AUDIENCIA GENERAL: EL PERFIL DEL HOMBRE POLÍTICO IDEAL
LA GLOBALIZACIÓN DEBE PERSEGUIR "EL AUTÉNTICO DESARROLLO HUMANO"
"QUE LAS NACIONES DE EUROPA NO OLVIDEN LA LECCIÓN TRÁGICA DE LA HISTORIA"
LA PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA CUMPLE CIEN AÑOS
"QUE LOS NUEVOS BEATOS OS AYUDEN A "REMAR MAR ADENTRO"

5 NUEVOS SANTOS ESPAÑOLES: "VERDADEROS DISCÍPULOS DEL SEÑOR Y TESTIGOS DE SU RESURRECCIÓN"
FALTA DE INTERIORIDAD Y AUSENCIA DE CONTEMPLACIÓN, DRAMA DE LA CULTURA ACTUAL
V VISITA PASTORAL DE JUAN PABLO II A ESPAÑA: LLEGADA
"LA HUMANIDAD TIENE SED DE TESTIGOS AUTÉNTICOS DE CRISTO"
TELEGRAMA DE PÉSAME POR EL TERREMOTO EN TURQUÍA
NO TENEMOS NECESIDAD DE MÁS MUROS EN EL MUNDO, HA SIDO SUFICIENTE EL DE BERLÍN

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

V VISITA DE JUAN PABLO II A ESPAÑA


SEMANA DEL 28 DE ABRIL AL 4 DE MAYO

 

AUDIENCIA GENERAL: EL PERFIL DEL HOMBRE POLÍTICO IDEAL

El Santo Padre recordó durante la Audiencia General el "perfil del hombre político ideal": "perfecta integridad moral" y "compromiso firme contra la injusticia". Un programa de vida también para todos los fieles en su cotidiano vivir y en las relaciones con el prójimo.

En la Audiencia General del miércoles, retomando sus reflexiones sobre la Liturgia de Laudes - que había interrumpido en sus dos catequesis pasadas, dedicadas a las Celebraciones pascuales - Juan Pablo II meditó sobre el Salmo 100, "Programa de un rey fiel a Dios". El Santo Padre hizo hincapié en lo que debe constituir el anhelo del hombre político que busca el camino perfecto, cuyo modelo de vida debería ser la actuación divina en el gobierno del mundo.

Actuación dirigida por una perfecta integridad moral y un enérgico compromiso en contra de las injusticias, reiteró el Pontífice, señalando luego que el texto de este mismo Salmo se propone también como programa de vida para todos los fieles, como guía en los quehaceres de la vida cotidiana, tanto en el trabajo como en las relaciones con el prójimo. Un programa de amor y justicia.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL

Queridos hermanos y hermanas:
El Salmo que hemos escuchado traza el perfil del hombre político ideal, que se caracteriza por una perfecta integridad moral y por el compromiso firme contra la injusticia. El texto puede ser tomado también como programa de vida para el fiel que inicia su jornada de trabajo y de relación con el prójimo.

El Salmo nos presenta el "camino perfecto", para exaltar las opciones tomadas con "rectitud de corazón". Y habla de la sabiduría que ayuda a comprender y a juzgar con justicia, de la pureza y de la integridad de la conciencia. Señala después la lucha contra la calumnia, la arrogancia y la soberbia, rechazando la compañía y el consejo de quien procede con engaño y mentira. En resumen, es una invitación a extirpar cada mañana del corazón y de la propia conducta la mala hierba de la corrupción y de la violencia, de la perversión y de la maldad, así como cualquier forma de egoísmo e injusticia.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. En especial a los Sacerdotes que participan en un curso de actualización en el Colegio Español, así como a las Misioneras Clarisas que concluyen hoy su Capítulo General, y a los demás grupos de España, México y Chile. A todos os deseo un tiempo pascual lleno de los dones de Cristo Resucitado.

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Asimismo, el Santo Padre recordó que al día siguiente comenzaba el mes de mayo, consagrado a María, y que el primer día de este mismo mes está dedicado a San José, Obrero. Por lo que Juan Pablo II invitó a encomendar el mundo del trabajo a la Virgen Santísima y, en especial, a su casto esposo José. "Él, que conoció la fatiga del trabajo cotidiano - deseó el Papa - sirva de ejemplo y apoyo para todos aquellos que con sus actividades proveen de lo necesario a sus familias y a toda la comunidad humana".

 

LA GLOBALIZACIÓN DEBE PERSEGUIR "EL AUTÉNTICO DESARROLLO HUMANO"

Juan Pablo II destacó el viernes, una vez más, la importancia de que la "globalización esté guiada y regulada en favor del beneficio de toda la familia humana". Al recibir en audiencia a los miembros de la Academia Pontifica para las ciencias Sociales, con motivo de la nona Sesión plenaria de esta institución, que está profundizando precisamente en el tema "Gobierno de la Globalización", el Santo Padre reiteró la necesidad de que dicho proceso se proponga firmemente estar al servicio del "auténtico desarrollo humano, del desarrollo integral de cada persona, en el respeto pleno de los derechos y de la dignidad de todos".

El Papa lamentó que a menudo, en este mundo nuestro, "los intereses especiales de algunos, así como las exigencias del mercado, prevalecen sobre el bien común": "Ello conlleva que los miembros más débiles de la sociedad queden sin la debida protección, sometiendo de esta forma a pueblos y culturas enteras a una tremenda lucha para poder sobrevivir".

Aún más - advirtió el Santo Padre - "es inquietante ser testigos de una globalización que exacerba las condiciones de necesidad, que no contribuye como es debido a resolver las situaciones de hambre, pobreza y desigualdad social, que fracasa en la salvaguarda del desarrollo natural". En este contexto, Juan Pablo II hizo hincapié en los peligros que todo ello representa, pues, "estos aspectos de la globalización pueden hacer surgir reacciones extremas, conduciendo a nacionalismos exacerbados, fanatismos religiosos e incluso actos de terrorismo".

Y, recordando que está claro que el problema no es la globalización en sí, sino que el problema estriba, más bien, en cómo se utilizan sus mecanismos y en la dirección que se da a este fenómeno mundial, el Santo Padre señaló, también hoy, que "la globalización debe estar insertada en el amplio contexto de un programa político y económico que persiga el auténtico progreso de todo el género humano". Y "nunca en beneficio de algunos", de este modo, "el verdadero éxito de la globalización se podrá medir por el alcance que tenga para llegar a cada persona, dándole la posibilidad de gozar de los bienes básicos como el alimento y la vivienda, la educación y el empleo, la paz y el progreso social, el desarrollo económico y la justicia".

Esta importante meta - advirtió Juan Pablo II - no se podrá conquistar sin el encauzamiento de la comunidad internacional y una regulación adecuada de parte de las instituciones políticas de todo el mundo. Y, tal como señalaba en su Mensaje para la Jornada mundial de la Paz de este 2003, el Papa recordó que "éste es el tiempo en el que todos deben colaborar en la constitución de una nueva organización de toda la familia humana, para asegurar la paz y la armonía entre los pueblos, y promover juntos su progreso integral".

Y, recomendando que es importante evitar tergiversaciones, pues "no se quiere aludir a la constitución de un super-estado global", sino que más bien se subraya "la urgencia de acelerar los procesos ya en acto para responder a la casi universal pregunta sobre modos democráticos en el ejercicio de la autoridad política, sea nacional que internacional, como también a la exigencia de transparencia y credibilidad en cualquier nivel de la vida pública", el Pontífice destacó que la Santa Sede conoce muy bien las dificultades de poner en práctica mecanismos concretos que regulen como es debido la globalización.

Para superar esas dificultades, el Papa recordó que existen las virtudes inalterables de la "verdad, libertad, justicia, solidaridad, subsidiariedad y, por encima de todo, la caridad, que es la madre y la perfección de todo cristiano y de las virtudes humanas".

 

"QUE LAS NACIONES DE EUROPA NO OLVIDEN LECCIÓN TRÁGICA DE LA HISTORIA"

El Santo Padre recibió el lunes, al nuevo embajador de la República Checa, Pavel Jajner, para el acto de presentación de sus Cartas Credenciales. En su discurso, Juan Pablo II reiteró los objetivos que impulsan la actividad diplomática de la Santa Sede en favor de la "promoción de la dignidad humana" y del "fortalecimiento de la paz entre los pueblos", que son "condiciones esenciales" para un "verdadero desarrollo de los individuos y de las naciones".

También en esta ocasión, Juan Pablo II hizo un llamamiento para que las naciones de Europa no olviden la lección trágica de la historia y expresó su preocupación por el "eclipse del sentido de Dios, que se repercute en un eclipse del sentido del hombre". Si las devastadoras calamidades de las guerras y de las dictaduras siguen desfigurando con violencia" el diseño divino para la humanidad, el "creciente materialismo" y la "marginación de la fe acabarán socavando cada vez más la verdadera naturaleza de la vida humana, don de Dios", advirtió el Papa recordando que la Iglesia proclama la verdad de Cristo "ha hace libres a los seres humanos" y que permite que las instituciones políticas y civiles cumplan un progreso auténtico.

Tras hacer hincapié en que la historia nos enseña que el camino de liberación de la opresión de las libertades es arduo y que a menudo está marcado por falsas promesas de libertad, el Pontífice deseó que el pueblo checo, que conoce ahora la libertad política, no quede atrapado en las consecuencias de los largos y duros años del totalitarismo. Juan Pablo II puso en guardia contra los peligros que conlleva "la idolatría del mercado", que tiende a "reducir a las personas a objetos, subordinando el ser al poseer".

En este contexto, el Santo Padre señaló la necesidad de tutelar a los sectores más débiles de la sociedad, que no gozan de los beneficios del desarrollo económico. Destacando la importancia de promover una "civilización del amor", el Papa reiteró luego el derecho al reconocimiento de la naturaleza espiritual de la persona humana, llamando a no olvidar el carácter moral del desarrollo integral, social y económico.

Proyecto que requiere un liderazgo, no sólo político, sino también religioso, recomendó Juan Pablo II antes de reflexionar sobre los desafíos que la República Checa está afrontando en la actualidad, así como otras naciones de Europa. Y, una vez más, el Papa hizo hincapié en el papel del cristianismo como cimiento de la sociedad europea. Gran herencia que nos señala que "la esperanza para lograr construir un mundo más justo" implica además la conciencia de que "no podrán ser duraderos aquellos esfuerzos humanos que pretendan deslindarse de su justa relación con la asistencia divina". Asimismo, el Santo Padre expresó su satisfacción por los progresos alcanzados para la ratificación de un Acuerdo sobre las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la República Checa.

 

LA PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA CUMPLE CIEN AÑOS

En la Revelación está "la respuesta que Dios ofrece a los graves problemas que perturban a la humanidad en cada época". Eran palabras de Juan Pablo II a los miembros de la Pontificia Comisión Bíblica, a quienes recibió el martes en audiencia.

Está a la vista de todos la paradoja del hombre de hoy que, "desilusionado por tantas respuestas insatisfactorias a las fundamentales preguntas de la vida, parece abrirse a la voz que procede de la Trascendencia y se expresa en el mensaje bíblico". Y que, sin embargo, al mismo tiempo, "muestra cada vez más intolerancia a las solicitudes de comportamientos en armonía con los valores que desde siempre la Iglesia presenta como fundados en el Evangelio". Asistimos entonces a "todo tipo de intentos de desligar la revelación bíblica de las propuestas de vida que requieren mayor compromiso". Ante ello, "la escucha atenta de la Palabra de Dios tiene respuestas que encuentran su expresión plena en la enseñanza de Cristo".

Paradoja que Juan Pablo II recordó en su saludo a los miembros de la Pontificia Comisión Bíblica, encabezados por el Cardenal Joseph Ratzinger, que es también Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El Pontífice destacó la coincidencia de esta audiencia a la citada Comisión - con motivo de la reunión anual en Roma - con dos conmemoraciones importantes. El centenario de este dicasterio - el día 2 de mayo - y el tema en el que estaban profundizando, "Biblia y moral".

El Santo Padre reiteró que la Pontificia Comisión Bíblica "ha caminado siempre con los tiempos, compartiendo las ansiedades y preocupándose por señalar en el mensaje de la Revelación la respuesta que Dios ofrece a los graves problemas que perturban a la humanidad en cada época", tras recordar también que la misma Comisión "sirve a la causa de la Palabra de Dios según los objetivos que le fijaron los Pontífices León XIII y Pablo VI".

 

"QUE LOS NUEVOS BEATOS OS AYUDEN A "REMAR MAR ADENTRO"

El Papa recibió el lunes a los numerosos peregrinos que un día antes participaron en la solemne Beatificación de Santiago Alberione, Marco de Aviano, María Cristina Brando, Eugenia Ravasco, María Domenica Mantovani y Giulia Salzano. En el Aula Pablo VI, el Santo Padre meditó sobre las "maravillas que Dios ha cumplido en los nuevos Beatos":

Que los nuevos Beatos os ayuden a "remar mar adentro, confiando, como hicieron ellos, en las palabras de Cristo. Y que la Virgen María, que cada uno de estos seis Beatos, veneró con ternura, os ayude a cumplir la obra que el Espíritu Santo ha comenzado en vosotros".

Dirigiéndose a la Familia Paulina, en Italia y en el mundo, Juan Pablo II subrayó que en el corazón de Santiago Alberione revivió el del apóstol Pablo. Don Alberione no sólo abrió a la evangelización los "púlpitos" modernos de la comunicación social, sino que concibió su obra como una acción orgánica en la Iglesia y al servicio de la misma. En este contexto, el Papa puso de relieve que de este anhelo surgieron diez Institutos, que prosiguen su apostolado, aún hoy, con el mismo impulso que movió a su Fundador.

En sus palabras a los Padres Capuchinos y a cuantos exultan por la beatificación de Marco de Aviano -saludando en especial a los peregrinos de Austria, encabezados por el Arzobispo de Viena, Cardenal Schonborn- el Pontífice destacó el ejemplo de este Beato, cuya valiente acción apostólica y cuyas intervenciones en campo social "constituyen un aliciente también para los cristianos de hoy en la defensa y promoción de los valores evangélicos".

"Que el beato Marco de Aviano proteja a Europa, para que pueda constituir su unidad sin descuidar sus raíces cristianas comunes", ha deseado Juan Pablo II, dirigiéndose luego a las Hijas espirituales de María Cristina Brando. El Papa exhortó a las religiosas Víctimas Expiadoras de Jesús Sacramentado a perseverar en el carisma de su Fundadora, uniéndose "a Cristo que se inmola por la humanidad en la Eucaristía, difundiendo su amor a Dios en el servicio humilde y cotidiano en favor de los hermanos necesitados".

Uniendo su alegría a las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María por la beatificación de su Fundadora, Eugenia Ravasco, el Santo Padre hizo hincapié en la llamada que sintió también esta nueva beata. Ella supo ser "apóstol ardiente e infatigable y educadora atenta, en especial de las jóvenes".

A las Hermanitas de la Sagrada Familia que celebran a su cofundadora, la beata María Domenica Mantovani, el Papa las exhortó a responder, como hizo ella, "con prontitud a la voz de Dios, que llama a cada bautizado a tender a la santidad en las circunstancias de la vida de cada día".

Y a las religiosas Catequistas del Sagrado Corazón Juan Pablo II les deseó que sigan desarrollando su apostolado en el campo de la educación. Como quiso su Fundadora, la beata Giulia Salzano, sin distinción alguna, "anticipando en cierto sentido las instancias de la nueva evangelización" indicadas por el Concilio Vaticano II.

 

CINCO NUEVOS SANTOS ESPAÑOLES: "VERDADEROS DISCÍPULOS DEL SEÑOR
Y TESTIGOS DE SU RESURRECCIÓN"
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Juan Pablo II canonizó el domingo, en el trascurso de una magna celebración eucarística en la Palaza de Colón de Madrid, a cinco nuevos santos españoles, "verdaderos discípulos del Señor y testigos de su resurrección". En su homilía, el Papa hizo un llamamiento a los españoles para que no abandonen sus raíces cristianas y mantengan la unidad de la familia.

Juan Pablo II canonizó en la madrileña plaza de Colón y ante más de un millón de personas a cinco beatos españoles del siglo XX, todos ellos religiosos: Pedro Poveda, José María Rubio, Sor Ángela de la Cruz, Genoveva Torres y la madre Maravillas de Jesús. Los cinco nuevos santos han sido ejemplo de donación y entrega a los más desfavorecidos y pusieron su empeño en la formación espiritual y en la educación de la mujer, la infancia y los obreros.

De los cinco pilares de santidad, tres son fundadores de órdenes o institutos religiosos: el padre Pedro Poveda, fundador de la institución teresiana; la religiosa Genoveva Torres Morales, fundadora de las Angélicas y Sor Ángela de la Cruz, fundadora de las Hermanas de la Cruz. Los dos restantes, el Padre José María Rubio y la madre Maravillas de Jesús, desarrollaron su labor pastoral en la Compañía de Jesús y en las Carmelitas Descalzas, respectivamente.

Los cinco españoles reconocidos como modelo de santidad "se presentan hoy ante nosotros -ha dicho Juan Pablo II, durante la homilía- como verdaderos discípulos del Señor y testigos de su Resurrección". De los dos sacerdotes, el Papa ha resaltado la entrega total en su apostolado.

" San Pedro Poveda, realizó una importante tarea humanitaria y educativa entre los marginados, convencido de que los cristianos debían aportar valores y compromisos sustanciales para la construcción de un mundo más justo y solidario. San José María Rubio vivió su sacerdocio, dedicando largas horas al confesionario y dirigiendo numerosas tandas de ejercicios espirituales en las que formó a muchos cristianos que luego morirían mártires durante la persecución religiosa en España".

De las tres religiosas el Papa destacó su afán de entrega por los demás: "Santa Genoveva Torres fue instrumento de la ternura de Dios hacia las personas solas y necesitadas de amor, de consuelo y de cuidados en su cuerpo y en su espíritu. Semejante amor y sensibilidad hacia los pobres llevó a Santa Ángela de la Cruz a fundar su "Compañía de la Cruz", con una dimensión caritativa y social a favor de los más necesitados. Santa Maravillas de Jesús vivió animada por una fe heroica. Superadas las tristes circunstancias de la Guerra Civil española, realizó nuevas fundaciones de la Orden del Carmelo".

El Santo Padre ante la obra, el mensaje y la adhesión inquebrantable a Cristo que mostraron los nuevos santos exhortó a los fieles católicos de España: "¡dejaos interpelar por estos maravillosos ejemplos!" Y les invitó a rezar para que en esta tierra continúen floreciendo ejemplos de santidad: "Surgirán otros frutos de santidad si las comunidades eclesiales mantienen su fidelidad al Evangelio. Surgirán nuevos frutos de santidad si la familia sabe permanecer unida, como auténtico santuario del amor y de la vida".

Al agradecer al Señor los dones que ha derramado en España, el Papa subrayó que la fe cristiana constituye la identidad del pueblo español: "Conocer y profundizar el pasado de un pueblo es afianzar y enriquecer su propia identidad ¡No rompáis con vuestras raíces cristianas! Sólo así seréis capaces de aportar al mundo y a Europa la riqueza cultural de vuestra historia".

Al final de la eucaristía y antes del rezo mariano del Regina Coeli Juan Pablo II volvió a insistir en el valor del testimonio santo y misionero de la tierra española.

Discurso completo

Mi primera visita tuvo como lema "Testigo de la esperanza"; y esta vez ha tenido "Seréis mis testigos". Recordad siempre que el distintivo de los cristianos es dar testimonio audaz y valiente de Jesucristo, muerto y resucitado por nuestra salvación.

El Santo Padre aprovechó el final de la ceremonia para despedirse de los españoles y agradecerles el generoso servicio y acogida durante su viaje. "Con mis brazos abiertos os llevo a todos en mi corazón. El recuerdo de estos días se hará oración pidiendo para vosotros la paz en fraterna convivencia,. Y con gran afecto os digo ¡Hasta siempre España! ¡Hasta siempre, tierra de María!"

 

FALTA DE INTERIORIDAD Y AUSENCIA DE CONTEMPLACIÓN, DRAMA DE CULTURA ACTUAL
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La denuncia de la falta de interioridad como drama de la cultura actual, una exhortación a responder a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder del amor y el compromiso con la nueva evangelización fueron los puntos centrales de la homilía de Juan Pablo II en el encuentro multitudinario del sábado por la tarde en el Aeródromo de Cuatro Vientos.

Juan Pablo II denunció ante miles de jóvenes, el drama de la cultura actual, protagonizado por la falta de interioridad, la ausencia de contemplación. En el marco de un multitudinario encuentro, el Pontífice subrayó en su homilía que "sin interioridad, la cultura carece de entrañas, es como un cuerpo que no ha encontrado todavía su alma. ¿De qué es capaz la humanidad sin interioridad? Cuando falta el espíritu contemplativo no se defiende la vida y se degenera todo lo humano. Sin interioridad el hombre moderno pone en peligro su misma integridad.

Este encuentro de carácter nacional, al que asistieron el príncipe de Asturias y los duques de Lugo y de Palma, tuvo como lema el versículo de los Hechos de los Apóstoles: "Seréis mis testigos" y se estructuró en cuatro grupos de cinco misterios del Santo Rosario, siguiendo a cada uno de estos la lectura del Evangelio y el testimonio de un joven.

El Santo Padre mostró su preocupación especial por la paz en el mundo. "La espiral de la violencia, el terrorismo y la guerra -dijo- provoca, todavía en nuestros días, odio y muerte. La paz - lo sabemos - es ante todo un don de lo Alto que debemos pedir con insistencia y que, además, debemos construir entre todos mediante una profunda conversión interior. Por eso, hoy quiero comprometeros a ser operadores y artífices de paz".

Responded a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la enemistad con la fuerza del perdón. Manteneos lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo y de intolerancia. Testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen, sino que se proponen. ¡Nunca os dejéis desalentar por el mal! Para ello necesitáis la ayuda de la oración y el consuelo que brota de una amistad íntima con Cristo. Sólo así, viviendo la experiencia del amor de Dios e irradiando la fraternidad evangélica, podréis ser los constructores de un mundo mejor, auténticos hombres y mujeres pacíficos y pacificadores.

El Pontífice invitó además a los jóvenes a formar parte de la "Escuela de la Virgen María", porque "Ella os enseñará a no separar nunca la acción de la contemplación, así contribuiréis mejor a hacer realidad un gran sueño: el nacimiento de la nueva Europa del espíritu. Una Europa fiel a sus raíces cristianas, no encerrada en sí misma, sino abierta al diálogo y a la colaboración con los demás pueblos de la tierra; una Europa consciente de estar llamada a ser faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo, decidida a aunar sus esfuerzos y su creatividad al servicio de la paz y de la solidaridad entre los pueblos.

Otro tema desarrollado por el Santo Padre fue el de la nueva evangelización, a la que todos los hijos de la Iglesia están llamados. "Es una tarea de todos, afirmó el Papa. En ella los laicos tienen un papel protagonista, especialmente los matrimonios y las familias cristianas; sin embargo, la evangelización requiere hoy con urgencia sacerdotes y personas consagradas. Ésta es la razón por la que deseo decir a cada uno de vosotros, jóvenes: si sientes la llamada de Dios que te dice: "¡Sígueme!" (Mc 2,14; Lc 5,27), no la acalles. Sé generoso, responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida".

De hecho el mismo Pontífice ofreció en este encuentro también su testimonio: "yo fui ordenado sacerdote cuando tenía 26 años. Desde entonces han pasado 56. Al volver la mirada atrás y recordar estos años de mi vida, os puedo asegurar que vale la pena dedicarse a la causa de Cristo y, por amor a Él, consagrarse al servicio del hombre. ¡Merece la pena dar la vida por el Evangelio y por los hermanos!"

 

V VISITA PASTORAL DE JUAN PABLO II A ESPAÑA
Discurso Completo

"La paz esté contigo, España". El Papa saludó con intensa emoción a todo el pueblo español a su llegada el sábado a mediodía a Madrid, meta durante 40 horas de su quinta visita pastoral a España.

"La paz esté contigo, España". Con este saludo nacido del corazón y lleno de intensa emoción, Juan Pablo II llegaba de nuevo a España, en su quinto viaje apostólico a esta "noble y querida Nación", como él mismo dijo: "Deseo para cada uno la paz que sólo Dios, por medio de Jesucristo, nos puede dar; la paz que es obra de la justicia, de la verdad, del amor, de la solidaridad; la paz que los pueblos sólo gozan cuando siguen los dictados de la ley de Dios; la paz que hace sentirse a los hombres y a los pueblos hermanos unos con otros. ¡La paz esté contigo, España!

Juan Pablo II, que fue recibido en el aeropuerto madrileño de Barajas por sus majestades los Reyes de España, el presidente del gobierno y demás autoridades civiles y militares, manifestó su aprecio por el caluroso recibimiento. Saludó también con afecto a los representantes de la Iglesia española, a los miembros de la Conferencia Episcopal y a todos los fieles que forman parte de una comunidad católica, "casi dos veces milenaria", señaló Juan Pablo II.

"¡Sois el pueblo de Dios que peregrina en España! Un pueblo que a lo largo de su historia ha dado tantas muestras de amor a Dios y al prójimo, de fidelidad a la Iglesia y al Papa, de nobleza de sentimientos, de dinamismo apostólico".

Luego, el Papa subrayó el objetivo primordial del viaje: la canonización de "cinco hijos de esta tierra", que supieron acoger, con su vida y con su muerte, la invitación de Jesucristo: "Seréis mis testigos", que era precisamente el lema de este viaje a España.

"En este momento histórico ellos son luz en nuestro camino para vivir con valentía la fe, para alentar el amor al prójimo y para proseguir con esperanza la construcción de una sociedad basada en la serena convivencia y en la elevación moral y humana de cada ciudadano".

Y tras destacar con satisfacción el progreso social y de desarrollo que ha tenido España en los últimos años, el Papa resaltó también el encuentro de la tarde con los jóvenes en la base aérea de Cuatro Vientos: "Espero con ilusión ese momento que me permitirá entrar en contacto con aquellos que están llamados a ser los protagonistas de los nuevos tiempos. Tengo plena confianza en ellos y estoy seguro que tienen la voluntad de no defraudar ni a Dios, ni a la Iglesia, ni a la sociedad de la que provienen".

El Santo Padre considera que España, de hondas raíces cristianas, tiene que desempeñar un importante papel en la Europa del tercer milenio y por ello ha llevado a Madrid un mensaje de esperanza. A los españoles les ha dicho que no se puede vivir de espaldas a Dios: "¡Europa, vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Aviva tus raíces!". Estoy seguro de que España aportará el rico legado cultural e histórico de sus raíces católicas y los propios valores para la integración de una Europa que busca una unidad basada en unos criterios y principios en los que prevalezca el bien integral de sus ciudadanos.

El Pontífice rubricó este su primer discurso de bienvenida en el aeropuerto madrileño de Barajas insistiendo de nuevo en su mensaje de paz para España y el mundo: "Imploro del Señor para España y para el mundo entero una paz que sea fecunda, estable y duradera, así como una convivencia en la unidad, dentro de la maravillosa y variada diversidad de sus pueblos y ciudades".

 

"LA HUMANIDAD TIENE SED DE TESTIGOS AUTÉNTICOS DE CRISTO"

"La humanidad tiene sed de testigos auténticos de Cristo". Ante "los retos de la época actual, la Iglesia subraya el deber permanente de escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio". En un Mensaje al Padre Camilo Maccise, Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, con motivo del 89 Capítulo General Ordinario de la Orden, Juan Pablo II asegura su cercanía espiritual a los reunidos en esta Asamblea en la ciudad española de Ávila. "Lugar que guarda vivo el rescoldo de la experiencia y doctrina de santa Teresa de Jesús y de san Juan de la Cruz", escribe el Papa, recordando luego que, al visitar España en 1982, allí tuvo ocasión de admirar, no sólo a los maestros espirituales de su vida interior, sino también a dos faros luminosos de la Iglesia".

Una vez más, Juan Pablo II hace hincapié en que "la humanidad tiene sed de testigos auténticos de Cristo" y que para responder mejor a "los retos de la época actual, la Iglesia subraya el deber permanente de escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio". Hay que saber distinguir entre lo que viene del Espíritu y lo que le es contrario, siguiendo el modelo de nuestro Señor y la respuesta que dio "Él, enviado por el Padre a los pobres, los prisioneros, los ciegos o los oprimidos" (cf. Lc 4, 18)

"En camino con santa Teresa y san Juan de la Cruz: volver a lo esencial", es el tema elegido para el Capítulo de los Descalzos - que se inauguró precisamente ayer en Ávila y que finaliza el próximo 18 de mayo. En el contexto de este tema, el Papa expresa su satisfacción por la voluntad de la Orden de "permanecer fiel al carisma que, suscitado por el Espíritu en un determinado contexto histórico y eclesial, se ha desarrollado a lo largo de los siglos y está destinado a producir también hoy frutos de santidad en la Iglesia "para provecho común" (1 Co 12, 7), respondiendo a los retos del tercer milenio".

Recordando que la Familia de Carmelitas Descalzos, formada por frailes, monjas y laicos, nace de un único carisma y está llamada a seguir una vocación común, aun respetando la autonomía y la índole específica de cada grupo, Juan Pablo II subraya que "el Carisma fundacional se comprende mejor a la luz de la parábola evangélica de los talentos", pues "proviene de la magnanimidad del Señor y, junto con los otros, forma parte del tesoro de la Iglesia". Y tras subrayar la importancia de la fidelidad al mismo carisma fundacional, "que en todas las épocas ha dado abundantes y buenos frutos", el Papa recuerda que todos los religiosos y religiosas, no solamente tienen "una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir".

Así como a los afanes de la humanidad Cristo respondió tanto con la condescendencia como con el rechazo, pero en todo caso con la firmeza propia del "signo de contradicción" (Lc 2, 34), el Santo Padre recomienda a los Hermanos Descalzos de Nuestra Señora del Monte Carmelo "estar atentos para discernir y preparados para responder a las expectativas del momento actual", "sin perder de vista la inspiración original", tendiendo sin desmayo a la santidad (cf. ibíd. 37).

 

TELEGRAMA DE PÉSAME POR EL TERREMOTO EN TURQUÍA

El Santo Padre manifestó su pesar por las víctimas del terremoto en el sureste de Turquía. En el texto del telegrama, firmado por el Cardenal Sodano, el Papa expresaba su solidaridad de pensamiento y oración con todos los afectados por este nuevo drama y pedía a Dios que sostenga a los heridos y a las familias que han perdido a sus seres queridos.

 

NO TENEMOS NECESIDAD DE MÁS MUROS EN EL MUNDO, HA SIDO SUFICIENTE EL DE BERLÍN
EL CARDENAL SODANO INAUGURA EL CONGRESO MARIANO INTERNACIONAL

"En todo cristiano la figura materna de María que nos espera en la puerta del cielo, suscita en nosotros un pensamiento de profunda esperanza. Es la esperanza que cada hijo pone en su madre. Es la esperanza del viajero que regresa a la casa paterna. Es la esperanza del prisionero que sueña la hora de su liberación y el retorno entre los suyos. Por esto la Iglesia pone sobre nuestros labios la bella oración de la "Salve Regina", para invocar a María como Madre de Misericordia".

Eran palabras del cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano en su homilía, el miércoles, en la misa que celebró en Castelgandolfo en el Centro Mariapoli, en el curso del Congreso Mariano Internacional, organizado por el Movimiento de los Focolares.

"La visión de María Puerta del Paraíso - afirmó el cardenal Sodano - nos confirma en nuestra visión cristiana de la vida, concebida como una peregrinación hacia la eternidad. La visión del cielo da un haz de luz potente a nuestra existencia terrena. Esta visión de la eternidad en parte se ha atrofiado en la cultura contemporánea, pero los discípulos de Cristo saben bien que son peregrinos sobre la tierra y que están encaminados hacia la patria del cielo".

El cardenal Sodano, al margen del Congreso Mariano de los Focolares habló sobre la situación política en el mundo. Respecto a Oriente Medio dijo que la intervención de la comunidad internacional hubiera tenido que ser más intempestiva: "Se ha tardado demasiado para resolver el problema en Tierra Santa. El ideal trazado por el Papa parecía claro. Dos estados que puedan y deban coexistir".

Pero por tantas razones, el Plan de Reconciliación es todavía una utopía. Queda sin embargo, siempre la esperanza: "La gran esperanza es que pueda realizarse el compromiso que habían tomado también con el Papa en las visitas de los últimos jefes de estado de poner en marcha el proceso para ayudar a estos dos pueblos a vivir juntos pacíficamente. Ciertamente la construcción de este nuevo muro erigido por Israel no es buen auspicio para el futuro. No tenemos necesidad de más muros en el mundo, ha sido suficiente el de Berlín".

"El destino de la humanidad en un mundo globalizado - afirmó el purpurado - está en vivir juntos, unos al lado de otros. Y refiriéndose a Irak lo citó como ejemplo para esta convivencia. La esperanza de la Santa Sede para la post guerra es que nazca una nueva era de paz. De ahí el anuncio de una declaración de reconciliación de los cristianos iraquíes". "Los jefes religiosos piden en particular este respetuoso compromiso de todos por la libertad religiosa. Lo piden a los islámicos y a los estados amigos que ayuden para que sea un estado en el que haya plena libertad religiosa para poder dar al mundo un testimonio de que es posible vivir juntos".

El cardenal Sodano habló también de la situación en Cuba. "El Papa - dijo - no está arrepentido por haber dado confianza a Fidel Castro. "A todos es necesario ofrecer puente de plata para poder abandonar la prisión que nosotros mismos podemos construirnos". "La gran esperanza del Papa, que es también la mía, es que él pueda conducir este pueblo hacia nuevas metas de democracia, respetando las conquistas de estos decenios".

Pero como señaló el cardenal Sodano para Juan Pablo II ha sido una gran desilusión los 3 últimos fusilamientos en Cuba y las condenas severas de los tribunales a la población. De ahí el que el Pontífice haya pedido al menos clemencia por los disidentes encarcelados en las prisiones cubanas. "Nosotros continuaremos este diálogo. Nunca se interrumpirá este diálogo".

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE PARANÁ (ARGENTINA)
Juan Pablo II ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis metropolitana, presentada por Mons. Estanislao Esteban KARLIC, por motivos de edad. Y ha nombrado Nuevo Arzobispo Metropolitano de la misma Archidiócesis a Mons. Mario Luis Bautista MAULIÓN, hasta la fecha Obispo de San Nicolás de los Arroyos.

ARCHIDIÓCESIS DE DUBLÍN (IRLANDA)
El Santo Padre ha nombrado arzobispo coadjutor a monseñor Diarmuid MARTIN, hasta ahora arzobispo titular de Glenndálocha y Observador Permanente ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.

DIÓCESIS DE BAFIA (CAMERUN)
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis presentada por Mons. Athanase BALA, C.S.Sp, en conformidad al canon 401 §1 del Código de Derecho Canónico. En su lugar el Papa ha nombrado obispo de la diócesis al reverendo Jean Marie BALLA, Rector del Seminario Menor de Yaoundé.

EPARQUÍA DE TORONTO DE LOS UCRANIANOS Y CANADÁ ORIENTAL (CANADÁ)
El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la Eparquía presentada por Mons. Cornelius John PASICHNY, O.S.B.M., en conformidad al canon 210 §1 del Código Canónico de las Iglesias Orientales. En su lugar Juan Pablo II ha nombrado al reverendo Stephen Victor CHMILAR, del clero del la Eparquía de Toronto de los Ucranianos, hasta el momento canciller y párroco de la Parroquia de la Dormición de Maria Santísima en Mississauga, Ontario.

ACADEMIA PONTIFICIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
El Papa ha nombrado miembro ordinario a la Sra. Ombretta FUMAGALLI CARULLI, profesor ordinario de Derecho canónico en la Facultad de Derecho de la Universidad católica del Sagrado Corazón de Milán.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO III DE PASCUA (B): 4 de mayo de 2003
"Vosotros sois testigos"

La oración que hoy hacemos con toda la Iglesia es la siguiente: "Que tu pueblo, Señor, exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu; y que la alegría de haber recobrado la adopción filial afiance su esperanza de resucitar gloriosamente". En el terreno de la vida natural es muy difícil un rejuvenecimiento real. Los intentos de la ciencia para garantizarnos una juventud duradera son vanos. Los años nos dominan sin remedio. Necesariamente declinamos. Pero, en el orden de la vida del espíritu, no debe haber ancianidad. Jesucristo nos da la base para una continua renovación y rejuvenecimiento.

La celebración del Misterio Pascual, en estos días, nos recuerda nuestra realidad cristiana. Estamos bautizados, somos hijos de Dios, hemos recibido el don de la adopción, hemos resucitado con Jesucristo. Todo esto es causa de alegría para cuantos tienen viva su fe. Los discípulos de Jesús se encontraban totalmente hundidos, con motivo de la muerte de su Maestro. Se habían venido abajo. Atemorizados, desilusionados por completo, dominados por la tristeza y por el miedo. La presencia de Jesucristo resucitado les devolvió su fe y su alegría. San Lucas, en el relato evangélico de este día, nos hace imaginar la transformación que se obró en ellos. Las palabras de Jesús nos hablan del cambio obrado en sus corazones. Todavía, escribe San Lucas, que el Señor "les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras". Hasta que, recobrados y confortados con la presencia de aquella realidad que tenían ante sus ojos, se obró en ellos una completa renovación.

Nosotros podemos imaginar el cambio. Nosotros, que, con frecuencia, caemos en una situación parecida. Siempre que las cosas nos vienen mal, cada vez que estamos en alguna prueba o tropezamos con dificultades, que nos fuerzan a abrazar generosamente la cruz. Sí, también nosotros nos hundimos, nos entristecemos, nos dejamos vencer por el miedo y la desilusión. Entonces, como los discípulos, necesitamos de la presencia de Jesús.

El Señor fue bueno con ellos. Siempre, como buen Pastor que busca a sus ovejas, fue a su encuentro para ayudarles. Comprensivo y conociendo su situación interior, condescendió hasta dejarse palpar. Les mostró sus manos y sus pies traspasados por los clavos. Pidió de comer. Comió y bebió con ellos, como lo recordaba luego San Pedro (Hech 10,41). Mucho antes que San Pablo y mejor que cualquiera otro, Jesús practicó la caridad y la comprensión con los débiles en la fe.

Esta es también una lección necesaria. Hay alrededor de nosotros muchas personas necesitadas de ayuda. Hombres y mujeres de fe débil o dormida. ¿Es que no deberíamos nosotros practicar, a nuestra vez, la comprensión con esas personas, a quienes Jesucristo, no cabe duda, quiere ayudar siempre? ¿Es que no podemos ser nosotros los instrumentos de Jesucristo para que, en contacto con él, renazcan a la fe y a la esperanza? Al tocar este tema yo no puedo menos de recordar a los niños a los adolescentes, a quienes nos debemos, en orden a la educación en su fe cristiana. Hoy nos quejamos de la situación en que se encuentran muchos niños, que parecen no tener padres que se cuiden de ellos y los eduquen cristianamente. Los maestros suelen decir que son los padres quienes han de cuidarse de la educación cristiana, porque la mayoría de sus alumnos no reciben en sus hogares la fe; los padres no la viven. Para nada se preocupan del problema religioso de sus hijos.

Sobre todos nosotros pesa la responsabilidad de educarlos en la fe cristiana. Tenemos la obligación de salir a su encuentro y ayudarles. Su fe es débil. No es posible en esa edad, de ordinario, vivir una fe adulta y fortalecida contra todo peligro. Debemos ser comprensivos con los débiles en la fe. Debemos acercarnos a ellos con todo cariño. Como lo hizo Jesús con sus discípulos cuando vacilaban. Siempre, el contacto con los jóvenes y con los niños, que están llenos de vitalidad, nos rejuvenece. En contacto con los adolescentes, se siente uno siempre joven.

Pero ¡cuidado! más que su juventud, sus inquietudes y su espíritu abierto, lo que a nosotros puede rejuvenecernos, en definitiva, es el contacto con Jesucristo, que, en ellos, sale de nuevo a nuestro encuentro. Viene a nosotros pidiéndonos que le ayudemos. En esos pequeños, Jesucristo reclama comprensión; nuestro cariño y nuestra caridad. En contacto con él, queda renovado nuestro espíritu, siempre se rejuvenece nuestra fe.

 

V VISITA DE JUAN PABLO II A ESPAÑA

España es el tercer país que más veces ha visitado Juan Pablo II, junto con Estados Unidos y México, tras el quinto viaje que el Pontífice ha realizado a Madrid, los días 3 y 4 de mayo, para canonizar a cinco beatos españoles.

La canonización de 5 beatos españoles ha sido el acto central de la visita de Juan pablo II a España. Todos los nuevos santos fueron religiosos que vivieron durante el pasado siglo. Uno de ellos es José María Rubio y Peralta, jesuita, nacido en 1864 en Dalias (Almería) fallecido en Madrid en 1929, y que es conocido como el "apóstol de Madrid", donde desarrolló su apostolado entre los más humildes.

Días antes de la llegada del Santo Padre, Madrid y las localidades próximas como Getafe, anunciaban la visita del Pontífice mediante banderolas con la leyenda "el Papa viene a verte" y el lema de la visita "Seréis mis testigos". La Conferencia Episcopal y el arzobispado de Madrid, junto con la colaboración de las diócesis, parroquias, movimientos y organizaciones eclesiales, habían distribuido ya cincuenta mil carteles, 200.000 folletos de información y medio millón de estampas de la figura del Santo Padre con una oración y el logotipo de la visita: la barca del pescador con el mapa de España como vela y rematada por una cruz, con la leyenda "Juan Pablo II, 2003".