AUDIENCIA GENERAL: CONFIANZA EN DIOS DA SERENIDAD, FELICIDAD Y TRANQUILIDAD AL HOMBRE

“La confianza en Dios es la que da serenidad, felicidad y tranquilidad al hombre, porque el Señor crea en torno a los fieles un horizonte de paz que deja fuera el estrépito del mal”, catequesis de Juan Pablo II durante la audiencia general del miércoles.

Este miércoles, Juan Pablo II durante la audiencia general, prosiguió hablando en su catequesis del desarrollo de algunos Salmos. Concretamente reflexionó sobre la primera parte del Salmo 26: “Junto a Dios no hay temor”. Precisamente esta confianza en Dios, explicó el Papa durante su catequesis, es la que da serenidad, felicidad y tranquilidad al hombre, comparándolo con “un oasis de luz y de amor”, porque el Señor “crea entorno a los fieles un horizonte de paz que deja fuera el estrépito del mal”.

La primera parte del Salmo 26 tiene como fondo el templo de Sión, centro del culto de Israel. De hecho los salmistas hablan de “casa del Señor”, de “santuario” y de “refugio, casa”, ya que en el origen hebraico de la palabra significa “corazón mismo del templo”. De ahí que el hilo conductor de la oración, ha señalado el Santo Padre, sea “la confianza en Dios tanto en los días de celebración como en los de miedo”.

Gracias a esta confianza en Dios se obtiene la serenidad “en el día tenebroso del asalto de los malvados”, continuó Juan Pablo II que explicó después las dos imágenes que usa este Salmo para describir cuáles son los signos del mal. Éstos son de dos tipos: por un lado parece que hay una imagen de una caza feroz; “Cuando se acercan contra mí los malhechores a devorar mi carne, son ellos, mis adversarios y enemigos, los que tropiezan y sucumben” (Sal 26 2). Por otro, aparece el símbolo militar del asalto de una armada; “Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme; aunque estalle una guerra contra mí, estoy seguro en ella” (Sal 26 3).

A través de estas imágenes, el Santo Padre recordó que “la vida del creyente está expuesta a tensiones, a rechazos y persecuciones”. Porque, como ha seguido explicando el Pontífice, “el comportamiento del hombre justo molesta, ya que resuena como una amonestación con respecto a los prepotentes y a los perversos”. En el mismo Libro de la Sabiduría aparece esta imagen donde el justo está considerado como “un reproche de nuestros criterios, su sola presencia nos es insufrible, lleva una vida distinta de todas y sigue caminos extraños” (Sb 2 14-15).

Como señaló el Papa, “el fiel es consciente de que la coherencia crea aislamiento y provoca desprecio y hostilidad en una sociedad que, a menudo, elige como bandera las ventajas personales, la fama, la riqueza y el placer desenfrenado”, pero a pesar de esto, el fiel – recalcó Juan Pablo II – conserva su paz interior: “Yahvé, mi luz y mi salvación ..... refugio de mi vida” (Sal 26 1). Ante estas exclamaciones se repite las mismas preguntas: “¿A quién he de temer? ..... ¿por quién he de temblar? .... mi corazón no teme” (Sal 26 1- 3).

Se trata de la misma proclamación que hizo San Pablo en su Epístola a los Romanos: “Si Dios está con nosotros, ¿Quién contra nosotros?” (Rm 8 31). “La paz interior, la fortaleza de ánimo y la paz – prosiguió Juan Pablo II – son un don que se obtiene refugiándonos en el templo, es decir a través de la oración personal y en comunidad”.

Por último el Obispo de Roma quiso recordar las palabras del monje Isaías de origen sirio que vivió en el desierto de Egipto y aplicó este Salmo en la oración ante la tentación: “Si vemos a nuestros enemigos que nos rodean con su astucia, es decir con su apatía..... no perdamos el coraje, gritemos como David, con el corazón .... diciendo “¡Señor refugio de mi vida¡” (Sal 26 1)”.

Este fue el resumen de la catequesis del Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia:”La primera parte del Salmo 26, que meditamos hoy, se caracteriza por una gran serenidad, fundada en la confianza en Dios. A menudo la vida del creyente está sujeta a tensiones y controversias, e incluso persecuciones, ya que el comportamiento del hombre justo resulta incómodo para los poderosos y los perversos.

Sin embargo, el fiel no se siente nunca abandonado ante los ataques de los malvados. Su corazón conserva una gran paz interior porque, como indica el mismo Salmo: "El Señor es mi luz y mi salvación, es la defensa de mi vida". La comunión con Dios es fuente de serenidad, alegría y tranquilidad, pues es como entrar en un oasis de luz y de amor.

Este fue el saludo que el Papa dirigió en español a los fieles concentrados en la Plaza San Pedro.

Saludo cordialmente a los peregrinos de España y de América Latina, especialmente a los sacerdotes españoles que realizan un curso de actualización; a las jóvenes colaboradoras del Regnum Christi; a los feligreses de San Frutos y a los miembros de la asociación cultural de Segovia; también al Colegio Albert Camus de Guadalajara, México. Os invito a confiar en Dios, refugio de paz.

Como siempre, al final de la audiencia general de los miércoles, Juan Pablo II se dirigió a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, este fue su mensaje: Dirijo, finalmente, un afectuoso saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Qué el espíritu de Cristo resucitado os impulse a vosotros queridos jóvenes, a ser apóstoles valientes de su Evangelio; a vosotros, queridos enfermos, a una serena adhesión a los planes divinos de la salvación; que os haga a vosotros, queridos recién casados, cada vez más fieles a la misión que se os ha confiado en la Iglesia y en la sociedad”.

DERROTAR LA POBREZA A TRAVÉS DE LA JUSTICIA SOCIAL

Nuevo llamamiento del Santo Padre contra la violencia y el terrorismo, en favor del diálogo y de la paz y para que sea derrotada la plaga de la pobreza, por medio de la justicia social, en su discurso a la nueva embajadora de Filipinas.

Juan Pablo II, al recibir el lunes a la nueva embajadora de Filipinas, Leonida Vera, para el acto de presentación de sus Cartas Credenciales, y tras evocar con conmoción sus visitas pastorales a este país asiático - que ha fortalecido su fe en Cristo, por encima de numerosos obstáculos y que es la «verdadera ‘luz’ de la Evangelización en Asia» – reflexionó sobre temas de suma importancia como el aumento de la violencia – lanzando un llamamiento para que se ponga punto final al terrorismo y se impulse el diálogo interreligioso; la plaga de la pobreza extrema; la tutela de la familia y de los no nacidos y la necesidad de promover la democracia y el bien común de los ciudadanos rechazando todo tipo de corrupción.

En su bienvenida a la nueva embajadora filipina, Juan Pablo II manifestó su profunda preocupación por el aumento de la violencia, que desde hace ya largo tiempo sufre este país. «Vuelvo a lanzar un llamamiento a todas las partes – dijo textualmente el Papa - para que se ponga punto final al terrorismo que sigue causando tanto sufrimiento a la población civil y se elija el camino del diálogo, que es el único que podrá conducir a los pueblos de la región a crear una sociedad que garantice la justicia, la paz y la armonía entre todos».

Por lo tanto, «es indispensable que el estado siga impulsando el diálogo en la sociedad, fomentando el mutuo entendimiento y aprecio entre las distintas religiones», recomendó nuevamente el Papa, haciendo hincapié en que «podemos eliminar juntos las causas sociales y culturales del terrorismo, enseñando la grandeza y la dignidad de la persona y difundiendo una mayor conciencia de la unidad del género humano (Mensaje para la Jornada Mundial de la paz, 2002 – 12)

Refiriéndose a la herencia cristiana del noble pueblo filipino - cuya fe se ha fortalecido a superando numerosos obstáculos - el Papa recordó la noble tarea que corresponde a los filipinos. Tarea que consiste no sólo en preservar los valores cristianos sino también en ayudar a difundir los ideales de la cultura cristiana en todo el mundo.

«Uno de los deberes de las culturas basadas en valores auténticamente humanos tiene que ser una profunda y permanente atención a los pobres», recordó asimismo Juan Pablo II, lamentando luego que «desafortunadamente, Filipinas y gran parte de las regiones de Asia siguen conociendo la triste plaga de la pobreza extrema». En este contexto, el Santo Padre recomendó a los responsables de las naciones que - «lejos de caer en la tentación de adoptar políticas que ofrecen soluciones a corto plazo» - para derrotar la pobreza es necesario que «todos los sectores de la sociedad trabajen aunados en la búsqueda de soluciones concretas».

Una vez más, Juan Pablo II subrayó que los gobiernos no sólo deben tutelar los derechos de los desfavorecidos y asistirlos en las necesidades, sino que deben implicar a los mismos pobres en el logro de soluciones a largo plazo. «La que se presenta como una lucha inútil contra la pobreza es uno de las causas principales de la desesperanza y marginación entre los jóvenes», advirtió asimismo el Papa, recordando que, «atraídos por ganancias fáciles, a menudo caen en redes criminales o en movimientos radicales que prometen cambios sociales por medio de la violencia o derramamientos de sangre».

El Santo Padre expresó su anhelo de que Filipinas persevere en la tutela y reconocimiento de la sacralidad de la vida familiar y de la protección de los no nacidos, como reconoce su constitución. Y, ante los debates sobre la pena de muerte en este país, el Pontífice reiteró asimismo su postura contra la pena capital. El Papa recordó también que una sociedad fundada en la dignidad humana debe poder contar con gobernantes honrados, al servicio del bien común de los ciudadanos, que impidan la corrupción y defiendan la democracia. Y finalizó su discurso deseando que prosiga el fortalecimiento de los lazos que unen a la República de Filipinas con la Santa Sede.

LA BIBLIA, UNA ORIENTACIÓN SEGURA PARA EL COMPORTAMIENTO HUMANO

Hacer llegar a los cristianos “la riqueza de la revelación de Dios y su amor por la humanidad”. Esta es la finalidad de la labor de la Pontificia Comisión Bíblica puesta de manifiesto por Juan Pablo II al recibir el martes a los miembros de este dicasterio.

El Santo Padre recibió en el Vaticano a los miembros de la Pontificia Comisión Bíblica a los que saludó en un breve discurso, felicitándoles por su labor. Al mismo tiempo el Papa les recordó la importancia del tema que se trata este año, “Relación entre Biblia y moral”, señalando que éste es un tema, “que interesa tanto a creyentes como a personas de buena voluntad”. Este argumento está siendo debatido por los miembros de esta comisión que se encuentran reunidos en Asamblea Plenaria, que celebran todos los años, en la segunda semana de Pascua.

El Papa remarcó en su saludo la importancia del tema de este año ya que según señaló, “a través de la Biblia, Dios habla y se descubre a si mismo e indica la base sólida y la orientación segura para el comportamiento humano”. Tras saludar a todos los miembros de la Pontificia Comisión Bíblica, Juan Pablo II agradeció en particular, el trabajo realizado por su Presidente, el Cardenal Joseph Ratzinger.

Además, el Santo Padre dio algunos consejos a seguir para actuar de acuerdo a la moral Bíblica: “Conocer a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, reconocer su infinita bondad, saber con ánimo grato y sincero que ‘toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambios, ni sombras de rotaciones’ (St 1,17), descubrir en los dones que Dios nos ha dado los deberes que nos ha asignado y actuar en consecuencia con nuestra responsabilidad con Él”.

El Papa finalizó recordando que la labor de la Pontificia Comisión Bíblica es la de hacer llegar al pueblo cristiano “la riqueza de la revelación de Dios y su amor por la humanidad”. El organismo de esta Comisión fue constituido por León XIII en 1902 y más tarde con Pío X, ambos pontífices dieron amplias competencias sobre cuestiones candentes y controversias bíblicas provocadas por la crítica moderna. En 1971, Pablo VI, estableció nuevas normas para la organización y el funcionamiento de la Comisión Bíblica con el fin de que su actividad resultara más fecunda para la Iglesia y mejor adaptada a la situación actual, lo que marcó un giro radical en lo que al papel y a la organización de este organismo se refiere.

“NO TENGÁIS MIEDO DE ABRIR VUESTRO CORAZÓN Y DEJAD QUE CRISTO OS HABLE”

Juan Pablo II recibió el sábado en el palacio apostólico del Vaticano a un grupo de jóvenes de la diócesis de Ruán que serán confirmados el lunes después de vivir aquí en Roma una semana de retiro y de vida fraterna. El su breve discurso, el Santo Padre les dijo que estaba “feliz de poder acogerles en esta audiencia especial” dedicada a ellos y les invitó a todos ellos “a hacer de su peregrinación un tiempo de resurgimiento espiritual”.

“Podréis discernir así - prosiguió diciendo el Papa - sobre la voluntad del Señor, que os ayudará a llevar a cabo una existencia hermosa. Vuestra vida interior tendrá un nueva inspiración. No tengáis miedo de abrir vuestro corazón y dejad que Cristo os hable. Aprended a dedicar un tiempo cada día a la oración y a la meditación del Evangelio”. “Confiándoos a todos a la Virgen María, os animo a seguir vuestra búsqueda en la Iglesia y os imparto de corazón - terminó diciendo Juan Pablo II - la Bendición apostólica lo mismo que a los sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos que os acompañan.

CÍRCULO DE SAN PEDRO: “TESTIMONIO CONCRETO” DE LA FANTASÍA DE LA CARIDAD

Juan Pablo II recibió el viernes a los miembros del Círculo de San Pedro, “un testimonio concreto” de la fantasía de la caridad, quienes como cada año entregaron al Papa el óbolo de San Pedro.

Juan Pablo II recibió a los miembros del Círculo de San Pedro, cuya misión y dedicación a los pobres, llevando alivio a los enfermos, es “un testimonio concreto”, como afirmó el Papa, de la fantasía de la caridad a la que él mismo invitaba en su Carta Apostólica Novo millenio ineunte.

Como cada año esta asociación entregó al Santo Padre las ofertas del óbolo de San Pedro, “otro signo –dijo el Papa- de la predilección por los hermanos en dificultad... y al mismo tiempo una participación concreta en el compromiso de la Sede Apostólica en responder a las crecientes urgencias de la Iglesia, sobre todo en los países más pobres”.

BEATIFICACIONES: 6 NUEVOS EJEMPLOS DE SANTIDAD PARA IGLESIA UNIVERSAL
INSPIRÁNDOSE EN EL MENSAJE PACIFICADOR DE LA MADRE LAURA MONTOYA EL PAPA SUPLICA PARA COLOMBIA PAZ, JUSTICIA Y PROGRESO INTEGRAL

Seis nuevos ejemplos de santidad para la Iglesia Universal. El Papa beatificó el domingo a quienes pusieron toda su confianza en el Señor, e inspirándose en el mensaje pacificador de la Madre Laura Montoya suplicó para Colombia paz, justicia y progreso integral.

Siguiendo el ejemplo de los nuevos beatos, Juan Pablo II exhortó además a los fieles, durante el Regina Coeli, a dirigirnos a Maria para implorar que la familia humana pueda encontrar los caminos de la justicia y la paz.

«El Resucitado llena este día de sus maravillas: transforma todo lamento en danza; abre las noches de nuestros fracasos a auroras de esperanza». Con estas palabras iniciaba Juan Pablo II la solemne celebración eucarística que presidió el domingo, en el atrio de la Basílica de San Pedro, en la que ha proclamado seis nuevos beatos, «un don para los que con corazón abierto se dejen sorprender por los caminos del Espíritu».

Con el Santo Padre concelebraron 3 cardenales, 13 obispos, además de 48 sacerdotes. Los nuevos beatos son el presbítero Augusto Czartoryski; cuatro religiosas: Laura Montoya de Colombia, la mexicana María Guadalupe García Zavala, la italiana Nemesia Valle, y la española Eusebia Palomino Yenes; y una laica, la portuguesa Alexandrina Maria da Costa. La petición para la beatificación fue realizada por los obispos de las diócesis donde se iniciaron los procesos, que estaban acompañados por los postuladores de las causas. El obispo de Huelva, Mons. Ignacio Noguer Carmona realizó la petición para la beata española.

El Papa en su homilía, refiriéndose a la Liturgia de la Palabra de este domingo, puso de relieve la admiración de los apóstoles, como también la nuestra «que Dios realiza en el corazón de los que confían en Él, como en estos nuevos beatos: son ejemplos elocuentes de cómo el Señor transforma la existencia de los creyentes».

«El beato Augusto Czartoryski, afirmó más adelante el Papa, se dejó seducir por el Señor, siguiendo la voz de su llamada, y descubrió la belleza del ministerio sacerdotal. Claro ejemplo a seguir por quien vislumbra la voluntad de Dios y quiere cumplirla. El joven príncipe, elaboró un método eficaz di discernimiento de los designios divinos, comprendiendo así su vocación de iniciar una vida pobre para servir a los más pequeños. Así supo realizar los planes de la Divina Providencia en modo heroico». Juan Pablo II quiso ofrecer su ejemplo sobre todo a los jóvenes que buscan descifrar la voluntad de Dios sobre sus vidas y quieren actuar con fidelidad a su Palabra. «Pedid ardientemente en la oración la luz del Espíritu y sabios guías, para poder caminar por las rutas de la santidad».

Al hablar de la nueva beata colombiana, el Pontífice afirmó:

La Madre Laura Montoya, viendo cómo tantos indígenas, lejos de los centros urbanos, vivían desconociendo a Dios, se decidió a fundar la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, para llevar la luz del Evangelio a los habitantes de las selvas. Esta Beata colombiana se sintió madre espiritual de los indígenas, a los que quiso mostrar el amor de Dios. Sus tiempos no fueron fáciles, pues las tensiones sociales ensangrentaban también entonces su noble patria. Inspirándonos en su mensaje pacificador, le pedimos hoy que la amada Colombia goce pronto de paz, de justicia y de progreso integral.

El Papa puso después de relieve cómo debemos responder con firmeza a los proyectos que Él tiene sobre cada uno de nosotros.

Así sucedió en la vida de la Beata Guadalupe García Zavala, mexicana, que renunciando al matrimonio, se dedicó al servicio de los más pobres, necesitados y enfermos, y fundó por eso la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres. Con una fe profunda, una esperanza sin límites y un gran amor a Cristo, Madre Lupita buscó la propia santificación desde el amor al Corazón de Jesús y la fidelidad a la Iglesia. De este modo vivió el lema que dejó a sus hijas: “Caridad hasta el sacrificio y constancia hasta la muerte”.

En el caso de la beata Nemesia Valle, Juan Pablo II puso de relieve cómo entregó toda su existencia a «Manifestar el amor de Dios a los pequeños, a los pobres, a todo hombre, en todos los lugares de la tierra». Esta fue la enseñanza que dejó a sus hermanas, las Hijas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret, y a los fieles de Turín. «La nueva Beata continúa repitiéndonos hoy: “La santidad no consiste en hacer muchas cosas o en hacerlas grandes … Santo es el que se consume en su puesto cada día, por el Señor”».

Sor Eusebia Palomino, de las Hijas de María Auxiliadora, oyó un día la llamada de Dios y respondió a través de una intensa espiritualidad y una profunda humildad en su vida diaria. Como buena salesiana, estuvo animada por el amor a la Eucaristía y a la Virgen. Lo importante para ella era amar y servir; el resto no contaba, fiel a la máxima salesiana del “da mihi animas, caetera tolle”. Con la radicalidad y la coherencia de sus opciones, Sor Eusebia Palomino Yenes traza un camino fascinador y exigente de santidad para todos nosotros y muy especialmente para los jóvenes de nuestro tiempo.

El Pontífice se refirió, por último, a la Beata portuguesa Alexandrina Maria da Costa, «cuya vida puede ser resumida en un diálogo de amor con el Señor. De gran bondad, aceptó todo para mostrar que lo amaba. Esposa de sangre, revivió místicamente la pasión de Cristo y se ofreció como víctima por los pecadores, recibiendo su fuerza de la Eucaristía, único alimento en los 13 últimos años de su existencia. En su trilogía: “sufrir, amar, redimir”, los cristianos podemos encontrar para ennoblecer todo lo que la vida tiene de dolor y tristeza, como la prueba mayor del amor: sacrificar la vida por quien se ama». «¡Sigamos el ejemplo de estos beatos!, concluyo exhortando Juan Pablo II. ¡Ofrezcamos, como ellos, un testimonio coherente de fe y de amor en la presencia viva y operante del Resucitado!

REGINA COLEI

Siguiendo el ejemplo de los nuevos beatos, Juan Pablo II exhortó a los fieles a dirigirnos a Maria para implorar que la familia humana pueda encontrar los caminos de la justicia y la paz. Finalizada la ceremonia de beatificaciones, el Papa rezó con los peregrinos presentes en la Plaza San Pedro la oración mariana del Regina Coeli, dirigiéndose en las distintas lenguas de los países de los que provenían los nuevos beatos.

Saludo con afecto a los Señores Cardenales, Obispos, Sacerdotes y demás peregrinos de lengua española aquí presentes. Especialmente a las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, y a las Siervas de Santa Margarita María y de los pobres, que se alegran por la Beatificación de sus respectivas fundadoras. También a las Salesianas de España, gozosas del testimonio de Sor Eusebia Palomino. Que los nuevos Beatos os ayuden y animen a todos hacia la meta de la santidad.

El Papa se dirigió en polaco a sus connacionales resaltando que “hoy están de fiesta los salesianos, que reciben un nuevo patrono, el beato Augusto Czartoryski. Para mí es una alegría personal poder acoger en el Vaticano a la familia del Beato”. Una familia a la que el Papa ha estado unido estrechamente durante su estancia en Polonia como obispo de Cracovia.

PERFIL DE LOS SEIS NUEVOS BEATOS

Juan Pablo II proclamó beatos el domingo a seis siervos de Dios. Un hombre y cinco mujeres todos ellos religiosos que vivieron a caballo de los siglos XIX y XX en Europa y América del Sur.

El carisma vivido por los nuevos beatos es distinto en cada caso como distintas son sus vicisitudes y su historia, pero tres de ellos son siervos de Dios miembros de una misma familia religiosa: la familia espiritual de san Juan Bosco. Ellos son Augusto Czartoryski, un príncipe polaco que conoció a Don Bosco en París cuando tenía 25 años, y no cesó en su empeño de convertirse en un ejemplar sacerdote de la Sociedad Salesiana.

Otra es Alexandrina María da Costa, laica portuguesa, de la Unión de los Cooperadores Salesianos. A los 14 años saltó de un segundo piso para huir de un violador y quedó paralizada por el resto de su vida. Llevó una intensa vida mística y durante los últimos 13 años de su vida vivió sin recibir ningún alimento ni bebida, solamente la comunión diaria.

La española Eusebia Palomino Yenes, nacida en 1899, es la otra religiosa salesiana del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, una mujer de inagotable alegría que murió de una extraña enfermedad un año antes de que estallara la guerra civil española, en 1935, luego de ofrecer su vida Dios por el fin de la persecución religiosa en España.

El Papa beatificó también a dos fundadoras hispanoamericanas. Una es Laura Montoya, monja colombiana, Fundadora de la Congregación de las Religiosas Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena, nacida en una modesta familia de Antioquia que se convirtió en una infatigable misionera de las zonas más agrestes de Colombia.

Y la otra religiosa es mexicana: María Guadalupe García Zavala, cofundadora de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, que pocos días antes de contraer matrimonio siguió la llamada de Dios y se convirtió en la sierva de los enfermos y abandonados.

Entrevistamos a los dos postuladores de ambas causas de beatificación. Escuchemos en primer lugar al padre Agustino Recoleto Romualdo Rodrigo, que nos habla de la Sierva de Dios Laura Montoya.

Y sobre la Sierva de Dios, María Guadalupe García Zavala, la futura beata mexicana, nos habló el postulador de su causa, Mons. Oscar Sánchez Barba

Juan Pablo II también beatificó el domingo a la religiosa italiana, Julia Valle, conocida como el Ángel de Tortona. La religiosa italiana Julia Valle, nacida en 1847 en Aosta y que ya desde muy pequeña, sintió la vocación y la llamada del Señor. A los 11 años fue enviada a Francia, al pensionado de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana Antida, en Besançon. 8 años más tarde, en Italia, entró en el monasterio de Santa Margarita, en Vercelli, donde las hermanas de la Caridad tienen su noviciado.

Recibió el habito religioso y un nuevo nombre: hermana Nemesia, signos de una vida totalmente entregada a Dios y a la Caridad. Consiguió el diploma de maestra y fue enviada a Tortona. Allí para todos fue la “Providencia”, por su entrega, por su caridad sin confines, por su estilo de vida fraterno que se impuso con tal fama entre las gentes del pueblo que la llegaron a llamar “nuestro ángel”. La bondad de su vivir cotidiano, de su laboriosidad sencilla las demostró también cuando fue llamada más tarde a dirigir el noviciado en la casa provincial de Borgaro.

Pero hablarnos de ella estuvo con nosotros la postuladora de la causa de beatificación de la Sierva de Dios Nemesia Valle, que es una religiosa del mismo Instituto de la Hijas de la Caridad: Ana Antida Casolino.

“Aparece delante de nosotros la imagen de una persona totalmente dedicada a Dios y totalmente dedicada al prójimo. Son dos dimensiones que tienen un equilibrio formidable en ella. Cuanto más unida está a Dios, más se dedica a las personas que están a su lado. Con una entrega muy particular que no conoce límite, porque hay una abnegación completa, total, para una apertura también total hacia el prójimo, hecha de pequeñas atenciones. Su santidad no es una santidad extraordinaria. Lo extraordinario consiste en una santidad muy cotidiana, muy atenta y muy constante”.

Ella misma cuando describe la santidad dice: “no consiste en hacer cosas grandes, sino en hacer bien el deber cada día y hacerlo en el lugar donde uno ha sido llamado a obrar”. En esta capacidad suya de esperar el tiempo de Dios en el respeto de las personas, en el campo educativo o formativo de las novicias, hay episodios exquisitos que nos pueden servir de camino para poder atravesar la vida en estos tiempos que corren.

Las beatificaciones del domingo fueron sobre todo una fiesta para la familia salesiana que ha visto como suben a la gloria de los altares 3 de los 6 siervos de Dios que beatificó Juan Pablo II. Hablamos de ello con don Pascual Chávez Villanueva, rector mayor de los salesianos.

La española Eusebia Palomino Yenes, nacida en 1899, es la segunda candidata religiosa salesiana del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, una mujer de un carisma muy distinto al del príncipe polaco.

Más parecida a la futura beata española, fue la beata salesiana portuguesa, Alexandrina María da Costa.

¿Y qué significado tienen estos 3 beatos para la Comunidad salesiana?

«INSTRUCCIÓN REDEMPTIONIS SACRAMENTUM»
DOCUMENTO DE LA CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS SOBRE ASPECTOS QUE SE DEBEN OBSERVAR O EVITAR EN LA EUCARISTÍA

En la Oficina de Prensa de la Santa Sede tuvo lugar el viernes la presentación del documento que Juan Pablo II anunciaba el año pasado en su Encíclica sobre la Eucaristía. Se trata de la «Instrucción Redemptionis Sacramentum – Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía», que ha sido elaborada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y la Congregación para la Doctrina de la Fe.

La presentación a la prensa estuvo a cargo del Card. Francis Arinze, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y de los Secretarios de este mismo dicasterio y de la Congregación para la Doctrina de la Fe, los Arzobispos Angelo Amato y Domenico Sorrentino. En el acto participó también el cardenal español Julián Herranz, Presidente del Consejo Pontificio para la Interpretación de los Textos Legislativos.

Explicando el origen de la instrucción, el Card. Francis Arinze recordó las palabras de Juan Pablo II en su decimocuarta encíclica, Ecclesia de Eucharistia, firmada y entregada a la Iglesia el 17 de abril, Jueves Santo, del año 2003 - vigésimo quinto de su Pontificado y Año del Rosario -.

Documento en el que el Papa reitera que la Eucaristía «está en el centro de la vida eclesial» (n.3); destaca «su carácter universal y, por así decir, cósmico» y hace hincapié en que la misma Eucaristía «une el cielo y la tierra», abarcando e impregnando toda la creación. (n.8). Aún más - señala el Papa - «la Eucaristía, presencia salvadora de Jesús en la comunidad de los fieles y su alimento espiritual, es el don más precioso que la Iglesia puede tener en su caminar por la historia» (n.9).

En esa misma Encíclica, Juan Pablo II se refiere a «la gran responsabilidad que en la celebración eucarística tienen principalmente los sacerdotes…» y señala que «por desgracia, es de lamentar que, sobre todo a partir de los años de la reforma litúrgica post conciliar, por un malentendido sentido de creatividad y de adaptación, no hayan faltado abusos, que para muchos han sido causa de malestar (n. 52).

Como el mismo Card. Arinze ha recordado esta mañana, Juan Pablo II expresa que considera su deber «hacer una acuciante llamada de atención para que se observen con gran fidelidad las normas litúrgicas en la celebración eucarística» y añade que - «precisamente para reforzar este sentido profundo de las normas litúrgicas» - ha solicitado a los «Dicasterios competentes de la Curia Romana que preparen un documento más específico, incluso con rasgos de carácter jurídico, sobre este tema de gran importancia». Pues «a nadie le está permitido infravalorar el Misterio confiado a nuestras manos: éste es demasiado grande para que alguien pueda permitirse tratarlo a su arbitrio personal, lo que no respetaría ni su carácter sagrado ni su dimensión universal».

La «Instrucción Redemptionis Sacramentum – Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía» consta de ocho capítulos. Después de la Introducción, el primer capítulo está dedicado a la ordenación de la sagrada Liturgia. Es decir, la Santa Sede; el obispo diocesano; la Conferencia de Obispos; los presbíteros y los diáconos. El segundo capítulo se refiere a la participación de los fieles laicos en la celebración de la Eucaristía - una participación activa y consciente – y a las tareas de los mismos fieles laicos en la celebración de la Santa Misa.

Los capítulos tercero, cuarto y quinto se proponen responder a cuestiones que surgen de la experiencia de la Iglesia, pues las dos Congregaciones que han elaborado la Instrucción han consultado a los obispos de todo el mundo. Estos tres capítulos, afrontando algunos abusos reconocidos durante la celebración de la Santa Misa y las disposiciones para recibir la sagrada Comunión bajo las dos especies, señalan otros aspectos que se refieren a la Eucaristía. Como el lugar de la celebración de la santa Misa; diversos aspectos relacionados con la misma; los vasos sagrados y las vestiduras litúrgicas.

El capítulo sexto trata sobre la devoción dedicada a la Santa Eucaristía y su culto fuera de la Misa. Así como sobre el respeto que se debe al tabernáculo, las procesiones y los congresos eucarísticos. El séptimo analiza los ministerios extraordinarios de los fieles laicos. Como, por ejemplo, el ministro extraordinario de la sagrada Comunión; la predicación y las celebraciones particulares que se realizan en ausencia del sacerdote y dedica el último punto a aquellos que han sido apartados del estado clerical.

El último capítulo afronta los actos graves y otros abusos desde el punto de vista del Derecho Canónico, señalando qué es lo que se debe hacer cuando se producen. Nuestra compañera Alina Tufani ha entrevistado al cardenal Julián Herranz, Presidente del Consejo Pontificio para la Interpretación de los Textos Legislativos, sobre las características de este documento:

50 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN MOVIMIENTO “COMUNIÓN Y LIBERACIÓN”

Juan Pablo II ha enviado una carta a Mons. Luigi Giusani, fundador del Movimiento “Comunión y Liberación” en ocasión precisamente del 50º aniversario del comienzo de este “itinerario asociativo y eclesial que después se convirtió en Movimiento y que durante medio siglo se ha extendido por Italia y en 70 países de todo el mundo dando abundantes frutos a la Iglesia y a la sociedad”.

“La propuesta de esta experiencia de fe -escribe el Santo Padre- es capaz de arraigar en las culturas más diversas”. “Una experiencia que cambia en profundidad la vida de las personas porque las empuja a un encuentro personal con Cristo”. Comunión y Liberación es un movimiento que puede justamente ser considerado, junto a una gran variedad de Asociaciones y nuevas Comunidades, como uno de los gérmenes de la prometedora primavera suscitada por el Espíritu Santo en los últimos 50 años.

La original intuición de este movimiento, indica Juan Pablo II está en proponer de nuevo de manera fascinadora y en sintonía con la cultura contemporánea el acontecimiento cristiano, percibido como fuente de nuevos valores, capaces de orientar la existencia entera de la vida. El Santo Padre en esta importante celebración jubilar ha invitado a todos los miembros del Movimiento de “Comunión y Liberación” a permanecer fieles al carisma, en sus orígenes, del fundador para responder eficazmente a los desafíos de los tiempos.

80ª JORNADA DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA

Juan Pablo II expresa su anhelo de que la 80 Jornada de la Universidad Católica, celebrada en días pasados en Italia, sirva para «renovar el compromiso en favor de las jóvenes generaciones, ofreciéndoles la estupenda posibilidad de estudiar y elaborar el patrimonio cultural a la luz de la verdad revelada por Cristo, Redentor del hombre. Ésta es la contribución específica de los Ateneos para la construcción de la civilización del amor y de la paz».

En un Mensaje, enviado por el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, en nombre del Papa a Card. Dionigi Tettamanzi, Arzobispo de Milán, se pone de relieve que esta Jornada nació con la autorización de Pío XI, con el fin de alentar a los católicos italianos a contribuir en el crecimiento que la Universidad Católica, fundada y guiada por el Instituto Giuseppe Toniolo, debía desarrollar en la cultura y las ciencias, a la luz del Evangelio.

Refiriéndose a la importancia del tema elegido para esta misma Jornada - «Jóvenes y universidad protagonistas del un mundo nuevo» - el Mensaje firmado por el Card. Sodano hace hincapié, precisamente, en la profunda y constante atención que Juan Pablo II dedica a la juventud. Con un matiz especial en lo que respecta a los universitarios.

En efecto, el Santo Padre ha cultivado siempre una gran confianza en los jóvenes, animándolos a afrontar los desafíos de su tiempo. Es más, como ha afirmado en numerosas oportunidades, Juan Pablo II considera que son «un don especial del Espíritu de Dios» para la Iglesia y que se siente conmovido ante la juventud que expresa un deseo profundo de aquellos valores auténticos que tienen su plenitud en Cristo.

CENTENARIO DE LA SINAGOGA DE ROMA

El Santo Padre enviará a su Vicario para la ciudad de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana a la ceremonia que, con motivo del centenario de la Sinagoga de la capital de Italia, tendrá lugar el próximo 23 de Mayo. Lo anunciaba el miércoles el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, añadiendo que el Card. Walter Kasper, Presidente de la Comisión para las relaciones religiosas con el Judaísmo, acompañará al Card. Camillo Ruini.

Juan Pablo II realizó, el 13 de abril de 1986, el histórico encuentro con la comunidad judía romana en la Sinagoga de Roma. Momento que evocó al recibir – a comienzos del año pasado - al recién elegido Gran Rabino de la capital italiana. El Papa destacó «aquella histórica e inolvidable visita» de 1986 como «un don del Omnipotente» y «etapa importante en el camino de entendimiento entre los judíos y los católicos».

Ese 13 febrero de 2003, el Papa se refirió a los «peligrosos clamores de guerra» que resonaban en el mundo e hizo hincapié en que «nosotros, judíos y católicos, sentimos la urgente misión de pedir al Dios creador y eterno la paz, y de ser nosotros mismos constructores de paz»… «paz entre los hombres de toda raza y cultura», deseó Juan Pablo II con el anhelo de que «Dios nos haga constructores de paz, con la certeza de que, cuando el hombre realiza obras de paz, es capaz de mejorar el mundo».

LOS OBISPOS FRANCESES INVITAN AL PAPA A VISITAR LOURDES EN AGOSTO

Juan Pablo II ha sido invitado a realizar una peregrinación a Lourdes hacia el 15 de agosto de 2004, en ocasión del 150 aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción. Lo anunció el jueves un comunicado de la Conferencia Episcopal de Francia, que señala que la invitación ha sido formulada por el presidente de los obispos franceses, Mons. Jean Pierre Ricard, y por el obispo de Tarbes y Lourdes, Mons. Jacques Perrier.

El mismo comunicado anuncia que una delegación de la Santa Sede ha viajado a Francia para estudiar las condiciones en las que se podrá realizar esta peregrinación del Papa a Lourdes, cuyo obispo ofrecerá asimismo una conferencia de prensa, a las seis de esta tarde.

PROMULGACIÓN DE 21 DECRETOS DE CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS

Juan Pablo II promulgó 21 decretos de la Congregación para la Causa de los Santos. 2 beatos y 19 siervos y siervas de Dios que “han aprendido a ser santos de Cristo y se han convertido a su vez, en guías expertos del camino de la santidad”.

“La Pascua que hemos celebrado en los pasados días se prolonga en la vida de la Iglesia y se manifiesta al mundo con particular evidencia en la santidad de sus hijos”. Así se expresaba ante su Santidad Juan Pablo II, el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, en la ceremonia de presentación al Santo Padre de los decretos de las distintas causas de dicha Congregación. El acto tuvo lugar el martes en la Sala Clementina del Vaticano.

“Estos beatos, mártires y siervos de Dios con su testimonio personal de radical fidelidad a Dios y al hombre, facilitan a los creyentes el aprendizaje de la santidad”, afirmó el cardenal Saraiva Martins. “Con su ejemplo enseñan a desarrollar hasta la plena madurez, el germen divino que tiene todo bautizado. Los santos son los pedagogos más creíbles y eficaces de la perfección cristiana. La variedad de sus carismas, de sus instituciones y de sus obras evangélicas son indicaciones y estímulos para la Iglesia de nuestro tiempo”.

Participaron en la solemne ceremonia junto al Pontífice cerca de un centenar de personas: los ponentes de las causas, los relatores de los decretos, los postuladores, obispos, rectores, representantes diplomáticos, y Superiores y Superioras generales de los distintos institutos y congregaciones de los futuros santos y beatos.

El prefecto del dicasterio dijo que se mostraba dichoso de estos 21 siervos y siervas de Dios que “han aprendido a ser santos de Cristo y se han convertido a su vez, en guías expertos del camino de la santidad”. Se trata de 15 hombres y siete mujeres; 14 de ellos son sacerdotes, uno es hermano laico, cinco son religiosas y una es una laica.

De todos ellos, siete son mártires de la fe y seis son fundadores y fundadoras. De los decretos promulgados por Juan Pablo II dos hacen referencia a dos milagros para la canonización; otros dos son milagros para la beatificación; dos decretos se refieren al martirio; y 9 decretos hacen referencia a la heroicidad de las virtudes de los candidatos a la gloria de los altares.

Respecto a los milagros para la canonización, ambos se refieren a dos curaciones extraordinarias atribuidas a la intervención de dos beatos; uno de ellos es Alberto Hurtado Cruchaga, jesuita chileno beatificado en 1994.

Los dos decretos sobre el martirio se refieren a dos españoles asesinados por odio a la fe en 1936, durante la guerra civil española. Se trata de José Tapies Sirvant, sacerdote de la diócesis de Urgel, asesinado junto a otros seis compañeros presbíteros; y de María de los Ángeles Ginard Martí, religiosa mallorquina de la Congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico.

De los 9 decretos sobre las virtudes heroicas uno se refiere José Gabriel del Rosario Brochero, párroco de la archidiócesis de Córdoba, en Argentina; otro a Candelaria de San José, fundadora venezolana de la Congregación de las Hermanas Terciarias Regulares; y dos son siervas de Dios españolas.

Se trata de Teresa del Corazón Inmaculado de María, religiosa catalana que colaboró en la fundación de la Congregación de las Hermanas Carmelitas Teresianas de san José, instituto dedicado a la educación de la juventud. Y el último decreto sobre las virtudes heroicas se refiere a María del Pilar Cimadevilla y López-Dóriga, una niña madrileña que con sólo diez años alcanzó el heroísmo de las virtudes cristianas sobre todo durante la larga enfermedad que la llevó a la muerte, camino en el que mostró una excepcional madurez espiritual.

LA CRUZ DE LAS JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD CUMPLE 20 AÑOS

El jueves se cumplían 20 años desde que Juan Pablo II entregase a los jóvenes de todo el planeta la que se conoce, precisamente, como «Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud.

«Queridos jóvenes, al clausurar el Año Santo os confío el signo mismo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como símbolo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención». Con estas palabras, hace veinte años, Juan Pablo II entregaba a los jóvenes de todo el planeta la que se conoce, precisamente, como «Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud».

Al clausurar el Año Santo de la Redención - el 22 de abril de 1984 - el Papa quiso confiar a los jóvenes la gran cruz de madera, símbolo de la fe, que él mismo había mandado instalar para todo el año jubilar cerca del altar mayor de la Basílica de San Pedro, para que todos la pudieran ver. Desde entonces, acogiendo con entusiasmo el anhelo del Santo Padre, los jóvenes han hecho que esta «Cruz peregrina» nunca interrumpa su peregrinación. Llevada a cuestas por los mismos jóvenes, atravesando países y ciudades, la Cruz jamás ha faltado a la cita de las Jornadas Mundiales de la Juventud, en las que siempre ha tenido su lugar junto al altar, al lado del Santo Padre.

Ahora se encuentra en Alemania, al haber iniciado su camino hacia la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Colonia, que se celebrará en agosto de 2005, acompañada siempre, también por deseo de Juan Pablo II, por el icono de María Salus Populi Romani. En los últimos meses ha sido llevada en peregrinación por más de 30 países, atravesando el continente europeo de este a oeste y de norte a sur. Cuando no está peregrinando esta «Cruz de los jóvenes» tiene su morada habitual en Roma, en el Centro Internacional Juvenil San Lorenzo.

PREVENIR TRÁFICO DE SERES HUMANOS Y FAVORECER REINTEGRACIÓN DE VÍCTIMAS

El Observador Permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra exhortó a impulsar la cooperación internacional para prevenir y contrastar la tragedia del tráfico de seres humanos y para favorecer la reintegración en la sociedad de las víctimas de este flagelo. Mons. Silvano Tomasi destacó la necesidad de que se establezcan políticas menos severas y más realistas en lo que se refiere a la inmigración, así como la urgencia de una promoción común del desarrollo económico y social sostenible. Sin olvidar la importancia de la educación con el fin de que se arraigue cada vez más una cultura que respete los derechos humanos y la dignidad de la persona.

En su intervención ante la 60 sesión de la Comisión de Derechos Humanos, de la ONU en Ginebra, en días pasados, el Arzobispo representante de la Santa Sede hizo hincapié en que el tráfico de personas alcanza más de un millón de víctimas al año. En lo que calificó como «la peor violación de los derechos humanos, Mons. Tomasi señaló que los que quedan atrapados en esta vergonzosa cadena «son obligados a trabajar en condiciones inhumanas, a sufrir violencias sexuales y a cometer crímenes».

Para contrarrestar esta plaga, Mons. Tomasi puso de relieve la necesidad de un enfoque multilateral del problema, basado sobre todo en una colaboración internacional. En la que los países se intercambien datos sobre los traficantes, impulsando la protección legal de las víctimas que decidan colaborar con la justicia. El representante de la Santa Sede hizo hincapié también en la urgencia de que las políticas sobre la inmigración tutelen los derechos de los emigrantes, con el fin de que no sufran injusticias. De esta forma, ante la necesidad de mano de obra, los países interesados podrían consentir la apertura a inmigrantes regulares y se evitarían así las tragedias de cuantos, sobre todo jóvenes oprimidos por la miseria y las guerras, emprenden viajes en pateras en las que luego pierden la vida.

CARDENAL MARTINO: CONSTANTE Y PROFUNDA PREOCUPACIÓN POR PAZ Y JUSTICIA EN EL MUNDO

«Que los enemigos puedan abrirse al diálogo, los adversarios se den la mano y los pueblos alcancen la concordia». Es lo que señaló el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, Card. Renato Martino, al recibir, en días pasados, a una delegación del comité que está organizando una peregrinación al Santuario mariano italiano de Loreto.

Procedente directamente de Uganda, adonde viajará unos días antes, el Card. Martino, presidirá el sábado cinco de junio la celebración Eucarística de la vigésimo sexta peregrinación a pie desde la ciudad de Macerata a Loreto. El purpurado, además de estudiar los detalles de dicha celebración, expresó su constante y profunda preocupación por la paz y la justicia en el mundo. En especial, por aquellas poblaciones que viven en situaciones terribles.

El presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, que lamentó que, a pesar de los progresos cumplidos en el mundo, todavía los seres humanos se sigan matando entre sí, ha creado una Fundación que se denomina «Sendero hacia la paz».