América: misión continental anima a tomar nueva conciencia del significado de ser
discípulos de Jesús
Lunes, 13 dic (RV).- Con motivo de la Fiesta de Nuestra Señora Guadalupe, el presidente
del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio María Celli
envío un saludo a los comunicadores de América Latina, recordando en primer lugar
que la Misión continental que se está desarrollando en el continente anima a muchas
personas a tomar nueva conciencia de lo que significa ser discípulos de Jesús. Las
Iglesias locales impulsan esta tarea con entusiasmo, recordando que ser sus discípulos
significa haber vivido un auténtico encuentro con Él, haber experimentado su bondad,
su amor y su misericordia en nuestra historia personal. “Esta experiencia marca y
transforma la vida de manera permanente, y por ello deseamos comunicarla a otros,
transformándonos así en misioneros y misioneras”.
El encuentro con el Señor
observa, Mons. Celli, tiene muchas facetas. Siendo personal, es siempre también comunitario;
se da en la soledad y el silencio, pero también de manera privilegiada en las celebraciones
litúrgicas y en la vida de familia. Se alimenta en el diálogo y la oración comunitaria,
se expresa en el canto, en la catequesis, culmina en la acción y el servicio, reflexiona
el prelado, que invita a “vivir tiempos y espacios de silencio durante estos días
del Adviento, para escuchar la voz de Jesús que nos habla al corazón”. ¡De la mano
de María, encontrémonos con Él sin prisas, pues nos espera siempre! Pongamos un dique
a la inundación de quehaceres y ruidos que tantas veces nos arrastran sin freno.
El
presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales observa que el
silencio se parece a una pantalla blanca sobre la cual podemos proyectar la película
de nuestra vida cotidiana para verla nítidamente. Si la proyectáramos sobre una pared
llena de cuadros, de libros y objetos, con ruido de fondo, poco podríamos comprender.
Sólo en el silencio se asumen de manera más consciente las propias opciones; en el
silencio se escucha la voz de Dios. Así podremos ser auténticos portadores de su Palabra,
como María que “guardaba todas esas cosas en su corazón” (Lc 2,19) y “hacer lo que
Él nos diga” (cf. Jn. 2,5).
Luego el prelado reconoce que quizá es un consejo
difícil de seguir en este momento de bombardeo informativo, de exigencias pastorales,
de ajetreo en las familias, en nuestros medios de comunicación y parroquias, para
no hablar de las compras, los regalos, las fiestas y celebraciones. Pero, se preguntó,
si dedicamos tiempo a seleccionar los ingredientes y a preparar las cenas y comidas
que compartiremos en un clima de festivo, ¿no debemos preparar también, y más si cabe,
aquello que comunicaremos a través de radios, periódicos, programas de televisión,
sitios webs? ¿Qué podemos dar de sustancioso, si nuestra vida se va quedando llena
sólo de palabras repetidas, con escaso fondo y apenas contenido? Dediquemos tiempo
al Señor a quien estamos esperando en este Adviento.
Al final de su mensaje
el presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, pide que María
de Guadalupe, Emperatriz de América y también Patrona de la RIIAL, la Red Informática
de la Iglesia en America Latina, nos alcance de Dios el don del silencio interior,
justamente para poder renovar nuestra vida de discípulos y discípulas del Señor, y
para que Él haga fructificar nuestras palabras, textos, imágenes y notas musicales
portadoras de la Buena Nueva.