AUDIENCIA GENERAL: “ALABANZA A DIOS E INVOCACIÓN DE AYUDA”
JAPÓN PERMANECE COMO «TESTIMONIO VIVO DE LOS DRAMAS DEL SIGLO XX»
VISITA DE DELEGACIÓN ORTODOXA Y AUTORIDADES CIVILES DE BULGARIA

300 ANIVERSARIO DE LA CONGREGACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
SÉPTIMO CENTENARIO DE LA MUERTE DE SAN IVO

ÁNGELUS: IMPORTANCIA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN
DE UN «MUNDO PACÍFICO»

TELEGRAMA DE PÉSAME POR LAS VÍCTIMAS DEL ACCIDENTE AÉREO EN TURQUÍA
LOS MEDIOS DE COMUNICACION SOCIAL AL SERVICIO DE LA AUTENTICA PAZ
A LA LUZ DE LA “PACEM IN TERRIS

ENCOMENDAR A MARÍA LAS NECESIDADES DE LA IGLESIA Y DEL MUNDO
«SED UNA BENDICIÓN»: CONGRESO ECUMÉNICO DE LAS IGLESIAS ALEMANAS
TELEGRAMA DE PÉSAME POR LA MUERTE DEL CARDENAL COLASUONO

«FAMILIA, CAMINO DE LA IGLESIA Y EL PUEBLO»: LEMA DEL VIAJE A CROACIA
SORPRESA POR AUSENCIA DE MENCIÓN EXPLÍCITA AL CRISTIANISMO EN EL BORRADOR
DEL PREÁMBULO DE LA CONVENCIÓN EUROPEA

CONSTITUCIÓN EUROPEA Y REFERENCIA AL PATRIMONIO CRISTIANO
GRAN NECESIDAD DE CAMBIO Y CONVERSIÓN PARA ALCANZAR PAZ EN EL MUNDO

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

MEJORAS EN EL PROYECTO DE FUTURA CONSTITUCIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA
CEE: CONDENA DEL NUEVO ATENTADO TERRORISTA EN ESPAÑA
"POR UNA CULTURA DE PAZ": 37 JORNADA MUNDIAL COMUNICACIONES SOCIALES
AUSTRIA: IGLESIAS ABIERTAS TODA LA NOCHE
160 ANIVERSARIO DE LA PONTIFICIA OBRA DE LA SANTA INFANCIA
HEMOS LEÍDO PARA USTEDES

SEMANA DEL 26 DE MAYO AL 1 DE JUNIO

 

AUDIENCIA GENERAL: “ALABANZA A DIOS E INVOCACIÓN DE AYUDA”

El Santo Padre, en su catequesis, durante la audiencia general del miércoles, reflexionó sobre el Salmo 107: “Alabanza a Dios e invocación de ayuda”. “Solamente de Dios puede llegar la ayuda decisiva y no de las alianzas militares externas, es decir de la fuerza de las armas. Y sólo con Él se obtendrá la libertad y se harán “cosas grandes”. Así lo manifestó el Papa ante miles de fieles presentes en la plaza de san Pedro.

Este miércoles el Santo Padre, en su catequesis durante la audiencia general, reflexionó sobre el Salmo 107, “”Alabanza a Dios e invocación de ayuda”. “El Salmo que ahora se nos ha propuesto, recordó Juan Pablo II, ante miles de fieles congregados en la plaza de san Pedro, forma parte de la secuencia de los Salmos de la Liturgia de los Laudes, motivo de nuestras catequesis. A primera vista sorprende. Su composición es consecuencia de la fusión de dos fragmentos de salmos preexistentes, uno tomado del Salmo 56 y otro del Salmo 59. El primer fragmento es de tonalidad hímnica, el segundo con matiz de súplica, pero con un oráculo divino que ofrece al orante serenidad y confianza”.

“El Salmo 107, comienza pues, con un himno alegre de alabanza. Es un canto matutino acompañado de arpa y de cítara. El mensaje, manifestó Juan Pablo II, es límpido y tiene en su centro la “bondad” y la “verdad” divina: en hebreo, hésed y “emet”, son los términos típicos para definir la fidelidad amorosa del Señor respecto a la alianza con su pueblo. Sobre la base de esta fidelidad, el pueblo está seguro que jamás será abandonado por Dios en el abismo de la nada y de la desesperación”. Asimismo el Papa, recordó, que la relectura cristiana interpreta este salmo de manera particularmente sugestiva.

La segunda parte del Salmo 107, citación parcial del Salmo 59, como se ha dicho, el Pontífice manifestó, que en la angustia de Israel, que siente a Dios como ausente y distante, se eleva la voz del oráculo del Señor que resuena en el templo. Con esta revelación Dios se presenta como árbitro y señor de toda tierra santa, desde la ciudad de Siquem al valle de Sukkot, de las regiones orientales de Galaad y Manases a las del centro meridional de Efraín y Judá, para alcanzar también los territorios vasallos, pero extranjeros de Moab, Edom y de Filistea. Con imágenes de color de corte militar o de impronta jurídica se proclama el señorío divino sobre la tierra prometida. El Señor reina, no hay que temer.

Esta fe enciende la llama de la esperanza. De todas maneras, manifestó el Papa, Dios indicará una vía de salida, es decir una “ciudad fortificada” colocada en la región de Idumea. Esto significa que, a pesar de la prueba y el silencio, Dios volverá a revelarse, a sostener y guiar a su pueblo. Solamente de Él puede llegar la ayuda decisiva y no de las alianzas militares externas, es decir de la fuerza de las armas. Y sólo con Él se obtendrá la libertad y se harán “cosas grandes”.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL

Queridos hermanos y hermanas:

El Salmo de hoy presenta una característica sorprendente: la fusión de dos fragmentos preexistentes que muestran como ya en el Antiguo Testamento se actualizaba la Palabra de Dios revelada. En el nuevo Salmo resultante se unen la esperanza y opresión para sembrar confianza, también en los tiempos de prueba. Por la fidelidad amorosa del Señor, el pueblo está seguro de no ser abandonado jamás por Dios.

En la segunda parte del Salmo, en medio de la angustia de Israel, se alza la voz del Señor que resuena en el templo. Dios se presenta como Señor de toda la tierra. Si Él reina, nada hay que temer. Incluso en los momentos de tinieblas hay siempre un proyecto superior que rige la historia.

Saludo cordialmente a los peregrinos de España y América Latina, especialmente a los seminaristas del Seminario Menor de Santiago de Compostela, a la Asociación de pensionistas de A Coruña, a la Asociación médica de Ciudad Satélite de Naucalpan, a los peregrinos de Arandas, México, y al grupo de la Academia Militar de Ecuador. ¡No obstante las pruebas y el silencio, mantened siempre viva la llama de la esperanza! Sólo de Dios viene la ayuda decisiva. Solamente con Él, y no con la fuerza de las armas, se obtendrá la libertad. ¡Qué Dios os bendiga!

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Como siempre al final de los saludos en varias lenguas el Papa se dirigió a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. “Se acerca el final de este mes de mayo, y el pensamiento se dirige espontáneamente a María Santísima, Estrella luminosa en nuestro camino cristiano. Refirámonos constantemente a Ella y encontraremos en su maternal intercesión y en su ejemplo resplandeciente de fidelidad a la voluntad de Dios inspiración y sostén en el peregrinar cotidiano hacia la Patria eterna”.

 

JAPÓN PERMANECE COMO «TESTIMONIO VIVO DE LOS DRAMAS DEL SIGLO XX»

La actual situación internacional sigue siendo preocupante, por el resurgir de tensiones y por el recrudecimiento del terrorismo. En su discurso al nuevo embajador del Japón, Juan Pablo II evocó la visión dolorosa de Hiroshima y Nagasaki y exhortó a perseverar en la búsqueda de la paz.

Al recibir el viernes al nuevo embajador del Japón, para la presentación de sus Cartas Credenciales, y destacando el anhelo de esta nación de «servir a la causa de la paz», Juan Pablo II reiteró que «sigue siendo preocupante» «la actual situación internacional, marcada por un resurgir de tensiones en distintos puntos del planeta y por el recrudecimiento de acciones terroristas». En este contexto, el Papa invitó a no dejar que esta situación «debilite la determinación de todos aquellos que están comprometidos en la búsqueda de soluciones pacíficas para resolver los conflictos».

El Papa subrayó nuevamente la importancia de que las naciones puedan manifestar cada vez con mayor claridad su voluntad efectiva de ser parte activa de un proceso común de reducción de las tensiones y de las amenazas de guerra para que se pueda aportar una contribución significativa a la seguridad y a la estabilidad internacionales. También en esta ocasión, Juan Pablo II exhortó a «proseguir los esfuerzos encaminados a la eliminación progresiva, equilibrada y controlada de las armas de destrucción de masas» así como aquellos que se proponen «la no proliferación y el desarme nucleares», con el objetivo de salvaguardar «las condiciones de seguridad de los pueblos y la preservación de toda la creación».

Recordando el deber de la Comunidad internacional de movilizarse permanentemente para que, «en el ámbito mundial así como en el regional, se tomen las medidas apropiadas para prevenir agresiones potenciales», el Santo Padre recomendó nuevamente que «estas medidas nunca deben perjudicar las necesidades fundamentales de las poblaciones civiles, llevándolas algunas veces incluso a la miseria y a la desesperación».

Y tras hacer hincapié en su convicción de que a través de «una voluntad política concertada junto con una reflexión ética iluminada» las naciones pueden ser protagonistas de «una verdadera cultura de la paz, fundada en el respeto de la vida humana y sobre la primacía del derecho en su dimensión de justicia y equidad, y dirigida hacia la construcción paciente de la coexistencia pacífica entre las naciones y hacia la promoción del bien común», el Santo Padre subrayó la riqueza de tradiciones religiosas y filosóficas del Japón.

Tradiciones que «contienen recursos espirituales capaces de estimular de manera eficaz este ardiente anhelo de trabajar en favor de la paz y de la reconciliación entre las comunidades humanas y entre las personas». En su discurso al nuevo embajador japonés, evocando la «visión dolorosa de Hiroshima y Nagasaki», Juan Pablo II recordó que Japón permanece como «testimonio vivo de los dramas del siglo veinte» que invita a todos a enfatizar, con las palabras del Papa Pablo VI, «¡Nunca más la guerra!». Pues la guerra «pone en peligro el futuro mismo de la humanidad». Asimismo, el Pontífice, recordando su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año, reiteró precisamente que la cuestión de la paz no se puede separar de la cuestión de la dignidad humana y de los derechos humanos.

También expresó el Santo Padre su satisfacción por las acciones del Japón en la promoción de los pueblos, recordando la cooperación económica con los países de Asia. Y, en esta perspectiva puso de relieve la reflexión impulsada por este país sobre los problemas del desarrollo y sobre el lugar que le corresponde al hombre en la creación. Con el anhelo de que la Exposición internacional de Aichi, en el 2005, «permita que las numerosas naciones participantes reflexionen serena y concretamente sobre la protección del desarrollo y gestión de los recursos naturales», Juan Pablo II recordó el «deber moral de todos los hombres», según la voluntad del Creador…, de «dejar a las generaciones futuras una tierra habitable».

Tras haber subrayado las buenas relaciones entre la Santa Sede y el Japón, saludando al Emperador, a la familia imperial y a los miembros del gobierno, el Papa extendió sus saludos y aprecio a todo el pueblo japonés, deseando que prosiga los esfuerzos valientes que cumple para edificar una nación más unida y solidaria, atenta a la persona humana, que es el centro de toda sociedad. Unas palabras especiales las dedicó el Santo Padre a los afectados en el reciente terremoto que sacudió este país.

Antes de finalizar su bienvenida, el Pontífice transmitió un saludo también a los obispos y comunidad católica del Japón, dedicando unas palabras a la actividad de la Iglesia en este país. De modo especial a la desarrollada en los campos de la educación y de la acogida de los inmigrantes.

VISITA DE DELEGACIÓN ORTODOXA Y AUTORIDADES CIVILES DE BULGARIA

Juan Pablo II reiteró «el anhelo de que se concrete cuanto antes la unidad plena de los cristianos católicos y ortodoxos», en su audiencia a la Delegación ortodoxa y a las autoridades civiles de Bulgaria.

«Si queremos progresar verdaderamente en el camino de la comunión renovada, tenemos que seguir las huellas de los Santos Cirilo y Metodio, que fueron capaces de ganarse el reconocimiento y la confianza de los Pontífices Romanos, de los Patriarcas de Constantinopla, de los Emperadores bizantinos y de varios Príncipes de los nuevos pueblos eslavos» (Epístola Encíclica Slavorum Apostoli, 7). «Ello indica que la diversidad no siempre genera fricciones».

Lo recordaba el lunes Juan Pablo II en su discurso a la Delegación de la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria, extendiendo su saludo asimismo a las autoridades civiles búlgaras. En este encuentro, en el Vaticano, que «nos llama realmente a la esperanza», «percibimos, con gratitud en el alma, la fuerza eficaz de Aquel, que todo lo puede a pesar de los obstáculos humanos a la libre efusión de su gracia», señaló el Papa, añadiendo luego que «sentimos crecer el anhelo de una comunión más profunda entre nosotros, vislumbrando, con mayor clareza, el camino que hay que recorrer».

«Esperanza cuyo fundamento se refuerza por el hecho de que no es la primera vez que nos encontramos», hizo hincapié el Papa, evocando su histórica visita a Sofía. Cuando el 24 de mayo del año pasado tuvo la alegría de reunirse por primera vez con Su Beatitud Maxim. «Encuentro fraterno que llevaba en sí la fuerza de suscitar otros». En este contexto, Juan Pablo II reiteró que «es como si se hubieran cortado las distancias», pues «conociendo mejor al hermano» se «crea el marco justo en el cual desarrollar la confianza mutua, condición previa para el entendimiento, la convivencia pacífica y la comunión».

«¡Nunca podré olvidar mi viaje a vuestra Tierra! Os ruego que transmitáis a Su Beatitud Maxim mi emocionado recuerdo que se alimenta en la oración. Os pido que le renovéis la expresión de mi cercanía espiritual, en el anhelo de que se concrete cuanto antes la unidad plena de los cristianos católicos y ortodoxos».

También añadió el Santo Padre sus sinceras felicitaciones por la conmemoración, hace unos días en Sofía, del cincuenta aniversario del restablecimiento de este Patriarcado. Y, destacando la importante tarea - «densa de responsabilidad en este comienzo de milenio» - de Su Beatitud Maxim, de la Iglesia Ortodoxa de este país y de su Santo Sínodo, el Papa exhortó a que, «mientras Bulgaria se abre a lo nuevo, tendiéndose hacia una Europa ampliada», se reavive «el rico patrimonio de fe y cultura que la Iglesia y la nación búlgara comparten, y que constituye el milagro de la obra de evangelización cumplida por los dos Santos hermanos de Tesalónica, Cirilo y Metodio, cuya herencia, después de once siglos de cristianismo entre los eslavos, es y permanece más profunda y más fuerte que cualquier división».

Tras recordar la intuición evangélica de los Santos Cirilo y Metodio, de que las «diversas condiciones de vida de cada una de las Iglesias cristianas no pueden justificar las disonancias, las discordias y las laceraciones de la única fe en la práctica de la caridad», el Papa hizo hincapié en que «este mensaje de fe, tan arraigado» en la cultura búlgara y en su «ser Iglesia», es y permanece «la meta a la cual hay que dirigirse, con el fin de que el Oriente y el Occidente cristianos puedan volverse a reunir y, de este modo, hacer resplandecer juntos la plenitud de la catolicidad de la Iglesia».

El Pontífice, recordando asimismo que la presencia en Roma de esta Delegación se debe a varios motivos, evocó en primer lugar la fecha de esta visita. Fecha que coincide con la celebración de la fiesta de los Santos Cirilo y Metodio, según el calendario en vigor en Bulgaria. También subrayó el Papa su gratitud porque con esta visita la misma Delegación ha querido conmemorar el Viaje que Juan Pablo II realizó, hace un año a Sofía y «el inolvidable encuentro con su Beatitud Maxim».

En este contexto, el Santo Padre destacó asimismo otra feliz circunstancia. La inauguración del uso litúrgico de la iglesia romana de los Santos Vicente y Anastasio, en la Fontana de Trevi. Inauguración que tuvo lugar el pasado sábado 24 de mayo, y que adquirió «un carácter solemne por la presencia de tantos eminentes miembros del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria, de su Majestad Simeón de Sajonia Coburgo-Gotha, Primer Ministro del gobierno búlgaro y de varios representantes de la Santa Sede y del Vicariato de Roma»; encabezados por el representante del Papa, Card, Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. «Se trata de un significativo ejemplo del compartir eclesial aquí en Roma, que tanto anhelo», reiteró Juan Pablo II, destacando luego precisamente la importancia de esta experiencia fraterna:

«Una experiencia del compartir fraternal basada en el respeto recíproco de nuestras legítimas diversidades, puede servir de aliciente para conocernos mejor y colaborar también en otros contextos y circunstancias, cada vez que se presentará la ocasión. ¡Qué ello sea de buen auspicio para el futuro de nuestras relaciones! Doy gracias al Señor y le pido que bendiga nuestros pasos por el camino emprendido».

 

300 ANIVERSARIO DE LA CONGREGACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
PERSEVERAR EN EL SERVICIO A «LOS POBRES QUE EL MUNDO MARGINA»

El Papa recibió el lunes a treinta religiosos del Consejo General de la Congregación del Espíritu Santo, encabezados por el Superior General. Congregación que el martes, 27 de mayo cumplió trescientos años de vida.

Tres siglos por los que la Congregación de los Espiritanos y toda la Iglesia elevan su acción de gracias al Señor «por el camino recorrido y los dones recibidos», de modo especial en el desarrollo de su apostolado evangelizador en África, Antillas y América Latina. Y tras destacar la importancia de este aniversario, el Papa recordó en su discurso las palabras con las que en su Encíclica Novo Millenio Ineunte señala que celebrar un aniversario es también mirar hacia el futuro.

En este contexto, Juan Pablo II exhortó a los miembros de la Congregación del Espíritu Santo a «remar mar adentro», permaneciendo fieles a sus fundadores, Claudio Poullart y sus compañeros, y a la herencia recibida, entregándose al servicio de los pobres y de la misión. «Es decir, al anuncio de la Buena Nueva de Cristo a todos los hombres».

Dos orientaciones de vida que abren amplias perspectivas, señaló el Papa, explicando luego que se trata de salir al encuentro de aquellos que el mundo mantiene en la dependencia o rechaza en la marginación, los pobres, que son la inmensa mayoría de los habitantes de algunos continentes y que viven también en nuestras sociedades más desarrolladas. A ellos daréis testimonio además de la cercanía de Cristo y les haréis conocer la alegría de su llamada.

 

SÉPTIMO CENTENARIO DE LA MUERTE DE SAN IVO

“El ejemplo de san Ivo invita a los cristianos a contribuir a la construcción de una Europa y un mundo de paz, sobre los cimientos del respeto del derecho y el servicio a la verdad”. Juan Pablo II conmemoró a este «defensor de los pobres» en el séptimo centenario de su muerte.

«Los valores propuestos por San Ivo siguen siendo un poderoso impulso para nuestro tiempo, en especial en la Europa que se está construyendo». Juan Pablo II evocaba así el sábado la actualidad del mensaje de este santo patrono de los juristas, al recibir a una peregrinación de la diócesis francesa de Saint-Brieuc et Treguier, que ha viajado a Roma, para conmemorar con el Papa el séptimo centenario de la muerte de este «defensor de los pobres», «servidor de la justicia» y de «la verdad»:

«Servidor de la justicia, san Ivo invita a los hombres de buena voluntad a construir un mundo de paz, fundado sobre el respeto del derecho y sobre el servicio de la verdad. Defensor de los pobres, este abogado valiente exhorta a las personas y a los pueblos a poner en marcha la solidaridad y la equidad, que garantizan los derechos de los más débiles, reconociéndoles plenamente su dignidad inalienable».

Asimismo, Juan Pablo II puso de relieve que este «sacerdote, predicador infatigable de la Palabra de Dios, llama a la Iglesia de hoy a presentar a todos el Evangelio, fuente de relaciones nuevas entre los hombres». Y, en este contexto, el Pontífice expresó el anhelo de que «el ejemplo y la vida de san Ivo puedan invitar a los cristianos a contribuir activamente a la construcción de Europa, comunidad en la que todos están llamados a trabajar para que ¡el amor y la verdad se encuentren y la justicia y la paz se abracen!»(Cf. Sal 84,11).

 

ÁNGELUS: LA IMPORTANCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN
LA CONSTRUCCIÓN DE UN «MUNDO PACÍFICO»

Juan Pablo II recordó la importancia de los medios de comunicación en la construcción de un «mundo pacífico», fundado sobre «verdad, justicia, amor y libertad», y la solemnidad de la Ascensión, en la que Jesús quiere conducir al Padre a la humanidad entera.

El Pontífice, en sus palabras antes del Regina Coeli, recordó que este domingo se celebraba, en muchos países, la solemnidad de la Ascensión del Señor, que el evangelista Juan describe como pasaje de Jesús de este mundo al Padre, al que quiere conducir a la humanidad entera.

Y, tras desear que la «fiesta de hoy encienda en nuestros corazones el anhelo del Cielo, nuestra patria eterna», Juan Pablo II destacó asimismo la celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, para la que eligió como lema: «Los medios de la comunicación social al servicio de la auténtica paz, a la luz de la Pacem in terris»:«Cuarenta años después de la publicación de la histórica Encíclica del beato Papa Juan XXIII, es más importante que nunca reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación en la construcción de un mundo pacífico, fundado sobre la verdad, la justicia, el amor y la libertad».

En este contexto, el Santo Padre, señalaba cómo los medios de comunicación social pueden dar una válida contribución a la paz: «En efecto, los medios de comunicación social pueden dar una válida contribución a la paz, derribando las barreras de la desconfianza, alentando la comprensión y el respeto recíproco y, aún más, favoreciendo la reconciliación y la misericordia. Así pues, en virtud de su vocación y de su profesión, los operadores de los medios de comunicación están llamados a ser también operadores de paz».

Al introducir el rezo a «María Santísima, Estrella de la evangelización», para que proteja y asista a todos los que trabajan en el sector de las comunicaciones sociales – «de forma especial al servicio del Evangelio y de la Iglesia» - Juan Pablo II invitó también a implorar a la Reina del Cielo «para que nos ayude a todos a vivir con la mirada dirigida constantemente a Cristo, que hoy asciende triunfante a la gloria del Paraíso».

 

TELEGRAMA DE PÉSAME POR LAS VÍCTIMAS DEL ACCIDENTE AÉREO EN TURQUÍA

Juan Pablo II recibió con profundo pesar la triste noticia del trágico accidente aéreo ocurrido el lunes en Turquía, que causó la muerte de sesenta y dos militares españoles, en regreso de su misión de paz en Afganistán, y de los doce miembros la tripulación del mismo aparato.

En un telegrama enviado por el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, en nombre del Papa al Ordinario Militar para España, mons. Manuel Estepa Llaurens, en este momento de luto para los familiares de los fallecidos y para la noble nación española, el Santo Padre ofrecía sufragios por el eterno descanso de los que han muerto y eleva sus plegarias para que el Señor conceda consuelo y serenidad espiritual a quienes lloran la pérdida de sus seres queridos.

El avión – recordamos - se estrelló la madrugada del lunes en las proximidades del aeropuerto de Trabzon (Turquía), cuando iba a realizar una escala técnica e intentaba tomar tierra, por tercera vez después de dos intentos fallidos en medio de una densa niebla. El aparato un Yakolev 42 ucraniano contratado por el Estado Mayor de la Defensa española, salió la noche anterior de Kabul hacia España, con 61 militares de los Ejércitos de Tierra y de Aire, un integrante de la Guardia Civil y 12 tripulantes de nacionalidad ucraniana.

LOS MEDIOS DE COMUNICACION SOCIAL AL SERVICIO DE LA AUTENTICA PAZ
A LA LUZ DE LA “PACEM IN TERRIS”
37ª Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales

PONTIFICIUM CONSILIUM DE COMMUNICATIONIBUS SOCIALIBUS
1 de Junio de 2003

Mensaje del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

1. La Encíclica Pacem in terris del Beato Papa Juan XXIII llegó como un faro de esperanza para los hombres y mujeres de buena voluntad en los oscuros días de la Guerra Fría. Al afirmar que la auténtica paz requiere “guardar íntegramente el orden establecido por Dios.” (Pacem in terris, 1), el Santo Padre señaló la verdad, la justicia, la caridad y la libertad como los pilares de una sociedad pacífica (ibid., 37).

El creciente poder que adquirían los modernos medios de comunicación social fue parte importante del trasfondo de la Encíclica. El Papa Juan XXIII tenía muy en cuenta esos medios cuando llamaba a la “serena objetividad” en el uso de los “medios de información que la técnica ha introducido” y que “tanto sirven para fomentar y extender el mutuo conocimiento de los pueblos”; él desacreditaba “los sistemas de información que, violando los preceptos de la verdad y la justicia, hieren la fama de cualquier país” (ibid., 90).

2. Hoy, mientras recordamos el cuadragésimo aniversario de Pacem in terris, la división de los pueblos en bloques contrapuestos es casi sólo un recuerdo doloroso, pero todavía la paz, la justicia y la estabilidad social están ausentes en muchas partes del mundo. El terrorismo, el conflicto en Medio Oriente y otras regiones, las amenazas y contra-amenazas, la injusticia, la explotación y las violaciones a la dignidad y la santidad de la vida humana, tanto antes como después del nacimiento, son realidades que causan consternación en nuestros días.

Mientras tanto ha crecido enormemente el poder de los medios para moldear las relaciones humanas e influenciar la vida política y social, tanto para el bien como para el mal. De aquí la permanente actualidad del tema elegido para la trigésima séptima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “Los medios de comunicación al servicio de la auténtica paz, a la luz de la Pacem in terris”. El mundo de los medios tiene todavía mucho que aprender del mensaje del Beato Papa Juan XXIII.

3. Los Medios y la verdad. La exigencia moral fundamental de toda comunicación es el respeto y el servicio a la verdad. La libertad de buscar y decir la verdad es un elemento esencial de la comunicación humana, no sólo en relación con los hechos y la información, sino también y especialmente sobre la naturaleza y destino de la persona humana, respecto a la sociedad y el bien común, respecto a nuestra relación con Dios. Los medios masivos tienen una irrenunciable responsabilidad en este sentido, pues constituyen la escena donde hoy en día se intercambian las ideas y donde los pueblos pueden crecer en el conocimiento mutuo y la solidaridad. Es por eso que el Papa Juan XXIII defendió el derecho a “buscar la verdad libremente y, dentro de los límites del orden moral y el bien común, manifestar y difundir las propias opiniones”, todo ello como condición necesaria para la paz social (Pacem in terris, 12).

De hecho, con frecuencia los medios prestan un valiente servicio a la verdad; pero a veces funcionan como agentes de propaganda y desinformación al servicio de intereses estrechos o de prejuicios de naturaleza nacional, étnica, racial o religiosa, de avidez material o de falsas ideologías de tendencias diversas. Ante las presiones que empujan a la prensa a tales errores, es imprescindible una resistencia ante todo por parte de los propios hombres y mujeres de los medios, pero también de la Iglesia y otros grupos responsables.

4. Los Medios y la justicia. El Beato Papa Juan XXIII tuvo palabras elocuentes en la Pacem in terris sobre el bien común universal -“el bien universal, es decir, el que afecta a toda la familia humana” (nº 132)- en el que cada individuo y todos los pueblos tienen el derecho de compartirlo.

La proyección global de los medios comporta especiales responsabilidades en este aspecto. Si bien es cierto que los medios suelen pertenecer a grupos con intereses propios, privados y públicos, la naturaleza intrínseca de su impacto en la vida requiere que no favorezcan la división entre los grupos -por ejemplo en el nombre de la lucha de clases, del nacionalismo exacerbado, de la supremacía racial, la limpieza étnica u otros similares-. Enfrentar a unos contra otros en nombre de la religión es un error particularmente grave contra la verdad y la justicia, como lo es el tratamiento discriminador de las creencias religiosas, pues éstas pertenecen al espacio más profundo de la dignidad y libertad personal.

Cuando realizan una crónica cuidadosa de los hechos, explicando bien los temas y presentando honradamente los diversos puntos de vista, los medios cumplen su grave deber de impulsar la justicia y la solidaridad en las relaciones humanas a todos los niveles de la sociedad. Esto no significa quitar importancia a las injusticias y divisiones, sino ir a sus raíces para que puedan ser comprendidas y sanadas.

5. Los medios y la libertad. La libertad es una condición previa de la verdadera paz, así como uno de sus más preciosos frutos. Los medios sirven a la libertad sirviendo a la verdad, y por el contrario, obstruyen la libertad en la medida en que se alejan de la verdad y difunden falsedades o crean un clima de reacciones emotivas incontroladas ante los hechos. Sólo cuando la sociedad tiene libre acceso a una información veraz y suficiente, puede dedicarse a buscar el bien común y respaldar una responsable autoridad pública.

Si los medios están para servir a la libertad, ellos mismos deben ser libres y usar correctamente esa libertad. Su situación privilegiada les obliga a estar por encima de las meras preocupaciones comerciales y servir a las verdaderas necesidades e intereses de la sociedad. Si bien existen normativas públicas sobre los medios, adecuadas a la defensa del bien común, a veces el control gubernamental no lo es. En particular los reporteros y comentaristas tienen el grave deber de seguir las indicaciones de su conciencia moral y resistir a las presiones que les empujan a “adaptar” la verdad para satisfacer las exigencias de los poderes económicos o políticos.

En concreto es necesario, no sólo encontrar el modo de garantizar a los sectores más débiles de la sociedad el acceso a la información que necesitan, sino también asegurar que no sean excluidos de un papel efectivo y responsable en la toma de decisiones sobre los contenidos de los medios, y en la determinación de las estructuras y líneas de conducta de las comunicaciones sociales.

6. Los medios y el amor. “La ira del hombre nunca realiza la justicia de Dios” (Santiago 1,20). En el clímax de la Guerra Fría, el Beato Papa Juan XXIII expresó un pensamiento que aunaba la sencillez con una gran profundidad sobre lo que comportaba el camino de la paz: “Es necesario que la norma suprema que hoy se sigue para mantener la paz sea sustituida por otra completamente distinta, en virtud de la cual se reconozca que una paz internacional verdadera y constante no puede apoyarse en el equilibrio de las fuerzas militares, sino únicamente en la confianza recíproca” (Pacem in terris, 113).

Los medios de comunicación son actores clave en el mundo actual, y tienen un papel inmenso que realizar para construir aquella confianza. Su poder es tal, que en poco tiempo pueden suscitar una reacción pública positiva o negativa hacia los eventos, según sus intereses. El público sensato se dará cuenta de que un poder tan enorme requiere los más altos niveles de compromiso con la verdad y el bien. En este sentido los hombres y mujeres de los medios están especialmente obligados a contribuir a la paz en todas las partes del mundo derribando las barreras de la desconfianza, impulsando la reflexión sobre el punto de vista de los otros, y esforzándose siempre por aunar a los pueblos y las naciones en un entendimiento y respeto mutuo; y más allá de la comprensión y el respeto, ¡en la reconciliación y la misericordia!. “Allá donde dominan el odio y la sed de venganza, allá donde la guerra lleva sufrimiento y muerte de los inocentes, es necesaria la gracia de la misericordia para apaciguar las mentes y los corazones y construir la paz” (Homilía en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Lagiewiniki, 17 de agosto 2002, nº 5).

Aunque todo esto parezca un enorme desafío, de ningún modo es pedir demasiado a los hombres y mujeres de los medios. Tanto por vocación como por profesión, están llamados a ser agentes de paz, de justicia, de libertad y de amor, contribuyendo con su importante labor a un orden social “basado en la verdad, establecido de acuerdo con las normas de la justicia, sustentado y henchido por la caridad, y realizado bajo los auspicios de la libertad” (Pacem in terris, 167). Por ello mi oración en esta Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales se eleva para que los hombres y las mujeres de los medios asuman más que nunca el desafío de su vocación: servir al bien común universal. De ello dependen, en gran medida, su realización personal y la paz y felicidad del mundo. Que Dios los bendiga, les ilumine y les fortalezca.

Desde el Vaticano, 24 de enero de 2003, Fiesta de San Francisco de Sales.

 

ENCOMENDAR A MARÍA LAS NECESIDADES DE LA IGLESIA Y DEL MUNDO

El Papa reiteró su invitación a rezar el Rosario y a encomendar a la Madre de Dios «toda preocupación y toda necesidad de la Iglesia y del mundo», en su mensaje para la clausura del mes mariano.

Juan Pablo II se unió espiritualmente el sábado por la noche a los fieles congregados ante la Gruta de la Virgen de Lourdes - que se encuentra en los jardines vaticanos - «casi entregando como don» a la Inmaculada «todo el camino espiritual cumplido en este mes mariano». Es decir, «todo propósito, toda preocupación y toda necesidad de la Iglesia y del mundo», con el anhelo de que la Virgen Santa acoja cada invocación que se le dirige.

En la tradicional clausura del mes dedicado a María, que se celebra cada año, precisamente el 31 de mayo, por medio de un mensaje leído por el Vicario General del Papa para la Ciudad del Vaticano, Mons. Francesco Marchisano, el Pontífice destacó el papel de la Virgen en la historia de la salvación y en nuestra vida. La Madre de Dios, sigue acompañando el camino de la Iglesia a lo largo de los siglos. Una vez, más Juan Pablo II invitó a perseverar en oración con Ella, de modo especial, al acercarse el Evento de Pentecostés, «invocando al Espíritu para que descienda abundantemente sobre toda la Iglesia difundida en el mundo».

El Papa quiso renovar su invitación a todos a «rezar el Rosario asiduamente, cuidando con esmero su calidad». En este llamamiento, el Santo Padre subrayó que piensa «en primer lugar en los sacerdotes», para que «con su ejemplo y guía conduzcan a los fieles a redescubrir el sentido y el valor de esta oración».

Tras destacar que es también un llamamiento a las personas consagradas, especialmente a las religiosas, Juan Pablo II desea que puedan seguir de cerca a María, «que guardaba en su corazón los misterios de su Hijo divino. Y, dirigiéndose a las familias, el Papa reiteró su exhortación a que se reúnan a menudo, sobre todo al final del día, «para rezar juntos el Rosario» que es «una de las más bellas y consoladoras experiencias de la comunidad doméstica».

«En la clausura del mes de mayo, al comenzar el mes de junio consagrado al Corazón de Cristo percibimos cómo María nos conduce a Cristo. Ella es el camino más breve para llegar al Corazón de Jesús, donde podemos recibir los dones extraordinarios de su amor y de su misericordia», finalizaba recordando el Mensaje del Santo Padre, impulsando luego a todos a magnificar al Señor, con el cántico que brotó del corazón de María en la casa de santa Isabel, con el fin de que «toda nuestra vida» sea una alabanza a Dios.

 

«SED UNA BENDICIÓN»: CONGRESO ECUMÉNICO DE LAS IGLESIAS ALEMANAS

Que este evento ecuménico sea un gran signo para que «lo que nos une en la fe se vuelva más fuerte y significativo de lo que nos separa». Es el anhelo que expresa Juan Pablo II en su Mensaje a los participantes en las primeras Jornadas Ecuménicas. Mensaje que fue leído en la tarde del miércoles en Berlín, en la inauguración de este histórico encuentro, por el Nuncio Apostólico en Alemania, Mons. Giovanni Lajolo.

Unas ciento cincuenta mil personas, católicos y protestantes, acudieron a la inauguración de estas jornadas, que se clausurarán el próximo domingo, con el lema «Sed una bendición». El Papa, animó a los participantes a dar un testimonio común de fe en un país como Alemania, «donde los efectos del relativismo ético y del secularismo se vuelven cada vez más claros y evidentes» y «donde se puso en marcha la división de la Iglesia occidental».

En este contexto, señalando los «numerosos pasos que se han cumplido hasta ahora por la senda de la reconciliación», Juan Pablo II exhortó a perseverar en estos esfuerzos con sensibilidad y en el respeto recíproco, con paciencia y, al mismo tiempo con valentía, con profundo respeto de la verdad y con auténtico amor». Asimismo, el Papa hizo un llamamiento a los cristianos alemanes para que aboguen en defensa del matrimonio, de la familia y la vida humana.

 

TELEGRAMA DE PÉSAME POR LA MUERTE DEL CARDENAL COLASUONO

Al conocer la noticia de la muerte, ocurrida el sábado, del cardenal italiano Francesco Colasuonno, el Santo Padre envió sendos telegramas de pésame a la hermana del purpurado fallecido y al Arzobispo de Bari, Archidiócesis de la que era natural el finado.

Juan Pablo II, recordando con admiración el fecundo servicio a la Iglesia y a la Santa Sede del cardenal Colasuonno, pone de relieve la intensa y paciente obra, de este generoso Pastor, como Nuncio Apostólico. De forma especial, «en ocasión de su servicio en los países del este europeo, durante un particular y sufrido período de la historia de aquellas naciones»

El funeral por el alma del cardenal Colasuonno tuvo lugar el domingo mañana, por la tarde, en la misma parroquia de Grumo Appula, lugar donde había nacido el 2 de enero de 1925. Con el fallecimiento de este purpurado, el Colegio Cardenalicio se compone ahora de 167 miembros, de los cuales 111 son electores.

El cardenal Francesco Colasuonno había sido elegido arzobispo titular de Tronto y nombrado delegado apostólico en Mozambique, en 1974. Consagrado, el 9 de febrero de 1975, en Bari, por el Cardenal Corrado Ursi, arzobispo de Nápoles, Italia. Pro-nuncio en Zimbabwe, en 1981, y cuatro años después en Yugoslavia. Nuncio con encargo especial y jefe de la delegación de la Santa Sede para los contactos permanentes de trabajo con el gobierno de la República de Polonia, en 1986. Representante de la Santa Sede ante la Federación Rusa, cuatro años después. Nuncio en Italia, en 1994, y en el 95, Nuncio en San Marino. Creado cardenal diácono, el 21 de febrero de 1998; recibió la birreta roja y la diaconía de S. Eugenio, el 21 de febrero de 1998. Enviado especial del papa a la clausura de las celebraciones del V Centenario de la Evangelización de Mozambique, Maputo, del 11 al 16 de agosto de 1998.

 

«FAMILIA, CAMINO DE LA IGLESIA Y EL PUEBLO»: LEMA DEL VIAJE A CROACIA

La santidad, la familia, el ecumenismo, la relación entre fe y cultura, la nueva evangelización y la dimensión mariana de la Iglesia son los temas que destacará Juan Pablo II en su Visita a Croacia. Viaje que cumplirá los próximos días del 5 al 9 de junio, que hace el número cien de los que ha realizado fuera de Italia, en sus casi 25 años de Pontificado y que tendrá como lema «La familia, el camino de la Iglesia y el pueblo».

El Arzobispo de Zagreb, en una conferencia de prensa, celebrada el miércoles en esta ciudad para presentar precisamente este Viaje del Papa, puso de relieve que los preparativos para la tercera visita de Juan Pablo II a Croacia «se están ultimando con éxito y entusiasmo». El presidente de la Conferencia Episcopal croata se refirió de modo especial a la beatificación de la Sierva de Dios Ivana del Crucificado Petkovic, que el Pontífice elevará al honor de los altares el viernes el 6 de junio, en Dubrovnik.

Con esta beatificación, señaló el Arzobispo de Zagreb, «así como con las otras que ha celebrado en el mundo, el Papa desea demostrar que en la Iglesia la santidad es algo presente y con ello nos aporta la dimensión de la esperanza». La nueva beata, Marija Petkovic, dedicó su vida a ayudar a huérfanos y viudas, fundó la congregación de las Hijas de la Caridad de la tercera orden de San Francisco y vivió también en América Latina, donde su congregación está presente en Argentina, Chile, Paraguay y Perú.

 

SORPRESA POR AUSENCIA DE MENCIÓN EXPLÍCITA AL CRISTIANISMO EN EL BORRADOR DEL PREÁMBULO DE LA CONVENCIÓN EUROPEA

El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede señaló, el viernes en una declaración, que «se ha notado con satisfacción que, con el actual proyecto del artículo 51, la Convención Europea ha incluido en el tratado constitucional el contenido de la Declaración 11 aneja al Tratado de Amsterdam y ha previsto un diálogo constante con las Iglesias y con las Comunidades religiosas, reconociendo su identidad y contribución específica».

Sin embargo, el doctor Navarro Valls añadió que «por lo que se refiere al primer proyecto del Preámbulo, se ha constatado la mención de varias e importantes componentes que han concurrido a plasmar el patrimonio europeo, pero que se ha evidenciado con sorpresa la ausencia de una mención explícita del Cristianismo». Por consiguiente, finaliza la declaración, «se comparte la opinión de aquellos autorizados miembros de la Convención, que ya han propuesto la inclusión de dicho elemento en la sucesiva versión del Preámbulo, para respetar la verdad histórica y para un mejor equilibrio del texto».

 

CONSTITUCIÓN EUROPEA Y REFERENCIA AL PATRIMONIO CRISTIANO

La Santa Sede ha pedido que la futura Constitución Europea incluya una referencia al «patrimonio religioso, especialmente cristiano» que ha forjado el continente. Esta sugerencia fue hecha por el arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados en una entrevista concedida al diario italiano «Il Corriere della Sera»

En el artículo 37 del borrador actual del Tratado constitucional, se ha incluido el respeto del estatuto vigente de las Iglesias y comunidades religiosas en las legislaciones de los Estados miembros de la Unión Europea, algo que monseñor Tauran espera que quede en la versión definitiva, en vísperas de la reunión del Presidium de la Convención Europea, encargada de la redacción de esta Carta Magna.

Dado que la mención en el texto de los valores espirituales y religiosos de Europa suscitaba debate, el presidente de la Convención, Valéry Giscard d'Estaing, pidió que esta referencia pueda incluirse en el «Preámbulo» de la Constitución, cuya redacción pronto se discutirá. En cambio, según monseñor Tauran, podría ser el espacio adecuado para mencionar el «patrimonio religioso, especialmente cristiano» de Europa.

Según el prelado francés, esta fórmula, «propuesta por las Conferencias Episcopales de la Unión» es válida, «pues tiene en cuenta la contribución dada por las diferentes religiones, sin descuidar la aportación totalmente particular del cristianismo». Según Mons. Tauran, si se rechaza la propuesta, «se pagaría el precio de reescribir la historia europea».

 

REFLEXIÓN SOBRE GRAN NECESIDAD DE CAMBIO Y CONVERSIÓN PARA LA PAZ EN EL MUNDO

En el Año del Rosario, proclamado por Juan Pablo II, se publica un volumen para «impulsar y acompañar la reflexión sobre la gran necesidad de cambio y conversión», de la que depende el logro de la paz en el mundo.

En el marco del Año del Rosario, proclamado por Juan Pablo II, el Consejo Pontificio Justicia y Paz publicó en estos días, un pequeño volumen con el fin de «impulsar y acompañar la reflexión sobre la gran necesidad de cambio y conversión», de la que depende el logro de la paz en el mundo. Lo señala el Presidente de este dicasterio, el Arzobispo Renato Martino, al introducir esta publicación, que enlaza los misterios del Rosario con episodios evangélicos y con trozos de los Mensajes del Santo Padre para las Jornadas Mundiales de la Paz.

Recordando las palabras de Juan Pablo II, Mons. Martino hace hincapié en que «el Rosario es una oración que transforma, porque siembra en el que lo reza aquel germen de bien, del que se pueden esperar frutos de justicia y solidaridad, en la vida personal y comunitaria». La presentación de los veinte misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos culmina con las Letanías de Loreto y finaliza con la «Oración a María, Reina de la Paz», escrita por el mismo prelado.

En ella se ruega a la Madre de la Misericordia que conceda su intercesión para que los gobernantes reciban la sabiduría necesaria que dirija las conquistas de la ciencia y de la técnica hacia un desarrollo humano que respete la creación, la justicia y la paz en todo el mundo.

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE LUCA (ITALIA)
Juan Pablo II ha nombrado arzobispo coadjutor a mons. Benvenuto Italo CASTELLANI, hasta ahora obispo de Faenza-Modigliana (Italia).

DIÓCESIS DE SAN MARTÍN (ARGENTINA)
Juan Pablo II ha nombrado Obispo de la diócesis a Mons. Guillermo RODRÍGUEZ MELGAREJO, hasta esta fecha auxiliar de Buenos Aires.

DIÓCESIS DE VÁC (HUNGRÍA)
El Pontífice ha nombrado obispo de la diócesis a Mons. Miklós BEER, hasta la fecha obispo titular de Ceciri y auxiliar de la archidiócesis de Esztergom-Budapest.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (B): 1 de junio de 2003
«Id al mundo entero»

La Ascensión gloriosa es el punto final de la carrera de Jesucristo en este mundo, en el que nosotros vivimos. Cierra el ciclo de todos los misterios de la vida de Cristo, conforme al plan de Dios, que él expuso con toda sencillez: “Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y voy al Padre” (Jn 16,28). La Ascensión forma un todo con la resurrección y la entronización de Jesús a la derecha de Dios, como Señor de todas las cosas.

Le vieron subir al cielo. Fue una muestra visible para los discípulos del misterio de la glorificación de Jesús, conforme a la mentalidad que tenían del mundo. Nosotros tenemos un concepto distinto del cosmos. No en vano el progreso de la ciencia nos ofrece un conocimiento más claro del mundo que nos rodea. El hecho de verlo "subir" no es más que un signo de que Dios ha glorificado a "su siervo, Jesús". Y, al mismo tiempo, les cercioraba de la separación de su vivencia habitual con el Maestro. Llegaba el final de aquella convivencia, que había durado todo el tiempo de la vida pública de Jesucristo.

Ahora empezaba el tiempo de la Iglesia. Jesucristo seguirá siempre presente entre los suyos. Pero ya no estará junto a ellos de manera visible. No le podemos ver ni palpar, como cuando caminaba por el mundo como un hombre más entre los hombres. Lo esencial a la fe, respecto de este misterio, es saber que Dios "ha glorificado a su Siervo Jesús" (Act 3,13). Que Jesucristo, en premio a su generosidad, a su humillación y entrega, en aras de su amor al Padre y a todos los hombres, sus hermanos, ha sido revestido de la gloria de Dios y elevado al primer puesto, como Rey y Señor de todos los hombres y de toda la creación. Esto es lo que pertenece a nuestra fe cristiana.

San León, a propósito de la separación entre el Maestro y los suyos, en su homilía en esta festividad, decía: "La fuerza de las almas grandes y la luz de los corazones verdaderamente fieles consiste en creer sin sombra de duda lo que no pueden ver y en fijar el deseo allí donde no pueden fijar sus miradas" (Hom 2ª,1).

Nosotros ahora ya no podemos ver y, sin embargo, creemos. Creemos aquello que nuestros ojos no ven. Lo tenemos por realidad viva. Y nuestros deseos, que siempre suelen tener el peligro de vagar por el mundo, buscando dónde fijarse, se concentran allí, donde él está sentado a la diestra de Dios.

Es éste realmente un pensamiento hermoso. Convenía que Jesús se ausentara. Lo dijo él mismo: “os conviene que yo me vaya” (Jn 16,7). Es necesario que se cumpla el plan de Dios, para que nosotros alcancemos la salvación. Por eso ahora no podemos tener el consuelo de estar físicamente junto a Jesús, como estuvieron los Apóstoles. Viéndole como ellos le veían.

La fiesta de la Ascensión de Jesucristo es una llamada a todo corazón noble y cristiano. San Pablo, en la lectura de hoy, nos recuerda: "Que Dios....ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama". Somos llamados. Tenemos una vocación, en virtud de la cual, caminamos como cristianos. No estamos aquí definitivamente instalados. Se nos llama a otra parte. ¿A dónde? Allí donde está Jesús, que es nuestra Cabeza. Y, puesto que él está ya en la patria, puesto a la meta de nuestra peregrinación, todos sus miembros somos arrastrados hacia él.

Así, la solemnidad de la Ascensión de Jesucristo, nos recuerda nuestra vocación cristiana. Cuando contemplamos al Señor que sube sobre los cielos para sentarse a la diestra de Dios recordamos mejor cuál es y debe ser el objetivo de todas nuestras aspiraciones. Por lo demás, tendremos que caminar con fortaleza. Es virtud propia de las almas nobles. “Nuestras almas están llamadas a lo alto; por lo mismo ?dice San León? no las depriman los deseos terrestres” (Ib, 5).

En la lucha por la vida, al caminar entre tantas cosas que, al fin y al cabo, atraen nuestro corazón o lo deprimen, nosotros no podemos dejarnos arrastrar por nada. Ni podemos hundirnos en la tristeza o el miedo ante las dificultades constantes. Tenemos un asidero firme a que acogernos.

En la carta a los Hebreos se nos dice: “...asiéndonos a la esperanza propuesta, que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá del velo, a donde entró por nosotros como precursor, Jesús” (Heb 6,19-20). Jesús ha entrado allí. Nuestra esperanza, clavada en el cielo, fija ya nuestra vida. Seguimos caminando sin miedo. Podemos navegar por el mundo, sin temer a nada. Sabiendo esto, podemos celebrar con gozo el misterio de la glorificación de Jesús: su Ascensión gloriosa a los cielos.

Para que, avivada nuestra fe y nuestra esperanza, el amor a nuestro Señor nos lleve a caminar por el mundo a la manera como él caminó. Para que también se pueda cumplir en nosotros aquello: "Salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre".

 

MEJORAS EN EL PROYECTO DE FUTURA CONSTITUCIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA

Representantes de la Iglesia católica y del resto de las comunidades cristianas europeas han alentado las mejoras que se han hecho al proyecto de futura Constitución de la Unión Europea, en particular la que prevé el reconocimiento del estatuto de las iglesias y comunidades religiosas.

La publicación del proyecto revisado de la primera Parte del Tratado Constitucional ha sido acogida con la publicación de un comunicado conjunto emitido este martes por el reverendo Rüdiger Noll, director de la Comisión Iglesia y Sociedad de la Conferencia de las Iglesias Europeas (KEK) y por monseñor Noël Treanor, secretario general de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE).

La KEK reúne a 126 iglesias ortodoxas, protestantes, anglicanas y vetero-católicas de todos los países europeos, con más de 43 organizaciones asociadas. La COMECE es una comisión de las Conferencias Episcopales Católicas de los Estados miembros de la Unión Europea.

El comunicado conjunto, tras felicitar a los miembros de la Convención Europea por el «impresionante trabajo que han realizado», aplauden «las enmiendas que refuerzan el compromiso de la Unión por una economía de mercado social y --en sus relación con el mundo-- por la promoción de la paz, la seguridad, el comercio libre y justo, la protección de los derechos del hombre y el respeto de los principios de la Carta de las Naciones Unidas».

Los representantes cristianos aprueban asimismo, según ZENIT, la última redacción del «Título VI» de la Constitución sobre «La vida democrática de la Unión», por considerar que ha sido visiblemente mejorada. «Aplaudimos el consenso creciente sobre el papel de la religión en la futura Unión Europea, como lo refleja el proyecto enmendado del artículo 51 (antiguo Artículo 37)», afirma el comunicado.

«Este artículo garantiza el respeto por parte de la Unión Europea del estatuto de las Iglesias y comunidades religiosas en los Estados miembros, basado en las diferentes tradiciones constitucionales», recuerda el texto. «La disposición de un diálogo abierto, transparente y regular, refleja la contribución específica de las Iglesias y de las comunidades religiosas, que son algo distinto a la autoridad secular, al servicio de toda la sociedad», aclaran los representantes cristianos.

El comunicado termina deseando «inspiración y valentía» a los miembros de la Comisión para las próximas semanas, en las que trabajarán por alcanzar un consenso final. En el borrador de Constitución europea analizado por el comunicado, que fue presentado este lunes, no prevé la referencia a las raíces religiosas europeas. Miembros del Presidium, asamblea con 105 representantes, entre ellos el presidente de la Convención, Valéry Giscard d'Estaing, han pedido que se haga esta mención en el «Preámbulo». El arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, en una entrevista concedida este domingo a «Il Corriere della Sera», consideró que podría ser el lugar adecuado para mencionar el «patrimonio religioso, especialmente cristiano» de Europa.

 

CEE: CONDENA DEL NUEVO ATENTADO TERRORISTA EN ESPAÑA

La Conferencia Episcopal Española condena «con toda firmeza» el nuevo atentado terrorista, perpetrado el viernes en la localidad navarra de Sangüesa, en el que fueron asesinados dos policías nacionales al estallar la bomba lapa adosada a su coche. Según los Obispos, «supone por parte de sus autores el desprecio a la Ley de Dios, a la Sociedad y a la vida humana». Asimismo, recuerdan las recientes palabras del Santo Padre en España, e invitan «a los creyentes a pedir con insistencia a Dios el don de la paz, que ante todo es don de Dios, y a construirla entre todos mediante la conversión interior».

En su nota de condena, los Obispos españoles invitan «también a todos a ser "operadores y artífices de paz", testimoniando con la propia vida que "las ideas no se imponen, sino que se proponen" y que ninguna demanda o reivindicación se puede defender con el asesinato». Por último, la nota cita la reciente Instrucción Pastoral «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias» elaborada por la Conferencia Episcopal para pedir «a todas las personas de buena voluntad que permanezcan cercanas "a quienes han sufrido los zarpazos del terrorismo y a que sientan como propia la preocupación de los que viven en un estado constante de amenaza o de presión violenta" prestándoles apoyo y protección».

 

"POR UNA CULTURA DE PAZ": 37 JORNADA MUNDIAL COMUNICACIONES SOCIALES

Con el título «Por una cultura de la paz» fue difundido ayer el mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de España con motivo de la XXXVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra el próximo 1 de junio. En el mensaje, los obispos muestran su cercanía a los periodistas que sufren el acoso del terrorismo, y confirman, por otro lado, el enorme avance de la Iglesia en el panorama comunicativo español logrado en los últimos años.

«Queremos transmitir a quienes en nuestro país trabajan en los medios de comunicación, cercanía y solidaridad a ellos y a sus familias, a veces amenazados - dice la nota - por la violencia terrorista de quienes pretenden hacer callar las voces de la más noble e invencible de las causas: la de la defensa de la vida y la libertad personal y colectiva de los ciudadanos».

El mensaje de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social anima, asimismo, a las comunidades cristianas a «que muestren su solicitud y cercanía para con estos periodistas amenazados y con todas las víctimas de la violencia, a la vez que suplican a los fieles para una oración más intensa y constante al Señor por aquellos profesionales de los medios que son víctimas de las guerras».

 

AUSTRIA: IGLESIAS ABIERTAS TODA LA NOCHE
UN ESPACIO DE SILENCIO Y ORACIÓN A CUALQUIER HORA

«La noche de la misericordia». Así es como, el Arzobispo de Viena, Cardenal Christoph Schonborn, calificó la iniciativa de mantener abiertas las Iglesias, también por la noche, para que los «fieles tengan disponible a cualquier hora un espacio de silencio y oración».

En una entrevista concedida a nuestra emisora, sobre el primer Congreso internacional para la nueva evangelización y para la misión ciudadana, sobre el tema «Abrid las puertas a Cristo» - además de presentar este Encuentro inaugurado el sábado pasado y que se clausura el próximo domingo - el cardenal Schonborn destacó que junto con los Arzobispos de París, Lisboa y Bruselas, ha decidido poner en marcha esta iniciativa y señala que «en las grandes ciudades es donde el hombre más siente «la necesidad del Evangelio y de la búsqueda de Dios».

El mencionado Congreso, se celebrará en París, en octubre de 2004; luego en Lisboa, en el 2005, y finalmente en Bruselas, en el 2006. La idea nació de la comunidad carismática Emmanuel y ha sido acogida con entusiasmo por los cardenales Schonborn, Lustiger, Policarpo y Dannells. Precisamente, el Arzobispo de Viena subraya que «las capitales europeas deben aprovechar el tesoro que supone tantas iglesias hermosas llenas de historia». En este contexto, el purpurado pone de relieve asimismo que «dejar sus puertas abiertas por la noche para disfrutar de un espacio de silencio y oración supone permitir una experiencia sorprendente».

Estas «noches de misericordia» son una forma de evangelización en las grandes urbes, que brinda la posibilidad a los sacerdotes de hablar abiertamente de la fe con los ciudadanos, explicaba el cardenal Schonborn, añadiendo luego que «la Iglesia abre así su corazón a los corazones heridos de la gente de hoy» y que «estos momentos producen un gran número de conversiones».

 

160 ANIVERSARIO DE LA PONTIFICIA OBRA DE LA SANTA INFANCIA

Juan Pablo II recordaba el pasado 16 de mayo que este año se celebra el 160 aniversario de la Pontificia Obra de la Santa Infancia y afirmó que deseaba "evocar y subrayar el gran compromiso de actividad y de sensibilización que esta Obra lleva a cabo 'desde la infancia' para promover la causa misionera. El Papa se expresó así ante los 150 participantes en la asamblea general del Consejo superior de los directores generales de las Pontificias Obras Misioneras, entre ellos al cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el dicasterio al que están confiadas las Obras Misioneras.

En su discurso el Santo Padre subrayó que "en las Obras Misioneras se manifiesta la solicitud del Papa por todas las Iglesias" y que su tarea era "promover y sostener las actividades misioneras en todo el Pueblo de Dios", esforzándose de forma especial en ayudar a las iglesias más necesitadas. Precisamente "uno de los objetivos principales de las Obras Misioneras -agregó el Pontífice- es el de suscitar vocaciones 'ad gentes' y de por vida, tanto en las Iglesias antiguas como en las más jóvenes". Recordamos que las Cuatro Obras Misioneras son: la Pontificia Obra para la Propagación de la Fe; la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena; la Pontificia Obra de la Santa Infancia y la Pontificia Unión Misionera (PUM).

En 1922, Pío XI publicó el Motu proprio "Romanorum Pontificum" con el que otorgaba el título "pontificio" a estas obras de misión. Y ahora el Santo Padre se apresta a recibir dentro de poco a una delegación, numerosa y vivaz, de chicos y chicas de todo el mundo que vendrán a Roma para celebrar el significativo aniversario de su Obra benemérita". El encuentro del Papa con la Obra de la Santa Infancia tendrá lugar el 14 de junio. Juan Pablo II observaba que el mes de mayo es el mes por excelencia de María y del Rosario y exclamó literalmente que : "Es muy sugestivo el Rosario misionero", donde cada decena tiene un color que representa un continente diverso: "blanco para la vieja Europa, para que sea capaz de reapropiarse de la fuerza evangelizadora que ha engendrado en tantas Iglesias; amarillo para Asia, plena de vida y juventud; verde para África, sometida a la prueba del sufrimiento, (...) rojo para América, vivero de nuevas fuerzas misioneras, azul para el continente de Oceanía, que espera una difusión más capilar del Evangelio".

De las cuatro Obras misioneras, la Pontificia Obra para la Propagación de la Fe es la más antigua. Fue fundada en 1822 por una laica, la venerable Marie-Pauline Jaricot, con el fin de "fomentar un ardor misionero renovado en la comunidad cristiana", como recordó el Papa en 1998. Las sumas entregadas en los últimos años a las tierras de misión se han utilizado para construir iglesias y capillas, conventos, rectorías, parroquias y centros de diverso tipo para la catequesis y la formación de catequistas. La Pontificia Obra de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena fue fundada, en cambio, por Jeanne y Stephanie Bigard, madre e hija, que con su "genio femenino" e "intuición espiritual", como afirmó Juan Pablo II, dedicaron esta obra "al servicio del ministerio universal de Pedro.

Las sumas distribuidas por esta obra se destinan a la construcción de seminarios, a la ampliación de los ya existentes y a ayudas en la formación de los seminaristas. La Pontificia Obra de la Santa Infancia, fundada en 1843, "defiende los derechos de los niños a crecer en su dignidad de hombres y mujeres". Una de sus muchas actividades es la creación de escuelas de actividad misionera que facilitan formación profesional durante dos años sobre misiología, espiritualidad y metodología. Finalmente, la Pontificia Unión Misionera fue creada en 1916 para sensibilizar acerca de la actividad misionera a los sacerdotes, religiosos, candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa y a las personas que se dedican a la actividad pastoral de la Iglesia. Cuenta con oficinas en varios lugares del mundo para llevar a cabo su tarea. Publica una revista en diversos idiomas y desde los años 80 ofrece un curso por correspondencia de misiología.

 

HEMOS LEÍDO PARA USTEDES

Mossén CINTO
Josep M. de SAGARRA, El meu Verdaguer, La Campana, Barcelona 2002, 153 pág,

A terminar el llamado AÑO VERDAGUER, se han hecho análisis de su eco a través de conferencias, publicaciones, recitales etc. La prensa resumía así lo sucedido:

" El año Verdaguer ha sido un éxito que ha superado las expectativas de los organizadores, si nos atenemos a las cifras. El balance numérico es apabullante: más de mil actos (exactamente 1.095, incluidas 42 exposiciones), 68 publicaciones (con 24 ediciones críticas y reediciones), medio millar de conferencias, coloquios y recitales, difusión masiva entre los escolares, inusual incremento de visitantes en los museos del poeta" (La Vanguardia)

Todo ello ha ayudado sobremanera para que se tenga una visión mucho más real de lo que fue Mossén Cinto. Ha pasado demasiado tiempo para que se pudieran recordar sucesos y anécdotas, y también se hubiera podido tener en las manos alguna de sus obras. Y la pérdida de muchos elementos de identificación ha hecho que bastante gente no haya podido reconocer su pluma, y su inspiración en textos que, sin embargo, son conocidos de todos los que sienten en su espíritu las vibraciones que él sintió a través de su lengua, el catalán.

¡Cuántas canciones e himnos religiosos, hoy de gran popularidad, algunos de ellos de una lírica extraordinaria, y de una fe arraigada muy profundamente en el evangelio salieron de su inspiración y de su pluma!

Y entre todo este alud de evocaciones, ha habido un texto breve, delicioso, que anima mejor que ningún otro la figura de Verdaguer. Lo publicó hace tiempo (1968) José M. De Sagarra, y una iniciativa que hay que agradecer lo ha puesto de nuevo en circulación.

Porque el gran escritor y poeta que fue Sagarra ha dado de pleno en el blanco al recordar al sacerdote envejecido y ausente, que conoció desde chiquillo, y al preguntar a su padre quién era, éste le dijo, simplemente: Es Mossén Cinto.

Ha habido conferencias, coloquios y lecturas poéticas (470), espectáculos de música, danza y teatro (139), espectáculos infantiles (123), excursiones y rutas (137), 42 montajes expositivos, con más de 90 presentaciones itinerantes. Sin embargo, las tres conferencias de Sagarra son textos que hay que leer para reencontrar al Verdaguer vivo, con su inspiración como gran poeta de la lengua, y con el contraste de fondo de sus problemas y de sus limitaciones como hombre, y en opinión de Sagarra, como genio que era.

Sagarra tiene la virtud de hacer apreciar más a Mossén Cinto, y animar a su relectura. Quizá falten biografías escritas con rigor histórico, como algunos lamentan, y uno se pregunta cómo no se han proyectado con cierto tiempo. La inmediatez de muchas cosas, y la dificultad de rastrear seriamente sobre su vida, sin entrar en anécdotas o controversias que ahora se ven con ópticas diferentes, han impedido quizás un trabajo más serio que algunas aproximaciones parciales a su vida, que no pasan de simples escritos breves biográficos, o textos de divulgación, aunque se hayan reeditado libros ya antiguos de Torrents o S.J. Arbó.

En todo caso, El meu Verdaguer de Sagarra es inapreciable para tener a mano una obra que descubre lo que un poeta puede descubrir de otro poeta. Y de este descubrimiento se llega al aprecio y al deseo de conocer mejor, y en sus propias obras, lo que fue Mossén Cinto. Hagan la prueba.