En la conmemoración del 60 aniversario del final de la Segunda Guerra mundial, la
Santa Sede advierte que no se puede olvidar para evitar los “trágicos errores del
pasado”
Martes, 10 may (RV).- “Muchas voces nos advierten que no debemos olvidar y que debemos
comprender las causas que condujeron a los trágicos errores del pasado”. Es la recomendación
del Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, el Arzobispo Celestino Migliore,
que intervino ayer en la sede de Naciones Unidas de Nueva York, en la conmemoración
del 60 aniversario del final de la Segunda Guerra mundial.
“No cabe duda de
que fue un terrible conflicto y que es justo y sabio recordar que fue la peor de las
inútiles catástrofes queridas por algunos hombres, que enlutaron el siglo XX, uno
de los más dolorosos que la humanidad haya conocido”, enfatizó el prelado que recordó
asimismo las tristes raíces de la Segunda Guerra mundial: “la exaltación del estado
y de la raza y la soberbia autosuficiencia de una humanidad, basada en la manipulación
de la ciencia, de la tecnología y de la fuerza, donde el papel de la ley dejó de ser
vehículo de la aplicación de la justicia”.
El representante de la Santa Sede
ante las Naciones Unidas hizo hincapié en que “todo ello nos enseña que cuando el
hombre pierde el sentido de sus aspiraciones trascendentes, inmediatamente se reduce
a sí mismo y a su prójimo a un objeto, a un número, e incluso a simple mercancía”.
El
Arzobispo Celestino Migliore reiteró también que “nunca de se deben ahorrar esfuerzos
para lograr alcanzar soluciones pacíficas en los conflictos”. Una vez más, la Santa
Sede ha recordado la necesidad de impulsar el derecho en las situaciones de guerra
y de posguerra y el restablecimiento de la justicia y de la paz duradera. En este
contexto, Monseñor Migliore recordó el importante papel que debe desarrollar la ONU.