A través de Cristo Salvador, “nuestra pobre humanidad viene conducida por las sendas de la justicia”. Eran palabras del Papa en su catequesis de la Audiencia General en la plaza de San Pedro centrada, como es habitual en este período, en la liturgia de las Vísperas. Juan Pablo II también subrayó que “Cristo el Salvador se solidariza con nosotros en su cuerpo humano”. Y esta solidariedad con nosotros “es liberadora, expiatoria, salvífica”. Este miércoles el Santo Padre Juan Pablo II celebró su habitual Audiencia General en la Plaza de San Pedro a las 10 y media de la mañana, para los peregrinos presentes en Roma. El Pontífice, en su catequesis reflexionó sobre el Cántico de la primera Epístola de san Pedro, “La pasión voluntaria de Cristo, siervo de Dios”. “Hoy -dijo Juan Pablo II- escuchando el párrafo del inicio del capítulo de la primera Carta de san Pedro se perfila de una manera vivida ante nuestros ojos el rostro de Cristo sufriente. Así ocurría a los lectores de aquella Carta en los primeros tiempos del cristianismo, y así ha acaecido por los siglos durante la proclamación litúrgica de la Palabra de Dios y en la meditación personal”. Engarzado en la Carta, este canto presenta una tonalidad litúrgica y parece reflejar la respiración orante de los orígenes de la Iglesia. Esto queda señalado por un dialogo ideal entre el autor y lectores, destacado por la alternancia de los pronombres personales “nosotros” y “vosotros”: “Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo, para que siguierais las huellas . . . Él llevó nuestros pecados sobre su cuerpo . . . para que, no viviéramos más para el pecado, sino para la justicia. De sus llagas fuimos curados”. Pero el pronombre que más insiste, subrayó el Papa, tiene su origen en el griego, hos, casi martilleado al comienzo de los versículos principales, es el pronombre “Él”: el Cristo paciente; El que no ha cometido pecado; Él que siendo ultrajado no reaccionaba pidiendo venganza, Él que en la Cruz ha llevado el peso de los pecados de la humanidad para borrarlos”. El pensamiento de Pedro, también el de los fieles que recitan este himno sobre todo en la Liturgia de las Vísperas del periodo cuaresmal, recordó el Papa, hablan del Siervo de Jahvé descrito en el célebre cuarto canto del Libro del profeta Isaías. Es un personaje misterioso, interpretado por el cristianismo en clave mesiánica y cristológica, porque anticipa las particularidades y el significado de la Pasión de Cristo. También el perfil de la humanidad pecadora delineado bajo la imagen de una grey desorientada, en un versículo que no toma la Liturgia de las Vísperas, proviene de la antigua poesía profética: Todos estábamos perdidos como un rebaño, cada uno de nosotros seguía su camino”. Dos son por lo tanto las figuras que se entrecruzan en el himno petrino, señaló Juan Pablo II. En primer lugar está Él, Cristo, que se dirige hacia el camino áspero de la pasión, sin oponerse a la injusticia y a la violencia, sin recriminación y desfogo, entregándose él mismo a su dolorosa acción. Un acto de confianza pura y absoluta que será sigilada en la Cruz con las últimas célebres palabras. Gritadas en alta voz como extremo abandono a la obra del Padre: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Por lo tanto no es una ciega y pasiva resignación, es una confianza animada, destinada a ser ejemplo para todos los discípulos que recorrerán el camino oscuro de la prueba y de la persecución. Cristo es presentado como el Salvador, solidario con nosotros en su “cuerpo” humano. Él, naciendo de la Virgen María, se ha hecho nuestro hermano, recordó el Santo Padre. Puede por lo tanto estar junto a nosotros, compartir nuestro dolor, llevar nuestro mal, “nuestros pecados”. Pero él es también y siempre el Hijo de Dios y esta solidariedad con nosotros se transforma radicalmente, es liberadora, expiatoria, salvífica. Así nuestra pobre humanidad apartada de los caminos desviados y perversos del mal, es conducida por las sendas de la “justicia”, es decir, hacia el buen proyecto de Dios. La última frase del himno es particularmente conmovedora. Juan Pablo II finalizó su catequesis del miércoles recordando a los Padres de la Iglesia, es decir, la tradición cristiana que ha meditado y rezado con este himno de san Pedro. Este fue el resumen de la catequesis del Santo Padre en español para los peregrinos presentes en la audiencia realizada por un monseñor de la Secretaría de estado:
Este
fue el saludo del Santo Padre en español para los fieles
presentes en la Plaza de San Pedro:
UNA DELICADA MISIÓN PARA TRABAJAR EN FAVOR DE LA PAZ EN AFRICA “Que el heroico testimonio del arzobispo Michael Courtney - el Nuncio Apostólico asesinado el año pasado en Burundi - infunda renovado vigor en cuantos trabajan en favor de la paz en este país y en todo el continente africano”. Es el anhelo que reiteró Juan Pablo II al recibir el sábado a los Nuncios Apostólicos que han participado en el encuentro de los Representantes Pontificios en África. Tras expresar también su aprecio por el valioso servicio que los representantes pontificios ofrecen a las comunidades eclesiales y civiles en África – «a menudo en medio de situaciones difíciles, compartiendo los sufrimientos y los dramas de las Iglesias y de las poblaciones a donde han sido enviados» - el Papa evocó la generosidad y fidelidad que Mons. Courtney dedicó en el desarrollo de su misión en favor del martirizado pueblo de Burundi, «llegando al sacrificio supremo de su vida». Con gusto, Juan Pablo II subrayó su gratitud por «la dedicación y sabiduría» con la que los Nuncios cumplen la delicada misión que les ha sido confiada y les aseguró la cercanía del Papa y de la Curia romana. Recordando que la Asamblea especial del Sínodo de los Obispos para África, de la que se cumple este año el décimo aniversario, y la Exhortación apostólica post-sinodal Ecclesia in Africa, «representan un momento particularmente intenso en la solicitud pastoral de la Iglesia para con este continente», Juan Pablo II puso de relieve los «problemas viejos y nuevos» que debe afrontar en la actualidad, precisamente, la Iglesia en África, que sin embargo «está abierta a grandes esperanzas». En este contexto, el Santo Padre reiteró que los Representantes Pontificios están llamados a acompañar el desarrollo de las Comunidades eclesiales, favoreciendo el progreso integral de la sociedad y, sobre todo, sosteniendo el encuentro de las culturas con Cristo y su Evangelio» (Ecclesia in Africa, 61). El Pontífice finalizó su discurso exhortando a los Nuncios Apostólicos a proseguir en su compromiso de ser «testigos de comunión, favoreciendo la superación de las tensiones y de las incomprensiones, la victoria sobre la tentación del individualismo, el fortalecimiento del sentido de pertenencia al único e indiviso Pueblo de Dios». Recordamos que estos Nuncios Apostólicos recibidos por el Papa, en Castelgandolfo, han participando en un encuentro convocado por el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano. Encuentro que ha tenido lugar en el Vaticano, en el décimo aniversario de la Asamblea especial del Sínodo de los Obispos para África y que sigue a otro similar que se celebró hace seis años. Desde el jueves, los Representantes Pontificios en África y Madagascar profundizaron en temas sociales y eclesiales relacionados con su misión. En las sesiones de trabajo intervinieron, también entre otros miembros de la Curia, el secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Sandri, y el delegado para las Representaciones Pontificias, Mons. Lajolo, que hablaron sobre la situación política y sobre las Nunciaturas Apostólicas en África. El cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, trató el tema de la vida de la Iglesia en el continente africano. Por su parte, el cardenal Renato R. Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, presentó los mayores problemas sociales en África. El prefecto de la Congregación para la Educación Católica habló sobre las instituciones educativas, las Facultades eclesiásticas y las universidades católicas y el presidente del Pontificio Consejo para el Dialogo Interreligioso reflexionó sobre la presencia del Islam y de otras religiones. También se invitó al director general de la FAO, Jacques Diouf, que habló sobre la situación general en África, desde la perspectiva de su cargo en este organismo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
PREOCUPACIÓN POR LA PAZ EN EL MUNDO Y CRECIENTE DIFERENCIA ENTRE RICOS Y POBRES El Papa expresó su preocupación por la paz en el mundo y por la cada vez mayor diferencia entre ricos y pobres, en su discurso al nuevo embajador de Portugal ante la Santa Sede. Juan Pablo II recibió el martes en el palacio apostólico de Castel Gandolfo las cartas credenciales del nuevo embajador de Portugal ante la Santa Sede, Joao Alberto Bacelar. En el discurso que entregó al diplomático, el Papa agradeció los saludos enviados por el presidente Jorge Sampaio en nombre del pueblo portugués. El Santo Padre al principio de su discurso recordó las visitas pastorales al territorio portugués que ha realizado a lo largo de su Pontificado, especialmente subraya la visita al santuario de Fátima cuando pudo “constatar personalmente las raíces cristianas de aquella nación bendecida y protegida por Nuestra Señora de Fátima”. Después refiriéndose al conocido panorama socio-político mundial de inicio de milenio, el Papa destacó los siguientes aspectos que preocupan a todo gobernante actual: En primer lugar, “las acentuadas diferencias regionales, tanto culturales como económicas”; luego, “la preocupación por salvaguardar la paz frente a la creciente acción de los grupos extremistas que están haciendo cada vez más difícil el camino del diálogo y de las negociaciones”; el Pontífice citó también la frecuencia con que se producen las catástrofes naturales, que asolan enteras poblaciones, así como las enfermedades endémicas a veces incontrolables; y finalmente, el Papa señaló el abismo cada vez mayor que se está creando entre ricos y pobres y el consecuente desprecio y violación de los derechos humanos”. Juan Pablo II subrayó al embajador portugués los esfuerzos que está realizando la Santa Sede en el sentido de “humanizar la globalización y de aplicar la influencia benéfica del progreso científico y tecnológico en vista de poder dar un mayor bienestar a todos los pueblos y naciones de la tierra. Es por ello, que el Santo Padre no duda en que las autoridades del gobierno portugués han sabido reconocer sus propias convicciones cristianas en la preparación de la Constitución Europea. Y por ello el Papa aprovechó la ocasión para expresar su agradecimiento por la acción de apoyo del gobierno luso en su intento de querer insertar una citación en el borrador del preámbulo del Tratado de la UE, donde se resaltaba la identidad cristiana de Europa.
MONAQUISMO, UNA PLATAFORMA NATURAL PARA LA COMPRENSIÓN RECÍPROCA “El monaquismo constituye una plataforma natural para la comprensión recíproca, que estos momentos históricos es extremadamente importante para que Europa conserve sus raíces cristianas”. Con esta afirmación Juan Pablo II exhortaba el jueves a los 280 participantes en el Congreso de los abades benedictinos a profundizar las relaciones ecuménicas con los hermanos de Europa oriental, “relaciones significativas, precisó el Papa, que pueden revelarse fecundas”. 230 abades benedictinos están reunidos en Roma del 21 al 29 de septiembre. Este congreso de los abades del orden monástico más antiguo de occidente, tiene lugar cada 4 años para analizar cuestiones relativas a la toda la confederación benedictina y la gestión del Colegio y del Ateneo de San Anselmo en Roma y en esta ocasión se desarrolla también el tema de la globalización. Fieles a su historia, en los 438 monasterios esparcidos en todo el mundo los monjes continúan adaptándose a las exigencias y a las culturas del lugar. En el contexto actual y manteniendo la continuidad espiritual que la caracteriza, la orden benedictina reflexiona ahora sobre la globalización y para ello el profesor Norbert Walter de la Deutsche Bank de Frankfurt, y Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egido intervendrán en sendas exposiciones desde el punto de vista secular y el eclesial.
LA HUMANIDAD ESTÁ LLAMADA A RECORRER EL CAMINO DE LA SOLIDARIDAD EN LA DIVERSIDAD «Hoy estáis presentes en más de mil comunidades en 67 países del mundo y vuestra unidad es un desafío muy importante para la humanidad, llamada a recorrer el camino de la solidaridad en la diversidad». Lo reiteraba el Papa el viernes, expresando su aprecio a los Oblatos de María Inmaculada, por su reflexión sobre los profundos cambios que están marcando a esta Congregación, «cuyo centro de gravedad se va dirigiendo cada vez más hacia las zonas más pobres del mundo». Y por su esmero en «actualizar la formación, la distribución de las personas, las formas de gobierno y la comunión de bienes». Al recibir, en el patio del Palacio Apostólico de Castelgandolfo, a los participantes en el Capítulo general de esta «Congregación mariana y misionera» - fundada por san Eugenio de Mazenod - el Papa, subrayando su profunda estima por todos los miembros de este instituto, los animó a perseverar en los objetivos que se han propuesto, «en primer lugar en una renovada unión fraterna». Tras destacar el lema de la asamblea capitular, «Testigos de la esperanza», el Santo Padre exhortó a los Oblatos de María Inmaculada a que «animados por auténtico fervor religioso y misionero, hagan que su presencia sea signo y semilla de esperanza para cuantos les encuentran, tanto en los ambientes secularizados como en el contexto del primer anuncio del Evangelio». Sin olvidar, el necesario cuidado permanente de la vida espiritual, fieles a su carisma.
ÁNGELUS: ERRADICAR DEL MUNDO FLAGELO DEL HAMBRE Y OTRAS CONSECUENCIAS DE LA MISERIA “La Iglesia Católica asegura todo su compromiso para erradicar del mundo el flagelo del hambre y las otras consecuencias de la miseria”, así lo manifestaba el Santo Padre, antes del Ángelus aludiendo al Evangelio del domingo con referencia al reciente encuentro de Nueva York, “contra el hambre y la pobreza”. Como cada domingo, el Santo Padre Juan Pablo II se reunió con los peregrinos presentes en el patio del Palacio apostólico de Castelgandolfo para rezar la oración mariana del Ángelus. El Pontífice centró su breve alocución en el texto del Evangelio de este domingo y en la reciente reunión celebrada en Nueva York “contra el hambre y la pobreza”. El Evangelio de este domingo propone la parábola del “rico epulón” y del pobre Lázaro. El rico vive en la opulencia y el lujo sin acordarse del mendigo que yace hambriento en su puerta. Pero, después de la muerte, la situación se invierte: Lázaro es acogido en el paraíso, mientras el rico termina en los tormentos. La enseñanza que se propone de la parábola es clara: Cada uno debe hacer uso de sus propios bienes de forma solidaria y no egoísta. “Esta célebre página evangélica es muy apropiada con referencia al problema del desequilibrio entre riqueza y pobreza en el mundo de hoy. Precisamente en los días pasados, en Nueva York, ha tenido lugar un encuentro importante de Jefes de estado y de Gobierno a favor de una mayor solidaridad y eficaz acción contra el hambre y la pobreza”. Seguidamente el Papa recordó que en el encuentro intervino el cardenal Secretario de estado Angelo Sodano, aportando la adhesión de la Santa Sede a esta nueva iniciativa, y seguidamente subrayó: “La Iglesia Católica asegura todo su compromiso para erradicar del mundo el flagelo del hambre y las otras consecuencias de la miseria. En este contexto, quiero recordar también la reunión de todos los Nuncios Apostólicos en África, que ha tenido lugar estos días pasados en el Vaticano”. Pidamos al Señor para que sostenga los esfuerzos de la comunidad internacional en orden a la justicia y al desarrollo solidario. Este es, en efecto, precisó Juan Pablo II, el camino que puede garantizar al mundo un futuro de paz. Lo pedimos por intercesión de la Beata Virgen María, a la que confiamos de manera especial las familias y los pueblos más probados de la inicua distribución de los bienes que Dios destina a todos sus hijos. Tras el rezo del Ángelus y del responso por los fieles difuntos el Santo Padre, como es habitual, saludó en varias lenguas. En inglés el Papa recordó que el próximo 30 de septiembre la ONU celebra el día marítimo mundial. Mi pensamiento se dirige, dijo, a todos aquellos que trabajan en el mar y mi oración para que sean capaces de vivir con dignidad y seguridad. En italiano, el Santo Padre, recordó que el lunes la Iglesia celebraba la memoria litúrgica de san Vicente de Paúl, “bendigo la actividad de la sociedad de san Vicente en particular aquella a favor de los encarcelados que favorece a su recuperación personal y social”. Este fue su saludo en español:
EDIFICAR UNA EUROPA QUE LUCHE CONTRA LA DISCRIMINACIÓN PORQUE TODOS SOMOS “UNA GRAN FAMILIA” “El centenario de las Semanas Sociales de Francia es una ocasión para redescubrir la larga tradición del Magisterio social de la Iglesia”, con estas palabras se expresa Juan Pablo II en la carta dirigida al cardenal Etchegaray, enviado especial a Lille (Francia), localidad que albergó del 23 al 25 de septiembre, la celebración de este evento que este año se centra en el tema: “Europa, parte integrante en la construcción de una sociedad por inventar”. El Santo Padre considera que en esta ocasión, las Semanas Sociales de Francia sirven para “ofrecer a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad, la ocasión de reflexionar sobre las cuestiones sociales, y así honrar los valores humanos y espirituales fundamentales”. Esta semana de debates sobre las realidades políticas, económicas y sociales en el mundo actual, favorece – como subraya el Papa en su misiva – la “renovación de nuestra sociedad”, de ahí que Juan Pablo II haya invitado a todos a colaborar por la fraternidad y la paz. “Nunca más la guerra. Todos los hombres son mis hermanos”, exclama el obispo de Roma recordando los conflictos bélicos, que para él son “lutos fraticidas”, así como las “brechas y los antagonismos” que dividen a la sociedad, pero gracias a la construcción de una nueva Europa, todas estas barreras se han superado. “Hay que edificar una Europa de los pueblos – subraya el Papa – una Europa de la solidaridad, en definitiva, una Europa hecha por y para el bien de todos sus ciudadanos y que sirva como ejemplo para otras naciones, como África”, continúa el Pontífice, que pide a esta nueva Europa que luche contra la discriminación y que intensifique las relaciones del norte con el sur, porque todos somos “una gran familia”. Por último Juan Pablo II recuerda el papel fundamental que juegan los jóvenes en la sociedad actual, “a quienes hay que transmitir – recalca el Papa - el valor de la esperanza ya que se sienten amenazados por el consumo drogas y el suicidio”, de ahí que haya que inculcarles la serenidad a través de una herencia moral y espiritual. El Santo Padre finaliza su carta al cardenal Etchegaray transmitiéndole su confianza por las labores que se han llevado a cabo en las Semanas sociales de Francia, y encomendando a todos los participantes a la Virgen María.
MILENIO DE FUNDACIÓN DE LA ARCHIDIÓCESIS HÚNGARA DE EGER En ocasión del aniversario del primer milenio de la fundación de la archidiócesis húngara de Eger y del 200 aniversario de la erección de esta archidiócesis a metropolitana, Juan Pablo II envió un mensaje al arzobispo Mons. Érsek Úrnak a través del cardenal secretario de estado Angelo Sodano. Su Santidad se une espiritualmente a la dicha común de los fieles, elevando un himno de acción de gracias a Dios por el trabajo generoso de tantos sacerdotes, religiosos y laicos, que durante los diez siglos transcurridos han anunciado el Evangelio, incluso en tiempos también muy difíciles, como por ejemplo, durante el período de la ocupación turca o durante la posguerra. El Santo Padre espera que las celebraciones de este aniversario refuerce en los católicos húngaros el propósito de renovación interior de su fe, ofrezcan un concreto testimonio del Evangelio mediante sus propias vidas, y contribuyan al crecimiento espiritual de la Iglesia en los años futuros. Meditando las enseñanzas del Concilio Vaticano II, el Papa anima a los fieles de la archidiócesis a una auténtica santidad según su propia vocación. Invita especialmente a aquellos jóvenes, que sienten la llamada al sacerdocio y a la vida consagrada, a que respondan con generosidad para continuar así la misión perenne de la Iglesia de guiar a las personas a la plenitud de la vida y a la salvación mediante la fe en Jesucristo. El Papa invoca finalmente la intercesión de María para una renovada efusión de gracia abundante sobre la amada Iglesia de Eger.
ADHESIÓN
AL ENCUENTRO «CONTRA EL HAMBRE Y LA POBREZA» El cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, destacó la «adhesión de la Santa Sede y la personal de Juan Pablo II» a la importante iniciativa del encuentro «contra el hambre y la pobreza», promovida por el Presidente del Brasil y apoyada por numerosos gobiernos. En su intervención en el Palacio de Naciones Unidas, el purpurado presentó algunas consideraciones sobre la gravedad del problema del hambre en el mundo y reiteró la preocupación de la Santa Sede, asegurando «todo el esfuerzo de la Iglesia Católica por erradicar del mundo este flagelo». Haciendo propia la actitud de Cristo, «la Santa Sede ha apoyado siempre las numerosas iniciativas personales y colectivas para solucionar este drama», señaló el cardenal Sodano, recordando luego la vasta acción humanitaria de las «instituciones católicas en el mundo entero, sobre todo en las misiones y en los países más pobres». Reiterando la importancia del respeto de «la dignidad del ser humano, la puesta en práctica del principio de solidaridad, la realización del principio del destino universal de los bienes de la tierra y la promoción de la paz», así como la activa adhesión de la Santa Sede a las iniciativas de los organismos de la ONU para combatir el hambre y la inseguridad alimenticia, el cardenal Secretario de Estado lamentó la falta de fondos para sostener la alianza contra el hambre en el mundo. Entre las medidas concretas, el cardenal Secretario de Estado reiteró la necesidad de «recordar de nuevo a todos los países donantes su compromiso de aumentar la ayuda pública para el desarrollo al 0,7% del producto interno bruto de cada estado». Aún reconociendo los esfuerzos ante las emergencias causadas por catástrofes naturales y por guerras, el cardenal Angelo Sodano advirtió que «ciertamente el problema es mucho más vasto». La lucha contra el hambre y contra la sed, va más allá de las meras emergencia y debe afrontar factores complejos. En este contexto, el purpurado recomendó la necesidad de invertir en el «capital humano de las poblaciones» - como la educación y la salud – «de solicitar la transferencia de las tecnologías apropiadas y de garantizar equidad en el comercio internacional».
SOLIDARIDAD DE LA IGLESIA CON POBLACIONES E IGLESIAS LOCALES DE ÁFRICA Los representantes pontificios en África y Madagascar y miembros de la curia vaticana se reunieron tres días en Roma para reflexionar sobre la situación política, social, económica, religiosa y eclesial del Continente africano y las modalidades más adecuadas para desarrollar su misión. Desde el 23 hasta el 25 de septiembre los nuncios apostólicos en África y Madagascar participaron en un encuentro, en la Domus Santa Marta del Vaticano, convocado por el cardenal secretario de Estado, diez años después de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para África. En esta reunión también han participado el sustituto y el secretario para las Relaciones con los Estados y los superiores de los distintos dicasterios de la Curia Romana relacionados con las poblaciones e iglesias locales de África, a quienes se ha querido hacer llegar la cercanía espiritual del Papa y la solidaridad de toda la Iglesia. La reunión quiere responder también a la urgente necesidad de no abandonar ese continente, para que apoyándose en sus múltiples y abundantes recursos naturales, pueda superar los graves males que le afligen y pueda protagonizar su desarrollo integral. En este encuentro, en el que intervino también el director general de la FAO, se recordó también de forma especial al Nuncio Apostólico en Burundi, Mons. Michael Courtney, asesinado el 29 de diciembre de 2003 cuando se dirigía en automóvil a Minago, localidad a 50 kilómetros de la capital Bujumbura. El coche en el que viajaban Mons. Courtney, un sacerdote (que también resultó herido en el ataque), el chofer y otra persona, fue tiroteado desde una colina a lo largo de la carretera. Transportado con grandes dificultades al hospital de Bujumbura, el representante pontificio no volvió a recobrar conocimiento debido a las graves heridas que había sufrido. A pesar de la intervención de los médicos, no se pudo detener la gran hemorragia y el prelado falleció durante una operación de emergencia.
VISITA AD LIMINA APOSTOLORUM DE LOS PRELADOS COLOMBIANOS El lunes comenzó la visita ad limina apostolorum de los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia. Ese mismo día el Papa recibió a un grupo encabezado por el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de Bogotá. El purpurado, que es también presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, nos habló del Papa como “constructor de paz” y de la misa que el lunes celebraron todos los prelados colombianos en San Pedro antes de viajar a Castelgandolfo. El cardenal Primado de Colombia y arzobispo de Bogotá, nos manifestó lo que preocupa, como pastores, del pueblo colombiano: Ante la inminente celebración del Congreso Eucarístico Internacional que va tener lugar en Guadalajara (México), comenzando de esta manera el año dedicado a la Eucaristía, querido por el Santo Padre; el cardenal Pedro Rubiano nos habló de la vivencia del pueblo colombiano con la Eucaristía: Entre los primeros que fueron recibidos por el Papa se encontraba también el obispo secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, Mons. Fabián Marulanda que subrayó la difusión que se hace en su país de las enseñanzas del magisterio de Juan Pablo II y sobre el Congreso Eucarístico que el próximo mes se celebrará en México. Otro de los prelados colombianos recibidos por el Santo Padre es Mons. Héctor López, obispo de la diócesis de Girardot que nos destacó “la importancia de la familia y la educación de los niños”, como los principales desafíos que tiene la Iglesia en su diócesis. Durante esta semana, el Santo Padre empezó a recibir a los más de 40 obispos colombianos de las regiones del centro y sur del país, en su quinquenal visita ad limina. Entre ellos se encuentra Mons. Rigoberto Corredor, obispo de Garzón, diócesis ubicada en el Departamento de Huila. Mons. Corredor es también presidente de la Pastoral Misionera de Colombia. Y es que durante varios años este prelado ha sido obispo en Puerto Buenaventura, en el Pacífico, un lugar donde ha conocido de cerca la miseria y la pobreza de la población afroamericana y sobre la cual le pedimos que nos hablase.
DIÓCESIS
DE LONDON (CANADÁ) ARCHIDIÓCESIS
DE WINDHOEK (NAMIBIA) CORTE
DE APELACIÓN DEL ESTADO DE LA CIUDAD DEL VATICANO
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO DOMINGO
26 DEL TIEMPO ORDINARIO (C): 26 de septiembre de 2004 Ya el domingo pasado, juraba el Señor por medio del profeta Amós que no se olvidaría jamás de los abusos cometidos contra los pobres, con tal de ganar más. Jesús mismo terminó por advertirnos que no se puede servir a Dios y al dinero. Hoy, por boca del mismo profeta, nos anuncia el final que tendrán los que se deciden por servir al dinero para poder disfrutar más: Así dice el Señor todopoderoso: «¡Ay de los que se fían y confían en una falsa seguridad! Os acostáis en lechos de marfil y, arrellanados en divanes, coméis carneros del rebaño y terneras del establo; canturreáis al son del arpa, bebéis vino en buenas copas y os ungís con perfumes exquisitos, sin doleros del desastre de vuestro pueblo. Pues encabezaréis la cuerda de cautivos y se acabarán vuestras orgías». Sí, nos lo asegura la palabra de Dios: los que llevan ahora una vida de lujo y derroche acabarán en el destierro; no podrán experimentar el consuelo de Dios, reservado para los que, por su culpa, lo pasaron peor. Aunque disfruten de todo lo que les viene en gana, su orgía se acabará sin conseguir gustar el gozo mejor: aquél para el que, en realidad, está hecho el corazón... De este destino, donde se cambiarán definitivamente las tornas, nos habla hoy el Señor. Nos lo explica con aquella parábola del «rico epulón», con la que Jesús advertía a los «fariseos que eran amigos del dinero y se reían de él». Primero, les describe las barreras existentes en la tierra entre los ricos que derrochan y los pobres que se tienen que conformar con las migajas, que los otros dejan de sobra: Había un hombre rico –les decía–, que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. El nombre de «Lázaro», escogido por el Señor para designar al pobre, significa precisamente «auxilio de Dios». En él están, pues, representados todos los que esperan la justicia de Dios frente a las injusticias de los hombres; esos que ponen su confianza en el Dios que siempre se mostró defensor de los más débiles, frente al poder opresor; ese que tantas veces anunció el envío de un Rey Mesías, que vendría a imponer el derecho de Dios, frente a toda ley injusta. Y es que, a la luz de la revelación bíblica, gobernante justo es aquél que defiende a los débiles de la ley del más fuerte; aquél que toma opción por los más pobres y desfavorecidos, sin refugiarse en la imparcialidad de la ley para asegurar los bienes acumulados por los más aprovechados. Por eso, a aquel pobre lo llamó «Lázaro» el Señor: le servía como imagen para demostrarnos que su esperanza no quedaría defraudada, sino que al final se impondría la anhelada justicia de Dios. «Sucedió que murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, pidió: «Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas». Pero Abrahán le contestó: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tu padeces». Sí, la equivocación del rico estuvo en acumular para disfrutarlo, sin enriquecerse para Dios. No compartió sus bienes con el de ellos necesitado. Y, así, no supo ganarse amigos que lo recibieran en el cielo, como el domingo pasado nos recomendó el Señor. Por eso, cuando ya se impone la justicia de Dios frente a la de los hombres, se cumple en él lo que la Virgen cantó ante la llegada del Mesías: «a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos». Sí, las tornas se cambiarán. En la eternidad continúan las barreras existentes en la tierra entre ricos que derrochan y pobres en necesidad, solo que la situación será al revés. Porque Abrahán siguió diciendo a aquel rico ya desesperado: «Ten en cuenta, además, que entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí a vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros». Por eso, los pobres cantan hoy con el salmista: ¡Alaba, alma mía, al Señor!
CONSECUENCIAS DE LA AMPLIACIÓN DE LA UE EN LA PASTORAL DE LA IGLESIA PARA LOS EMIGRANTES En representación de la Santa Sede, el arzobispo Agostino Marchetto, secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes participó, del 17 al 19 de septiembre, en la reunión anual de la Comisión para las Migraciones y los Directorios Nacionales Europeos para la Pastoral de los Emigrantes, del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE). El tema de este año se centró en las consecuencias de la ampliación de la Unión Europea en la pastoral de la Iglesia para los emigrantes. La cita tuvo lugar en el centro pastoral diocesano de Mechelen (Malinas), en Bélgica, y contó también con la presencia de representantes de 24 conferencias episcopales, la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), Caritas, Comisión Internacional Católica para las Migraciones (ICMC) y la Comisión de las Iglesias Europeas para los Emigrantes (CCME). En la primera jornada, el arzobispo Marchetto presentó el reciente documento sobre la pastoral de la Iglesia Católica para los Emigrantes "Erga Migrantes Caritas Christi", que fue tema de discusión de los participantes. En la segunda jornada, se analizó la política de la Unión Europea en lo que respecta a la concesión de asilo y a los refugiados. En este tema se puso de relieve la cooperación que la Iglesia ofrece a la sociedad civil. Ese mismo día, el padre Beniamino Rossi, superior regional de los Padres Escalabrinianos, presentó una reflexión teológica sobre la política migratoria de la Unión Europea y sus consecuencias. La reunión finalizó con una declaración final con sugerencias para los obispos europeos.
ENCUENTRO INTERNACIONAL DEDICADO AL MONAQUISMO DE ORIENTE Y DE OCCIDENTE, EN EL PASAJE DEL PRIMERO AL SEGUNDO MILENIO CRISTIANO El cardenal prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Su Beatitud Ignace Moussa I Daud, y el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, cardenal Walter Kasper, participaron en la inauguración del Encuentro Internacional dedicado al Monaquismo de Oriente y de Occidente, en el pasaje del primero al segundo milenio cristiano. El encuentro, que finalizó el sábado 25 de septiembre, se ha celebrado en el monasterio de Santa María de Grottaferrata, localidad lacial de cerca de Roma, en el marco del milenario de San Nilo. Estuvo con nosotros al Padre Aitor Jiménez, claretiano que es uno de los organizadores y nos habló sobre el profundo significado ecuménico de esta conmemoración: El Padre Aitor Jiménez evocó asimismo la reciente entrega de la Virgen de Kazán en Moscú y el impulso de Juan Pablo II al ecumenismo, sin olvidar la búsqueda de la paz:
CURSO ACTUALIZACIÓN PARA AGENTES DERECHO SOBRE NULIDAD MATRIMONIO Se ha celebrado en Roma, en la universidad Pontificia de la Santa Cruz, un Curso de actualización para agentes de derecho sobre nulidad del matrimonio. El seminario reunió a doscientos jueces, abogados, defensores del vínculo y vicarios judiciales de treinta y tres naciones del mundo. Tuvimos con nosotros a Mons. Joaquín Llobell, docente de Derecho Procesal Canónico, Juez de la Corte de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano y miembro del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica. En primer lugar, Mons Joaquín Llobell nos habló sobre cómo se podría mejorar el proceso de nulidad del matrimonio:
AÑO DIOCESANO Y MARIANO DE LA DIÓCESIS DE SANTANDER En España, se ha inaugurado el Año Diocesano y Mariano de la diócesis de Santander, que se celebrará hasta el 15 de septiembre de 2005. El Año coincide con cuatro fechas de gran relieve, empezando precisamente con la 15 de septiembre, día dedicado a la Virgen de la Bien Aparecida. La Virgen de la Bien Aparecida ha marcado el inicio y el lugar de la apertura del Jubileo pues es la protagonista de este Año Mariano en el que se conmemoran los 400 años del hallazgo de su imagen; los 100 de su declaración como Patrona de la Diócesis y de Cantabria, y los 50 de la coronación canónica de su imagen. Pero, además, es Año Diocesano pues también se celebran los 250 años de la Creación de la Diócesis de Santander, mediante una bula del Papa Benedicto XIV, fechada un 12 de diciembre de 1754, según informa en nota de prensa el Obispado. Este Año Diocesano y Mariano se inaugura, recordó el Obispo de Santander, Mons. José Vilaplana, con el fin de ser «un año de profunda renovación espiritual dentro de una Iglesia revitalizada por Cristo». Tratará, destacó el prelado «de lograr una honda y alegre vivencia comunitaria, porque una Iglesia siempre significa sumar esfuerzos y compartir ilusiones». Además, pretende ser un año «de generosa solidaridad global, que incluya un sí a los pobres, a la familia y a la vida». Por este motivo, el próximo mes de diciembre se presentará un proyecto para albergar a inmigrantes en unos pisos ubicados en el centro de Santander. El proyecto consiste en ofrecer un lugar adecuado donde puedan pernoctar temporalmente personas inmigrantes, mientras obtienen un trabajo definitivo o regularizan su situación administrativa. Con ello, se pretende que no duerman en la calle.
SRI LANKA: LOS SALESIANOS ABREN UNA NUEVA COMUNIDAD Los salesianos han abierto una nueva comunidad en el norte de Sri Lanka, una de las regiones más pobres y damnificadas del país, se trata de áreas pobladas en su gran mayoría por la etnia tamil y de los grupos rebeldes que reivindican la autonomía del gobierno de Colombo, y que han sido teatro de una guerra civil que durante más de veinte años ha creado pobreza, paro, miseria y desplazamientos. En estas zonas que - después del alto al fuego firmado por las partes en lucha en febrero del 2002 - están tratando lentamente de volver a la normalidad, restableciendo los comercios, los transportes y las actividades económicas, también la Iglesia está ofreciendo su contribución para ayudar a la población a renacer a nueva vida. Con este objetivo, la congregación religiosa de los Salesianos destinará sus misioneros en las diócesis que abrazan los territorios al Norte del país, la zona más castigada por los conflictos internos. Precisamente, el nuevo superior de la provincia Salesiana en Sri Lanka, ha alcanzado un acuerdo con Obispo de Mannar, para iniciar el trabajo pastoral en la parroquia de Murunkan. El acuerdo ha sido firmado, con gran satisfacción de todos, en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Madhu, lugar símbolico de paz y reconciliación para la comunidad católica en Sri Lanka. En los años oscuros de la guerra civil, la zona alrededor del Santuario, considerada sagrada y respetada por las comunidades de todas las creencias, fue declarada "zona franca" y, precisamente por ello, en algunos momentos de enfrentamientos particularmente violentos, hospedó a numerosos evacuados, que huían del conflicto. El trabajo de los salesianos en Sri Lanka consiste en la pastoral juvenil, en la instrucción y formación profesional de los jóvenes, iniciativa que tomaron hace ya 50 años, con la llegada del primer salesiano a este país. Los Salesianos se ocupan también de la recuperación de los niños de la calle y la rehabilitación de los niños soldado, fenómeno muy difundido en Sri Lanka. Además promueven seminarios y encuentros en las escuelas, para difundir una cultura de la paz entre los jóvenes, con la esperanza de que sepan superar los prejuicios y divisiones entre las dos etnias (singalesa y tamil) y construir una nación libre y pacífica.
DÍA
MUNDIAL DE LA PAZ El 7 de septiembre de 2001, la Asamblea General de la ONU decidió que cada 21 de septiembre se celebraría el Día Internacional de la Paz, dedicado a “conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y cada pueblo y entre ellos” (resolución 36/67). Este día se observa como una “cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial, a fin de que todas las naciones y pueblos se sientan motivados para cumplir con el fin de las hostilidades durante este día”. Hoy más que nunca, la celebración de este día esta cargada de significado, ya que ante los conflictos que azotan al mundo actual, la llamada por la paz se ha convertido en la petición unánime de todos los pueblos. Por ello, la ONU invita en este día a todos los Estados Miembros, a las organizaciones del sistema de Naciones Unidas, a las organizaciones regionales y no gubernamentales, a conmemorar de forma adecuada el Día internacional de la Paz realizando, entre otras actividades, encuentros educativos y de sensibilización de la opinión pública, y a colaborar con las Naciones Unidas en el establecimiento de una cesación del fuego a nivel mundial. Una de las peticiones de paz más enérgicas, la hizo Juan XXIII en su Encíclica Pacem in Terris publicada el 11 de abril de 1963 en la que afirmaba que la paz “será palabra vacía mientras no se funde sobre un orden basado en la verdad, establecido de acuerdo con las normas de la justicia, sustentado y henchido por la caridad y, finalmente, realizado bajo los auspicios de la libertad”. “No se trataba simplemente de ideas abstractas”, afirmaba Juan Pablo II en su mensaje por la Jornada Mundial de la Paz del pasado año en el que comentaba el texto de Juan XXIII, añadiendo que “eran ideas de vastas consecuencias prácticas, como en seguida demostraría la historia”. El Santo Padre corroboraba, que se ha cumplido la esperanza lanzada por su predecesor de una nueva inquietud en la población, ya que hoy en día son muchas las personas y los movimientos que trabajan por la defensa de los derechos humanos, “en un mundo en el que las grandes dinámicas políticas luchan por la paz”. Entre los conflictos vivos en el mundo, quizá uno de los más candentes es el de Irak. La paz en este país parece estar lejos, y además, esta guerra ha desencadenado una de las mayores crisis humanitarias. Ya han muerto más de 1.200 civiles y a la población le escasean agua y alimentos. Pero no hay que olvidar el resto de conflictos que podríamos llamar “olvidados”, son los conflictos en países como Sudán, Kosovo o la República Centroafricana, guerras silenciosas que permanecen en la sombra, pero que azotan a millones de personas que no pueden salir adelante. En el caso de Sudán, una alianza de pueblos y grupos lucha desde el sur contra el Gobierno radical islámico de Omar Hasán al Bashir en defensa de la diversidad étnica y religiosa, y la redistribución del poder político y los recursos económicos. En Kosovo siguen existiendo graves problemas de seguridad para las minorías serbia y gitana tras la guerra de 1999. La mayoría de los desplazados aún no ha podido volver a casa. Por su parte, la República Centroafricana vive desde 1993 los intentos golpistas de Patassé, el último, con éxito, en marzo de 2003, por el impago de salarios a los funcionarios. La población civil es la verdadera víctima de la corrupción y la inestabilidad política del país. El Papa, la ONU y toda la comunidad internacional siguen condenando de forma enérgica el terrorismo, la violencia y cualquier forma de guerra, haciendo llamamientos unánimes por la paz, sobre todo ante los últimos secuestros en Irak de periodistas, o los actos terroristas que vive Rusia en estos días. Ante todas estas brechas abiertas en el mundo actual, hay que mantener la esperanza de que la paz es posible, hay que incentivar los valores de igualdad, solidaridad y respeto en todo el mundo, para conseguir que celebraciones como este Día Internacional de la Paz tengan un sentido y no se quede en palabras o meros actos puntuales, sino que se transformen en hechos reales en donde la paz se transforme en el valor común defendido por toda la humanidad. |