AUDIENCIA GENERAL
LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS VISITAN AL SANTO PADRE
VISITA DEL PATRIARCA ECUMÉNICO BARTOLOMEO I
EL PAPA Y EL PATRIARCA ECUMÉNICO SUBRAYAN LOS SIGNOS DE COMUNIÓN Y FRATERNIDAD
LA VERDADERA EDUCACIÓN DEBE PARTIR DE LA VERDAD SOBRE EL HOMBRE
PRIMERA VISITA DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE TEOLOGÍA ORTODOXA
JUAN PABLO II PREMIADO POR LA UNIVERSIDAD DE BOLONIA
OTRAS AUDIENCIAS
ÁNGELUS: UNA FORMA ELOCUENTE DE ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA PAZ EN EL MUNDO
EL PAPA Y BARTOLOMÉ I REZAN JUNTOS POR LA COMUNIÓN PLENA
“QUE NO NOS REMUERDA LA CONCIENCIA POR NO HABER DADO LOS PASOS NECESARIOS”
EL PAPA REZA PARA QUE COMIENCE UN NUEVO CAPÍTULO EN LA VIDA DE IRAK
«¡UNIDAD Y PAZ!», EN LA DECLARACIÓN COMÚN DE JUAN PABLO II Y BARTOLOMÉ I
INTENCIÓN DE ORACIÓN PARA EL MES DE JULIO
ONU: RESOLUCIÓN UNÁNIME REFUERZA ESTATUTO DE LA SANTA SEDE
PERÍODO DE REPOSO DEL PAPA EN EL VALLE DE AOSTA
LITURGIA DE BARTOLOMÉ I EN SAN TEODORO
SATISFACCIÓN DE BARTOLOMÉ I POR LA VISITA A ROMA
EL PALIO MANIFIESTA «LA COMUNIÓN CON EL OBISPO DE ROMA»
LAS MINAS HAN HECHO QUE LOS POBRES SEAN AÚN MAS POBRES
LOS POBRES NO PUEDEN ESPERAR
NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO
JORNADA DE RESPONSABILIDAD EN EL TRÁFICO: “CAMINO DE ENCUENTRO”
PERÚ: OBISPOS CONTRA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS
LORETO: VII ENCUENTRO INTERNACIONAL SOBRE LA INMIGRACIÓN
GARANTIZAR UNA AGRICULTURA SOSTENIBLE EN EL PLANETA
APROBACIÓN DE LA CARTA MAGNA
HEMOS LEÍDO PARA USTEDES

SEMANA DEL 28 DE JUNIO AL 4 DE JULIO

 

AUDIENCIA GENERAL

Juan Pablo II en la catequesis de la audiencia del miércoles subrayó las características que revistió la Solemnidad del martes: “La participación del Patriarca Ecuménico, la imposición del Palio a los arzobispos Metropolitanos, y la necesidad del peculiar servicio de la Iglesia de Roma y de su Obispo, Cabeza del Colegio episcopal”.

Este miércoles, el Santo Padre reflexionó, en su catequesis de la audiencia general, sobre la Solemnidad de los Patronos de Roma. “Ayer, dijo, celebramos la solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, venerados de manera especial aquí en Roma, donde los dos sellaron con su sangre su admirable testimonio de amor al Señor. La solemne Liturgia eucarística ha sido enriquecida, este año, por la fraternal participación de Su Santidad el Patriarca ecuménico Bartolomé I, para conmemorar los 40 años del histórico encuentro y abrazo en Jerusalén, entre mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pablo VI, y el Patriarca ecuménico Atenágoras.

“Significativa fue también, prosiguió diciendo el Pontífice, vuestra presencia, estimados Arzobispos Metropolitanos, elegidos durante el último año. A vosotros he tenido la alegría de imponer el sagrado Palio, y hoy os encuentro nuevamente. Os saludo con afecto, junto a vuestros parientes y amigos, y extiendo mi pensamiento a las comunidades que os han sido confiadas a vuestra cura pastoral”.

El Papa reflexionó más adelante sobre el significado de la antigua tradición de la imposición del Palio. “A partir del segundo siglo, recordó el Santo Padre, los arzobispos nombrados en las Sedes metropolitanas reciben del Papa una particular insignia litúrgica, el “Palio”, como testimonio de comunión con el Obispo de Roma. Este signo, que el Sumo Pontífice lleva en todas las celebraciones solemnes y los Metropolitanos en particulares circunstancias, es en una estrecha estola de lana blanca que se lleva alrededor del cuello.

Cada año vienen realizados tantos Palios cuantos nuevos Metropolitanos. Bendecidos por el Papa en las Primeras Vísperas de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, son colocados en una arqueta especial bajo el altar de la “Confesión” de la Basílica Vaticana, junto a la tumba del Apóstol, para ser impuestos al día siguiente a los Arzobispos.

“La señal del Palio, prosiguió diciendo Juan Pablo II, conserva también hoy una particular elocuencia. Expresa el principio fundamental de la comunión, que da forma a la vida eclesial en cada uno de sus aspectos: recuerda que esta comunión es orgánica y jerárquica: manifiesta que la Iglesia, por ser una, tiene necesidad del peculiar servicio de la Iglesia de Roma y de su Obispo, Cabeza del Colegio episcopal. El otro aspecto complementario, que el rito del Palio evidencia claramente, es el de la catolicidad de la Iglesia. Ella, en efecto, está enviada por Cristo para anunciar el Evangelio a todas las naciones y para servir a toda la humanidad”.

“Muchos de vosotros, finalizó su catequesis el Papa, habéis querido estar junto a estos Prelados en una ocasión tan significativa. ¡Son vuestros Pastores! Os invito a permanecer unidos a ellos y a rezar por la misión pastoral a la que están llamados a cumplir. Mi pensamiento se dirige también a los ocho Metropolitanos ausentes, que recibirán el Palio en sus sedes. A todos Cristo, como un día a Pedro, repite: ¡Duc in Altum! Nos invita a adentrarnos y a aventurarnos con confianza en el mar de la vida, confiando en el constante sostén de María, Madre de Dios, y en la intercesión de los Apóstoles Pedro y Pablo, que con su sangre han fecundado los comienzos de la Iglesia.

Este fue el saludo del Papa en español para los fieles de nuestra lengua que habían participado en la audiencia.

Saludo con afecto a los peregrinos y familias de lengua española. En especial a los Arzobispos de Santiago de los Caballeros, Antequera, Cuzco y Arequipa, con sus familiares y fieles diocesanos. También a los grupos parroquiales aquí presentes. A todos os deseo una fructuosa peregrinación a las tumbas de los Apóstoles Pedro y Pablo. Muchas gracias por vuestra atención.

Como siempre al final de la audiencia, tras los saludos en varias lenguas, Juan Pablo II se dirigió a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “En la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, sigue hoy la memoria litúrgica de los Primeros Mártires Romanos. Imitad su testimonio evangélico y sed fieles a Cristo en todas las situaciones de la vida”.

 

LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS VISITAN AL SANTO PADRE

El Santo Padre al recibir a los Príncipes de Asturias les deseó que formen un hogar feliz que sea también «punto de referencia ejemplar» para tantas familias en España.

El Santo Padre recibió el lunes en audiencia a los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Leticia de Borbón, quienes contrajeron matrimonio el pasado 22 de mayo, en la Catedral de la Almudena de Madrid. El Pontífice en su breve discurso les agradeció la deferencia de haber querido visitarle en los comienzos de su vida conyugal, tras la celebración del Sacramento.

El nacimiento de una nueva familia es siempre un gran acontecimiento. Lo es para los esposos, cuyo amor mutuo se enriquece y afianza con la gracia divina. Lo es también para las respectivas familias y para la sociedad, pues una convivencia fiel que no caduca, conlleva nuevas esperanzas y promesas de vida.

El Papa renovó a los príncipes, las felicitaciones que ya les envió el día de su boda, y pidió a Dios que les ayude en este nuevo estado de vida, para que formen un hogar feliz, el cual, por el relieve que tiene en la sociedad española, sea también punto de referencia ejemplar para tantas familias de esa querida Nación.

El Papa antes de bendecir a los Príncipes de Asturias les rogó que llevasen su saludo a sus Majestades los Reyes, así como a todos los españoles que en este tiempo les han dado expresivas muestras de afecto.

 

VISITA DEL PATRIARCA ECUMÉNICO BARTOLOMÉ I

Como él mismo había señalado antes del rezo del Ángelus, Juan Pablo II recibió al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, acompañado de su séquito. En sus palabras de bienvenida, «en nombre del Señor», el Obispo de Roma expresó su gratitud a Dios por «el don que significa este encuentro, en la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, venerados también por la Liturgia ortodoxa como Protothronoi, es decir aquellos que están sentados en los primeros tronos».

Una vez más, el Papa hizo hincapié asimismo en la conmemoración del cuadragésimo aniversario del histórico encuentro entre su predecesor Pablo VI y el venerado Patriarca Atenágoras I. «Encuentro que tuvo lugar en Jerusalén, donde Jesús fue levantado en la cruz para redimir a la humanidad y abrazarla en la unidad», enfatizó Juan Pablo II, subrayando luego ese momento providencial de alegría y de valentía: «¡Cuán providencial ha sido para la vida de la Iglesia ese encuentro valiente y gozoso al mismo tiempo! Impulsados por la confianza y por el amor a Dios, nuestros iluminados predecesores supieron superar prejuicios e incomprensiones seculares»

En este contexto, el Santo Padre puso de relieve el «admirable ejemplo de ambos pastores y guías del Pueblo de Dios», que «descubriéndose hermanos, percibieron un sentimiento de profunda leticia, que los impulsó a reanudar con confianza las relaciones entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla».

Tras expresar su gran alegría por las «ocasiones importantes de contacto», que a lo largo de estos cuarenta años «ha favorecido el impulso de la reconciliación recíproca», el Pontífice evocó el intercambio de visitas entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I, en 1967, así como su visita al Fanar, en 1979, y el anuncio del comienzo del diálogo teólogico, junto con el Patriarca Demetrio I.

Entre estos «signos del compromiso común de proseguir por el camino emprendido, para que se realice cuanto antes la voluntad de Cristo, ut unum sint , Juan Pablo II citó además la visita a Roma del mencionado Patriarca Demetrio I, en 1995, así como «otras significativas ocasiones de encuentro».

Refiriéndose luego a los recuerdos de «dolorosos acontecimientos de la historia pasada» y, en particular, a lo que ocurrió en abril del año 1204, el Papa mencionó el derramamiento de la sangre de los hermanos en la fe, en Constantinopla, hace ocho siglos. Violencia perpetrada por un ejército partido para recuperar Tierra Santa para la cristiandad. Este martes, el Santo Padre evocó y reiteró «el rechazo y dolor» que manifestó entonces su predecesor, Inocencio III.

E, invitando a analizar lo ocurrido entonces «con mayor objetividad, aún con la conciencia de cuán difícil es indagar en la verdad histórica plena», el Pontífice recordó la admonición del apóstol Pablo: «No juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. Él iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de los corazones». (1 Cor 4,5). Juan Pablo II exhortó a rezar juntos: «Oremos juntos para que el Señor de la historia purifique nuestra memoria de todo prejuicio y resentimiento y nos conceda proceder libremente por la senda de la unidad».

El Pontífice exhortó asimismo a dar un nuevo impulso al diálogo y las relaciones mutuas. Y destacó que el diálogo, a través de la ‘Comisión mixta’ sigue siendo, con tal fin, un instrumento importante». Con el anhelo de que «se reanude cuanto antes», Juan Pablo II aseguró que está convencido de «esta urgencia», reiterando también la voluntad de sus colaboradores de hacer valer todos los medios para alcanzar esta meta. El Obispo de Roma ha encomendado «estos propósitos de reconciliación y de comunión plena a los Santos Apóstoles que hoy recordamos», con el amparo de «María, la Madre de Aquél que nos llama a todos a la unidad plena en su amor».

Acogiendo con afecto al Patriarca Ecuménico y a su séquito, el Papa saludó asimismo a los Metropolitas y a la Delegación del Patriarcado, así como al grupo de fieles de la archidiócesis greco-ortodoxa de Estados Unidos y al grupo de profesores y alumnos del Instituto de Teología ortodoxa de Chambesy, encabezados por el obispo Makario.

 

EL PAPA Y BARTOLOMÉ I SUBRAYAN LOS SIGNOS DE COMUNIÓN Y FRATERNIDAD

El Santo Padre manifestó su alegría por el importante acontecimiento de haber concedido al Patriarcado Ecuménico el uso de la Iglesia de san Teodoro en el Palatino, que consentirá a los fieles de la archidiócesis greco ortodoxa en Italia tener una presencia significativa y continuada cerca de la tumba del Apóstol Pedro. En su saludo a Bartolomé I al final de su visita, el Papa junto al Patriarca Ecuménico agradeció a Dios el haber podido mostrar a los fieles un signo vivo de fraternidad y confirmar el propósito de progresar con decisión hacia la meta de la plena unidad entre católicos y ortodoxos.

“Hay una gran necesidad de estos signos de comunión –manifestó el Pontífice- como de palabras que los acompañen y expliquen, como la Declaración Común que acabamos de suscribir”. De la misma forma se expresó el Patriarca Bartolomé que, en una entrevista concedida a Radio Vaticano, elogió el gesto concreto de amistad y hermandad que ha supuesto la inauguración de la iglesia de San Teodoro.

“Gestos de esta naturaleza –subrayó el Patriarca- son una contribución esencial al diálogo porque demuestran que no nos limitamos a las palabras, sino que lo ampliamos con actos valerosos, simbólicos, llenos de sentido e importancia”. Esta Iglesia en Roma es para Bartolomé I un testigo del nexo espiritual que une a las dos Iglesias y “será muy apreciado incluso más allá del patriarcado Ecuménico, por todo el mundo ortodoxo y constituirá un ejemplo a seguir en las relaciones ecuménicas, porque concretiza la buena voluntad y la hermandad en nombre del Señor.

 

LA VERDADERA EDUCACIÓN DEBE PARTIR DE LA VERDAD SOBRE EL HOMBRE

“Para dar un futuro a la juventud, es importante una educación integral y armoniosa de la persona, poniendo atención especial en la dimensión espiritual del joven”. Juan Pablo II recibió el sábado en la sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano a los participantes en el “Simposio los desafíos de la Educación”, de la Comisión Episcopal para la Educación católica, la escuela y la universidad. En su discurso a los profesores, educadores y padres que representan a las distintas asociaciones pedagógicas de Europa, el Papa les habló de la importancia de la educación en un continente donde numerosos jóvenes están desorientados. “Las políticas educativas de los distintos estados penan por encontrar nuevas perspectivas y para hacer frente a las dificultades de los adolescentes, en su vida personal o en el ambiente social”.

“Las necesidades económicas -dijo el Santo Padre- a menudo llevan a privilegiar la enseñanza escolar, en detrimento de la educación integral de los jóvenes”. Para dar un futuro a la juventud, es importante que la educación sea entendida como “búsqueda del desarrollo integral y armonioso de la persona, de la maduración de la conciencia moral, para discernir el bien y actuar en consecuencia poniendo atención especial en la dimensión espiritual del joven”. La unidad de la gestión educativa, dijo el Papa a los responsables de la pastoral escolar y universitaria de las Conferencias Episcopales de Europa, conducirá a una unidad mayor de la personalidad y de la vida de los adolescentes.

El continente europeo es rico en tradición humanista, que a lo largo de los siglos ha transmitido los valores espirituales y morales, los cuales -señaló el Pontífice- encuentran, en las raíces cristianas, su referencia fundamental y su sentido pleno. “En todos los lugares donde vivan los estudiantes, la educación les ha de permitir convertirse en hombres y mujeres: “ser” cada día más, y no solamente “tener” cada día siempre más. La educación escolar, para Juan Pablo II es sólo uno de los aspectos de la educación y no puede reducirse sólo a él. El lazo esencial entre todos los aspectos de la educación debe de reforzarse sin pérdida de tiempo.

El Santo Padre finalmente observó que actualmente “la falta de esperanza en la juventud es un hecho muy fuerte y remarcable, y más aún cuando es portadora, esta juventud, de numerosos deseos”, como ha podido observar el Papa durante las Jornadas Mundiales de la Juventud que ha presidido en su pontificado. “La raíz de la pérdida de esta esperanza se encuentra en el intento de hacer prevalecer una antropología sin Dios y sin Cristo, dando al hombre el lugar de Dios”.

Para Juan Pablo II, “la verdadera educación debe partir de la verdad sobre el hombre, de la afirmación de su dignidad y de su vocación trascendente”. La comunidad cristiana tiene pues un papel en la gestión educativa que consiste en la transmisión de los valores cristianos a los jóvenes y en el fomentar el conocimiento de la persona de Cristo, fuente de esperanza y luz sobre su camino, que nos llama a una vida cada vez mas plena y gozosa.

 

PRIMERA VISITA INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE TEOLOGÍA ORTODOXA

Desde la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo han sido numerosos los actos, celebraciones y audiencias relacionadas con el ecumenismo, como lo fue también la audiencia del mismo 29 de junio al obispo Makarios, auxiliar de la archidiócesis greco-ortodoxa de Suiza, y al rector y a los estudiantes del Instituto de Estudios Superiores de Teología Ortodoxa del Centro Ortodoxo del Patriarcado Ecuménico, que se encuentra en Chambésy (Suiza).

El Papa manifestó su alegría por la visita de este grupo a Roma en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, Apóstoles, en el contexto de los contactos que se mantienen desde hace años entre el Centro Ortodoxo y el Comité Católico para la colaboración cultural del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

El Santo Padre puso de relieve que "esta primera 'visita de estudio y de información'" del Instituto coincidía "con el 40 aniversario del encuentro histórico entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I en Jerusalén.

Desde que fue fundado en 1997, han pasado por este Instituto 71 estudiantes procedentes de diez Iglesias ortodoxas, y la mitad de ellos han recibido un certificado de especialización en teología ortodoxa. El Comité Católico para la colaboración cultural ha concedido becas de estudio para que profundicen sus estudios de francés. Estos alumnos proporcionan importantes servicios a sus Iglesias y al diálogo ecuménico de la Iglesia ortodoxa con las demás Iglesias cristianas.

 

JUAN PABLO II PREMIADO POR LA UNIVERSIDAD DE BOLONIA

Juan Pablo II recordó que la ciencia y la cultura deben estar al servicio del ser humano y de su promoción integral, al recibir el sábado un premio de la universidad italiana de Bolonia por su incansable pastoral en este sector.

Una vez más, Juan Pablo II recordó la importancia de que «la actividad científica y cultural se alimente con un sincero impulso en favor del ser humano y de su promoción integral». El Santo Padre recibió el sábado al Rector de la Universidad la ciudad italiana de Bolonia, que le entregó el «Sigillum Magnum del Alma Mater Studiorum». Reconocimiento que se le ha otorgado en ocasión del vigésimo quinto aniversario de su Pontificado.

Tras destacar que el Ateneo boloñés es uno de los más antiguos del mundo, el Papa evocó «el entusiasmo» que ha dedicado a la pastoral universitaria, a lo largo de su sacerdocio, de su episcopado y de su pontificado. Con el anhelo de que el reconocimiento que ha recibido esté impulsado por la atención que ha brindado siempre «a la cultura y a su fundamental importancia en la promoción del hombre y del progreso histórico, Juan Pablo II hizo hincapié en la «inseparable reciprocidad entre la educación del hombre y la cultura».

 

OTRAS AUDIENCIAS

El Santo Padre recibió el sábado al arzobispo de Ancona – Osimo, Mons. Edoardo Menichelli, acompañado de un grupo de autoridades de esta misma ciudad italiana. En su saludo, recordando que el pasado 29 de junio, impuso el palio al mencionado arzobispo Metropolitano, Juan Pablo II evocó la importante iniciativa, denominada «Canto de paz», que se celebró el año pasado, precisamente en Ancona, para conmemorar las tragedias que sus habitantes sufrieron durante la segunda guerra mundial y la tenacidad de este pueblo en impulsar la reconstrucción.

Aludiendo a que en la mencionada conmemoración se rezó la oración que él mismo pronunció en Asís, en enero de 2002, cuando se celebró la Jornada por la paz en el mundo, el Pontífice exhortó a proseguir en el compromiso de «promover el bien fundamental de la paz».

 

ÁNGELUS: UNA FORMA ELOCUENTE DE ANUNCIAR EVANGELIO DE PAZ EN EL MUNDO

Juan Pablo II recordó durante el Ángelus el encuentro que mantuvo esta semana en el Vaticano con el Patriarca Bartolomé I “una forma elocuente de anunciar el Evangelio de la paz en un mundo marcado por desgracia por los desequilibrios y la violencia”.

Con una reunión para afrontar algunos problemas y malentendidos surgidos recientemente, Juan Pablo II y Bartolomé I se reunieron esta semana en el Vaticano, ofreciendo un ejemplo concreto de cómo los cristianos pueden y deben colaborar siempre, incluso frente a las divisiones y los conflictos. “Esta es una forma elocuente de anunciar el Evangelio de la paz en un mundo marcado por desgracia por los desequilibrios y la violencia”.

De esta forma, el Santo Padre se refirió, durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, a la reciente visita del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, y a la celebración conjunta de la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, para conmemorar el histórico encuentro entre sus predecesores Pablo VI y Atenágoras I, que tuvo lugar hace 40 años en Jerusalén.

Un encuentro del que también ha surgido la Declaración común, que confirma e impulsa el compromiso de católicos y ortodoxos al servicio de la gran causa de la plena comunión de los cristianos: “Reconociendo los pasos positivos que se han dado hasta ahora y sin olvidar los obstáculos que todavía persisten, hemos reafirmado la voluntad de proseguir e incluso de intensificar el diálogo ecuménico, tanto en el plano de las relaciones fraternas (el diálogo de la caridad) como en el del debate doctrinal(el diálogo de la verdad)”.

Juan Pablo explicó también que en el curso de este encuentro ha emergido la conciencia de que los católicos y los ortodoxos están llamados a trabajar juntos para lograr que el continente europeo no olvide sus raíces cristianas. “Sólo así –precisó el Papa- Europa podrá desarrollar plenamente su papel en el diálogo entre las civilizaciones y en la promoción global de la justicia, de la solidaridad y de la salvaguardia de la creación”.

Tras la oración mariana el Pontífice saludó al numeroso grupo de jóvenes del Servicio de Voluntariado Civil de Pro Loco, reunidos en Roma en su Congreso Nacional, a la Coral de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Bellizzi y a los fieles provenientes de la diócesis de Nápoles.

Además el Papa saludó a la asociación Easy-Rider, que reunió en la Plaza de San Pedro a un pintoresco grupo de 41 Ferraris, que han participado durante dos días en un tour patrocinado por la Provincia de Roma y el Ayuntamiento de Frascati, con el objetivo de promocionar el deporte.

Juan Pablo II ha acogido la invitación del obispo de Aosta y mañana partirá para transcurrir algunos días en este valle del norte de Italia. En el anuncio de sus vacaciones, durante el Ángelus, el Pontífice no olvidó a las numerosas familias que han programado durante este periodo sus vacaciones, así como a cuantas, por distintos motivos, no podrán disfrutar de ellas. Para todos el Papa deseó que transcurran este tiempo de descanso serenamente, y enriquezcan este espacio de tiempo con relaciones humanas genuinas, que incluyan momentos de atención a las personas solas y en dificultad.

El lunes a las diez Juan Pablo II pare hacia el Valle de Aosta, a donde llegará, tras un vuelo de poco más de una hora. A medio día está prevista su llegada a les Combes, una localidad que desde hace tiempo viene acogiendo al Santo Padre durante el periodo estival.

 

EL PAPA Y BARTOLOMÉ I REZAN JUNTOS POR LA COMUNIÓN PLENA
SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

Juan Pablo II ante Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla recordó en el Ángelus, la conmemoración del cuadragésimo aniversario del histórico abrazo entre Pablo VI y Atenágoras I.

El Papa exhortó a «rezar juntos por la comunión plena» e invita al Patriarca ortodoxo a participar en la Misa que presidirá esta tarde en la que juntos compartirán la homilía y proclamarán la común profesión de fe.

Juan Pablo II enfatizó, a medio día, antes de la oración mariana del Ángelus la especial conmemoración que se celebraba, en esta Solemnidad de los Patronos de Roma: “Este año la solemnidad, se alegra por la presencia de Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, que he tenido la alegría de acoger y saludar hace unos minutos”.

En el día en el que la Iglesia celebra la fiesta de los Santos Apóstoles, el obispo de Roma destacó el motivo especial de esta «grata visita». Es decir, la conmemoración del «abrazo fraterno», de hace 40 años, entre el Papa Pablo VI y Atenágoras I, en Jerusalén. Abrazo que se ha convertido en el símbolo de la deseada reconciliación entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas, además de profecía de esperanza en el camino hacia la unidad plena entre todos los cristianos.

El Santo Padre señaló que había invitado al Patriarca Bartolomé I a participar en la Misa que presidió esa tarde, a las 6, en la Plaza de San Pedro, en la que juntos compartieron la homilía y proclamaron la común profesión de fe. También recordó Juan Pablo II que en el curso de la misma celebración impondrá el “Palio” a los Arzobispos Metropolitanos nombrados en el último año. Como «tradicional signo de comunión entre la Sede de Roma y las Iglesias esparcidas en el mundo, que se enmarca perfectamente en la fiesta de los Apóstoles Pedro y Pablo».

Tras evocar al pescador de Galilea, Pedro, que fue el primero en profesar la fe en Cristo, y al maestro y doctor, Pablo, que anunció la salvación a las gentes, el Santo Padre recordó que «por deseo de la Providencia», ambos llegaron a Roma, donde sufrieron el martirio. En este contexto, Juan Pablo II se refirió a la gloriosa misión a la que fue llamada la que entonces era la capital de un gran imperio. Es decir a hospedar «a la Sede Apostólica, que preside la misión universal de la Iglesia de difundir en el mundo el Evangelio de Cristo, Redentor del hombre y de la historia».

A los dos insignes Patronos, encomendó el Papa, de manera especial la querida Diócesis de Roma, así como la comunidad civil capitolina. Invocando su intercesión junto a la de María Santísima, Salus populi romani, Juan Pablo II exhortó a rezar «para que cada hombre y cada mujer acoja el mensaje de amor por el que Pedro y Pablo han padecido el martirio».

 

QUE NO NOS REMUERDA LA CONCIENCIA POR NO HABER DADO PASOS NECESARIOS

Juan Pablo II presidió el martes por la tarde la Santa Misa a la que invitó al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I. Juntos proclamaron la común profesión de fe, conmemorando el cuadragésimo aniversario del histórico abrazo entre Pablo VI y Atenágoras I.

En la misma celebración el Papa impuso también el “Palio” a los arzobispos Metropolitanos nombrados en el último año. Como «tradicional signo de comunión entre la Sede de Roma y las Iglesias esparcidas en el mundo, que se enmarca perfectamente en la fiesta de los Apóstoles Pedro y Pablo».

“Si de verdad deseamos la unidad de los discípulos de Cristo, debemos partir de Él. Con esta afirmación Juan Pablo II reafirmó en su homilía, el ardiente deseo de Jesús de que todos sean una sola cosa, un compromiso de comunión que, en la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo y con la presencia del Patriarca ecuménico Bartolomé I, constituye un nuevo acontecimiento de gracia en el camino, marcado por el Concilio Vaticano II para el acercamiento entre la Iglesia de Oriente y la Iglesia de Occidente y el restablecimiento de la unidad existente en el primer milenio.

El Pontífice, que subrayó el dolor que produce la rotura del vínculo de unidad en Cristo, evidenció este acontecimiento no como una simple relación de buena vecindad, sino como “el nexo indisoluble de la fe teologal por el que estamos destinados a la comunión, no a la separación”.

El Papa dio relevancia especial al aniversario que se celebra este año, cuando se cumplen 4 décadas del encuentro en Jerusalén entre Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I. Juan Pablo II quiso reafirmar este encuentro con el mismo “espíritu que animó a aquellos dos singulares peregrinos, quienes acercándose mutuamente eligieron abrazarse por primera vez en el lugar donde nació la Iglesia”.

El Santo Padre también expresó su esperanza en que todos los cristianos intensifiquen sus esfuerzos para que se acerque el día en que se haga realidad el deseo del Señor y que todos sean una sola cosa. “Que no nos remuerda la conciencia por no haber dado los pasos necesarios, por no haber aprovechado las oportunidades, por no haber probado todos los caminos”.

 

EL PAPA REZA PARA QUE COMIENCE UN NUEVO CAPÍTULO EN LA VIDA DE IRAK
APOYO DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LA RECONSTRUCCIÓN DEL PAÍS

Juan Pablo II felicitó al pueblo iraquí con ocasión de la transferencia de poder al gobierno interino, en un telegrama en el que asegura sus oraciones para que comience un nuevo capítulo en la vida del país y se cumplan las esperanzas de paz, libertad y prosperidad del pueblo de Irak.

Juan Pablo II envió sus felicitaciones al pueblo iraquí con ocasión de la transferencia de poder al gobierno interino de Irak. En un telegrama firmado por el secretario de Estado, el Papa reza para que comience un nuevo capítulo en la vida del país y se cumplan las esperanzas de paz, libertad y prosperidad del pueblo iraquí.

De la misma forma que en numerosas ocasiones la Santa Sede ha manifestado su solidaridad a través de la presencia constante de su representación por medio del Nuncio Apostólico, el Pontífice asegura el apoyo de la Iglesia católica en la construcción de un nuevo Irak, una noble nación, que una vez fue el hogar de Abraham. El Papa confía además en que se escuche a todos los grupos religiosos y se les tenga en cuenta a la hora de edificar una nueva sociedad fundada sobre la verdadera libertad de conciencia, justicia para todos y diálogo pacífico.

 

«¡UNIDAD Y PAZ!», EN LA DECLARACIÓN COMÚN DE JUAN PABLO II Y BARTOLOMÉ I

«Velad, manteneos firmes en la fe, sed hombres, sed fuertes. Haced todo con amor». Con estas palabras, de la primera carta de San Pablo a los Corintios (1 Cor 16, 13-14) comienza la Declaración común del Papa Juan Pablo II y del Patriarca Bartolomé I, que se hizo pública el jueves.

La Declaración consta de 11 puntos y lleva la fecha del 29 de junio de 2004, fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Fiesta que el Papa y el Patriarca citan en el primer punto, «agradeciendo a Dios por el don de este nuevo encuentro» y «testimoniando la firme voluntad de proseguir el camino hacia la comunión plena entre nosotros en Cristo».

Tras destacar, en el segundo punto, los numerosos «pasos positivos que han marcado este camino en común», en especial a partir del histórico abrazo entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I en Jerusalén», hace 40 años, la Declaración hace hincapié en la actualidad del anhelo expresado en el encuentro de entonces.

«¡Unidad y Paz!», enfatizan el Obispo de Roma y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, refiriéndose al drama de la separación «que el mundo cristiano sufre desde hace siglos». Juan Pablo II y Bartolomé I reiteran que «los numerosos eventos eclesiales, que han marcado estos últimos 40 años, dan fundamento y consistencia al compromiso de la caridad fraterna…, que aprendiendo la lección del pasado, esté lista a perdonar, inclinándose a creer con mayor disponibilidad al bien y no al mal».

Entre «los gestos ejemplares de caridad recíproca, de participación y del compartir», el Papa y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla evocan la visita de Juan Pablo II a Demetrio, en 1979, cuando «se anunció la creación de la ‘Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto».

Tras recordar asimismo la visita del Patriarca Demetrio a Roma, en 1987, y el encuentro que Juan Pablo II y el mismo Patriarca Bartolomé mantuvieron también en Roma, en la fiesta de Pedro y Pablo, en 1995, esta Declaración común pone de relieve otro momento significativo. El de Asís, «con motivo de la Jornada de Oración por la Paz en el mundo», y luego el compromiso firmado por ambos en favor de la salvaguarda de la creación, de 2002.

A pesar de la firme voluntad de proseguir en el camino hacia la plena comunión, la Declaración común señala los elementos de distinta naturaleza que la han obstaculizado. Son sobre todo obstáculos doctrinales derivados en ocasiones de los condicionamientos de una historia difícil. Los nuevos cambios político-sociales en Europa han tenido consecuencias en las relaciones entre las Iglesias cristianas. Por ejemplo, con el retorno a la libertad de los cristianos en Europa central y oriental han aflorado antiguos temores que han hecho difícil el diálogo. Sin embargo, la exhortación de san Pablo a los Corintios: “todo se haga entre vosotros en la caridad” debe resonar siempre dentro de nosotros y entre nosotros.

Se hace referencia después a la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, que “puede continuar siendo un instrumento idóneo para estudiar los problemas eclesiológicos e históricos, que están en la misma base de nuestras dificultades, pero que a la vez puede servir para encontrar caminos de solución”.

Este encuentro de Roma permite afrontar fraternalmente algunos malentendidos surgidos recientemente. Y en este sentido la larga práctica del “diálogo de la caridad” nos ayuda a afrontar las dificultades con serenidad para que no se interrumpa el camino hacia la plena comunión en Cristo.

En un mundo que sufre toda clase de divisiones y desequilibrios, el encuentro de Roma quiere subrayar también con fuerza la importancia del testimonio de que los cristianos y las Iglesias viven en paz y en armonía entre ellos, para coherentemente transmitir así el mensaje del Evangelio de modo más creíble y conveniente.

En el Comunicado común se expresa la esperanza para que en la nueva situación en Europa, con la integración de nuevos países del Este del continente, crezca la colaboración entre católicos y ortodoxos. Muchos son los desafíos para afrontar juntos y contribuir al bien común de la sociedad: curar con el amor la plaga del terrorismo; sanar los conflictos dolorosos; devolver al Continente europeo la conciencia de sus raíces cristianas; contribuir al diálogo con el Islam; alimentar la conciencia sobre la sacralidad de la vida humana y sobre todo anunciar con renovado vigor el Mensaje evangélico.

 

INTENCIÓN DE ORACIÓN PARA EL MES DE JULIO

«Por cuantos en este tiempo pueden beneficiarse de un período de vacaciones, a fin de que el reposo los ayude a encontrar en Dios la armonía interior y a abrirse con amor a los hermanos». Reflexionando sobre esta intención de oración que propone Juan Pablo II para el mes de julio, el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes recuerda que una de las formas en que se puede vivir el tiempo libre es el turismo.

Cómo no recordar al respecto que en su Mensaje para la Jornada Mundial del Turismo 2003, el Papa hacía hincapié en lema de dicha celebración. Es decir, «El turismo, elemento propulsor de lucha contra la pobreza, para la creación de empleos y la armonía social». Llamando la atención en «la relación del turismo con las bolsas de pobreza que existen en cada continente», el Santo Padre reiteraba una vez más que «el drama de la pobreza es uno de los mayores desafíos actuales, mientras se va agravando la brecha entre las diversas áreas del mundo, a pesar de que se disponga de los medios necesarios para ponerle remedio, pues la humanidad ha alcanzado un desarrollo científico y tecnológico extraordinario».

Por tanto, recomendaba nuevamente Juan Pablo II «es necesario buscar no el bien de un círculo privilegiado de pocos, sino la mejora de las condiciones de vida de todos. Sólo sobre este cimiento se podrá construir un orden internacional realmente marcado por la justicia y la solidaridad, como es deseo de todos» (Mensaje para la Cuaresma, 7 de enero de 2003, n. 2: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 14 de febrero de 2003, p. 3).

El Papa, dirigiéndose en especial a los católicos, advierte con apremiante firmeza que «no es posible permanecer indiferentes e inertes ante la pobreza y el subdesarrollo. No podemos encerrarnos en nuestros intereses egoístas, abandonando a innumerables hermanos y hermanas en la miseria, y, lo que es más grave aún, dejando que muchos de ellos vayan al encuentro de una muerte inexorable».

Destacando luego que «la actividad turística puede desempeñar un papel relevante en la lucha contra la pobreza, tanto desde el punto de vista económico como social y cultural», el Santo Padre señala asimismo que «sería grave» que el discípulo de Cristo se olvidara de sus deberes en el tiempo libre o durante un viaje turístico, es decir, cuando podría dedicarse a una contemplación más serena del «rostro de Cristo» en el prójimo con quien entra en contacto.

Cuando la enseñanza del Señor ilumina nuestra vida, nos sentimos comprometidos a hacer que todas las actividades, incluida la turística, sean realizaciones de la "nueva "creatividad de la caridad"", que nos hace solidarios "con quien sufre, para que el gesto de ayuda no sea percibido como limosna humillante, sino como un compartir fraterno" (Novo millennio ineunte, 50)

Este Mensaje del Papa finalizaba expresando su profundo deseo de «que la actividad turística sea un instrumento cada vez más eficaz para la reducción de la pobreza, para la promoción del crecimiento personal y social de las personas y de los pueblos, y para la consolidación de la participación y la cooperación entre las naciones, las culturas y las religiones». Con el anhelo de que «la santísima Virgen María proteja a cuantos, de diferentes modos, están implicados en el vasto campo del turismo y los mantenga siempre sensibles con respecto a quienes sufren a causa de la pobreza, la injusticia, la guerra y la discriminación».

 

ONU: RESOLUCIÓN UNÁNIME REFUERZA ESTATUTO DE LA SANTA SEDE

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado por unanimidad una resolución sobre el estatuto de la Santa Sede en la ONU, que continúa siendo un Observador, pero se refuerza y confirma su presencia en la Organización.

Como explicó el mismo observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Celestino Migliore, este estatuto se basaba en el derecho consuetudinario, y tras esta resolución la Asamblea ha acordado uno más claro y favorable. Entre las innovaciones Mons. Migliore citó la posibilidad de intervención sin esperar el permiso de los grupos regionales, y el derecho de replica, en el caso de que hubiera una referencia a la Santa Sede.

En la sede de Naciones Unidas, agradeciendo la aprobación por unanimidad, de la resolución que reconoce a la Santa Sede el derecho a participar de forma más activa en los trabajos de la Asamblea, que refuerza su propio estatuto de observador permanente ante la ONU - el arzobispo Celestino Migliore, expresó la profunda gratitud de la misión vaticana, que coincide con la feliz celebración también del 40 aniversario de su presencia en la Organización.

El representante de la Santa Sede recordó que «para alcanzar las metas en las que estamos comprometidos, es decir, para lograr los objetivos que compartimos, de tutelar los derechos humanos fundamentales, la dignidad y los valores de la persona y la promoción del bien común, hay que impulsar la construcción de una comunidad internacional fundada en la firmeza de la ley».

Una «ley que no sea antojo o capricho, sino el conjunto de principios que manan de la verdadera universalidad de la naturaleza humana. La única que puede guiar a la razón humana hacia el futuro. Sólo así podremos cumplir la tarea que tenemos encomendada de garantizar que la justicia y la paz sean duraderas y universales», advirtió del observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, recordando que el estatuto aprobado se enmarca en el contexto del fortalecimiento del papel de Naciones Unidas y para revitalizar el trabajo de la misma Asamblea General.

 

PERÍODO DE REPOSO DEL PAPA EN EL VALLE DE AOSTA

La Prefectura de la Casa Pontificia recuerda que, con el traslado de Juan Pablo II al Valle italiano de Aosta, para un período de reposo, del 5 al 17 de julio, quedan suspendidas todas las audiencias privadas.

A lo largo de este verano, la acostumbrada audiencia general de Juan Pablo II tendrá lugar, a partir del miércoles 21 de julio, en el patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, a las 10 y media de la mañana. En este mismo patio, el Papa rezará el Ángelus, todos los domingos al medio día, a partir del 18 de julio.

 

LITURGIA DE BARTOLOMÉ I EN SAN TEODORO
ROMA: INAUGURACIÓN DEL USO LITÚRGICO DE IGLESIA ROMANA POR PARTE DE COMUNIDAD GRECO-ORTODOXA

Juan Pablo II recibió a última hora del jueves a Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla. Este encuentro tuvo lugar después de la liturgia solemne que el mismo Patriarca había celebrado este jueves, con motivo de la inauguración del uso litúrgico de la iglesia romana de San Teodoro por parte de la comunidad greco-ortodoxa de Roma. Esta iglesia había sido prometida por el Siervo de Dios Pablo VI a Atenágoras I, en ocasión de la visita que este Patriarca realizó a Roma en 1967.

La celebración presidida por Su Santidad Bartolomé I se enmarca en el contexto de la invitación de Juan Pablo II al Patriarca Ecuménico para conmemorar juntos el 40 aniversario del encuentro entre sus predecesores, Pablo VI y Atenágoras I. La solemne inauguración romana contó con la presencia de una delegación pontificia integrada por los cardenales Camillo Ruini y Walter Kasper y por el Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, Arzobispo Leonardo Sandri. La que se ha confiado a la comunidad greco-ortodoxa de Roma es una antiquísima diaconía dedicada a San Teodoro, mártir de Amasea, fundada el siglo IV.

En el marco de la significativa visita de Su Santidad Bartolomé I a Roma, el miércoles por la tarde el patriarca ecuménico de Constantinopla tuvo un encuentro fraterno con la Comunidad de San Egidio en la basílica de san Bartolomé en la isla Tiberina. La basílica es un lugar dedicado desde el Jubileo del año 2000 y por voluntad del propio Juan Pablo II a la memoria de los mártires del siglo XX, y está confiada a la misma comunidad san Egidio que cada noche desde hace muchos años reúne a centenares de jóvenes en la basílica para rezar.

El Patriarca junto a su delegación fue recibido en la isla del Tíber por numerosos niños del País del “Arco Iris”, movimiento de las Escuelas de la Paz de San Egidio, presentes en 70 países del mundo. Dentro de la basílica, el patriarca Bartolomé tras ser saludado por la Comunidad de San Egidio respondió a distintos testimonios y preguntas de algunos jóvenes allí presentes.

Acto seguido, después de unas palabras pronunciadas por el Patriarca, los asistentes visitaron la capilla de la memoria de los testigos de la fe, que contiene diversas reliquias de los mártires del siglo pasado, recogidas por continentes y áreas geográficas y temáticas. El martirio del siglo pasado - siglo con el mayor número de mártires por la fe en toda la historia humana - se convierte en significativo lugar de encuentro y espacio de unidad en la oración entre los cristianos.

 

SATISFACCIÓN DE BARTOLOMÉ I POR LA VISITA A ROMA

Antes de regresar a Estambul, el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, en su entrevista concedida a Radio Vaticano, expresó su satisfacción con la visita a Roma la pasada semana, con ocasión de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Esta fue la entrevista con las impresiones del cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos:

Sí, esta satisfacción es ampliamente compartida, tanto por mí como por el Papa, por toda la Curia, por toda la parte católica. Ésta ha sido la visita más amistosa. Creo que las relaciones humanas y cristianas entre la delegación ortodoxa y la católica han crecido. Sobre todo ha sido importante constatar que las dos partes están determinadas a continuar el diálogo teológico internacional para aclarar aquellos problemas serios que todavía existen. Pero la atmósfera siempre es muy importante, en estos diálogos, y yo estoy encantado de lo que hemos logrado concluir la semana pasada.

Por lo tanto han aumentado las esperanzas de un mayor acercamiento, de un camino facilitado para el futuro...

Sí. Ahora tenemos nueva esperanza y, sobre todo, hemos notado que la gente sostiene este camino ecuménico. La gente se espera la unidad, y por este motivo los obispos y la jerarquía en general tienen que hacer todo lo posible para favorecer un acercamiento. Ésta es una señal importante para el mundo: hay muchos conflictos y las Iglesias tienen que dar juntas testimonio de la paz, de la reconciliación y del Evangelio de Jesucristo.

El Patriarca Bartolomé ha querido subrayar su invitación al Papa de ir a Constantinopla. ¿Será posible esta visita?

Es posible en todo caso. Pero ahora todo depende de la decisión del Santo Padre. El Patriarca escribirá una carta formal de invitación y luego esta invitación será estudiado por la Curia, y por el Santo Padre. Yo no puedo adelantar la respuesta del Santo Padre, pero es una señal positiva y constructiva, en todo caso, la invitación misma: significa que las relaciones han crecido y mejorado.

Por lo tanto, después de esta visita del Patriarca Bartolomé al Papa, ¿se ve el futuro del camino ecuménico más fácil?

Mucho más fácil, también por las palabras del Santo Padre en su homilía. El Pontífice ha sido determinado, fuerte en el afirmar que el camino ecuménico es irreversible y que quien cree en Jesucristo tiene también que estar comprometido con el ecumenismo: ¡palabras decididas e importantes! Esto da un nuevo impulso al ecumenismo.

 

EL PALIO MANIFIESTA «LA COMUNIÓN CON EL OBISPO DE ROMA»

En la audiencia general de este miércoles, la última que Juan Pablo II celebra en el Vaticano, antes de su breve período de vacaciones en la montaña del Valle italiano de Aosta, del 5 al 17 de este mes de julio, participaron también los arzobispos metropolitanos que el martes recibieron el palio. Sobre el significado de este «particular ornamento litúrgico» - que como señaló el Papa está constituido por una estola de lana blanca, que se lleva alrededor del cuello y que manifiesta «la comunión con el Obispo de Roma» - nos ofreció su testimonio, precisamente, uno de estos arzobispos, Mons. José Luis Chávez Botello, arzobispo de Antequera, Oaxaca:

El arzobispo mexicano hizo hincapié asimismo en la celebración de la solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo y en el magisterio y carisma del pontificado de Juan Pablo II:

 

LAS MINAS HAN HECHO QUE LOS POBRES SEAN AÚN MAS POBRES

"Las minas han hecho que los pobres sean aún mas pobres, víctimas sin manos ni pies, niños sin porvenir, agricultores sin tierra para cultivar y jóvenes generaciones sin futuro cuya única alternativa es la pérdida de las raíces y la emigración hacia un mañana incierto". Era la afirmación del arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra, durante su intervención, el 28 de junio en la segunda reunión preparatoria de la Primera Conferencia de Examen de la Convención de Ottawa.

La conferencia se celebrará en Nairobi (Kenya), del 29 de noviembre al 3 de diciembre de 2004. La Convención de Ottawa sobre la prohibición del uso, almacenamiento, producción y transferencia de las minas anti-persona y su destrucción fue establecida el 18 de septiembre de 1997 y entró en vigor el 1 de marzo de 1999. En su discurso, el arzobispo recordó que desde esa fecha 116 países habían destruido un total de 31 millones de minas. Para realizar los objetivos de la convención se han gastado hasta ahora 1.600 millones de dólares; los países que forman parte de la misma eran, hasta febrero de 2004, 141.

 

LOS POBRES NO PUEDEN ESPERAR
LA FAMILIA DE LAS NACIONES DEBE OCUPARSE DE LAS NECESIDADES DE SUS MIEMBROS MÁS VULNERABLES

Mary Ann Glendon, presidenta de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales ha reiterado la posición de la Santa Sede al lado de los que piden con urgencia a la familia de las naciones que se ocupen de las necesidades de sus miembros más vulnerables. Glendon intervino como jefe de la delegación de la Santa Sede en la Consulta de Alto Nivel sobre los Países menos Desarrollados del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC), sobre la "Movilidad de los recursos y erradicación de la pobreza en el contexto de un programa de acción para los países menos desarrollados en la década 2001-2010".

La presidenta de la Academia de Ciencias Sociales, citando palabras de Juan Pablo II, insistió en que “los pobres no pueden esperar'. Nadie puede negar la envergadura del reto de invertir la tendencia de lo que a veces parece ser un ciclo perpetuo de pobreza, especialmente en los países menos desarrollados". Pero la magnitud de ese desafío –agregó Glendon-no puede servir de excusa; más bien debe espolearnos a un mayor esfuerzo.

"La Santa Sede quiere subrayar que cualquier medida para promover el desarrollo auténtico y duradero tiene que defender la dignidad y la cultura humanas. (...) Lo que se necesita es un cambio del corazón, que la comunidad internacional sea más sólida, más generosa, más creativa, más enérgica en su esfuerzo para acabar por fin con la división del mundo en zonas de pobreza y de abundancia".

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

ARCHIDIÓCESIS DE BUCARAMANGA (COLOMBIA)
Juan Pablo II ha nombrado auxiliar de la archidiócesis de Bucaramanga al padre Juan Vicente CÓRDOBA VILLOTA, S.I., hasta ahora decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá, asignándole la sede titular episcopal de Ausuccura.

DIÓCESIS DE ZIPAQUIRÁ (COLOMBIA)
El Santo Padre ha nombrado obispo de Zipaquirá a Mons. Héctor CUBILLOS PEÑA, hasta ahora obispo titular de Fessei y auxiliar de Bucaramanga.

ARCHIDIÓCESIS DE AYACUCHO (PERÚ)
Juan Pablo II ha nombrado obispo auxiliar para la archidiócesis al sacerdote Gabino MIRANDA MELGAREJO, del clero de la diócesis de Abancay, párroco de la parroquia "Santiago Apóstol" en Talavera, asignándole la sede titular episcopal de Usula.

ARCHIDIÓCESIS DE NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS)
El Papa ha nombrado dos obispos auxiliares para la archidiócesis de Nueva York:
Mons. Gerald WALSH, asignándole la sede titular episcopal de Altiburo
Dennis SULLIVAN, asignándole la sede titular episcopal de Enera.

DIÓCESIS DE LILLE (FRANCIA)
El Pontífice ha nombrado auxiliar de la diócesis de Lille al reverendo Pascal DELANNOY, del clero de la misma diócesis, hasta ahora vicario episcopal y decano de Houtland, asignándole la sede titular episcopal de Usinaza.

DIÓCESIS DE CAHORS (FRANCIA)
El Papa ha nombrado obispo de Cahors al reverendo Norbert José HENRI TURINI, hasta ahora vicario general de la diócesis de Niza.

DIÓCESIS DE CARCASONA (FRANCIA)
El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis francesa de Carcasona, presentada por Mons. Jacques DESPIERRE, por motivos de edad. Y ha nombrado nuevo obispo de esta diócesis a Mons. Alain PLANET, hasta la fecha moderador del equipo de párrocos de la parroquia de Nuestra Señora de Rhone de Montélimar.

CONGREGACIÓN PARA LAS IGLESIAS ORIENTALES
El Santo Padre ha nombrado jefe de la oficina en la Congregación para las Iglesias Orientales a Mons. Maurizio MALVESTITI, hasta ahora minutante en el mismo dicasterio.

ENVIADO ESPECIAL DEL PAPA
El Pontífice ha nombrado al cardenal Julio TERRAZAS SANDOVAL, c.ss.r., arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, Su Enviado Especial a la celebración del X° Congreso Eucarístico Nacional Argentino, que tendrá lugar en Corrientes del 2 al 5 septiembre de 2004.

LEGADO PONTIFICIO PARA EL 48 CONGRESO EUCARÍSTICO INTERNACIONAL
Juan Pablo II ha nombrado Legado Pontificio para las celebraciones del 48 Congreso Eucarístico Internacional al cardenal Josef TOMKO, presidente del Consejo Pontificio para los Congresos Eucarísticos.

Estas celebraciones tendrán lugar en Guadalajara, México, del 10 al 17 de octubre de 2004. El Papa participará en ellas a través de una conexión televisiva especial, que le permitirá seguir la clausura solemne del Congreso Eucarístico y dirigir un Mensaje a los pastores y fieles reunidos en esta cita.

SÍNODO DE LA IGLESIA GRECO-MELKITA CATÓLICA
Juan pablo II ha concedido su asenso a la elección realizada canónicamente por el Sínodo de la Iglesia Greco-Melkita católica - que se reunió los pasados días del 22 al 26 de junio - del Padre Elias RAHAL de la Sociedad de los Misioneros de San Pablo, como Arzobispo de Baalbeck, Líbano, de los greco-melkitas católicos.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO 14 DEL TIEMPO ORDINARIO (C): 4 de julio de 2004
«Descansará sobre ellos vuestra paz»

¿Quién no ha escuchado alguna vez aquella exclamación de S. Agustín en sus Confesiones: «nos hiciste, Señor, para ti; y nuestro corazón anda inquieto, hasta que descanse en ti»? Sí, el sosiego y la paz que siempre añora el corazón es un don de Dios. Justo porque la paz brota del corazón, cuando ha conseguido el bien para el que está hecho. Y Dios creó al hombre y a la mujer «a su imagen», porque les dotó de un corazón capaz de amar y entregarse totalmente. A diferencia de cualquier otro ser, el corazón humano no tiene límites; nunca se contenta del todo; es insaciable. Y es que está hecho para aspirar y gozar de ese bien infinito que es Dios mismo. Cualquier otro bien que logre alcanzar es sólo un anticipo y, por eso, quiere más. El caso es que, cuando salió de las manos de Dios, estaba tranquilo y sereno; se entendía con el Creador y con Él reinaba sobre todas las cosas; las utilizaba y disfrutaba, sin quedar prendido en ellas, porque estaba prendado de Dios. Sí, el corazón que el hombre estrenó estaba lleno del amor de Dios y gozaba, así, de su descanso; ese descanso del que es Señor y se goza en comunicar sus bienes, mejor que en aferrarse a ellos.

Pero aquel corazón se torció. Dio paso a la soberbia y se dejó llevar por la ambición. Le dio la espalda a Dios y se volvió a las cosas con avaricia. Las privó, así, de su destino al servicio del hombre, convirtiéndolas en fin esclavizante. Comenzó la lucha por conseguirlas, la rivalidad por poseerlas, la injusticia por dominarlas. La convivencia humana perdió la armonía de la paz, que siempre es fruto de la justicia. También en su interior se desencadenó la lucha del corazón entre sus apetencias y el ideal honesto. Pero Dios no se resignó a dejar como esclavo al que hizo para ser con Él señor.

Y por eso anuncia, para los días del Mesías, la abundancia de esos dones que pueden calmar el corazón; la paz definitiva que lo llenará de esa alegría para la que fue creado: Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría los que por ella llevasteis luto. Porque así dice el Señor: “Yo haré derivar hacia ella, como un río la paz; como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Al verlo, se alegrará vuestro corazón y vuestros huesos florecerán como un prado”.

Sí, nuestros huesos, ese esqueleto que movemos y cansamos en nuestros afanes, no acabarán en esfuerzo inútil; florecerán como un prado en obras de esa justicia que trae de su mano la verdadera paz; esa que no nace ya de nuestras pretensiones frágiles, ni está sometida al vaivén de las circunstancias; esa paz que se impone desde dentro, porque mana del amor, y es capaz de devolver al mundo el esplendor del Paraíso, tantas veces añorado.

Hoy, sigue Jesús su camino a Jerusalén. Va decidido a consumar su destino. Va pensando en su entrega y en la paz que alcanzará para poder darla al mundo. Por eso, designó a otros setenta y dos para enviarlos por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir Él. ¡Después de resucitar –se entiende–, y como dador de la paz! No fueron 12 esta vez, sino 72: como el número de naciones entonces conocidas. Su paz no era sólo para Israel, sino para todos los pueblos. Mirad que os mando –les decía– como corderos en medio de lobos. No llevéis, pues, talega, ni alforja, –porque no os quiero con ambición–. Y ni siquiera sandalias, porque lo vuestro es el don de una paz que no necesita apoyos. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz. Esa que comunicaréis como fruto de mi muerte y don de mi resurrección.

Por eso San Pablo exclama hoy: “Dios me libre, hermanos, de gloriarme si no es en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Porque lo que cuenta es esa criatura nueva que ha recreado en nosotros el Señor. Que la paz y la misericordia de Dios venga sobre todos los que se ajustan a esta norma”. Y la norma es ya vivir y morir por lo que vivió y murió Jesús, que es lo único que puede aquietar el corazón y darnos, en definitiva, la verdadera paz.

 

JORNADA DE RESPONSABILIDAD EN EL TRÁFICO: “CAMINO DE ENCUENTRO”

El domingo se celebró en España la Jornada de Responsabilidad en el tráfico. Una iniciativa con la que la Iglesia quiere en este primer domingo de julio, participar y colaborar con las personas y organismos que se esfuerzan por mejorar el clima de buena convivencia de los usuarios de las carreteras españolas. Con esta ocasión, el obispo promotor de la pastoral de la Carretera, Mons. D. Carmelo Echenagusía Uribe ha dirigido a los automovilistas un mensaje particular titulado “Camino de Encuentro”, que partiendo del Año Jacobeo y de la plurisecular peregrinación a la tumba del Apóstol Santiago.

Mons. Echenagusía invita a los fieles a peregrinar, ya sea a pié o en auto y subraya la contribución de las carreteras al conocimiento recíproco entre las personas, a la apertura hacia otros países y culturas, a la visión de los paisajes y monumentos distantes de los propios lugares de residencia. El Mensaje manifiesta también la cercanía y solidaridad de la Iglesia hacia las familias que han sufrido accidentes de tráfico y agradece la labor del personal sanitario que atiende a los heridos y cuantos padecen lesiones permanentes.

“Todos, peatones y conductores, deberíamos aprovechar esta Jornada anual parar reflexionar sobre los problemas del tráfico y, en consecuencia, aceptar nuestra parte de responsabilidad, tomando las medidas convenientes para evitar riesgos y contribuir a una convivencia más humana en todas nuestras rutas”.

 

PERÚ: OBISPOS CONTRA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS

En Perú, la píldora del día después fue objeto de un enérgico comunicado de la comisión de Familia de la Conferencia Episcopal Peruana en el que denuncia la pertinacia del Ministerio de Salud en incluir el fármaco en los servicios de planificación familiar a pesar de su posible efecto abortivo. Los obispos han señalado su estupor y han condenado “la maliciosa manipulación del lenguaje, empleada por los lobbies internacionales y nacionales que apoyan la difusión de estos métodos de control entre la población del Tercer Mundo. Al respecto nuestra compañera Alina Tufani entrevistó a Mons. Juan Antonio Ugarte, arzobispo de Cuzco y presidente de dicha comisión.

 

LORETO: VII ENCUENTRO INTERNACIONAL SOBRE LA INMIGRACIÓN

Del 25 de julio al 1 de agosto se celebra en Loreto el 7º Meeting Internacional sobre la inmigración, promovido y organizado por los misioneros escalabrinianos. Tema del trabajo de este año: “Migrantes, ciudadanos de la nueva Europa: movilidad y derechos”. Estuvo con nosotros al padre Giovanni Fanzolato, un misionero escalabriniano que ha trabajado 15 años en distintos países de América Latina y le preguntamos en primer lugar qué es lo que cambia para los emigrantes en la nueva Europa a 25.

 

GARANTIZAR UNA AGRICULTURA SOSTENIBLE EN EL PLANETA

El martes entró hoy en vigor el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la agricultura y la alimentación, el primer acuerdo global jurídicamente vinculante para garantizar una agricultura sostenible en el planeta. El tratado ratificado por el momento por 55 países, entre ellos España, ofrece acceso a los recursos, regula el reparto de beneficios de su uso y promueve el derecho de los agricultores.

El Director General de la FAO, Jacques Diouf ha señalado que “el Tratado reconoce la labor de los agricultores de todo el mundo, particularmente los de los países del Sur, que han desarrollado y conservado los recursos fitogenéticos durante milenios. Ahora – ha señalado Diouf- los países deben proporcionar los recursos necesarios para que el Tratado pueda ser operativo”.

Uno de los artífices de esta operación que pretende salvaguardar y potenciar el precioso legado de los recursos genéticos de las plantas para la humanidad es el secretario de la Comisión de Recursos genéticos de la FAO el español José Esquinas que nos explicó la importancia de la biodiversidad agrícola para la supervivencia de las naciones ricas y pobres de la tierra.

Las colecciones de genes, por tanto, son fundamentales para alimentar a una población mundial en constante aumento. Estos genes proporcionan la materia prima que los mejoradores de plantas necesitan para desarrollar nuevas variedades que permitirán a la humanidad hacer frente a desafíos imprevisibles como plagas en los animales y las plantas, cambios del clima, y también para enriquecer la dieta alimenticia. El Tratado Internacional pretende ofrecer respuesta a este tipo de desafíos.

Las colecciones más importantes de bancos de genes del mundo, que contienen 600 mil muestras bajo custodia del Grupo Consultivo de Investigación Agrícola Internacional, pasarán a ser reguladas mediante el Tratado Internacional.

Los mejoradores de plantas, los agricultores y las instituciones de investigación -públicas y privadas- tendrán acceso garantizado a esta amplia gama de recursos genéticos. Esto evitará, entre otras cosas, la monopolización de estos recursos por parte de grandes grupos económicos. Y como resultado de todo ello también se beneficiarán los consumidores, que podrán tener acceso a más y mejores productos.

 

APROBACIÓN DE LA CARTA MAGNA

El pasado 18 de junio los 25 estados miembros de la Unión Europea aprobaban el texto de la Carta Magna Europea. Un hecho histórico, que ahora deberán aprobar los respectivos parlamentos de cada estado, que abordamos con el profesor José Román Flecha, decano y director del Instituto de Estudios Superiores Europeos y Derechos Humanos de la Universidad Pontificia de Salamanca.

 

HEMOS LEÍDO PARA USTEDES

Ensanchar el corazón
Gérard FOUREZ, La fe como confianza, Sal Térrea, Santander 2002, 173 pág.

En momentos tan complejos de la vida actual, los creyentes, más que nunca, han de hacer suyo el lema que ha alentado la multitud de viajes de Juan Pablo II: SER TESTIGO DE LA ESPERANZA.
Una esperanza que no consiste en un deseo vago de las cosas vayan, por fin mejor, sino la manifestación de que en medio del caos, de las grandes divisiones NORTE/SUR, del terrorismo, del SIDA y de los genocidios indiscriminados, el creyente puede decir, como San Pablo: sé en quien confío.

Gérard Fourez es un jesuita francés, dedicado a la enseñanza de la Física. Es, en una palabra, un técnico, un hombre de ciencia. Pero al mismo tiempo desea que se conozca que en su persona hay algo más que los destellos de unos conocimientos de la física quántica o de la teoría de la relatividad; como sacerdote es un creyente anclado en la fe en Jesucristo, y por lo tanto, un hombre deseoso de irradiar también lo que esta fe le inspira. Es su labor pastoral unida a su vertiente científica.

Por ello, este texto, sincero y valiente, nos invita a tener un nuevo aliento para construir una historia nueva, como él mismo dice en el subtítulo de su obra, LA FE COMO CONFIANZA. A partir de su creencias de juventud, y de su formación tradicional, ha descubierto paulatinamente que su verdadera adhesión a Jesucristo no está únicamente asado en aceptaciones de dogmas, enumeradas en un credo concreto, sino en una actitud vital que le hace ver que más allá de todo está el amor de Dios como Padre, y la compañía de Jesús, como hermano, en el peregrinar de todos los días, hacia este Emaús de la propia vida.

Y se siente feliz cuando ha visto que puede comunicar esta libertad de espíritu, que le hace exclamar que “en el pone sólo la esperanza”.

La fe como confianza es un libro valiente, provocador, que invita, ante todo, a vivir la vida con la alegría de quien ha dejado en manos del Padre la totalidad de la existencia, y solamente con este corazón abierto a la confianza puede acoger a todos como hermanos, a comprenderlos a todos como hijos del mismo Padre, a intentar encontrar el secreto de la felicidad en una entrega sin límites a los demás, a ejemplo del mismo Jesús.