AUDIENCIA GENERAL: LA PAZ, NACE DE LA RENOVACIÓN PROFUNDA DEL CORAZÓN DEL HOMBRE
EL DESARROLLO ECONÓMICO, BIEN ORIENTADO, FAVORECE LA PAZ
BEATIFICACIONES: "SÓLO EN LA MISERICORDIA DE DIOS EL MUNDO PUEDE ENCONTRAR LA PAZ"
LUNES DEL ÁNGEL: TESTIMONIO ALEGRE Y FUNDAMENTAL DEL MENSAJE DE PASCUA
EXEQUIAS DEL CARDENAL SABATTANI

PAPA AFLIGIDO POR PENAS DE PRISIÓN Y CONDENAS A MUERTE EN CUBA
CARDENAL SILVESTRINI: FE Y AMOR A DIOS FAVORECEN EL DIÁLOGO ENTRE CREYENTES Y RELIGIONES

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

V VISTA APOSTÓLICA DE JUAN PABLO II A ESPAÑA
HEMOS LEÍDO PARA USTEDES


ABRIL 2003
SEMANA DEL 21 AL 27

 

AUDIENCIA GENERAL: LA PAZ, NACE DE LA RENOVACIÓN PROFUNDA DEL CORAZÓN DEL HOMBRE

La paz, nace de la renovación profunda del corazón del hombre. No es pues el resultado de los esfuerzos humanos ni se puede alcanzar solamente gracias a los acuerdos entre personas e instituciones. Esta fue la afirmación de Juan Pablo II durante la audiencia general del miércoles.

A pesar de la intensa actividad pastoral vivida por el Santo Padre, tanto el Domingo de Ramos, así como en el Triduo Pascual, tampoco este miércoles quiso faltar a su habitual encuentro con los peregrinos de todas las partes del mundo reunidos en la Plaza de san Pedro. En la catequesis, de la audiencia general el Papa aludió, en esta Octava de Pascua, a la resurrección de Cristo que celebramos en la vigilia Pascual del Sábado de Gloria.

Desde la comunidad de los fieles, en cada parte del mundo, se eleva al cielo un cántico de alabanza y de acción de gracias a Aquel que ha liberado al hombre de la esclavitud del mal y del pecado mediante la redención realizada por el Verbo encarnado. Es, manifestó el Papa, lo que expresa el salmo 135, ahora proclamado, y que constituye un espléndido himno a la bondad del Señor. El amor misericordioso de Dios se revela plenamente y definitivamente en el Misterio pascual. Tras su resurrección, el Señor se aparece muchas veces a los discípulos.

"'Paz a vosotros', les decía entrando en el cenáculo, y repite este saludo por más de tres veces. Podemos decir que esta expresión "paz a vosotros", en hebreo Shalom, contiene y sintetiza, todo el mensaje pascual. La paz es el don ofrecido a los hombres por el Señor resucitado y es el fruto de la nueva vida inaugurada por su resurrección. La paz, por lo tanto, se identifica como "novedad" inmersa en la historia de la Pascua de Cristo. Ésta nace de la renovación profunda del corazón del hombre. No es pues el resultado de los esfuerzos humanos ni se puede alcanzar solamente gracias a los acuerdos entre personas e instituciones. Es, mas bien un don que hay que acoger con generosidad, de cuidar con gran esfuerzo, y de hacer fructificar con madurez y con responsabilidad. Por dramáticas que sean las situaciones y fuertes las tensiones y conflictos, nada puede resistirse a la eficaz renovación traído por Cristo resucitado. El es nuestra paz".

La Octava de Pascua, llena de luz y de alegría, concluirá el próximo domingo con el Domingo in Albis, denominado también de la "Divina Misericordia". De esta misericordia de Dios, "que se mueve en piedad hacia sus siervos", la Pascua es perfecta manifestación. Con la muerte en Cruz, recordó el Papa, Cristo nos ha reconciliado con Dios y ha puesto las bases en el mundo de una fraternal convivencia entre todos. En Cristo el ser humano, frágil y anhelante de felicidad ha sido rescatado de la esclavitud del Maligno y de la muerte, que genera tristeza y dolor. La sangre del Redentor ha lavado nuestros pecados. La misericordia divina construye la paz en la familia y en todos los demás ámbitos de la vida. A la celestial protección de María, Madre de Misericordia y reina de la Paz os confío así como a vuestras familias y a vuestras comunidades. También renuevo mis más cordiales augurios pascuales.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL

Queridos hermanos y hermanas:
En estos días de la Octava de Pascua la Iglesia continua exultando por la resurrección de Cristo, que vive para siempre y la muerte no tiene ningún dominio sobre Él. Una vez resucitado, el Señor se apareció varias veces a sus discípulos saludándolos con la frase "Paz a vosotros". Así, la paz es un don ofrecido a los hombres por el Resucitado y es el fruto de una vida nueva inaugurada por su resurrección. La paz nace de la profunda renovación del corazón humano, es un don que se ha de acoger con generosidad, se ha de custodiar con cuidado y se ha de hacer fructificar con madurez y responsabilidad.

La Octava de Pascua concluirá el domingo próximo llamado "in Albis" o también de la "Divina Misericordia". Con la Sangre del Redentor hemos experimentado el poder de su perdón y la misericordia divina nos abre el corazón al perdón los hermanos. Perdonando y recibiendo el perdón es como se construye la paz en las familias y en todos los grupos humanos.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua; en especial a los fieles del Arciprestazgo de Aliste, así como a las Corales de Medina del Rioseco y de Tortosa y a los alumnos de los distintos colegios. A todos renuevo mi felicitación pascual y os confío a la protección de la Virgen María, Madre de la Misericordia y Reina de la Paz.

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Tras los saludos en varias lenguas, el Papa se dirigió a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. "Queridos jóvenes, renovando la fe en el Salvador resucitado, sed testigos entusiastas en la Iglesia y en la sociedad, para que vuestra fidelidad al Evangelio contribuya a la construcción de la civilización del amor. Que, a vosotros enfermos, la luz de al Resurrección, consuelo y sostén para quién cree, ilumine vuestra cotidiana existencia y la haga fecunda en beneficio de toda la humanidad. Y vosotros, recién casados, adquirid cada día del Misterio pascual la fuerza espiritual para alimentar vuestra familia con un amor sincero e inagotable".

 

EL DESARROLLO ECONÓMICO, BIEN ORIENTADO, FAVORECE LA PAZ

El desarrollo económico bien orientado, favorece la paz. Nunca el lucro por encima de la dignidad y derechos de la persona humana. Así lo afirmaba el Santo Padre el sábado en su audiencia a los miembros del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria; de la Asociación Católica italiana de Guías y Scouts y de la Acción Católica de Polonia.

El Santo Padre recibió por la mañana, en el Aula Pablo VI, a un grupo de ejecutivos del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, de España y Latinoamérica; a los miembros del Consejo General de la Asociación Católica italiana de Guía y Scouts y a varios grupos de la Acción Católica de Polonia.

En sus palabras en español, extendiendo su saludo también a los demás miembros de la citada institución, que, "con su trabajo colaboran al desarrollo económico", el Pontífice ha reiterado que este desarrollo "bien orientado, favorece la convivencia pacífica de los ciudadanos y permite una vida acorde con la dignidad humana", pues de ese modo, "se honra al hombre, 'autor, centro y fin de toda la vida económica y social' (Gaudium et spes, 63), y se colabora en el designio de Dios". En este contexto, Juan Pablo II puso en guardia, una vez más, contra el peligro de que el lucro esté por encima de la dignidad y derechos de la persona humana:

Deseo recordar que el interés de lucro, aún siendo legítimo, no puede ser el móvil principal o incluso exclusivo de una actividad empresarial o comercial, pues tal actividad debe tener en cuenta los factores humanos y está subordinada a las exigencias morales propias de toda acción humana.

Tras exhortar a hacer de las "empresas verdaderas comunidades de personas que buscan la satisfacción de sus intereses económicos en el marco de los postulados de la justicia y la solidaridad, del trabajo responsable y constructivo, y del fomento de las relaciones humanas auténticas y sinceras, y estén, además, al servicio de la sociedad (cf. Centesimus annus, 35)", Juan Pablo II invitó a perseverar en el testimonio cristiano: "Al agradeceros esta visita os animo a seguir llevando adelante el compromiso cristiano en el ámbito de vuestras actividades, testimoniando con las palabras y los hechos las enseñanzas del Magisterio eclesial en materia social".

En sus palabras a los miembros y asistentes eclesiásticos de la Asociación Católica de Guías y Scouts de Italia, el Papa recordó la esperanza de la Iglesia en el 'escoutismo' y la necesidad de que los jóvenes tengan la oportunidad de vivir una experiencia personal con Cristo. Misión que los adultos deben desarrollar con profunda responsabilidad y que requiere, en primer lugar, ser verdaderos testimonios de Jesucristo.

Tras recordar que el Consejo General del movimiento italiano de Scouts ha elegido este año como tema de reflexión la Encíclica Pacem in terris, del Beato Juan XXIII - y los cuatro pilares de la paz - es decir, justicia, libertad, verdad y amor, Juan Pablo II recomendó no olvidar nunca la importancia de ponerse a la escucha de la Palabra de Dios, de la oración y de los sacramentos.

Y, en este mismo encuentro, dirigiéndose a unos mil doscientos fieles polacos de distintos grupos de la Acción Católica de Polonia, Juan Pablo II expresó su profunda satisfacción por el décimo aniversario del "renacimiento" de esta institución. Hecho que el mismo Pontífice había encomendado con tanto ahínco a los Obispos polacos, hace precisamente diez años. También en esta ocasión, el Santo Padre destacó esta importante "forma de apostolado de los laicos", señalando también que son "un magnífico don para toda la comunidad del Pueblo de Dios".

Y, subrayando el deber y derecho de llevar y testimoniar el Evangelio en todos los ambientes, y que la "Acción Católica no puede limitarse sólo a actuar en la dimensión social de la Iglesia", sino que esta misma asociación debe también formar su espiritualidad, contemplando el rostro de Cristo, el Pontífice animó a proseguir el camino con esperanza.

 

BEATIFICACIONES: "SÓLO EN LA MISERICORDIA DE DIOS, EL MUNDO PUEDE ENCONTRAR LA PAZ"

"Invoquemos a María, rezando por toda la familia humana". "Sólo en la misericordia de Dios el mundo puede encontrar la paz". En el Regina Caeli, tras la proclamación, el domingo, de seis nuevos beatos italianos, Juan Pablo II encomienda también a las Iglesias de Oriente, que ese día celebraban la Pascua de Resurrección".

Como broche de oro de la solemne celebración en la que proclamó seis nuevos Beatos, Juan Pablo II introdujo el rezo mariano del Regina Caeli evocando el encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos. En el Cenáculo, el Señor ofrece el "don pascual de la paz y de la misericordia", enfatizó el Santo Padre y, meditando en la página evangélica del día destacó una vez más que "la paz verdadera brota de un corazón reconciliado, que ha experimentado la alegría del perdón y, gracias a ello, está listo a perdonar". En este día - subrayó el Papa - la Iglesia presenta el mundo entero a su Señor: "La Iglesia, reunida también hoy espiritualmente en oración en el Cenáculo, presenta a su Señor las alegrías y esperanzas, los dolores y las angustias del mundo entero. Y Él ofrece como remedio eficaz la 'Misericordia Divina', de la que pide a sus ministros que se hagan instrumentos generosos y fieles".

Junto con los nuevos Beatos, "que nos indican el camino que debemos seguir, confiando siempre en la ayuda del Señor, también está presente a nuestro lado María, la Reina de los Apóstoles y de todos los Santos". A Ella invitó el Papa a acudir, implorando su amparo maternal para toda la humanidad: "Invoquémosla hoy, en particular, como Madre de la Misericordia Divina, rezando por la familia humana entera, con la certeza de que sólo en la misericordia de Dios el mundo puede encontrar la paz. A María encomendemos de forma especial a las Iglesias de Oriente, que este domingo celebran la Pascua de Resurrección".

"Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia". (Sal 117,1) En este segundo domingo de Pascua y de la Misericordia Divina, la Iglesia canta el Misterio pascual, que revela en pleno el consolador diseño salvífico del amor misericordioso de Dios, cuyos testigos privilegiados en el cielo son los Santos y los Beatos.

Y, en ese día, elevando al honor de los altares a seis nuevos Beatos, Juan Pablo II hizo hincapié precisamente en la "tierna y sorprendente misericordia del Señor" que se ha manifestado en Santiago Alberione, Fundador de la Familia Paulina; Marco de Aviano, de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos; María Cristina Brando, Fundadora de las Hermanas Víctimas Expiadoras de Jesús Sacramentado; Eugenia Ravasco, Fundadora de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María; María Domenica Mantovani, cofundadora de las Hermanitas de la Sagrada Familia y Julia Salzano, Fundadora de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón.

En su homilía, el Papa recordó que la "Buena Nueva es un mensaje universal destinado a los hombres de todos los tiempos". Y es también un mensaje - "dirigido personalmente a cada uno" - que pide ser traducido como vida vivida". Y, tras señalar que cuando los cristianos se vuelven "evangelios vivos", se transforman en "signos elocuentes de la misericordia del Señor", haciendo que su "testimonio alcance con mayor facilidad el corazón de las personas", Juan Pablo II fue destacando el carisma de los nuevos Beatos, todos ellos italianos.

Santiago Alberione, que percibió la necesidad de "dar a conocer a Jesucristo, Camino Verdad y Vida, a los hombres de nuestro tiempo, con los medios de nuestro tiempo". Medios que este Apóstol de los tiempos nuevos anhelaba que estuvieran guiados por santos. Que su Familia religiosa responda de forma adecuada a "las exigencias de la evangelización del mundo de hoy", deseó Juan Pablo II, recordando luego al Beato Marco de Aviano. "Profeta desarmado de la Misericordia Divina", impulsado por las circunstancias a comprometerse activamente en "defensa de la libertad y unidad de la Europa cristiana".

Tras hacer hincapié en que el Beato Marco de Aviano recuerda al continente europeo - que se abre en estos años a nuevas perspectivas de cooperación - que "su unidad será más firme si se basa en las comunes raíces cristianas", el Santo Padre subrayó la "espiritualidad eucarística y de expiación" de María Cristina Brando, cuyo anhelo educador impulsa a las personas a tomar conciencia de su propia dignidad, abriéndose al amor misericordioso del Señor.

Amor que Eugenia Ravasco anheló difundir. Contemplando los Corazones de Cristo y María, esta beata sirvió al prójimo, entregando su vida por la juventud y los pobres y percibió 'la urgencia misionera', con especial atención a los 'apartados de la Iglesia'. Ejemplo de Santidad, como fue también la Beata María Domenica Mantovani, con su "extraordinario modo de ser fiel en toda circunstancia, hasta el último aliento, a la voluntad de Dios".

Y, finalmente, destacando a la Beata Giulia Salzano, que nos alienta a "perseverar en la fe y a no perder nunca la confianza en Dios, que todo los puede", Juan Pablo II invitó a repetir con estos seis nuevos Beatos "Jesús, en ti confío", implorando a María para que Ella nos ayude a "proclamar con nuestra existencia que "es eterna la misericordia de Dios" ¡ ahora y siempre!

 

LUNES DEL ÁNGEL: TESTIMONIO ALEGRE Y FUNDAMENTAL DEL MENSAJE DE PASCUA

"Que María nos ayude a tener más viva nuestra fe en la resurrección del Señor y nos guíe en el compromiso del testimonio alegre y fundamental del mensaje de la Pascua a los hombres y a las mujeres del tercer milenio". Eran palabras del Santo Padre antes del Regina Coeli del lunes.

Al lunes de Pascua se le llama "Lunes del ángel", en recuerdo de lo que ocurrió al amanecer de aquel primer día después del sábado. Fue un ángel, en efecto, el que animó a las mujeres que, habían acudido al sepulcro y que estaban desconcertadas y preocupadas al haber encontrado la tumba vacía. Así ha comenzado hoy el Santo Padre la alocución previa a la oración mariana pascual del Regina Coeli, ante miles de fieles congregados en la Plaza de san Pedro.

¡"No tengáis miedo! Les dijo. . . Ha resucitado no está aquí". Y añadió: "Ahora id" y anunciad esta noticia a los Apóstoles. También para nosotros tienen, estas palabras del ángel, un gran valor, que volvemos a escuchar siempre con íntima emoción. Como Cristo ha resucitado, todo cambia, y la vida y la historia adquieren un nuevo sentido.

"La Liturgia de hoy nos propone como meditación, continuó diciendo el Papa, la predicación del apóstol Pedro a la muchedumbre de Jerusalén. Esta se centra en el siguiente anuncio: 'A este Jesús, Dios le resucitó: de lo cual todos nosotros somos testigos'".

Con sencillez y claridad, Pedro afirma que el Cristo crucificado está vivo, ha resucitado, y "todos nosotros somos testigos". Desde entonces la Iglesia, prosiguió diciendo el Pontífice, no ha cesado de proclamar esta misma "buena noticia". Es urgente que todos los hombres conozcan y encuentren a Cristo, crucificado y resucitado, y de Él se dejen conquistar. A cuantos lo acogen, Él les abre el corazón a aquella alegría verdadera que hace nueva, bella y rica de esperanza la existencia humana.

El Pontífice finalizó exclamando: ¡Alégrate, reina del cielo, Aleluya!. De la alegría pascual se alegra particularmente María, la Madre de Cristo, que con Él ha compartido la dura prueba de la pasión. Que María nos ayude a tener más viva nuestra fe en la resurrección del Señor y nos guíe en el compromiso del testimonio alegre y fundamental del mensaje de la Pascua a los hombres y a las mujeres del tercer milenio.

 

EXEQUIAS DEL CARDENAL SABATTANI

"Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los misericordiosos, los que buscan la paz y los que tienen hambre y sed de justicia". "¡Bienaventurados! Jesús proclama bienaventurados a aquellos que lo siguen, día tras día, yendo contracorriente con respecto a la lógica del mundo". Lo recordaba el jueves Juan Pablo II, en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, en la homilía que pronunció en las exequias del cardenal Aurelio Sabattani, Prefecto emérito del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica.

Presidiendo la Liturgia Eucarística por el alma del Purpurado italiano, fallecido el sábado anterior, a los 90 años de edad, el Pontífice, destacó el múltiple y generoso servicio a la Iglesia que ofreció el cardenal Sabattani. Tras hacer hincapié en la página evangélica de las Bienaventuranzas, Juan Pablo II evocó las promesas del Señor.

"En sufragio de su alma ofrecemos esta Liturgia Eucarística, rogando al Señor que le acoja con misericordia y le conceda la Bienaventuranza prometida a los pobres de espíritu, a los mansos, a los misericordiosos, a los que buscan la paz, a los que tienen hambre y sed de justicia".

El Santo Padre recordó el testamento espiritual del cardenal Sabattani y su esmero en conformar su propia voluntad a la de Cristo. De modo especial, "en los momentos difíciles y de sufrimiento de la vida, el creyente se vuelve digno de las bienaventuranzas evangélicas. Sólo entregándose confiadamente a las manos del Señor y cultivando en toda circunstancia una intimidad constante con Él, se llega a ser 'hijos de Dios'".

El Santo Padre recordó también los cargos desarrollados por el cardenal Aurelio Sabattani. "Este insigne jurista, que después de su ordenación sacerdotal trabajó en la Secretaría de Estado y luego en su Diócesis de Imola, volviendo a Roma fue nombrado Prelado Auditor de la Rota Romana. Hasta que, en 1965, el Siervo de Dios Papa Pablo VI, lo eligió Arzobispo y Prelado de la Santa Casa de Loreto. Desde allí, en 1971, el Purpurado fallecido regresó nuevamente al Vaticano, en calidad de Secretario del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, participó en numerosos congresos internacionales y, en 1983, fue creado Cardenal dedicándose con ahínco a la administración de la justicia, en calidad de Prefecto del mismo Tribunal. Luego, fue también Arcipreste de la Patriarcal Basílica Vaticana, Vicario General para la Ciudad del Vaticano y Presidente de la Fábrica de San Pedro".

Juan Pablo II finalizó su homilía citando lo que dijo en el Vía Crucis el pasado Viernes Santo. "En el orden humano, la muerte es la última palabra", pero "la palabra que viene después, la palabra de la resurrección, es Palabra sólo de Dios". Por ello repetimos con confiada esperanza cristiana "a tus fieles, Señor, no les es quitada la vida, sino transformada y, mientras se destruye la morada de este exilio terrenal, se prepara otra eterna en el cielo".

En el último saludo al cardenal Aurelio Sabattani, el Papa deseó que "la Virgen Santa, estrechándolo con sus brazos maternos, lo introduzca en el Paraíso por el que él vivió, trabajó, sufrió y rezó". Y que "lo acojan los santos y con ellos sea bienaventurado por siempre en Dios".

 

PAPA AFLIGIDO POR PENAS DE PRISIÓN Y CONDENAS A MUERTE EN CUBA

"El Santo Padre se ha sentido profundamente afligido al conocer las duras penas impuestas recientemente a numerosos ciudadanos cubanos y, también, por algunas condenas a la pena capital". El sábado se dio a conocer un Mensaje en nombre de Juan Pablo II al presidente de la República de Cuba, Fidel Castro. Un mensaje, que lleva la fecha del pasado 13 de Abril, Domingo de Ramos, en el que el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, afirma que, al acercarse la Santa Pascua, le es grato, en primer lugar, expresar sus mejores votos para el mismo Presidente y para toda la Nación Cubana.

"Cumplo, además, el alto encargo, de comunicarle que el Santo Padre se ha sentido profundamente afligido al conocer las duras penas impuestas recientemente a numerosos ciudadanos cubanos y, también, por algunas condenas a la pena capital", se lee asimismo en este Mensaje, que señala luego que ante estos hechos, Su Santidad ha encargado al mismo Cardenal Sodano que pida al Presidente Fidel Castro "que tenga a bien considerar un significativo gesto de clemencia hacia los condenados, con la seguridad de que dicho acto contribuiría a crear un clima de mayor distensión en beneficio del querido pueblo cubano".

En este mismo mensaje, en nombre de Juan Pablo II, el cardenal Secretario de Estado afirma también textualmente: "estoy seguro de que Usted comparte también conmigo la convicción de que sólo una confrontación sincera y constructiva entre ciudadanos y autoridades civiles puede garantizar la promoción de un Estado moderno y democrático en una Cuba cada vez mas unida y fraterna".

 

CARDENAL SILVESTRINI: FE Y AMOR A DIOS FAVORECEN DIÁLOGO ENTRE CREYENTES Y RELIGIONES

"En su mensaje Urbi et Orbi para la Pascua 2003, el Papa ha pedido a Dios que libere al mundo del peligro de un dramático enfrentamiento entre culturas y religiones. Y en esta perspectiva, el Santo Padre ha hecho un llamamiento para que la fe y el amor a Dios favorezcan el diálogo entre creyentes y religiones para un futuro de paz". Eran palabras del cardenal Achille Silvestrini, prefecto emérito de la Congregación para las iglesias orientales entrevistado por nuestra emisora.

El purpurado ponía de relieve la preocupación constante que tiene Juan Pablo II por la post guerra en Irak y la contribución que pueden dar las religiones para la reconstrucción del país.

"Las comunidades cristianas que son minoritarias, en Irak, han gozado siempre de libertad religiosa. Y, en esta ocasión, han recibido protección por parte del Papa. El Papa con sus intervenciones contra la guerra, ha presentado a los cristianos - ante los sunitas y los chiítas - como 'comunidades cristianas portadoras de paz'. Ahora llegan los ecos de gratitud y gran afecto al Papa, por esta ayuda moral que les ha dado, porque corrían el riesgo de encontrarse ante una hostilidad real".

Hablando de la peregrinación chiíta a Kerbala, el cardenal Silvestrini afirmaba que es la reivindicación a la libertad durante tantos años negada por el régimen dictatorial de Sadam y ha hablado de las buenas relaciones de este grupo religioso islámico con los cristianos.

"Los cristianos tendrán un papel importante. Las comunidades cristianas y los Obispos lo perciben. Ahora se trata además de hacer llegar la caridad. La caridad de los pueblos cristianos de Occidente. Ayuda y socorro, incluso trasladando a los enfermos a Europa. Claro, es necesario, como ha dicho el Papa, que con el amparo de las Naciones Unidas y el apoyo de la Comunidad Internacional, los iraquíes se vuelvan protagonistas de la reconstrucción solidaria de su país".

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE SANTIAGO DE CHILE (CHILE)
Juan Pablo II ha nombrado auxiliar de la archidiócesis a monseñor Cristián CONTRERAS VILLARROEL, hasta la fecha Vicario General de la misma archidiócesis y párroco, asignándole la sede titular episcopal de Illiberi.

ARCHIDIÓCESIS DE HÀ NOI (VIETNAM)
El Papa ha nombrado administrador apostólico "Sede Plena" de la archidiócesis vietnamita a monseñor Joseph NGO QUANG KIET, obispo de Lang Són y Cao Bang.

DIÓCESIS DE HUACHO (PERÚ)
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons. Lorenzo LEÓN.

DIÓCESIS DE SONSÓN-RÍO NEGRO (COLOMBIA)
Juan Pablo II ha nombrado Obispo de la diócesis colombiana a monseñor Ricardo Antonio TOBÓN RESTREPO, del clero de la diócesis de Santa Rosa de Osos, hasta la fecha secretario local de la Nunciatura Apostólica en Colombia.

DIÓCESIS DE ORANGE (ESTADOS UNIDOS)
El Santo Padre ha nombrado auxiliar de la diócesis a monseñor Dominic DINH MAI LUONG, hasta la fecha párroco de la Parroquia de María Reina de Vietnam en Nueva Orleans, asignándole la sede titular episcopal de Cebarades.

EXARCADO APOSTÓLICO PARA CATÓLICOS DE RITO BIZANTINO (REPÚBLICA CHECA)
El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral del Exarcado Apostólico para los católicos de rito bizantino residentes en la República Checa, presentada por Mons. Iván LJAVINEC. Y ha nombrado nuevo Exarca Apostólico para los católicos de rito bizantino en la mencionada República a don Ladislav HUCKO, hasta la fecha, padre Espiritual del Seminario Mayor de Kosice, Eslovaquia, asignándole la sede titular episcopal de Orea.

VICARIATO APOSTÓLICO DE TIERRADENTRO (COLOMBIA)
Juan Pablo II aceptado la renuncia al gobierno pastoral del Vicariato, presentada por monseñor Jorge GARCÍA ISAZA, por motivos de edad.

CONSEJO PONTIFICIO "COR UNUM"
El Papa ha nombrado a cinco nuevos miembros del Consejo Pontificio "Cor Unum" entre los que se encuentran:

  • Padre Salvador LÓPEZ MORA, de Caritas de MÉXICO;
  • don José SÁNCHEZ FABA, presidente de Caritas de ESPAÑA.

NUNCIATURA APOSTÓLICA EN ARGENTINA
Juan Pablo II ha nombrado Nuncio Apostólico en Argentina a Mons. Adriano BERNARDINI, hasta ahora Nuncio Apostólico en Tailandia, Singapur y Camboya y Delegado Apostólico en Myanmar, Laos, Malasia y Brunei.

ENVIADO ESPECIAL A UHOROD (UCRANIA)
El Santo Padre ha nombrado al cardenal Jozef TOMKO, presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, Su Enviado Especial para la ceremonia del traslado de las reliquias del Beato Obispo Teodor Romzha, que tendrá lugar en Uhorod (Ucrania) el 28 de junio próximo.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO II DE PASCUA (B): 27 de abril de 2003
"Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios"

"Todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe". Así razona en su carta el Apóstol y evangelista San Juan, el Discípulo amado del Señor. Nosotros, creyentes, podemos entender su razonamiento. La fe es un don de Dios. El hecho de creer prueba que el Espíritu del Señor actúa en nuestro corazón, moviéndole y capacitándolo para aceptar la llamada de Dios. "Nadie puede decir "Jesús es el Señor", sino bajo el influjo del Espíritu Santo", afirma San Pablo (1 Cor 1.2,3).

La fe es un salto de las realidades de aquí abajo, hasta aquello que trasciende todas las posibilidades del mundo y del hombre. Si el hombre se ha abierto por la fe a la acción del Espíritu de Dios, que posibilita ese salto infranqueable a toda fuerza humana, entonces es que el Espíritu del Señor está con él, derrama la vida de Dios en su corazón. ¡Es ya hijo de Dios! Si ha nacido de Dios, tiene consigo la fuerza del Espíritu. Ha aceptado, entonces, esa realidad maravillosa que es Jesucristo, "muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación". Ahora bien, si acepta esa realidad, que es Jesucristo vivo, Señor de vivos y muertos, Jesucristo está con él. Puede repetir con Jesucristo: "Animo, yo he vencido al mundo" (Jn l6,33). La victoria que vence al mundo es nuestra fe cristiana. ¡Gran cosa es la fe! Grande, noble y bella. No existe en el mundo fuerza que se la pueda comparar. Todos los valores del mundo, todos los tesoros de la tierra, todo el poder de los hombres no alcanzan el poder, la belleza y la fuerza de la fe cristiana.

Con ser un valor tan alto, la fe tiene sus dificultades. Los que hemos heredado de nuestros padres y antepasados el tesoro de nuestra fe tenemos obligación de transmitirlo a quienes vienen detrás de nosotros. Pero no la podremos transmitir, sino en la medida en que nosotros mismos la vivamos. Si la vivimos, daremos testimonio eficaz y así la transmitiremos. No es posible transmitirla, sin vivirla intensamente, generosamente, honradamente. Nosotros mismos, los Creyentes, experimentamos cada día la dificultad de vivir nuestra fe cristiana. Sí, la fe es algo difícil. Y, por eso hemos de ser comprensivos con aquellos que no creen. Con los que se dice ateos, con los que se profesan incrédulos, con los jóvenes que discuten la fe de sus padres. Muy comprensivos y pacientes con los débiles en la fe; ya que nosotros mismos experimentamos las dificultades de creer. ¿Porqué no creemos? ¿Porqué nuestra fe no es viva y operante? ¿Como es que no influye en nuestros criterios, en nuestros razonamientos, en nuestras decisiones; en nuestras actitudes ante la vida, en nuestras obras? La dificultad de la fe es inherente a su misma manera de ser. Porque, ¿qué es creer? Creer es admitir y aceptar una realidad que no vemos, que no es. objeto de nuestra experiencia inmediata; la admitimos a través del conocimiento de otra persona, que nos da testimonio de ella. Entre nuestra fe y la realidad está el testigo. Para creer he de aceptar la participación en la ciencia, en el saber, en la experiencia de ese testigo. Y la conciencia que él tiene de sus conocimientos y de su veracidad. ¡Ah! Esto es ya difícil de suyo para nosotros.

Otra cosa es ya aceptar el testimonio de Dios. Y, por eso, la fe tiene también más exigencias. En el caso de Dios tengo que aceptar totalmente su testimonio, renunciado a comprobar por mi mismo la realidad que él me testifica. He de remitirme ciegamente a la ciencia y veracidad de Dios. Y esta es mucho más radical; nos hiere en lo más profundo. Pero Dios es bueno y comprensivo con todos. A cada uno de los hombres los va llevando por la vida de manera que, al llegar a determinadas encrucijadas, el hombre se ve frente por frente al problema radical de su vida; ante el problema fundamental, de la vida y de la muerte; frente al gran problema de nuestro propio destina definitivo. Podemos comprender ahora las razones que tenía Tomás, cuando se negaba a aceptar el testimonio de sus compañeros. "Si no veo en sus manos la señal de los clavos; si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado no lo creo". Hubo de oír la corrección del Señor: "No seas incrédulo, sino creyente".

Que no tenga el Señor que repetirnos a nosotros estas palabras. Decidámonos a vivir cada día el Evangelio de Jesucristo. Que ésta y no otra cosa es vencer al mundo con la fe cristiana. Que el Señor nos pueda declarar "dichosos", por creer sin haber visto.

 

V VISTA APOSTÓLICA DE JUAN PABLO II A ESPAÑA

La quinta Visita Apostólica del Papa Juan Pablo II a España, que será - como afirma en su mensaje la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española - "un acontecimiento de gracia para la Iglesia", "acrecentará sin duda nuestra vocación y dinamismo apostólicos".

"La próxima visita del Papa será sin duda una gracia de Dios para fortalecer el testimonio cristiano de nuestras comunidades cristianas y de cada bautizado". En este mensaje los obispos españoles convocan a todos los cristianos para que acojan al Papa, Pastor universal… e invitan a alabar a Dios "por el don que han supuesto para la Iglesia sus 25 años de ministerio"…. Nuestra invitación - señalan los prelados de España - "llena de respeto y afecto, se dirige también a quienes aun no siendo creyentes, valoran y aprecian la autoridad moral y el servicio impagable que el Santo Padre presta al mundo defendiendo los derechos humanos, la dignidad de la persona y la causa de la paz".

Con este mensaje, anuncio gozoso de la venida del Santo Padre, hemos expresado nuestra esperanza en el fruto pastoral del Viaje del Papa - señala la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española y añade: "sólo nos queda encomendarlo a la oración de la Iglesia y a la intercesión de Santa María, Madre de la Iglesia y Reina de todos los santos. A ella, testigo incomparable de Cristo, nos dirigimos en este Año del Rosario y le pedimos que vele por la barca de Pedro, la Iglesia que peregrina entre luces y sombras por los senderos de la historia, con la mirada puesta en su Señor resucitado, fuente de vida y de esperanza para todos los hombres. Que proteja al Santo Padre y haga muy fecunda su visita a España.

Juan Pablo II, en su primer viaje apostólico de 2003, en que se cumple el vigésimo quinto año de pontificado, llegará a Madrid después de una trágica guerra. Pero su Santidad, sin duda, será portador de un mensaje de paz universal y de esperanza. Una paz de la que todos nosotros seguimos teniendo necesidad, sobre todo en momentos como el actual. "La visita del Santo Padre --escriben los obispos españoles en un mensaje escrito para la ocasión-- acrecentará sin duda la vocación y el dinamismo apostólico". En la nota que lleva por título "Seréis mis testigos" los prelados desean y esperan que la visita del Papa refuerce la fe del pueblo español y contribuya a dar un nuevo impulso a la evangelización.


Madrid se encuentra ya preparada para recibir a Juan Pablo II que llegará a la capital española el próximo 3 de mayo para una breve, pero intensa visita de dos días, durante los cuales canonizará a cinco beatos españoles y tendrá un caluroso encuentro con los jóvenes.

Aunque todavía no se ha facilitado información oficial, se habla de que la cifra de inscripciones de jóvenes para acompañar al Santo Padre en el acto de la juventud programado en Cuatro Vientos para el sábado 3 de mayo por la tarde, ronda los cien mil, provenientes de toda España.

Entre ocho y diez mil voluntarios atenderán a los distintos grupos de jóvenes, de tareas de orden e información en los distintos actos, y de acompañar a los mil quinientos sacerdotes que repartirán la comunión a los fieles durante la eucaristía en la plaza de Colón el domingo. Una misa en el curso de la cual serán canonizados: el padre José María Rubio (Jesuitas), el padre Pedro Poveda (Institución Teresiana), Madre Maravillas de Jesús (Carmelitas Descalzas), Sor Ángela de la Cruz (fundadora de las Hermanas de la Compañía de la Cruz) y la religiosa Genoveva Torres Morales (fundadora de las Angélicas). A la ceremonia está prevista la asistencia de la Familia Real, presidente y miembros del Gobierno de la Nación, autoridades locales, representantes políticos y miembros de las congregaciones religiosas.

 

HEMOS LEÍDO PARA USTEDES

REENCONTRAR LA ESPERANZA
Felicísimo MARTÍNEZ DÍAZ, Avivar la esperanza, San Pablo, Madrid 2002, 293 pág.

No se necesitan demasiadas demostraciones, ni hay que recurrir a extrañas experiencias para convencerse de que nuestros tiempos son tiempos de crisis. <lo afirma de entrada el autor de Avivar la esperanza con toda razón. El problema está en la postura que hemos de adoptar ante este hecho incontestable, y en intentar discernir lo que hay detrás de esta realidad. Si estamos en tiempo de tempestad, ¿podemos pensar que, como dice el adagio castellano, después vendrá la calma?

Hay apocalípticos catastróficos, dic el autor, que ven cerrarse todos los horizontes de futuro y ven aparecer por todos los rincones el final de la Historia, con mayúscula. Pero hay también optimistas empedernidos y hasta ingenuos irresponsables, que aún manejan el concepto decimonónico del progreso para interpretar los tiempos actuales. Afortunadamente quedan entre nosotros realistas esperanzados...y para ayudar a poder ser uno de ellos se ha escrito el libro que comentamos.

La espiritualidad cristiana no es ciega. Contempla la realidad tal como es, y se traicionaría a sí misma si olvidara donde está, o no quisiera tener en cuenta el mundo en que vivimos. No hay espiritualidad cristiana si no hay encarnación, por ello no es lícito cultivarla a base de ocultar o ignorar la realidad, por cruda y dura que sea. No hay que tener miedo analizar las situaciones, por críticas que sean, pero debemos enfrentarnos a ellas y afrontar con una visión sobrenatural en la búsqueda de un futuro mejor. Y teniendo en cuenta la seriedad de la situación, evitar toda frivolidad.

Esta espiritualidad ha de ser escasa en palabras y abundante en silencio orante, aceptando que sea escasa en claridades y abundante en firmezas de fe, escasa en juicios y críticas condenatorias, y abundante en misericordia, solidaridad y justicia, escasa en realidades visibles y abundante en con compasión y misericordia

Hay que mirar al mundo y a la humanidad con auténtico optimismo teológico, y relacionarse con este mundo y con la humanidad con compasión y misericordia.

Avivar la esperanza es, desde sus primeras páginas como hemos indicado, un texto realista, por ello se analiza una sociedad que en gran parte considera que la religión es cosa de personas pías, que es enemiga de la libertad y de la felicidad, y, desgraciadamente se la confunde con los diez Mandamientos o con una serie de ceremonias y ritos.

La respuesta se da en volverse a Dios y orar a Dios, que es nuestro liberador, y cuyo Espíritu es el que alienta nuestra esperanza.

Partiendo de esta base realista, y de las contradicciones del mundo que ignora a Dios, el autor presenta el análisis de los rasgos de la vida cristiana que hoy son irrenunciables, pasa a un propuesta ética, que ha de estimular, con su práctica, la vivencia esperanzada de la fe.

Un texto claro, ordenado y sistemático, que ha de ser necesariamente útil para una reestructuración de la vida cristiana, y que puede ser la ase de reflexión espiritual y teológica muy provechosa para grupos de espiritualidad y apostolado.