AUDIENCIA GENERAL: COMBATIR CORRUPCIÓN POLÍTICA, USURA Y CALUMNIAS Juan Pablo II pidió combatir con rigor "cualquier tipo de corrupción política”, que “se destierre la usura”, y que se “eliminen las calumnias y los insultos contra el prójimo”. Lo dijo el miércoles el Papa en su catequesis de la Audiencia General, hablando del Salmo 14 “¿Quién es digno de estar ante el Señor?", donde se establecen las condiciones para participar en la comunión con él. Juan Pablo II continuó este miércoles en su catequesis de la Audiencia General, reflexionando sobre los Cánticos y los Salmos. Hoy lo ha hecho sobre el Salmo 14: “¿Quién es digno de estar ante el Señor?”. Este salmo, manifestó el Papa, muchas veces es clasificado por los estudiosos de la Biblia como parte de una “Liturgia de entrada”. Como ocurre con cualquier composición del Salterio, se puede pensar en una forma de procesión de fieles que se agrupa a las puertas del templo de Sión para acceder al culto. En un diálogo ideal entre fieles y levitas se delinean las condiciones indispensables para ser admitidos en las celebraciones litúrgicas y por lo tanto a la intimidad divina. Por una parte, se pone la pregunta: “¿Señor, quién habitará en tu tienda? ¿Quién permanecerá en tu santo monte?. Y por otro, está la enumeración de las cualidades que se piden para cruzar el umbral que conduce a la “tienda”, es decir al templo sobre el “santo monte” de Sión. Las cualidades enumeradas son once, recordó el Pontífice, y constituyen una síntesis ideal de los esfuerzos morales de base presentes en la ley bíblica. En las fachadas de los templos egipcios y babilónicos aparecían a veces las condiciones requeridas para ingresar en el aula sagrada. Pero hay que subrayar una diferencia significativa, subrayó el Papa, con las sugeridas por nuestro Salmo. En muchas culturas religiosas se pide, para ser admitidos ante la Divinidad, sobre todo la pureza ritual “exterior” que comporta abluciones, gestos y vestidos particulares. En cambio, el Salmo 14, exige la purificación de la conciencia “interior”, para que sus opciones estén inspiradas por el amor a la justicia y al prójimo. En estos versículos se escucha, por ello, vibrar el espíritu de los profetas que repetidamente invitan a conjugar fe y vida, oración y esfuerzo existencial, adoración y justicia social. Después el Santo Padre aludió al ejemplo del profeta Amós. Seguidamente, Juan Pablo II, se detuvo en las 11 condiciones o compromisos enumerados por el Salmista, que constituyen la base de un examen de conciencia personal cada vez que nos preparamos para confesar nuestras culpas y para ser admitidos en la comunión con el Señor en la celebración litúrgica. Los tres primeros compromisos son de “índole general” y expresan una elección ética: seguir el camino de la integridad moral, la práctica de la justicia y la sinceridad. Otras tres hacen referencia a las relaciones con el prójimo; dos son de ámbito social; y las tres últimas se refieren a la conciencia. Las condiciones que hacen referencia a las relaciones con el prójimo son, según precisó el Papa, “eliminar la calumnia del lenguaje, evitar cualquier acción que pueda dañar al hermano y frenar los insultos contra quienes viven a nuestro lado a diario”. Los compromisos “de ámbito social” son “el desprecio del malvado y honrar a quien teme a Dios”. Y "las de conciencia” son: “ser fieles a la palabra dada, al juramento, aún en el caso de que nos reporte consecuencias dañosas; no practicar la usura, plaga que en nuestros días sigue siendo una infame realidad capaz de estrangular la vida de muchas personas; y evitar la corrupción en la vida pública, otro compromiso que hay que practicar con rigor en nuestro tiempo". Tras desarrollar puntualmente estos requisitos, el Pontífice manifestó, que seguir este camino de decisiones morales auténticas significa estar preparados al encuentro con el Señor. También Jesús, en el Discurso de la Montaña, propondrá una esencial “liturgia de ingreso”: “Si presentas tu ofrenda sobre el altar y te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu don y ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a ofrecer tu don”. Quién actúa en el modo indicado por el Salmista – concluye la oración – “permanecerá compacto para siempre”. Juan Pablo II, terminó su catequesis, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano recordando a San Hilario de Poitiers, Padre y Doctor de la Iglesia del siglo IV. Su Tractatus super Psalmos comenta de esta manera la imagen de la tienda del templo de Sión: “Operando según estos preceptos, se vive en la tienda, se descansa sobre el monte. Por lo tanto permanece sólida la custodia de los preceptos y la obra de los mandamientos. Este Salmo debe estar fundamentado en lo más íntimo, debe estar escrito en el corazón, anotado en la memoria; el tesoro de su rica brevedad debe permanecer en nosotros de noche y de día. De esta manera adquiere riqueza nuestro camino hacia la eternidad y permaneciendo en la Iglesia, podremos finalmente descansar en la gloria del cuerpo de Cristo”. Este fue el resumen de la catequesis del Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia leído por el padre Agustino Don Fernando Del Río :
Y este fue el saludo del Santo Padre en español a los peregrinos que habín participado en la audiencia:
En polaco Juan Pablo II se refirió a la reciente fiesta celebrada de la Presentación del Señor unida a la fiesta de la Vida Consagrada. En este día las personas consagradas en Roma y en todo el mundo han renovado los propios votos de fidelidad a Cristo. Por la pureza de la vida, pobreza y castidad quieren siempre convertirse a su Maestro Jesucristo. Quieren proclamar con la vida la Buena Nueva. Les estamos muy agradecidos por ello. Que Dios bendiga a todas las congregaciones y las personas consagradas y envíe nuevos coros de fieles que sigan el Evangelio. Como siempre, al final, Juan Pablo II se dirigió a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Celebramos estos días, manifestó el Papa, la memoria litúrgica de algunos mártires, San Blas, Santa Águeda y San Pablo Miki y compañeros japoneses. Que el ejemplo heroico de estos testigos de cristo os ayude a vosotros, jóvenes, a abrir el corazón al heroísmo de la santidad; os sostenga a vosotros, enfermos, a ofrecer el don precioso de la oración y del sufrimiento por la Iglesia; y que a vosotros, recién casados, os de la fuerza de marcar a vuestras familias con los valores cristianos.
REFORMA DE LA ONU, UNA OBLIGACIÓN MORAL Y POLÍTICA Juan Pablo II reiteró el sábado, una vez más, su ferviente esperanza de que los estados miembros de las Naciones Unidas consideren la reforma de esta Organización como «una obligación moral y política que llama a la prudencia y a la determinación, así como un requisito necesario para el desarrollo de un orden internacional al servicio de toda la familia humana». Al recibir en audiencia al presidente de la 58 Sesión de la Asamblea General de la ONU, Julian Robert Hunte, el Papa recordó que la Santa Sede considera a esta Organización como un importante medio para la promoción del bien común universal. Y, refiriéndose a la necesidad de reestructurar la ONU para que su función sea más eficiente, el Papa subrayó que esta meta se debe proponer - además de llegar a ser una verdadera instancia superior para la justa resolución de los problemas internacionales – el logro de que las mismas Naciones Unidas sean, cada vez más, una autoridad de mayor respeto moral para la comunidad internacional.
FRANCIA: FALTA DE PASTORES Y SECULARIZACIÓN DE LAS MENTALIDADES En su discurso a los Obispos de las provincias eclesiásticas francesas de Lyon y de Clermont, que finalizaron el sábado su quinquenal Visita ad Limina Apostolorum, el Santo Padre reflexionó sobre la vida de la Iglesia diocesana en estas dos regiones, ante las dificultades que se presentan debido a la «falta de pastores y a la secularización de las mentalidades». Tras destacar los esfuerzos que se cumplen para preparar con valentía el futuro de estas diócesis francesas, Juan Pablo II se refirió a la importancia del impulso que se da al papel de las parroquias, en especial, para afrontar «la evolución demográfica, la creciente urbanización y la disminución del número de sacerdotes, que se irá percibiendo cada vez con mayor intensidad con el pasar de los años». En este contexto, el Papa expresó su satisfacción por el buen logro de los programas de «formación permanente y de catequesis con los fieles, permitiéndoles tomar conciencia de forma profunda de las riquezas que ofrece la vida parroquial». Es decir – hizo hincapié Juan Pablo II - «las tres grandes misiones de la Iglesia. La misión profética, caracterizada por la tarea de anunciar a todos los hombres la Buena Nueva de la Salvación – misión que el mismo Señor confió a su Iglesia - . La misión sacerdotal, que consiste en participar en el único Sacerdocio de Cristo, celebrando los misterios divinos. Y, finalmente, la misión real que se expresa sirviendo a todos, como hizo Jesús». «Toda comunidad eclesial, y en particular la parroquia - que es la célula fundamental de la vida de la Iglesia diocesana - debe anunciar el Evangelio, celebrar el culto que le corresponde a Dios y servir como hizo Cristo», reiteró el Pontífice, señalando luego que «la comunidad parroquial expresa la diversidad de los miembros que la componen y la variedad de sus carismas, abriéndose asimismo a la vida de las asociaciones o de los movimientos que la componen». Asimismo, el Santo Padre señaló que esta «toma de conciencia de la verdadera identidad de la parroquia pone de relieve que no es sólo un territorio geográfico o una subdivisión administrativa, sino que, además de ser ‘comunidad eclesial fundamental’, la misma parroquia acompaña a los fieles a un redescubrimiento de la identidad de su propia diócesis». «La diócesis es una entidad viva, una realidad humana y espiritual, una familia de comunidades que abarca a las parroquias y a las demás realidades eclesiales presentes en el territorio». Recordando esta definición, el Papa subrayó asimismo la importancia del «redescubrimiento de la verdadera naturaleza de la Iglesia». Puesto que «la Iglesia no es ni una administración ni una empresa». Sino que es, ante todo, «una realidad espiritual, formada por hombres y mujeres llamados por la gracia de Dios a ser hijos e hijas de Dios, que ingresan en una fraternidad nueva por medio del Bautismo que les incorpora a Cristo». «El redescubrimiento de la naturaleza sacramental de la Iglesia, que es también ‘comunión misionera’ (Christifideles laici, n. 32), se debe expresar pues en una dinámica nueva que tienda por completo a la evangelización», recomendó una vez más Juan Pablo II, expresando satisfacción por las actividades que se realizan en estas diócesis francesas de Lyon y de Clermont, «gracias a una reflexión sinodal, con una perspectiva misionera, en la reorganización pastoral de las mismas diócesis, en la evangelización de la juventud y en la pastoral de los sacramentos». En el marco de la «Iglesia, como comunión, de personas de diferentes grupos, lugares y sensibilidades, que están llamadas a caminar juntas», el Pontífice exhortó a «la unidad y a la coherencia de todos al rededor de los Pastores encargados de conducir el rebaño». Aún más, el Papa expresó su esperanza de que los miembros de las distintas comunidades - de forma especial las más tradicionales - «se abran a las demás realidades y sensibilidades de las Iglesias locales, para participar de forma más activa en la vida diocesana, siguiendo el magisterio del Concilio Vaticano II». Pues, «al igual que todos sus hermanos sacerdotes, los sacerdotes de estas comunidades tienen un papel pastoral específico con respecto a los fieles, manifestando su comunión filial con el Obispo, así como con la Iglesia Universal, y haciéndose disponibles a las llamadas a la misión». En lo que se refiere a «los fenómenos sociales nuevos y a los ‘areópagos modernos’, el Papa invitó a impulsar el servicio de las fuerzas apostólicas, ayudando a las diócesis que cuentan con menor número de sacerdotes. También destacó el Santo Padre la importancia de la celebración de la liturgia, de la comunión visible de la Iglesia diocesana y del Misterio Eucarístico. Sin olvidar el ministerio de los diáconos permanentes y el papel de los fieles laicos en el servicio eclesial. Luego, poniendo de relieve la larga tradición misionera de los católicos franceses, Juan Pablo II hizo hincapié en la importancia del compromiso en favor de la misión en el exterior. Y finalizó su amplio discurso dedicando unas palabras a los que desarrollan su apostolado en los medios de comunicación social, en las emisoras de radio y en la prensa diocesana. Juan Pablo II invitó a estos Obispos de las provincias eclesiásticas francesas de Lyon y de Clermont a proseguir en su camino de testimoniar a todos los bautizados la cercanía espiritual del Santo Padre. Con el anhelo de que «todos sus fieles participen plenamente en la vida de su diócesis, fortaleciendo los lazos de comunión entre ellos, abriéndose a las demás Iglesias, alimentando siempre su pertenencia a la Iglesia Universal y rezando para que el Papa cumpla su ministerio de Sucesor de Pedro». VISTA AD LIMINA DE LOS OBISPOS FRANCESES
LA VIOLENCIA EN NOMBRE DE LA RELIGIÓN ES SIEMPRE UNA PROFANACIÓN La violencia en nombre de la religión es siempre una profanación. Y la constatación de este alarmante rumbo hace necesario que judíos y católicos subrayen la importancia de una educación religiosa que promueva el respeto y el amor hacia el prójimo. Esta fue la exhortación el jueves del Santo Padre recibiendo en audiencia a una delegación americana del Comité Judío. El Pontífice aprovechó la ocasión para insistir de nuevo en el sufrimiento y violencia que asola Tierra Santa y ha ofrecido su ferviente oración para que se encuentre una solución justa que respete los derechos y la seguridad tanto de israelíes como de palestinos.
SACERDOTES
HUMILDES, MODESTOS Y CASTOS, VALORES QUE SON "EL Juan Pablo II, recibiendo a los participantes a la plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pidió un compromiso para trabajar en la difusión de la ''ley moral natural'' y un empeño para la adecuada acogida de los documentos del magisterio, que eviten distorsiones mediáticas”. Juan Pablo II recibió el viernes en audiencia a los miembros de la Congregación para la Doctrina de la fe al término de su sesión plenaria. Una cita que se produce cada dos años y que permite al Papa recordar el perfil doctrinal y los puntos más importantes de la actividad de la Congregación, cuyo principal objetivo es el de tutelar la verdad de la fe católica al servicio del magisterio del Sucesor de Pedro. “Una misión -dijo el Santo Padre- que tiene entre sus prioridades la unidad de la fe y de la comunión de todos los creyentes, unidad necesaria para el cumplimiento de la misión salvífica de la Iglesia”. Esa unidad ha de ser “descubierta continuamente en su riqueza y oportunamente defendida, afrontando los desafíos que se le plantean”, señaló el Pontífice. “El actual contexto cultural, caracterizado por un difundido relativismo y por la tentación de caer en un fácil pragmatismo, exige hoy más que nunca el anuncio valiente de la verdad que salva al hombre y un renovado impulso evangelizador. “La tradición evangélica constituye el primer y fundamental compromiso de la Iglesia”, explicó después el Papa. Cualquier tipo de actividad debe permanecer inseparable del compromiso para ayudar a todos a encontrar a Cristo en la fe. Y “la plena adhesión a la verdad católica, ha advertido el Pontífice, no disminuye sino que exalta la libertad humana”. “Este amor es el es el sigilo precioso del Espíritu Santo que, como protagonista de la evangelización, no cesa de mover los corazones hacia el anuncio del Evangelio. El Santo Padre habló después de la “acogida” que tienen los “documentos magisteriales por parte de los fieles católicos, a menudo desorientados más que informados por las inmediatas reacciones e interpretaciones de los medios de comunicación”. Juan Pablo II explicó que más que un “hecho mediático los documentos han de ser presentados como un evento eclesial del magisterio”. “Se trata de una palabra autorizada que hace luz sobre una verdad de fe o sobre algunos aspectos de la doctrina católica” y precisamente es en esta “valencia doctrinal” donde reside el carácter altamente pastoral del documento, cuya acogida ha de convertirse en ocasión propicia para la formación, la catequesis y la evangelización. Para que “la acogida” se convierta en auténtico evento eclesial conviene prever modos oportunos de transmisión y de difusión del documento y ante todo han de ser los Pastores de la Iglesia los primeros responsables en conocer y valorar los contenidos del magisterio pontificio. Otro “argumento importante y urgente” que ha sacado a colación el Papa ha sido el de “la ley moral natural”. “Sobre la base de esta ley -ha afirmado el Santo Padre- se puede construir una plataforma de valores compartidos, en torno a los cuales desarrollar un diálogo constructivo con todos los hombres de buena voluntad y más en general con la sociedad secular. Sin embargo, hoy a causa de la crisis de la metafísica en muchos ambientes se asiste, por una parte, a la difusión entre los creyentes de una moral de carácter fideísta y, por otra, falta una referencia objetiva para las legisladores, que frecuentemente se basan solamente en el consenso social, lo que hace cada vez más difícil el poder llegar a un fundamento ético común a toda la humanidad. El Papa ha invitado a promover oportunas iniciativas en este campo. La última prioridad que el Papa ha indicado a la Congregación que más estrechamente colabora con él en el campo de la doctrina y por tanto de la verdad cristiana, ha sido el de pedir que se adopten las medidas necesarias para la sólida formación de los seminaristas y del clero en general en el campo de la castidad.
Juan Pablo II recibió en audiencia el martes a un grupo de seminaristas del Seminario mayor de Viena que habían llegado a Roma acompañados por su arzobispo, el cardenal Christoph Schönborn. En su breve discurso el Santo Padre, después de saludar al cardenal Schönborn, a los superiores y a los seminaristas, dijo que “hay que seguir a Cristo en comunión con la jerarquía de la Iglesia”. “Cada día hay que dar una respuesta a Cristo sobre la pregunta “¿Tú me amas?” El Papa subrayó los medios imprescindibles Para seguir el camino de la santidad: el estudio, la oración, la confesión y la participación en la Eucaristía.
ÁNGELUS:
EL SANTUARIO DE LOURDES ESTÁ LIGADO AL SUFRIMIENTO,
PERO TAMBIÉN En la cita dominical para el Ángelus, Juan Pablo II recordó la Jornada Mundial del Enfermo - el próximo 11 de febrero festividad de la Virgen de Lourdes - y expresó su solidaridad a los trabajadores de la primera fábrica italiana que visitó en 1981 y que conoce una grave crisis ocupacional. En sus palabras antes del Ángelus, Juan Pablo II recordó que el próximo 11 de febrero – memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes - se celebra la Jornada Mundial del Enfermo y, después del rezo mariano, expresó su solidaridad a los trabajadores de la acería italiana de Terni, empresa que conoce una grave crisis ocupacional. Refiriéndose a las manifestaciones que se van a celebrar el próximo miércoles en Lourdes, precisamente en el lugar donde María Santísima se apareció a Santa Bernardita Soubirous – presentándose como «la Inmaculada Concepción» - el Papa puso de relieve que este año se conmemora el ciento cincuenta aniversario del dogma de la Inmaculada proclamado por su predecesor, el Beato Pío IX, cuya fiesta se celebró ayer. Luego, el Pontífice destacó que el Santuario de Lourdes está ligado al sufrimiento pero también a la vida y a la esperanza: «Son conocidos los estrechos lazos que existen entre Nuestra Señora de Lourdes y el mundo del sufrimiento y de la enfermedad. En el Santuario de la gruta de Massabielle, los enfermos son desde siempre los protagonistas y a lo largo de los años Lourdes ha llegado a ser una auténtica ciudadela de la vida y de la esperanza». En este contexto, el Papa señaló que no podía ser de otra forma, puesto que «la Inmaculada Concepción de María es, en efecto, la primicia de la redención cumplida por Cristo y prenda de su victoria sobre el mal». «Aquel manantial de agua que brota de la tierra, del que la Virgen invitó a beber a Bernardita evoca la potencia del Espíritu de Cristo, que sana integralmente al hombre y le dona la vida eterna», recordó asimismo Juan Pablo II, invocando el amparo de la Virgen sobre la pastoral de la salud en Europa y sobre todos los enfermos: «Que la Virgen vele sobre cuantos participarán en los eventos que tendrán lugar los próximos días en Lourdes: los encuentros sobre la pastoral de la salud en los países de Europa y sobre la relación especial entre la Inmaculada y los enfermos. A la Virgen Santa le encomendamos sobre todo la solemne Celebración eucarística que presidirá mi Enviado Especial, cardenal Lozano Barragán, Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud». Y, después del Ángelus, el Santo Padre saludó a un grupo de trabajadores de las acerías de Terni – localidad que se encuentra a unos cien kilómetros de Roma - que habían peregrinado a pie para rezar con el Papa ante la grave crisis que atraviesa esta empresa, que además es la primera fábrica italiana que visitó pastoralmente Juan Pablo II, como él mismo recordó: «No puedo olvidar que allí precisamente, el 19 de marzo de 1981, realicé mi primera visita pastoral a una fábrica italiana. Queridos trabajadores, como dije entonces, aprecio vuestra firme voluntad de ‘defender vuestro trabajo y su dignidad’. Estoy a vuestro lado en las actuales dificultades y anhelo que pronto se pueda encontrar una solución justa para vosotros y vuestras familias». El Santo Padre saludó asimismo, en portugués, a los grupos de las Parroquias de San Ovidio y de Cristo Rey, de la Diócesis de Porto, y luego, a los peregrinos italianos, en particular a los Hermanos de Nuestra Señora de la Misericordia y a los cooperadores laicos, deseándoles lo mejor en su actividad educativa, que comenzó en Roma hace 150 años. Y, en marco de la XII Jornada Mundial del Enfermo, que Juan Pablo II recordó durante el Ángelus entrevistamos al cardenal Javier Lozano Barragán, Enviado Especial del Papa para las celebraciones que tendrán lugar en el Santuario de Lourdes:
FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR «Han transcurrido cuarenta días de la Solemnidad de la Navidad y hoy la Iglesia vuelve a estar de fiesta para celebrar el día en el que María y José presentaron a Jesús en el Templo»… Con estas palabras, el Papa introducía el lunes - fiesta de la Presentación del Señor y VIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada - la Liturgia de la Palabra en la Basílica Vaticana. La celebración, presidida por Juan Pablo II, tuvo lugar a las cinco y media de la tarde y se abrió con la bendición de los cirios, por parte del Santo Padre que, además de pronunciar la homilía, dirigió la oración de acción de Gracias a Dios por el don, precisamente, de la Vida Consagrada. El Papa puso de relieve el marco de luz, fe y esperanza en el que la Iglesia celebra esta Jornada y exhortó a los consagrados a renovar su compromiso tan especial e importante para la Iglesia entera: «Cuantos han ofrecido para siempre su existencia a Cristo por la llegada del Reino de Dios están invitados a redescubrir la riqueza del testimonio profético de la vida consagrada, en la variedad de sus carismas y compromisos apostólicos». El Santo Padre dirigió un saludo especial al Cardenal Eduardo Martínez Somalo, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que presidió la Celebración Eucarística, a los numerosísimos presentes y a los consagrados de todo el mundo: «Mi saludo afectuoso va también, en particular, a vosotros queridos Religiosos, Religiosas y Miembros de los Institutos Seculares, así como a todos aquellos que testimonian fielmente los valores de la vida consagrada en todo el mundo. Cristo os llama a conformaros cada vez más en Él, que por amor se hizo obediente, pobre y casto. Seguid dedicándoos con pasión al anuncio y a la promoción de su Reino. Ésta es vuestra misión, tan necesaria hoy como en el pasado». El Papa reiteró su apremiante llamamiento a los queridos Religiosos y Religiosas a proseguir en la senda de la fidelidad a Dios, con el mismo entusiasmo y la generosidad que les impulsó la primera vez que pronunciaron sus votos: «Repetid cada día vuestro ‘sí’ al Dios del Amor con alegría y convicción. En la intimidad del monasterio de clausura o al lado de los pobres y marginados, entre los jóvenes o en el interior de las estructuras eclesiales, en las distintas actividades apostólicas o en tierra de misión, Dios os quiere fieles a su amor y entregados al bien de los hermanos. Ésta es la preciosa aportación que podéis ofrecer a la Iglesia, para que el Evangelio de la esperanza llegue a los hombres y mujeres de nuestro tiempo».
TELEGRAMA POR ATENTADO TERRORISTA EN MOSCÚ Profunda consternación de Juan Pablo II por la trágica noticia del atentado terrorista perpetrado ayer en el metro de Moscú, en el telegrama al Nuncio Apostólico en la Federación Rusa. «Profundamente consternado por la trágica noticia» del atentado perpetrado el jueves en el metro de Moscú, Juan Pablo II transmitió su pesar, en un telegrama dirigido - en su nombre - por el Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, al Nuncio Apostólico en la Federación Rusa, Mons. Antonio Mennini. Además de «su sentido pésame a los familiares de los fallecidos y de todas las víctimas de la violencia», el Santo Padre «invoca su consoladora Bendición Apostólica sobre cuantos han sido afectados por este dramático suceso». PIDAMOS A DIOS QUE CONVIERTA LOS CORAZONES DE QUIEN BUSCA VENGANZA
MENSAJE A LA COMUNIDAD DE SAN EGIDIO El Santo Padre envió un mensaje a la Comunidad de San Egidio en ocasión del VI Encuentro Internacional de los Obispos y Sacerdotes amigos de esta Comunidad. El Mensaje, dirigido a Mons. Vincenzo Paglia, Obispo de Terni-Nardi-Amelia, recuerda a los asistentes en el encuentro, que estaban reunidos para vivir juntos momentos de reflexión y de oración en un clima fraternal, enriquecido también por la presencia de responsables de otras Iglesias y Comunidades eclesiales. Asimismo, el Papa alude al servicio de evangelización y de caridad, que presta la asociación desde hace 36 años en Roma así como en otros lugares de Europa, África, América Latina y Asia. Sus múltiples actividades, afirma Juan Pablo II, son particularmente preciosas en este momento histórico en el que se detecta la urgencia de anunciar y testimoniar el Evangelio de la caridad a todos los pueblos, superando dificultades, obstáculos e incomprensiones, hoy dramáticamente presentes. Vuestra reflexión se concentra precisamente sobre el tema “El Evangelio de la caridad”, reconociendo el mensaje de esperanza que debe ser manifestado sobre todo a los pobres, todavía muy numerosos, a pesar de la difusión del bienestar existente en varios Países. Seguidamente el Pontífice recuerda al beato Juan XXIII, a quién le gustaba decir que la Iglesia es de todos, pero de manera especial de los pobres, casi haciendo eco a la Bienaventuranza evangélica: Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. El Reino de Dios pertenece a los pobres, a los que, según algunos Padres, pueden ser nuestros abogados ante Dios. También el Papa reflexiona, a este respecto, sobre las palabras del Libro del Eclesiástico y del evangelista san Mateo. ¡Con ardiente oración imploramos esa sabiduría evangélica finaliza su Mensaje el Papa, que nos haga comprender el vínculo del amor que une a los pobres a Jesús y a sus discípulos! En efecto, el Divino Maestro usa el término “hermano” para indicar a los discípulos y a los pobres, casi estrechándoles en un único círculo de amor. Estimado Hermano, para la Comunidad de san Egidio y para aquellos que pretenden compartir el espíritu, que el amor a los pobres sea el digno distintivo. XXXVI ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE LA COMUNIDAD DE SAN EGIDIO
Esta semana estuvo con nosotros Mons. José Luis Redrado Marchite, secretario del Consejo Pontificio para la pastoral de la Salud que nos habló sobre la próxima jornada Mundial del enfermo que se celebrará el 11 de febrero.
SIGNIFICADO DE LA XII JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO El pasado 24 de enero se publicaba la carta en la que el Santo Padre nombraba al cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, su enviado especial a las celebraciones de la XII Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar en Lourdes (Francia) el próximo 11 de ese mes de febrero. El purpurado mexicano nos hace una reflexión sobre el significado de la Jornada de este año que coincide con el 150 aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada.
EL NÚMERO DE CATÓLICOS BAUTIZADOS AUMENTÓ EN DIEZ MILLONES El martes fue presentado al Santo Padre el anuario Pontificio 2004. El número de católicos bautizados durante el año anterior aumentó en diez millones y representa el 17% de la población mundial El cardenal secretario de estado Angelo Sodano, presentó al Santo Padre el anuario Pontificio 2004, quien expresó su agradecimiento a todos los que han colaborado en la edición de este volumen que registra la puesta a punto de los datos de la Iglesia católica en el mundo. De la lectura del libro se desprenden las últimas novedades. Durante el 2003 el Santo Padre ha creado 30 nuevos cardenales, han sido creadas 19 sedes episcopales, 1 Exarcado Apostólico, 1 Ordinariato Militar, 1 Prefectura Apostólica; han sido elevadas 4 sedes metropolitanas, 2 sedes episcopales, y nombrados 175 nuevos obispos en el mundo. Sobre una población mundial de 6.200 millones de personas los católicos bautizados son 1.071 millones, es decir el 17,2% Distribuidos por continentes el 50% vive en América; el 26% en Europa; el 12.8% de los católicos son africanos; el 10,3% vive en Asia y el 0.8% en Oceanía. Respecto a la población existente los datos cambian: en América, los católicos son el 62% de la población; los europeos son en el 40% católicos; en Oceanía el 26% de la población es católica; el África el 16%, mientras que sólo un 3% en Asia. Las personas comprometidas en distintas actividades pastorales son en el mundo 4.217.500, de las cuales: 4.695 son obispos, 405.000 sacerdotes; 30.000 diáconos permanentes, 54.800 religiosos profesos no sacerdotes, 783.000 religiosas, 28.700 miembros de institutos seculares, 143.700 misioneros laicos, y más de 2.700.000 catequistas. Respecto a la situación en el año 2001, el número de sacerdotes ha quedado fundamentalmente estable. Sin embargo, analizando más concretamente las vocaciones religiosas y los sacerdotes diocesanos, se advierte que frente un aumento de éstos últimos, disminuyen de unos mil miembros, en cambio, los sacerdotes religiosos. Aumentan en torno al 3% los diáconos permanentes y los misioneros laicos. También aumenta del 0,7% el número de candidatos al sacerdocio. Los seminaristas son actualmente casi 113.000, en el mundo. Particular satisfacción de las vocaciones en África con un aumento del 5,8% y en América con 1,4%, mientras la situación aparece en ligero declino en Asia y Europa.
PRIMERA REUNIÓN DE LA COMISIÓN MIXTA INTERNACIONAL PARA EL DIÁLOGO TEOLÓGICO ENTRE LA IGLESIA CATÓLICA Y LAS IGLESIAS ORIENTALES ORTODOXAS El cardenal Kasper y el metropolitano Bishoy subrayaron en Egipto la importancia de la reunión en El Cairo que inaugura una nueva fase de diálogo teológico oficial entre la Iglesia Católica y las Iglesias Orientales Ortodoxas, consideradas una familia. Esta reunión, que ha tenido lugar del 27 al 30 de enero, se ha celebrado en El Cairo (Egipto), y constituye la primera reunión de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Orientales Ortodoxas. El encuentro, bajo los auspicios de Su Santidad Shenouda III, Papa de Alejandría y Patriarca de la Sede de San Marcos, estuvo presidido por el cardenal Walter Kasper, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el metropolitano Amba Bishoy, de Damiette, secretario general del Santo Sínodo de la Iglesia Copta Ortodoxa, en calidad de delegados de las Iglesias respectivas. En la primera parte del encuentro se analizaron los numerosos estudios y actividades llevadas a cabo en los últimos treinta años. Después se abrió la discusión sobre los siguientes temas: consultas a nivel informal entre la Iglesia Católica y las Iglesias Orientales Ortodoxas; el diálogo oficial entre la Iglesia Católica y la Iglesia Copta Ortodoxa; el diálogo oficial entre la Iglesia Católica y la Iglesia Siro-Malankar Ortodoxa; las declaraciones oficiales efectuadas por la Iglesia Católica y algunas de las Iglesias Orientales Ortodoxas. También se presentó un documento conjunto de la Conferencia Nacional de los Obispos Católicos de Estados Unidos y de la Conferencia de las Iglesias Orientales Ortodoxas de ese país relativo a los diversos aspectos del diálogo. Los temas y discusiones han mostrado la gran labor efectuada hasta ahora, que puede ser provechosa para el futuro diálogo de la comisión. El Plan de Trabajo y el Programa para el Diálogo constituyeron la segunda parte de la reunión, durante la que se decidió además el argumento del próximo encuentro "Iglesia como comunión", que se celebrará del 25 al 30 de enero de 2005. El cardenal Kasper propuso como sede la ciudad de Roma.
VISTA AD LIMINA DE LOS OBISPOS FRANCESES Juan Pablo II prosiguió recibiendo esta semana a los prelados de la Conferencia Episcopal de Francia en visita ad limina apostolorum. En el marco de la Visita ad Limina Apostolorum que están realizando en estos días los prelados de la Conferencia Episcopal de Francia, pudimos escuchar el testimonio del Cardenal Philippe Barbarin, Arzobispo de Lyon: FRANCIA: FALTA DE PASTORES Y SECULARIZACIÓN DE LAS MENTALIDADES
ARCHIDIÓCESIS
DE CARTAGENA (COLOMBIA) DIÓCESIS
DE CHIMBOTE (PERÚ)
Curriculum vitae Con el permiso del obispo de Zamora se trasladó a Perú para desarrollar el ministerio sacerdotal en el Vicariato Apostólico di Jaén, donde tuvo los cargos de Vicario Generale, Canciller de la Curia, párroco, profesor en el Seminario Mayor "San Luis Gonzaga" y Director del Instituto Pedagógico. Fue nombrado obispo de Chachapoyas el 18 de mayo de 1991 y recibió la ordenación episcopal el 5 de julio sucesivo. El 31 de octubre de 1992 fue nombrado también administrador apostólico "ad nutum Sanctae Sedis" de la diócesis vacante de Cajamarca y el 11 de marzo de 1995 fue nombrado obispo de Cajamarca.
DIÓCESIS DE HUACHO (PERÚ) DIÓCESIS
DE HUARÍ (PERÚ) DIÓCEIS
DE HUARAZ (PERÚ) DIÓCESIS
DE ALES-TERRALBA (ITALIA) DIÓCESIS
DE CAHORS (FRANCIA) DIÓCESIS
DE TORIT (SUDÁN) CONSEJO PONTIFICIO PARA LAS COMUNICACIONES SOCIALES
DOMINGO
V DEL TIEMPO ORDINARIO (C): 8 de febrero de 2004 Isaías experimentó fuertemente la trascendencia y la santidad de Dios y así reconoció su propia indignidad y el don de la purificación de Dios. Y sólo entonces estuvo dispuesto para ser profeta, un servidor de la palabra de Dios. El mismo nos lo cuenta en la primera lectura. Lo mismo le sucede hoy a Pedro y a sus compañeros ante Jesús: Estaban a la orilla del Lago lavando las redes y Jesús subió a la barca de Pedro. Y sentado en ella enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar le dice a Pedro: “Rema mar adentro y echad las redes para pescar”. Pedro contestó: “Maestro nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada. Pero, por tu palabra, echaré las redes”. No, humanamente hablando no tiene sentido volver a intentarlo. Y, además, ¡ahora que tenían ya limpias las redes!... Pero Pedro se fía de la palabra de Jesús. Sí, reconoce que su esfuerzo durante toda la noche ha sido inútil, pero ahora se fía de la palabra de Jesús. Y, por eso, obedece. Es entonces, cuando puede experimentar el poder de la palabra del Señor: Hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Tuvieron que hacer señas a los de otra barca para que les echaran una mano. Y pescaron tanto que casi se hundían las dos barcas. Al ver esto Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. Y es justo entonces, cuando Jesús le dice: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres”. Sí, frente a su esfuerzo inútil, Pedro ha experimentado la pesca como un signo de la santidad de Cristo y del poder de su palabra. El toma así conciencia de su condición de pecador. Y esta fe de Pedro y esta humildad de Pedro son las condiciones en las que el Señor le encomienda la misión. Justo porque esos son los requisitos para una entrega total. Y, en efecto, el Evangelio termina informándonos que Pedro y sus compañeros, dejándolo todo le siguieron. También nosotros estamos bregando todos los días. Metidos hasta el cuello en tareas y compromisos. Y cuántas veces nos acecha la sospecha o la convicción de un esfuerzo inútil. ¡Tantas veces nos encontramos con las manos vacías! Y el Señor nos insinúa hoy dónde puede estar el fallo: confiamos sólo en nuestras fuerzas, sin escuchar su Palabra. O no nos fiamos del todo de ella y, así, no nos embarcamos mar adentro. Calculamos todo, tan a lo humano, que no sabemos detectar las oportunidades que nos ofrece el Señor. Puede ocurrir, también, que no nos atrevamos a secundar las invitaciones del Señor por no toparnos con nuestro propio pecado. Sí, nos falta fe y, sobre todo, humildad: por eso, no nos embarcamos; por eso, no descubrimos la vocación a la que nos podría llamar el Señor. O todavía peor, estar contaminados de esa falsa humildad que renuncia, porque no se cree capaz. Y, así, terminamos por decir: “eso es para otros, pero no para mí”. Con esa humildad no dejaremos nuestras barcas en la playa para irnos con Jesús. Seguiremos limpiando nuestras redes vacías, sin poder ya experimentar una pesca mejor. La Eucaristía de cada domingo nos ofrece la misma oportunidad que a Pedro le dio el Señor: primero nos enseñará desde la barca de Pedro y, luego, nos invitará a remar hacia adentro, para tener otra pesca mejor en nuestras manos, sin confiar, tan solo, en nuestras fuerzas. Y, también, la alegría mejor: la vivencia de ese centro de nuestra fe, como nos dice hoy Pablo: Que Jesucristo ha resucitado de entre los muertos como primicia de nuestra propia resurrección. Dejemos lo que sea con tal de acudir, porque si acudimos con fe y humildad, no otra, sino la de Pedro, entonces sabremos dejar lo que nos estorba para embarcarnos con Jesús en su misma aventura. Hasta que un día, con las redes llenas y no vacías, podamos cumplir el voto del salmista: Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor. Sí, cantar con el salmista a pleno pulmón, que su derecha es la que nos salva.
PIDAMOS A DIOS QUE CONVIERTA LOS CORAZONES DE QUIEN BUSCA VENGANZA El metropolitano de la archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú y presidente del episcopado ruso, monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, expresó su dolor por el atentado suicida del viernes, que en plena hora punta en el metro de la ciudad ha costado la vida a 39 personas, según fuentes oficiales, y ha dejado heridas a otras 134. Tras la explosión, a las 8.32 hora local, todo el tren ardió y las llamas se propagaron con el sistema de ventilación del túnel, aunque muchos de los pasajeros, unas 1.500 personas, lograron salir andando y recibir la ayuda de los equipos de rescate y emergencias. El arzobispo de Moscú se pregunta en su carta a la Agencia Fides «qué corazón de piedra debe tener una persona para ser capaz de destruir la propia vida y la del mayor número posible de personas». «Este atentado nos demuestra una vez más el terrible rostro del terrorismo, que no es justificable por ninguna razón. De ello se deben convencer todos los creyentes y sobre todo los medios de comunicación, para hacer todo lo posible para persuadir a los que están buscando venganza. ¡Ninguna razón justifica el terrorismo!», exclama monseñor Kondrusiewicz. «Como creyentes de todas las religiones –exhorta el prelado-- debemos esforzarnos juntos para promover la paz y la concordia, recordado que el mal se puede vencer con el bien y que no tenemos que caer en la tentación de la venganza». Monseñor Kondrusiewicz pide finalmente a todos los católicos «orar por los fallecidos, por la salud de los heridos y por el consuelo de sus familiares». «Pidamos a Dios que convierta los corazones de quien busca la venganza a fin de obtener la reconciliación y la concordia en nuestro país». TELEGRAMA POR ATENTADO TERRORISTA EN MOSCÚ
XXXVI ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE LA COMUNIDAD DE SAN EGIDIO Miles de personas festejaron el jueves por la tarde el 36 aniversario del nacimiento de la Comunidad de San Egidio. Miembros de la comunidad, voluntarios, cooperantes y huéspedes de San Egidio, obispos cardenales, embajadores, indigentes, representantes de la comunidad en África Occidental y delegaciones europeas participaron en la Basílica de San Juan de Letrán en la solemne celebración eucarística, presidida por el cardenal vicario de Roma, Camilo Ruini. La comunidad de San Egidio nació en Roma en 1968 y en la actualidad agrupa a 50 mil miembros, todos voluntarios, en 63 países del mundo. Hace pocos días el fundador de la organización, Andrea Riccardi, ha recibido en la Universidad católica de Lovaina, Bélgica, el doctorado honoris causa. Entre las iniciativas más recientes de la Comunidad de San Egidio destacan una propuesta de ley para la introducción de la ciudadanía italiana para los niños hijos de inmigrantes nacidos en Italia y la gran campaña nacional para incrementar los servicios a domicilio a los ancianos. Durante el último año su compromiso internacional se ha dirigido principalmente a la consolidación del proceso de paz en Costa de Marfil y en Liberia, además de la promoción del programa para el cuidado del SIDA en África denominado “DREAM” (el segundo mayor proyecto para la atención del SIDA África y el programa que mejores resultados terapéuticos ha conseguido en el mundo). El 2003 ha sido también un año de particular compromiso de la Comunidad por los derechos humanos, junto a los incapacitados, a los que viven en las calles, en la cárcel, en los brazos de la muerte. La campaña mundial contra la pena de muerte y para detener todas las ejecuciones ha conseguido en estos meses 5 millones de firmas al Llamamiento por una Moratoria universal y ha creado un network internacional que une ya 120 ciudades del mundo en acciones a favor de los derechos de los condenados a muerte y del fin de las ejecuciones. Muchas han sido también las iniciativas de diálogo ecuménico y entre los exponentes de las grandes religiones del mundo, para debatir el riesgo de “choques entre las civilizaciones” e indicar vías prácticas de diálogo. Un ejemplo lo encontramos en el “Encuentro Mundial Interreligioso” en septiembre de 2003, donde fue posible reanudar relaciones entre la Iglesia católica y el Patriarcado de Moscú. Precisamente en el encuentro de San Egidio el cardenal Kasper y el metropolita Kirill establecieron las fechas de las reuniones oficiales, suspendidas hacía tiempo, para solucionar el contencioso sobre las iglesias y los uniatas católicos. Muchos has sido también los proyectos de cooperación encaminados el año pasado, como las ayudas a los prófugos de Goba, amenazados por la erupción del volcán, en una zona ya castigada por los sangrientos enfrentamientos de la guerra en el Congo y en la zona de los Grandes Lagos; la casa para ancianos en Bagdad dentro del programa de reconstrucción de Irak; la presencia continuada en el hospital psiquiátrico de Tirana y los programas de las escuelas de la paz para los niños kosovares y albaneses, y en más de 30 países de África, América Latina y Asia. Otra forma de crear canales de comprensión y diálogo en lugares donde el enfrentamiento étnico y religioso es un rápido detonante. MENSAJE A LA COMUNIDAD DE SAN EGIDIO
OBRAS COMPLETAS DE SAN JUAN DE AVILA El miércoles se presentaron en el Colegio Pontificio Español San José de Roma las Obras Completas de San Juan de Ávila, publicadas recientemente por la BAC. Sobre este importante acto nos habló Don Lope Rubio, Rector del citado Colegio: También estuvo con nosotros en director de la BAC, Joaquín Luis Ortega, para hablarnos de la publicación de las Obras Completas de San Juan de Ávila. De hecho la Conferencia Episcopal Española, ha pedido al Santo Padre que proclame Doctor de la Iglesia Universal a San Juan de Ávila. Sobre esta figura tan emblemática también nos habló el director de la Biblioteca de Autores Cristianos:
OBISPOS DE SUDÁN: IMPULSAR LA RECONCILIACIÓN Y EL RESPETO RECÍPROCO Los Obispos de Sudán hacen un apremiante llamamiento en favor de la paz en este atormentado país africano, asolado desde hace veinte años por una guerra civil que ha dejado numerosas víctimas inocentes y tanta pobreza. Ante la firma, el pasado mes de enero, de un histórico acuerdo entre el gobierno de Jartum y los rebeldes del sur sudanés, que prevé la repartición de los recursos petroleros, los prelados sudaneses han publicado una Carta Pastoral recordando su misión de sanar las heridas de la sociedad de esta nación y de impulsar la reconciliación y el respeto recíproco. Los miembros de la Conferencia Episcopal de Sudán señalan la tragedia que viven los numerosos desplazados que a lo largo de estos años han intentado huir de la violencia y manifiestan su plena disponibilidad «a colaborar con el estado en favor de la renovación del sistema legal para la salvaguarda del respeto de la dignidad humana y de los derechos de todos los sudaneses».
FALLECE EL SUPERIOR DE LOS MISIONERO DE MARIANHILL El pasado 25 de enero fallecía el superior general de los misioneros de Marianhill, padre Dieter Gahlen. Para hablarnos de su figura y de cómo se iban a desarrollar los funerales nos acompañó el padre David Fernández, consejero general.
La
Eucaristía, camino hacia el infinito “La Eucaristía apunta a la gran hambre de los humanos. No hay que apresurarse a calificarla de ESPIRIUAL, que es colocarla en una página de nuestra agenda donde no se anotan las cosas urgentes. En realidad, es UN HAMBRE TOTAL que incluye toda necesidad y todo deseo y los asume en este apetito que sobrepasa toda definición, porque ningún saber, ningún poder puede señorearla. La función de la Eucaristía me atrevo a decir que es desplegar el ser del hombre hasta el infinito”. Con estas palabras de Maurice Bellet podríamos resumir, no solamente la intención pedagógica del autor al escribir su libro ¿Comer y beber a Dios?, sino también el proceso filosófico y espiritual de su contenido. El original francés tiene un título más amplio, y más llamativo: LA CHOSE LA PLUS ERANGE...la cosa más asombrosa, comer y beber a Dios que introduce y predispone al lector a lo que van a ser las densas páginas de reflexión y análisis. Porque a partir de la noción de EUCARISTÍA tal como se vive desde y en la fe cristiana, Bellet se asoma al mundo de lo cotidiano, y reflexiona sobre la vida del hombre injertada en la vida de Cristo a través de la comunión eucarística, y no como una acto aislado y temporal, sino como la proyección a la vida social. En la Eucaristía, y con ella, nos introducimos en la gran realidad cósmica de la salvación, participando en la tarea redentor de Cristo a través de los siglos. El hombre es coprotagonista del gran misterio de un Dios cuya carne se come y cuya sangre ha de beberse para tener vida eterna. Los coetáneos de Jesús se extrañaron, llenos de asombro, ante estas palabras, y a través de los siglos el hombre ha ido intentando salir de su perplejidad ante este Misterio. Si hubo épocas en las que la fe no se planteaba más que intentos de aproximación a un hecho que aceptaba como palabra dicha por el mismo Cristo, el hombre de los últimos tiempos ha ido abandonando esta preocupación, y relegado quizá el asombro a un hecho pasado, de épocas de oscuridad o de ceguera racional. Pero el hombre de hoy ha de reencontrar el valor de lo dicho por Jesús. Está sumido en una terrible crisis, y debe encontrar la solución donde no la busca. Y Bellet afirma como gran síntesis, que es precisamente en la Eucaristía donde encontraré lo que ansía y necesita. ¿Comer y beber a Dios? Es un texto complejo, que leído despacio da pie a multitud de sugerencias que pueden ser puntos de partida de la propia conversión. No puede dejarse en manos de personas sin preparación, que pueden perderse en el laberinto de su pensamiento progresivo, pero en manos de quien quiera avanzar en la aproximación al misterio “vivo, amante y operante” de la acción de Dios, encontrará en él suficientes motivos de exigencia para una transformación personal y colectiva basado en el reencuentro de Dios hecho alimento para la vida temporal – por su entrega a la solidaridad – y para la vida eterna, por su identificación con su Creador y Salvador. |