Sandy: instrumento de destrucción que llama a la unidad de los católicos en el mundo
(RV).- La Iglesia en todo el mundo se está activando para llevar ayuda a los damnificados
por el reciente huracán que azotó fuertemente el Caribe, dejando daños en Haití y
Cuba. Desde esta perspectiva hacemos eco de la nota que llega de la Iglesia de Uruguay
a través de su órgano informativo NOTICEU, que llama la atención de los fieles sobre
las imágenes emitidas en los informativos de TV que dan cuenta de la tremenda ferocidad
del huracán Sandy en su paso por New York y otras ciudades norteamericanas.
Sin
embargo, añade la nota, poco se dice actualmente de las secuelas que ha dejado el
huracán al atravesar Santiago de Cuba (Cuba) y Haití, países que no cuentan con la
infraestructura y el dinero de EE.UU. para emprender la reconstrucción. Mons. Luis
del Castillo, Obispo emérito de Melo, quien se encuentra como misionero desde hace
dos años en Santiago de Cuba, ha dado señales de vida desde el único lugar de la ciudad
que cuenta aún con internet y pide ayuda para dar respuesta a los problemas más urgentes
de la población y la reconstrucción y refacción de las Iglesias que han quedado verdaderamente
en ruinas.
Reportamos a continuación los datos que desde Uruguay pueden ser
canalizados para esta labor que podría dejar de ser tan desesperada si cuenta con
el apoyo de toda la Iglesia. Las donaciones en dinero podrán hacerse a la cuenta
en dólares del Banco Comercial- Caja de Ahorros N° 006 – 0239212700 a nombre de Serapio
Luis del Castillo.
Radio Vaticano también hace eco del texto del mensaje enviado
por Mons. Luis del Castillo a la Iglesia en Uruguay: “Santiago está totalmente
destruida. Todos los techos de tejas o de chapas volados. Templos destruidos. Todos
los árboles arrancados de cuajo, caídos sobre las casas o atravesando todas las calles.
No hay energía eléctrica ni teléfonos. Escasea el agua y las posibilidades de cocinar.
Faltan alimentos. No hay refrigeradores para conservarlos. Cuadrillas de otras
provincias trabajan para restablecer lo que se pueda. El ánimo de la gente es increíble.
La frase mas escuchada: ‘¡estamos vivos!’ Les escribo desde el hotel Meliá, el
único lugar en la ciudad con internet. Vamos a visitar a todos los exalumnos jesuitas
del Colegio Dolores para conocer las necesidades más urgentes. Pensamos organizar
una ayuda de emergencia en alimentos y medicinas. Más tarde nos ocuparemos de los
techos y las paredes. Enviaré fotos de como quedó el techo de nuestra parroquia
en Vista Alegre. De la iglesia vecina de Sueño quedó sólo la pared del fondo con el
crucifijo. De las otras parroquias que atendemos en San Vicente, de madera, todo quedó
en el piso. De El Cristo volaron todas las tejas. El Caney perdió el techo. Es
el momento de la solidaridad y la reconstrucción. En casa alojamos dos familias
de casas totalmente destruidas. Los vecinos se ayudan para remover escombros, recuperar
chapas y tapar lo que se pueda”. PLJR - Radio Vaticano Fuente: NOTICEU