AUDIENCIA GENERAL: “QUE DIOS DONE LA PAZ AL MUNDO”
COMPROMISO DE CANADÁ CON LOS MÁS DESFAVORECIDOS
IRLANDA HA DEMOSTRADO SIEMPRE SU DEDICACIÓN Y SERVICIO A LOS DEMÁS
ORACIONES EN LORETO POR LAS NUMEROSAS VÍCTIMAS EN OSETIA 
UNA VIL Y DESPIADADA AGRESIÓN A NIÑOS INERMES
«QUE CESE POR DOQUIER RECURSO A LA VIOLENCIA, INDIGNA DE TODA BUENA CAUSA»
DESEOS DE “PAZ Y BIENESTAR” PARA TODO EL PUEBLO GUATEMALTECO
“QUE LA LUZ DE CRISTO BRILLE EN Y POR MEDIO DE TODA LA VIDA DE LA IGLESIA”
RECONOCIMIENTO DEL PAPA A LA LABOR DE ACCIÓN CATÓLICA EN SU LUCHA POR LA PAZ
«SER TESTIGOS DE CRISTO PARA CONSTRUIR UNA EUROPA DE LA ESPERANZA»
NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS
APERTURA DEL 10º CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL DE ARGENTINA
ROMA: SEMINARIO DE ESTUDIO PARA OBISPOS PROVENIENTES DE PAÍSES DE MISIÓN
V CENTENARIO DE LA GUARDIA SUIZA
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO
BESLÁN: “UN ACTO INHUMANO INJUSTIFICABLE”
LA TRAGEDIA ENTRE SUDÁN Y CHAD PERSISTE EN TODA SU GRAVEDAD
VIAJES A TIERRA SANTA DEL OBISPO AUXILIAR DE VALENCIA
CONGRESO INTERNACIONAL DE LA ACCIÓN CATÓLICA

SEMANA DEL 30 DE AGOSTO
AL 5 DE SEPTIEMBRE

 

AUDIENCIA GENERAL: “QUE DIOS DONE LA PAZ AL MUNDO”

«El único Dios verdadero» (Sal 113 B) En este Salmo, Juan Pablo II centró su catequesis de la Audiencia General de este miércoles, que tuvo lugar en el Vaticano, en el Aula Pablo VI. Tras reiterar que «el Dios vivo y el ídolo inerte se confrontan» en este texto, que forma parte de la serie de los Salmos de las Vísperas, el Santo Padre hizo hincapié en que «el cosmos y la historia» están bajo la soberanía del Dios que presenta el pueblo elegido, «Creador omnipotente», «potencia de amor y de salvación».

«Al Dios verdadero adorado por Israel, se le contraponen en seguida ‘los ídolos’», señaló el Papa, poniendo luego de relieve «que la idolatría es una tentación de toda la humanidad en toda tierra y en todo tiempo». «El ídolo, cosa inanimada, nacida de las manos de los hombres, estatua fría, sin vida» - subrayó Juan Pablo II – es presentado por el salmista de forma irónica, recordando precisamente que los ídolos «tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen, tienen nariz y no huelen. Tienen manos y no palpan, tienen pies y no caminan, ni un solo susurro en su garganta» (cfr Sal 113 B 5 –7).

Después de esta despiadada crítica de los ídolos, el mismo salmista desea con sarcasmo «Que sean igual los que los hacen y cuantos confían en ellos», deseo – destacó el Papa – expresado «de forma eficaz», con el fin de «producir un efecto de disuasión radical en lo que se refiere a la idolatría». Y es que «el que adora a los ídolos de la riqueza, del poder y del éxito pierde su dignidad de ser humano», advirtió Juan Pablo II, evocando también las palabras con las que el profeta Isaías afirmaba «¡Escultores de ídolos! Todos ellos son vacuidad; de nada sirven sus obras más estimadas; sus servidores nada ven y nada saben, y por eso quedarán abochornados» (Is 44, 9).

«Por el contrario, los fieles del Señor saben que tienen en el Dios vivo ‘su ayuda’ y su ‘escudo’ (cfr Sal 113 B 9 – 13)» reiteró asimismo el Santo Padre, también en el resumen de la alocución central en italiano que ofreció en español, tras saludar a los numerosos peregrinos de nuestra lengua. Estas fueron sus palabras:

Saludo con afecto a los fieles venidos de España y de América Latina, en particular a las Siervas del Espíritu Santo, a los peregrinos de Madrid y de México, y a la parroquia Nuestra Señora del Pilar, de Asunción (Paraguay).
Muchas gracias por vuestra visita.

 

Luego, monseñor Miguel Huguet, de la Secretaría de Estado, leyó el resumen de la catequesis del Papa en español:

Queridos hermanos y hermanas:
Al Dios verdadero contrapone el Salmo los ídolos inanimados e inertes fabricados por los hombres, diciendo “sean igual los que los hacen y confían en ellos”.
La idolatría, tentación de la humanidad en todo tiempo, priva al hombre de Su dignidad. Sólo los que adoran al Señor saben que Él es “su ayuda” y “su escudo”; sobre ellos desciende la bendición divina.

Como de costumbre, el Papa saludó también en otras lenguas a los peregrinos que acudieron a este encuentro semanal. En sus palabras en polaco, Juan Pablo II recordó asimismo que «hoy se cumple el 65 aniversario de la invasión nazi de Polonia y del comienzo de la segunda Guerra Mundial».

«Tras dirigir un saludo particular a todos los defensores de la patria polacos que aún viven», y «encomendando a la misericordia de Dios a los caídos en el conflicto», Juan Pablo II deseó a todos los polacos «que nunca más tengan que vivir el drama de la guerra. Y que el buen Dios done al mundo la gracia de la Paz!».

Antes de finalizar su Audiencia General, para luego regresar al Palacio Apostólico de Castelgandolfo, Juan Pablo II dirigió también su tradicional saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados presentes en este encuentro semanal. Deseando a todos ellos que «después del periodo de vacaciones», reanuden sus actividades de cada día «con la conciencia de cumplir siempre la voluntad de Dios, manantial de nuestra paz».

 

COMPROMISO DE CANADÁ CON LOS MÁS DESFAVORECIDOS

Juan Pablo II recibió el sábado en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, las cartas credenciales de Donald Smith, nuevo embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Canadá ante la Santa Sede. En su discurso el Papa recordó su viaje a Toronto para celebrar el Día Internacional de la Juventud 2002, el carácter afable y pacífico de la población canadiense, y la importancia del significado del matrimonio.

“La contribución de Canadá para edificar un mundo pacífico, justo y próspero – dijo el Santo Padre – ha sido reconocida por toda la Comunidad Internacional”. De este modo el Obispo de Roma elogió las iniciativas del gobierno canadiense a la hora de enviar misiones a las zonas del planeta más desfavorecidas y la producción de medicamentos a bajo costo para los más necesitados.

Como recordó el Pontífice, son ya 35 años los que la Santa Sede lleva trabajando con el gobierno de éste país, trabajando juntos en proyectos de ayuda a los más pobres, promoviendo el Congreso de Ottawa y los acuerdos sobre la propiedad intelectual y la salud pública, así como la colaboración, junto a otros países, para llevar la estabilidad y la paz a la región de los Grandes Lagos e África.

“La tolerancia y la hospitalidad caracterizan a la población canadiense – prosiguió Juan Pablo II, añadiendo que – estos son los regalos divinos que han sido concedidos a los hombres y mujeres de este país”. Pero el Papa quiso recordar en su discurso al nuevo embajador de Canadá ante la Santa Sede, la importancia del sacramento del matrimonio. “No podemos olvidar el significado de la palabra “esposo” – dijo el Santo Padre, añadiendo que – no se puede aplicar a la unión entre personas del mismo sexo porque provoca un mal entendimiento de la naturaleza misma del matrimonio”.

Por último Juan Pablo II ofreció el apoyo de la Iglesia Católica en Canadá, para ofrecer asistencia en la formación intelectual y espiritual de los jóvenes a través de los colegios, para evitar, de este modo, los problemas que azotan a la sociedad moderna, como son el alcohol y la droga. “Tengo fe – prosiguió el Papa – en que la comunidad católica responderá generosamente a los nuevos desafíos que surgen en la sociedad de hoy”. El Obispo de Roma se despidió del nuevo embajador de Canadá ante la Santa Sede, bendiciéndole y asegurándole la disponibilidad de la Curia Romana, “para asistirle en el cumplimiento de sus deberes”.

 

IRLANDA HA DEMOSTRADO SIEMPRE SU DEDICACIÓN Y SERVICIO A LOS DEMÁS

El Santo Padre recibió el sábado en audiencia al nuevo embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Irlanda ante la Santa Sede, Philip McDonagh, quien presentó sus cartas credenciales. En el discurso que el Santo Padre le dirigió, aseguró su oración para que se cumpla el Acuerdo de Viernes Santo de Irlanda de Norte –alcanzado en 1998 tras 21 meses de negociaciones– y que según mencionó el Papa, “da tanta esperanza al pueblo irlandés”.

Al respecto, el Pontífice aseguró que la Iglesia Católica irlandesa trabaja junto a otras comunidades cristianas con el fin de consolidar actitudes positivas como la comprensión y el respeto. “Que las iniciativas de búsqueda de la paz y la reconciliación –continuó Juan Pablo II– sean bendecidas por la gracia de Dios y proporcione frutos a las generaciones venideras”.

Asimismo el Obispo de Roma alabó los “significativos cambios sociales” experimentados por Irlanda, que “dan a su población la posibilidad de ser una sociedad más justa y abierta”. Pero al mismo tiempo, el Pontífice, quiso advertir de los peligros que estos cambios suponen, ya que puede provocar la “indiferencia de las dimensiones religiosas y morales más profundas”. “Tengo confianza – dijo Juan Pablo II – en los valores que han forjado Irlanda como una de las naciones que contribuirá de forma sobresaliente al futuro de Europa”.

De ahí la admiración del Santo Padre ante la bondad del pueblo irlandés que “a lo largo de la historia ha demostrado su dedicación y su servicio a los demás”. “En especial me refiero a uno de ellos, el arzobispo Michael Courtney –continuó Juan Pablo II – quién ofreció el sacrificio supremo de su vida para llevar la paz y el bienestar a la sufrida población de Burundi”. En este sentido, el Pontífice reconoció el espíritu de asistencia que caracteriza a la población irlandesa dentro de la comunidad internacional para aliviar a los que más sufren.

Juan Pablo II no olvidó en su discurso dirigido al nuevo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Irlanda ante la Santa Sede, la situación en la que viven los refugiados, los pobres y los que viven en zonas de guerra, “la Santa Sede – dijo el Pontífice – tiene su esperanza depositada en los pasos dados durante la presidencia de Irlanda en la Unión Europea, a favor de políticas de ayuda hacia otros pueblos. Yo aliento a su país – continuó el Papa – a seguir en esta dirección de ayuda humanitaria junto con sus compatriotas europeos”.

Por último Juan Pablo II aseguró en sus oraciones al nuevo Embajador Extraordinario de Irlanda ante la Santa Sede para que “cumpla con éxito su misión”, y le recordó que éste año, en el que inicia su nuevo encargo, coincide con el 75 Aniversario del inicio de las relaciones diplomáticas de Irlanda con la Santa Sede.

 

ORACIONES EN LORETO POR LAS NUMEROSAS VÍCTIMAS EN OSETIA
EN LA BEATIFICACIÓN DEL ESPAÑOL PEDRO TARRÉS SE DESTACA EL ANHELO DE QUE LA HUMANIDAD PUEDA SEGUIR LOS CAMINOS DE LA PAZ Y DE LA FRATERNIDAD

Ante la Virgen de Loreto - donde se ha rezado por las numerosas víctimas de Osetia, la mayoría niños inocentes - destacando el anhelo de que «la humanidad pueda seguir los caminos de la paz y de la fraternidad», Juan Pablo II beatificó el domingo al español Pedro Tarrés y a los italianos Alberto Marvelli y Pina Suriano, miembros de Acción Católica.

Tras la ceremonia de beatificación, Juan Pablo II recitó el Ángelus expresando su alegría por haber podido estar en Loreto. Asimismo, dirigió un saludo especial a los peregrinos españoles allí presentes, y en catalán recordó la importante labor hecha por el nuevo beato Pedro Tarrés.

«Que la humanidad pueda seguir los caminos de la paz y de la fraternidad». Es el anhelo que Juan Pablo II destacó el domingo en la homilía de la Santa Misa que presidió en el Santuario italiano de la Virgen de Loreto, beatificando a Pedro Tarrés, Alberto Marvelli y Pina Suriano. El Papa, que había viajado en helicóptero, fue acogido con alegría y afecto por más de trescientas mil personas en la explanada de Montorso, a 300 kilómetros al noreste de Roma.

En su saludo al Papa, al comienzo de esta celebración - en la que se rezó por las numerosas víctimas inocentes de la escuela de Osetia y por el pueblo ruso estremecido por la violencia de este inhumano secuestro - el Arzobispo Comastri, Delegado Pontificio de Loreto anunció que la Protección Civil italiana había enviado a primeras horas del día un avión con medicamentos para los numerosos niños heridos de Beslán. Por su parte, la presidenta de Acción Católica italiana se hizo eco «de la voz de una humanidad que clama su horror por la violencia y su gran necesidad de paz, sentimientos que se vuelven más intensos aún a raíz de la tragedia de Beslán, que ha segado la vida de tantas personas y de tantos niños inermes».

Juan Pablo II se dirigió a los numerosos fieles presentes llegados de muchas partes del mundo con esta exhortación: «Queridos hermanos y hermanas amigos de Acción Católica reunidos llegados a Loreto desde Italia, España y de todo el mundo. Hoy, por medio de la beatificación de estos tres Siervos de Dios, el Señor os dice que el don más grande que podéis brindar a la Iglesia y al mundo es la santidad».

El Pontífice alentó a impulsar en el mundo el anhelo de la Iglesia, obrando para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo se sientan conquistados por la fascinación de Cristo: «Que su Evangelio vuelva a brillar como luz de esperanza para los pobres, los enfermos, los que tienen hambre de justicia. Que las comunidades cristianas sean cada vez más vivas, abiertas, atractivas. Que nuestras ciudades sean hospitalarias y habitables para todos. Que la humanidad pueda seguir los caminos de la paz y de la fraternidad».

«A los laicos les corresponde testimoniar la fe mediante las virtudes que los caracterizan: la fidelidad y la ternura en sus hogares, la competencia en el trabajo, la tenacidad en el servicio al bien común, la solidaridad en las relaciones sociales y la creatividad en las obras de evangelización y promoción humana», reiteró el Papa poniendo de relieve que los seglares tienen también la tarea de demostrar que «el Evangelio es actual y que la fe no aleja al creyente de la historia, sino que lo sumerge en ella con mayor profundidad».

Y haciendo hincapié en que «no hay amor más grande que el que brota de la cruz. No hay libertad más verdadera que la del amor. No hay otra fraternidad plena que no sea la que nace de la cruz de Jesús», el Santo Padre recordó en su homilía a los tres beatos, empezando por Pedro Tarrés. Estas fueron las palabras que leyó en nombre del Papa, en español, Mons. Leonardo Sandri, Sustituto de la Secretaría de Estado:

De la cruz de Jesús se han hecho humildes discípulos y testigos heroicos los tres Beatos, apenas proclamados. Pedro Tarrés i Claret, primero médico y después sacerdote, se dedicó al apostolado laical entre los jóvenes de Acción Católica de Barcelona, de los cuales, en lo sucesivo, fue asistente. En el ejercicio de la profesión médica se entregó con especial solicitud a los enfermos más pobres, convencido de que “el enfermo es símbolo de Cristo sufriente”.Hecho sacerdote, se consagró con generosa intrepidez a las tareas del ministerio, permaneciendo fiel al compromiso asumido en vísperas de la Ordenación: “Un solo propósito, Señor: sacerdote santo, cueste lo que cueste”. Aceptó con fe y heroica paciencia una atroz enfermedad, que lo llevó a la muerte con sólo 45 años. A pesar del sufrimiento repetía frecuentemente: “¡Cuán bueno es el Señor conmigo!”. Y yo soy verdaderamente feliz”.

Juan Pablo II destacó asimismo el carisma de los dos beatos italianos, Alberto Marvelli y Pina Suriano. Ambos amaron a Jesús con fervor y fidelidad. «En el difícil periodo de la segunda guerra mundial, que sembraba muerte y multiplicaba violencias y sufrimientos atroces», el beato Alberto concibió su breve vida, pues murió a los 28 años de edad - «como un don de amor a Jesús por el bien de los hermanos». Fue un apóstol seglar italiano comprometido en la transformación cristiana de la sociedad.

La tercera beata de este domingo, Pina Suriano, encontró en la asociación católica importantes alicientes para su crecimiento humano y cultural, en un intenso clima de amistad y se ofreció como víctima por la santidad y perseverancia de los sacerdotes.

Tras la ceremonia de beatificación, Juan Pablo II recitó el Ángelus expresando su alegría por haber podido estar en Loreto y recordando a los fieles allí presentes que tienen que estar siempre disponibles a la llamada del Señor Jesús, porque, como ha subrayado el Papa, “como Él tuvo necesidad del fiat de María para hacerse carne, su Evangelio os necesita para ser historia en el mundo de hoy”.

El Santo Padre dirigió un saludo especial a los peregrinos españoles presentes en Loreto, y en catalán recordó la importante labor hecha por el nuevo beato Pedro Tarrés, ya que para el Papa, “su figura como hombre médico y presbítero es un ejemplo luminoso para los cristianos de nuestro tiempo”.

Un saludo muy especial a los peregrinos de la archidiócesis de Barcelona y de la diócesis de Vic, acompañados por el Señor Cardenal Ricardo María Carles, por Monseñor Lluis Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona, por el Obispo de Vic y los demás Obispos de Cataluña.
El nou Beat significa un gran honor per la vostra terrra.
Saludo también cordialmente a los peregrinos de otras diócesis de España y de América Latina que, junto con sus Obispos, han participado en el Congreso Mundial de la Acción Católica.

A todos ellos Juan Pablo II les invitó a renovar tres consignas. “La primera, la contemplación – dijo el Papa – empeñaos en caminar por el camino de la santidad, manteniendo fija la mirada en Jesús, único maestro y salvador de todos”. La segunda consigna a la que el Obispo de Roma ha hecho mención, ha sido la comunión. “Intentad promover el espíritu de unidad con los pastores de la Iglesia, con todos los hermanos de fe y con otras congregaciones eclesiásticas – explicó el Pontífice, añadiendo – sed fermento de diálogo con todos los hombres de buena voluntad”.

La última consigna que Juan Pablo II invitó a renovar, ha sido la misión. “Llevad a los laicos – pidió el Papa – el fermento del Evangelio, en las casas, en los colegios, en los lugares de trabajo y de tiempo libre. El Evangelio es palabra de esperanza y de salvación para el mundo”. Para finalizar, el Santo Padre pidió a la Virgen de Loreto que de fidelidad a las vocaciones de todos los presentes, que de generosidad del cumplimiento del deber diario, y que de entusiasmo a la hora de dedicarse a las misiones que la Iglesia os confía.

 

UNA VIL Y DESPIADADA AGRESIÓN A NIÑOS INERMES

«Al conocer la noticia del cruento epílogo del feroz secuestro en Osetia del Norte, en Rusia, con la vil y despiadada agresión a niños y a sus familiares inermes», Juan Pablo II ha pedido al Nuncio Apostólico en Moscú que se haga intérprete «del afecto» del Papa para el pueblo ruso, en «esta hora de atónita congoja». En un telegrama enviado en nombre del Santo Padre al arzobispo Mennini, el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, hace hincapié en que «una vez más, Su Santidad deplora toda forma de terrorismo y anhela que nunca prevalezca la espiral del odio y de la violencia».

Asimismo, al tiempo que «implora a la Virgen Santa, tan venerada por los cristianos de Rusia, para que suscite en los corazones de todos pensamientos de sabiduría y propósitos de paz y reconciliación», Juan Pablo II invoca la consoladora bendición de Dios Todopoderoso «sobre cuantos están probados por semejante feroz ataque».

Mientras, según un balance provisional, son más de 300 los muertos, entre ellos más de la mitad son niños, si bien se teme que esta cantidad pueda aumentar. Las labores de rescate se vieron retrasadas por la presencia de explosivos en el recinto escolar. El comando pro-chechén que tomó la escuela de Beslán, amenazando con matar a 50 niños por cada uno de sus combatientes muertos, reclamaba la independencia de Chechenia y la puesta en libertad de los detenidos tras una ola de ataques en Ingush a finales de junio.

 

«QUE CESE POR DOQUIER EL RECURSO A LA VIOLENCIA, SIEMPRE INDIGNA DE TODA BUENA CAUSA»

Juan Pablo II invitó el miércoles, a «invocar de Dios - Padre de todos los hombres - el don precioso de la paz». Antes de la oración con la que finaliza siempre la Audiencia General del Papa, un prelado de la Secretaría de Estado leyó un apremiante llamamiento del Santo Padre.

«Recibiendo con gran dolor y preocupación las nuevas y graves noticias de los atentados terroristas en Israel y en Rusia, donde han muerto numerosas personas, víctimas indefensas e inocentes», Juan Pablo II expresó su pesar asimismo por la situación en «el atormentado Irak, donde no se corta la cadena de ciega violencia que impide que se restablezca pronto la convivencia civil».

Destacando su «execración por la bárbara ejecución de doce ciudadanos nepaleses» y la «trepidación» que acompaña la suerte de los dos periodistas franceses, aún en poder de sus secuestradores, el Papa dirigió un nuevo «apremiante llamamiento para que cese por doquier el recurso a la violencia, siempre indigna de toda buena causa», y para que los mencionados periodistas franceses «sean tratados con humanidad y devueltos incólumes, cuanto antes, a sus seres queridos».

El 1 de septiembre «aniversario de la invasión de Polonia y del comienzo de la segunda guerra mundial, que sembró de luto a Europa y otros continentes», Juan Pablo II finalizó su llamamiento «recordando esos días, en este momento de graves y extendidas tensiones».

 

DESEOS DE “PAZ Y BIENESTAR” PARA TODO EL PUEBLO GUATEMALTECO

Juan Pablo II recibió la mañana del jueves 2 de septiembre, en el palacio apostólico de Castelgandolfo, a Juan Gavarrete Soberón quien presentó las Cartas Credenciales que lo acreditaban como nuevo Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República de Guatemala ante la Santa Sede. En su discurso el Santo Padre saludó, en primer lugar, al Presidente de este país, Oscar Berger Perdomo, a quien transmitió sus mejores “votos de paz y bienestar para todo el pueblo guatemalteco”.

El Papa recordó en su mensaje al nuevo Embajador de Guatemala ante la Santa Sede, los tres viajes realizados a este país – en 1983, 1996 y 2002 respectivamente- del cual “recuerdo la belleza de sus paisajes, el carácter acogedor de su pueblo y, particularmente, la fe acendrada de la comunidad eclesial que allá vive”.

Asimismo el Pontífice rememoró con especial cariño la canonización de san José de Betancourt por él realizada en su último viaje a Guatemala, que “aunque de origen canario, eligió este país para santificarse por la vía de la caridad, la oración y la penitencia, así como en el servicio a los pobres y a los enfermos”.

Por su parte, el nuevo Embajador de Guatemala ante la Santa Sede expresó en su discurso al Pontífice, el deseo de su gobierno por “combatir la corrupción en todas sus formas, reducir la desigualdad entre quienes lo tienen todo y aquellos que carecen de lo necesario”, así como aunar los esfuerzos para seguir construyendo una nación mejor. Ante estas premisas, el Papa aseguró que “los responsables públicos encontrarán en la Iglesia, desde la sencillez de sus recursos, pero con la fuerza de sus firmes convicciones, la colaboración adecuada para la búsqueda de soluciones, reconociendo los esfuerzos para hacer crecer la conciencia y responsabilidad de los ciudadanos y fomentando la participación de todos”.

Pero Juan Pablo II no quiso olvidar los problemas que hoy en día azotan a la población guatemalteca, de este modo, recordó la violencia que, a pesar del fin del conflicto interno armado, ha “acosado a muchas personas. Quiero recordar – prosiguió el Papa- que entre tantas víctimas no han faltado ministros de la Iglesia y servidores del Evangelio, como monseñor Juan Gerardi, obispo asesinado en 1998, así como varios sacerdotes y catequistas”. Ante estas realidades el Santo Padre pidió que no se ahorraran esfuerzos “para alcanzara la paz social en el país y la reconciliación de todos los ciudadanos”.

Antes de finalizar, el Obispo de Roma quiso subrayar otros dos problemas presentes en Guatemala: la pobreza y la emigración. En relación a la pobreza Juan Pablo II recordó al nuevo Embajador de este país ante la Santa Sede, que se ayudara de forma especial a las poblaciones indígenas que viven en condiciones paupérrimas. “La Iglesia, madre y maestra fiel a su misión, - continuó el Pontífice- acompaña a tantas familias campesinas que viven hoy las consecuencias de la crisis económica”. Y a los emigrantes guatemaltecos en otros países, el sucesor de Pedro les pidió que no olvidaran sus raíces, ya que “es menester conservar y acrecentar los ricos valores culturales y religiosos que forman parte del bagaje con el que un día partieron”.

Por último Juan Pablo II saludó al nuevo Embajador de Guatemala ante la Santa Sede y a través de él envió sus saludos al Presidente de este país y a toda la población guatemalteca, “a quienes aseguro mi oración por su conveniente progreso integral”.

 

“QUE LA LUZ DE CRISTO BRILLE EN Y POR MEDIO DE TODA LA VIDA DE LA IGLESIA”
DISCURSO DEL PAPA A UN GRUPO DE OBISPOS ESTADOUNIDENSES EN VISITA AD LIMINA

«Los trágicos eventos del 11 de septiembre de 2001 han puesto de relieve que la construcción de una cultura global de solidaridad y de respeto de la dignidad humana es una de las grandes tareas morales que debe afrontar la humanidad de hoy». Lo recordó Juan Pablo II – destacando la importancia del diálogo ecuménico e interreligioso - en el discurso que dirigió a los obispos estadounidenses de las provincias eclesiásticas de Boston y Hartford, que finalizaron el jueves día 2 de septiembre su Visita ad Limina Apostolorum. Discurso en el que el Papa se refirió también a la profunda aflicción que ha sufrido la Iglesia en Estados Unidos, en los últimos dos años, al afrontar las consecuencias de «los abusos sexuales que han ensombrecido su vida y su ministerio».

En este contexto, Juan Pablo II exhortó a los prelados estadounidenses - que siguen afrontando los desafíos espirituales y materiales producidos por estos hechos - a «alentar a todos los fieles – clero, religiosos y laicos – a perseverar en su testimonio público de fe y esperanza, para que la luz de Cristo, que nunca podrá ser oscurecida, siga brillando ‘en y por medio’ de toda la vida de la Iglesia y de su ministerio».

Tras expresar su admiración por la destacada contribución de la comunidad católica de Estados Unidos en la evangelización, en el cuidado de los pobres, de los enfermos y de los necesitados, así como en la defensa de los fundamentales valores humanos y cristianos, el Santo Padre invitó a los católicos de este país a «seguir brindando su testimonio en la verdad de Cristo y en el poder de su gracia, impulsando la sabiduría, reconciliando las diferencias, curando las heridas y apuntando hacia un futuro de esperanza».

Haciendo hincapié en la importancia de la evangelización de la cultura y en la ‘misión ad gentes, que desarrolla la Iglesia en Estados Unidos, «ante las necesidades espirituales de los hombres y mujeres de hoy, ofreciéndoles respuestas claras y convincentes desarrolladas en la verdad del Evangelio», el Papa impulsó asimismo a ayudar a «los católicos de toda edad a apreciar cada vez más profundamente la verdadera unicidad del mensaje cristiano».

Y, reiterando luego el largo y conocido compromiso de la Iglesia estadounidense en «la defensa de los derechos humanos fundamentales, de la dignidad humana y de los requisitos éticos indispensables para una sociedad justa», en «una nación pluralista», el Papa expresó su profundo aprecio por los esfuerzos continuos de los católicos de Estados Unidos «para impulsar la cooperación con los creyentes de las distintas religiones y con todos los hombres de buena voluntad, al servicio del bien común».

 

RECONOCIMIENTO A LA LABOR DE ACCIÓN CATÓLICA EN SU LUCHA POR LA PAZ

“La Iglesia necesita a Acción Católica”, con estas palabras se expresa Juan Pablo II en el mensaje enviado a los participantes del Congreso Internacional de este movimiento, que dio inicio el 31 de agosto en Roma, y que finalizó con la peregrinación a Loreto del 5 de septiembre, a la que se unieron al Santo Padre con la beatificación de tres miembros de esta asociación.

“Me dispongo, una vez más, a ser peregrino en el santuario de Loreto, centro internacional de espiritualidad mariana, y donde pediré a María Santísima, que la gracia del Espíritu Santo os haga testigos del Misterio de Cristo para la salvación del mundo”, escribía Juan Pablo II en su mensaje, subrayando la importante labor que Acción Católica realiza en cuanto a la formación de fieles se refiere, ya que “iluminados por la Doctrina Social de la Iglesia, defienden el don sagrado de la vida, la dignidad de la persona humana, la libertad educativa y el verdadero significado del matrimonio y de la familia”.

Asimismo, el Papa recordaba el ejercicio de caridad hacia los más necesitados que este movimiento realiza, así como “la búsqueda de la paz y la justicia, en la aplicación de los principios de subsidiaridad y solidaridad en las diferentes realidades sociales”. De ahí que el Santo Padre exclamara: “¡Ha llegado el momento de relanzar los testimonios de vuestras múltiples realidades. Son muchos los indicios que hacen esperar en el Kairos de una nueva primavera del Evangelio!”.

En este Congreso Internacional de Acción Católica, se quiso adoptar el llamamiento que Juan Pablo II hizo a los delegados de la XI Asamblea Nacional de Acción Católica Italiana, el 26 de abril de 2002: «Duc in altum Acción Católica, ten el coraje del futuro». “Estoy orgulloso de constatar que se ha escogido este llamamiento”, escribía el Santo Padre en su mensaje en esta ocasión, porque “este ha sido el don, que desde su nacimiento, ha dado esta asociación”.

Por último Juan Pablo II deseó a los participantes del Congreso Internacional “frutos abundantes durante estas reuniones, con vistas a una mayor presencia de Acción Católica en el servicio del reino de Cristo”.

 

«SER TESTIGOS DE CRISTO PARA CONSTRUIR UNA EUROPA DE LA ESPERANZA»

«Ser testigos de Cristo para construir una Europa de la esperanza». En el marco del encuentro Internacional de Acción Católica en Loreto, en vísperas de su peregrinación a este Santuario mariano de Italia – donde el domingo beatificó al sacerdote y médico español, Pedro Tarrés, y a dos laicos italianos - Juan Pablo II dirigió un Mensaje a los jóvenes que le han entregado la Carta de la juventud cristiana europea, nacida en la Peregrinación juvenil de este continente ante la tumba del Apóstol Santiago de Compostela, del pasado mes de agosto.

Tras hacer hincapié en la importancia del santuario xacobeo, punto de convergencia para los pueblos europeos, a lo largo de los siglos, el Papa destaca su satisfacción por el anhelo de los jóvenes de impulsar y tutelar las raíces cristianas de Europa, abarcando en ellas «los valores humanos y de la vida, de la solidaridad y de la acogida, de la justicia y de la paz».

Juan Pablo II exhorta a los jóvenes de Europa a no avergonzarse nunca del Evangelio y a perseverar en la conciencia de que la civilización del amor se construye sin separar el Evangelio de la cultura, sino, más bien, buscando siempre formas nuevas de síntesis, «para dar vida a un continente rico, sobre todo en valores, capaz de conservar su memoria, para no olvidar los errores del pasado y, aún más, para afianzar sus propias raíces espirituales».

Para cumplir esta misión – señala el Papa – se requiere fidelidad a Cristo y a su Iglesia, con coherencia y valentía hasta el heroísmo de la santidad. Itinerario que han recorrido los santos y las santas de Europa a lo largo de los siglos, recuerda Juan Pablo II, con el anhelo de que este testimonio «sea estímulo» para la juventud europea, reunida en el Santuario italiano de la Virgen de Loreto y los que han escuchado este Mensaje que ha sido difundido por radio y televisión.

 

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

NUNCIO APOSTÓLICO EN GABÓN (ÁFRICA)

El Santo Padre ha nombrado Nuncio apostólico en Gabón al Arzobispo Andrés Carrascosa Coso, Nuncio Apostólico en la República del Congo.

RENUNCIA GOBIERNO PASTORAL DIÓCESIS VARSOVIA (POLONIA)
El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis polaca de Varsovia – Praga, presentada por Mons. Kasimierz Romaniuk, por motivos de edad. Y ha nombrado nuevo Obispo de la misma diócesis a Mons. Slawoj Leszek Glódz, hasta la fecha Ordinario Militar para Polonia, conservándole el título de Arzobispo «ad personam».

PRESIDENCIA COMISIÓN PONTIFICIA DE ARQUEOLOGÍA SACRA
El Papa ha aceptado la renuncia presentada por el Card. Francesco Marchisano al cargo de Presidente de la Comisión Pontificia de Arqueología Sacra y, al mismo tiempo, ha nombrado Presidente de la misma Comisión a Mons. Mauro Piacenza, que ya preside la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia.

NUEVO MIEMBRO DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA
El Santo Padre ha nombrado Miembro del Comité de Presidencia del Consejo Pontificio para la Familia a Mons. Josef Clemens, Secretario del Consejo Pontificio para los Laicos. Así como 16 nuevos miembros y cinco nuevos Consultores del mismo Consejo, entre ellos los españoles José Luis Mendoza Pérez y el Reverendo Santiago Martín.

 

APERTURA DEL 10º CONGRESO EUCARÍSTICO NACIONAL DE ARGENTINA

“Hay hambre de dignidad humana y dignidad de hijos de Dios”, con estas palabras se expresó el cardenal Julio Terrazas Sandoval, arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, durante la apertura del 10º Congreso Eucarístico Nacional de Argentina, donde fue Enviado Extraordinario de Juan Pablo II. El Santo Padre ha querido transmitir, a través del cardenal Terrazas, un saludo paternal “a todos los que se reúnen en este Congreso”, pidiendo a su Enviado Extraordinario que exhorte “fervorosamente a los presentes para que crezcan en el amor y en el culto al sacramento del altar en todo tiempo”.

El Congreso, que abrió sus puertas el pasado miércoles y cerró su ronda de reuniones el domingo 5 de septiembre, ha debatido durante estos días el tema: “La Eucaristía nos convoca, nos reconcilia, nos solidariza y nos envía”. Para el Enviado Extraordinario del Santo Padre, éste no es sólo un eslogan o una frase hecha, sino una realidad, porque “la comunión en la Iglesia – anunció el purpurado – se hace visible, palpable, concreta en los vínculos que nos unen a todos los miembros del pueblo de Dios. Si estamos convocados a la unidad – continuó el Enviado Extraordinario del Papa- no podemos pensar que comulgamos con el Señor si no comulgamos con los hermanos. Este es un misterio sublime que brota de la Eucaristía”.

Esta es la misma realidad que Juan Pablo II recordaba en su Carta Encíclica Ecclesia de Eucaristía, donde reafirmaba que “la Eucaristía edifica la Iglesia, y la Iglesia hace la Eucaristía” (E.E., 26). De ahí que la finalidad de la Eucaristía sea precisamente lo que recordaba el Papa: “la comunión de los hombres con Cristo y, en Él, con el Padre y con el Espíritu Santo” (E.E., 22).

El Enviado Extraordinario de Juan Pablo II finalizó su discurso recordando a todos los presentes en el 10º Congreso Eucarístico Nacional de Argentina que “Jesús en la Eucaristía nos convoca a seguir viviendo esta fiesta, no podemos contentarnos con inaugurarla, hay que vivirla en profundidad para sacarle todo el fruto que el Señor nos tiene preparados y sabemos que Él es siempre generoso en dar”.

Precisamente, el tema central de éstos debates gira en torno a la “Eucaristía: reconciliación y solidaridad”, el padre Pablo Sánchez, organizador general del Congreso y vicario de la diócesis de Corrientes, ciudad que hospeda este evento, narró en una entrevista concedida a Radio Vaticano como se habían iniciado estos trabajos.

 

ROMA: SEMINARIO DE ESTUDIO PARA OBISPOS PROVENIENTES DE PAÍSES DE MISIÓN

Se inauguró el domingo en Roma el Seminario de estudio para 118 obispos provenientes de distintos países de misión y que pertenecen a distintas áreas lingüístico-geográficas de los cinco continentes: de África, Asia, América y Oceanía. El seminario, que está dirigido a naciones de lengua francesa, española y portuguesa ha sido promovido por la Congregación para la Evangelización de los pueblos, está pensado especialmente para los obispos consagrados en estos últimos años. El año pasado un seminario análogo para obispos de lengua inglesa congregó a 169 prelados.

Abrió los trabajos del certamen que se desarrollarán hasta el 18 de septiembre en el Pontificio Colegio San Pablo apóstol de Roma, el prefecto para la Congregación de los Pueblos, cardenal Crescenzio Sepe, que habló sobre el origen, desarrollo y competencia del dicasterio misionero e ilustró sobre la actividad misionera de la Iglesia. El programa de los trabajos prevé dos relaciones cotidianas, un debate con distintos relatores y por la tarde grupos de trabajo por áreas lingüísticas. Tomarán la palabra a lo largo del seminario los cardenales de la Curia Romana; Castrillón Hoyos, López Trujillo, Pompedda, Ratzinger, Nicora, Mejía, Scola Kasper y Arinze, así como algunos arzobispos y obispos.

 

V CENTENARIO DE LA GUARDIA SUIZA

La Guardia Suiza, creada en 1506, tres años después de que el Papa Julio II pidiera soldados para su protección a los nobles suizos, celebra en 2006 su 500 aniversario, por este motivo, se han presentado esta semana en Ginebra los actos que conmemorarán este V centenario de la guardia personal del Papa.

Entre los actos que se prolongarán durante todo el próximo año, están previstas exposiciones fotográficas, publicaciones de libros, mesas redondas y diferentes reuniones, para ofrecer información y explicar la realidad del significado de la Guardia Suiza Pontificia. Los actos se desarrollarán tanto en el Vaticano, como en las ciudades suizas de Zurich, Lausana y Lucerna, de esta última provenían la mayor parte de los 150 soldados que acudieron a la llamada de Julio II.

La bravura de estos soldados quedó inmortalizada en diversos hechos de armas. El más épico de ellos ocurrió en 1527 cuando se vieron enfrentados a un millar de soldados alemanes y españoles durante el saqueo de Roma por parte del emperador Carlos V. Lucharon ante la basílica de san Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor. Solo sobrevivieron 42 de los 150 guardias suizos; pero murieron 800 de sus enemigos. Los 42 sobrevivientes formaron un círculo alrededor del papa, Clemente VII, y lograron que escapara por un callejón que conduce al castillo de Sant Angelo.

Cada 6 de mayo, rememorando esta gesta, los nuevos Guardias Suizos juran sus cargos ante el Papa y toman posesión los ascendidos, este mismo día en 2006 veteranos y jóvenes de este ejército celebrarán este singular cumpleaños en Lucerna. Asimismo, la universidad de Friburgo organizará una muestra fotográfica sobre su historia. En otoño de 2005 la oficina de correos del Vaticano emitirá un sello conmemorativo, mientras que desde suiza se acuñará una moneda por valor de 20 francos, además, en navidades de 2006 se publicará un libro en honor a todos los que han formado y forman parte de la Guardia Suiza Pontificia.

El llamado ejército más pequeño del mundo luce los uniformes diseñados por Miquel Ángel a principios del siglo XVI. La bandera porta en el cuartel inferior las armas de Julio II y en el superior las del papa reinante.

 

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO

DOMINGO 23 DEL TIEMPO ORDINARIO (C): 5 de septiembre de 2004
«El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío»

Se dice que una cosa es auténtica, cuando es lo que debe ser. Y el ser humano se distingue de cualquier otro en que ha sido creado «a imagen del Creador». Por esencia, está llamado a entenderse con Dios y participar de su vida. El hombre limita, así, con un misterio que le da sentido y significado. Dios no es, en modo alguno, su rival, sino su sostén. Dios no es, de ninguna manera, lo que aliena al hombre, como algunos pensaron. Es más bien su vocación más genuina y vital. El único que puede saciar sus anhelos más profundos. Aquél para quien está hecho y en el que está su verdadera felicidad. Sólo que el hombre no es un ser programado, supeditado a un instinto ciego e inexorable. Tiene inteligencia y libertad. Es dueño de sus actos. Puede decidir su vida por sí mismo. Por eso, su existencia puede ser auténtica o inauténtica. Todo depende de que atine o no a realizarse conforme a lo que está llamado a ser. Todo estriba en que sepa o no elegir su verdadero destino. Todo consiste en que encuentre o no el camino que le lleva a Dios, donde está su salvación definitiva. Esta es la cuestión fundamental que nos plantea hoy la palabra del Señor, con un pasaje del libro de la Sabiduría: ¿Qué hombre conoce el designio de Dios? ¿Quién comprende lo que Dios quiere? Los pensamientos de los mortales son mezquinos, y nuestros razonamientos son falibles... ¿Quién conocerá tu designio, Señor, si tú no le das sabiduría, enviando tu santo espíritu desde el cielo? Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres, los hombres aprendieron lo que te agrada, y la sabiduría los salvó. Sí, para desvelarnos el camino que lleva a Dios ha venido Jesucristo, que es la sabiduría misma de Dios en persona. En Él se ha cumplido el auténtico ideal de lo que todo hombre está llamado a ser. Y hoy nos dice cuál es la condición fundamental para poder alcanzarlo y compartirlo con Él.

Se dirigía ya a Jerusalén para consumar ese su destino, que es el nuestro también. Mucha gente lo acompañaba, al igual que los que hoy nos tenemos por discípulos suyos. Pero Él va delante, a la cabeza, porque es el único que conoce bien el camino. No es un líder más, como podría ir otro. Se trata de una ruta que sólo Él puede marcar. En realidad, Él es «el Camino» mismo. Por eso, seguirlo es imitarlo; alcanzarlo es compartir su destino. Y hoy se vuelve, de pronto, para exigirnos algo que, en labios de cualquier otro, sonaría a fanatismo; nos pone una condición que sólo Él se puede permitir: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío». No, Jesús no quiere componendas. No admite medias tintas. Su camino es, de por sí, el auténtico y requiere autenticidad radical. Su evangelio no se puede combinar con valores contradictorios. Para sus discípulos no cuenta ya la opinión más generalizada; lo que piensen ya todos los demás. Estén como estén las cosas. Aunque sea «lo que todos hacen» o «lo que todo el mundo admite ya», el discípulo de Jesús tiene en Él «lo determinante», por encima de todos los demás. Él es lo primero, por delante de cualquier otra realidad. Y esto, tarde o temprano, exige tener que posponer; requiere tener que renunciar, antes que echarse atrás o buscar vericuetos engañosos. Para ilustrarlo, el Señor nos pone hoy dos ejemplos: el del hombre que fracasó al no poder terminar la torre que quiso edificar, por no sentarse primero a calcular bien el gasto; o el del rey que perdió la batalla por no medir bien, si disponía de las fuerzas con las que hacer frente. Y, así, termina advirtiéndonos a los que queremos seguirle: «Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío». Si, en un momento u otro de la vida, el seguimiento de Jesús conlleva tener que renunciar: puede ser la decisión honesta ante un negocio fácil, pero no del todo limpio; o la negación a secundar un amor imposible; o la oposición a colaborar en una causa injusta; o la resistencia ante un ambiente que arrastra, en nombre de que hoy es lo normal... A todos y a cada uno nos llega tener que tomar la cruz, por fidelidad al Evangelio, para poder compartir el destino de Jesús.

 

BESLÁN: “UN ACTO INHUMANO INJUSTIFICABLE”

Las iglesias ortodoxas rusas oficiaron el domingo las primeras misas en memoria de las víctimas del asalto al colegio ruso de Beslán. El gobierno ruso declaró dos días de duelo nacional, 6 y 7 de septiembre, “mientras continúa el dolor por los fallecidos en esta tragedia” ha asegurado su santidad Alejo II, patriarca de Moscú y de todas las Rusias.

Toda la comunidad internacional condena “este acto inhumano que no se puede justificar”. Así lo manifiesta el presidente de turno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el ministro de Asuntos Exteriores de Bulgaria, Solomon Passi, quien envía en nombre de todos los países miembros sus condolencias por lo sucedido en este acto terrorista. “Afirmamos nuestra solidaridad con el pueblo de Rusia, que ha sido objetivo de una serie de brutales actos terroristas en las recientes semanas – se lee en el comunicado, en el que se subraya – que el deseo de toda la familia de la OSCE es enfrentarse con firmeza al terrorismo en todas sus formas”.

Por su parte, el diario vaticano «L’Osservatore Romano» condena en su edición del domingo este acto terrorista, calificándolo en su titular como “La inocencia crucificada”. “Hay odio y miedo – explica el diario vaticano, añadiendo que – también hay oración y esperanza. Oración en la mano de una niña herida que aferra en su mano una cruz – finaliza el texto que acompaña la foto de una menor herida que sujeta en su mano una pequeña cruz – Se hace altar esa pequeña mano, de Jesús que encarna la esperanza, que indica la vida”.

 

LA TRAGEDIA ENTRE SUDÁN Y CHAD PERSISTE EN TODA SU GRAVEDAD

“La tragedia entre Sudán y Chad continúa persistiendo en toda su gravedad. Son centenares de miles los refugiados y desplazados que necesitan agua potable, alimentos, estructuras de acogida, curas médicas y otros servicios de asistencia necesarios”. Así se lee en la carta que Caritas italiana en nombre de Caritas Internacional y otras organizaciones humanitarias, ha enviado al ministerio de exteriores italiano.

Organizaciones como Cáritas, diversas ONGs, así como distintas agencias de Naciones Unidas están luchando desde hace años para hacer frente a las necesidades humanitarias siempre crecientes y dramáticas en esta zona de África. “Los gobiernos donadores como Italia han mostrado hasta este momento cierta lentitud en proveer y llevar a cumplimiento los compromisos adquiridos”, dice la nota de Caritas, que pide una contribución económica más alta porque la situación humanitaria se está agravando. Se habla abiertamente de más de un millón 200 mil personas desplazadas a causa del conflicto.

También los obispos de Sudán reunidos en Jinja, en Uganda, para su Asamblea anual, han pedido con urgencia que vengan rápidamente distribuidas las ayudas internacionales a la población. Asimismo los prelados piden que sean desarmadas lo más pronto posible las milicias Janjaweed y que los responsables de crímenes humanitarios sean juzgados.

Mientras tanto prosiguen en Abuja, Nigeria, los coloquios entre el gobierno sudanés y los representantes de las dos facciones combatientes. Parece que el diálogo haya producido “un protocolo de entendimiento para mejorar la situación humanitaria”, pero la realidad es otra y ahora se teme por las epidemias de cólera y hepatitis que podrían diezmar la población con la llegada de las lluvias torrenciales, que hacen cada vez más urgente la necesidad de iniciativas internacionales.

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La Orden de la Santísima Trinidad está llevando a cabo una nueva fundación en Egipto con especial atención a Sudán. Para hablarnos de ella entrevistamos al sacerdote trinitario español Manuel Cánovas, que desarrolla su apostolado en El Cairo.

 

VIAJES A TIERRA SANTA DEL OBISPO AUXILIAR DE VALENCIA

El Obispo Auxiliar de Valencia monseñor Esteban Escudero estuvo peregrinado este verano a Tierra Santa. El Prelado, que ha viajado a los Santos Lugares un total de 76 ocasiones, y posee el título oficial de Guía de Tierra Santa dialogó con Radio Vaticano, y en primer lugar, nos habló de la situación que se vive en los Santos Lugares:

Monseñor Esteban Escudero. ¿Cuántos peregrinos han participado en los dos grupos que usted ha acompañado?:

Monseñor Esteban, quien ha manifestado su intención, de seguir dedicando sus vacaciones de verano a viajar a los Santos Lugares nos ha manifestado también las emociones que se experimentan y anima a los cristianos a visitar Tierra Santa:

 

CONGRESO INTERNACIONAL DE LA ACCIÓN CATÓLICA

Hasta el jueves se celebró en Roma, el Congreso Internacional de la Acción Católica. Una cita que ha tenido como objetivo primario presentar la actualidad de esta asociación eclesial en el tercer milenio, en el espíritu del Concilio Vaticano II y de la Christifideles Laici a la luz del magisterio de Juan Pablo II.

El viernes y el sábado los participantes se unieron a la peregrinación de Acción Católica Italiana al Santuario di Loreto, donde el domingo el Santo Padre beatificó a tres miembros de esta importante asociación de laicos de la Iglesia, entre ellos el sacerdote catalán Pere Tarrés. En el Congreso de Acción Católica participó el nuevo obispo de Tarrasa, Mons. José Ángel Saiz.