AUDIENCIA
GENERAL: SALMO 95 La Audiencia General, celebrada en el Aula Pablo VI, reunió el miércoles varios miles de fieles romanos y peregrinos llegados de diversas partes del mundo, en una mañana en que el sol volvió a brillar solemne sobre el cielo de Roma. El Santo Padre siguió desarrollando el tema de los Salmos, concretamente el Salmo 95, que se reza en los Laúdes del Lunes de la Tercera Semana, y que puede ser titulado "Dios rey y juez del universo". Este Salmo 95 pertenece al grupo de los denominados "Salmos del Señor rey". De él forman parte los Salmos 95 al 98, además del 46 y del 92. Juan Pablo II expuso ya el Salmo 92, poniendo de relieve cómo estos cánticos colocan en el centro la figura de Dios que sostiene a todo el universo y gobierna la historia de la humanidad. El Salmo empieza invitando festivamente a alabar a Dios con una dimensión universal: "Cantad al Señor toda la tierra". Es como si se encomendara a los fieles una misión. Son enviados a "narrar la gloria" de Dios en medio de los pueblos y naciones, a contar "sus maravillas y prodigios". Se pide a los fieles que digan "entre los pueblos: el Señor reina", que "gobierna y juzga a las naciones y a todas las gentes". Es significativa esta apertura universal de parte del pueblo de Israel, un pueblo pequeño, aplastado entre grandes imperios. Y es que sabe que "su Señor es Dios del universo" y que "todos los dioses de las naciones son nada". El Salmo 95, subrayó el Papa, está constituido por dos grandes cuadros. El primero comprende una solemne epifanía del Señor, que se manifiesta en su santuario, es decir en el templo de Sión. Y entre todos los cantos y alabanzas que preceden y siguen esta su presencia en el templo santo, destacan los de adoración, alabanza y bendición. Estas actitudes, exhortó el Pontífice, deberían estar presentes en el interior de nuestra liturgia cotidiana y de nuestra oración personal. Otro aspecto que aparece en esta primera parte del Salmo es el de una especie de declaración anti idolátrica. Es decir, la oración se revela como un camino para alcanzar la pureza de la fe, según la conocida aserción: "lex orandi, lex credendi". O lo que es lo mismo: la norma de la verdadera oración es también norma de fe, es lección sobre la verdad divina. Esta verdad puede ser descubierta a través de la íntima comunión con Dios realizada en la oración. El segundo cuadro del Salmo se abre con la proclamación de la realeza del Señor: "El Señor es rey, él gobierna a los pueblos rectamente". La realeza del Señor "es liberación de la esclavitud y de la corrupción", absolutamente necesaria, como indicaba San Pablo en la Carta a los Romanos (8,19-21) "para entrar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios". La lectura cristiana de este Salmo, hecha por los Padres de la Iglesia, nos lleva a ver una prefiguración de la Encarnación y de la Crucifixión, signo, paradójico si se quiere, de la realeza de Cristo. Como paradójica era la frase de Cristo: "El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos. El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan sino para servir y para dar su vida en rescate por todos". RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas: Los Padres de la Iglesia han visto en este Salmo una prefiguración de la Encarnación y de la Crucifixión, signo de la paradójica realeza de Cristo: "El Señor reinó desde el madero". Saludo a los fieles de lengua española; en especial a los peregrinos de Ecatepec y Hermosillo, de México. ¡Interpelados por este Salmo, recordad que la Cruz es un trono de amor y no de dominio y que, por tanto, quien quiera ser grande entre vosotros debe ser siervo de todos! ********************* Una vez más, Juan Pablo II terminó la Catequesis dirigiendo unas afectuosas palabras a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. A los jóvenes les deseó que su amistad con Jesús sea para ellos fuente de alegría y motivo inspirador de todo tipo de opción comprometida. A los enfermos les pidió que saquen de la oración alivio y serenidad en los momentos de sufrimiento y de prueba. Y a los recién casados les deseó que su constante contacto con el Señor sea para ellos acicate, para que correspondan plenamente a su vocación familiar. Y al final de la Audiencia General, haciéndose eco de la nueva oferta de Sadam Husein de colaborar para que los inspectores de desarme de la ONU puedan visitar su país, el Santo Padre expresó su satisfacción por lo que considera que, en sí, es una buena noticia. "En los días pasados, tras los vientos de guerra que amenazaban a toda la región de Oriente Medio, ha llegado la buena noticia de la posibilidad de una recuperación de la colaboración de Irak con la comunidad internacional. Os exhorto a seguir rezando para que el Señor ilumine a los responsables de las naciones, abra y sostenga los indicios de buena voluntad y conduzca a la humanidad, afligida por tantos males, hacia una convivencia libre de guerras y de los atropellos de la violencia".
SERVICIO PASTORAL DE LOS LAICOS SIGUIENDO EL DERECHO CANÓNICO El Santo Padre resalta la colaboración en el servicio pastoral de los laicos siempre que sigan las indicaciones del derecho canónico, en su discurso a un grupo de obispos brasileños al final de su visita ad limina. Al término de su quinquenal visita ad limina, los 16 arzobispos y obispos miembros de las regiones 1 y 2 oeste de la Conferencia episcopal brasileña, recibieron un discurso conclusivo del Papa tras la Santa Misa que concelebraron el sábado con él en su capilla privada del Palacio apostólico de Castelgandolfo. Después de los saludos de rigor, Juan Pablo II expresa su aprecio por la visita y la presencia en Roma de los prelados, que reafirma el vínculo de comunión y enriquece el diálogo con el Sucesor de Pedro. El Santo Padre constata con satisfacción el esfuerzo conjunto que los obispos están haciendo en las distintas diócesis para forjar una comunidad eclesial llena de vitalidad evangelizadora y coherente con los verdaderos valores evangélicos. En este sentido, Juan Pablo II se detiene hablando particularmente sobre la colaboración de los fieles laicos en la vida diocesana y también sobre el ministerio sacerdotal. Cristo al fundar su Iglesia -dice- llamó a los hombres y mujeres que viven en el mundo y buscan su santificación. Ellos intentan transformar las realidades humanas con el fin de favorecer el bien común y la salvación del pueblo de Dios, en el ámbito familiar, social y político. Por otro lado, hablando del sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial, el Papa indica que aunque sean diferentes en su esencia, se complementan mutuamente, pues participan ambos del único sacerdocio de Cristo. Sin embargo, el Pontífice, recordando el magisterio de la Iglesia, llama la atención sobre el hecho de que los laicos han de evitar realizar en la liturgia funciones que son de exclusiva competencia del sacerdocio ministerial. Ante las "situaciones de emergencia", el Papa invita a los obispos brasileños a que sean "pastores vigilantes" y no recurran a un uso fácil y abusivo de las tareas de "necesaria suplencia". El Santo Padre más adelante recuerda, sin embargo, que los fieles no ordenados pueden ejercer ciertas tareas de colaboración en el servicio pastoral, de acuerdo con las indicaciones del derecho canónico. En cambio, los diáconos, los fieles no ordenados, así como los sacerdotes que han perdido su estado clerical o que de algún modo tienen abandonado el ministerio sagrado, no gozan del derecho de voz activa o pasiva en el Consejo Presbiteral. Finalmente, el Santo Padre aborda el tema de la restauración del "Diaconato Permanente" para hombres casados, que ha constituido, dice, un importante enriquecimiento para la misión de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II, sobre todo en la vida litúrgica y pastoral y en las obras sociales y caritativas. La colaboración que el diaconato permanente presta a la Iglesia, de manera especial donde faltan presbíteros, es sin duda un gran beneficio para la vida eclesial. El Papa acaba su discurso exhortando a los pastores de Brasil a que sientan la necesidad de estimular el celibato apostólico en la pastoral vocacional de los jóvenes. A propósito del celibato sacerdotal el Santo Padre dice que la propuesta por parte de la Iglesia es clara en sus exigencias y abraza la perfecta castidad para alcanzar el Reino de los Cielos.
CATEQUISTAS Y PRESBÍTEROS DEL CAMINO NEOCATECUMENAL EN CASTEGANDOLFO "La Iglesia espera de los neocatecumenales un compromiso serio y generoso en la nueva evangelización y en el servicio a las Iglesias locales y las parroquias". Este fue el deseo que Juan Pablo II expresaba el sábado a unos 1.500 catequistas y presbíteros del Camino Neocatecumenal, a quienes ha recibido en audiencia en el patio del palacio Apostólico de Castelgandolfo. En este encuentro, al que asistió también el iniciador del Camino, Kiko Argüello, el Papa agradecido al Señor los frutos producidos por el Camino Neocatecumenal en sus más de 30 años de existencia. "En una sociedad secularizada, -subrayó el Pontífice- donde abunda la indiferencia religiosa y muchas personas viven como si Dios no existiese, hay otras tantas que tienen necesidad de descubrir de nuevo los sacramentos de la iniciación cristiana; especialmente el del Bautismo. El Camino, en este sentido, es una de las respuestas providenciales a esta urgente necesidad". Juan Pablo II evocó la última vez que se reunió con los miembros del camino neocatecumenal, en 1997, poco después de la concentración de este grupo en el Monte Sinaí para conmemorar los 30 años de vida del Camino Neocatecumenal, y cómo les dijo en aquella ocasión que la redacción de los Estatutos del Camino era un paso muy importante que abriría la vía hacia su formal reconocimiento jurídico. En este encuentro, el Pontífice expresó su alegría por la reciente aprobación de los Estatutos del Camino Neocatecumenal por parte de la Santa Sede. "Los Estatutos -recordó el Papa- describen los aspectos esenciales de este itinerario dirigido a los fieles que en sus comunidades parroquiales desean reavivar su fe, como también a aquellos adultos que se preparan para recibir el sacramento del Bautismo".
EL
DEPORTE, OCASIÓN IDÓNEA DE DIÁLOGO Y ENTENDIMIENTO
ENTRE LOS PUEBLOS El lunes Juan Pablo II recibió en su residencia veraniega de Castelgandolfo a todo el equipo de fútbol del Real Madrid: a los miembros de la Junta directiva, a los técnicos y a los jugadores con motivo del centenario del club español. El Real Madrid se encontraba en la capital italiana en espera de enfrentarse al día siguiente al Roma en el estadio Olímpico, en la primera jornada de la Liga de Campeones de Europa. El Santo Padre, tras agradecer las palabras del presidente madridista Florentino Pérez, que entregó al Pontífice el carné de socio honorario del Real Madrid, habló del aspecto educativo y formativo del deporte. "La Iglesia, como señalé durante el Jubileo de los deportistas (29.X.2000), considera el deporte como un instrumento de educación cuando fomenta elevados ideales humanos y espirituales; cuando forma de manera integral a los jóvenes en valores como la lealtad, la perseverancia, la amistad, la solidaridad y la paz". "El deporte, superando la diversidad de culturas e ideologías, señaló más adelante el Papa, es una ocasión idónea de diálogo y entendimiento entre los pueblos, para la construcción de la deseada civilización del amor". "Os invito, pues, a poner en práctica estos valores, basados en la dignidad de la persona humana, frente a posibles intereses que pueden ensombrecer la nobleza del deporte mismo". El Santo Padre agradeció la visita del laureado equipo madrileño impartiendo con afecto su Bendición Apostólica a todos los miembros de la entidad deportiva y sus familias y deseando para ellos la protección de la Virgen de la Almudena, Patrona de Madrid.
LA HUMANIDAD ESTÁ DESORIENTADA TRAS LOS TRÁGICOS SUCESOS DEL 11-S Juan Pablo II insistió en la desorientación de la humanidad tras los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre, en su audiencia a los monjes trapenses. En una clara alusión a los atentados terroristas del 11 de septiembre, Juan Pablo II llamó la atención sobre la desorientación de la humanidad tras estos trágicos acontecimientos y en la necesidad que tiene de seguridad, el anhelo de verdad y la aspiración a la paz. En su discurso a los monjes trapenses, a quienes recibió en audiencia el jueves, el Papa afirmó que sólo en Dios podemos encontrar un refugio seguro, sólo en la misericordia divina el mundo puede encontrar la paz y el hombre la felicidad. Precisamente esos días se reunían los dos Capítulos Generales de la Orden Cisterciense para reflexionar sobre la forma de hacer que el patrimonio espiritual común, conservando inalterado el espíritu de los orígenes, responda cada vez mejor a las exigencias del momento presente. En esta visita, que pretende renovar la expresión de la fiel adhesión al sucesor de Pedro, el Papa les comunicó su grata aprobación porque "del silencio de los claustros asciende al cielo una oración incesante por su ministerio y por las intenciones y necesidades de toda la comunidad eclesial". Juan Pablo II aprovechó la ocasión para dedicar un emocionado recuerdo a los 7 monjes de Nuestra Señora del Atlas, bárbaramente asesinados en Argelia en mayo del 96 y deseó que su sangre versada sea la semilla de numerosas vocaciones en los monasterios de Europa, donde es más sensible el envejecimiento de las comunidades y en otras partes del planeta, donde es urgente asegurar las formación de muchos aspirantes a la vida cisterciense.
ÁNGELUS: IMPORTANCIA DE LOS VALORES DE LA CULTURA EN LA ESCUELA Para superar la crisis de la enseñanza, no bastan las reformas es necesario "la cualidad en la formación". "Indispensable también la familia para la transmisión de los valores de la cultura". Palabras del Papa antes del Ángelus. Juan Pablo II un domingo más se reunía por la mañana en el patio del Palacio Apostólico de Castelgandolfo con dos mil fieles y peregrinos aproximadamente llegados para rezar con el Papa, a mediodía, la oración del Ángelus. En su alocución antes del rezo mariano, Su Santidad habló de la reanudación de la actividad escolar, que está teniendo lugar estos días después de la pausa del verano. Un retorno a las escuelas y a los colegios que representa un momento importante para muchos muchachos y jóvenes que vuelven a emprender los estudios. "Se dice que la escuela como la familia - señaló el Santo Padre - está en crisis. Con esta expresión se quiere indicar la difundida sensación que hay sobre la necesidad de que esta institución se transforme profundamente poniéndose al día, y respondiendo así a las actuales exigencias que plantea la sociedad. Pero para el Papa para alcanzar este objetivo no es suficiente adecuar solamente los programas y las estructuras. "El buen funcionamiento de la escuela depende ante todo de la cualidad en la formación y en la relación entre profesores y estudiantes. Los alumnos están motivados a dar lo mejor de sí mismos en la medida que los docentes les ayuden a percibir el significado de lo que deben estudiar, en referencia a su crecimiento y a la realidad que les rodea". Y este criterio, según el Papa, vale lo mismo para las escuelas públicas como para los colegios privados, de cualquier tipo y nivel. Luego, Juan Pablo II insistió sobre la importancia de los valores de la cultura en la escuela. La cultura es el fundamento de la identidad de un pueblo. La contribución que la escuela ofrece, junto y subordinadamente a la familia, es y será siempre indispensable para la transmisión de los valores de la cultura". Para el Santo Padre la cultura es hoy más compleja y articulada que en el pasado, pero precisamente por esto las instituciones escolásticas han de renovar su importancia. Y eso conlleva -dijo- una especial responsabilidad para los creyentes que operan en este ámbito. Después de su alocución, el Papa saludó a los presentes en distintas lenguas. Estas fueron sus palabras en español: "Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española que participáis en la oración mariana del Ángelus, especialmente a los peregrinos de la diócesis de Querétaro, México. Confiando siempre en Cristo, llevad una vida digna de su Evangelio de amor. ¡Qué Dios os bendiga y os acompañe siempre!"
EXEQUIAS DEL CARDENAL VIETNAMITA FRANÇOIS-XAVIER VAN THUAN Con tono afectuoso y recuerdos personales, el Papa conmemoró el viernes por la tarde en la basílica de san Pedro al cardenal vietnamita François-Xavier Van Thuan, durante los funerales que ofició el secretario de estado cardenal Angelo Sodano. Participaron en la celebración, animada por cantos tradicionales vietnamitas, muchísimos representantes del colegio cardenalicio. Concelebraron con el cardenal Sodano los cardenales Roger Etchegaray y Alfonso López Trujillo. Para participar a las exequias del purpurado vietnamita, de 74 años, víctima en su patria de la persecución antirreligiosa, muerto el pasado lunes en Roma tras una larga enfermedad, Juan Pablo II viajó en helicóptero desde su residencia estival en Castelgandolfo. El Santo Padre en la homilía del rito fúnebre recordó el servicio pastoral prestado en la Curia, especialmente en los últimos años como presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, y también cuando el cardenal Van Thuan predicó en el Vaticano los Ejercicios Espirituales a la Curia. El Papa asimismo subrayó algunos episodios de la vida en prisión del ilustrísimo prelado, que transcurrió 13 años de su vida en la cárcel, donde "se abandonó en las manos de Dios". "Valorizó los dolores de su vida de cautividad como uno de los innumerables rostros de Cristo, uniendo su sufrimiento a la esperanza y al amor". El Papa lo definió "heroico heraldo del Evangelio de Cristo". El cardenal Van Thuan había nacido en Hue, en 1928, en el seno de una familia que ya en el pasado había sufrido la persecución religiosa. El eclesiástico vietnamita fue ordenado sacerdote en 1953. Estudió en Roma, se licenció en derecho canónico. En el 1959 y volvió a su país como profesor y después como rector del seminario, vicario general y obispo de Nha Trang. En 1975, Pablo VI lo promovió a coadjutor de Saigón. Pocos meses después con la subida al poder del régimen comunista fue encarcelado "acusado de haber complotado con el Vaticano y los imperialistas". Hasta 1988, sin ser procesado, vivió en prisión transcurriendo nueve años en aislamiento total. Los mensajes que clandestinamente consiguió sacar al exterior de la prisión, copiados a mano, han dado origen a un libro suyo: "El camino de la esperanza". Después de la cárcel fue mandado a un campo de reeducación con otros 250 prisioneros. No habiendo podido llevarse la Biblia, el prelado realizó una minúscula agenda con todos los pequeños pedazos de papel que encontraba escribiendo en ella más de 300 frases del evangelio que fue su vademécum cotidiano en esa segunda fase del calvario de su vida en prisión. Incluso después de su liberación, en 1988, el cardenal Van Thuan llevaba colgada en el cuello una cruz de madera que pudo realizar durante su encarcelamiento. Una cruz atada a una cadena, que era un simple cable eléctrico que le dieron sus carceleros. Juan Pablo II lo había creado cardenal en el último consistorio, el 21 de febrero de 2001. TELEGRAMA POR LA MUERTE DEL CARDENAL VIETNAMITA VAN THUAN
"EJERCITAD
LA FANTASÍA DE LA CARIDAD CON QUIENES SUFREN" Juan Pablo II envió un mensaje a la superiora general de la Congregación de las religiosas hospitalarias de la Misericordia en ocasión del 42º Capítulo General que estaban celebrando en Roma. Este instituto religioso opera en el ámbito sanitario ayudando y cuidando a los enfermos y a las personas que sufren. Por eso dice el Papa "cada día en el cabezal de los enfermos, en contacto con sus familiares y con el personal sanitario os permite dar un elocuente testimonio evangélico, en plena fidelidad con el mandato de Cristo". "Se trata de una de las más urgentes formas de evangelización a la que, como habéis tenido modo de repetir en ocasión del Gran Jubileo del año 2000 y en el curso del presente Capítulo General, -escribe el Pontífice- vuestra familia religiosa entiende dedicarse, profundizando en el sentido profundo y en las modalidades concretas de esta tarea pastoral." "Ejercitad pues, aquella "fantasía de la caridad" de la que he hablado en la Carta apostólica "Novo millennio ineunte" preveyendo que ésta debe desarrollarse no sólo a través de la eficacia que prestáis auxiliando a los enfermos, sino también en la capacidad de estar cerca y solidariamente al lado de los que sufren. "A los hermanos y hermanas en el dolor debéis asegurarles, con la palabra y el ejemplo, que no existe para el hombre otra fuente de esperanza fuera de la misericordia de Dios". El Papa animaba a las religiosas hospitalarias de la Misericordia a no desfallecer en este compromiso de amor y fidelidad a Cristo y a la Iglesia, rindiendo vivo en las situaciones cotidianas el típico carisma que las distingue y que representa un don para la entera sociedad. "El desafío de la inculturación pide a los creyentes -señalaba por último el Santo Padre- anunciar la Buena Nueva con lenguajes y modos comprensibles al hombre de hoy. En este sentido una vasta misión y amplias perspectivas se abren también para vosotras. De un atento discernimiento de las modernas realidades socioculturales emergen indicaciones concretas para que cada vez sea más incisiva la presencia de vuestro Instituto en el ámbito del cuidado de la salud y más idónea vuestra penetración apostólica.
CAPÍTULO GENERAL DE LAS MINISTRAS DE LOS ENFERMOS DE SAN CAMILO Su Santidad Juan Pablo II envió un mensaje a las religiosas Ministras de los enfermos de San Camilo en ocasión del Capítulo general de esta comunidad eclesial que opera al servicio de los enfermos y de los que sufren. "La asamblea capitular - escribe el Papa- constituye una oportuna circunstancia para rezar y reflexionar sobre los desafíos que interpelan a la Iglesia y al mundo en este singular período histórico. Y además, es una ocasión para profundizar en el carisma de la fundadora, la beata madre María Domenica Barbantini." Del pequeño grupo de mujeres, que junto a María Domenica, quisieron llamarse "oblatas enfermeras", señala el Santo Padre, se ha desarrollado, gracias también al discernimiento y al impulso de los Pastores de la Iglesia, un instituto hoy presente en nueve países de tres continentes, Europa, Africa y sudeste asiático. "Para poder mantener esta fe en la vocación de servir a las personas pobres y enfermas con generosidad y pureza de intenciones" es indispensable - dice el Pontífice- alimentar la propia existencia en la oración, mediante la devota participación en la Eucaristía, con la que "Jesús hace sacramentalmente presente cada día el prodigio salvífico de su pasión, muerte y resurrección". "Testimoniar la caridad" - explica el Papa- sea el esfuerzo incesante de vuestra Congregación, queridas hermanas. Una caridad que no conozca fin y que hable la lengua de cada región del planeta. La humanidad contemporánea probada de viejas y nuevas miserias y pobreza, tiene hoy más que nunca necesidad de amor y misericordia de Dios. Tiene necesidad de sentirse amada para amar y acoger la vida. Vosotras trabajáis en lugares donde se cometen por desgracia, graves atentados contra la vida por parte de una cultura de la muerte que tiende a extenderse cada vez más en las sociedades marcadas por el materialismo y el consumismo hedonista. "Continuad, queridas hermanas - acabó diciendo el Santo Padre- a operar generosamente en este frente apostólico. Se trata de una urgencia pastoral, que pide ser afrontada con competencia profesional y ardor apostólico. Para poder desarrollar esta exigente misión es necesario por tanto un empeño formativo. En primer lugar, promover la vida espiritual, y, en sapiente armonía con ella, promover también la dimensión cultural y profesional, la apostólica y la carismática.
TELEGRAMA
POR LA MUERTE DEL CARDENAL VIETNAMITA VAN THUAN Profundo pesar de Juan Pablo II por la muerte, el lunes en Roma, del Cardenal vietnamita Francois-Xavier Nguyen Van Thuan, presidente del Consejo Justicia y Paz, testigo valiente de la esperanza evangélica también durante los años de dura persecución y cárcel. Al conocer con profunda conmoción la noticia de la muerte del cardenal Francois-Xavier Nguyen Van Thuan, Juan Pablo II envió sendos telegramas de pésame a la madre de este purpurado "testigo fiel y valiente del Evangelio"; al secretario del Consejo Justicia y Paz, así como al obispo de la diócesis vietnamita de Nha Trang y presidente de la Conferencia Episcopal de Vietnam. El Papa destacaba "la serenidad y espíritu de intensa participación en el misterio de la Cruz" con que el cardenal Van Thuan aceptó la larga y dolorosa enfermedad que le llevó a la muerte, el lunes en una clínica de Roma, a los 74 años de edad. Asimismo, el Pontífice ponía de relieve "los años de valiente testimonio" ofrecido cuando el purpurado fallecido se encontraba en su patria Vietnam; su cualificado "servicio para sostener la acción de la Santa Sede para la promoción de la justicia y la paz entre todos los pueblos del mundo"; y su fidelidad inquebrantable a la Iglesia, también durante los duros años de persecución. Con el fallecimiento de este purpurado vietnamita, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, el Colegio cardenalicio se compone ahora de 172 miembros, de los cuales 116 son electores. El purpurado fallecido, que había nacido en Hué, Vietnam el 17 de abril de 1928, descendía de una familia que había conocido el martirio. En 1885, todos los habitantes de la aldea de su madre habían sido quemados en la iglesia parroquial. Con excepción de su abuelo, que entonces se encontraba estudiando en Malasia. Sus antepasados por parte de padre habían sido víctimas de varias persecuciones, entre los años 1698 y 1885. Su madre lo había educado cristianamente y desde pequeño le hablaba de Santa Teresita del Niño Jesús. El Cardenal Francois-Xavier Nguyen Van Thuan había recibido la ordenación sacerdotal en 1953. Después de haber cumplido sus estudios en Roma, doctorándose en Derecho Canónico en 1959, había regresado a Vietnam. En este su país, se distinguió primero como profesor y rector del seminario y luego como Vicario general y Obispo de Nha Trang, logrando que los seminaristas mayores llegaran a ser 147, de los 42 que eran cuando él había llegado, ocho años antes. En 1975, Pablo VI lo había nombrado Arzobispo titular de Vadesi y Coadjutor de Saigón. Pero después de algunos meses, con la llegada del régimen comunista, fue detenido y transcurrió trece años en prisión, de los cuales 9 en aislamiento. El lema episcopal del Cardenal Francois-Xavier Nguyen Van Thuan era "Gaudium et spes" - Gozos y Esperanzas -, que es el nombre de la Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II, "sobre la Iglesia en el mundo actual". Y éste era precisamente su programa pastoral. La esperanza cristiana acompañó siempre a este cardenal vietnamita, que conoció también la detención en un campo de reeducación. Logró escribir el libro "El camino de la esperanza", precisamente cuando estaba preso, "colmando de amor" su encarcelamiento. Y su testimonio de amor logró conmover incluso a sus carceleros. Juan Pablo II le encomendó la predicación de los ejercicios espirituales para la Curia Romana del Año 2000, que había dedicado a la "Esperanza Evangélica". EXEQUIAS DEL CARDENAL VIETNAMITA FRANÇOIS-XAVIER VAN THUAN
TELEGRAMA DEL PAPA POR LAS VÍCTIMAS DE LOS ALUDES EN GUATEMALA Ante la triste noticia de los aludes que han provocado numerosas víctimas y graves daños en Guatemala, Juan Pablo II expresó su "especial cercanía a los damnificados, ofreciendo sufragios por el eterno descanso de los fallecidos y rogando al Todopoderoso que conceda consuelo y esperanza cristiana a cuántos sufren esta dura adversidad". En un telegrama, enviado en nombre del Papa, el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano transmitía asimismo la exhortación del Santo Padre a las instituciones guatemaltecas e internacionales, así como a todas las personas de buena voluntad para que intensifiquen la solidaridad y caridad fraterna, aportando las ayudas necesarias para superar la dramática situación en que han quedado sumidas tantas familias de Guatemala. El telegrama finaliza con la bendición de Juan Pablo II al querido pueblo guatemalteco, que con tanto cariño le recibió durante su reciente Visita Apostólica. El alud se produjo la noche del jueves 12 de septiembre y tuvo su origen en un embalse, formado en las laderas del volcán Atitlán por las recientes lluvias, que se desbordó sobre el humilde pueblo de El Porvenir, en el departamento occidental de Sololá, habitado por unas 77 familias de origen maya-kaqchikel.
PÉSAME POR LA MUERTE DEL VICARIO APOSTÓLICO DE MEKI (ETIOPÍA) El Papa, al conocer la noticia del repentino fallecimiento del Vicario Apostólico de Meki, en Etiopía, Mons. Johannes Woldegiorgis, expresa su pésame al Nuncio Apostólico en este país africano. En un telegrama enviado en su nombre por el Cardenal Secretario de Estado, Juan Pablo II extiende sus condolencias a los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos del Vicariato Apostólico de la ciudad etíope de Meki, destacando la figura del Obispo fallecido repentinamente en la noche del miércoles al jueves. El Santo Padre imparte su bendición con la esperanza de que los miembros de la comunidad que Mons. Johannes Woldegiorgis sirvió con tanta devoción sigan el ejemplo de su Pastor en el seguimiento del Evangelio.
"TODAVÍA
QUEDAN POR ELIMINAR 230 MILLONES DE MINAS" El arzobispo Diarmuid Martin, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra, pronunció el 17 de septiembre un discurso durante la IV Conferencia de los Estados Parte del Tratado sobre la Prohibición de las Minas anti-persona, en programa del 16 al 20 de septiembre. En su intervención, el arzobispo recordó el objetivo final del Tratado de Ottawa, que es el de "Eliminar definitivamente estas armas inhumanas que amenazan a enteras poblaciones" y constató los progresos llevados a cabo desde entonces: "más de 20 millones de minas han sido destruidos y ha habido una drástica reducción del número de productores". Sin embargo, recordó Mons. Martin, "todavía quedan por eliminar 230 millones de minas" y se han registrado "más de 20.000 muertos". El jefe de la delegación de la Santa Sede subrayó que "cualquier retraso o desaliento" a la hora de poner plenamente en práctica la Convención de Ottawa acarreará solamente más víctimas y que en "esta época de interdependencia es intolerable condenar mediante la inercia a poblaciones enteras a vivir bajo el miedo y la precariedad".
LA
TECNOLOGÍA NUCLEAR AL SERVICIO DEL DESARROLLO SOSTENIBLE, LA
PAZ Y EL BIENESTAR DE TODA LA FAMILIA HUMANA En Viena, el Observador Permanente de la Santa Sede ante las Organizaciones Internacionales, monseñor Leo Boccardi, intervino el pasado día 17 de septiembre, en la 46 sesión de la Conferencia General de la Agencia Internacional para la Energía Atómica. Monseñor Boccardi puso de relieve la necesidad de "poner la tecnología nuclear al servicio del desarrollo sostenible, de la paz y del bienestar de toda la familia humana". Tras destacar el gran interés de la Santa Sede en las iniciativas, esfuerzos y proyectos que la Agencia Internacional para la Energía Atómica cumple para "la seguridad en el empleo de la energía nuclear y la tecnología", monseñor Boccardi hizo hincapié en el importante papel que desarrolla este organismo en la creación de una cultura globalizada de seguridad nuclear. En este contexto, el jefe de la delegación de la Santa Sede reiteró la necesidad de impulsar la preparación y la educación con el fin de alcanzar estos nobles objetivos. Aún reconociendo lo mucho que se ha logrado en los últimos años, el representante de la Santa Sede exhortó a no dejarse desalentar por el trabajo que aún queda por hacer ante los peligros potenciales que conlleva la tecnología nuclear. Monseñor Boccardi reiteró asimismo que la Santa Sede sigue también con mucho interés los pasos dados por los estados miembros de la Agencia Internacional para la Energía Atómica con "el fin de prevenir o eliminar los distintos estándares de protección y calidad de seguridad que hay entre los países industrializados y los que están en vías desarrollo". El arzobispo recomendó que "nunca se debe olvidar que la persona humana es el centro de la investigación y del desarrollo científico", poniendo de relieve que se debe garantizar la protección radiológica de los pacientes tratados con tecnología nuclear, de forma especial, aquellos que reciben radiaciones ionizantes.
ACADEMIA
PONTIFICIA DE LAS CIENCIAS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO DOMINGO
XXV DEL TIEMPO ORDINARIO (A): 22.09.02 Nunca ha habido una lectura veterotestamentaria como la de este domingo que pueda preparar mejor los ánimos para escuchar la lectura evangélica. De suyo, el Evangelio de hoy podría parecernos desconcertante si no recordásemos lo que Dios ha dicho por boca del Profeta Isaías: Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos. Dios tiene una lógica distinta de la nuestra y sigue una justicia que no es la nuestra, por lo que no podemos pretender imponerle nuestras reglas. Sin tener en cuenta las advertencias del Profeta, la parábola de los trabajadores de la viña puede parecer escandalosa, ya que hace saltar todos nuestros esquemas mentales y métodos operativos. El dueño de la viña contrata operarios a lo largo del día; a los de la mañana les asegura un denario, al resto les dice que les dará lo que es justo e, incluso, a algunos nos le habla ni siquiera de la recompensa. Ya es extraño contratar jornaleros hasta la caída del sol, pero lo es mucho más lo que ocurre al terminar la jornada: el dueño ordena a su administrador que pagase a los obreros empezando por los últimos en llegar al trabajo y dándoles a todos el mismo salario de un denario. Los de la primera hora, al enterarse, murmuraron entre ellos contra el dueño de la viña, ya que ha su juicio esto era una injusticia. Pero el Señor contesta a un que se lamentaba: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tu envidia porque yo soy bueno?" Para sacar algún provecho espiritual de la parábola, debemos reconocer sobre todo que la viña puede ser entendida en dos sentidos. Es viña, o campo de Dios, cada cristiano, que tiene el deber de cultivar en sí mismo las virtudes teologales y cardinales, de modo que produzca frutos de santidad. Es viña de Dios también la Iglesia, a la que pertenece cada cristiano como consecuencia del Bautismo, y en la cual se encuentra con el fin de hacerla cada vez más santa con la oración, el sacrificio y la actividad apostólica. Todos somos operarios de la viña fuertemente comprometidos sea en el plano personal como en el eclesial. Pero si la viña es la Iglesia, el patrón es Dios. Existen entre nosotros personas que han recibido y aceptado la invitación para trabajar desde el alba de la vida, mientras que otros los han hecho en horas diversas de su existencia, incluso en el ocaso de sus vidas. No nos corresponde a nosotros juzgar si los últimos llegados son culpables o no; a nosotros se nos escapan los secretos de Dios y de las almas. Por ello debemos dejar el juicio a Aquel que llama. Todos los llamados reciben la misma dignidad de pertenencia a la Iglesia, que es el Reino de Dios en su fase histórica. Si fuera cierto que Dios recompensa a todos los bienaventurados con un idéntico premio, entonces los jornaleros de la primera hora que murmuran contra el patrón, serían figura de los santos que se lamentan del modo de actuar de Dios, cosa ésta, evidentemente absurda. Los obreros de la primera hora se quejan por haber aguantado el peso del día y el bochorno. Evidentemente, éstos sólo ven fatiga donde deberían descubrir "gracia", un privilegio que es signo de un amor especial. El que se lamenta de haber podido amar y servir a Dios desde el alba de la vida y ve en el empeño por la propia santificación o en las obras de apostolado una carga de la que se debe huir, se parece a los hebreos que lloraban las cebollas de Egipto mientras que Dios les conducía con amor de Padre hacia la tierra de la libertad. San Pablo en el pasaje de la Carta a los Filipenses que leemos hoy, nos dice cómo es de gozoso y glorioso el trabajo en la viña del Señor. Él confiesa a los de Filipo que para sí vivir es Cristo, y morir una ganancia. Afirma que le gustaría partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero rápidamente dice que si el vivir en esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger...Por un lado deseo estar con Cristo... Pero por otro, quedarme en esta vida, veo que es más necesario para vosotros. Esto se llama ser un auténtico trabajador de la viña del Señor.
MANIFIESTO
"CENTINELAS DE LA MAÑANA 2002" El jueves se presentaba en la Sala de Prensa de la Santa Sede el manifiesto "Centinelas de la mañana 2002", en el que 60 asociaciones católicas italianas apuestan por la paz como condición esencial para el desarrollo global. Este manifiesto es una contribución para hacer de la globalización un instrumento al servicio de la promoción del hombre y no una mortificación. El texto reconoce los progresos sustanciales que se han llevado a cabo en el desarrollo de mecanismos que consienten aumentar la producción de bienes y servicios, pero sin embargo recuerda que aun no se han logrado mecanismos de distribución justa de la riqueza producida entre los individuos, independientemente de su proveniencia geográfica y social. Las asociaciones católicas apuestan por la globalización de la solidaridad apoyada en proyectos de educación y formación como instrumento fundamental de la lucha contra la pobreza; promoviendo la vida de las poblaciones junto al ambiente; tutelando la salud de las personas, a través, también, de las grandes conquistas que la medicina ha alcanzado en nuestros países. Otro punto importante del Manifiesto es la condena de cualquier forma de terrorismo. "Creemos en la negociación -añade el texto-; preferimos las decisiones concertadas frente a las unilaterales, con la finalidad de no debilitar la acción de las instituciones internacionales". Para construir la paz y la justicia es necesario un sistema de reglas que dirija el comportamiento de la comunidad y de sus miembros hacia la promoción del hombre. Por esta razón el manifiesto retiene esencial la responsabilidad de las instituciones nacionales e internacionales en distintos ámbitos. Uno de estos, la tutela de la paz, implica volver a dar un papel a las Naciones Unidas. Es urgente la reforma de este organismo internacional que refuerce democracia, autoridad y eficacia, en particular en su responsabilidad de principal actor en favor de la paz en el mundo. En este mismo contexto se subraya la necesidad de combatir auténticamente el comercio de las armas, adoptando mecanismos de limitación y control que partan de la información sobre todas las operaciones de compra y venta. No debe darse cobertura financiera pública a quien produce y vende armas. En cuanto a la promoción de la persona, el manifiesto subraya la necesidad de que los organismos nacionales e internacionales promuevan la colaboración activa y constante entre personas del norte y del sur del mundo, para favorecer el análisis conjunto de los problemas, la comunicación interpersonal, la transferencia de conocimientos, tecnologías y métodos de trabajo, respetando siempre la cultura y la libertad humana. El tercer ámbito que se analiza es el de la deuda y los mercados financieros, en el que se recomienda proseguir la acción de cancelación de la deuda de los países en vías de desarrollo, a través de la asunción de parámetros de apoyo más realistas, que no estén relacionados con el nivel de las exportaciones sino con las necesidades de servicios esenciales de la población. Reducción de la pobreza y ayuda pública al desarrollo es el punto siguiente, en el que se recomienda favorecer la elaboración y la realización de programas de lucha contra la pobreza en los países en vías de desarrollo, implicando a la mayor parte de la sociedad civil y garantizando a todos los ciudadanos sus necesidades fundamentales y en particular el acceso a la escuela y a la sanidad. En cuanto al comercio internacional y la agricultura, el manifiesto, que defiende el derecho al alimento y la promoción de modelos de agricultura sostenible, promulga el ingreso en nuestros mercados de los productos provenientes del sur del mundo, así como la abolición de las subvenciones a las exportaciones de productos agrícolas hacia esos países. Las asociaciones católicas piden también que se modifique el acuerdo internacional TRIPs que regula los derechos de propiedad intelectual y que únicamente beneficia a las grandes industrias farmacéuticas. Se pide que los países ricos financien aún más la investigación pública para el desarrollo de fármacos en el campo de las pandemias como el SIDA, la malaria y la tuberculosis y se consienta a las poblaciones del sur del mundo acceder a los fármacos tutelados por las patentes. Por último, además del subrayar la necesidad de garantizar el acceso universal al agua, el manifiesto insiste en el proceso de reforma y consolidación de las Naciones Unidas, con la institución, por ejemplo de un Consejo de Seguridad Económico y Social y con la reforma de las instituciones financieras internacionales, para garantizar la participación justa de todos.
LA GLOBALIZACIÓN CREA CONDICIONES DE TRABAJO INACEPTABLES "La globalización ha creado condiciones de trabajo inaceptables en el sector marítimo". Sobre este problema, la Santa Sede promoverá un congreso en Río de Janeiro que tendrá lugar de 29 de septiembre al 5 de octubre y en el que intervendrán los capellanes y los asistentes pastorales laicos del apostolado del mar de todo el mudo, en total cerca de 250 delegados de 60 países. "La globalización -denuncia en un documento previo el Consejo Pontificio para la pastoral de los migrantes e itinerantes- ha creado un ambiente de creciente competición en la industria marítima, cuyos beneficios deben crecer a cualquier coste. Y esto se produce en detrimento muy a menudo de la dignidad de los que trabajan en este sector". A este propósito "los marineros están obligados a realizar horarios de trabajo muy fatigosos, con salarios muy bajos, con poco tiempo libre e inseguridad laboral. Las tripulaciones también están reducidas al mínimo de personal, y a menudo son pluriculturales y hablan distintas lenguas, factores que hacen cada vez más solitaria y peligrosa esta profesión. El reducido tiempo de amarre en los puertos y los largos turnos de trabajo hacen que aumenten, por otro lado, los accidentes laborales, a causa del cansancio y la fatiga. "La pesca -prosigue la denuncia de la Santa Sede- tiene el no envidiable primado de ser el sector en el mundo con mayor índice de mortalidad. Además "la competencia desleal, la contaminación y el pillaje de las reservas son para las comunidades marítimas de todo el mundo una constante amenaza". "En juego está, concluye el comunicado, la dignidad del individuo y el derecho fundamental de la persona humana de tener una vida de paz y de empleo estable".
LEY DE LA BLASFEMIA: CONDENA DE MUERTE PARA UN CRISTIANO EN PAKISTÁN Las polémicas leyes paquistaníes sobre la blasfemia están otra vez en el punto de mira con la reciente sentencia de muerte dictada contra un cristiano: Anwar Kenneth, acusado de realizar observaciones sacrílegas sobre el Islam. Un tribunal de mayor rango tiene todavía que ratificar la sentencia de muerte antes de que se lleve a cabo. Kenneth, que se declaró culpable de los cargos, tiene sin embargo, un historial de problemas psiquiátricos. Apenas unos días antes de la sentencia, la Alianza de Minorías de Pakistán, una asociación de grupos religiosos no musulmanes, pidió al gobierno militar que abrogara la ley de la blasfemia, introducida en 1985 por el entonces dictador militar, Zia-ul Haq, porque, afirmaban, se está usando para ajustes de cuentas personales. Tras la decisión del tribunal, también el obispo Samuel Azariah de la Iglesia de Pakistán pidió la abrogación de la sentencia de muerte por blasfemia. La Iglesia de Pakistán se formó en 1970 por una fusión de anglicanos, luteranos, metodistas, presbiterianos y otras denominaciones del país. Cerca del 1,5% de la población de 140 millones de personas de Pakistán es cristiano, según el International Religious Freedom Report del 2001. Los datos vienen de las últimas cifras disponibles, el censo de 1981. Según el censo, el 95% de la población es musulmana. Otro 1,5% es hindú. La mayoría de los musulmanes del país son sunnitas. También otros cristianos han sufrido sentencias de muerte recientemente. Augustine Masih fue declarado culpable el 29 de junio, por el Tribunal del Distrito de Faisalabad, del cargo de blasfemar contra el profeta Mahoma. La pena implicaba la sentencia de muerte por ahorcamiento. Masih fue encarcelado en mayo del 2000. El mismo mes de mayo, otro cristiano, un anciano llamado, Aslam Masih, también fue condenado por blasfemia. (Los dos no son parientes. "Masih" es una derivación de la palabra Mesías, usada como apellido familiar por muchos cristianos en Pakistán para identificarse). Un reciente informe, hacía notar que cerca del 75% de los casos de blasfemias registrados en el país cada año, implican a ciudadanos musulmanes. Pero, a excepción de algunos casos importantes, a la mayoría de los musulmanes demandados se les concede pronto la fianza tras su detención. En cambio, normalmente se rechaza la fianza a los cristianos acusados de blasfemia. Se justifica su encarcelación como una "protección" contra posibles ataques, mientras aguardan el juicio. Como resultado, un cristiano víctima de cargos de blasfemia pasa años en la cárcel hasta que llega el veredicto del juzgado, y más años mientras se apela su probable condena en tribunales superiores. Si resultan absueltos, la mayoría busca asilo en el extranjero para escapar de las amenazas extremistas contra sus vidas. Una buena noticia para los cristianos ha sido el anuncio del arresto por la policía de cuatro hombres acusados del ataque del 28 de octubre, que dejó 17 cristianos muertos. Los cuatro pertenecen a un grupo militante islámico proscrito. Los hombres enmascarados abrieron fuego contra los miembros de la congregación reunida en la Iglesia de Santo Domingo, en la ciudad de Bahawalpur. Ha sido la peor masacre de cristianos de la historia de Pakistán. El sacerdote de la parroquia de Santo Domingo, el padre Roccus Patras, afirmó que se había encontrado con los cuatro hombres y le habían confesado el ataque. Desde el ataque de octubre, otros servicios de la Iglesia también han sido blanco de agresiones. Una declaración del 20 de marzo de Freedom House, con base en Estados Unidos, pedía al presidente paquistaní, Pervez Musharraf, que protegiera a las minorías religiosas del país, en la estela del ataque con granadas, hecho el anterior domingo, a un a Iglesia protestante en Islamabad, la capital. En el ataque, llevado a cabo por militantes islámicos, murieron cinco personas. Este ataque sólo fue el último de una serie de asaltos. El 13 de enero una bomba dañaba una Iglesia protestante en Islamabad. Y, en abril, un grupo de musulmanes irrumpió en un servicio en una iglesia presbiteriana en Satrah, acosando a los fieles y pronunciando frases insultantes, informó ICC el 7 de abril. Los jóvenes blandían armas automáticas, que dispararon al aire. Los ojos del mundo se han dirigido recientemente a Pakistán por la guerra en Afganistán y las tensiones con India por la región de Cachemira. Pero el destino de los cristianos de Pakistán no es menos digno de atención para quienes se preocupan de los derechos fundamentales del hombre.
MOLUCAS: MUSULMANES Y CRISTIANOS UNIDOS POR LA PAZ Los cristianos y los musulmanes de las Molucas están unidos por un deseo común: la paz, afirma uno de los promotores más destacados de la convivencia entre creyentes de las dos religiones en estas islas indonesias. "Musulmanes y cristianos quieren una sola cosa: la paz. Han aprendido que la violencia no es el camino para la reconciliación", afirmó el pasado sábado monseñor Petrus Canisius Mandagi, obispo de la diócesis católica de Ambón, durante una rueda de prensa celebrada en la capital de las islas Molucas, Indonesia. Respecto a los motivos que impulsan a los terroristas a intentar volver a encender los choques religiosos, monseñor Mandagi subrayó que no se excluye que se trate de razones económicas. Al mismo tiempo, según el obispo, la prolongación del conflicto podría servir a los intereses de alguna persona que quiere mantener un cargo político o quizá a ganarse una promoción. Ciertamente, indicó el obispo indonesio, mientras la situación se mantenga inestable, sería oportuno que las elecciones para nuevo gobernador fueran pospuestas y el lugar vacante fuera confiado de manera temporal a un sustituto. |