Mensaje al congreso de la Unión Católica Italiana de profesores de secundaria: el Papa subraya el deber de transmitir a las nuevas generaciones el mensaje evangélico, fermento de auténtica renovación de la sociedad

Martes, 5 dic (RV).- «La educación - en especial la de los jóvenes que se asoman a la vida con sus esperanzas y sus incertidumbres - representa para la Iglesia una cuestión fundamental», en la que deben colaborar de forma responsable «los profesores, los padres de familia, los pastores y todas las personas de buena voluntad que se preocupan por el futuro de la humanidad».

Por lo que la educación y la enseñanza son un sector apostólico de gran actualidad, que la Iglesia sigue con profunda atención, como Benedicto XVI ha querido destacar también en el encuentro que mantuvo con los representantes de la Iglesia italiana, el pasado 19 de octubre, en la ciudad de Verona. Lo recuerda el Cardenal Secretario de Estado, en la carta que ha enviado - en nombre del Papa - a los participantes en el congreso de la Unión Católica Italiana de profesores de secundaria.

En esta misiva, el cardenal Tarcisio Bertone pone de relieve el tema del mencionado congreso: «Educar en la escuela. Nuevos escenarios y nuevas responsabilidades». Y hace hincapié en que «todo el Pueblo de Dios tiene el deber de transmitir a las nuevas generaciones el mensaje evangélico, fermento de auténtica renovación de la sociedad». Tarea que presupone - señala también el Cardenal Secretario de Estado - «ayudar a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes a tender hacia la plena madurez humana y espiritual».

Tras expresar profundo aprecio por el gran compromiso educador de esta asociación católica de profesores de educación secundaria, en sus más de sesenta años de vida, el mensaje enviado en nombre del Santo Padre pone de relieve que «nunca como en este momento histórico, la formación de las nuevas generaciones exige una coral aportación de reflexión, acompañada por la elaboración de estrategias educativas y pastorales capaces de responder a las expectativas del universo juvenil del tercer milenio». Pues se trata de «comunicar a los jóvenes el aprecio del valor positivo de la vida, suscitando en ellos el anhelo de entregarla al servicio del bien».