AUDIENCIA GENERAL: “CRISTO ES EL GRAN INTÉRPRETE Y SEÑOR DE LA HISTORIA”
LA IGLESIA NORTEAMERICANA TIENE URGENTE NECESIDAD DE RECONSTRUIR LA CONFIANZA
“VALENTÍA POLÍTICA” Y “PERDÓN MUTUO” PARA RESOLVER EL DRAMA DE ORIENTE MEDIO
NUEVO SIGNO DE RELACIONES DE AMISTAD ENTRE EL PUEBLO JUDÍO Y LA IGLESIA CATÓLICA
EL PUEBLO DE DIOS NECESITA SACERDOTES SANTOS, VERDADEROS PASTORES DE ALMAS
75 ANIVERSARIO DE LA PONTIFICIA PARROQUIA DE SANTA ANA

EL MENSAJE QUE LA CRUZ COMUNICA NO ES FÁCIL DE COMPRENDER EN NUESTRA ÉPOCA

MENSAJE A LOS PARTICIPANTES EN EL VIII FÓRUM INTERNACIONAL DE LOS JÓVENES
CELEBRACIONES DE LA SEMANA SANTA 2004 PRESIDIDAS POR EL SANTO PADRE
EL EVANGELIO, VERDADERO MANUAL PARA LOS CONFESORES
ROGAR DE FORMA ESPECIAL AL CORAZÓN DE CRISTO CRUCIFICADO POR LA PAZ PARA JERUSALÉN, BELÉN Y NAZARET, PARA PALESTINA Y PARA ISRAEL
«LA LUCHA CONTRA EL RACISMO SIGUE SIENDO UN DESAFÍO MÁS ACTUAL QUE NUNCA»
‘SPIRITUS ET SPONSA’, ACTOS JORNADA CONMEMORATIVA, EN 40º ANIVERSARIO SACROSANCTUM CONCILIUM”
EL COMPROMISO DE LA IGLESIA EN FAVOR DE LOS POBRES DEL MUNDO GLOBALIZADO
NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO
VIII FORO INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD
MILES DE NIÑOS EN EUROPA SOMETIDOS A PROSTITUCIÓN Y PEDERASTIA
NUEVO INSTITUTO BÍBLICO Y ORIENTAL EN LEÓN
30 ANIVERSARIO DEL INSTITUTO INTERNACIONAL JACQUES MARITAIN
“ANGOLA EN EL CAMINO DE LA ESPERANZA”
ASESINADO EN UGANDA UN SACERDOTE MISIONERO

SEMANA DEL 29 DE MARZO
AL 4 DE ABRIL

 

AUDIENCIA GENERAL: “CRISTO ES EL GRAN INTÉRPRETE Y SEÑOR DE LA HISTORIA”

El miércoles, Juan Pablo II durante la audiencia general, prosiguió hablando en su catequesis del desarrollo de algunos Salmos. En esta ocasión, concretamente reflexionó sobre el Cántico neotestamentario que forma parte de “La Liturgia de las Vísperas del martes de la primera semana”. Para poder comprender bien su significado, el Santo Padre lo ha puesto en relación con el Libro del Apocalipsis, donde se presenta una gloriosa escena celestial; “Vi que había un trono en el cielo, y Uno sentado en el trono” (Ap 4,2). Este trono, explica Juan Pablo II, es donde está Dios, cuyo nombre no se pronuncia por veneración.

En este trono se sentará más tarde un Cordero, símbolo de Cristo resucitado, y en torno a estas dos figuras divinas, Cristo y el Cordero, se sitúa el coro de la corte celestial, representado por “cuatro seres llenos de ojos por delante y por detrás”, que evocarían, como explicó el Santo Padre, “a los ángeles de la presencia divina en los cuatro puntos cardinales del universo”. A esa corte, se unen “veinticuatro ancianos” que representan a los líderes de las comunidades cristianas, por un lado, las doce tribus de Israel y por otro, los doce apóstoles.

Esta Asamblea del pueblo de Dios entona un himno al Señor exaltándolo: “Eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; por tu voluntad lo que no existía fue creado” (Ap 4,11). Es a partir de este momento en el que se introduce un símbolo de especial importancia, un “libro” que es completamente inaccesible ya que está “sellado con cuatro sellos”. Esta simbología, continuó el Pontífice, “nos lleva a pensar que se trata de una profecía escondida”. Por lo que, en este libro aparecerían todos los decretos divinos que se deben aplicar en la historia de la humanidad para que reine la justicia perfecta, pero sólo Cristo será digno de abrirlo ya que, como puntualizó Juan Pablo II: “Cristo es el gran intérprete y Señor de la historia”.

De ahí que Cristo sea la base de la historia, ésta no es otra cosa que el misterio pascual; “a través de su sangre ha ‘rescatado’ a toda la humanidad del poder del mal”. Como recordó el Papa, es lo que ya se proclamó en el monte Sinaí: “seréis para mi un reino de sacerdotes y una nación santa” (Ex 19,6). Se trata pues, de una llamada a la Iglesia, para que sea consciente de la dignidad de su misión.

Pero no sólo a la Iglesia, sino que el mismo Cristo, el Cordero, dirige este llamamiento a todos los pueblos, finalizó el Santo Padre, citando la Homilía Pascual de Melitón de Sardes: “Venid pues, todos vosotros, estirpes de hombres que estáis en pecado, y recibid la remisión de los pecados. Soy yo vuestra remisión, la Pascua de la salvación, el Cordero degollado por vosotros, vuestro rescate, vuestro camino, vuestra resurrección, vuestra luz, vuestra salvación, vuestro Rey. Soy yo el que os conduce a las alturas de los cielos, el que os mostraré al Padre que existe desde la eternidad, el que os resucitaré con mi derecha”.

Este fue el resumen de la catequesis del Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia: “En el canto neotestamentario que hemos escuchado se nos presenta una gloriosa y grandiosa escena celestial: en el centro aparece un trono en el que se sienta Dios mismo. Sucesivamente, en dicho trono toma asiento un Cordero, símbolo de Cristo resucitado, y alrededor de estas figuras se encuentra el coro celestial. Esta asamblea del Pueblo de Dios entona un himno al Señor destacando su gloria, honor y poder. Se introduce después un libro con los siete sellos, que serán abiertos por el Cordero inmaculado y resucitado. De ese modo, Cristo se manifiesta como el gran intérprete y señor de la historia, el revelador de la acción divina que en la misma se desarrolla. Finalmente, recordando las palabras del Sinaí, el himno reafirma cómo el pueblo redimido por Dios está formado por reyes y sacerdotes que deben guiar y santificar todo lo creado, siendo como una llamada a la Iglesia a tomar conciencia de su dignidad y de su misión”.

El Papa dirigió en español, un saludo a los fieles concentrados en la Plaza San Pedro.

“Saludo cordialmente a los peregrinos venidos de América Latina y de España, en especial al Colegio de los Padres Maristas, de Navalmoral de la Mata, y al Colegio Franciscano de Santaló, de Barcelona. Ya cercanos a la Semana Santa, invito a todos a contemplar y acompañar a Cristo en el misterio de la Cruz para resucitar con él a una vida nueva”.

En este tiempo de Cuaresma el Papa pidió a los fieles que “vivan cada día con mayor intensidad la fe recibida con el bautismo, para redescubrir la libertad y la esperanza en Cristo”. Como siempre, al final de la audiencia general Juan Pablo II se dirigió a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, éste fue su mensaje: “Dirijo, finalmente, un afectuoso saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. En este periodo de Cuaresma, os pido, queridos jóvenes, que intensifiquéis vuestro testimonio de amor a la cruz de Cristo; a vosotros, queridos enfermos, - en especial a los enfermos de esclerosis aquí representados por un grupo- a vivir la prueba del dolor como acto de amor a Jesús crucificado y resucitado; y a vosotros queridos recién casado os pido que imitéis, en vuestra unión, la gran fidelidad del Señor con la iglesia, su cónyuge”.

 

IGLESIA NORTEAMERICANA TIENE URGENTE NECESIDAD DE RECONSTRUIR CONFIANZA

La Iglesia estadounidense, que ha padecido y sufre las consecuencias del escándalo provocado por los abusos sexuales cometidos por el clero, es una iglesia que conserva una fe profunda. El Papa manifestó su aprecio y confianza en la iglesia de Estados Unidos recibiendo el viernes a los prelados de Atlanta y Miami en audiencia.

Una iglesia en la que el Papa puso su confianza, manifestando su aprecio por el esfuerzo que está llevando a cabo para reconstruir, aprendiendo de los errores, una era de reconciliación y renovación. Juan Pablo II reconoció, entre otras cosas, que la iglesia norteamericana tiene urgente necesidad de reconstruir la confianza y de sanar las heridas entre obispos, sacerdotes y laicos, causadas por el escándalo de los abusos sexuales de los últimos dos años. “No obstante, precisó el Pontífice, a los ojos de la fe, el momento actual de dificultad es también un momento de esperanza; esa esperanza que no defrauda como afirma San Pablo porque nace en el Espíritu Santo que confiere constantemente nuevas energías”.

El Santo Padre exhortó en particular a los prelados estadounidenses a redescubrir el papel y la fuerza de su ministerio de “testimonios proféticos en la época contemporánea”, tomando como punto de referencia esa necesidad de “una eclesiología de comunión y misión” subrayada por la Exhortación post-sinodal Pastores gregis. “El obispo –dijo el Papa- está llamado a ser un profeta, un testigo y un servidor de la esperanza para el mundo”.

A pesar de las dificultades creadas por los recientes escándalos y de una abierta hostilidad al Evangelio en ciertos sectores de la opinión pública, el papel pastoral del obispo no puede delegarse en otros. Porque, como afirmó el Papa, la sociedad americana -con su sorprendente pérdida del sentido trascendental y la afirmación de una cultura de lo material y lo efímero- tiene una necesidad desesperada de testigos de esperanza.

La respuesta a esta necesidad, concluyó Juan Pablo II, está en el Evangelio de la esperanza: el único que permite percibir la consoladora presencia del Reino de Dios en el mundo y ofrece confianza, serenidad y orientación en lugar de la desesperación que inevitablemente siembra el miedo, la hostilidad y la violencia en el corazón de las personas y en la sociedad en general.

 

“VALENTÍA POLÍTICA” Y “PERDÓN MUTUO” PARA RESOLVER DRAMA ORIENTE MEDIO

“Valentía política” a la Comunidad Internacional y “perdón mutuo” a palestinos e israelíes, pidió el Papa para resolver el drama de Oriente Medio. Juan Pablo II recibió el viernes las cartas credenciales del nuevo embajador del Líbano ante la Santa Sede, Naji Abi Assi. En su discurso, el Papa hizo hincapié en la “incertidumbre de la situación internacional”, marcada por la desestabilización profunda en las relaciones de algunos países a causa de la presión política suscitada por la crisis en Irak y por el recrudecimiento “injustificable e inquietante” del terrorismo internacional.

Ante esta “situación precaria”, la Santa Sede no cesa de abogar, dijo el Papa, “en favor de un retorno a la estabilidad y al orden internacional, con el reconocimiento del papel regulador de los organismos internacionales, especialmente de Naciones Unidas y con el reforzamiento de sus medios de decisión y de acción, a fin de que se reduzcan los focos de tensión y se garantice la paz”.

Y en este sentido, para el Santo Padre, la tierra del Líbano es un ejemplo a seguir en Medio Oriente. Un tiempo escenario de una larga y terrible guerra civil, actualmente los libaneses “han vuelto a recuperar su tradición ejemplar de diálogo y equilibrio” entre las distintas componentes culturales y religiosas del país, para reconstruir la nación y restablecer las condiciones económicas y sociales que permitan, en un renovado Líbano, hacer florecer de nuevo las riquezas multiformes de su peculiar cultura.

La situación estratégica del Líbano, efectivamente, lo sitúa en el mismo corazón de Oriente Medio y del terrible conflicto que continúa a enfrentar permanentemente a los pueblos israelí y palestino desde hace más de 50 años. Y “es precisamente vuestro país -como indicó Juan Pablo II- quien debe hacer frente a la inmigración de las personas que, huyendo de aquel drama, buscan refugio seguro en tierra libanesa”.

El Pontífice volvió a indicar que “la Comunidad internacional no debe huir de sus responsabilidades bajo el pretexto de otras urgencias, sino que debe asumir valientemente su papel, invitando a todas las partes en el conflicto a que reinicien el diálogo sin demora para buscar los medios que pongan fin a este ciclo infernal de violencias recíprocas”.

Juan Pablo II recordó asimismo que no se podrá restablecer una paz duradera en Oriente Medio hasta cuando no haya la suficiente “valentía política y la firme determinación” para que se reconozcan los derechos de todas las partes, incluidas las de los mismos adversarios, para retomar junto a ellos el camino de la paz en el respeto de la justicia. Y tampoco se podrá restablecer la paz sin la aceptación de aquel recurso al perdón mutuo que cure las terribles heridas inflingidas por la violencia durante tantos años de guerra.

 

NUEVO SIGNO EN RELACIONES AMISTAD ENTRE PUEBLO JUDÍO E IGLESIA CATÓLICA

«Estamos llamados de forma especial a servir a aquellos que necesitan de nuestra ayuda para vivir en la seguridad, en la justicia y en la libertad». Lo reiteraba el lunes Juan Pablo II en su saludo a los miembros del Comité judío estadounidense de beneficencia, a quienes recibió en audiencia - destacando asimismo que este encuentro «es un nuevo signo de las relaciones de amistad entre el pueblo judío y la Iglesia católica, que ambas partes anhelan fortalecer cada vez más».

Tras recordar que «Dios creó al hombre a su imagen donando a los seres humanos la capacidad de amar», el Papa hizo hincapié en que es, precisamente, «a través del amor que cumplimos nuestro destino obrando en semejanza de Dios». En este contexto, el Santo Padre subrayó que de ello brota «nuestro deber de servir a los demás siguiendo el mandamiento que encontramos en el Libro del Levítico: «Amarás al prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor» (19,18).

 

EL PUEBLO DE DIOS NECESITA SACERDOTES SANTOS, VERDADEROS PASTORES DE ALMAS

“Todo el pueblo de Dios necesita sacerdotes santos, doctos y verdaderos pastores de almas”. Juan Pablo II recibió el jueves en la sala Clementina del Vaticano a los profesores y alumnos del Colegio Pontificio Brasileño de Roma con motivo del septuagésimo aniversario de su fundación. El Papa recordó la visita que realizó en 1982 a este centro, donde celebró la eucaristía en su capilla y tuvo la oportunidad de visitar algunas instalaciones. Un centro el Pío Colegio Brasileño de Roma que fue fundado en 1934 por voluntad del Papa Pío XI y del Episcopado de Brasil de modo especial por el cardenal Sebastiao Leme.

“Enviados cada uno por su Obispo, el Colegio os acoge proporcionándoos un ambiente propicio para una más amplia formación académica y espiritual, tan necesaria en vuestra misión sacerdotal” - dijo el Santo Padre a los presbíteros brasileños. “Residir unos años en Roma os ofrece la oportunidad de entrar en contacto con las memorias históricas de los primeros siglos del cristianismo, de abriros a la dimensión universal de la Iglesia, y de fomentar la comunión eclesial, acogiendo las enseñanzas del Magisterio”.

El Papa en su breve discurso subrayó que “la Iglesia tiene la necesidad de ministros de Cristo bien formados”, una responsabilidad que recae en vuestros formadores en las Universidades que frecuentáis en Roma, y en el caso del Colegio Pontificio, en los religiosos de la Compañía de Jesús, encargados de la dirección del centro. “Dios quiera que el espíritu fundacional dejado por San Ignacio os anime continuamente, ya que el Episcopado brasileño y todo el pueblo de Dios necesitan sacerdotes santos, doctos y verdaderos pastores de almas”.

 

75 ANIVERSARIO DE LA PONTIFICIA PARROQUIA DE SANTA ANA

Juan Pablo II recibió el sábado, en el Aula Pablo VI, a los feligreses de la Pontificia Parroquia de Santa Ana, que se encuentra en el Vaticano y que celebra el 75 aniversario de su fundación. En su bienvenida - tras dirigir un saludo al párroco y al Vicario General de la Orden de los Agustinos, que tiene confiado el cuidado pastoral de esta comunidad parroquial – el Papa hizo hincapié, precisamente, en que esta parroquia nació por voluntad de su predecesor Pío XI, a raíz de los Pactos de Letrán que constituyeron el Estado de la Ciudad del Vaticano, «con el fin de cuidar el bien espiritual» de los fieles domiciliados en este territorio.

Refiriéndose a la solícita acción pastoral que se ha venido desarrollando a lo largo de todos estos años en la comunidad parroquial de Santa Ana, «cuya experiencia de fe y comunión entre sus distintos componentes ha crecido cada vez más» y ha hecho de esta iglesia «un oasis espiritual», Juan Pablo II destacó asimismo el testimonio de caridad de esta parroquia vaticana y elevó su gratitud a Dios por todo ello: «Sé que en esta parroquia hay varios grupos dedicados a múltiples actividades apostólicas y evangelizadoras. Al compromiso de difundir la Buena Nueva, ellos unen un incesante testimonio de caridad fraterna y de solicitud para con los hermanos menesterosos. La celebración de sus 75 años constituye una feliz ocasión para dar gracias a Dios y al mismo tiempo es una oportunidad para alentar con mayor impulso la marcha emprendida, mirando confiados al futuro».

En este encuentro, en vísperas de la Pascua de Resurrección, el Santo Padre finalizó sus palabras deseando a los feligreses de la Pontificia Parroquia de Santa Ana que toda su vida quede iluminada por «la luz de la pasión, muerte y resurrección de Cristo».

 

EL MENSAJE QUE LA CRUZ COMUNICA NO ES FÁCIL DE COMPRENDER EN NUESTRA ÉPOCA
XIX JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

Juan Pablo II volvió a confiar a los jóvenes la Cruz de Cristo. “Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús por la humanidad”. Y al finalizar la celebración en conexión ‘vía satélite’ con Berlín, animó a la Iglesia alemana a movilizarse para la XX Jornada de la juventud que se celebrará en Colonia en 2005.

En el Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, con la que se inicia la Semana Santa, se celebra desde 1986 la Jornada Mundial de la Juventud. Juan Pablo II presidió a las diez de la mañana, en la Plaza de San Pedro, una solemne eucaristía. Con el Santo Padre concelebraron el cardenal vicario de Roma, Camilo Ruini, el Presidente y secretario del consejo Pontificio para los Laicos y el vice regente de la diócesis de Roma. La ceremonia sagrada inició con la bendición y procesión de los Ramos.

“Queridos jóvenes que estáis buscando a Jesús que queréis ver a Jesús para creer en Él y amarlo sobre todas las cosas”, les dijo Juan Pablo II, “si estáis aquí es porque Jesús os ha mirado, os ha amado, os ha llamado a la fe, y vosotros habéis tenido la valentía de decir vuestro ‘Sí’. Perseverad en esta amistad con el Señor”.

Juan Pablo II, renovó la confianza depositada hace veinte años en los jóvenes para que sigan transmitiendo el evangelio por todo el mundo: “Vuestros contemporáneos esperan de vosotros que seáis testigos de Aquél que habéis encontrado y que os hará vivir..... Sentíos responsables de la evangelización de vuestros amigos y de todos vuestros coetáneos”: “En el clima de gozo, velado de tristeza, que caracteriza el Domingo de Ramos, celebramos la XIX Jornada Mundial de la Juventud. Este año lleva por tema ‘Queremos ver a Jesús’ (Jn 12,21), la solicitud que dirigieron a los apóstoles ‘algunos griegos’ (Jn 12,20), que habían venido a Jerusalén para la fiesta de Pascua”.

Con estas palabras inició el Papa su homilía recordando los misterios que celebramos en este domingo: la entrada gloriosa de Cristo en Jerusalén, siendo aclamado Rey de Israel y el rechazo de la masa con gritos hostiles: “Crucifícalo, crucifícalo (Lc 23,21). La masa tan voluble, que en pocos días paso del entusiasmo gozoso al desprecio homicida”.

La proclamación del Señor: “Cuando seré elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mi” (Jn 12,32). Y es que “en la Cruz Jesús muere por cada uno de nosotros”.

La Cruz, continuó afirmando Juan Pablo II es “el signo más grande y más elocuente de su amor misericordioso, el único signo de salvación para todas las generaciones y para toda la humanidad”: “Hace veinte años, al finalizar el Año Santo de la Redención, he entregado a los jóvenes la gran Cruz de aquel Jubileo. En aquella ocasión les exhorté a ser fieles discípulos de Cristo, Rey crucificado”.

Y esta Cruz desde entonces continúa atravesando numerosos países en preparación de las Jornadas Mundiales de la Juventud. “Como una antorcha pasada de mano en mano, ha sido llevada de país en país; y se ha convertido en el signo luminoso de la confianza que anima a las jóvenes generaciones del tercer mileno”. El Papa renovó a los jóvenes la invitación que les hizo hace veinte años: “Os confío a vosotros la Cruz de Cristo. Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús por la humanidad, y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado está la salvación y la redención”.

Ciertamente el mensaje que la Cruz comunica no es fácil de comprender en nuestra época, continuó afirmando el Pontífice, “pero no tengáis miedo de proclamar, en todas las circunstancias, el evangelio de la Cruz. No tengáis miedo de andar contra corriente”. Como afirma San Pablo en la carta a los Filipenses “la Cruz posee dos aspectos inseparables: es dolorosa y gloriosa. El sufrimiento y la humillación de la muerte de Jesús están íntimamente unidos a la exaltación y a la gloria de la resurrección. Pasión y resurrección constituyen el centro de nuestra fe y nuestro apoyo en las inevitables pruebas cotidianas”.

El Papa concluyó su homilía pidiendo a la Virgen dolorosa, testigo silenciosa del gozo de la resurrección, que ayude a los jóvenes a seguir a Cristo crucificado y a descubrir en el misterio de la Cruz el pleno sentido de la vida.

Al terminar la celebración eucarística y mediante una conexión ‘vía satélite’ desde la Basílica de San Juan de Berlín, donde tenía lugar una celebración presidida por el cardenal Georg Sterzinsky y por el Presidente de la Comisión para los Jóvenes de la Conferencia Episcopal Alemana, y un encuentro de jóvenes para recibir la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud que provenía de Sarajevo, iniciando así su peregrinación por Alemania, con el tema “Movidos por la Cruz”. La última etapa será Colonia, donde en el próximo mes de agosto de 2005, se celebrará la XX edición de la Jornada Mundial de la Juventud. Este es el final de la peregrinación que ha realizado la Cruz durante un año por 26 países europeos. Al final de la celebración, la Cruz pasó por la puerta de Brandemburgo.

Monseñor Bode, Presidente de la Comisión para los Jóvenes de la Conferencia Episcopal alemana, dirigió un saludo al Santo Padre y a todos los presentes en la Plaza de San Pedro. El Obispo alemán indicó al Papa el porqué de la elección de Berlín para llevar a cabo la “peregrinación de la reconciliación”, y el motivo no es otro que el anuncio del Santo Padre, el 23 de junio de 1996, al atravesar la puerta de Brandemburgo: “Se convertirá en la puerta de la libertad”, y su deseo de que Berlín se convirtiese en un símbolo para la Europa libre. “Santo Padre esta libertad y esta verdad las encontramos en Jesucristo. Como usted afirmó, la nueva Europa necesita aire para respirar, ventanas abiertas por las que pueda entrar el espíritu de la paz y de la libertad. Europa necesita personas convencidas y capaces de abrir las puertas. No apaguéis al Espíritu. Tened abierta esta puerta para vosotros y para toda la humanidad”.

Asimismo una joven alemana agradeció en nombre de sus connacionales la confianza del Papa en las jóvenes generaciones, afirmando “Queremos colaborar en la construcción de esta casa que es la Iglesia y al mismo tiempo la casa de la nueva Europa”. La joven también mostró la emoción del pueblo alemán ante la peregrinación que la Cruz hará por esta tierra, señalando: “Sabemos que esta Cruz es una invitación a la meditación. Es una invitación a recordar los miles de kilómetros que ya ha recorrido. Es una invitación para agradecerle este don simbólico”. La joven finalizó su intervención invitando al Santo Padre a acudir a Alemania, para que “nos de fuerzas para que seamos los testigos de la verdad de Cristo”.

El Pontífice, en sus palabras antes del Ángelus, envió un caluroso saludo al cardenal de Berlín, Georg Sterzinsky, y a cuantos habían participado en la celebración litúrgica por él presidida, de modo particular ha saludado a los jóvenes alemanes que se han reunido entorno a la Cruz que inicia su peregrinación por tierra alemana hasta alcanzar Colonia donde en agosto de 2005 se celebrará la XX Jornada Mundial de la Juventud. El Papa animado a toda la Iglesia alemana para que se movilice para esta gran cita.

Juan Pablo II finalizó sus palabras dirigiéndose a todos los presentes en la Plaza de San Pedro. De modo especial ha saludado a los jóvenes y a las personas comprometidas con la Pastoral Universitaria, que en los días pasados han participado en el VIII Foro Internacional de los Jóvenes, organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos.

 

20 AÑOS DE LA CRUZ DE LAS JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD

Música, coreografía y oración fueron los ingredientes de la fiesta celebrada el jueves por la tarde en la Plaza de San Pedro por los jóvenes de las diócesis de Lazio y Roma, quienes se unieron a Juan Pablo II en la conmemoración de los veinte años de la entrega de la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. El encuentro, celebrado como todos los años el jueves anterior al Domingo de Ramos, sirve de preparación para la XIX Jornada Mundial de la Juventud, que se celebró en cada Diócesis el Domingo de Ramos bajo el tema “Queremos ver a Jesús”.

La pasión de Juan Pablo II por los jóvenes se demostró una vez más en este encuentro en el que se alternaron atmósferas clásicas con momentos de oración y la interpretación de canciones famosas como “Think” de Aretha Franklyn o el Cumbayá interpretado por todos los artistas presentes en la abarrotada Plaza de San Pedro. “El Papa está con vosotros – dijo el Pontífice en su discurso–. Creed en Jesús, contemplad el rostro del Señor crucificado y resucitado¡ El rostro que tantos quieren ver, pero que a menudo está oculto por la poca pasión hacia el Evangelio y por el pecado”.

Los jóvenes recordaro el camino de la Cruz entregada por el Santo Padre en Roma en 1984, año Santo de la Redención, con el fin de que peregrinara por todos los continentes: “Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad anunciando a todos, que sólo en Cristo muerto y resucitado está la salvación y la redención”, estas fueron las palabras del Papa hace veinte años y que fueron recordadas en San Pedro. Tras la entrega, la primera etapa de la Cruz fue de nuevo en Roma, un año después, para celebrar el Año Internacional de la Juventud establecido por la ONU.

Entre músicas y bailes, los jóvenes reunidos en San Pedro siguieron recordando el camino de la Cruz. En 1987 viajó a Argentina, a Buenos Aires, donde el Santo Padre les recordó la dificultad de creer en el amor a Dios: “abrid generosamente vuestro corazón a Cristo, el único que es capaz de dar un sentido total a toda nuestra vida”. Dos años más tarde los jóvenes de todo el mundo se unieron en Santiago de Compostela, los mismos que hoy, entre los representantes de todos los países por los que ha pasado la cruz, recordaron al Santo Padre el mensaje de aquel 1989: “Yo soy el camino y la verdad de la vida”.

Tras este recorrido, la cruz paso por otro de los centros espirituales de Europa Czestochowa, primera vez que se celebraba un acontecimiento de esta importancia en uno de los países de la ex Unión Soviética. Tras esta buena acogida, la Cruz viajó a Denver y a Manila. En esta última ciudad de Filipinas el encuentro del Papa con los jóvenes batió su récord, cinco millones de personas estuvieron al lado del Santo Padre. En 1997 la capital francesa fue la protagonista, donde Juan Pablo II dio cita a todos los jóvenes para reunirse con él en Roma en 2000, año del Jubileo. Próximamente, la cruz recorrerá Alemania en preparación de la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia en 2005.

“Gracias a vosotros, queridos amigos, millones de jóvenes mirando a esa Cruz, han cambiado su existencia empeñándose en vivir la auténtica cristiandad”, estas fueron las palabras que Juan Pablo II ha dirigido a los jóvenes presentes en la plaza de San Pedro en agradecimiento a toda la labor que han hecho durante estos veinte años, recordando que “seguir a Cristo, quiere decir elegir una vida de donación a Él ... Jesús sabe como tenéis que llevar su Cruz por el mundo, para que la llevéis a todos los jóvenes que la están esperando”.

El Papa reconoció que aunque es verdad que los jóvenes de hoy no son como los de hace veinte años, él tampoco lo es, así como el contexto cultural es distinto, pero, recordó el Santo Padre “Cristo no, Él no ha cambiado. Él es el redentor del hombre de ayer, de hoy y siempre”. Por último Juan Pablo II renovó la confianza en los jóvenes: “Yo, esta tarde, renuevo mi confianza en vosotros, esperanza de la Iglesia y de la sociedad¡. No tengáis miedo¡. Transmitid por todo el mundo ..... la potencia de la Cruz, para que, gracias a vosotros, puedan continuar a ver y a creer en el Redentor del hombre¡”.

Asimismo los jóvenes presentes en la Plaza de San Pedro agradecieron al Pontífice su confianza en la voz del Cardenal Ruini, vicario del Papa para la Diócesis de Roma, quien señaló: “Santo Padre, los jóvenes le están agradecidos, saben que en Usted tienen un Padre que les ama y están aquí también hoy para verle y escuchar su palabra, seguros de ser comprendidos y estimulados en su deseo de ser los testimonios del Señor”.

A la celebración en la Plaza de San Pedro también asistieron los miembros del VIII Foro Internacional de los Jóvenes que desde el miércoles estaban reunidos en Rocca di Papa para debatir sobre la relación de la Universidad con los jóvenes. El Padre José Luis Sánchez, presidente de la Comisión de Enseñanza y Universidad de Valencia narró para Radio Vaticano su impresión sobre el encuentro con el Santo Padre.

La importancia de la Universidad como transmisora del mensaje de evangelización a los jóvenes ha sido siempre valorada por el Santo Padre, por este motivo los participantes del Foro Internacional de la Juventud se unieron al Papa, porque como ha recordado para nuestros micrófonos el Presidente de la Comisión de Enseñanza y Universidad de Valencia, el Padre José Luis Sánchez, “la Iglesia como fundadora de la Universidad tiene que responder a los retos de la sociedad”.

Así mismo, el Padre Sánchez nos explicó la función de la universidad en España, la cual tiene como meta descubrir la verdad.

Los 250 jóvenes del Foro acudieron, junto a otros miles de coetáneos, a la ceremonia de conmemoración de los 20 años de la entrega de la Cruz de la Juventud, ya que, como afirmo para radio vaticano el Obispo Auxiliar de Santiago de Chile, monseñor Andrés Arteaga Manieu, ellos tienen en sus manos la evangelización y por este motivo son necesarios este tipo de Foros.

En la jornada del viernes del Foro, los jóvenes analizaron junto a Alejandro Llano Cifuentes, profesor ordinario de filosofía de la Universidad de Navarra, el peligro de la instrumentalización de la universidad. “Lo que busca la Universidad hoy en día es poder, prosperidad económica y tecnología sofisticada”, explicó el profesor Llano Cifuentes en su intervención, quien añadió que, “la fuerza de la universidad no reside únicamente en los recursos económicos o en su poder político. La originalidad de su poder se funda en la capacidad que sus miembros tienen de pensar con originalidad, libertad y energía creativa”.

Cifuentes concluyo su intervención lamentado “el relativismo de todos los valores que se viven en la Universidad...... Por eso el sistema académico necesita ser reinventado”, finalizo. Asimismo, en la jornada de ayer se analizó, en una mesa redonda, el tema “Fe, ética y Cultura” donde se puso de manifiesto que “el conocimiento ..... no satisface la necesidad de verdad y de profundidad que el hombre tiene. Por eso, la Fe ilumina la razón que es la base del pensamiento..... poca ciencia nos aleja de Dios, mucha nos acerca al Creador”. De ahí la necesidad de que los jóvenes sean los nuevos transmisores del evangelio, como recordó Monseñor Arteaga.

En las diferentes reuniones, los 250 jóvenes participantes, junto a profesionales de más de medio centenar de países, comprobaron la necesidad de una reflexión crítica que permita a los jóvenes vivir la Iglesia en la propia universidad. En este sentido se manifestado también el obispo auxiliar de Santiago de Chile, quien ha recordado la importancia de la celebración de este domingo de Ramos y el papel de los jóvenes en estas celebraciones.

De la misma forma se manifestó el Presidente de la Comisión de Enseñanza y Universidad del Arzobispado de Valencia, José Luis Sánchez García, quien mostró su gratitud al Santo Padre por estimular a los jóvenes en seguir a Cristo.

 

MENSAJE A PARTICIPANTES EN EL VIII FÓRUM INTERNACIONAL DE LOS JÓVENES

«Tenemos que demostrar que fe y razón no son inconciliables entre sí. Aún más, la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad» (cfr. Fides et ratio, Intr.). Lo reitera Juan Pablo II en su Mensaje a los participantes en el VIII Fórum Internacional de los Jóvenes que se celebró a partir del 31 de marzo hasta el 4 de abril, Domingo de Ramos, en la localidad de Rocca di Papa, cerca de Roma.

El Papa, tras poner de relieve el lema de este encuentro, «El testimonio de Cristo en la Universidad», expresa su gran alegría por los numerosos jóvenes provenientes de los cinco continentes, en representación de más de 80 países y de 30 movimientos, asociaciones y comunidades internacionales, que se han dado cita para reflexionar juntos y compartir sus experiencias.

«En nuestra época es importante redescubrir los lazos que unen entre sí a la Iglesia y a la Universidad». Señalando el papel decisivo de la Iglesia en la institución de las primeras universidades y el impulso dado a la cultura a lo largo de la historia, el Santo Padre se refiere también al momento actual. A las universidades católicas y a las distintas formas de presencia de la misma Iglesia en el amplio mundo universitario.

Dirigiéndose a «los queridos alumnos», Juan Pablo II les recuerda que ellos no son sólo destinatarios de los servicios en las Universidades, sino que son «verdaderos protagonistas». En este contexto, alentándolos a prepararse profundamente para afrontar con responsabilidad su propio futuro, el Papa pone de relieve la necesidad de que los universitarios busquen las respuestas justas que se plantean «ante el significado de la vida, la felicidad, la realización plena del hombre y la belleza como esplendor de la verdad».

«Afortunadamente hoy se ha debilitado mucho el influjo de las ideologías y de las utopías fomentadas por aquel ateísmo mesiánico que tanto incidió en el pasado en muchos ambientes universitarios», reconoce Juan Pablo II, advirtiendo luego que «no faltan, sin embargo, nuevas corrientes de pensamiento que reducen la razón al único horizonte de la ciencia experimental y, por lo tanto, de los conocimientos técnicos e instrumentales, para encerrarla algunas veces en una visión escéptica y nihilista». Estos «intentos de huir de la cuestión del sentido profundo de la existencia» – lamenta el Santo Padre – «además de ser inútiles», «pueden llegar a ser también peligrosos».

Tras enfatizar que «Jesús es la verdad del cosmos y de la historia, el sentido y el destino de la existencia humana, así como el fundamento de toda realidad», el Papa recuerda la importancia del testimonio de Cristo, señalando que «puede suceder, también entre los que se profesan cristianos, que algunos en las Universidades se porten de hecho como si Dios nos existiera».

«El cristianismo no es una simple preferencia religiosa subjetiva, últimamente irracional, relegada al ámbito privado», reitera Juan Pablo II y, una vez más, recuerda el deber de los cristianos de «testimoniar lo que afirma el Concilio Vaticano II en la Gaudium et spes», que es la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual. Es decir que «la fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre. Por ello orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas» (n.11)

Deseando a los «jóvenes amigos» universitarios, que son «discípulos y testigos de Cristo en la Universidad», que el tiempo que dedican a estudiar sea «un tiempo de gran maduración espiritual e intelectual», que los lleve a profundizar en su relación personal con Cristo, el Santo Padre recuerda que esta fe «no debe permanecer ligada simplemente a fragmentos de tradición, de buenos sentimientos o de genérica ideología religiosa». Pues de esta forma «no estarán en grado de soportar el impacto ambiental».

Por lo que el Papa recomienda a los universitarios que intenten permanecer firmes en su propia «identidad cristiana y arraigados a la comunión eclesial». Recordando la importancia de la oración constante, de elegir buenos maestros, sin quedarse en ambientes a menudo difíciles y participando activamente en la vida de asociaciones, movimientos y comunidades eclesiales que trabajan en el ámbito universitario. El Pontífice exhorta a «ser constructores de la Iglesia en la Universidad, es decir, de una comunidad visible que cree, reza, da razón de la esperanza y acoge en la caridad toda huella de bien, de verdad y de belleza en la vida universitaria.

Finalmente, Juan Pablo II expresa su alegría al saber que los participantes en el Fórum Internacional de Jóvenes acudirían el 1 de abril a la Plaza de San Pedro para el encuentro del Papa con los chicos y chicas de Roma y, el 4 de abril a la Misa del Domingo de Ramos, para celebrar juntos la XIX Jornada Mundial de la Juventud.

Y, precisamente sobre las dos novedades que caracterizan este año el Forum Internacional de Jóvenes, organizado por la sección juvenil del Consejo Pontificio para los laicos, nos habló el Subsecretario de este dicasterio, Guzmán Carriquiry:

 

CELEBRACIONES DE LA SEMANA SANTA 2004 PRESIDIDAS POR EL SANTO PADRE

En la Semana Santa la Iglesia celebra de los misterios de la salvación: la obra de la redención humana y de la glorificación perfecta de Dios cumplida por Cristo, en especial en los últimos días de su vida, por medio del misterio pascual». Él muriendo destruyó la muerte y resucitando nos ha devuelto la vida. La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos y «de la Pasión del Señor» y comprende los días del lunes al jueves, culminando con el Triduo Pascual.

4 abril 2004 - DOMINGO DE RAMOS Y DE LA PASIÓN DEL SEÑOR - XIX Jornada Mundial de la Juventud con el lema: «Queremos ver a Jesús» (Jn 12, 21)
Plaza de San Pedro: 10 de la mañana

El domingo de Ramos «de la Pasión del Señor» une el triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. El Santo Padre bendice los ramos de olivo y las palmas y al termino de la procesión celebra la Santa Misa de la Pasión del Señor.

8 abril 2004- JUEVES SANTO
SANTA MISA CRISMAL - Basílica Vaticana: 9.30

El Santo Padre presidirá la concelebración de la Santa Misa Crismal con los cardenales, obispos y presbíteros (diocesanos y religiosos) presentes en Roma, como signo de la estrecha comunión entre el Pastor de la Iglesia Universal y sus hermanos en el Sacerdocio ministerial.

TRIDUO PASCUAL
El Triduo Pascual de la Pasión y la Resurrección del Señor «culmen de todo el año litúrgico», comienza con la Misa de la cena del Señor, encuentra su eje con la Vigilia pascual y finaliza con las Vísperas del Domingo de Resurrección.

SANTA MISA DE LA CENA DEL SEÑOR - Capilla Papal, Basilica Vaticana: 17.30”
Con la misa celebrada en las horas vespertinas del Jueves Santo, la Iglesia recuerda la última Cena durante la que el Señor Jesús, en la noche en que es traicionado, amando hasta la muerte a los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino, lo dio a los Apóstoles como alimento y les encargó a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio que hicieran el ofrecimiento.

Juan Pablo preside la concelebración de la Santa Misa. Después de la homilía tiene lugar el rito del lavatorio de los pies a doce presbíteros, durante el cual se invita a los presentes a cumplir un acto de caridad en favor de los niños enfermos de Ruanda y Burundi. La cantidad recogida se entrega al Santo Padre durante la presentación de los dones. Al final de la celebración tiene lugar la traslación del Santísimo Sacramento a la Capilla de la reposición.

VIERNES SANTO - 9 abril 2004
CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR – Capilla Papal, Basílica Vaticana: 17.00

En este día en el que «Cristo nuestra Pascua fue inmolado», la Iglesia con la meditación de la Pasión de su Señor y esposo y con la adoración de la Cruz – conmemora su propio origen del costado herido de Cristo e intercede por la salvación de todo el mundo. El Santo Padre preside la celebración de la Pasión del Señor.

VIA CRUCIS – Coliseo: 21.15”
El Santo Padre preside el piadoso ejercicio del «Via Crucis», al final del cual se dirigirá a los fieles e impartirá la Bendición Apsotólica.

DOMINGO DE PASCUA EN LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR - 10, 11 abril 2004
La noche de Pascua, una antigua tradición en honor al Señor, y la vigilia que se celebra, conmemoran la noche santa en la que Cristo resucitó; se considera «la madre de todas la vigilias». En esta noche la Iglesia permanece en espera de la Resurrección del Señor y la celebra con los sacramentos de la Iniciación cristiana. Con el Domingo de Pascua inicia el «tiempo gozoso» de Pentecostés o cincuentena pascual en la que la Iglesia celebra la presencia del Resucitado y la efusión de Espíritu Santo.

VIGILIA PASCUAL – Capilla Papal, Basílica Vaticana: 19.00”
El Santo Padre bendice el fuego nuevo en el atrio de la Basílica de San Pedro; tras el ingreso procesional en la Basílica con el cirio pascual y el canto del Exsultet, preside la Liturgia de la Palabra, la Liturgia Bautismal y la Liturgia Eucarística, concelebrada con los cardenales.

SANTA MISA DEL DÍA – Atrio de la Basílica Vaticana: 10.30”
El Santo Padre celebra la Santa Messa en el atrio de la Basílica de San Pietro e imparte la bendición «Urbi et Orbi».

 

EL EVANGELIO, VERDADERO MANUAL PARA LOS CONFESORES

“No es extraño encontrar personas que se han alejado de la confesión durante años, y a veces para toda la vida, tras un encuentro traumático durante la confesión”. En la Tercera predicación de Cuaresma a la Casa Pontificia, el viernes, el P. Raniero Cantalamessa abordó el tercer nivel de lectura de la Escritura: es decir el nivel moral que intenta extraer de la Pascua enseñanzas prácticas para la vida y las costumbres. En particular el predicador se refirió al sacramento de la confesión, atribuyendo el alejamiento de muchos fieles a determinadas actitudes de los ministros.

Aprovechando la presencia de penitentes y a la misma vez confesores, el predicador hizo unas reflexiones acerca de la renovación del sacramento que no sólo tiene que ver con el modo de recibirlo sino también de administrarlo. “La Iglesia latina ha intentado explicar este sacramento con la idea jurídica de un proceso del que se sale absueltos o no absueltos. Un proceso en el que el ministro reviste la función del juez. Esta visión –advirtió el P. Cantalamessa- si se acentúa unilateralmente puede tener consecuencias negativas.

Frente a esta visión, el predicador de la Casa pontificia defendió el Evangelio como el verdadero manual para los confesores, porque “el Derecho canónico existe para servirle, no para sustituirle”. De hecho Jesús nunca comienza a interrogar a los pecadores que encuentra acerca del número y el género de los pecados, sino que sobre todo se preocupa de que la persona experimente la misericordia, la ternura e incluso la alegría de Dios al acoger al pecador. Sabe que después de esta experiencia será el pecador mismo el que sienta la necesidad de una confesión completa de sus culpas.

 

ROGAR DE FORMA ESPECIAL AL CORAZÓN DE CRISTO CRUCIFICADO POR LA PAZ PARA JERUSALÉN, BELÉN Y NAZARET, PARA PALESTINA Y PARA ISRAEL

«El Viernes Santo, tenemos que rogar de forma especial al Corazón de Cristo Crucificado por la paz para Jerusalén, Belén y Nazaret, para Palestina y para Israel». Era el apremiante llamamiento que dirigía el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.

En una entrevista concedida a nuestra emisora, el Card. Ignace Moussa I Daud ponía de relieve la «urgente necesidad de ayudar a los cristianos en Tierra Santa». Señalando que «en ocasión del Viernes Santo, la Iglesia universal está llamada a rezar y brindar ayuda material a los hermanos cristianos de Tierra Santa», el purpurado hace hincapié en que se trata de un apoyo indispensable para «el mantenimiento de los Santuarios que surgieron desde la antigüedad en los lugares de la redención».

También recordó el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales la necesidad de apoyar a los cristianos de distintos ritos que viven en condiciones de gran dificultad, debido también a la violencia en la región. Tras destacar el activo compromiso de la Iglesia católica en Tierra Santa, en especial en los territorios y zonas de conflicto, el cardenal Daoud señaló la importancia de la oración y de impulsar las peregrinaciones - «aun con la debida cautela, pero con determinación». Puesto que, precisamente, «las peregrinaciones son fundamentales para el desarrollo material y espiritual de la zona».

Sobre el tema de las peregrinaciones a Tierra Santa, el cardenal Daoud reiteró que «aunque se impone la debida cautela, es posible volver sin peligro sobre las huellas del Señor, de la Virgen, de los Apóstoles y de los Mártires…». Pues «el Señor no dejará de velar sobre las personas que cumplen una obra tan elevada de misericordia espiritual y material». Incluso, subrayó el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, «también las partes en conflicto ofrecen garantías sobre la salvaguarda de los peregrinos».

A pesar de las noticias de violencia que llegan de Tierra Santa, el cardenal Daoud recordó que «no faltan, sin embargo, constructores de paz». Y, evocando las palabras de Juan Pablo II, que «clama con fe y convicción en defensa de las víctimas de todas las guerras y de toda violencia», el purpurado subrayó que la voz paterna del Santo Padre «alienta a todos aquellos que, aun deseándolo, se sienten incapaces de colaborar en favor de la causa de la paz». En este contexto, el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales reiteró también que «las Iglesias tienen el deber de promover cada vez más la paz, con espíritu ecuménico e interreligioso».

 

«LUCHA CONTRA EL RACISMO SIGUE SIENDO UN DESAFÍO MÁS ACTUAL QUE NUNCA»

«Defender la dignidad de la persona humana para derrotar toda forma de racismo e intolerancia». Es la recomendación que reiteró, en Ginebra, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, arzobispo Silvano María Tomasi, en su intervención ante la 60 sesión de la Comisión de derechos humanos de Naciones Unidas.

Mons. Tomasi puso en guardia contra «las heridas del racismo que vuelven a envenenar las relaciones humanas», por lo que «la lucha contra esta plaga sigue siendo un desafío más actual que nunca». El Observador de la Santa Sede puso de relieve asimismo la importancia de la Declaración universal de los derechos humanos y la urgencia de dar un nuevo impulso a los instrumentos internacionales y a las leyes nacionales para desarraigar toda forma de intolerancia.

El prelado recordó que a menudo el racismo es «fruto de un círculo vicioso que produce vulnerabilidad y marginación, que, a su vez, refuerza el prejuicio y la intolerancia». Por lo que, para derrotar esta plaga, «es necesario impulsar la aceptación recíproca, por medio de un genuino aprecio de la multiplicidad de dones que las distintas culturas brindan a toda la familia humana». En este contexto, Mons. Tomasi reiteró la importancia fundamental de la educación, de forma especial, en el tema de los derechos humanos, y la del papel de las religiones y de los medios de comunicación, para la construcción de una sociedad fundada en el diálogo y el respeto recíproco.

 

‘SPIRITUS ET SPONSA’, ACTOS DE LA JORNADA CONMEMORATIVA, EN EL 40º ANIVERSARIO DE LA SACROSANCTUM CONCILIUM”

El viernes tuvo lugar en la sala de prensa de la Santa Sede la presentación del volumen “ ‘Spiritus et Sponsa’, Actos de la Jornada Conmemorativa, en el 40º aniversario de la Sacrosanctum Concilium”.

Participaron en el acto, el cardenal Francis Arinze, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el secretario del dicasterio, arzobispo Mons. Domenico Sorrentino y el padre Juan Javier Flores Arcas, director del Pontificio Instituto Litúrgico de San Anselmo de Roma.

El cardenal Francis Arinze recordó que la Sacrosanctum Concilium fue el primero de los documentos mayores promulgados por el Concilio Vaticano II, en diciembre de 1963 y que esta Constitución sobre Sagrada Liturgia fue el primer fruto directo de la Asamblea conciliar, aquella “gran gracia de la que se ha beneficiado la Iglesia en el siglo XX”.

La Sacrosanctum Concilium exponía los principios fundamentales que guían la práctica litúrgica de la Iglesia en su renovación, como pedían los mismos objetivos del Concilio respecto a la sagrada liturgia, y que era “el de dar gloria a Dios y el de promover la santificación y la salvación de las personas”.

La Sacrosanctum Concilium ha sido reeditada con una “mirada retrospectiva” de lo que ha sucedido en estos últimos 40 años en el campo litúrgico y una mirada prospectiva de lo que la Iglesia hubiera tenido que hacer en materia litúrgica.

 

EL COMPROMISO DE LA IGLESIA EN FAVOR DE LOS POBRES DEL MUNDO GLOBALIZADO

La pobreza que aflige a pueblos y naciones enteras fue el centro del primer día de la Visita Pastoral que ha realizado el cardenal Renato Martino a México. El presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz viajó a la nación mexicana el pasado domingo y hasta el 2 de abril participó en distintos eventos civiles y eclesiales. El lunes, el purpurado, después de participar en la inauguración del III Congreso mundial de la familia en Ciudad de México, pronunció un discurso sobre el compromiso de la Iglesia en favor de los pobres del mundo globalizado.

En un encuentro con alumnos y docentes de la Universidad Iberoamericana, con el que se ha conmemorado el 60 aniversario de fundación de este ateneo, el cardenal Martino evocó los cimientos bíblicos de la opción preferencial de la Iglesia por los pobres. Subrayando que – sin ser nunca exclusiva o discriminatoria en relación con los demás grupos – el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz señaló que dicha opción «tiende a hacer todo lo posible para que pueblos enteros, que han sido excluidos o marginados, entren en el círculo del desarrollo económico y humano».

Por lo tanto, recomendó el cardenal Martino, «es necesario no sólo dar a estos pueblos lo superfluo de las sociedades de la abundancia, sino también, y sobre todo, cambiar los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo así como las estructuras consolidadas de poder que en la actualidad rigen en las sociedades».

Tras poner de relieve la válida contribución de la doctrina social de la Iglesia en la solución de los problemas de la actual economía globalizada, el purpurado recordó que dicha doctrina funda su visión moral «sobre las tres piedras angulares de la dignidad humana, de la solidaridad y de la subsidiariedad», el cardenal Martino hizo hincapié en que «la Iglesia en América está llamada no sólo a promover una integración mayor entre las naciones, contribuyendo a crear una verdadera cultura globalizada de la solidaridad, sino también a colaborar con los medios legítimos en la reducción de los efectos negativos de la globalización. Como el dominio de los más fuertes sobre los más débiles, en especial en el campo económico, y la pérdida de los valores de las culturas locales en favor de una mal entendida homogeneización».

El programa del martes de la Visita Pastoral que realizó a México el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz incluyó un encuentro en el Ministerio mexicano para el Desarrollo Social, con especial atención a los problemas de las poblaciones indígenas. Asimismo, el cardenal Martino se desplazó a Aquixtla, cerca de Puebla, zona habitada precisamente por indígenas de esta región.

EL DESARROLLO DE LA JUSTICIA Y LA SOLIDARIDAD SON LOS NUEVOS NOMBRES DE LA PAZ”

Según la doctrina social de la Iglesia, “el desarrollo de la justicia y la solidaridad son los nuevos nombres de la paz”. Estas fueron sido las palabras que recordó el Presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, el cardenal Renato Martino, al despedirse de los mexicanos tras su visita de cinco días a este país que concluyó ayer. “El ‘no’ a la guerra tiene que ir acompañado de la búsqueda de la justicia social, la defensa de la dignidad humana y la libertad”, enfatizó el purpurado quien se ha reunido en México con altas personalidades del mundo de la política y de la Iglesia de este país.

La apretada agenda del cardenal Martino le permitió asistir, entre otros actos, a la celebración de los 60 años de la Universidad Iberoamericana y visitar tanto una comunidad indígena en el distrito de Puebla como el Instituto Mexicano de Doctrina Social. En este último acto, el purpurado se detuvo en el análisis de la importancia de la participación democrática y solidaria de los ciudadanos en la vida de la propia comunidad. Por este motivo, el cardenal Martino pidió que se busque “una comunidad sin formas de centralización, sin burocracia, sin providencialismo que constituyen una presencia injustificable y excesiva del Estado y del Aparato Público”.

Por último el presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz se reunió con los obispos mexicanos para tratar el tema de la misión de la Iglesia como educadora hacia la paz en medio de los nuevos escenarios de violencia del mundo actual. “Sólo en una humanidad en la que reine la civilización del amor, podrá tener una auténtica paz y una verdadera justicia. La paz no se construye solamente con la política y con el equilibrio de las fuerzas de interés, sino con el espíritu, con las ideas y con las obras de paz”, concluyó el cardenal.

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE YUCATÁN (MÉXICO)
El Santo Padre ha nombrado auxiliares de la archidiócesis de Yucatán a:

  • Mons. Ramón CASTRO CASTRO, del clero di Tijuana, hasta ahora consejero de Nunciatura ante la Secretaría de Estado, asignándole la sede titular episcopal de Suelli
  • sacerdote José Rafael PALMA CAPETILLO, hasta ahora párroco y canciller de la curia archidiocesana de Yucatán, asignándole la sede titular episcopal de Vallis.

DIÓCESIS DE ROMA (ITALIA)
El Pontífice ha nombrado obispo auxiliar de la diócesis para el sector pastoral centro a Mons. Ernesto MANDARA, director de la oficina para las edificaciones sagradas y secretario general de la Obra para la preservación de la Fe y la provisión de nuevas iglesias en Roma, asignándole la sede titular episcopal de Torre di Mauritania.

ARCHIDIÓCESIS DE WROCLAW (POLONIA)
El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis, presentada por el Card. Henryk Roman GULBINOWICZ, por motivos de edad. Y ha promovido a esta sede metropolitana a Mons. Marian GOLEBIEWSKI, obispo de Koszalin – Kolobrzeg.

ARCHIDIÓCESIS DE BRATISLAVA-TRNAVA (ESLOVAQUIA)
El Papa ha aceptado la renuncia al encargo de obispo auxiliar presentada en conformidad de los cánones 411 y 401 §1 por los monseñores Mons. Dominik TÓTH, obispo titular de Ubaba y Štefan VRABLEC, obispo titular de Tasbalta. En su lugar el Santo padre ha nombrado obispos auxiliares de la misma archidiócesis eslovaca a Mons. Stanislav ZVOLENSKÝ, vicario General de esta archidiócesis, asignándole la sede titular episcopal de Novasinna y al sacerdote Ján OROSCH, del clero de la misma archidiócesis, párroco de Šturovo, asignándole la sede titular episcopal de Semina.

DIÓCESIS DE RICHMOND (ESTADOS UNIDOS)
Juan Pablo II ha nombrado obispo de la diócesis estadounidense de Richmond a Mons. Francis Xavier DI LORENZO, hasta la fecha obispo de Honolulu.

DIÓCESIS DE BOSSANGOA (REPÚBLICA CENTROAFRICANA)
El Papa ha nombrado obispo de la diócesis centroafricana de Bossangoa a Mons. Francois-Xavier Yombandje.

NUNCIATURA APOSTÓLICA EN CUBA
El Santo Padre ha nombrado Nuncio Apostólico en Cuba al Arzobispo Luigi BONAZZI, hasta la fecha Nuncio apostólico en Haití.

PONTIFICIA UNIVERSIDAD GREGORIANA
Juan Pablo II ha nombrado al P. Gianfranco GHIRLANDA, S.I., Rector Magnifico de la Pontificia Universidad Gregoriana.

TRIBUNAL DE LA PENITENCIARÍA APOSTÓLICA
El Pontífice ha nombrado a Don Juan Ignacio ARRIETA OCHOA DE CHINCHETRU y al Padre Ubaldo TODESCHINI Canonista y Consejero, respectivamente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica.

ENVIADO ESPECIAL A LAS CELEBRACIONES 50 ANIVERSARIO DE LA CONSAGRACIÓN DE LA BASÍLICA DE LISIEUX (FRANCIA)
Juan Pablo II ha nombrado al cardenal Fraciszek MACHARSKI, arzobispo de Cracovia su Enviado Especial a las celebraciones del 50 aniversario de la consagración de la Basílica de Lisieux, Francia, que tendrán lugar el 11 de julio de este año.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO DE RAMOS (C): 4 de abril de 2004
«Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya»

Comenzamos la gran Semana que tiene como centro el misterio pascual de Jesucristo. Y la Iglesia nos indica cómo hemos de vivirla: en esta celebración del misterio, la Iglesia por medio de los signos litúrgicos y sacramentales, se une en íntima unión con Cristo, su esposo. No, esta semana no hemos de entender las celebraciones como ceremonias, más o menos emotivas; sino vivirlas como verdaderos signos sacramentales a través de los cuales podemos experimentar en nosotros el misterio del Señor. Porque se trata del tránsito de la Iglesia con su Señor de este mundo al Padre.

Hoy entramos con Jesús en Jerusalén, donde va a consumar su obra; donde va a triunfar del pecado y de la muerte; donde va a alcanzar la salvación para todos los hombres. Y lo aclamamos con ramos en las manos, como aquellos niños y aquellos discípulos lo hicieron la primera vez: ¡porque su victoria es nuestra victoria! En esta esperanza, iniciamos la eucaristía que nos proclama hoy, de forma solemne, la Pasión del Señor; en este espíritu de exaltación, nos adentramos en la contemplación de su entrega generosa.

Las lecturas que anteceden a esta escucha de la Pasión nos quieren disponer a penetrar en los mismos sentimientos de Cristo Jesús. Porque, si nos impregnamos de ellos, renovaremos nuestra mente, el cambio en nuestros modos de pensar; renovaremos también nuestro corazón para lograr el cambio en nuestros modos de sentir; y renovaremos también nuestra existencia, porque la pasión y la muerte de Jesús es su mejor lección para la vida, la mejor luz para discernir nuestros comportamientos. Se trata, en definitiva, de recuperar la libertad de los hijos de Dios por ese contagio de la libertad y generosidad de la entrega de Cristo.

La primera lectura nos proclama un pasaje de aquellos Cantos del Siervo de Dios que anunció Isaías. Nos introduce en el secreto de la valentía de Cristo: Su total confianza en Dios. Por eso, el profeta pone en boca del Siervo que se entrega: Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me abofeteaban, no oculté el rostro a insultos y salivazos: Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido... Sé que no quedaré avergonzado.

También San Pablo nos quiere ayudar a contemplar la humillación de Cristo a la luz de su exaltación a la gloria. Por eso nos proclama el misterio del Señor con aquel himno antiguo, tan elocuente: Siendo de condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de siervo... Y se rebajó hasta someterse a la muerte, y una muerte humillante de cruz. Pero, por eso, Dios lo levantó sobre todo, de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble... y toda lengua proclame: “Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre”.

Este año escucharemos la Pasión según Lucas. Un evangelista que ha insistido en algunos rasgos con los que hoy podemos gustar su escucha: el anhelo de Jesús por celebrar la Pascua con sus discípulos: son las ganas del Señor por la llegada del Reino de Dios, que es lo único que de verdad le interesa. En la Cena se manifiesta como un siervo en medio de los suyos, hasta dar la vida por todos. Y, como signo de ese amor, nos deja la Eucaristía. También la preparación para el combate frente al poder de las tinieblas, esa lucha de Jesús contra Satanás para enseñarnos a vencer con su obediencia. Es Satanás, que lo traicionará en Judas; el mismo que acobardará a Pedro; el mismo que dispersará a sus discípulos abandonándolo. Pero ante el que Jesús manifiesta la libertad y la humildad de quien que se sabe en las manos de Dios; al que Jesús vence con su amor por todos los hombres. Hoy Jesús nos manifiesta la misericordia de Dios: en el perdón por los que no saben lo que hacen; en la promesa del Paraíso al malhechor arrepentido; en la suprema serenidad de quien es reconocido como Hijo por el centurión.

 

VIII FORO INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD

El VIII Foro Internacional de la Juventud abrió el miércoles sus puertas, en Rocca de Papa en Roma, a unos 300 participantes de entre 20 y 26 años de más de cien países. Jóvenes cuyo objetivo es obtener las herramientas necesarias para desarrollar su rol de transmisión y de formación en el interior de la propia comunidad, asociación o movimiento en el país de origen. El Foro, que tendrá una duración de cuatro días, finalizó el Domingo de Ramos, día en el que se celebra la Jornada de la Juventud en la Plaza de San Pedro del Vaticano, en preparación para la cita de Colonia (Alemania) en 2005: la XX Jornada Mundial de la Juventud.

El Consejo Pontificio para los Laicos es quién viene organizando desde hace más de quince años estas reuniones. Se trata de uno de los dicasterios de la Curia romana, que coadyuva al Sumo Pontífice en el ejercicio de su supremo oficio pastoral para bien y servicio de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares en lo que atañe a la promoción y a la coordinación del apostolado de los laicos y, en general, a la vida cristiana de los laicos en cuanto tales. En concreto, es la sección «jóvenes» del Consejo Pontificio para los Laicos, instituida por Juan Pablo II en 1986, quien se ha ocupado de coordinar todos los trabajos de preparación de estos Foros.

La función de este organismo es dar visibilidad concreta a la importancia que el Papa y toda la Iglesia atribuyen al mundo de los jóvenes en el presente y en el futuro, y ser signo de solicitud pastoral y de confianza respecto a ellos. El Santo Padre expresó magistralmente esta finalidad en un discurso a la Curia romana, del 20 de diciembre de 1985, cuando afirmó: «Todos los jóvenes deben sentirse seguidos por la Iglesia: por eso, toda la Iglesia, en unión con el Sucesor de Pedro, tiene que sentirse cada vez más comprometida, a nivel mundial, en favor de la juventud, de sus ansias y solicitudes, de sus aperturas y esperanzas, para corresponder a sus expectativas, comunicando la certeza que es Cristo, la Verdad que es Cristo, el amor que es Cristo ».

Este año se han querido introducir dos novedades en el Foro. Por un lado, se va a dar un espacio más definido acentuando la dimensión formativa con la elección de un tema concreto de la vida de los jóvenes. Por el otro, este año no se harán coincidir la celebración del Día de la Juventud con las reuniones, para permitir al Consejo Pontificio para los Laicos seguir más de cerca las actividades del Día de la Juventud, a las que se unirán los participantes del Foro sólo el último día, en San Pedro.

El tema sobre el que este año se propone reflexionar es: “Los jóvenes y la Universidad: testimoniar a Cristo en el ambiente universitario”. En los cuatro días de trabajo de este Foro, se intentó analizar el mundo de los estudiantes universitarios, para comprender el contexto político y cultural de la universidad en el mundo de hoy. De ahí que se pregunte sobre la universidad y los jóvenes que van a ella en los diferentes países (“Los jóvenes y la universidad hoy”), del mismo modo bajo el lema: “Estudio y vida”, se quiere intentar entender el impacto que cada uno tiene en la vida de los jóvenes. En la tercera etapa,“Universidad y verdad”, se analizó de qué manera la universidad responde a las preguntas de los jóvenes y cómo ésta, fiel a su labor de formar a los estudiantes en la búsqueda de la verdad pastoral, abre el diálogo sobre los diferentes medios de evangelización y desarrollo del ambiente universitario.

El objetivo final de este VIII Foro internacional de la juventud, es el de dar a los participantes instrumentos concretos de reflexión y de crecimiento, para que, de ese modo, puedan desarrollar un rol de transmisión y de formación en cada una de sus realidades. Además, a través del Foro, organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos, se quiere dar a los jóvenes una experiencia de fe, la posibilidad de conocer la Iglesia en su dimensión universal, de reconocer a Jesús a través de hermanos diferentes de cada uno y que se sientan cercanos a la fe.

La celebración del Foro Internacional para jóvenes dio inicio en 1987, en Buenos Aires, donde se propuso como finalidad analizar la realidad de la juventud a nivel mundial. De esta primera experiencia se dedujo que había que abarcar más países – en esta sólo participaron 40- para poder contrastar así distintas realidades. Dos años más tarde, en Santiago de Compostela, más de medio centenar de países participaron en el Foro compartiendo las experiencias de cada uno en un clima de diversión y fraternidad. En esta ocasión fueron tres días en los que en cada uno de ellos se debatió sobre un tema; “Los jóvenes en búsqueda del sentido y la plenitud de la vida”, “Cristo encuentra a los jóvenes de hoy” y “Anunciar y testimoniar Cristo hoy”.

En 1991 el tema del III Foro fue “El espíritu de los hijos de Dios, espíritu de libertad”, 250 delegaciones - por primera vez muchas de ellas de países del Este - de 74 países diferentes, se reunieron en Chestochowa (Polonia) para debatir la cuestión propuesta por el Cardenal Pironio; “¿Nos preguntamos honestamente cual es la libertad que los jóvenes buscan?, ¿La han encontrado en el camino del sufrimiento y de la esperanza hasta hoy recorrido?, ¿Cuáles son los valores morales y espirituales que podemos ofrecer a estos jóvenes de nuestro Occidente cristiano y oficialmente libre?”.

“Una mirada de vida al mundo”, “Elegir Cristo, elegir la vida” y “Juntos por la vida”, son los temas que se desarrollaron en Denver en 1993. Dos años más tardes en Manila, la Universidad Real y Pontificia de Santo Tomás, la más antigua de Asia, albergó a los participantes de 105 países y a las asociaciones y movimientos internacionales que participaron en el Foro. En esta ocasión el desafío fue mayor, la búsqueda de Dios llevó las actividades a Asia, el continente más grande y más poblado, pero donde la comunidad cristiana es una minoría. Por ese motivo el tema de las conferencias fue “Ser misioneros en el corazón de la sociedad”, lo que significó una búsqueda de diálogo entre las diferentes religiones, como la budista, la islámica o las religiones tradicionales. Pero sobre todo, en Manila se ratificó el empeño del Papa de depositar en los jóvenes toda la confianza y les pidió un renovado empeño evangelización del mensaje de la salvación de Jesús.

El VI Foro internacional de los jóvenes se celebró en París donde por primera vez entre los delegados estaban representantes de la Iglesia Ortodoxa y Protestante y cuyo mensaje final fue: “Hemos comprendido que cada uno de nosotros es una ‘letra de Cristo’ sin la cual el señor no puede escribir su mensaje de amor”. Y por último, en 2000 durante el Jubileo, el Foro se celebró en Roma y el centro de reflexión fue la fe. Como recordaron los delegados que participaron en las reuniones: “La fe no es una expresión de nuestra voluntad, es un don de Dios que actúa en nuestras vidas, un don que aumenta si se comparte.... Cristo que vive en nosotros, es la fuerza que nos hace capaces de ser testimonios vivientes para los que están afligidos por el sufrimiento moral de la sociedad de la que formamos parte”.

Este año, durante este VIII Foro Internacional de la Juventud, los participantes tuvieron la oportunidad de vivir, junto a otros miles de jóvenes, la XIX Jornada Mundial de la Juventud 2004. En esta ocasión, bajo el lema: “Queremos ver a Jesús”, el Santo Padre ha hecho un llamamiento a todos estos jóvenes para “que vuestra búsqueda no esté motivada simplemente por la curiosidad intelectual, aunque en sí misma tiene un gran valor, sino que esté estimulada sobre todo por la exigencia profunda de encontrar la respuesta a la pregunta sobre el sentido de vuestra vida”.

Asimismo, el Pontífice ha querido remarcar que el cristianismo no es simplemente una doctrina, sino que se trata de un encuentro en la fe con Dios hecho presente en la historia con la encarnación de Jesús. “Poned todos los medios a vuestro alcance para hacer posible este encuentro, mirando a Jesús que os busca apasionadamente. – señala Juan Pablo II añadiendo - Buscadlo con los ojos de la carne a través de los acontecimientos de la vida y en el rostro de los demás; pero buscadlo también con los ojos del alma por medio de la oración y la meditación de la Palabra de Dios”.

 

MILES DE NIÑOS EN EUROPA SOMETIDOS A PROSTITUCIÓN Y PEDERASTIA

Prostitución, pederastia, películas pornográficas y mendicidad son las formas más frecuentes de abuso que sufren miles de niños en Europa. Esta es la denuncia que la asociación “Save the Children” (Salvar a los niños) ha hecho en Roma durante el Seminario Internacional “Red Europea para compartir información en la lucha contra la trata de niños y niñas”. El informe, en el que se analiza la situación de los más pequeños, ha sido elaborado por las sedes de dicha asociación en España, Italia, Bulgaria, Dinamarca, Reino Unido y Rumania.

La trata de menores puede asumir muchas formas y en los últimos diez años esta práctica ha aumentado en toda Europa, por este motivo “esperamos que este informe funcione de estímulo para la Comisión Europea para que comprenda que una lógica basada en los derechos humanos debe proteger sobre todo a los individuos más vulnerables, los niños”, explicó Pippo Costella, delegado italiano de “Save the Children”.

Desde la asociación consideran que en Europa queda mucho por hacer en cuestión de derechos humanos, por eso, esta reunión se presenta dentro del proyecto de red Europeo contra el tráfico de niños (European Network Against Child Trafficking), red formada por organizaciones e instituciones unidas para proteger a los más pequeños que en muchas ocasiones son captados a través de anuncios publicados en los periódicos con falsas promesas de trabajo, matrimonio y una vida mejor.

Esta denuncia fue precedida el domingo anterior por el llamamiento de Juan Pablo II a todos los cristianos para que pusieran en el centro de su atención a los más pequeños, denunciado que son “los que en muchas ocasiones no tienen ni el mínimo indispensable para vivir........, privados de todo, ven su futuro amenazado por una pesadilla difícil de alejar». Según los datos publicados por la agencia Fides, de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, niños de entre 7 y 17 años «son utilizados como el medio más brutal e inhumano para abrir camino seguro en las zonas minadas. Caminando delante de las tropas, los niños eliminan con su muerte un peligro para quien pasa detrás».

En estos momentos, 300.000 niños son reclutados por ejércitos regulares o grupos armados en 36 guerras, mano de obra barata en los «conflictos olvidados», como los definió Juan Pablo II, los pequeños «sufren así una doble agresión escandalosa: se hace de ellos víctimas y al mismo tiempo protagonistas de la guerra, involucrándoles en el odio de los adultos». Según un informe de las Naciones Unidas, en los últimos diez años, han muerto en distintas guerras dos millones de niños y cuatro millones han quedado gravemente discapacitados.

 

NUEVO INSTITUTO BÍBLICO Y ORIENTAL EN LEÓN

La Ciudad de León en España, cuenta con un Instituto Bíblico y Oriental. Para ello entrevistamos a su Director el P. Jesús García Recio.

 

30 ANIVERSARIO DEL INSTITUTO INTERNACIONAL JACQUES MARITAIN

El Instituto Internacional Jacques Maritain celebró sus 30 años de vida con un Congreso el viernes en Roma centrado en el tema: “la promoción de la persona humana”. Fue en abril de 1974 cuando un grupo de intelectuales de varias nacionalidades decidieron difundir el pensamiento de Maritain y continuar la reflexión que el filósofo francés había iniciado sobre las grandes transformaciones de la sociedad contemporánea.

Jacques Maritain, uno de los grandes pensadores del siglo XX, dio su valiosa contribución a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y fue uno de los precursores del Concilio Vaticano II.

 

“ANGOLA EN EL CAMINO DE LA ESPERANZA”

Con ocasión del segundo aniversario de la paz en Angola, la Conferencia Episcopal angoleña ha publicado una carta pastoral titulada “Angola en el camino de la Esperanza”. El documento reflexiona sobre la situación social, política y económica de Angola. En la presentación de la Carta Pastoral, Mons. Filomeno do Nascimento Vieira Diasm, obispo auxiliar de Luanda afirmó que el documento se titula “Angola en el camino de la Esperanza” precisamente porque el 4 de abril de 2002 (fecha del acuerdo de paz entre el gobierno y los rebeldes de la Unión Nacional para la Independencia total de Angola - UNITA) suscitó en el ánimo de los angoleños la esperanza de una vida mejor, y en particular en el campo económico y sanitario.

Los obispos recuerdan, sin embargo, que todavía está en curso el conflicto en el enclave de Cabinda, separada del resto del país por una franja de tierra perteneciente a la Republica Democrática del Congo. “Nuestra esperanza de paz se dirige también a la guerra de Cabinda, donde nuestros hermanos están divididos por una lucha armada, cuyas principales victimas son como siempre inocentes: ancianos, mujeres y niños”.

Los prelados recuerdan que es necesario afirmar “el derecho por encima de la fuerza” y que “la vida es un valor primario para nuestra cultura. Por ello, un africano difícilmente acepta una familia sin hijos. Por la misma razón, la muerte de un niño representa una desgracia cultural, que solo la fe en Cristo puede iluminar y la esperanza cristiana puede consolar. En oposición a esta cultura de la vida se ha provocado en Angola una cultura de la muerte con tres decenios de guerra con el agravamiento consecuente de las condiciones de vida social, con la mortalidad infantil que alcanza el récord mundial y con nuestra esperanza de vida por debajo de los 40 años”. La guerra ha destrozado la economía del país, afirman los obispos.

Por el contrario, hace mas de 30 años, Angola era un gran productor y exportador de productos alimentarios y ahora depende de las ayudas intencionales para alimentar a la propia población. “O acabamos con el hambre o el hambre acaba con nosotros” afirman los prelados que piden con urgencia una política agraria que mire a la autosuficiencia alimentaria. Además se alerta en el documento sobre la preocupante difusión del SIDA: “nos sentimos totalmente solidarios con el gobierno, especialmente con el presidente de la Republica cuando denuncia el flagelo del SIDA”. Los obispos piden el compromiso de todos para frenar la difusión de la enfermedad en el respeto de las enseñazas de la Iglesia sobre el matrimonio y la sexualidad.

 

ASESINADO EN UGANDA UN SACERDOTE MISIONERO

La agencia católica misionera MISNA ha informado del asesinato en Uganda de un sacerdote misionero a manos de desconocidos. Según la agencia, el P. Luciano Fulvi, de 76 años de edad, italiano de la congregación de los Combonianos, fue asesinado en el norte de Uganda. El cuerpo sin vida del misionero fue encontrado por sus hermanos de comunidad en la misión de Layibi, en la periferia de Gulu, al norte de Uganda. El P. Fulvi no se había presentado a misa el miércoles por la mañana, despertando la inquietud de sus compañeros.

Entrevistado por Radio Vaticano, el director de la MISNA, Padre Albanese, ha recordado que el padre Fulvi es el misionero número 15 que viene asesinado en el norte de Uganda. No obstante la pérdida el padre comboniano Giulio Albanese quiso subrayar que la misión es una experiencia de compartir inmensa y reafirmó su creencia en que el sacrificio del padre Fulvi, como el de otros religiosos y religiosas que ha muerto estos años, es un signo de esperanza para un país y una región donde la guerra continúa asesinando todos los días.