anima también a cultivar los valores y elección
radical, siguiendo a Jesús. A no dejarse seducir por el poder
y la ambición personal.
El Mensaje
del Papa para la próxima Jornada Mundial de Oración
por las Vocaciones finaliza, "como otras veces", dirigiendo
la mirada hacia María, Madre de la Iglesia y Estrella de la
Nueva Evangelización. E invocándola con confianza le
dedica una oración, para que no falten en la Iglesia personas
dispuestas a responder generosamente a la llamada del Señor.
LAS
RELIGIONES DEBEN EDUCAR PARA LA PAZ
MENSAJE CONSEJO PONTIFICIO DIÁLOGO INTERRELIGIOSO A LOS
CREYENTES MUSULMANES
"Como
creyentes en el Dios único, cristianos y musulmanes entendemos
nuestro deber de tratar de instaurar la paz. Creemos que la paz es
un don de Dios y es este el motivo por el que nuestras dos respectivas
comunidades rezan por la paz". Con esta esperanza se dirige el
Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso a los creyentes
musulmanes en su Mensaje con motivo de la fiesta de Id al-Fitr, con
la que se concluye el próximo 4 y 5 de diciembre el mes sagrado
del Ramadán.
"Con
el fin de conseguir la paz y de conservarla, las religiones pueden
desarrollar un importante papel, el cual, hoy más que nunca,
les es reconocido por la sociedad civil y por los gobiernos de los
Estados". El Mensaje insiste además en el papel de la
educación como un campo en el que las religiones pueden ofrecer
una aportación particular en los caminos de la paz. "Gracias
a ella, la persona es capaz de reconocer su propia identidad y también
la del otro. Por lo tanto, nuestra identidad será más
clara cuando nos se enfrente a la de nuestros hermanos, como si la
humanidad pudiera estar constituida por grupos antagonistas".
"La
educación a la paz -prosigue el documento- comporta el conocimiento
y la aceptación de la diversidad. Aprender a gestionar las
crisis para que éstas no degeneren en conflictos, forma parte
también de dicha educación a la paz. Nos alegra ver
cómo crece en muchos países la colaboración entre
musulmanes y cristianos en este campo, sobretodo en lo que se refiere
a una revisión equitativa de los textos escolares".
La cuestión
de la paz, en nuestro mundo, es más urgente que nunca. El Consejo
Pontificio subraya que las situaciones de guerra constituyen una llaga
abierta en el corazón de la humanidad, sobretodo aquellos conflictos
que duran bastante tiempo ya sean en Oriente Medio, en África
o en Asia. En muchos países, los conflictos causan numerosas
víctimas inocentes, al tiempo que las poblaciones pierden la
esperanza de que, en un futuro, cercano, pueda alcanzarse la paz en
sus tierras.
A menudo,
las causas de los conflictos tienen su origen en el corazón
de hombres que rechazan abrirse a Dios. Tales corazones están
habitados por el egoísmo, por el deseo desenfrenado de poder,
de dominio y de riqueza y todo esto en detrimento del otro y sin atención
alguna al grito de los hambrientos y sedientos de justicia y de solidaridad.
Si es cierto que conocemos bien las causas profundas de las guerras,
es sobretodo necesario tratar de explorar juntos los caminos de la
paz.
LAS
PERSONAS CONSAGRADAS Y SU MISIÓN EN LA ESCUELA
El martes
fue presentado en la oficina de prensa de la Santa Sede el documento
"Las personas consagradas y su misión en la escuela. Reflexiones
y Orientaciones", a cargo de la Congregación para la Educación
Católica. El acto fue presidido por el prefecto del dicasterio,
cardenal Zenon Grocholewski. El documento quiere, por una parte, ayudar
a las personas consagradas a reflexionar sobre su presencia educativa
en la escuela y ofrecer orientaciones que sirvan para motivar y sostener
la misión educativa en el contexto actual. Por otra, el documento
quiere ser expresión de gratitud a las personas consagradas
que dedican su vida al servicio de la educación.
En momentos
en que la escuela sufre una fuerte presión social que la enviste
peligrosamente hacia derroteros de instrumentalización por
parte de las exigencias de las mismas estructuras productivas y económicas,
o por prejuicios y cálculos políticos que ofuscan la
misma "función educativa", el documento de la Congregación
para la Educación Católica anima a los religiosos a
volver a enseñar en las escuelas, y a empeñarse sobre
todo en la educación de los más pobres.
El texto
analiza en 40 páginas el "sentido" y la "necesidad"
de que los religiosos y las religiosas vuelvan a participar de manera
activa en la tarea y en la misión cultural de la Iglesia. Una
tarea abandonada paulatinamente a partir del final del Concilio Vaticano
II. En los últimos 30 años, por ejemplo, en los Estados
Unidos, los religiosos dedicados a la enseñanza han pasado
de ser la mitad a poco más de 7%. Una carencia motivada no
sólo por la falta de vocaciones, sino también por el
poco interés en la misión educativa, las dificultades
económicas en la gestión de las escuelas católicas
o la atracción de otras formas de apostolado más gratificantes
para las personas consagradas.
El texto
se articula en dos partes: una hace alusión al "perfil"
y la otra a la "misión" de las personas consagradas
en la escuela. En la primera parte, breve y esencial, se delinea la
fisonomía de las personas consagradas. El documento ve en la
respuesta radical de las personas que siguen a Cristo la manifestación
de una valencia antropológica de la vida consagrada. Viviendo
con coherencia, las personas consagradas incrementan un fecundo movimiento
circular en el que su específica vocación refuerza y
enriquece a las personas que están con ellos. Un movimiento
que favorece un diálogo constructivo en las distintas expresiones
culturales y que sugiere nuevas vías para educar evangelizando.
La segunda
parte del documento, más articulada y consistente, se refiere
propiamente a la misión educativa de las personas consagradas.
Con ello se quiere estimular la reflexión sobre algunas especificas
aportaciones, evidenciadas por los títulos de los tres grandes
parágrafos: educadores llamados a evangelizar; educadores llamados
a acompañar hacia lo Alto; educadores llamados a formar para
vivir juntos.
El documento
subraya la misión de los consagrados en la escuela como dimensión
fundamental del mandato misionero de la Iglesia. Predicar el Evangelio
a todas las criaturas, en obediencia a la orden de Jesús, implica
anunciar la Buena Nueva a todas las personas, ocupándose de
toda dimensión de su vida y de su desarrollo.
El compromiso
de las personas consagradas en la escuela, católica o no, es
elección de vida, camino de santidad, exigencia de justicia
y de solidaridad, especialmente hacia los más jóvenes
y los más pobres. Los consagrados saben que la cultura es condición
fundamental para que todo ser humano llegue a un nivel de vida conforme
a su dignidad y a su destino. Y cuando trabajan en la escuela católica
tienen la tarea de "hacer brotar" en el interior mismo del
saber escolástico la visión cristiana sobre el mundo,
sobre la vida, sobre la cultura y sobre la historia.
Con su
presencia, las personas consagradas constituyen una invitación
tácita, pero eficaz para interrogarse sobre Dios y sobre el
misterio de la vida. Por su parte, la enseñanza de la religión
ofrece itinerarios diversificados de educación religiosa y
se pone como propuesta cultural para todos, independientemente de
las elecciones de fe. Los contenidos del documento presentan orientaciones
que si bien no constituyen una absoluta novedad, resultan, particularmente
oportunos y significativos frente a una realidad actual, cargada de
desafíos para la educación.
RELACIONES
DIPLOMÁTICAS ENTRE LA SANTA SEDE Y QATAR
La Santa
Sede y el Estado de Qatar, han decidido de común acuerdo establecer
relaciones diplomáticas entre sí, a nivel de Nunciatura
Apostólica por parte de la Santa Sede y de Embajada por parte
del Estado de Qatar, según lo establecido por la Convención
de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961.
El lunes se anunció públicamente en el Vaticano y en
Doha, el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la
Santa Sede y el Estado de Qatar.