AUDIENCIA GENERAL: LLAMAMIENTO POR LA PAZ Y AL SEGURIDAD EN LIBERIA Y UGANDA
COMPROMISO DE LA SANTA SEDE EN DEFENSA DE LA PAZ Y LA JUSTICIA
PALIO, EXPRESIÓN DE UNIDAD Y UNIVERSALIDAD ECLESIAL
SATISFACCIÓN POR REANUDACIÓN DE DIÁLOGO EN CHIPRE BAJO AUSPICIOS ONU
UNIDAD NACIONAL Y ELIMINACIÓN PROGRESIVA DEL PELIGRO NUCLEAR
TESTIMONIO DE JESÚS: SERVICIO SUPREMO QUE IGLESIA PUEDE DAR A PUEBLOS DE ASIA
PREMIO INTERNACIONAL PABLO VI, AL INVESTIGADOR FRANCÉS PAUL RICOEUR
EL CARDENAL CORRADO BAFILE CUMPLE 100 AÑOS

ÁNGELUS: LA CASTIDAD “CUSTODIA” EL AMOR AUTÉNTICO
JULIO: INTENCIÓN GENERAL PARA EL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

HOMENAJE A MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES QUE CONSUMEN SUS VIDAS EN EL CAMPO
‘PALABRAS QUE CUENTAN’: DISCURSOS REPRESENTANTES SANTA SEDE REUNIDOS EN UN LIBRO

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

“JUAN PABLO II PADRE DE EUROPA, MAGISTERIO EUROPEÍSTA DEL OBISPO DE ROMA”
ROMA: CONFERENCIA REGIONAL DE CARITAS DE EUROPA
HEMOS LEÍDO PARA USTEDES
BREVES


SEMANA DEL 30 DE JUNIO AL 7 DE JULIO

 

AUDIENCIA GENERAL: LLAMAMIENTO POR PAZ Y SEGURIDAD EN LIBERIA Y UGANDA

Nuevo llamamiento del Papa en favor de las poblaciones de Liberia y Uganda, para que se les restituya la “paz y la seguridad”. En la catequesis de la audiencia general, el Pontífice reflexionó también sobre el salmo 145: “Feliz quien espera en el Señor”.

Este miércoles, Juan Pablo II, en la catequesis de la Audiencia General, reflexionó sobre el Salmo 145 “Feliz quien espera en el Señor”. El salmo 145, que hemos escuchado, comenzó diciendo el Papa, es un “aleluya”, el primero de los cinco que cierran todo lo recogido en el Salterio. Ya la tradición litúrgica hebrea usó este himno como canto de alabanza por la mañana: tiene su culmen en la proclamación de la soberanía de Dios sobre la historia humana. Al final del Salmo se declara, en efecto, que “el Señor reina por siempre”.

Se deduce de él una consoladora verdad: “no quedamos abandonados a nuestro propio destino”, los quehaceres de nuestros días no están dominados por el caos o por el fatum, los acontecimientos no representan una mera sucesión de actos sin sentido ni meta. De esta convicción se desarrolla una verdadera y propia profesión de fe en Dios, celebrado con una suerte de letanía en la que se proclaman los atributos de amor y de bondad que le son propios.

Dios creador del cielo y de la tierra, es custodio fiel del pacto que lo une a su pueblo. Él es Aquel que hace justicia con los oprimidos, da el pan que alimenta a los hambrientos y libera a los prisioneros. Es Él quien abre los ojos a los ciegos, quien ayuda a los que caen, quien ama a los justos, quien desbarata el camino de los engreídos y reina sobre todos los seres y sobre todos los tiempos. “Son doce afirmaciones teológicas, -prosiguió diciendo el Papa- que con su número perfecto, expresan la plenitud y la perfección de la acción divina”. El Señor no es un soberano distante de sus criaturas, está comprometido en su historia, como Aquel que propugna la justicia, poniéndose de la parte de los últimos, de las víctimas, de los oprimidos, de los infelices.

El hombre se encuentra ante una elección radical. O tiene que optar por “confiar en los poderosos”, adoptando sus criterios inspirados en la perversidad, el egoísmo y el orgullo, o... la otra posibilidad es la que señala el Salmista con una bienaventuranza: “Feliz aquel que en el Dios de Jacob tiene su apoyo, y su esperanza en Yahvéh su Dios”. Este es el camino de la confianza en el Dios eterno y fiel. El Amén, que es el verbo hebreo de la fe, significa precisamente el fundamentarse en la inquebrantable solidez del Señor, en su eternidad, en su potencia infinita. Pero sobre todo, subrayó Juan Pablo II, significa compartir su elección, que la profesión de fe y de alabanza, descrita por nosotros, ha puesto de relieve.

Es necesario vivir en la adhesión al querer divino, ofrecer el pan a los hambrientos, visitar a los detenidos, apoyar y confortar a los enfermos, defender y acoger a los extranjeros, dedicarse a los pobres, a los míseros. Es, en definitiva, el mismo espíritu de las Bienaventuranzas: decidirse por la propuesta de amor que nos salva en esta vida y que será después objeto de nuestro examen en el juicio final, que sellará la historia. El Papa finalizó su catequesis aludiendo al escritor del siglo tercero, Orígenes, cuando llega al versículo 7 del Salmo que dice: “El Señor da el pan a los hambrientos y liberara a los prisioneros”, él ve una implícita referencia a la Eucaristía: “Tenemos hambre de Cristo y Él mismo nos dará el pan del cielo. “Danos hoy nuestro pan de cada día”.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL

Queridos hermanos y hermanas:

Como dice el salmista, Dios ha creado el cielo y la tierra y es fiel al pacto establecido con su pueblo para guiarlo y salvarlo. Más que en los poderosos de la tierra, hemos de poner toda nuestra esperanza en Él, pues cuida con ternura de los suyos, especialmente de los más necesitados. Llamado a imitar la volunta divina, el cristiano ha de preocuparse de los hambrientos, los presos, los extranjeros, los pobres o los enfermos, viendo en ellos a Cristo mismo. Sobre eso se nos juzgará en última instancia, como dice el Evangelio.

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo de la Comisaría de Tierra Santa y a los niños del Centro de Menores, de Quintana de Tiloco. Exhorto a todos a no desfallecer en la esperanza, pues se funda en Nuestro Señor, que nunca nos olvida.

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Como siempre, después de saludar en varias lenguas, el Santo padre se dirigió a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “Mañana se celebra la fiesta del apóstol Tomás. Que su intercesión acreciente la fe en vosotros, queridos jóvenes, para que estéis prontos a testimoniar a Cristo en todo lugar. Que a vosotros, enfermos, os ayude a ofrecer cada sufrimiento para que en el mundo se realice el proyecto salvífico de Dios. Y que os sostenga a vosotros, reciñen casados, en el esfuerzo de nutrir a vuestra familia con la oración cotidiana y fiel.

Antes de finalizar la audiencia general, el Santo Padre, hizo un nuevo llamamiento a favor de Liberia y Uganda: “Con profunda tristeza sigo los dramáticos acontecimientos de Libera y de la región septentrional de Uganda. Hago un llamamiento al esfuerzo de todos para que aquellas queridas poblaciones africanas encuentren paz y seguridad, y que no se les niegue el futuro al que tienen derecho. Expreso además mi cercanía a las Iglesias locales, duramente probadas en las personas y en los instrumentos de evangelización, mientras animo a los Pastores y a todos los fieles a ser fuertes y firmes en la esperanza. ¡Que lo obtenga de la Misericordia divina nuestra insistente oración!”

 

COMPROMISO DE LA SANTA SEDE EN DEFENSA DE LA PAZ Y LA JUSTICIA
DISCURSO AL NUEVO EMBAJADOR DE LIBIA: SITUACIÓN EN ORIENTE MEDIO, TERRORISMO QUE AZOTA INDISCRIMINADAMENTE, CONFLICTOS EN ÁFRICA E INJUSTA DISTRIBUCIÓN DE LOS BIENES DE LA TIERRA

La situación en Oriente Medio, el terrorismo que azota indiscriminadamente, llegando a sembrar inseguridad en toda la humanidad, los conflictos en África y la injusta distribución de los bienes de la tierra. Fueron las preocupaciones que Juan Pablo II subrayó al recibir al nuevo embajador de Libia el martes, reiterando el compromiso de la Santa Sede en defensa de la paz y la justicia y renovando el llamamiento al diálogo para superar las tensiones que hay en el mundo.

Tras expresar su satisfacción por las numerosas iniciativas del gobierno de Libia «en favor de la consolidación del consenso entre las naciones», señalando su afecto hacia todo el pueblo de esta nación, el Papa recordó que la «acción de la Santa Sede en el ámbito del derecho internacional se caracteriza por una perseverante búsqueda de diálogo sincero, destacando lo que une, más que lo que divide, con el fin de favorecer el entendimiento entre las naciones, el logro de la paz y de la justicia, la defensa de las legítimas características de cada pueblo y la concreta solidaridad hacia los menos afortunados».

Una vez más, Juan Pablo II puso de relieve que el método del diálogo valiente y perseverante se revela particularmente útil para afrontar las no pocas tensiones que existen en el mundo. Tensiones que despiertan preocupación y requieren, para ser resueltas, la activa colaboración de todos, teniendo siempre presentes los principios fundamentales de la verdad, de la justicia, del amor y de la libertad. En este contexto, el Papa recordó «la situación en Oriente Medio, que tanto me preocupa y el terrorismo, que pudiendo azotar por doquier llega a amenazar a la humanidad entera.

La sincera voluntad de colaboración “constituye la base para una fructífera cooperación entre los creyentes y entre todos los hombres”. Lo subrayó con fuerza Juan Pablo II advirtiendo que ante los “riesgos de tergiversar la religión” es menester confirmar que “son contrarias a Dios y al hombre las prácticas que incitan a la violencia y al desprecio de la vida humana”.

Un llamamiento, dijo el Papa, que vale “en particular, para los seguidores del Islam y los cristianos”. De ahí, la importancia del diálogo como método para afrontar las tensiones existentes en el mundo, que para ser resueltas “necesitan la real colaboración de todos” en el respeto de los principios fundamentales de la “verdad, de la justicia, del amor y de la libertad”. Por ello, añadió el Santo Padre, hay que impulsar “la vía del diálogo y de la comprensión mutua en el respeto de las diferencias”, para que la “verdadera paz pueda ser alcanzada y el encuentro entre los distintos pueblos se lleve a cabo en un contexto de entendimiento sólido”.

En este contexto, el Papa recordó cómo la acción de la Santa Sede en el escenario internacional se caracteriza por la búsqueda del diálogo “con el fin de favorecer el entendimiento entre las naciones, y alcanzar la paz” y también “la defensa de las legítimas peculiaridades de cada pueblo y la solidaridad concreta hacia los menos afortunados”.

Asimismo, Juan Pablo II centró la atención en todos aquellos conflictos que impiden a los habitantes de muchas regiones de África construir su propio desarrollo”, así como la injusta distribución de los bienes de la tierra y de los frutos de la investigación tecnológica, humana y espiritual”. Juan Pablo II después volvió a condenar el terrorismo, que “pudiendo golpear en cualquier parte indiscriminadamente, hace inseguras las ciudades, los pueblos e incluso a toda la humanidad”.

 

PALIO, EXPRESIÓN DE UNIDAD Y UNIVERSALIDAD ECLESIAL

Juan Pablo II en la Audiencia concedida el lunes a los Arzobispos y fieles que les habían acompañado con motivo de la imposición del Palio, recordó a los Metropolitanos que su presencia en Roma refleja la Universalidad de la Iglesia. El domingo, en la solemne Concelebración Eucarística con imposición de Palios, el Papa manifestó a los Arzobispos Metropolitanos que son los amigos de Cristo y que el Palio es un signo de comunión con la Sede Apostólica y un recuerdo sublime de la amistad de Cristo.

A última hora del lunes el Santo Padre recibió en audiencia, en el Aula Pablo VI del Vaticano a los Arzobispos Metropolitanos y peregrinos presentes en Roma con motivo de la imposición del sagrado Palio.

“Después de la solemne celebración de ayer, dijo el Papa, en la que tuve la alegría de imponer el sagrado Palio, a los queridos Metropolitanos nombrados en el último año, estoy muy contento de poder encontraros nuevamente, junto a vuestros familiares y amigos. A todos renuevo mi cordial saludo, y expreso un especial agradecimiento a los que han venido de lejos. Vuestra presencia contribuye a hacer más visible el valor peculiar de este acontecimiento, que es la entrega del Palio, expresión al mismo tiempo de unidad y de universalidad eclesial”.

Seguidamente el Pontífice saludó en varias lenguas a los peregrinos presentes. Éste fue su saludo en español para los fieles que habían acompañado a los Metropolitanos de lengua española:

Con mucho afecto saludo ahora a los Arzobispos de San José de Costa Rica, de Cali e Ibagué en Colombia; de Valladolid, Toledo y Granada en España; de Monterrey y Durango en México; de Santa Fe de la Vera Cruz, Bahía Blanca y Paraná en Argentina; de Quito y Guayaquil en Ecuador, acompañados de sacerdotes, fieles y familiares. Vuestra presencia aquí refleja la universalidad de la Iglesia. Revestidos con el Palio, que simboliza el estrecho vínculo que os une con la Sede de Pedro, promoved el espíritu de comunión de vuestras Iglesias particulares, anunciando y dando testimonio de Jesucristo resucitado mediante una acción eclesial que infunda esperanza y anime la caridad.

Al final de esta audiencia, el Santo Padre recibió de manos del Deán del Cabildo de la Catedral de Toledo, Santiago Calvo Valencia, el primer ejemplar de una edición de la Biblia de San Luis que el Rey Luis IX entregara a Alfonso X para la educación de su hijo. Se trata del primer ejemplar de una edición limitada, en cuyo interior se pueden admirar un total de 4.800 estampas. El ejemplar original de la Biblia de San Luis se encuentra en la catedral de Toledo, y según Calvo Valencia este documento demuestra la importancia que ya en la Edad Media tenía la evangelización. La entrega del ejemplar ha servido para agradecer al Santo Padre la visita realizada a España este año y reconocer así su labor apostólica.

El Papa Juan Pablo II impuso el domingo por la tarde, en el marco de una solemne Concelebración Eucarística, en la Plaza de san Pedro del Vaticano, el palio a los arzobispos metropolitanos nombrados en el último año. Entre ellos, había tres españoles, uno de Costa Rica, dos de Colombia, dos de Méjico y tres de Argentina.

Al comienzo de la celebración el Papa expresó su gozo al sentir el corazón lleno de gratitud al Señor ya que sobre la fe de Pedro y la misión de Pablo ha querido edificar la Iglesia de Roma, en la que ha sido puesto por el Espíritu Santo como Obispo y Sucesor del apóstol Pedro. Y dirigiéndose a la delegación del Patriarca de Constantinopla pidió al Señor que acelere la unidad en un solo espíritu deseada y requerida por su Hijo Jesucristo, y que “nos ayude a superar los obstáculos que impiden la Concelebración de la Única Eucaristía”.

En la homilía de la Misa el Santo Padre se refirió a los “amigos de Dios, Pedro y Pablo cuya fiesta celebramos” que siguiendo el designo providencial de Dios han sido conducidos a Roma para fecundar con su sangre a la Iglesia. Probados por la amarga experiencia de la miseria humana fueron liberados por el Señor. Simón se convertirá en Pedro, la roca, Pablo se convirtió en un instrumento elegido para llevar el nombre del Señor a todas las gentes. Fueron los amigos del Señor.

Dirigiéndose a los Arzobispos Metropolitanos venidos para recibir el Palio les recordó que son los amigos de Cristo y que el Palio es un signo de comunión con la Sede Apostólica y un recuerdo sublime de la amistad de Cristo. “Sed amigos de cuantos el Señor os ha confiado”. Y concluyó su homilía pidiendo un compromiso para buscar con todas las fuerzas la unidad siguiendo el deseo expresado tantas veces por Cristo en el Cenáculo: “Ut unum sint” (Que sean uno).

 

SATISFACCIÓN POR REANUDACIÓN DE DIÁLOGO EN CHIPRE BAJO AUSPICIOS ONU

Satisfacción del Papa ante la voluntad del gobierno de Chipre de reanudar el diálogo y resolver la crisis de la isla bajo los auspicios de la ONU. En su bienvenida al nuevo embajador chipriota, Juan Pablo II destacó asimismo la importancia del diálogo para resolver los conflictos, de la ampliación de la Unión Europea y de las raíces cristianas del continente.

El Papa expresó satisfacción ante la voluntad del gobierno de Chipre de «volver a la mesa de diálogo y negociaciones, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, con la voluntad de acatar las directivas pertinentes adoptadas por el Consejo de Seguridad». En el acto de presentación de las Cartas Credenciales del nuevo embajador de Chipre, el Santo Padre manifestó asimismo su anhelo de que «el actual clima de integración y ampliación de la unidad europea, promueva un renovado impulso que fortalezca la decisión de resolver finalmente esta crisis».

Tras lamentar, al igual que toda la comunidad internacional, que perdure aún la división de la isla de Chipre, y que el plan para la paz y reunificación presentado, el año pasado, por el Secretario General de la ONU – tras varios meses de negociaciones – no haya sido aceptado, por no haber logrado el consenso necesario entre las partes implicadas, Juan Pablo II reiteró que «los conflictos y la violencia nunca podrán conducir a la solución de las controversias entre los pueblos y las naciones». En este contexto, recordando que para superar los conflictos «se requieren negociaciones fundadas en la sinceridad y en el auténtico servicio al bien común», y que «un diálogo franco y recto constituye el único camino que conduce al efectivo entendimiento», el Pontífice señaló el anhelo y la voluntad de los miembros de la comunidad católica de esta nación de contribuir en el logro de esta meta junto con todos los chipriotas.

Al recibir al nuevo embajador - el primero de la República de Chipre ante la Santa Sede que residirá en Roma - el Papa expresó también su satisfacción por la reciente firma del Tratado de Adhesión de esta República a la Unión Europea. Destacando este «importante paso que conducirá a la nación chipriota a asumir oficialmente el lugar que le corresponde en la Comunidad económica y política europea», Juan Pablo II quiso reiterar sus palabras al Cuerpo Diplomático, de comienzos de este año.

Una vez más, el Pontífice recordó que «Europa lleva consigo los valores que durante dos milenios han fecundado un modo de pensar y vivir de los que el mundo entero se ha beneficiado». Y señalando que «entre estos valores, el cristianismo tiene un papel clave, en la medida en que ha dado lugar a un humanismo que ha impregnado su historia y sus instituciones», el Papa hizo hincapié en que «una Europa que renegara de su pasado, que negara el hecho religioso y que no tuviera dimensión espiritual alguna, quedaría desguarnecida ante el ambicioso proyecto que moviliza sus energías: ¡construir la Europa de todos!». (Discurso Cuerpo Diplomático, 13 de enero de 2003, n. 5)

«La continua ampliación de la Unión Europea es un signo esperanzador de los resultados que se pueden alcanzar cuando la buena voluntad, la confianza mutua, la fidelidad a los compromisos y la cooperación prevalecen como ‘modus operandi’ en el concierto internacional», señaló asimismo el Papa, añadiendo luego que «estos valores son aún más necesarios en nuestra era moderna», en la cual «quizá, como nunca en la historia, las naciones soberanas están estrecha y significativamente entrelazadas, tanto en el bien como en el mal».

Antes de finalizar su bienvenida al nuevo embajador de Chipre ante la Santa Sede, el Papa recordó que «nuestro mundo necesita aceptación mutua y diálogo sincero entre los pueblos» para que se pueda sostener el trabajo de la comunidad internacional y se mantengan relaciones armoniosas, «pues la paz verdadera requiere el efectivo reconocimiento y salvaguardia de la dignidad y de los derechos de todos los miembros de la familia humana, como criterio fundamental de toda política y actividad», dedicando «una atención especial a los más necesitados, es decir, a los pobres, los enfermos, la juventud, los ancianos y los inmigrados».

 

UNIDAD NACIONAL Y ELIMINACIÓN PROGRESIVA DEL PELIGRO NUCLEAR
PRESENTACIÓN DE LAS CARTAS CREDENCIALES DEL NUEVO EMBAJADOR DE COREA

La esperanza en el camino hacia la unidad nacional, la eliminación progresiva del peligro nuclear y la defensa de la vida. Fueron algunos de los temas del discurso del Papa al nuevo embajador de Corea del Sur.

Juan Pablo II recibió el viernes en el Vaticano las cartas credenciales del nuevo embajador de Corea del Sur, Youm Seong. El Santo Padre en su discurso hizo alusión a que este encuentro se produce en el 40° aniversario de la apertura de una delegación de la República de Corea ante la Santa Sede, aunque también subrayó que los estrechos lazos entre la Iglesia católica y el pueblo coreano son muy antiguos y testimonian la fecundidad de la presencia de Cristo y de la profunda incidencia de su mensaje evangélico. “El gran número de coreanos elevados al honor de los altares es una prueba -dijo el Papa- de como la santidad haya puesto sólidas raíces en este pueblo, lo que da gloria a la Iglesia Universal”.

Hablando después de sus dos visitas apostólicas a este país, Juan Pablo II señaló su “amargura” al poder constatar como la península, habitada por un único pueblo, está en cambio obligada a vivir una penosa división. “Ciertamente es causa de preocupación el que se mantengan sentimientos de hostilidad y de contraposición entre las dos naciones, -dijo el Papa- pero también es motivo de esperanza saber que existe una voluntad concreta por querer aliviar las tensiones mediante el diálogo y una serie de encuentros con el fin de disminuir las divergencias y abonar el terreno para un provechoso entendimiento”.

“Cualquier tipo de señal que vaya en esta dirección va animada, sostenida con paciencia, valentía y perseverancia”, afirmó el Santo Padre. “Es solamente a través del diálogo respetuoso que pueden ser alcanzados objetivos positivos y perdurables. Los acuerdos hasta ahora firmados demuestran como una voluntad sincera de pacífico entendimiento lleva a resultados concretos, en el recíproco respeto y en la lealtad de comportamientos, que ayudan no solamente a la reconciliación entre los dos estados, sino que dan asimismo estabilidad a toda la región.

Sin embargo, este camino político -dijo el Papa- encontrará probablemente mayor fuerza y credibilidad si el área más desarrollada de la península (es decir, Corea del Sur) sabrá hacerse cargo, dentro de sus posibilidades, de las urgentes necesidades de la otra parte. La Santa Sede ve también con buenos ojos todo tipo de esfuerzo encaminado al diálogo, a la cooperación y dirigido a la atención de los más débiles de la población. “El recuerdo de los sufrimientos del pasado -recordó el Papa- no debe reducir la confianza en un futuro mejor. Es necesario, al contrario construir el presente y el futuro de Corea sobre las sólidas bases del respeto de la persona y de la constante búsqueda de la justicia y de la paz”.

En este sentido el Santo Padre observando la presente coyuntura política de Corea señaló que “hay que proseguir incansablemente los esfuerzos dirigidos a eliminar de manera progresiva, equilibrada y verificable las armas de destrucción de masas y en particular las armas nucleares. “Una cosa que comporta, como escribía hace 40 años mi venerado predecesor Juan XXIII en la encíclica “Pacem in terris” -dijo el Pontífice- que el criterio de la paz, regido por el equilibrio de los armamentos, sea sustituido por el principio de que la “verdadera paz sólo se puede construir en la mutua confianza entre las dos partes.

“Fiel al mandato de Cristo, la Iglesia católica -dijo Juan Pablo II- anuncia el Evangelio de la Vida. Y la Iglesia no esconde su preocupación por el triste fenómeno del aborto que constituye una terrible plaga social” en Corea. El aborto que además viene “acompañado por un difundida práctica del control artificial de la natalidad y por el propagarse de una mentalidad pragmática que justifica y apoya las manipulaciones genéticas, incluso aquellas más libres de prejuicios, así como la pena de muerte”. Ante esta serie de amenazas a la vida, la Iglesia -dijo el Papa- siente que es su deber defender los valores en los que cree, valores que son patrimonio de la humanidad porque, con la ley natural, están inscritos por Dios en el corazón de todos los hombres.

“Un programa que tenga como objetivo prioritario la defensa de la vida y de la familia beneficiará la solidez y la estabilidad de la sociedad coreana”, señaló finalmente el Santo Padre. Y recordó a este propósito aquel apartado de su encíclica “Evangelium Vitae” que dice: “cuando por una trágica ofuscación de la conciencia colectiva, el escepticismo llegara a poner en duda incluso los principios fundamentales de la ley moral, el mismo sistema democrático quedaría afectado en sus fundamentos, reduciéndose a puro mecanismo de regularización empírica de los distintos y contrapuestos intereses”.

 

TESTIMONIO DE JESÚS: SERVICIO SUPREMO DE LA IGLESIA A PUEBLOS DE ASIA

«Dar testimonio de Jesucristo es el servicio supremo que la Iglesia puede prestar a los pueblos de Asia». Fue uno de los conceptos principales subrayados por el discurso del Papa al tercer grupo de Obispos de la India - que finalizaron el jueves su quinquenal Visita ad Limina.

«Dar testimonio de Jesucristo es el servicio supremo que la Iglesia puede prestar a los pueblos de Asia». En el discurso entregado al tercer grupo de Obispos de la India – al final de su quinquenal Visita ad Limina - Juan Pablo II expresó su alegría por la vitalidad de la Iglesia católica en las diócesis hindúes de Bangalore, Hyderabad y Visakhapatnam, a pesar de los desafíos que permanecen aún para la vida eclesial en estas provincias. Asimismo, el Papa recordó «la permanente validez y urgencia del Mandato Misionero»; señaló la importancia de la correcta interpretación de las relaciones entre las distintas culturas y la fe cristiana y pone en guardia contra el relativismo que conduce al sincretismo.

El Pontífice puso de relieve la importancia del Sacramento de la Reconciliación para testimoniar al pueblo de la India «la tarea de hacer todo lo posible para dar testimonio de la reconciliación y llevarla a cabo en el mundo». Y, tras hacer hincapié en la necesidad de impulsar la comprensión del sacramento del matrimonio, «por el bien de toda la sociedad», el Papa recomendó asimismo la profundización en la vida litúrgica de la Iglesia, de modo especial, ante las numerosas devociones que en estas regiones despiertan las festividades y santuarios dedicados a la Virgen María, la cual «nos conduce a la auténtica experiencia cristiana».

Recordando que «nosotros, que tenemos la gracia de creer en Cristo, revelador del Padre y Salvador del mundo, debemos enseñar a qué grado de interiorización nos puede llevar la relación con él» (Novo millenio Ineunte, 33), Juan Pablo II hizo hincapié en que «lejos de ser materia de poder o de control», los programas de evangelización y formación de la Iglesia se impulsan en la convicción de que «todos tienen derecho a escuchar la Buena Nueva de Dios que se revela y entrega a sí mismo en Cristo».

El Papa reiteró su exhortación a las Iglesias particulares para la promoción de la evangelización en sus territorios, construyendo centros pastorales dedicados a la educación y a las obras de caridad, y promoviendo la colaboración con los laicos y los Institutos Religiosos. De modo especial, el Santo Padre llamó a los Obispos de la India a responder sabiamente a las necesidades espirituales y materiales de los pobres y a ser «modelo de imparcialidad», al servicio de los bienes comunes de la Iglesia, sin caer nunca en la tentación del materialismo o del favoritismo.

Así como en sus anteriores discursos a los prelados de otras regiones de la India, Juan Pablo II destacó la importancia de la comunión eclesial y recordó que repudiar a un Obispo por su pertenencia a un determinado grupo, «es siempre una trasgresión de la misma comunión eclesial y es también un escándalo para los creyentes, así como un falso testimonio cristiano a los seguidores de otras religiones». En este contexto, el Papa recordó que «se debe abandonar cualquier antagonismo o conflicto que hiere el Cuerpo de Cristo» impulsando más bien, activa y concretamente el amor hacia todas las personas que brota de la contemplación de Nuestro Señor.

«La fe de la Iglesia en Jesucristo es un don recibido y un don que ha de compartirse», destacó asimismo Juan Pablo II en este día en que se celebra la festividad del Apóstol Tomás, tan venerado en la India. El Papa subrayó una vez más que «compartir la verdad de Jesucristo con los demás es el gran deber de todos los que han recibido el don de la fe» y que «la Iglesia, y en ella todo cristiano, no puede esconder ni conservar para sí esta novedad y riqueza, recibidas de la divina bondad para ser comunicadas a todos los hombres».

«Con pleno respeto de todas las creencias y sensibilidades, ante todo debemos afirmar con sencillez nuestra fe en Cristo, único salvador del hombre; fe recibida como un don que proviene de lo Alto, sin mérito por nuestra parte», señaló el Papa antes de invitar a los Obispos de la India a ser «testigos de la esperanza cristiana», siguiendo el modelo de María Estrella de la Evangelización.

 

PREMIO INTERNACIONAL PABLO VI, AL INVESTIGADOR FRANCÉS PAUL RICOEUR

Este año, el Papa entregó el Premio Internacional Pablo VI, al notable investigador francés Paul Ricoeur, al recibir el sábado al “Instituto Pablo VI” y a los miembros de la Fundación “Centesimus Annus – Pro Pontífice”.

El Santo Padre a última hora de la mañana del sábado recibió en audiencia, en la Sala Clementina del Vaticano, a un grupo de miembros del Instituto Pablo VI, que cada cinco años entrega el “Premio Internacional Pablo VI”. En esta edición ha sido conferido al profesor Paul Ricoeur. En el mismo encuentro recibió a los miembros de la Fundación “Centesimus Annus – Pro Pontífice”.

“El encuentro de hoy, manifestó el Papa, tras saludar a los presentes, coincide con dos importantes efemérides: el cuadragésimo aniversario de la elección al Pontificado del Siervo de Dios Pablo VI y el vigésimo quinto aniversario de su muerte. Pablo VI, advirtió con profundidad las inquietudes y las esperanzas de su tiempo, y se esforzó por comprender las experiencias de sus contemporáneos, iluminándolas con la luz del mensaje cristiano. Este Papa indicó que el manantial de la verdad es Cristo, el único Redentor, fuente de la verdadera alegría y de la auténtica paz. Que el ejemplo de este Pastor de la Iglesia universal, deseó Juan Pablo II, anime y estimule cada vez más a los creyentes a ser testigos de la esperanza al alba del tercer milenio”.

Este prestigioso premio, prosiguió diciendo el Papa, que lleva el nombre de Pablo VI, que viene atribuido cada cinco años a una personalidad que se ha distinguido de manera significativa en el ámbito de la cultura de inspiración religiosa, representa un gran reconocimiento al interés perenne que suscita la personalidad del Papa Montini. Hasta ahora el premio ha recaído en estudiosos del campo de la teología, de la música, del ecumenismo y de la promoción de los derechos humanos. Este año al entregar esta distinción al profesor Paul Ricoeur, Juan Pablo II ha dirigido un cordial y respetuoso saludo al notable investigador francés, agradeciéndole sus palabras.

Este profesor, es conocido también, por su aportación generosa al diálogo ecuménico entre Católicos y Reformados. Su investigación, le ha manifestado el Papa al profesor Ricoeur, evidencia cuán fecunda es la relación entre filosofía y teología, entre fe y cultura: relación que, como he querido recordar en la Encíclica Fides et ratio, debe estar “marcada por la circularidad. Para la teología, el punto de partida y la fuente original debe ser siempre la Palabra de Dios que es la Verdad (cf. Jn 17, 17).

“Me parece oportuna la elección por parte del Instituto Pablo VI honrar un filósofo que además de ser un hombre de fe, está comprometido en la defensa de los valores humanos y cristianos”. El Premio dotado con 100 mil euros irá destinado a la “Fundación John Bost”, obra caritativo asistencial francesa, creada en 1848, que acoge y asiste a un millar de personas con minusvalías físicas y mentales, ancianos, e inadaptados sociales.

Seguidamente el Santo Padre se dirigió a los miembros de la Fundación “Centesimus annus – Pro Pontífice”, reunidos con motivo de su encuentro anual, bajo la presidencia del Conde Lorenzo Rossi di Ontelera a quienes agradeció el sostén concreto que ofrecen a la Santa Sede, y pidió al Señor por cada uno de ellos, por su actividad y por todas sus personas queridas.

Al final de la audiencia les entregó un Mensaje en el que les recuerda que el encuentro que han tenido se desarrolla en el decenio de la institución. Diez años en los que se ha consolidado la Fundación, el desarrollo de las iniciativas de estudio y de formación – les dice el Papa en el Mensaje, entre los que hay que apreciar particularmente el Master en Doctrina Social, promovido en colaboración con la Universidad Pontificia Lateranense.

“Os animo a continuar en vuestro esfuerzo, teniendo presente tres condiciones, les precisa el Papa: la perenne actualidad de la doctrina social de la Iglesia, con los desafíos de los tiempos y con los cambios de los escenarios culturales y sociales; la responsabilidad propia de los laicos cristianos, con la claridad propuesta por el Concilio Vaticano II, y la certeza de saber que solamente los hombres nuevos pueden hacer nuevas todas las cosas. No se puede pedir a la economía, a la política, y a las instituciones sociales aquello que no pueden dar”.

 

EL CARDENAL CORRADO BAFILE CUMPLE 100 AÑOS

Fiesta de cumpleaños con el Papa para el cardenal Corrado Bafile que celebró el viernes en el Vaticano 100 años, conquistando un envidiable primado de longevidad entre los purpurados de la Curia.

El cardenal Corrado Baffile, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos cumplió el viernes 100 años y con esta ocasión Juan Pablo II recibió en la Sala Clementina al purpurado centenario acompañado por sus familiares. En la carta que el Pontífice entregó al cardenal se subrayaba la larga y rica experiencia acumulada en estos 100 años, en los que ha atravesado el umbral del Gran Jubileo del dos mil, adentrándose en el Tercer milenio.

Como destacó Juan Pablo II, desde su ordenación sacerdotal el cardenal Bafile ha estado siembre al servicio de la Santa Sede, desarrollando durante largos periodos encargos delicados e importantes, entre ellos como nuncio apostólico en Alemania en tiempos del beato Juan XXIII y como prefecto del dicasterio para la causa de los Santos con Pablo VI.

 

ÁNGELUS: LA CASTIDAD “CUSTODIA” EL AMOR AUTÉNTICO

En el centenario de la muerte de santa María Goretti, Juan Pablo II reafirmó la actualidad del sacrificio de “la pequeña y dulce mártir de la pureza”. La castidad “custodia” el amor auténtico. Además durante la oración marinada del Ángelus, el Papa invitó a sacar provecho del reposo estivo para crecer espiritualmente, y a no “quemar” las vacaciones sólo en la diversión y en la disipación. En este mismo contexto el Santo Padre hizo un llamamiento para que los estados se adhieran a la nueva Convención de la ONU sobre los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias.

Juan Pablo II dedicó el domingo su alocución antes del rezo del Ángelus en la plaza de san Pedro para hablar de la celebración del centenario de la muerte de Santa María Goretti, que terminaba precisamente el domingo, 6 de julio.

Santa María Goretti, “la pequeña y dulce mártir de la pureza”, como la definió el Papa Pío XII, murió asesinada al oponerse a ser violada por un coetáneo suyo al que después la jovencísima mártir perdonó. Su cuerpo mortal reposa en la iglesia de Neptuno, en la diócesis de Albano, y “su bellísima alma -dijo Juan Pablo II- vive en la gloria de Dios”.

¿Qué mensaje puede dar a los jóvenes de hoy con su vida pero sobre todo con su muerte heroica esta muchacha frágil, pero cristianamente madura? Se ha preguntado el Santo Padre dirigiéndose a los fieles presentes en la plaza de san Pedro, numerosos, a pesar del calor sofocante de mediodía.

“Marietta”, como venía llamada familiarmente la santa italiana, recuerda a la juventud del tercer milenio -subrayó el Pontífice- que la verdadera felicidad exige valentía y espíritu de sacrificio, rechaza cualquier compromiso con el mal y recuerda también la disposición personal para pagar, incluso con la muerte, la fidelidad a Dios y a sus mandamientos: “¡Cuánta actualidad tiene este mensaje! Hoy se exalta a menudo el placer, el egoísmo, o hasta incluso la inmoralidad, en nombre de falsos ideales de libertad y de felicidad. Es necesario reafirmar con claridad que la pureza del corazón y del cuerpo tiene que ser defendida, porque la castidad “custodia” el amor auténtico. Que Santa María Goretti ayude a todos los jóvenes a sentir la belleza y el gozo de la bienaventuranza evangélica: “bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios”.

La pureza de corazón, como cualquier otra virtud, prosiguió diciendo el Papa, exige un cotidiano entrenamiento de la voluntad y una constante disciplina interior. Necesita sobre todo el asiduo recurso a Dios en la oración. Las múltiples ocupaciones y los ritmos acelerados de la vida moderna a menudo hacen difícil cultivar esta importante dimensión espiritual.

Y precisamente en referencia a ello, Juan Pablo II afirmó que “si las vacaciones estivales, que empiezan para muchas personas estos días, no vienen “quemadas” en la disipación y en la simple diversión, pueden convertirse en una buena ocasión para volver a dar un respiro a la vida interior.”

El Papa, mientras deseó que saquemos el máximo provecho del reposo estivo para crecer espiritualmente, confió la juventud a la Virgen María. “Que Ella, que sostuvo a María Goretti en la dura prueba del martirio, ayude a todos, especialmente a los adolescentes y a los jóvenes a descubrir el valor y la importancia de la castidad para construir la civilización del amor”.

Después de rezo del Ángelus, el Santo Padre recordó la entrada en vigor estos días de la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de los trabajadores y de sus familiares, adoptada por la ONU en 1990. Una Convención que tiene en cuenta la familia de los emigrantes: “Este instrumento legislativo marca un importante paso hacia adelante, porque considera al emigrante una persona unida a su familia. Expreso mi más viva satisfacción por este resultado jurídico. Deseo que una vasta adhesión de los estados refuerce su eficacia, para que con la adopción de parecidas disposiciones y la constante colaboración internacional, el complejo fenómeno de las emigraciones pueda desarrollarse en la legalidad y en el respecto de las personas y de las familias”.

El Santo Padre saludó también a todos los peregrinos francófonos representantes de 161 organizaciones de Caritas Internacional que empiezan mañana en Roma la XVIIª Asamblea general sobre el tema: “Mundializar la solidaridad”. “Que el espíritu os asista y os inspire -les deseó el Papa- para que así podáis ayudar a toda la Iglesia a vivir la caridad y a poner en práctica una verdadera igualdad con los más pobres”.

 

JULIO: INTENCIÓN GENERAL PARA EL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

El pasado 14 de junio, en su discurso a los miembros de la Pontificia Obra de la Infancia Misionera, Juan Pablo II recordaba la importancia de la oración, en primer lugar, también a los «pequeños misioneros», cuyo lema es «los niños ayudan a los niños». Y, tras recordar asimismo la necesidad de ayuda concreta, el Papa ponía de relieve que a pesar de los grandes y profundos cambios que se han producido en la humanidad, desde mediados del siglo XIX hasta hoy, y de que en el «denominado ‘norte del mundo’, las condiciones de vida de la infancia han mejorado, sin embargo, el desarrollo económico y social no coincide con el desarrollo humano en su sentido pleno». Aún más, «se ha producido una pérdida de valores, cuyo precio más alto es pagado precisamente por los más pequeños, sin olvidar que también en las naciones desarrolladas perduran zonas de gran pobreza». Luego, el Santo Padre daba su voz al grito de millones de niños que en los países pobres padecen por el hambre:«En el ‘sur’ del planeta, el grito de millones de niños, condenados a morir por el hambre y las enfermedades ligadas a la pobreza, se ha vuelto más desgarrador y nos interpela a todos».

El Consejo Pontificio «Cor Unum», reflexionando sobre la exhortación del Papa para este mes de julio, evoca lo que afirmaba el mismo Santo Padre en su Mensaje a la trigésimo primera sesión de la Conferencia de la FAO, el 3 de noviembre de 2001. En esa oportunidad, al poner de relieve los grandes debates planteados tras los trágicos sucesos del 11 de septiembre sobre la justicia y la urgencia de remediar las injusticias, Juan Pablo II hacía hincapié en que «la más impresionante de estas injusticias es el hambre que padecen millones de personas, con las inevitables repercusiones en el problema de la paz entre las naciones».

En el mismo Mensaje, al igual que en otras incontables circunstancias - poniendo de relieve el problema de la erradicación del hambre y la urgencia de iniciativas adecuadas - el Papa señalaba su deseo de alentar de manera particular, «la decisión de las naciones más ricas de dedicar una parte de su producto interno bruto al desarrollo de los países más pobres y de hacer todos los esfuerzos posibles por reducir el gravamen de su deuda externa».

El Dicasterio Pontificio para la promoción humana y cristiana creado, el 15 de julio de 1971, por el Papa Pablo VI - «movido por el oficio de caridad para animar la familia humana universal por las sendas de la recíproca y sincera solidaridad» - recuerda que Juan Pablo II, al saludar a comienzos de 2002 al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede con motivo del Año Nuevo, exhortó a los embajadores a que hicieran partícipes a sus Gobiernos respectivos, de sus reflexiones y preocupaciones invitándoles a «abrir el corazón y la inteligencia a los grandes desafíos que nos esperan:

  • la defensa del carácter sagrado de la vida humana en toda circunstancia, en particular ante las manipulaciones genéticas;
  • la promoción de la familia, célula fundamental de la sociedad;
  • la eliminación de la pobreza, mediante esfuerzos constantes a favor del desarrollo, de la reducción de la deuda y de la apertura del comercio internacional;
  • el respeto de los derechos humanos en todas las situaciones, con especial atención a las categorías de personas más vulnerables, como los niños, las mujeres y los prófugos;
  • el desarme, la reducción de las ventas de armas a los países pobres y la consolidación de la paz, terminados los conflictos;
  • la lucha contra las grandes enfermedades y el acceso de los menos pudientes a la asistencia sanitaria y a los medicamentos básicos;
  • la salvaguardia del entorno natural y la prevención de las catástrofes naturales;
  • y la aplicación rigurosa del derecho y de las convenciones internacionales».

El Santo Padre, tras manifestar que es bien consciente de la existencia de otras exigencias apremiantes, concluía su Mensaje señalando que, si al menos «estas prioridades estuvieran en el centro de las preocupaciones de los responsables políticos, si los hombres de buena voluntad las tradujeran en compromisos diarios, si los creyentes las incluyeran en sus enseñanzas, el mundo sería radicalmente diferente».

 

HOMENAJE A MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES QUE CONSUMEN VIDAS EN EL CAMPO

El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas rindió homenaje a los millones de hombres y mujeres que consumen sus vidas en el campo proveyendo a la humanidad con los frutos de su trabajo.

El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas rindió homenaje a los millones de hombres y mujeres que consumen sus vidas en el campo proveyendo a la humanidad con los frutos de su trabajo. El arzobispo Celestino Migliore, en su intervención este semana, ante el Consejo económico y social de la ONU en Ginebra insistió, sobre todo, en la necesidad de aplicar el principio de la responsabilidad colectiva para erradicar la pobreza de las áreas rurales del planeta. En particular el prelado manifestó el compromiso de velar por aquellos cuya existencia y dignidad humana están amenazadas por la pobreza rural.

Mons. Celestino Miglore subrayó de forma especial la necesidad de establecer una sólida alianza para el desarrollo que implique a todos los organismos internacionales, gobiernos y sociedad civil. “La misma unidad del género humano –precisó- está amenazada cuando las desigualdades económicas nacionales e internacionales dividen a los miembros de la familia humana en injustificables castas económicas. Ahora, más que nunca la ONU debe avanzar hacia esta alianza que puede contribuir a mantener la paz y la seguridad internacional.

El observador permanente de la Santa Sede enumeró también una serie de estrategias para conseguir esta alianza para el desarrollo, como la potenciación de las tecnologías que permitan el aumento de la producción agrícola respetando el medio ambiente; el reforzamiento de los reglamentos internacionales que promuevan la equidad en el comercio global; la cancelación de la deuda externa que impide el crecimiento de la economía de los países en vías de desarrollo; nuevas inversiones públicas y privadas en el campo de la educación y de la salud; identificar y eliminar las causas más profundas de los conflictos regionales cuyas víctimas son inocentes civiles.

El prelado advirtió que “el mundo de hoy se mantiene sobre una paz muy frágil. Demasiadas personas viven sin esperanza, se enfrentan a promesas incumplidas, y pierden la confianza en la eficacia real de las cumbres regionales e internacionales”. La asistencia económica, constató el prelado, no debe considerarse sólo como una ayuda humanitaria, sino como una estrategia social dirigida a mejorar las condiciones de los individuos que conforman la fuerza de trabajo de las áreas rurales del planeta.

 

‘PALABRAS QUE CUENTAN’: DISCURSOS DE REPRESENTANTES DE SANTA SEDE REUNIDOS EN UN LIBRO

Treinta años de la «política de servicio» que la Santa Sede pone a disposición de las organizaciones internacionales. Es el contenido de «Words that Matter» (Palabras que cuentan), un volumen presentado el pasado lunes en la sala de prensa de la Santa Sede. El libro, de cuya edición se ha encargado el arzobispo André Dupuy -nuncio apostólico en Venezuela-, recoge los discursos pronunciados por los representantes de la Santa Sede ante las organizaciones internacionales y durante conferencias y reuniones internacionales entre 1970 y 2000.

El arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados, en la presentación del libro dijo que esperaba “que estudiosos, diplomáticos y responsables de la sociedad se inspiren en este rico “corpus” en la búsqueda de soluciones razonables, pacíficas, equitativas e imparciales, capaces de promover la solución de los conflictos y de excluir la fuerza de la vida internacional». Monseñor Tauran expresó igualmente su deseo de que el volumen «pueda hacer comprender mejor el motivo fundamental de la presencia de la Santa Sede en la comunidad de las Naciones: ¡ser la voz que la conciencia humana espera!»

Por su parte, el arzobispo Renato Martino, durante muchos años observador de la Santa Sede ante la ONU y actualmente presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, señaló que en sus casi 800 páginas, «Words that Matter» afronta temas que van «del derecho a la libertad religiosa al del desarrollo social, del derecho a la paz al derecho a la vida, de los derechos de las mujeres y de los niños a los derechos de los refugiados».

Refiriéndose al título de la obra, monseñor Martino advirtió que no encierra vanagloria, «sino sólo la humilde conciencia de estar siempre al servicio del hombre, iluminando las circunstancias históricas con la luz sobrenatural, según la específica competencia religiosa y moral propia de toda actividad eclesial».

Por su parte, el autor del compendio, el arzobispo Dupuy precisó que se trata de «un instrumento de trabajo destinado a los expertos en Derecho Internacional, un texto de consulta para los diplomáticos y para quienes deseen conocer mejor la posición de la Santa Sede sobre determinadas cuestiones internacionales".

En total, el libro reúne 1.310 documentos. «Los discursos pronunciados por el Santo Padre en el contexto de la diplomacia bilateral y multilateral se recopilarán en otra publicación», anunció el prelado. En el CD que acompaña la publicación se recoge el texto completo de la mayoría de los discursos citados en las fuentes, ya que de algunos de ellos sólo existe un resumen.

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

DIÓCESIS DE PLASENCIA (ESPAÑA)
El Santo Padre ha nombrado obispo de la diócesis a Mons. Amadeo RODRÍGUEZ MAGRO, hasta ahora vicario general de la archidiócesis de Mérida-Badajoz.

Mons. Amadeo RODRÍGUEZ MAGRO nació en San Jorge de Alor, provincia y diócesis de Badajoz, el 12 de marzo 1946. Realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Badajoz. Recibió la ordenación sacerdotal el 14 de junio de 1970. En 1986 obtuvo la licenciatura en Ciencias de la Educación (Catequesis) en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma.

Ha desempeñado los cargos de vicario parroquial (1970-1974), formador y profesor en el seminario (1974-1977), párroco (1977-1983), director del Secretariado Diocesano para la Catequesis (1986-1997), Vicario Episcopal para la Evangelización (1986-1996), Secretario General del Sínodo Diocesano de Plasencia (1988-1992), Secretario de la Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz (1994), Canónigo de la Catedral y Vicario General (1996-2003), Decano del Cabildo de la Catedral (2002-2003). Además ha sido profesor de religión en un Instituto, profesor en el Centro Superior de Estudios Teológicos de Badajoz y profesor asociado de doctrina católica y de su pedagogía en la Facultad de Magisterio de la Universidad de Extremadura.

DIÓCESIS DE TIVOLI (ITALIA)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons.Pietro GARLATO, en conformidad al canon 401 §1 del Código de Derecho Canónico. El Pontífice ha nombrado en su lugar a Mons. Giovanni Paolo BENOTTO, del clero de la archidiócesis di Pisa, vicario generale de la misma archidiócesis.

ARCHIDIÓCESIS DE PADERBORN (REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA)
El Papa ha nombrado arzobispo metropolitano a Mons. Hans-Josef BECKER, hasta ahora obispo titular de Vina y auxiliar de la misma archidiócesis.

DIÓCESIS DE ENCARNACIÓN (PARAGUAY)
El Santo padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons. Jorge Adolfo Carlos LIVIERES BANKS, en conformidad al canon 401, § 2 del Código de Derecho Canónico.

DIÓCESIS DE GUARAPUAVA (BRASIL)
Juan Pablo II ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons. Giovanni ZERBINI, S.D.B., en conformidad al canon 401 §1 del Código de Derecho Canónico. Le sucede Mons. Antônio WAGNER DA SILVA, hasta ahora obispo coadjutor de la misma diócesis.

ARCHIDIÓCESIS DE BOSTON (ESTADOS UNIDOS)
Juan Pablo II ha nombrado arzobispo metropolitano a Mons. Sean P. O’MALLEY, O.F.M.Cap., hasta ahora obispo de Palm Beach.

DIÓCESIS DE PALM BEACH (ESTADOS UNIDOS)
El Papa ha nombrado obispo de Palm Beach a Mons. Gerald M. BARBARITO, hasta ahora obispo de Ogdensburg.

DIÓCESIS DE ORLANDO (ESTADOS UNIDOS)
El Santo Padre ha nombrado obispo coadjutor de Orlando a Mons. Thomas Gerard WENSKI, hasta el momento obispo titular de Kearney y auxiliar de Miami.

DIÓCESIS DE MACAO (CHINA)
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons. Domingos LAM KA TSEUNG, en conformidad con el canon 401§1 del Código de Derecho Canónico. Le sucede Mons. José LAI HUNG-SENG, obispo coadjutor de la misma diócesis.

DIÓCESIS DE MANOKWARI-SORONG (INDONESIA)
El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons. Xavier SUDARTANA HADISUMARTA, O. Camn, en conformidad al canon 401§2 de Código de Derecho Canónico. El Papa ha nombrado en su lugar al sacerdote Datus HILARION LEGA, del clero de Ruteng (Flores), director de Caritas Indonesia.

PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE PALEMBANG (INDONESIA)
El Pontífice ha creado la nueva provincia eclesiástica de Palembang, dividiéndola de la provincia eclesiástica indonesia de Medan. La nueva provincia eclesiástica comprenderá las diócesis sufragáneas de Pangkal-Pinang y Tanjungkarang. Juan Pablo II ha nombrado primer arzobispo metropolitano de Palembang, a Mons. Aloysius SUDARSO, S.C.I., hasta ahora obispo de la misma diócesis.

DIÓCESIS DE KIMBE (PAPUA NUEVA GUINEA)
El Santo Padre ha erigido la diócesis de Kimbe, con territorio desmembrado de la Archidiócesis de Rabaul, haciéndola sufragánea de la misma Iglesia Metropolitana. El Papa ha nombrado primer obispo de de Kimbe a Mons. Alphonse CHAUPA, hasta ahora obispo titular de Torre de Tamalleno y auxiliar de Rabaul.

Datos estadísticos de la diócesis de Kimbe
La nueva diócesis de Kimbe (nom. lat. Kimben /sis/) comprenderá dos distritos civiles de la Provincia de "West New Britain" y permanecerá sufragánea de la misma sede metropolitana de Rabaul.

A continuación los datos estadísticos relativos tanto a la archidiócesis madre como a la recién erigida diócesis de Kimbe:

 
Rabaul antes de la división
Kimbe
Rabaul tras la división
Superficie
40.500 km2
15.500 km2
25.000 km2
Población
440.000
260.000
180.000
Parroquias
43
25
18
Católicos
235.000
125.000
110.000
Sacerdotes diocesanos
31
16
15
Sacerdotes religiosos
40
31
9
Hermanos religiosos
24
24
 
Religiosas
134
115
19
Seminaristas mayores
32
17
12
Catequistas
197
113
84

El obispo residirá en la misma ciudad de Kimbe, donde hay una Iglesia dedicada a "Maria Ayuda de los Cristianos" que se convertirá en Catedral.

NUNCIO APOSTÓLICO EN MOZAMBIQUE
Juan Pablo II ha nombrado nuncio apostólico en Mozambique a Mons. George PANIKULAM, arzobispo titular de Arpaia, hasta ahora nuncio apostólico en Honduras.

CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA
El Papa ha nombrado consultor de la sección de Institutos Seculares de la Congregación a Mons. Juan José DORRONSORO ALLO, del clero de la diócesis de San Sebastián (ESPAÑA), canónigo de la Patriarcal Basílica Liberiana de Santa Maria la Mayor de Roma.

COMISIÓN PONTIFICIA PARA LOS BIENES CULTURALES
El Santo Padre ha nombrado consultor de la Comisión Pontificia a Mons. Arnaldo FRACCAROLI, del Clero del la archidiócesis de Bolonia (ITALIA).

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO (B): 6 de julio de 2003
«Cuando soy débil, entonces soy fuerte»

Se resistían a creer los habitantes de Nazaret. Sus mismos paisanos desconfiaron de Jesús. La conocían desde niño; le habían visto crecer entre los otros muchachos del pueblo. La mayoría de cuantos ahora le oían en la Sinagoga, como maestro y profeta, le habían tratado personalmente. No se lo podían explicar. “La multitud que le oía, se preguntaba asombrada: ¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María?...”Padecieron escándalo en Jesucristo los que deberían haber creído los primeros. Tropezaron con la piedra. Pera ellos la dificultad estaba en compaginar aquella sabiduría y poder de Dios, que se manifestaban en Jesús, con la sencillez, la rudeza y la incultura de un carpintero de pueblo. No lo podían imaginar. No contaban con esa ley, que preside desde el comienzo la obra de la salvación. Desde que el Señor puso en marcha su obra salvadora, siempre el mismo principio: "La fuerza se realiza en la debilidad". San Pablo nos lo recuerda hoy en la segunda lectura.

La aceptación del Misterio de Dios en Cristo Jesús, amados hermanos, es asunto de fe; no de experiencia sensible, ni fruto de razonamientos a lo humano. Aquí, para movernos sin tropiezo, no podemos acudir a los criterios de los hombres; es necesario aceptar la Palabra de Dios sin condiciones. Jesús tropezó con la incredulidad en todas sus formas. Los fariseos, lo mismo que los herodianos, se le opusieron. Cuantos confiaban en el poder, el dinero, la política; los que estaban materializados y se arrimaban al sol que más calienta, despreciaron a Jesús. Tampoco lo aceptó la religiosidad de los fariseos. Los piadosos de su tiempo, que daban importancia a los propios méritos y esfuerzo frente a la gracia de Dios y a la misericordia para con los pecadores, se opusieron a su predicación. Unos y otros se confabularon, al fin, para llevar a Jesús hasta la cruz.

Las gentes del pueblo, en principio, se entusiasmaron con la predicación de Jesús. Surgió la ilusión de todos, pensando que habían encontrado un libertador. Mas, cuando el Maestro empezó a insistir en aquello de la pobreza, la humildad, la abnegación, el desprendimiento, se fueron echando atrás. Los mismos discípulos tuvieron sus dificultades. “De Nazaret ¿puede salir algo bueno?” (Jn 1, 46). Se escandalizaron en él. Simón Pedro, que, iluminado por el Padre, hizo su hermosa confesión: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16), se resistía a admitir un Mesías que hubiera de morir crucificado. No aceptaba que, del fracaso y la ruina ante sus enemigos, hubiera de salir la salvación. No lo entendía. Hubo de transcurrir tiempo. Sólo con la muerte y la resurrección de Jesucristo, empezó Pedro a ver claro. Fue entonces cuando aceptó la realidad: "Jesús es Señor".

¿Y nosotros, hermanos? ¿Aceptamos el Misterio de Dios en Jesucristo, el profeta de Nazaret, el carpintero?... Yo diría que nosotros lo aceptamos a medias. Sí, en principio no tenemos dificultad en confesar que Jesucristo es el Señor, el Hijo de Dios. Mantenemos que fue crucificado, muerto y sepultado; que descendió a los infiernos, resucitó de entre los muertos y subió al cielo, donde está sentado a la derecha de Dios. Incluso admitimos esa ley de que "la fuerza se manifiesta en la debilidad” en cuanto se refiere a la persona de Jesús, pero no la aceptamos, al menos claramente, en lo que se refiere a nosotros mismos.

La fe nos ha hecho dar un primer paso. Mas debemos tener en cuenta que no se trata sólo de empezar, sino de recorrer todo el camino en unión con Jesucristo. Se trata de aceptarlo en nuestra propia vida, de manera constante y hasta el fin. Aceptando que Jesús alcanzó la salvación para todos con su entrega a la muerte, acaso no entendemos cómo una Iglesia perseguida, pobre, desasida de todo poder, de toda fuerza, de todo valor de este mundo, puede triunfar con Jesucristo y llevar adelante su obra de salvación.

El ejemplo de San Pablo a este respecto es sumamente aleccionador. El aceptó a Jesús cuando éste se le mostró en el camino. El mérito de San Pablo está en que aceptó este destino y esta ley. Lo aceptó en Jesucristo. También en su propia vida. Vivió su experiencia generosamente. "Por eso vivo contento en mis debilidades. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte".

 

“JUAN PABLO II PADRE DE EUROPA, MAGISTERIO EUROPEÍSTA DEL OBISPO DE ROMA”

“Juan Pablo II Padre de Europa, el magisterio europeísta del Obispo de Roma” es el título de la manifestación-evento organizada por el Instituto de Cultura Italiano en Estrasburgo, y que tuvo lugar en miércoles, en el día de la inauguración del semestre italiano de presidencia europea. Gianfranco Fini, Lamberto Dini y Marco Follini, los tres representantes italianos del gobierno, del senado y de la cámara de diputados, respectivamente, en la Convención Europea participaron en esta iniciativa que quiere ser un homenaje a Karol Woitila en el 25 aniversario de su pontificado.

Un pontificado que es la demostración viviente de que el Cristianismo hoy en Europa es mucho más que una raíz. Es una planta robusta y vigorosa, un tronco vital y resistente sobre el que “ha arraigado y se ha relanzado la idea de una Europa con dos pulmones la del Este y la del Oeste, que hace 25 años parecía una utopía”.

Tomó parte en esta manifestación, una más de las organizadas por los institutos de cultura italianos en honor del Santo Padre por ser un “embajador especial en el mundo de la lengua italiana”, el alcalde de Estrasburgo, Fabienne Keller. Participó también en la ceremonia el arzobispo de Milán, cardenal Dionigi Tettamanzi y el arzobispo de Estrasburgo Mons. Joseph Doré, que hablando de la constante preocupación de Juan Pablo II por las raíces cristianas del viejo continente había afirmado previamente “que la celebración es una manera de dar también la bienvenida a la Exhortación Apostólica “Ecclesia in Europa” promulgada el pasado sábado por el mismo pontífice en la basílica de san Pedro.

El cardenal Tettamanzi durante su intervención del jueves en esta Mesa Redonda aludió a las numerosas ocasiones en las que el Santo Padre ha llamado al redescubrimiento de las raíces cristianas de Europa. “Ahora esta indicación –añadió el purpurado- se hace más urgente que nunca frente a dos fenómenos actuales como la tendencia a rebajar el ideal de la Europa que hay que construir, reduciendo nuestro continente al simple horizonte económico y las repetidas iniciativas para dar a Europa una imagen que excluya la herencia religiosa, y en particular, su profunda alma cristiana”.

“Todos estamos llamados a construir una Europa nueva, que respete los derechos de los hombres y de los pueblos, en nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, con el sello de la solidaridad, del amor y de la paz. Y para que esto se consiga, es más necesario que nunca superar cualquier división y abatir el muro que a menudo se alza en los corazones y los atraviesa. Es urgente e indispensable acoger la palabra de Juan Pablo II que nos pide que construyamos una Europa con los ladrillos de las conciencias de los hombres, cocidos en el fuego del Evangelio y unidos por el vínculo de un amor social solidario, fruto del amor de Dios”.

Robert Shuman decía que los constructores de Europa Unida, como los arquitectos medievales, deben siempre mirar hacia lo alto, una advertencia que tiene hoy gran actualidad. Por ello en recuerdo de la manifestación se hizo donación al Museo de la catedral de Estrasburgo de una placa con la incripción: “En el 25 aniversario del Pontificado de Juan Pablo II, arquitecto de Europa”.

 

ROMA: CONFERENCIA REGIONAL DE CARITAS DE EUROPA

El jueves y el viernes tuvo lugar en Roma la Conferencia regional de Caritas de Europa, que precede la Asamblea general de Caritas Internacional organizada para la próxima siguiente, también en la capital italiana. Con el lema de san Agustín, «se reza por los milagros y se trabaja por los resultados», estas dos citas se proponen analizar el trabajo cumplido hasta el momento y establecer un plan para los próximos años.

En la Conferencia Regional de Caritas de Europa se analizan temas de política social, ayuda al sur del mundo, cooperación europea y, en especial, los problemas de la inmigración. Y, a partir del lunes, más de 400 delegados de 154 países, entre los que se destacan Irak, Rusia, Argentina y Congo, celebrarán la Asamblea General de Caritas Internacional. Cita ésta que se renueva cada cuatro años con el fin de establecer el plan de trabajo de la Confederación que reúne a los organismos de solidaridad de la Iglesia católica en todo el mundo. Los participantes en esta reunión mundial, que finalizará el sábado 12 de julio, se proponen «globalizar la solidaridad».

 

BREVES

Ana Isabel Sánchez Torralba, de 22 años, voluntaria en su primera misión en el extranjero, murió en Guinea ecuatorial durante un control de policía. La joven pertenecía al Camino Neocatecumenal de Ocaña, su pueblo natal, y formaba parte del Voluntariado Misionero Calasancio. Había iniciado su viaje el domingo, 29 de junio, desde Madrid con destino a Bata, la capital de Guinea Ecuatorial junto con otras dos voluntarias. Una de ellas debía permanecer en Bata y la fallecida junto con otra compañera irían a Akonibe, para trabajar en la alfabetización de niños y mujeres en una misión de las religiosas escolapias.

En la tarde del pasado martes 1 de julio, las dos jóvenes tomaron un autobús de línea para llegar a su destino, pero - según las informaciones que han llegado de Guinea - en un puesto de bloqueo antes de llegar a Mongomo, surgió una discusión entre el conductor del autobús y la policía. Uno de los policías disparó después contra el autobús hiriendo a algunas personas entre las cuales se encontraba Ana Isabel, que después de ser sometida a una intervención quirúrgica falleció. Ana estaba muy comprometida desde hace años en la lucha contra la pobreza y las desigualdades sociales: empeñada en diversos centros sociales españoles, con drogodependientes, con pobres y disminuidos psíquicos. Según el testimonio de quien la conocía, este primer viaje al extranjero no habría sido el último pues uno de sus deseos era reforzar la presencia de la Iglesia en los países de misión.

El Presidente de la Comisión episcopal para el matrimonio y la familia de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, Mons. Hine, expresó su perplejidad ante la propuesta del gobierno inglés de dar un reconocimiento legal a las parejas homosexuales. Insistiendo en que “el matrimonio, que es una comunión de vida entre un hombre y una mujer, es la piedra angular de la familia y de la sociedad; y que por ello goza de un estatuto diverso y especial con respecto a cualquier otra relación humana”, ha pedido que venga así reconocido en el ordenamiento jurídico del país.

La propuesta fue presentada a finales de junio por el Ministerio para la igualdad de oportunidades. Mons. Hine afirma que no se sabe por qué el gobierno ha centrado su atención en la parejas del mismo sexo “cuando existen otras relaciones de larga duración de naturaleza no sexual que tienen la misma problemática y que merecerían la misma atención”. Por último el Obispo inglés recordó que la posición de la Iglesia en este campo es clara y ha anunciado que por parte de la Conferencia Episcopal se ha creado un grupo especial de trabajo para responder formalmente a esta cuestión.

“Llevar a los fieles de Centro Europa hacia una mayor comprensión recíproca, a la reconciliación y a la unidad cristiana”. Con este deseo concluyo el domingo en la Basílica de Velehrad, en la República Checa, la primera peregrinación nacional organizada en el marco de la Jornada de los católicos de Centro Europa.

El encuentro que coincidió con la fiesta nacional Checa, en que se conmemoran los Santos Cirilo y Metodio, concluyó con una celebración eucarística en la que han participado numerosos obispos provenientes de los ocho países implicados en la celebración, entre los que se encontraba el Cardenal de Viena, el dominico Christoph Schönborn.

La ocasión ha servido también para realizar un encuentro entre los ministros de exteriores de los ocho países centroeuropeos. Paralelamente se han organizado conciertos y manifestaciones culturales. Se ha dado gran atención a los peregrinos minusválidos . Los actos se concluirán el 22 y 23 del mes de mayo del año próximo en que se celebrará una peregrinación transnacional al santuario austriaco de Mariazell.

 

HEMOS LEÍDO PARA USTEDES

La secularización: un desafío
Luis GONZÁLEZ-CARVAJAL, Cristianismo y secularización, Sal Terrae, Santander 2003, 163 pág.

González-Carvajal nos muestra una vez más su preocupación, insistente, por situarnos con realismo en la sociedad en que vivimos. Y este texto que acaba de publicar SAL TERRAE, es un compendio claro de sus reflexiones ante el fenómeno creciente de la secularización, en el cual debe el cristiano vivir su fe, hacer verdad que su estilo de vida está enraizado en el evangelio.

Para muchos de los lectores, aun los introducidos en el ambiente de la reflexión teológica o sociológica, la palabra "secularización" tiene connotaciones difusas. Para quienes no están habituados a estos temas, puede resultar un vocablo, simplemente, culto. Y sin embargo, unos y otros, desde nuestra condición de creyentes, hemos de vivir inmersos en esta realidad. Por ello, como buen sociólogo y moralista, González-Carvajal intenta, desde un comienzo, esclarecer conceptos, antes de entrar en las consecuencias de su inserción en el mundo de hoy.

De una manera didáctica, como es habitual en él, seguramente como consecuencia de su formación científica, da a conocer los aspectos que va a estudiar en su libro: la secularización como sinónimo de eclipse de lo sagrado; la secularización como sinónimo de autonomía de lo profano; la secularización como sinónimo de privatización de la religión; secularización como sinónimo de retroceso de las creencias y prácticas religiosas y secularización como mundanización de las Iglesias mismas.

Las ya lejanas consideraciones del Honest to God , o de Harvey Cox parecen ya lejanas. Sin embargo, hoy se vive quizás en plenitud lo que entonces parecían importantes inicios de unas trayectorias que no sabíamos a dónde nos iban a llevar, El paso del tiempo ha hecho que lo que entonces parecían elucubraciones de una "teología sin Dios" pasara a ser un hecho constatable en nuestra sociedad, y que se extendía de manera casi imparable en todos los ámbitos. No era una "muerte de Dios" polémica, como en siglos pasados, sino un replanteamiento de la vida que huía de los lugares sagrados. Una civilización que se vanagloria de sus grandes logros de la informática en todos los ámbitos, "pasa de Dios". Lo "sobrenatural", tan importante en las concepciones de toda índole en épocas anteriores, y se respetaban aquellas huellas que los pueblos iban conservando en la vida a través de fiestas, jornadas, tiempos del año, ya no son excepciones ni momentos de contacto con el Ser Supremo. El mundo de lo práctico se lo lleva todo por delante,

A partir de esta nueva concepción de la vida y de la historia, González-Carvajal va descubriendo los hiatos que se han ido creando en lo cotidiano personal o en los grandes momentos colectivos. Ya no hay que acudir a lo sobrenatural (llámese Dios o intervención divina) para que la vida tenga sentido. Aquella incógnita que adivinada Ortega en horizonte, antes de la cual todo se explicaba y detrás de la que nada parecía tener explicación, ha desaparecido. Y el creyente ha de afirmarse en estos ambientes donde la vida cristiana, no solamente tiene respuestas, sino que es, en realidad, la respuesta.

Excelente libro, muy apto para una revisión de posturas personales de los creyentes, y una llamada a consagrase a vivir la vida sin huir de ella, con el impulso que da una profunda vivencia del evangelio.