Balance positivo de la visita de mons. Lajolo a Moscú
Martes, 8 nov (RV).- Existía mucha expectación sobre el viaje a Moscú que acaba de
realizar Mons. Giovanni Lajolo, secretario de la Secretaría de Estado para las relaciones
con los estados. Expectación sobre todo para valorar el clima existente en el Patriarcado
ortodoxo tras la elección de Benedicto XVI. Nuestra emisora acaba de entrevistar hoy
al prelado pidiéndole, en primer lugar un balance de la visita.
R: La visita
se ha producido por expresa invitación del ministro de exteriores ruso Lavrov, y esto
es ya indicativo del clima amigable que ha caracterizado mi encuentro con él, el pasado
28 de octubre. Cordiales y proficuos han sido también los encuentros del día anterior
y de los días sucesivos con otras personalidades políticas, con los cuatro obispos
católicos en la sede de la Nunciatura Apostólica y con el metropolita Kyril, presidente
del Comité para las Relaciones religiosas externas en la sede del Patriarcado. La
prensa, la radio y la TV han hablado con interés de la vista y en sentido positivo.
Durante
su visita a Moscú, Mons. Lajolo ha encontrado también a la pequeña comunidad católica
rusa con su arzobispo Kondrusiewicz. 600 mil fieles, en total, en un inmenso territorio
con una población de 144 millones de personas mayoritariamente de confesión ortodoxa.
El problema principal, ha explicado el secretario para las relaciones con los estados,
es la escasez de sacerdotes para dar abasto a las necesidades pastorales de la archidiócesis.
En cuanto a las relaciones con los ortodoxos Mons. Lajolo ha señalado que son “complicadas”
sobre todo por “la diferente historia vivida por las dos comunidades y la distinta
sensibilidad respecto a problemas concretos, aunque sería errado olvidar que hay también
relaciones positivas”. Uno de los momentos más significativos del viaje desde el punto
de vista ecuménico, fue el encuentro con el metropolita Kyril.
R: Estoy convencido
de que el Patriarcado, así como la Santa Sede, desea que las recíprocas relaciones
sean cada vez más fraternas, abiertas y confiadas. Hay dificultades recíprocas objetivas
que requieren un estudio más profundo. Sin embargo, el instrumento de la Comisión
Mixta, instituido hace algún tiempo para el examen de las divergencias, debería ser
usado con más constancia y con regularidad periódica, sin dejarse desanimar por ocasionales
dificultades, que por otra parte son inevitables. Eso, sin embargo, no dejará de dar
sus frutos.