AUDIENCIA
GENERAL: “ALABANZA A DIOS E INVOCACIÓN DE AYUDA”
El Santo
Padre, en su catequesis, durante la audiencia general del miércoles,
reflexionó sobre el Salmo 107: “Alabanza a Dios e invocación
de ayuda”. “Solamente de Dios puede llegar la ayuda decisiva
y no de las alianzas militares externas, es decir de la fuerza de las
armas. Y sólo con Él se obtendrá la libertad y
se harán “cosas grandes”. Así lo manifestó
el Papa ante miles de fieles presentes en la plaza de san Pedro.
Este miércoles
el Santo Padre, en su catequesis durante la audiencia general, reflexionó
sobre el Salmo 107, “”Alabanza a Dios e invocación
de ayuda”. “El Salmo que ahora se nos ha propuesto, recordó
Juan Pablo II, ante miles de fieles congregados en la plaza de san Pedro,
forma parte de la secuencia de los Salmos de la Liturgia de los Laudes,
motivo de nuestras catequesis. A primera vista sorprende. Su composición
es consecuencia de la fusión de dos fragmentos de salmos preexistentes,
uno tomado del Salmo 56 y otro del Salmo 59. El primer fragmento es
de tonalidad hímnica, el segundo con matiz de súplica,
pero con un oráculo divino que ofrece al orante serenidad y confianza”.
“El
Salmo 107, comienza pues, con un himno alegre de alabanza. Es un canto
matutino acompañado de arpa y de cítara. El mensaje, manifestó
Juan Pablo II, es límpido y tiene en su centro la “bondad”
y la “verdad” divina: en hebreo, hésed y “emet”,
son los términos típicos para definir la fidelidad amorosa
del Señor respecto a la alianza con su pueblo. Sobre la base
de esta fidelidad, el pueblo está seguro que jamás será
abandonado por Dios en el abismo de la nada y de la desesperación”.
Asimismo el Papa, recordó, que la relectura cristiana interpreta
este salmo de manera particularmente sugestiva.
La segunda
parte del Salmo 107, citación parcial del Salmo 59, como se ha
dicho, el Pontífice manifestó, que en la angustia de Israel,
que siente a Dios como ausente y distante, se eleva la voz del oráculo
del Señor que resuena en el templo. Con esta revelación
Dios se presenta como árbitro y señor de toda tierra santa,
desde la ciudad de Siquem al valle de Sukkot, de las regiones orientales
de Galaad y Manases a las del centro meridional de Efraín y Judá,
para alcanzar también los territorios vasallos, pero extranjeros
de Moab, Edom y de Filistea. Con imágenes de color de corte militar
o de impronta jurídica se proclama el señorío divino
sobre la tierra prometida. El Señor reina, no hay que temer.
Esta fe
enciende la llama de la esperanza. De todas maneras, manifestó
el Papa, Dios indicará una vía de salida, es decir una
“ciudad fortificada” colocada en la región de Idumea.
Esto significa que, a pesar de la prueba y el silencio, Dios volverá
a revelarse, a sostener y guiar a su pueblo. Solamente de Él
puede llegar la ayuda decisiva y no de las alianzas militares externas,
es decir de la fuerza de las armas. Y sólo con Él se obtendrá
la libertad y se harán “cosas grandes”.
RESUMEN
DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos
hermanos y hermanas:
El Salmo
de hoy presenta una característica sorprendente: la fusión
de dos fragmentos preexistentes que muestran como ya en el Antiguo Testamento
se actualizaba la Palabra de Dios revelada. En el nuevo Salmo resultante
se unen la esperanza y opresión para sembrar confianza, también
en los tiempos de prueba. Por la fidelidad amorosa del Señor,
el pueblo está seguro de no ser abandonado jamás por Dios.
En la
segunda parte del Salmo, en medio de la angustia de Israel, se alza
la voz del Señor que resuena en el templo. Dios se presenta como
Señor de toda la tierra. Si Él reina, nada hay que temer.
Incluso en los momentos de tinieblas hay siempre un proyecto superior
que rige la historia.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de España y América Latina,
especialmente a los seminaristas del Seminario Menor de Santiago de
Compostela, a la Asociación de pensionistas de A Coruña,
a la Asociación médica de Ciudad Satélite de Naucalpan,
a los peregrinos de Arandas, México, y al grupo de la Academia
Militar de Ecuador. ¡No obstante las pruebas y el silencio, mantened
siempre viva la llama de la esperanza! Sólo de Dios viene la
ayuda decisiva. Solamente con Él, y no con la fuerza de las armas,
se obtendrá la libertad. ¡Qué Dios os bendiga!
********************************
Como siempre
al final de los saludos en varias lenguas el Papa se dirigió
a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. “Se
acerca el final de este mes de mayo, y el pensamiento se dirige espontáneamente
a María Santísima, Estrella luminosa en nuestro camino
cristiano. Refirámonos constantemente a Ella y encontraremos
en su maternal intercesión y en su ejemplo resplandeciente de
fidelidad a la voluntad de Dios inspiración y sostén en
el peregrinar cotidiano hacia la Patria eterna”.
JAPÓN
PERMANECE COMO «TESTIMONIO VIVO DE LOS DRAMAS DEL SIGLO XX»
La actual
situación internacional sigue siendo preocupante, por el resurgir
de tensiones y por el recrudecimiento del terrorismo. En su discurso
al nuevo embajador del Japón, Juan Pablo II evocó la visión
dolorosa de Hiroshima y Nagasaki y exhortó a perseverar en la
búsqueda de la paz.
Al recibir
el viernes al nuevo embajador del Japón, para la presentación
de sus Cartas Credenciales, y destacando el anhelo de esta nación
de «servir a la causa de la paz», Juan Pablo II reiteró
que «sigue siendo preocupante» «la actual situación
internacional, marcada por un resurgir de tensiones en distintos puntos
del planeta y por el recrudecimiento de acciones terroristas».
En este contexto, el Papa invitó a no dejar que esta situación
«debilite la determinación de todos aquellos que están
comprometidos en la búsqueda de soluciones pacíficas para
resolver los conflictos».
El Papa
subrayó nuevamente la importancia de que las naciones puedan
manifestar cada vez con mayor claridad su voluntad efectiva de ser parte
activa de un proceso común de reducción de las tensiones
y de las amenazas de guerra para que se pueda aportar una contribución
significativa a la seguridad y a la estabilidad internacionales. También
en esta ocasión, Juan Pablo II exhortó a «proseguir
los esfuerzos encaminados a la eliminación progresiva, equilibrada
y controlada de las armas de destrucción de masas» así
como aquellos que se proponen «la no proliferación y el
desarme nucleares», con el objetivo de salvaguardar «las
condiciones de seguridad de los pueblos y la preservación de
toda la creación».
Recordando
el deber de la Comunidad internacional de movilizarse permanentemente
para que, «en el ámbito mundial así como en el regional,
se tomen las medidas apropiadas para prevenir agresiones potenciales»,
el Santo Padre recomendó nuevamente que «estas medidas
nunca deben perjudicar las necesidades fundamentales de las poblaciones
civiles, llevándolas algunas veces incluso a la miseria y a la
desesperación».
Y tras
hacer hincapié en su convicción de que a través
de «una voluntad política concertada junto con una reflexión
ética iluminada» las naciones pueden ser protagonistas
de «una verdadera cultura de la paz, fundada en el respeto de
la vida humana y sobre la primacía del derecho en su dimensión
de justicia y equidad, y dirigida hacia la construcción paciente
de la coexistencia pacífica entre las naciones y hacia la promoción
del bien común», el Santo Padre subrayó la riqueza
de tradiciones religiosas y filosóficas del Japón.
Tradiciones
que «contienen recursos espirituales capaces de estimular de manera
eficaz este ardiente anhelo de trabajar en favor de la paz y de la reconciliación
entre las comunidades humanas y entre las personas». En su discurso
al nuevo embajador japonés, evocando la «visión
dolorosa de Hiroshima y Nagasaki», Juan Pablo II recordó
que Japón permanece como «testimonio vivo de los dramas
del siglo veinte» que invita a todos a enfatizar, con las palabras
del Papa Pablo VI, «¡Nunca más la guerra!».
Pues la guerra «pone en peligro el futuro mismo de la humanidad».
Asimismo, el Pontífice, recordando su Mensaje para la Jornada
Mundial de la Paz de este año, reiteró precisamente que
la cuestión de la paz no se puede separar de la cuestión
de la dignidad humana y de los derechos humanos.
También
expresó el Santo Padre su satisfacción por las acciones
del Japón en la promoción de los pueblos, recordando la
cooperación económica con los países de Asia. Y,
en esta perspectiva puso de relieve la reflexión impulsada por
este país sobre los problemas del desarrollo y sobre el lugar
que le corresponde al hombre en la creación. Con el anhelo de
que la Exposición internacional de Aichi, en el 2005, «permita
que las numerosas naciones participantes reflexionen serena y concretamente
sobre la protección del desarrollo y gestión de los recursos
naturales», Juan Pablo II recordó el «deber moral
de todos los hombres», según la voluntad del Creador…,
de «dejar a las generaciones futuras una tierra habitable».
Tras haber
subrayado las buenas relaciones entre la Santa Sede y el Japón,
saludando al Emperador, a la familia imperial y a los miembros del gobierno,
el Papa extendió sus saludos y aprecio a todo el pueblo japonés,
deseando que prosiga los esfuerzos valientes que cumple para edificar
una nación más unida y solidaria, atenta a la persona
humana, que es el centro de toda sociedad. Unas palabras especiales
las dedicó el Santo Padre a los afectados en el reciente terremoto
que sacudió este país.
Antes de
finalizar su bienvenida, el Pontífice transmitió un saludo
también a los obispos y comunidad católica del Japón,
dedicando unas palabras a la actividad de la Iglesia en este país.
De modo especial a la desarrollada en los campos de la educación
y de la acogida de los inmigrantes.
VISITA
DE DELEGACIÓN ORTODOXA Y AUTORIDADES CIVILES DE BULGARIA
Juan Pablo
II reiteró «el anhelo de que se concrete cuanto antes la
unidad plena de los cristianos católicos y ortodoxos»,
en su audiencia a la Delegación ortodoxa y a las autoridades
civiles de Bulgaria.
«Si
queremos progresar verdaderamente en el camino de la comunión
renovada, tenemos que seguir las huellas de los Santos Cirilo y Metodio,
que fueron capaces de ganarse el reconocimiento y la confianza de los
Pontífices Romanos, de los Patriarcas de Constantinopla, de los
Emperadores bizantinos y de varios Príncipes de los nuevos pueblos
eslavos» (Epístola Encíclica Slavorum Apostoli,
7). «Ello indica que la diversidad no siempre genera fricciones».
Lo recordaba
el lunes Juan Pablo II en su discurso a la Delegación de la Iglesia
Ortodoxa de Bulgaria, extendiendo su saludo asimismo a las autoridades
civiles búlgaras. En este encuentro, en el Vaticano, que «nos
llama realmente a la esperanza», «percibimos, con gratitud
en el alma, la fuerza eficaz de Aquel, que todo lo puede a pesar de
los obstáculos humanos a la libre efusión de su gracia»,
señaló el Papa, añadiendo luego que «sentimos
crecer el anhelo de una comunión más profunda entre nosotros,
vislumbrando, con mayor clareza, el camino que hay que recorrer».
«Esperanza
cuyo fundamento se refuerza por el hecho de que no es la primera vez
que nos encontramos», hizo hincapié el Papa, evocando su
histórica visita a Sofía. Cuando el 24 de mayo del año
pasado tuvo la alegría de reunirse por primera vez con Su Beatitud
Maxim. «Encuentro fraterno que llevaba en sí la fuerza
de suscitar otros». En este contexto, Juan Pablo II reiteró
que «es como si se hubieran cortado las distancias», pues
«conociendo mejor al hermano» se «crea el marco justo
en el cual desarrollar la confianza mutua, condición previa para
el entendimiento, la convivencia pacífica y la comunión».
«¡Nunca
podré olvidar mi viaje a vuestra Tierra! Os ruego que transmitáis
a Su Beatitud Maxim mi emocionado recuerdo que se alimenta en la oración.
Os pido que le renovéis la expresión de mi cercanía
espiritual, en el anhelo de que se concrete cuanto antes la unidad plena
de los cristianos católicos y ortodoxos».
También
añadió el Santo Padre sus sinceras felicitaciones por
la conmemoración, hace unos días en Sofía, del
cincuenta aniversario del restablecimiento de este Patriarcado. Y, destacando
la importante tarea - «densa de responsabilidad en este comienzo
de milenio» - de Su Beatitud Maxim, de la Iglesia Ortodoxa de
este país y de su Santo Sínodo, el Papa exhortó
a que, «mientras Bulgaria se abre a lo nuevo, tendiéndose
hacia una Europa ampliada», se reavive «el rico patrimonio
de fe y cultura que la Iglesia y la nación búlgara comparten,
y que constituye el milagro de la obra de evangelización cumplida
por los dos Santos hermanos de Tesalónica, Cirilo y Metodio,
cuya herencia, después de once siglos de cristianismo entre los
eslavos, es y permanece más profunda y más fuerte que
cualquier división».
Tras recordar
la intuición evangélica de los Santos Cirilo y Metodio,
de que las «diversas condiciones de vida de cada una de las Iglesias
cristianas no pueden justificar las disonancias, las discordias y las
laceraciones de la única fe en la práctica de la caridad»,
el Papa hizo hincapié en que «este mensaje de fe, tan arraigado»
en la cultura búlgara y en su «ser Iglesia», es y
permanece «la meta a la cual hay que dirigirse, con el fin de
que el Oriente y el Occidente cristianos puedan volverse a reunir y,
de este modo, hacer resplandecer juntos la plenitud de la catolicidad
de la Iglesia».
El Pontífice,
recordando asimismo que la presencia en Roma de esta Delegación
se debe a varios motivos, evocó en primer lugar la fecha de esta
visita. Fecha que coincide con la celebración de la fiesta de
los Santos Cirilo y Metodio, según el calendario en vigor en
Bulgaria. También subrayó el Papa su gratitud porque con
esta visita la misma Delegación ha querido conmemorar el Viaje
que Juan Pablo II realizó, hace un año a Sofía
y «el inolvidable encuentro con su Beatitud Maxim».
En este
contexto, el Santo Padre destacó asimismo otra feliz circunstancia.
La inauguración del uso litúrgico de la iglesia romana
de los Santos Vicente y Anastasio, en la Fontana de Trevi. Inauguración
que tuvo lugar el pasado sábado 24 de mayo, y que adquirió
«un carácter solemne por la presencia de tantos eminentes
miembros del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria,
de su Majestad Simeón de Sajonia Coburgo-Gotha, Primer Ministro
del gobierno búlgaro y de varios representantes de la Santa Sede
y del Vicariato de Roma»; encabezados por el representante del
Papa, Card, Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción
de la Unidad de los Cristianos. «Se trata de un significativo
ejemplo del compartir eclesial aquí en Roma, que tanto anhelo»,
reiteró Juan Pablo II, destacando luego precisamente la importancia
de esta experiencia fraterna:
«Una
experiencia del compartir fraternal basada en el respeto recíproco
de nuestras legítimas diversidades, puede servir de aliciente
para conocernos mejor y colaborar también en otros contextos
y circunstancias, cada vez que se presentará la ocasión.
¡Qué ello sea de buen auspicio para el futuro de nuestras
relaciones! Doy gracias al Señor y le pido que bendiga nuestros
pasos por el camino emprendido».
300
ANIVERSARIO DE LA CONGREGACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
PERSEVERAR EN EL SERVICIO A «LOS POBRES QUE EL MUNDO MARGINA»
El Papa
recibió el lunes a treinta religiosos del Consejo General de
la Congregación del Espíritu Santo, encabezados por el
Superior General. Congregación que el martes, 27 de mayo cumplió
trescientos años de vida.
Tres siglos
por los que la Congregación de los Espiritanos y toda la Iglesia
elevan su acción de gracias al Señor «por el camino
recorrido y los dones recibidos», de modo especial en el desarrollo
de su apostolado evangelizador en África, Antillas y América
Latina. Y tras destacar la importancia de este aniversario, el Papa
recordó en su discurso las palabras con las que en su Encíclica
Novo Millenio Ineunte señala que celebrar un aniversario es también
mirar hacia el futuro.
En este
contexto, Juan Pablo II exhortó a los miembros de la Congregación
del Espíritu Santo a «remar mar adentro», permaneciendo
fieles a sus fundadores, Claudio Poullart y sus compañeros, y
a la herencia recibida, entregándose al servicio de los pobres
y de la misión. «Es decir, al anuncio de la Buena Nueva
de Cristo a todos los hombres».
Dos orientaciones
de vida que abren amplias perspectivas, señaló el Papa,
explicando luego que se trata de salir al encuentro de aquellos que
el mundo mantiene en la dependencia o rechaza en la marginación,
los pobres, que son la inmensa mayoría de los habitantes de algunos
continentes y que viven también en nuestras sociedades más
desarrolladas. A ellos daréis testimonio además de la
cercanía de Cristo y les haréis conocer la alegría
de su llamada.
SÉPTIMO
CENTENARIO DE LA MUERTE DE SAN IVO
“El
ejemplo de san Ivo invita a los cristianos a contribuir a la construcción
de una Europa y un mundo de paz, sobre los cimientos del respeto del
derecho y el servicio a la verdad”. Juan Pablo II conmemoró
a este «defensor de los pobres» en el séptimo centenario
de su muerte.
«Los
valores propuestos por San Ivo siguen siendo un poderoso impulso para
nuestro tiempo, en especial en la Europa que se está construyendo».
Juan Pablo II evocaba así el sábado la actualidad del
mensaje de este santo patrono de los juristas, al recibir a una peregrinación
de la diócesis francesa de Saint-Brieuc et Treguier, que ha viajado
a Roma, para conmemorar con el Papa el séptimo centenario de
la muerte de este «defensor de los pobres», «servidor
de la justicia» y de «la verdad»:
«Servidor
de la justicia, san Ivo invita a los hombres de buena voluntad a construir
un mundo de paz, fundado sobre el respeto del derecho y sobre el servicio
de la verdad. Defensor de los pobres, este abogado valiente exhorta
a las personas y a los pueblos a poner en marcha la solidaridad y la
equidad, que garantizan los derechos de los más débiles,
reconociéndoles plenamente su dignidad inalienable».
Asimismo,
Juan Pablo II puso de relieve que este «sacerdote, predicador
infatigable de la Palabra de Dios, llama a la Iglesia de hoy a presentar
a todos el Evangelio, fuente de relaciones nuevas entre los hombres».
Y, en este contexto, el Pontífice expresó el anhelo de
que «el ejemplo y la vida de san Ivo puedan invitar a los cristianos
a contribuir activamente a la construcción de Europa, comunidad
en la que todos están llamados a trabajar para que ¡el
amor y la verdad se encuentren y la justicia y la paz se abracen!»(Cf.
Sal 84,11).
ÁNGELUS:
LA IMPORTANCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN
LA CONSTRUCCIÓN DE UN «MUNDO PACÍFICO»
Juan Pablo
II recordó la importancia de los medios de comunicación
en la construcción de un «mundo pacífico»,
fundado sobre «verdad, justicia, amor y libertad», y la
solemnidad de la Ascensión, en la que Jesús quiere conducir
al Padre a la humanidad entera.
El Pontífice,
en sus palabras antes del Regina Coeli, recordó que este domingo
se celebraba, en muchos países, la solemnidad de la Ascensión
del Señor, que el evangelista Juan describe como pasaje de Jesús
de este mundo al Padre, al que quiere conducir a la humanidad entera.
Y, tras
desear que la «fiesta de hoy encienda en nuestros corazones el
anhelo del Cielo, nuestra patria eterna», Juan Pablo II destacó
asimismo la celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales, para la que eligió como lema: «Los medios de
la comunicación social al servicio de la auténtica paz,
a la luz de la Pacem in terris»:«Cuarenta
años después de la publicación de la histórica
Encíclica del beato Papa Juan XXIII, es más importante
que nunca reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación
en la construcción de un mundo pacífico, fundado sobre
la verdad, la justicia, el amor y la libertad».
En este
contexto, el Santo Padre, señalaba cómo los medios de
comunicación social pueden dar una válida contribución
a la paz: «En efecto, los medios de comunicación social
pueden dar una válida contribución a la paz, derribando
las barreras de la desconfianza, alentando la comprensión y el
respeto recíproco y, aún más, favoreciendo la reconciliación
y la misericordia. Así pues, en virtud de su vocación
y de su profesión, los operadores de los medios de comunicación
están llamados a ser también operadores de paz».
Al introducir
el rezo a «María Santísima, Estrella de la evangelización»,
para que proteja y asista a todos los que trabajan en el sector de las
comunicaciones sociales – «de forma especial al servicio
del Evangelio y de la Iglesia» - Juan Pablo II invitó también
a implorar a la Reina del Cielo «para que nos ayude a todos a
vivir con la mirada dirigida constantemente a Cristo, que hoy asciende
triunfante a la gloria del Paraíso».
TELEGRAMA
DE PÉSAME POR LAS VÍCTIMAS DEL ACCIDENTE AÉREO
EN TURQUÍA
Juan Pablo
II recibió con profundo pesar la triste noticia del trágico
accidente aéreo ocurrido el lunes en Turquía, que causó
la muerte de sesenta y dos militares españoles, en regreso de
su misión de paz en Afganistán, y de los doce miembros
la tripulación del mismo aparato.
En un telegrama
enviado por el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, en nombre
del Papa al Ordinario Militar para España, mons. Manuel Estepa
Llaurens, en este momento de luto para los familiares de los fallecidos
y para la noble nación española, el Santo Padre ofrecía
sufragios por el eterno descanso de los que han muerto y eleva sus plegarias
para que el Señor conceda consuelo y serenidad espiritual a quienes
lloran la pérdida de sus seres queridos.
El avión
– recordamos - se estrelló la madrugada del lunes en las
proximidades del aeropuerto de Trabzon (Turquía), cuando iba
a realizar una escala técnica e intentaba tomar tierra, por tercera
vez después de dos intentos fallidos en medio de una densa niebla.
El aparato un Yakolev 42 ucraniano contratado por el Estado Mayor de
la Defensa española, salió la noche anterior de Kabul
hacia España, con 61 militares de los Ejércitos de Tierra
y de Aire, un integrante de la Guardia Civil y 12 tripulantes de nacionalidad
ucraniana.
LOS MEDIOS DE COMUNICACION SOCIAL AL SERVICIO DE LA AUTENTICA
PAZ
A LA LUZ DE LA “PACEM IN TERRIS”
37ª Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales
PONTIFICIUM
CONSILIUM DE COMMUNICATIONIBUS SOCIALIBUS
1 de Junio de 2003
Mensaje
del Santo Padre
Queridos
hermanos y hermanas:
1. La Encíclica
Pacem in terris del Beato Papa Juan XXIII llegó como un faro
de esperanza para los hombres y mujeres de buena voluntad en los oscuros
días de la Guerra Fría. Al afirmar que la auténtica
paz requiere “guardar íntegramente el orden establecido
por Dios.” (Pacem in terris, 1), el Santo Padre señaló
la verdad, la justicia, la caridad y la libertad como los pilares de
una sociedad pacífica (ibid., 37).
El creciente
poder que adquirían los modernos medios de comunicación
social fue parte importante del trasfondo de la Encíclica. El
Papa Juan XXIII tenía muy en cuenta esos medios cuando llamaba
a la “serena objetividad” en el uso de los “medios
de información que la técnica ha introducido” y
que “tanto sirven para fomentar y extender el mutuo conocimiento
de los pueblos”; él desacreditaba “los sistemas de
información que, violando los preceptos de la verdad y la justicia,
hieren la fama de cualquier país” (ibid., 90).
2. Hoy,
mientras recordamos el cuadragésimo aniversario de Pacem in terris,
la división de los pueblos en bloques contrapuestos es casi sólo
un recuerdo doloroso, pero todavía la paz, la justicia y la estabilidad
social están ausentes en muchas partes del mundo. El terrorismo,
el conflicto en Medio Oriente y otras regiones, las amenazas y contra-amenazas,
la injusticia, la explotación y las violaciones a la dignidad
y la santidad de la vida humana, tanto antes como después del
nacimiento, son realidades que causan consternación en nuestros
días.
Mientras
tanto ha crecido enormemente el poder de los medios para moldear las
relaciones humanas e influenciar la vida política y social, tanto
para el bien como para el mal. De aquí la permanente actualidad
del tema elegido para la trigésima séptima Jornada Mundial
de las Comunicaciones Sociales: “Los medios de comunicación
al servicio de la auténtica paz, a la luz de la Pacem in terris”.
El mundo de los medios tiene todavía mucho que aprender del mensaje
del Beato Papa Juan XXIII.
3. Los
Medios y la verdad. La exigencia moral fundamental de toda comunicación
es el respeto y el servicio a la verdad. La libertad de buscar y decir
la verdad es un elemento esencial de la comunicación humana,
no sólo en relación con los hechos y la información,
sino también y especialmente sobre la naturaleza y destino de
la persona humana, respecto a la sociedad y el bien común, respecto
a nuestra relación con Dios. Los medios masivos tienen una irrenunciable
responsabilidad en este sentido, pues constituyen la escena donde hoy
en día se intercambian las ideas y donde los pueblos pueden crecer
en el conocimiento mutuo y la solidaridad. Es por eso que el Papa Juan
XXIII defendió el derecho a “buscar la verdad libremente
y, dentro de los límites del orden moral y el bien común,
manifestar y difundir las propias opiniones”, todo ello como condición
necesaria para la paz social (Pacem in terris, 12).
De hecho,
con frecuencia los medios prestan un valiente servicio a la verdad;
pero a veces funcionan como agentes de propaganda y desinformación
al servicio de intereses estrechos o de prejuicios de naturaleza nacional,
étnica, racial o religiosa, de avidez material o de falsas ideologías
de tendencias diversas. Ante las presiones que empujan a la prensa a
tales errores, es imprescindible una resistencia ante todo por parte
de los propios hombres y mujeres de los medios, pero también
de la Iglesia y otros grupos responsables.
4. Los
Medios y la justicia. El Beato Papa Juan XXIII tuvo palabras elocuentes
en la Pacem in terris sobre el bien común universal -“el
bien universal, es decir, el que afecta a toda la familia humana”
(nº 132)- en el que cada individuo y todos los pueblos tienen el
derecho de compartirlo.
La proyección
global de los medios comporta especiales responsabilidades en este aspecto.
Si bien es cierto que los medios suelen pertenecer a grupos con intereses
propios, privados y públicos, la naturaleza intrínseca
de su impacto en la vida requiere que no favorezcan la división
entre los grupos -por ejemplo en el nombre de la lucha de clases, del
nacionalismo exacerbado, de la supremacía racial, la limpieza
étnica u otros similares-. Enfrentar a unos contra otros en nombre
de la religión es un error particularmente grave contra la verdad
y la justicia, como lo es el tratamiento discriminador de las creencias
religiosas, pues éstas pertenecen al espacio más profundo
de la dignidad y libertad personal.
Cuando
realizan una crónica cuidadosa de los hechos, explicando bien
los temas y presentando honradamente los diversos puntos de vista, los
medios cumplen su grave deber de impulsar la justicia y la solidaridad
en las relaciones humanas a todos los niveles de la sociedad. Esto no
significa quitar importancia a las injusticias y divisiones, sino ir
a sus raíces para que puedan ser comprendidas y sanadas.
5. Los
medios y la libertad. La libertad es una condición previa de
la verdadera paz, así como uno de sus más preciosos frutos.
Los medios sirven a la libertad sirviendo a la verdad, y por el contrario,
obstruyen la libertad en la medida en que se alejan de la verdad y difunden
falsedades o crean un clima de reacciones emotivas incontroladas ante
los hechos. Sólo cuando la sociedad tiene libre acceso a una
información veraz y suficiente, puede dedicarse a buscar el bien
común y respaldar una responsable autoridad pública.
Si los
medios están para servir a la libertad, ellos mismos deben ser
libres y usar correctamente esa libertad. Su situación privilegiada
les obliga a estar por encima de las meras preocupaciones comerciales
y servir a las verdaderas necesidades e intereses de la sociedad. Si
bien existen normativas públicas sobre los medios, adecuadas
a la defensa del bien común, a veces el control gubernamental
no lo es. En particular los reporteros y comentaristas tienen el grave
deber de seguir las indicaciones de su conciencia moral y resistir a
las presiones que les empujan a “adaptar” la verdad para
satisfacer las exigencias de los poderes económicos o políticos.
En concreto
es necesario, no sólo encontrar el modo de garantizar a los sectores
más débiles de la sociedad el acceso a la información
que necesitan, sino también asegurar que no sean excluidos de
un papel efectivo y responsable en la toma de decisiones sobre los contenidos
de los medios, y en la determinación de las estructuras y líneas
de conducta de las comunicaciones sociales.
6. Los
medios y el amor. “La ira del hombre nunca realiza la justicia
de Dios” (Santiago 1,20). En el clímax de la Guerra Fría,
el Beato Papa Juan XXIII expresó un pensamiento que aunaba la
sencillez con una gran profundidad sobre lo que comportaba el camino
de la paz: “Es necesario que la norma suprema que hoy se sigue
para mantener la paz sea sustituida por otra completamente distinta,
en virtud de la cual se reconozca que una paz internacional verdadera
y constante no puede apoyarse en el equilibrio de las fuerzas militares,
sino únicamente en la confianza recíproca” (Pacem
in terris, 113).
Los medios
de comunicación son actores clave en el mundo actual, y tienen
un papel inmenso que realizar para construir aquella confianza. Su poder
es tal, que en poco tiempo pueden suscitar una reacción pública
positiva o negativa hacia los eventos, según sus intereses. El
público sensato se dará cuenta de que un poder tan enorme
requiere los más altos niveles de compromiso con la verdad y
el bien. En este sentido los hombres y mujeres de los medios están
especialmente obligados a contribuir a la paz en todas las partes del
mundo derribando las barreras de la desconfianza, impulsando la reflexión
sobre el punto de vista de los otros, y esforzándose siempre
por aunar a los pueblos y las naciones en un entendimiento y respeto
mutuo; y más allá de la comprensión y el respeto,
¡en la reconciliación y la misericordia!. “Allá
donde dominan el odio y la sed de venganza, allá donde la guerra
lleva sufrimiento y muerte de los inocentes, es necesaria la gracia
de la misericordia para apaciguar las mentes y los corazones y construir
la paz” (Homilía en el Santuario de la Divina Misericordia
en Cracovia-Lagiewiniki, 17 de agosto 2002, nº 5).
Aunque
todo esto parezca un enorme desafío, de ningún modo es
pedir demasiado a los hombres y mujeres de los medios. Tanto por vocación
como por profesión, están llamados a ser agentes de paz,
de justicia, de libertad y de amor, contribuyendo con su importante
labor a un orden social “basado en la verdad, establecido de acuerdo
con las normas de la justicia, sustentado y henchido por la caridad,
y realizado bajo los auspicios de la libertad” (Pacem in terris,
167). Por ello mi oración en esta Jornada Mundial de las Comunicaciones
sociales se eleva para que los hombres y las mujeres de los medios asuman
más que nunca el desafío de su vocación: servir
al bien común universal. De ello dependen, en gran medida, su
realización personal y la paz y felicidad del mundo. Que Dios
los bendiga, les ilumine y les fortalezca.
Desde
el Vaticano, 24 de enero de 2003, Fiesta de San Francisco de Sales.
ENCOMENDAR
A MARÍA LAS NECESIDADES DE LA IGLESIA Y DEL MUNDO
El Papa
reiteró su invitación a rezar el Rosario y a encomendar
a la Madre de Dios «toda preocupación y toda necesidad
de la Iglesia y del mundo», en su mensaje para la clausura del
mes mariano.
Juan Pablo
II se unió espiritualmente el sábado por la noche a los
fieles congregados ante la Gruta de la Virgen de Lourdes - que se encuentra
en los jardines vaticanos - «casi entregando como don» a
la Inmaculada «todo el camino espiritual cumplido en este mes
mariano». Es decir, «todo propósito, toda preocupación
y toda necesidad de la Iglesia y del mundo», con el anhelo de
que la Virgen Santa acoja cada invocación que se le dirige.
En la tradicional
clausura del mes dedicado a María, que se celebra cada año,
precisamente el 31 de mayo, por medio de un mensaje leído por
el Vicario General del Papa para la Ciudad del Vaticano, Mons. Francesco
Marchisano, el Pontífice destacó el papel de la Virgen
en la historia de la salvación y en nuestra vida. La Madre de
Dios, sigue acompañando el camino de la Iglesia a lo largo de
los siglos. Una vez, más Juan Pablo II invitó a perseverar
en oración con Ella, de modo especial, al acercarse el Evento
de Pentecostés, «invocando al Espíritu para que
descienda abundantemente sobre toda la Iglesia difundida en el mundo».
El Papa
quiso renovar su invitación a todos a «rezar el Rosario
asiduamente, cuidando con esmero su calidad». En este llamamiento,
el Santo Padre subrayó que piensa «en primer lugar en los
sacerdotes», para que «con su ejemplo y guía conduzcan
a los fieles a redescubrir el sentido y el valor de esta oración».
Tras destacar
que es también un llamamiento a las personas consagradas, especialmente
a las religiosas, Juan Pablo II desea que puedan seguir de cerca a María,
«que guardaba en su corazón los misterios de su Hijo divino.
Y, dirigiéndose a las familias, el Papa reiteró su exhortación
a que se reúnan a menudo, sobre todo al final del día,
«para rezar juntos el Rosario» que es «una de las
más bellas y consoladoras experiencias de la comunidad doméstica».
«En
la clausura del mes de mayo, al comenzar el mes de junio consagrado
al Corazón de Cristo percibimos cómo María nos
conduce a Cristo. Ella es el camino más breve para llegar al
Corazón de Jesús, donde podemos recibir los dones extraordinarios
de su amor y de su misericordia», finalizaba recordando el Mensaje
del Santo Padre, impulsando luego a todos a magnificar al Señor,
con el cántico que brotó del corazón de María
en la casa de santa Isabel, con el fin de que «toda nuestra vida»
sea una alabanza a Dios.
«SED
UNA BENDICIÓN»: CONGRESO ECUMÉNICO DE LAS IGLESIAS
ALEMANAS
Que este
evento ecuménico sea un gran signo para que «lo que nos
une en la fe se vuelva más fuerte y significativo de lo que nos
separa». Es el anhelo que expresa Juan Pablo II en su Mensaje
a los participantes en las primeras Jornadas Ecuménicas. Mensaje
que fue leído en la tarde del miércoles en Berlín,
en la inauguración de este histórico encuentro, por el
Nuncio Apostólico en Alemania, Mons. Giovanni Lajolo.
Unas ciento
cincuenta mil personas, católicos y protestantes, acudieron a
la inauguración de estas jornadas, que se clausurarán
el próximo domingo, con el lema «Sed una bendición».
El Papa, animó a los participantes a dar un testimonio común
de fe en un país como Alemania, «donde los efectos del
relativismo ético y del secularismo se vuelven cada vez más
claros y evidentes» y «donde se puso en marcha la división
de la Iglesia occidental».
En este
contexto, señalando los «numerosos pasos que se han cumplido
hasta ahora por la senda de la reconciliación», Juan Pablo
II exhortó a perseverar en estos esfuerzos con sensibilidad y
en el respeto recíproco, con paciencia y, al mismo tiempo con
valentía, con profundo respeto de la verdad y con auténtico
amor». Asimismo, el Papa hizo un llamamiento a los cristianos
alemanes para que aboguen en defensa del matrimonio, de la familia y
la vida humana.
TELEGRAMA
DE PÉSAME POR LA MUERTE DEL CARDENAL COLASUONO
Al conocer
la noticia de la muerte, ocurrida el sábado, del cardenal italiano
Francesco Colasuonno, el Santo Padre envió sendos telegramas
de pésame a la hermana del purpurado fallecido y al Arzobispo
de Bari, Archidiócesis de la que era natural el finado.
Juan Pablo
II, recordando con admiración el fecundo servicio a la Iglesia
y a la Santa Sede del cardenal Colasuonno, pone de relieve la intensa
y paciente obra, de este generoso Pastor, como Nuncio Apostólico.
De forma especial, «en ocasión de su servicio en los países
del este europeo, durante un particular y sufrido período de
la historia de aquellas naciones»
El funeral
por el alma del cardenal Colasuonno tuvo lugar el domingo mañana,
por la tarde, en la misma parroquia de Grumo Appula, lugar donde había
nacido el 2 de enero de 1925. Con el fallecimiento de este purpurado,
el Colegio Cardenalicio se compone ahora de 167 miembros, de los cuales
111 son electores.
El cardenal
Francesco Colasuonno había sido elegido arzobispo titular de
Tronto y nombrado delegado apostólico en Mozambique, en 1974.
Consagrado, el 9 de febrero de 1975, en Bari, por el Cardenal Corrado
Ursi, arzobispo de Nápoles, Italia. Pro-nuncio en Zimbabwe, en
1981, y cuatro años después en Yugoslavia. Nuncio con
encargo especial y jefe de la delegación de la Santa Sede para
los contactos permanentes de trabajo con el gobierno de la República
de Polonia, en 1986. Representante de la Santa Sede ante la Federación
Rusa, cuatro años después. Nuncio en Italia, en 1994,
y en el 95, Nuncio en San Marino. Creado cardenal diácono, el
21 de febrero de 1998; recibió la birreta roja y la diaconía
de S. Eugenio, el 21 de febrero de 1998. Enviado especial del papa a
la clausura de las celebraciones del V Centenario de la Evangelización
de Mozambique, Maputo, del 11 al 16 de agosto de 1998.
«FAMILIA,
CAMINO DE LA IGLESIA Y EL PUEBLO»: LEMA DEL VIAJE A CROACIA
La santidad,
la familia, el ecumenismo, la relación entre fe y cultura, la
nueva evangelización y la dimensión mariana de la Iglesia
son los temas que destacará Juan Pablo II en su Visita a Croacia.
Viaje que cumplirá los próximos días del 5 al 9
de junio, que hace el número cien de los que ha realizado fuera
de Italia, en sus casi 25 años de Pontificado y que tendrá
como lema «La familia, el camino de la Iglesia y el pueblo».
El Arzobispo
de Zagreb, en una conferencia de prensa, celebrada el miércoles
en esta ciudad para presentar precisamente este Viaje del Papa, puso
de relieve que los preparativos para la tercera visita de Juan Pablo
II a Croacia «se están ultimando con éxito y entusiasmo».
El presidente de la Conferencia Episcopal croata se refirió de
modo especial a la beatificación de la Sierva de Dios Ivana del
Crucificado Petkovic, que el Pontífice elevará al honor
de los altares el viernes el 6 de junio, en Dubrovnik.
Con esta
beatificación, señaló el Arzobispo de Zagreb, «así
como con las otras que ha celebrado en el mundo, el Papa desea demostrar
que en la Iglesia la santidad es algo presente y con ello nos aporta
la dimensión de la esperanza». La nueva beata, Marija Petkovic,
dedicó su vida a ayudar a huérfanos y viudas, fundó
la congregación de las Hijas de la Caridad de la tercera orden
de San Francisco y vivió también en América Latina,
donde su congregación está presente en Argentina, Chile,
Paraguay y Perú.
SORPRESA
POR AUSENCIA DE MENCIÓN EXPLÍCITA AL CRISTIANISMO EN
EL BORRADOR DEL PREÁMBULO DE LA CONVENCIÓN EUROPEA
El Director
de la Oficina de Prensa de la Santa Sede señaló, el viernes
en una declaración, que «se ha notado con satisfacción
que, con el actual proyecto del artículo 51, la Convención
Europea ha incluido en el tratado constitucional el contenido de la
Declaración 11 aneja al Tratado de Amsterdam y ha previsto un
diálogo constante con las Iglesias y con las Comunidades religiosas,
reconociendo su identidad y contribución específica».
Sin embargo,
el doctor Navarro Valls añadió que «por lo que se
refiere al primer proyecto del Preámbulo, se ha constatado la
mención de varias e importantes componentes que han concurrido
a plasmar el patrimonio europeo, pero que se ha evidenciado con sorpresa
la ausencia de una mención explícita del Cristianismo».
Por consiguiente, finaliza la declaración, «se comparte
la opinión de aquellos autorizados miembros de la Convención,
que ya han propuesto la inclusión de dicho elemento en la sucesiva
versión del Preámbulo, para respetar la verdad histórica
y para un mejor equilibrio del texto».
CONSTITUCIÓN
EUROPEA Y REFERENCIA AL PATRIMONIO CRISTIANO
La Santa
Sede ha pedido que la futura Constitución Europea incluya una
referencia al «patrimonio religioso, especialmente cristiano»
que ha forjado el continente. Esta sugerencia fue hecha por el arzobispo
Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados en
una entrevista concedida al diario italiano «Il Corriere della
Sera»
En el artículo
37 del borrador actual del Tratado constitucional, se ha incluido el
respeto del estatuto vigente de las Iglesias y comunidades religiosas
en las legislaciones de los Estados miembros de la Unión Europea,
algo que monseñor Tauran espera que quede en la versión
definitiva, en vísperas de la reunión del Presidium de
la Convención Europea, encargada de la redacción de esta
Carta Magna.
Dado que
la mención en el texto de los valores espirituales y religiosos
de Europa suscitaba debate, el presidente de la Convención, Valéry
Giscard d'Estaing, pidió que esta referencia pueda incluirse
en el «Preámbulo» de la Constitución, cuya
redacción pronto se discutirá. En cambio, según
monseñor Tauran, podría ser el espacio adecuado para mencionar
el «patrimonio religioso, especialmente cristiano» de Europa.
Según
el prelado francés, esta fórmula, «propuesta por
las Conferencias Episcopales de la Unión» es válida,
«pues tiene en cuenta la contribución dada por las diferentes
religiones, sin descuidar la aportación totalmente particular
del cristianismo». Según Mons. Tauran, si se rechaza la
propuesta, «se pagaría el precio de reescribir la historia
europea».
REFLEXIÓN
SOBRE GRAN NECESIDAD DE CAMBIO Y CONVERSIÓN PARA
LA PAZ EN EL MUNDO
En el Año
del Rosario, proclamado por Juan Pablo II, se publica un volumen para
«impulsar y acompañar la reflexión sobre la gran
necesidad de cambio y conversión», de la que depende el
logro de la paz en el mundo.
En el marco
del Año del Rosario, proclamado por Juan Pablo II, el Consejo
Pontificio Justicia y Paz publicó en estos días, un pequeño
volumen con el fin de «impulsar y acompañar la reflexión
sobre la gran necesidad de cambio y conversión», de la
que depende el logro de la paz en el mundo. Lo señala el Presidente
de este dicasterio, el Arzobispo Renato Martino, al introducir esta
publicación, que enlaza los misterios del Rosario con episodios
evangélicos y con trozos de los Mensajes del Santo Padre para
las Jornadas Mundiales de la Paz.
Recordando
las palabras de Juan Pablo II, Mons. Martino hace hincapié en
que «el Rosario es una oración que transforma, porque siembra
en el que lo reza aquel germen de bien, del que se pueden esperar frutos
de justicia y solidaridad, en la vida personal y comunitaria».
La presentación de los veinte misterios gozosos, luminosos, dolorosos
y gloriosos culmina con las Letanías de Loreto y finaliza con
la «Oración a María, Reina de la Paz», escrita
por el mismo prelado.
En ella
se ruega a la Madre de la Misericordia que conceda su intercesión
para que los gobernantes reciban la sabiduría necesaria que dirija
las conquistas de la ciencia y de la técnica hacia un desarrollo
humano que respete la creación, la justicia y la paz en todo
el mundo.
NOMBRAMIENTOS
PONTIFICIOS
ARCHIDIÓCESIS
DE LUCA (ITALIA)
Juan Pablo II ha nombrado arzobispo coadjutor a mons. Benvenuto Italo
CASTELLANI, hasta ahora obispo de Faenza-Modigliana (Italia).
DIÓCESIS
DE SAN MARTÍN (ARGENTINA)
Juan Pablo II ha nombrado Obispo de la diócesis a Mons. Guillermo
RODRÍGUEZ MELGAREJO, hasta esta fecha auxiliar de Buenos Aires.
DIÓCESIS
DE VÁC (HUNGRÍA)
El Pontífice ha nombrado obispo de la diócesis a Mons.
Miklós BEER, hasta la fecha obispo titular de Ceciri y auxiliar
de la archidiócesis de Esztergom-Budapest.
COMENTARIO
A LA LITURGIA DEL DOMINGO
SOLEMNIDAD
DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (B): 1 de junio de 2003
«Id al mundo entero»
La Ascensión
gloriosa es el punto final de la carrera de Jesucristo en este mundo,
en el que nosotros vivimos. Cierra el ciclo de todos los misterios
de la vida de Cristo, conforme al plan de Dios, que él expuso
con toda sencillez: “Yo salí del Padre y vine al mundo;
ahora dejo el mundo y voy al Padre” (Jn 16,28). La Ascensión
forma un todo con la resurrección y la entronización
de Jesús a la derecha de Dios, como Señor de todas las
cosas.
Le vieron
subir al cielo. Fue una muestra visible para los discípulos
del misterio de la glorificación de Jesús, conforme
a la mentalidad que tenían del mundo. Nosotros tenemos un concepto
distinto del cosmos. No en vano el progreso de la ciencia nos ofrece
un conocimiento más claro del mundo que nos rodea. El hecho
de verlo "subir" no es más que un signo de que Dios
ha glorificado a "su siervo, Jesús". Y, al mismo
tiempo, les cercioraba de la separación de su vivencia habitual
con el Maestro. Llegaba el final de aquella convivencia, que había
durado todo el tiempo de la vida pública de Jesucristo.
Ahora
empezaba el tiempo de la Iglesia. Jesucristo seguirá siempre
presente entre los suyos. Pero ya no estará junto a ellos de
manera visible. No le podemos ver ni palpar, como cuando caminaba
por el mundo como un hombre más entre los hombres. Lo esencial
a la fe, respecto de este misterio, es saber que Dios "ha glorificado
a su Siervo Jesús" (Act 3,13). Que Jesucristo, en premio
a su generosidad, a su humillación y entrega, en aras de su
amor al Padre y a todos los hombres, sus hermanos, ha sido revestido
de la gloria de Dios y elevado al primer puesto, como Rey y Señor
de todos los hombres y de toda la creación. Esto es lo que
pertenece a nuestra fe cristiana.
San León,
a propósito de la separación entre el Maestro y los
suyos, en su homilía en esta festividad, decía: "La
fuerza de las almas grandes y la luz de los corazones verdaderamente
fieles consiste en creer sin sombra de duda lo que no pueden ver y
en fijar el deseo allí donde no pueden fijar sus miradas"
(Hom 2ª,1).
Nosotros
ahora ya no podemos ver y, sin embargo, creemos. Creemos aquello que
nuestros ojos no ven. Lo tenemos por realidad viva. Y nuestros deseos,
que siempre suelen tener el peligro de vagar por el mundo, buscando
dónde fijarse, se concentran allí, donde él está
sentado a la diestra de Dios.
Es éste
realmente un pensamiento hermoso. Convenía que Jesús
se ausentara. Lo dijo él mismo: “os conviene que yo me
vaya” (Jn 16,7). Es necesario que se cumpla el plan de Dios,
para que nosotros alcancemos la salvación. Por eso ahora no
podemos tener el consuelo de estar físicamente junto a Jesús,
como estuvieron los Apóstoles. Viéndole como ellos le
veían.
La fiesta
de la Ascensión de Jesucristo es una llamada a todo corazón
noble y cristiano. San Pablo, en la lectura de hoy, nos recuerda:
"Que Dios....ilumine los ojos de vuestro corazón, para
que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama".
Somos llamados. Tenemos una vocación, en virtud de la cual,
caminamos como cristianos. No estamos aquí definitivamente
instalados. Se nos llama a otra parte. ¿A dónde? Allí
donde está Jesús, que es nuestra Cabeza. Y, puesto que
él está ya en la patria, puesto a la meta de nuestra
peregrinación, todos sus miembros somos arrastrados hacia él.
Así,
la solemnidad de la Ascensión de Jesucristo, nos recuerda nuestra
vocación cristiana. Cuando contemplamos al Señor que
sube sobre los cielos para sentarse a la diestra de Dios recordamos
mejor cuál es y debe ser el objetivo de todas nuestras aspiraciones.
Por lo demás, tendremos que caminar con fortaleza. Es virtud
propia de las almas nobles. “Nuestras almas están llamadas
a lo alto; por lo mismo ?dice San León? no las depriman los
deseos terrestres” (Ib, 5).
En la
lucha por la vida, al caminar entre tantas cosas que, al fin y al
cabo, atraen nuestro corazón o lo deprimen, nosotros no podemos
dejarnos arrastrar por nada. Ni podemos hundirnos en la tristeza o
el miedo ante las dificultades constantes. Tenemos un asidero firme
a que acogernos.
En la
carta a los Hebreos se nos dice: “...asiéndonos a la
esperanza propuesta, que nosotros tenemos como segura y sólida
ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá
del velo, a donde entró por nosotros como precursor, Jesús”
(Heb 6,19-20). Jesús ha entrado allí. Nuestra esperanza,
clavada en el cielo, fija ya nuestra vida. Seguimos caminando sin
miedo. Podemos navegar por el mundo, sin temer a nada. Sabiendo esto,
podemos celebrar con gozo el misterio de la glorificación de
Jesús: su Ascensión gloriosa a los cielos.
Para
que, avivada nuestra fe y nuestra esperanza, el amor a nuestro Señor
nos lleve a caminar por el mundo a la manera como él caminó.
Para que también se pueda cumplir en nosotros aquello: "Salí
del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre".
MEJORAS
EN EL PROYECTO DE FUTURA CONSTITUCIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA
Representantes
de la Iglesia católica y del resto de las comunidades cristianas
europeas han alentado las mejoras que se han hecho al proyecto de
futura Constitución de la Unión Europea, en particular
la que prevé el reconocimiento del estatuto de las iglesias
y comunidades religiosas.
La publicación
del proyecto revisado de la primera Parte del Tratado Constitucional
ha sido acogida con la publicación de un comunicado conjunto
emitido este martes por el reverendo Rüdiger Noll, director de
la Comisión Iglesia y Sociedad de la Conferencia de las Iglesias
Europeas (KEK) y por monseñor Noël Treanor, secretario
general de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea
(COMECE).
La KEK
reúne a 126 iglesias ortodoxas, protestantes, anglicanas y
vetero-católicas de todos los países europeos, con más
de 43 organizaciones asociadas. La COMECE es una comisión de
las Conferencias Episcopales Católicas de los Estados miembros
de la Unión Europea.
El comunicado
conjunto, tras felicitar a los miembros de la Convención Europea
por el «impresionante trabajo que han realizado», aplauden
«las enmiendas que refuerzan el compromiso de la Unión
por una economía de mercado social y --en sus relación
con el mundo-- por la promoción de la paz, la seguridad, el
comercio libre y justo, la protección de los derechos del hombre
y el respeto de los principios de la Carta de las Naciones Unidas».
Los representantes
cristianos aprueban asimismo, según ZENIT, la última
redacción del «Título VI» de la Constitución
sobre «La vida democrática de la Unión»,
por considerar que ha sido visiblemente mejorada. «Aplaudimos
el consenso creciente sobre el papel de la religión en la futura
Unión Europea, como lo refleja el proyecto enmendado del artículo
51 (antiguo Artículo 37)», afirma el comunicado.
«Este
artículo garantiza el respeto por parte de la Unión
Europea del estatuto de las Iglesias y comunidades religiosas en los
Estados miembros, basado en las diferentes tradiciones constitucionales»,
recuerda el texto. «La disposición de un diálogo
abierto, transparente y regular, refleja la contribución específica
de las Iglesias y de las comunidades religiosas, que son algo distinto
a la autoridad secular, al servicio de toda la sociedad», aclaran
los representantes cristianos.
El comunicado
termina deseando «inspiración y valentía»
a los miembros de la Comisión para las próximas semanas,
en las que trabajarán por alcanzar un consenso final. En el
borrador de Constitución europea analizado por el comunicado,
que fue presentado este lunes, no prevé la referencia a las
raíces religiosas europeas. Miembros del Presidium, asamblea
con 105 representantes, entre ellos el presidente de la Convención,
Valéry Giscard d'Estaing, han pedido que se haga esta mención
en el «Preámbulo». El arzobispo Jean-Louis Tauran,
secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, en una entrevista
concedida este domingo a «Il Corriere della Sera», consideró
que podría ser el lugar adecuado para mencionar el «patrimonio
religioso, especialmente cristiano» de Europa.
CEE:
CONDENA DEL NUEVO ATENTADO TERRORISTA EN ESPAÑA
La Conferencia
Episcopal Española condena «con toda firmeza» el
nuevo atentado terrorista, perpetrado el viernes en la localidad navarra
de Sangüesa, en el que fueron asesinados dos policías
nacionales al estallar la bomba lapa adosada a su coche. Según
los Obispos, «supone por parte de sus autores el desprecio a
la Ley de Dios, a la Sociedad y a la vida humana». Asimismo,
recuerdan las recientes palabras del Santo Padre en España,
e invitan «a los creyentes a pedir con insistencia a Dios el
don de la paz, que ante todo es don de Dios, y a construirla entre
todos mediante la conversión interior».
En su
nota de condena, los Obispos españoles invitan «también
a todos a ser "operadores y artífices de paz", testimoniando
con la propia vida que "las ideas no se imponen, sino que se
proponen" y que ninguna demanda o reivindicación se puede
defender con el asesinato». Por último, la nota cita
la reciente Instrucción Pastoral «Valoración moral
del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias»
elaborada por la Conferencia Episcopal para pedir «a todas las
personas de buena voluntad que permanezcan cercanas "a quienes
han sufrido los zarpazos del terrorismo y a que sientan como propia
la preocupación de los que viven en un estado constante de
amenaza o de presión violenta" prestándoles apoyo
y protección».
"POR
UNA CULTURA DE PAZ": 37 JORNADA MUNDIAL COMUNICACIONES SOCIALES
Con el
título «Por una cultura de la paz» fue difundido
ayer el mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal de
Medios de Comunicación Social de España con motivo de
la XXXVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra
el próximo 1 de junio. En el mensaje, los obispos muestran
su cercanía a los periodistas que sufren el acoso del terrorismo,
y confirman, por otro lado, el enorme avance de la Iglesia en el panorama
comunicativo español logrado en los últimos años.
«Queremos
transmitir a quienes en nuestro país trabajan en los medios
de comunicación, cercanía y solidaridad a ellos y a
sus familias, a veces amenazados - dice la nota - por la violencia
terrorista de quienes pretenden hacer callar las voces de la más
noble e invencible de las causas: la de la defensa de la vida y la
libertad personal y colectiva de los ciudadanos».
El mensaje
de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social
anima, asimismo, a las comunidades cristianas a «que muestren
su solicitud y cercanía para con estos periodistas amenazados
y con todas las víctimas de la violencia, a la vez que suplican
a los fieles para una oración más intensa y constante
al Señor por aquellos profesionales de los medios que son víctimas
de las guerras».
AUSTRIA:
IGLESIAS ABIERTAS TODA LA NOCHE
UN ESPACIO DE SILENCIO Y ORACIÓN A CUALQUIER
HORA
«La
noche de la misericordia». Así es como, el Arzobispo
de Viena, Cardenal Christoph Schonborn, calificó la iniciativa
de mantener abiertas las Iglesias, también por la noche, para
que los «fieles tengan disponible a cualquier hora un espacio
de silencio y oración».
En una
entrevista concedida a nuestra emisora, sobre el primer Congreso internacional
para la nueva evangelización y para la misión ciudadana,
sobre el tema «Abrid las puertas a Cristo» - además
de presentar este Encuentro inaugurado el sábado pasado y que
se clausura el próximo domingo - el cardenal Schonborn destacó
que junto con los Arzobispos de París, Lisboa y Bruselas, ha
decidido poner en marcha esta iniciativa y señala que «en
las grandes ciudades es donde el hombre más siente «la
necesidad del Evangelio y de la búsqueda de Dios».
El mencionado
Congreso, se celebrará en París, en octubre de 2004;
luego en Lisboa, en el 2005, y finalmente en Bruselas, en el 2006.
La idea nació de la comunidad carismática Emmanuel y
ha sido acogida con entusiasmo por los cardenales Schonborn, Lustiger,
Policarpo y Dannells. Precisamente, el Arzobispo de Viena subraya
que «las capitales europeas deben aprovechar el tesoro que supone
tantas iglesias hermosas llenas de historia». En este contexto,
el purpurado pone de relieve asimismo que «dejar sus puertas
abiertas por la noche para disfrutar de un espacio de silencio y oración
supone permitir una experiencia sorprendente».
Estas
«noches de misericordia» son una forma de evangelización
en las grandes urbes, que brinda la posibilidad a los sacerdotes de
hablar abiertamente de la fe con los ciudadanos, explicaba el cardenal
Schonborn, añadiendo luego que «la Iglesia abre así
su corazón a los corazones heridos de la gente de hoy»
y que «estos momentos producen un gran número de conversiones».
160
ANIVERSARIO DE LA PONTIFICIA OBRA DE LA SANTA INFANCIA
Juan
Pablo II recordaba el pasado 16 de mayo que este año se celebra el
160 aniversario de la Pontificia Obra de la Santa Infancia y afirmó
que deseaba "evocar y subrayar el gran compromiso de actividad y de
sensibilización que esta Obra lleva a cabo 'desde la infancia' para
promover la causa misionera. El Papa se expresó así ante los 150 participantes
en la asamblea general del Consejo superior de los directores generales
de las Pontificias Obras Misioneras, entre ellos al cardenal Crescenzio
Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos,
el dicasterio al que están confiadas las Obras Misioneras.
En su discurso el Santo Padre subrayó que "en las Obras Misioneras
se manifiesta la solicitud del Papa por todas las Iglesias" y que
su tarea era "promover y sostener las actividades misioneras en todo
el Pueblo de Dios", esforzándose de forma especial en ayudar a las
iglesias más necesitadas. Precisamente "uno de los objetivos principales
de las Obras Misioneras -agregó el Pontífice- es el de suscitar vocaciones
'ad gentes' y de por vida, tanto en las Iglesias antiguas como en
las más jóvenes". Recordamos que las Cuatro Obras Misioneras son:
la Pontificia Obra para la Propagación de la Fe; la Pontificia Obra
de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena; la Pontificia Obra de
la Santa Infancia y la Pontificia Unión Misionera (PUM).
En
1922, Pío XI publicó el Motu proprio "Romanorum Pontificum" con el
que otorgaba el título "pontificio" a estas obras de misión. Y ahora
el Santo Padre se apresta a recibir dentro de poco a una delegación,
numerosa y vivaz, de chicos y chicas de todo el mundo que vendrán
a Roma para celebrar el significativo aniversario de su Obra benemérita".
El encuentro del Papa con la Obra de la Santa Infancia tendrá lugar
el 14 de junio. Juan Pablo II observaba que el mes de mayo es el mes
por excelencia de María y del Rosario y exclamó literalmente que :
"Es muy sugestivo el Rosario misionero", donde cada decena tiene un
color que representa un continente diverso: "blanco para la vieja
Europa, para que sea capaz de reapropiarse de la fuerza evangelizadora
que ha engendrado en tantas Iglesias; amarillo para Asia, plena de
vida y juventud; verde para África, sometida a la prueba del sufrimiento,
(...) rojo para América, vivero de nuevas fuerzas misioneras, azul
para el continente de Oceanía, que espera una difusión más capilar
del Evangelio".
De las cuatro Obras misioneras, la Pontificia Obra para la Propagación
de la Fe es la más antigua. Fue fundada en 1822 por una laica, la
venerable Marie-Pauline Jaricot, con el fin de "fomentar un ardor
misionero renovado en la comunidad cristiana", como recordó el Papa
en 1998. Las sumas entregadas en los últimos años a las tierras de
misión se han utilizado para construir iglesias y capillas, conventos,
rectorías, parroquias y centros de diverso tipo para la catequesis
y la formación de catequistas. La Pontificia Obra de San Pedro Apóstol
para el Clero Indígena fue fundada, en cambio, por Jeanne y Stephanie
Bigard, madre e hija, que con su "genio femenino" e "intuición espiritual",
como afirmó Juan Pablo II, dedicaron esta obra "al servicio del ministerio
universal de Pedro.
Las sumas distribuidas por esta obra se destinan a la construcción
de seminarios, a la ampliación de los ya existentes y a ayudas en
la formación de los seminaristas. La Pontificia Obra de la Santa Infancia,
fundada en 1843, "defiende los derechos de los niños a crecer en su
dignidad de hombres y mujeres". Una de sus muchas actividades es la
creación de escuelas de actividad misionera que facilitan formación
profesional durante dos años sobre misiología, espiritualidad y metodología.
Finalmente, la Pontificia Unión Misionera fue creada en 1916 para
sensibilizar acerca de la actividad misionera a los sacerdotes, religiosos,
candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa y a las personas que
se dedican a la actividad pastoral de la Iglesia. Cuenta con oficinas
en varios lugares del mundo para llevar a cabo su tarea. Publica una
revista en diversos idiomas y desde los años 80 ofrece un curso por
correspondencia de misiología.
HEMOS
LEÍDO PARA USTEDES
Mossén
CINTO
Josep M. de SAGARRA, El meu Verdaguer, La Campana, Barcelona 2002,
153 pág,
A terminar
el llamado AÑO VERDAGUER, se han hecho análisis de su
eco a través de conferencias, publicaciones, recitales etc.
La prensa resumía así lo sucedido:
"
El año Verdaguer ha sido un éxito que ha superado las
expectativas de los organizadores, si nos atenemos a las cifras. El
balance numérico es apabullante: más de mil actos (exactamente
1.095, incluidas 42 exposiciones), 68 publicaciones (con 24 ediciones
críticas y reediciones), medio millar de conferencias, coloquios
y recitales, difusión masiva entre los escolares, inusual incremento
de visitantes en los museos del poeta" (La Vanguardia)
Todo
ello ha ayudado sobremanera para que se tenga una visión mucho
más real de lo que fue Mossén Cinto. Ha pasado demasiado
tiempo para que se pudieran recordar sucesos y anécdotas, y
también se hubiera podido tener en las manos alguna de sus
obras. Y la pérdida de muchos elementos de identificación
ha hecho que bastante gente no haya podido reconocer su pluma, y su
inspiración en textos que, sin embargo, son conocidos de todos
los que sienten en su espíritu las vibraciones que él
sintió a través de su lengua, el catalán.
¡Cuántas
canciones e himnos religiosos, hoy de gran popularidad, algunos de
ellos de una lírica extraordinaria, y de una fe arraigada muy
profundamente en el evangelio salieron de su inspiración y
de su pluma!
Y entre
todo este alud de evocaciones, ha habido un texto breve, delicioso,
que anima mejor que ningún otro la figura de Verdaguer. Lo
publicó hace tiempo (1968) José M. De Sagarra, y una
iniciativa que hay que agradecer lo ha puesto de nuevo en circulación.
Porque
el gran escritor y poeta que fue Sagarra ha dado de pleno en el blanco
al recordar al sacerdote envejecido y ausente, que conoció
desde chiquillo, y al preguntar a su padre quién era, éste
le dijo, simplemente: Es Mossén Cinto.
Ha habido
conferencias, coloquios y lecturas poéticas (470), espectáculos
de música, danza y teatro (139), espectáculos infantiles
(123), excursiones y rutas (137), 42 montajes expositivos, con más
de 90 presentaciones itinerantes. Sin embargo, las tres conferencias
de Sagarra son textos que hay que leer para reencontrar al Verdaguer
vivo, con su inspiración como gran poeta de la lengua, y con
el contraste de fondo de sus problemas y de sus limitaciones como
hombre, y en opinión de Sagarra, como genio que era.
Sagarra
tiene la virtud de hacer apreciar más a Mossén Cinto,
y animar a su relectura. Quizá falten biografías escritas
con rigor histórico, como algunos lamentan, y uno se pregunta
cómo no se han proyectado con cierto tiempo. La inmediatez
de muchas cosas, y la dificultad de rastrear seriamente sobre su vida,
sin entrar en anécdotas o controversias que ahora se ven con
ópticas diferentes, han impedido quizás un trabajo más
serio que algunas aproximaciones parciales a su vida, que no pasan
de simples escritos breves biográficos, o textos de divulgación,
aunque se hayan reeditado libros ya antiguos de Torrents o S.J. Arbó.
En todo
caso, El meu Verdaguer de Sagarra es inapreciable para tener a mano
una obra que descubre lo que un poeta puede descubrir de otro poeta.
Y de este descubrimiento se llega al aprecio y al deseo de conocer
mejor, y en sus propias obras, lo que fue Mossén Cinto. Hagan
la prueba.