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AUDIENCIA GENERAL: "LAS BODAS DEL CORDERO" El Pontífice en su catequesis de la Audiencia General del miércoles reflexionó sobre el salmo 44: “Las bodas del Cordero”, y pidió a los peregrinos que participaban en la misma a sentir la presencia de los Ángeles y dejarse guiar por ellos. Tras su regreso del Palacio Apostólico de Castelgandolfo, el Santo Padre celebró la Audiencia General en la Plaza de san Pedro. El Pontífice en su catequesis reflexionó sobre el salmo 44 “Las bodas del cordero”. “Canto al rey mi poema”: Estas palabras, colocadas al comienzo del Salmo 44, orientan al lector sobre el carácter fundamental de este himno. Los estudiosos, manifestó el Papa, se han esforzado en identificar las coordenadas históricas del Salmo sobre la base de algún indicio – como la relación de la reina con la ciudad fenicia de Tiro – pero sin alcanzar una identificación precisa de la pareja real. “La Liturgia de las Vísperas nos propone este Salmo como oración, articulándolo en dos momentos. Ahora hemos escuchado la primera parte que, después de la introducción ya evocada por el escriba autor del texto, presenta un espléndido retrato del soberano que está por celebrar sus bodas”. Por eso, Juan Pablo II recordó que el judaísmo ha reconocido en el salmo 44 un canto nupcial, que exalta la belleza y la intensidad del don de amor entre los cónyuges. El perfil del esposo real está delineado de manera solemne, recurriendo a todo el aparato de una escena cortesana. En el centro se levanta el trono y se menciona el cetro, dos signos del poder y de la investidura real. Llegados a este punto, el Papa subrayó dos elementos. En primer lugar la belleza del esposo, signo de un esplendor interior y de la bendición divina: “Eres el más bello de los hombres”. Precisamente, sobre la base de este versículo la tradición cristiana reconoció a Cristo en forma de hombre perfecto y fascinante. En un mundo tantas veces marcado por fealdades y porquerías, esta imagen es una invitación a reencontrar la “via pulchritudinis” en la fe, en la teología y en la vida social para ascender a la belleza divina. Pero la belleza, manifestó el Papa, no tiene fin en sí misma. La segunda nota que propone es precisamente el encuentro entre belleza y justicia. La belleza debe estar conjugada con la bondad y la santidad de la vida, de manera que resplandezca en el mundo el rostro luminoso de Dios bueno, admirable y justo. En el versículo 7, según los estudiosos, el apelativo “Dios”, estaría dirigido al mismo rey porque está consagrado por el Señor y, por lo tanto, pertenece de alguna manera al área divina. Sobre la huella de esta lectura cristológica, como viene siendo habitual en las catequesis, Juan Pablo II aludió a la voz de los Padres de la Iglesia, que atribuyen a cada versículo otro valores espirituales. Este fue el resumen de la catequesis en español del Santo Padre que leyó para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia, Mons. Vicente Juan Segura, de la Secretaría de Estado: La liturgia de Vísperas utiliza el Salmo 44 para la oración, dividiéndolo en dos partes. Hoy escuchamos la primera de ellas, que presenta una descripción del rey que va a celebrar su boda. El perfil del esposo real está trazado de forma solemne, destacando la belleza, signo de esplendor interior y de bendición divina. También subraya la relación entre la belleza y la justicia, pues aquélla se debe conjugar con la bondad y la santidad de vida para hacer resplandecer en el mundo el rostro de Dios, bueno, admirable y justo. Después, el Papa saludó en diversas lenguas a los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro. Estas fueron sus palabras en español:
Saludo con afecto a los peregrinos y familias de lengua española. En especial al grupo de la Hermandad del Rocío, de Madrid, al grupo de fieles de Panamá y a los Profesores y alumnos de Bachillerato, de Salta (Argentina). Deseo a todos una feliz permanencia en Roma, creciendo en la fe que testimoniaron los Apóstoles. Muchas gracias por vuestra atención Juan Pablo II al saludar a sus connacionales polacos, se dirigió de manera particular a los participantes en la peregrinación de “Solidaridad”. “Este movimiento nacido en tierra polaca, abrió las puertas de la libertad en muchos países de Europa. Me alegro una vez más porque el espíritu de “Solidaridad” continúa a unir nuestra patria a tantas personas. Deseo que este santo espíritu penetre también en la Europa unida” Como siempre, al final de la audiencia, el Papa saludó a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados y recordó la fiesta del día de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael y la inminente de los santos Ángeles Custodios, para que nos empujen a pensar en la premura con la que Dios se ocupa de cada persona humana. Sentid junto a vosotros, la presencia de los Ángeles y dejaos guiar por ellos.
NINGUNA REIVINDICACIÓN PUEDE JUSTIFICAR LOS SECUESTROS El Papa recibió el premio a la “valentía política'' otorgado por la revista francesa “Politique Internationale”. Juan Pablo II piensa en el drama terrible de los secuestrados y de sus familias, víctimas inocentes de la violencia y del odio, invitando a todos los hombres de buena voluntad al respeto de la vida de las personas. “Ninguna reivindicación -añadía el Santo Padre- puede desembocar en un mercado sobre las vidas humanas y el camino de la violencia es una calle sin salida”. Juan Pablo II dijo estas palabras sin mencionar explícitamente Irak, recibiendo el sábado en audiencia a una delegación proveniente de Francia, compuesta también por periodistas, que le han entregado el premio a la “valentía política''. Premio que concede la revista francesa “Politique Internationale”, de la Televisión católica KTO y la Asociación de Política Exterior de la Sorbona. Este acto, dijo el Papa, llama la atención sobre la misión de paz que desarrolla la Iglesia en el mundo, donde los conflictos son por desgracia demasiado numerosos. “Hago un nuevo llamamiento a la paz, para construir una sociedad fraternal entre los pueblos. Mi pensamiento se dirige también a los periodistas, que, por su testimonio y sus publicaciones, son artesanos de paz y de libertad, y que pagan un gran precio en las zonas de conflicto”. Con la asignación del Premio a Juan Pablo II, los promotores del mismo, han querido honorar el compromiso incansable del Papa a favor de la paz y contra toda forma de injusticia o de iniquidad en el mundo, realizado a través de la acción diplomática y humanitaria. El premio recompensa cada año a personalidades no francesas que han dado prueba de valentía en sus acciones y en su pensamiento. Lo han recibido entre otros líderes del mundo, el presidente sudafricano, Frederik de Klerk, y el egipcio Anuar al-Sadat.
IMPULSAR EL DIALOGO Y LA TOLERANCIA PARA ALCANZAR UNA PAZ AUTÉNTICA «En estos tiempos de aflicción y de violencia», Juan Pablo II exhortó al presidente de Pakistán a «seguir impulsando el diálogo y la tolerancia en su región», sólo así «el mundo podrá obtener justicia y paz auténticas». «Sólo gracias a la aceptación y a la comprensión recíprocas entre los pueblos y por medio de un franco y abierto intercambio de ideas, el mundo podrá obtener justicia y paz auténticas». Con estas palabras Juan Pablo II dio su bienvenida al Vaticano al presidente de la República Islámica de Pakistán, Pervez Musharraf. Al recibir al mandatario paquistaní y a su séquito, el Santo Padre se refirió a «estos tiempos de aflicción y de violencia», exhortando al presidente de Pakistán y a todo su pueblo a «seguir impulsando el diálogo y la tolerancia en su región». Tras agradecer el saludo afectuoso que el presidente Pervez Musharraf le había dirigido en nombre de todo su pueblo, el Papa invocó cordialmente las abundantes bendiciones del Altísimo sobre todos los paquistaníes.
UNA AUTÉNTICA PROMOCIÓN DE LA JUSTICIA EN TODOS LOS SECTORES «El valor primario del ser humano debe ser la base de toda ética civil y profesional y de su formación correspondiente». Lo reiteraba el lunes, Juan Pablo II en su discurso a un nutrido grupo de funcionarios de la Administración penitenciaria italiana y de agentes de la policía penitenciaria femenina, en el que expresó también su anhelo de que «la voluntad de auténtica promoción de la justicia se ponga en marcha en todos los sectores» de dicha administración en Italia. Recordando la feliz coincidencia de este encuentro con la fecha en que se celebra la memoria litúrgica de san Vicente de Paúl, «gran santo de la caridad», el Papa evocó el carisma de este fundador. «Él conoció personalmente la dureza de la cárcel e impulsó en las ‘Damas’, luego Hijas de la Caridad, una atención especial para aquella categoría de pobres que son los ‘forzados’». San Vicente, animado por el amor a Cristo, que en el Evangelio se identifica también con el que está preso, exigía comprensión y un tratamiento humano para los que están en la cárcel. Esta audiencia tuvo lugar en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo y en ella participaron unas cuatrocientas personas, entre funcionarios y agentes de la policía penitenciaria, el Inspector general de los capellanes que desarrollan su apostolado en las cárceles de Italia, Mons. Giorgio Caniato, y un grupo de agentes de la policía penitenciaria femenina que acaba de concluir su formación profesional. A estas últimas el Papa las exhortó a «cuidar siempre su vida espiritual». Tras destacar que la labor que desarrollan «requiere una sólida madurez humana, que permita conjugar la firmeza con la atención a las personas», Juan Pablo II hizo hincapié en «las cualidades propiamente femeninas que inciden positivamente en las relaciones humanas». En este contexto - afirmó textualmente el Pontífice - «os será necesaria, sobre todo, la fortaleza interior que proviene de la oración, es decir, de la íntima unión con Dios en toda situación de la vida, también en las ocupaciones cotidianas».
CONTINUOS ATENTADOS A LA VIDA EN COLOMBIA Juan Pablo II denunció la “difícil situación por la que atraviesa Colombia, de donde llegan continuas noticias de atentados a la vida, a la libertad y a la dignidad de las personas, como si el ser humano fuera una mercancía de insignificante valor”. El Papa recibió el jueves a los prelados colombianos de las provincias eclesiásticas de Bogotá, Bucaramanga, Ibagué, Nueva Pamplona, Tunja y la recientemente erigida de Villavicencio. Ante este grupo de 45 prelados colombianos que están cumpliendo su visita ad limina apostolrum el Santo Padre ha condenado la “notoria magnitud adquirida por el fenómeno del secuestro de personas, plaga que asola a miles de familias y que muestra, una vez más, la perversión a la que puede llegar la bajeza humana cuando, en aras de siniestros intereses, se pierde toda perspectiva moral y no se reconocen ni respetan los derechos más fundamentales del hombre”. « En Colombia, -subrayó el Pontífice en su discurso- muchos de estos males encuentran su origen en el narcotráfico, con ramificaciones en muchos sectores, y que aflige desde hace años a la Nación con incalculables consecuencias negativas en todos los ámbitos de la vida social. Ante tales hechos, comparto vuestro dolor y aprecio tantos esfuerzos realizados por alejar la violencia, eliminar sus causas y atenuar sus efectos, prestando adecuada atención a las víctimas y alentando incansablemente a quienes desean abandonar el lenguaje de las armas para emprender el camino del diálogo pacífico ». Juan Pablo II llamó la atención también sobre el “incremento de un fenómeno realmente preocupante, como es el deterioro moral. Se presenta de muy diversas formas y afecta a los más variados ámbitos de la vida personal, familiar y social, socavando la importancia intrínseca de una conducta moralmente recta y poniendo en serio peligro la autenticidad misma de la fe, que “suscita y exige un compromiso coherente de vida; comporta y perfecciona la acogida y la observancia de los mandamientos divinos” (Veritatis splendor, 89). Es un fenómeno debido, en parte, a ideologías que niegan al ser humano la capacidad de conocer con nitidez el bien y de ponerlo en práctica. Aunque, con más frecuencia, se trata de una conciencia ofuscada o que intenta justificar engañosamente la propia conducta, con el apoyo de un ambiente que, de forma deslumbrante, presenta falsos valores tendentes a ocultar o denigrar el bien supremo al que aspira la persona en lo más profundo de su corazón. En otro momento de su discurso el Papa evidenció como inherente al anuncio evangélico en su integridad, la proclamación de “la justicia, la verdad, la fidelidad o el amor al prójimo, en todas sus implicaciones concretas. “Esta enseñanza, íntegra y en plena sintonía con la doctrina moral de la Iglesia, será mucho más fructuosa si va unida al ejemplo personal, el acompañamiento constante y el aliento incansable. Recordando que “el Obispo es el primer predicador del Evangelio con la palabra y con el testimonio de vida” (Pastor gregis, 26), el Pontífice defiendió su importancia “especialmente en el presente momento histórico en el que, por una parte, la fuerza de voluntad se ve cercada por la tentación de una vida fácil y, por otra, la insistencia en los derechos oculta la necesidad de asumir los propios deberes y responsabilidades”. “De esta forma – prosiguió el Santo Padre- manifiestan, por un lado, que la plenitud de vida según los criterios del Evangelio está en el ser y no en el tener; por otro, asumir las propias obligaciones, aunque a veces sea costoso, es un requisito indispensable para afirmar la verdadera dignidad de la persona, lo que genera además una paz interior fruto del deber cumplido y del esfuerzo realizado por una causa justa. Una paz que se extiende también al entorno social y, en especial, a las instituciones, cuando éstas, basadas en un auténtico espíritu de servicio al bien común, están regidas por criterios de igualdad, justicia, honradez y verdad”.
TESTIGO DE LA FE, UN RECONOCIMIENTO AL VALIENTE TESTIMONIO DE CRISTO EN LOS AÑOS DE LA PERSECUCIÓN DE LA IGLESIA El Papa entregó el lunes el premio ‘Testigo de la Fe’ al cardenal Kazimierz Swiatek, Arzobispo de Minsk – Mohilev, en Bielorrusia, que «en los años difíciles de la persecución de la Iglesia en la Europa del Este ha dado fiel y valiente testimonio de Cristo y de su Evangelio». El galardón - como señaló el Papa - ha sido conferido a este purpurado por el Instituto Pablo VI de Brescia, que ha celebrado en días pasados el vigésimo quinto año de su fundación, reflexionando sobre la Declaración del Concilio Vaticano II dedicada a la dignidad humana. El Santo Padre recordó que el cardenal Swiatek había sido ordenado sacerdote poco después del comienzo de la II Guerra Mundial y «dos años después, la Providencia lo llamó a recorrer el vía crucis de la persecución, solidario con la pasión del pueblo cristiano que le había sido confiado, llevando en primera persona la cruz de la prisión, de la condena injusta y de los campos de trabajo con su carga de fatiga, frío y hambre». Momentos en los que «se podía sobrevivir sólo con la fe», como recordó también el Papa, citando las palabras del mismo cardenal Swiatek y haciendo hincapié en que el «Señor le ha concedido una fe fuerte y valiente para superar aquella larga y dura prueba, al final de la cual ha podido volver a su comunidad eclesial como testigo aún más creíble del Evangelio». «Y con la palabra y el ejemplo, ha anunciado a todos, creyentes y no creyentes, la verdad de Cristo, luz que ilumina a todo hombre».
PROMOVER UN HUMANISMO CRISTIANO COHERENTE EN TODO MOMENTO Y LUGAR El Santo Padre recibió a una peregrinación de la archidiócesis croata de Split a quienes exhortó a promover un humanismo cristiano coherente en cualquier manifestación de la vida, tanto en el ámbito privado como en el público. El Papa recibió a una peregrinación de la archidiócesis de Split que coincidiendo con el decimoséptimo centenario del martirio de San Domnio, patrón esta ciudad croata, llegó a Roma para manifestar, ante las tumbas de los santos Pedro y Pablo y los demás mártires de Roma, la adhesión a la fe que ellos confesaron. “Tal adhesión –dijo el Papa- requiere un compromiso de constante fidelidad a Cristo y a la Iglesia para ofrecer un testimonio valeroso y coherente en la familia, en los lugares de estudio y de trabajo y en los demás ambientes de la sociedad. Esforzaos en promover un humanismo cristiano coherente en cualquier manifestación de vuestra vida, tanto en el ámbito privado como en el público”.
JUAN PABLO II SE DESPIDE DE CASTELGANDOLFO Como es tradicional, al finalizar su estancia en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo - ya que mañana regresa al Vaticano - Juan Pablo II se despidió del alcalde y del consejo del ayuntamiento de esta localidad lacial que se encuentra cerca de Roma, así como de los funcionarios y agentes encargados de la seguridad. El Santo Padre agradeció al alcalde, a los miembros del ayuntamiento y a todos los habitantes de Castelgandolfo por la afectuosa «hospitalidad» que ha recibido a lo largo de estos meses veraniegos, durante los cuales ha podido transcurrir días serenos y de descanso. El Papa manifestó su gratitud también a los funcionarios y agentes encargados de la seguridad, «por su generoso y fiel servicio en la tutela del orden». Con el anhelo de que sean «siempre testigos de los valores de justicia, lealtad y espíritu de sacrificio». Valores que encuentran «su manantial más profundo en el amor a Dios y al prójimo».
LOS NUEVOS BEATOS CONTRIBUIRÁN A DAR UN NUEVO IMPULSO A LAS COMUNIDADES ECLESIALES Juan Pablo II beatificó el domingo en la plaza de san Pedro a cinco nuevos siervos de Dios. El emperador Carlos de Austria; dos sacerdotes franceses, Joseph Marie Cassant y Pierre Vigne; y dos religiosas: Anna Katharina Emmerick, y la italo-argentina, María Ludovica De Angelis, Juan Pablo II presidió en la mañana de este primer domingo de octubre, en la Plaza de San Pedro, la misa solemne para la beatificación de 5 siervos de Dios: Carlos de Austria, emperador y rey, los franceses, Pierre Vigne, fundador de las Hermanas del Santísimo Sacramento y Joseph Marie Cassant, sacerdote, de la Orden de los Cistercienses Reformados; la alemana, Anna Katharina Emmerick, de la Orden de las Canónigas Regulares de San Agustín; y la italo-argentina, María Ludovica De Angelis, de la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora de Savona. Con ellos, los beatos proclamados por el Santo Padre alcanzan la cifra de mil trescientos cuarenta y cinco. El Papa inició la celebración recordando que nos encontramos en el mes misionero. Refiriéndose a los nuevos beatos, afirmó que “la centralidad de la Eucaristía en sus vidas se manifiesta como fuente de la caridad y de la misión y se convierte en una invitación para todos los fieles a iniciar con gozo y compromiso el Año de la Eucaristía”, cuya apertura solemne será presidida por el Pontífice, el domingo 17 de octubre. Han sido los obispos de Valence, Toulouse, Münster, La Palta y Funchal los que dirigieron al Papa la petición de la beatificación de los nuevos beatos. Tras la presentación de cada uno de ellos, el Papa pronunció la fórmula de beatificación asignando el día en que se celebrará la fiesta litúrgica de cada uno de ellos: el 8 de julio para Pierre Vigne; el 17 de junio para Joseph Marie Cassant; el 9 de febrero para Anna Katharina Emmerick; el 25 de febrero para María Ludovica De Angelis; y, por último, el 21 de octubre para Carlos de Austria. Tras la proclamación de la Palabra de Dios, Juan Pablo II inició su homilía, afirmando que: “la Palabra de Señor permanece para siempre. Es cuanto han experimentado de modo singular los cinco nuevos beatos. Ellos se han dejado guiar por la Palabra de Dios como por un faro luminoso y seguro, que nunca ha cesado de iluminar su camino”. Al referirse al P. Pierre Vigne, Juan Pablo II deseó que su ejemplo provoque en los fieles “el deseo de extraer de su amor a la Eucaristía y de la adoración del Santísimo Sacramento, la audacia para la misión”. Le ha pedido que “toque de modo especial el corazón de los jóvenes, para que acepten, si son llamados por Dios, consagrarse totalmente a él en el sacerdocio o en la vida religiosa”. En 1670, nacía en Francia, Pierre Vigne, misionero itinerante fundador de la Congregación de la Religiosas del Santísimo Sacramento. Su deseo de ser misionero entre la gente sencilla lo llevó a entrar en la Congregación de los Lazaristas, en Lyon, en 1700. Allí recibe una sólida formación a la pobreza y a las «misiones populares» y empieza a recorrer pueblos y ciudades con sus compañeros para evangelizar al pueblo cristiano. Incansablemente, y durante más de treinta años, recorrió los caminos de las comarcas del Vivarais y del Dauphiné. Predica, visita a los enfermos, catequiza a los niños y administra los sacramentos. Celebra la Misa, expone al Santísimo, enseña a los fieles a adorar. Estuvo siempre dispuesto a ofrecer la misericordia de Dios. Pierre Vigne será un «misionero itinerante», aplicando su propio método pastoral sometió siempre su ministerio a la autorización de sus superiores jerárquicos. La contemplación de la pasión de Cristo y la unión con él, presente en la Eucaristía, afirmó el Papa en su homilía, han marcado las vidas de la Beata Catherina Emmerick y del Hermano Joseph Marie Cassant; éste último, desde el silencio de la Trapa, en medio de las pruebas, al ofrecer sus sufrimientos por el Señor y por la Iglesia, es un ejemplo para descubrir el misterio de la oración, que eleva el mundo a Dios y da la fuerza en las pruebas. Así también, la Beata Emmerick, al experimentar en su cuerpo la Pasión de Cristo, ha abierto el corazón de tantas personas a la donación total de amor a Jesucristo. Anna Katharina Emmerick nació el 8 de septiembre de 1774 en la diócesis alemana de Münster, en una familia de campesinos pobres. Desde su niñez se distinguió por su profunda vida espiritual. Murió el 9 de febrero de 1824, tras haber experimentado místicamente la pasión de nuestro Señor Jesucristo. Un rasgo característico de su vida era su amor a Dios y al prójimo. Recibió carismas extraordinarios que empleó para consuelo de numerosas personas, de todo rango y condición, entregándose por entero a su apostolado y ofreciendo sus sufrimientos por la salvación de la humanidad. Joseph-Marie Cassant nacido en Francia, en 1878, en el seno de una familia de agricultores, fue un monje trapense. Murió apenas cumplidos los 25 años, después de haber deseado desde la infancia ser sacerdote. El «camino del Corazón de Jesús», que le fue enseñado por su padre espiritual, es una llamada incesante a vivir el instante presente con paciencia, esperanza y amor. A veces se ha subrayado la banalidad de esta corta existencia: dieciséis años discretos pasados en Casseneuil y nueve años en la clausura de un monasterio, haciendo cosas simples: oración, estudios, trabajo. Cosas simples, sí, pero que supo vivirlas de forma extraordinaria; pequeñas acciones, pero realizadas con una generosidad sin límites. El mensaje del Padre Joseph-Marie es muy actual: en un mundo de desconfianza, a menudo víctima de la desesperación, pero sediento de amor y de ternura, su vida puede ser una respuesta, sobre todo para los jóvenes que buscan un sentido a la propia vida. Refiriéndose a la vida de la Beata Ludovica de Angelis, el Papa puso de relieve cómo “estuvo consagrada totalmente a la gloria de Dios y al servicio de sus semejantes. En su figura destacan un corazón de madre, sus cualidades de líder y la audacia propia de los santos. Con los niños enfermos tuvo un amor concreto y generoso, afrontando sacrificios para aliviarlos. En todo estuvo sostenida por la oración, haciendo de su vida una comunicación continua con el Señor”. Sobre esta Hija de Nuestra Señora de la Misericordia - protectora de los niños enfermos - que nació en Italia el 24 de octubre de 1880 y murió en Mar del Plata el 25 de febrero de 1962, nos habló la postuladora de su causa, sor Ruth Rodríguez, que pertenece a la misma congregación de la nueva beata:
Hablando del beato Carlos de Austria, el Pontífice resaltó cómo buscaba en todo la voluntad de Dios para actuar en consecuencia. Fue un amigo de la paz, siguiendo las sugerencias del Papa Benedicto XV en medio de las tempestades de la I Guerra Mundial. Siguió la llamada del cristiano a la santidad, teniendo para él gran importancia el amor social. Juan Pablo II deseó que se convierta en un ejemplo de modo particular para los que tienen alguna responsabilidad política en Europa. Carlos I nació en 1887 en Persenbeug (Austria) y murió en 1922 en la capital de la isla portuguesa de Madeira, Funchal, donde estaba exiliado. Subió al trono en 1916 y sirvió a su pueblo con justicia y caridad. Se distinguió por su búsqueda de la paz, ayudando a los pobres y cultivando con firmeza su vida espiritual. La fe le sirvió de apoyo desde su juventud y, sobre todo, en el periodo de la primera guerra mundial y de su exilio. Como se recuerda en su biografía, Carlos soportó sus sufrimientos, perdonó a todos los que no le habían ayudado y murió con la mirada dirigida al Santísimo Sacramento. Como él mismo señaló, aún en el lecho de su muerte, el lema de su vida fue: «Mi compromiso es siempre, conocer y seguir la voluntad de Dios». El Papa finalizó su homilía deseando que “María Santísima, que en este mes de octubre invocamos de modo particular con la oración del Rosario, nos ayude a convertirnos por nuestra parte en generosos y valientes apóstoles del Evangelio”. Durante la procesión de las ofrendas le fue entregado al Santo Padre un nuevo crucifijo de madera para las celebraciones pontificias. El regalo le fue ofrecido por la Asociación Italiana Santa Cecilia, en ocasión del XIV Centenario de la muerte del Papa San Gregorio Magno. La obra ha sido esculpida por artesanos de la tradición romana por encargo de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice y se inspira en el Crucifijo de la Capilla Sixtina. Y antes de concluir la celebración, el Santo Padre introdujo el rezo mariano del Ángelus invitando a los fieles, durante este mes de octubre, dedicado de forma especial a Nuestra Señora del Rosario, a recitar esta bella oración, imitando así a los nuevos beatos. Saludando en francés reiteró que los nuevos beatos contribuirán a dar un nuevo impulso a las comunidades eclesiales, “una renovación espiritual, que ya he podido constatar en mi reciente peregrinación a Lourdes”. En lengua alemana saludó a los miles de peregrinos presentes, venidos de Austria, Alemania y de Europa central, para la beatificación de Carlos de Austria y Anna Katherina Emmerick. Finalmente, este fue su saludo en español, recordando la nueva beata italo-argentina.
LITURGIA EUCARÍSTICA EN SUFRAGIO DE PABLO VI Y JUAN PABLO I l cardenal Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio presidió el martes, en el Altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana, en nombre del Papa, la Liturgia Eucarística en sufragio de los Sumos Pontífices difuntos Pablo VI y Juan Pablo I. En su homilía, en la que reflexionó sobre el ministerio Petrino, puso de relieve cómo estos sucesores de Pedro «han confirmado en la fe a sus hermanos “con valentía apostólica”. En un tiempo en el que vemos cómo Satanás “criba como el grano” a los discípulos de Cristo, la fe imperturbable de estos Papas fue visiblemente la roca sobre la cual se mantuvo la Iglesia. Ellos nos guían “hacia la verdad plena”, confirmándonos en la fe de nuestro Redentor». «Amor y verdad, afirmó el cardenal Ratzinger, constituyen los dos polos de la misión confiada a los Sucesores de Pedro». Presidir en la caridad es sobre todo preceder en el amor de Cristo, que implica conocerle –la fe- y participar en su amor. El Primado en su esencia más íntima no es un ejercicio del poder, sino “llevar el peso de los otros”, es responsabilidad del amor. Y el amor de Cristo es amor por los pobres, por los que sufren. Pablo VI y Juan Pablo I, por ello, estuvieron comprometidos con fuerza contra la injusticia, en favor de los oprimidos, de los que no tenían poder. «Presidir en la caridad, concluyó el cardenal, concierne finalmente a la Eucaristía, que es la presencia real del amor encarnado, presencia del Cuerpo de Cristo ofrecido por nosotros. La Eucaristía crea la Iglesia, crea esta gran red de comunión, que es el Cuerpo de Cristo, y crea así la caridad».
LLAMAMIENTO DEL PAPA PARA DETENER EL FLAGELO DEL SIDA “En la lucha contra el SIDA, todos deben sentirse implicados”. Juan Pablo II hace un llamamiento a los gobernantes, organismos internacionales e industrias farmacéuticas para que detengan este flagelo que está devastando un continente de inmensos recursos como África. En su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar el 11 de febrero de 2005 en Yaoundé, el Papa subraya que la elección de Camerún ofrece la oportunidad de manifestar una solidaridad concreta a las poblaciones de este continente tan probadas por las graves carencias sanitaria. Después de diez años África vuelve a albergar las celebraciones principales de la Jornada Mundial del Enfermo, esta vez en el santuario camerunés de María Reina de los Apóstoles de Yaoundé. En su mensaje para esta ocasión el pontífice retoma la Exhortación post-sinodal Ecclesia in Africa para recordar a las conciencias que éste es un continente en el que innumerables seres humanos yacen abandonados en el camino, enfermos, heridos y marginados. La Jornada Mundial del Enfermo tiene también la finalidad de estimular la reflexión sobre el concepto de salud que en su acepción más completa alude también a una situación de armonía del ser humano consigo mismo y con el mundo que le rodea. “Por desgracia –escribe el Papa- esta armonía hoy en día está muy turbada. Tantas enfermedades devastan el Continente, y entre todas ellas, particularmente el flagelo del SIDA siembre dolor y muerte en numerosas zonas de África”. A este desolador panorama el Santo Padre añade “los conflictos y las guerras que atormentan muchas regiones africanas” que “hacen más difícil las intervenciones encaminadas a prevenir y curar estas enfermedades. En los campos de prófugos y refugiados a menudo las personas soportan además la carencia de los víveres indispensables para su supervivencia”. El Papa exhorta a quienes tienen la posibilidad, a no dejar de comprometerse totalmente para poner fin a similares tragedias y vuelve a advertir a los responsables del comercio de armas que “quienes alimentan las guerras en África mediante el tráfico de armas son cómplices de odiosos crímenes contra la humanidad”. El drama del SIDA se presenta también como una patología del espíritu –escribe el Papa- a la que hay que combatir de forma responsable acrecentando la prevención mediante la educación al respeto del valor sagrado de la vida y la formación a la correcta práctica de la sexualidad. Juan Pablo II no excluye a nadie en la lucha contra el SIDA. Los gobernantes y las autoridades civiles deben proporcionar informaciones claras y correctas a los ciudadanos sobre este argumento, así como dedicar recursos suficientes para la educación de los jóvenes en el campo de la atención a la salud. Los organismos internacionales deben promover iniciativas solidarias encaminadas siempre a defender la dignidad humana y a tutelar el derecho inviolable a la vida. Las industrias farmacéuticas deben mantener bajos los costes de los medicamentos para la cura del SIDA y aunque es cierto que son necesarios recursos económicos para la investigación en el campo sanitario y para comercializar los nuevos descubrimientos, frente a emergencias como el SIDA, la salvaguardia de la vida humana siempre está antes que cualquier otra consideración. El Papa recuerda también con admiración a los muchos agentes sanitarios, asistentes religiosos y voluntarios que transcurren sus vidas junto a las víctimas del SIDA y se ocupan también de sus familiares. “Es precioso el servicio que prestan miles de instituciones sanitarias católicas ayudando a cuantos en África padecen enfermedades, especialmente el SIDA, la malaria y la tuberculosis”. La celebración de la Jornada Mundial del Enfermo ofrece a todos la posibilidad de comprender mejor la importancia de la pastoral de la salud. En nuestra época, caracterizada por el secularismo, se corre el riesgo de no valorar este ámbito pastoral. Se piensa que es en otros campos donde se juega el destino del hombre. Y sin embargo, es precisamente en el momento de la enfermedad cuando es más urgente que nunca encontrar respuestas adecuadas a los últimos interrogantes sobre la vida del hombre: el dolor, el sufrimiento y las misma muerte. Juan Pablo II finaliza su mensaje dirigiéndose a la Virgen Inmaculada mediante una angustiada oración para que vele por aquellos que en África viven en la extrema necesidad aquejados por el SIDA u otra enfermedad mortal, que vele por las madres que lloran por sus hijos, que vele por los abuelos que sin los recursos necesarios se ocupan de sus nietos que han quedado huérfanos.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN AL SERVICIO DEL ENTENDIMIENTO ENTRE PUEBLOS Juan Pablo ha elegido como tema para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2005: “Los medios de comunicación; al servicio del entendimiento entre los pueblos”. Este argumento “refleja el deseo del Santo Padre de que los medios contribuyan a crear un diálogo real y una compresión mutua entre los pueblos – dijo en un comunicado el arzobispo John P. Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, departamento del Vaticano que organiza estas jornadas. Monseñor Foley subrayó en su mensaje la importancia de la elección por parte del Papa de un tema así, ya que “los medios de comunicación al servicio del entendimiento de los pueblos lleva al entendimiento, a la justicia y a la paz duradera”. El anuncio se hizo público coincidiendo con la celebración de la festividad litúrgica de los santos arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, quienes han sido designados patrones de todos aquellos que trabajan en la radio, mientras que el mensaje de Juan Pablo II se hará público el 24 de enero, memoria de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas.
XXXVIII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ Con el lema “No te dejes vencer por el mal; antes bien vence al mal con el bien”, se presentó el mensaje del Santo Padre para la XXXVIII Jornada Mundial de la Paz, que tendrá lugar el 1 de enero de 2005. La elección de este tema pretende provocar una concienciación del mal como causa y fuente de conflictos y guerras, y al mismo tiempo, del nexo inseparable entre el bien moral y la paz. El mensaje de Juan Pablo II subraya la paz como un bien fruto de elecciones inspiradas y orientadas al bien. La consideración del bien moral se abre además a una plena valoración de uno de los principios más relevantes de la doctrina social de la Iglesia: el principio del bien común universal. El bien moral es el presupuesto para concretizar el bien común, y entre los objetivos de éste último se encuentra la estructuración del orden social, económico y político, nacional e internacional, con la perspectiva de la paz. No faltará en este mensaje una referencia al tema de los bienes materiales que la Doctrina Social trata dejándose guiar por el principio de la destinación universal de los mismos. No hay que olvidar que en el magisterio de Juan Pablo II es una realidad la estrecha conexión entre derecho al desarrollo y el derecho a la paz. En esta perspectiva, una responsabilidad capaz de absorber la voluntad de buscar el bien y huir del mal, no puede dejar de tomar en consideración los muchos problemas sociales y económicos que gravan sobre los pueblos y buscar una solución basada en la equidad y la solidaridad. El mensaje del Pontífice tendrá la finalidad de comprometernos a todos para buscar el camino del bien común como el camino más rápido y seguro para alcanzar la paz.
INMENSA ALEGRÍA POR LA LIBERACIÓN DE LAS DOS VOLUNTARIAS ITALIANAS El Vaticano “celebró con una inmensa alegría la noticia de la liberación de las dos voluntarias italianas”, en un mensaje de Juan Pablo II tras la llegada de Simona Torreta y Simona Pari a Roma, compartido por el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz. “Junto al Papa nos hemos alegrado por esta gran noticia”, en estos términos se expresaba el cardenal Renato R. Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, tras la noticia de la liberación de Simona Torretta y Simona Pari, las dos voluntarias italianas que trabajaban en Irak a favor de los niños. El cardenal Martino pedía que no se descanse en luchar por la paz, porque “se trata de un pequeño acontecimiento dentro del gran drama que se vive en Irak”. “Por desgracia – finalizaba el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz – ésta liberación no resuelve los problemas que azotan al pueblo iraquí”. Ante la liberación de las “Simonas”, como cariñosamente se las llama, la alegría ha inundado a todo el mundo, contagiando también a Juan Pablo II quien, según un comunicado difundido por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, dirigía su “pensamiento a sus familias y a todas las personas de buena voluntad, agradeciendo a Dios este gesto de humanidad”. En los mismo términos se expresaba el Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), monseñor Giuseppe Betori, quien también manifestó su alegría porque según su opinión, se trata de “un gran símbolo de esperanza tras los días de angustia”. Pero monseñor Betori no quiso olvidar a todas las personas que aún sigue secuestradas en Irak, y por eso, en su mensaje, expresó su deseo de que se repitan actos como la liberación de las dos voluntarias italianas porque de este modo se “contribuye de forma decisiva a la reconstrucción de la paz”. Simona Pari y Simona Torretta fueron secuestradas, junto a dos compañeros iraquíes, el pasado 7 de septiembre. Hasta el martes 28 de septiembre, no se daban informaciones ciertas sobre el paradero de las dos jóvenes cooperantes de la organización no gubernamental “Un puente para”, que se ocupa de la reconstrucción de escuelas y el abastecimiento de medicinas en Bagdad desde el final de la guerra del Golfo. El secuestro de los cuatro miembros de esta asociación que trabaja mano a mano con el pueblo iraquí, conmocionó a toda la opinión pública, de ahí que numerosos líderes musulmanes manifestaran su rechazo ante este acto terrorista, así como gran parte de la población iraquí.
HAITÍ: CIEN MIL DÓLARES PARA LAS POBLACIONES AFECTADAS POR EL HURACÁN Juan Pablo II envió una ayuda de cien mil dólares a la Conferencia Episcopal de Haití para géneros de primera necesidad, agua potable, alimentos y medicinales. Lo anunciaba el lunes un comunicado del Consejo Pontificio Cor Unum que recuerda que este país ha sufrido el trágico paso del huracán Jeanne, que ha provocado miles de muertos, y causando asimismo daños irreparables en la agricultura. La nota indica asimismo que hace sólo cuatro meses otras tremendas inundaciones había desolado la región de Haití y la República Dominicana y también en aquella ocasión el Santo Padre envió al presidente del Consejo Pontificio Cor Unum para llevar en su nombre un mensaje de esperanza y una ayuda económica para la reconstrucción.
LA PAZ NECESITA GESTOS VALIIENTES, JUSTICIA Y PERDÓN RECÍPROCO En su intervención ante la ONU, el arzobispo Lajolo, secretario para las relaciones con los Estados, reiteró la posición de la Santa Sede en lo que respecta a numerosos temas de interés mundial como pobreza, desarme, conflictos armados, situación en el continente africano, terrorismo y los derechos humanos fundamentales En su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el arzobispo Giovanni Lajolo, secretario para las relaciones con los Estados, reiteró la posición de la Santa Sede en lo que respecta a numerosos temas de interés mundial: la pobreza, el desarme, los conflictos armados regionales, la situación en el continente africano, el terrorismo, los derechos humanos fundamentales - entre los cuales el derecho a la vida y a la libertad religiosa - fueron algunos de los puntos más destacados de su discurso. En un amplio y denso repaso del programa de la Asamblea General, refiriéndose a los temas de la pobreza y del desarrollo, el secretario de la Santa Sede para las relaciones con los Estados, recordó que cientos de millones de seres humanos carecen de lo indispensable y que hay decenas de millones de «niños desnutridos y privados injustamente del derecho a vivir». En este contexto, Mons. Lajolo señaló que para superar esta situación inhumana «es necesario que bajo la protección de la ONU se llegue a un sistema comercial internacional más flexible y más justo». «Para que haya paz en el mundo – prosiguió Mons. Lajolo - el desarme debe ser completo y general». Deber ser un desarme que abarque no sólo las armas de destrucción masiva sino también ‘las convencionales’. Entre los conflictos armados regionales, el secretario para las Relaciones con los Estados recordó el que ensangrienta a israelíes y palestinos, la guerra en Irak y la situación en África. «La Iglesia Católica presente en Palestina desde hace dos mil años» - subrayó Mons. Lajolo - recuerda que la paz necesita gestos valientes, justicia y perdón recíproco. Evocando luego los apremiantes llamamientos del Papa y de la Santa Sede en contra de la guerra en Irak – y que es «evidente que esta guerra no ha conducido a un mundo más seguro, ni dentro ni fuera del territorio iraquí» - el prelado señaló que ahora hay que apoyar al gobierno actual en su esfuerzo de llevar al país a una condición de vida normal y a un sistema político democrático y conforme a los valores de sus tradiciones históricas. Lamentando los sufrimientos de los pueblos de Sudán, de Somalia, de la Región de los Grandes Lagos y de Costa de Marfil, Mons. Lajolo apeló a una «solidaridad internacional activa» y a la necesidad de que la Unión Africana haga prevalecer su autoridad, impulsando el diálogo y la reconciliación. Sobre el terrorismo, «fenómeno aberrante, indigno del ser humano, que ha asumido dimensiones planetarias», Mons. Giovanni Lajolo recordó que ningún país puede presumir de estar a salvo. Por lo que, quedando firme el derecho y el deber de cada Estado de poner en práctica todas las medidas justas para tutelar a sus ciudadanos e instituciones - «es evidente que para oponerse eficazmente al terrorismo se requiere una política que no se funde sobre el principio unilateral, sino en una decidida concertación plurilateral, en el respeto del derecho».
MODELO EUROPEO PARA EL CRECIMIENTO GLOBAL ECONÓMICO
Y SOCIAL El presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz reiteró «la urgencia de mejorar la cooperación para el desarrollo y de encontrar nuevas fuentes de financiación», en la XVI Conferencia Bancaria celebrada en Londres y dedicada al modelo europeo para el crecimiento global económico y social. El presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz destacó «la urgencia de mejorar la cooperación para el desarrollo y de encontrar nuevas fuentes de financiación». La ocasión ha sido la XVI Conferencia Bancaria, promovida por la Cámara de Comercio italiana en el Reino Unido, que se celebró en Londres, dedicada al modelo europeo para el crecimiento global económico y social. El cardenal Renato Martino hizo hincapié en la contribución de Europa en favor del desarrollo de los países pobres y reflexionó sobre la necesidad de que este desarrollo «sea cada vez más humano, integral, solidario y sostenible». En particular, el purpurado dirigió un llamamiento con el fin de que se mejoren concretamente las condiciones de la cooperación para el desarrollo. Teniendo en cuenta los criterios de abastecimiento, impacto social y ambiental, burocracia, potenciación y creación de fondos. En este contexto, el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz señaló que «algunos gobiernos están actuando significativamente, con el aliento y el apoyo moral del Santo Padre y de la Santa Sede». El cardenal Martino destacó el ejemplo del gobierno británico que ha puesto en marcha una iniciativa denominada International Finance Facility, así como las propuestas de los gobiernos francés y brasileño. Luego, el cardenal Renato Martino llamó la atención de los participantes en esta Conferencia de Londres sobre la necesidad de promover «una democracia auténtica por medio de una administración de mercado adecuada, de forma que todos los protagonistas, fuertes y débiles, grandes y pequeños, tengan la oportunidad real de comunicar con los demás y de crear intercambios comerciales, tutelados también por las autoridades públicas». La intervención del purpurado finalizó poniendo de relieve la importancia de que «los modelos de desarrollo no socaven la extraordinaria riqueza y diversidad presente en Europa».
CONJUGAR SEGURIDAD, SOLIDARIDAD Y TUTELA DE LA VIDA «Ante los desafíos internacionales - entre los cuales se encuentra el terrorismo - es necesario conjugar la seguridad, la solidaridad y la tutela de la vida humana». Es el llamamiento presentado por el Observador Permanente de la Santa Sede ante las Organizaciones internacionales en Viena, en el curso de la 48 sesión de la Conferencia general de la Agencia Internacional para la Energía Atómica. Al intervenir en esta sesión dedicada a los riesgos y potencialidades nucleares, Mons. Leo Boccardi señaló que el terrorismo «es una forma moderna de barbarie» y recordó que «las continuas amenazas contra la paz y la estabilidad, que provienen de la proliferación de las armas de destrucción masiva, además de los actos de violencia perpetrados en distintas partes del mundo, así como los conflictos en curso, interpelan a la comunidad internacional». En ese contexto, el representante de la Santa Sede hizo hincapié en que «ante las constantes violaciones de la dignidad humana y las víctimas inocentes del terrorismo», todos están llamados a «afrontar las causas de semejantes atrocidades y a impulsar el diálogo esencial para el restablecimiento de la paz y de la seguridad». Mons. Boccardi puso de relieve «las señales que ponen en guardia contra los riesgos de una proliferación nuclear en poder de países interesados en una compraventa ilícita de armas de destrucción masiva». Y abogó por la «necesidad de dar más autoridad a los inspectores» de la Agencia Internacional para la Energía Atómica, «para salir al paso del mercado ilegal de materiales nucleares, sin menospreciar el riesgo de que grupos terroristas tengan acceso a este tipo de material y de tecnología». El Observador Permanente de la Santa Sede exhortó a aprovechar las aplicaciones benéficas de las tecnologías nucleares de forma que puedan ofrecer una ayuda a algunas necesidades de las poblaciones, en especial en los países en vías de desarrollo. En particular, recordando las aplicaciones al servicio de la malnutrición infantil, para el diagnóstico y para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, Mons. Boccardi exhortó a «impulsar una intensa colaboración entre las organizaciones internacionales y los estados». Pues «sólo así se podrán alcanzar resultados significativos para afrontar los graves desafíos de la actualidad».
«ESTEBAN EL GRANDE, PUENTE ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE» En la ceremonia con la que se inauguró, en los museos vaticanos, la muestra dedicada a «Esteban el Grande, puente entre Oriente y Occidente», el cardenal Secretario de Estado señaló que esta iniciativa «nos hace conocer mejor una página gloriosa de la historia europea y puede dar un mensaje de vida a los hombres de nuestro tiempo, en los comienzos del tercer milenio cristiano». Ante el presidente de la República rumana, venido al Vaticano para esta inauguración, el cardenal Angelo Sodano alabó la iniciativa del gobierno de Bucarest de recordar a las nuevas generaciones, precisamente, a Esteban de Rumanía - «insigne estadista cristiano» - que amó y sirvió a su pueblo, defendiéndolo en la hora del peligro y elevando su tenor de vida con iniciativas sociales, como el arte y la arquitectura. Un gran soberano cristiano del Renacimiento, que tiene un mensaje actual para los hombres de nuestro tiempo, tanto en Rumanía como en toda Europa.
COMUNIDAD CARMELITA: 5 AÑOS DE PRESENCIA ORANTE EN EL VATICANO Teresa de Lisieux, una santa que todavía continúa fascinando a tantos fieles con su ejemplo y su enseñanza sobre la infancia espiritual. Con estas palabras Mons. Sandri se refirió a Santa Teresita del Niño Jesús, durante la celebración de la Santa Misa para las hermanas carmelitas del Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano que el viernes celebraron la festividad de la Doctora más joven de la Iglesia. Tras una permanencia de cinco años en este Monasterio, ubicado al interno de la Ciudad del vaticano, las hermanas carmelitas ceden su lugar a una comunidad también contemplativa de hermanas benedictinas. Durante los próximos cinco años las relevaran en su compromiso de asumir la presencia orante en el silencio y en la soledad como apoyo al Santo Padre en su cotidiana solicitud por toda la Iglesia. Dirigiéndose a estas hermanas carmelitas, que permanecen en el Monasterio desde 1999, Mons. Sandri subrayó que “el camino de la infancia espiritual experimentado por Santa Teresita del Niño Jesús está bien delimitado en sus escritos retomando la enseñanza fundamental del Evangelio de San Mateo leído en la Santa Misa y que afirma que quien se haga pequeño como este niño, es el mayor en el Reino de los Cielos”. En este mismo contexto el prelado reafirmó que “en una sociedad como la actual, tan a menudo dominada por la lógica de la competencia y el dominio, de la voluntad de poseer y de la supremacía, es más urgente que nunca redescubrir la verdadera grandeza de cada ser humano en busca de su plena realización”.
ARCHIDIÓCESIS
DE FERRARA-COMACCHIO (ITALIA) DIÓCESIS
DE ALBANO (ITALIA) DIÓCESIS
DE ESTRASBURGO (FRANCIA) ARCHIDIÓCESIS
DE MARINGÁ (BRASIL) ARCHIDIÓCESIS
DE RANCHI (INDIA) DIÓCESIS
DE XUÂN LÔC (VIETNAM) DIÓCESIS
DE PALMERSTON NORTH (NUEVA ZELANDA) ARCHIDIÓCESIS
DE LUSAKA (ZAMBIA) DIÓCESIS
DE NDOLA (ZAMBIA) NUNCIATURA
APOSTÓLICA EN TRINIDAD Y TOBAGO, BAHAMAS, DOMINICA, SAINT KITTS
Y NEVIS, SANTA LUCIA, SAN VICENTE Y GRANADINAS
COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DOMINGO Domingo
27 del Tiempo Ordinario (C): 3 de octubre de 2004 El profeta Habacuc es hoy portador de una pregunta; ese grito que solemos dirigir a Dios, cuando las cosas se ponen feas y ya no aguantamos más: «¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches?... ¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?». Y el profeta nos dice lo que ese Dios, que parecía lejano y ausente, le respondió: «lo que tengo prometido espera su momento, se acerca su cumplimiento y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse». Si, el Señor nos asegura que Él nunca se echará atrás, ni nos dejará desamparados al vaivén de las dificultades. Él tiene siempre la última palabra y se saldrá con la suya, para nuestro bien. Por eso, la solución más sabia es confiar de verdad en Él. Y, así, nos quiere meter hoy, muy hondo en el corazón, esta convicción: «El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá de la fe». Sí, adherirse al Señor es lo más seguro, frente a la postura del hombre orgulloso, habituado a confiar sólo en sus cálculos. Pero, ¿es posible hoy esta fe? Era el mismo interrogante que cundía entre los apóstoles, después de oír de labios de Jesús las condiciones para seguirle hasta el final. Las había ido soltando durante aquel último viaje a Jerusalén que tan decidido emprendió. Tal y como estaban las cosas, sabían que su Maestro iba ya a por todas y no quería medias tintas. Pero había que tener mucha fe para vivir conforme a sus propuestas. Nosotros también las hemos ido escuchando estos domingos: humildad, pobreza, cuidado con el dinero, tener siempre presente el juicio último de Dios, imitarlo en su extrema misericordia olvidándose de toda ofensa... ¡Hace falta mucha fe para todo eso! No se sentían capaces de tanto, y juntos se acercaron al Señor para pedirle: «Auméntanos la fe». Jesús, entonces, los mira con complacencia, porque han comprendido que la fe es, ante todo, un don. Pedirla, de verdad, es tener ya la suficiente. Lo demás, que parece tan difícil de cumplir, viene ya de vivirla simplemente. Y, así, les responde con una imagen: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”. Y os obedecería». No, a la hora de seguir las propuestas de Jesús, la dificultad no radica en que hay que tener mucha fe. El problema está en otra cosa. Y, para que lo entendieran sus apóstoles –y nosotros hoy también–, el Señor les propuso una parábola: «Suponed que un criado vuestro vuelve de su trabajo, ¿Quién de vosotros le dice: “Ven y ponte a la mesa, mientras yo te sirvo"?... ¿Es que tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Pues, lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”». No, el problema no está en tener mucha fe, sino en hacer lo que nos pide la poquita que tenemos. La fe es un don de Dios que hay que pedir con humildad; pero, por mucha que se tenga, si no se vive conforme a ella, no sirve de nada. Y esa es nuestra responsabilidad. Aunque sea lo primero, lo importante no es tenerla, sino cumplirla de verdad. Está de moda decir: «soy creyente, aunque no practico». ¿De qué sirve, entonces? Ahí apunta hoy el Señor: practicar es justo lo nuestro, porque de lo otro ya se encarga Dios. No pagará el Señor la fe que dijimos tener, ni los entusiasmos que pasaron con la fiesta o la romería, sin transformar nuestra vida... El Señor pagará nuestras obras. Esas de las que volvemos cansados cada día. Y, si hicimos lo que nos tenía mandado; si hicimos lo que teníamos que hacer como siervos suyos... ¡Entonces nuestra vida está apoyada en Él! Y eso es tener fe de verdad; eso es practicarla como tal. La sorpresa es que, al final, el Señor se saltará la parábola. Porque también nos habló de un banquete eterno, que él mismo servirá a los que fueron sus siervos. Es lo que pregustamos cada domingo, cuando Él nos sienta a su mesa. Es ahí donde, con su don extremo por nosotros, premia nuestros esfuerzos de la semana y sigue sosteniendo nuestro camino de fe: esa que vivimos de verdad, aunque sea tan pequeña como un minúsculo grano de mostaza...
EL FUNDAMENTALISMO LAICISTA SE IMPONE EN ESPAÑA El cardenal español Julián Herranz denunció el "fundamentalismo laicista" que se está imponiendo en España y el "laicismo agresivo" ya en marcha, "que pueden repercutir muy negativamente en sectores fundamentales de la sociedad como el matrimonio, la familia y la juventud". El purpurado, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, hizo estas manifestaciones durante la homilía que pronunció el domingo en la misa funeral que celebró en la basílica romana de San Agustín en sufragio por el cardenal Marcelo González Martín, recientemente fallecido. Tras resaltar las virtudes del que fuera cardenal de Toledo y primado de España, el cardenal Herranz dijo que no quería acabar la homilía sin expresar su preocupación, "que comparten muchos españoles y la Conferencia Episcopal", por lo que está sucediendo "en nuestra patria a nivel de política gubernamental y opinión". "Compartimos la seria preocupación de que el concepto democrático de la laicidad del Estado, que es justo, se está transformando en España en otro muy diferente: el de fundamentalismo laicista, y compartimos el temor de que, respecto a determinados proyectos legislativos en marcha, ese laicismo agresivo llegará a tener repercusiones muy negativas en sectores y valores fundamentales de la sociedad", dijo el cardenal Herranz. El purpurado español concluyó pidiendo a Dios "que ningún totalitarismo o fundamentalismo laicista y antirreligioso, más concretamente anticatólico, impida la pacífica convivencia de todos los españoles y la colaboración de todos en el compromiso común de favorecer el verdadero progreso de la libertad -inseparable de la verdad- en la democracia española".
PLAN PASTORAL DE LA DIÓCESIS DE SEVILLA PARA LOS PRÓXIMOS 4 AÑOS El nuevo Plan Pastoral de la diócesis de Sevilla marca las prioridades de la acción evangelizadora y pastoral de esta diócesis para los próximos cuatro años, en el texto se remarca la necesidad de trabajar en cuatro colectivos: la familia, los jóvenes, los trabajadores en precariedad marginal y marginados y, finalmente, los inmigrantes. El texto fue presentado en la catedral hispalense por el cardenal arzobispo, monseñor Carlo Amigo Vallejo, quien en un momento de la eucaristía entregó el documento del Plan Pastoral a representantes de diversos organismos y colectivos de la Diócesis. El documento está dividido en cuatro apartados. En el primero de ellos se analiza el marco del Plan Pastoral, explicando el compromiso centrado en la caridad que tiene la diócesis, en sintonía con la Iglesia universal y en fidelidad con el Concilio Vaticano II. Asimismo se analiza en este apartado el mundo de la Iglesia hoy en día, para después pasar, a explicar las orientaciones que configuran el nuevo plan pastoral, donde se hace un repaso de los diferentes ámbitos de la pastoral. El tercer punto del nuevo Plan Pastoral de la diócesis de Sevilla es práctico: Líneas de acción del Plan Pastoral. Entre estas medidas están; el acrecentar la vida eclesial fortaleciendo la comunidad para la misión y dando respuesta con la caridad cristiana al desafío de la pobreza; arraigar la vida comunitaria en la vida sacramental y en la oración; optar decididamente por la formación del laicado en las parroquias, movimientos y asociaciones; y abogar por la primacía de la evangelización. El último capítulo del documento es la puesta en práctica del mismo en la diócesis sevillana, haciendo un seguimiento y una evaluación final.
NIÑOS DE LA CALLE ASESINADOS EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO En la República Democrática del Congo han sido asesinados por lo menos 15 niños de la calle, aunque, según las fuentes, los menores víctimas del comercio de diamantes podrían ser 30. Los habitantes de Mbuji Mayi, capital de la región de Kasai Oriental, señalan que algunos menores han muerto al recibir golpes o ser quemados por parte de vigilantes de las minas que se encuentran en la mencionada región. La agencia misionera MISNA, citando declaraciones del equipo local de UNICEF, señala que han sido recuperados los cadáveres de seis menores. Al parecer, estas nuevas víctimas - entre los más de ocho mil niños de la calle que intentan sobrevivir en esa ciudad congoleña - habían sido atacadas por algunos buscadores de diamantes. MISNA recuerda que los menores son explotados en las minas de Kasai como mano de obra barata en la peligrosa actividad de la extracción de diamantes.
LLAMAMIENTO A LOS GRUPOS FINANCIEROS DE ECUADOR El presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador ha dirigido un apremiante llamamiento a los grandes grupos financieros del país, para que dialoguen de forma constructiva y se evite una crisis, cuyas consecuencias negativas podrían generar mayores sufrimientos en los más necesitados y un estado de tensión social que desembocaría en desórdenes y caos. Ante las dificultades que se presentan en el país latinoamericano, Mons. Vicente Rodrigo Cisneros Durán, que, además de presidir a los obispos ecuatorianos, es también arzobispo de Cuenca, se ha ofrecido para mediar en la crisis social que se ha encendido en estos días. En especial, a raíz de un intercambio de acusaciones de corrupción entre dos emisoras de televisión que pertenecen a sendos grupos bancarios.
DIA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS DE EDAD “El envejecimiento no es un problema, sino un logro”. En estos términos se expresa el documento conclusivo de la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento celebrada en Madrid en 2002, en donde se presentó un plan de acción a la comunidad internacional para que se abordaran los temas de seguridad social y bienestar en lo que a las personas de edad se refiere. Por los más ancianos, la Asamblea General de la ONU designó el 1 de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad (resolución 45/ 106), estableciendo un Fondo Fiduciario para el envejecimiento y aprobando un conjunto de objetivos mundiales como estrategia práctica que los países podrían aplicar para satisfacer las necesidades de las personas de edad (resolución 47/ 86). De ahí que el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, considere que “no hay tiempo que perder”, porque “la población de edad del año 2060 ya ha nacido y ellos ocuparán una porción sin precedentes de la población total del mundo”. Entre los principios adoptados por la ONU para ayudar a las personas más ancianas, están cinco objetivos: la independencia, la participación, los cuidados, la autorrealización y la dignidad. En cuanto a la independencia, la ONU considera que las personas de edad tienen que tener acceso a alimentación, agua y vivienda, además de poder acceder a cursos educativos y de formación adecuados. Sobre la participación, la ONU aconseja el uso de mecanismos que permitan que los ancianos se integren en la sociedad, y esto se puede lograr a través de la formación de movimientos o asociaciones de personas de edad avanzada. Asimismo, los ancianos tienen que poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la comunidad de conformidad con el sistema de valores culturales de la sociedad, ofreciéndoles, de este modo, acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad. La petición de la ONU más enérgica, se refiere al trato digno de los más mayores, “independientemente de su edad, sexo, raza o procedencia étnica, discapacidad u otras condiciones”. “Mi pensamiento se dirige con afecto a todos vosotros, queridos ancianos de cualquier lengua o cultura”, así se expresaba Juan Pablo II en una carta dirigida a los ancianos en 1999, donde reconocía que siendo él también anciano se ponía en diálogo con ellos. En su carta, el Papa recuerda la importancia de las personas de edad en la sociedad porque ellos tienen el bagaje de toda una vida de experiencia, de ahí que subrayará la importancia que en el pasado tenían los ancianos, como escribía el poeta Ovidio: “En un tiempo, había una gran reverencia por la cabeza canosa”. “Los ancianos ayuda a ver los acontecimientos terrenos con más sabiduría, porque las vicisitudes de la vida los han hecho expertos”, subrayaba el Obispo de Roma, quien hizo un balance de su vida, recordando tanto las cosas buenas como la malas y asegurando que “no obstante, aunque la existencia de cada uno de nosotros es limitada y frágil, nos consuela el pensamiento de que, por el alma espiritual, sobrevivimos incluso a la muerte”, porque la fe abre una ‘esperanza que no defrauda’ (Rm 5, 5), indicando la perspectiva de la resurrección final, porque Cristo está vivo ayer, hoy y siempre y suyo es “el principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad”. La mejora de medios al alcance de los más mayores es fundamental ya que es una realidad el fenómeno del envejecimiento de la población mundial, por este motivo se han llevado a cabo numerosos análisis a nivel político, social y económico, para poder afrontar unas tasas de nacimiento paupérrimas que provocan que en un futuro sea mayor el número de ancianos que de personas que sean mano de obra activa. Los mayores, los ancianos, los de más edad, son palabras que nos representan todo ese conjunto de la población que precede a toda la demás que a través de su sabiduría y de su vida, ofrecen una mundo más evolucionado. Por este motivo la ONU ha querido que se les recuerde con especial cariño el 1 de octubre, para que todos les recordemos lo importantes que son.
Juan Pablo II y la Santa Sede han dirigido siempre un pensamiento especial a las personas enfermas de Alzheimer, una enfermedad que no sólo afecta a quién la padece, sino a todos los familiares que rodean al enfermo. Por este motivo la ONU ha establecido el 21 de septiembre como Día Mundial del Alzheimer. En noviembre de 1906, Alois Alzheimer presentó en una reunión de psiquiatría en Alemania, el tema “Una enfermedad característica de la corteza cerebral”. En ella describió a una paciente, una mujer de 51 años de edad que presentaba pérdida de memoria, desorientación, afasia, apraxia y manía persecutoria, pero no fue hasta la década de los setenta, cuando la enfermedad descrita por Alzheimer empezó a cobrar interés. Hoy en día se sabe que la degeneración neurofibrilar y las placas seniles son lesiones propias de la ancianidad y que la enfermedad de Alzheimer las comparte con otras alteraciones. El aumento de casos de personas que padecen esta enfermedad, ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la Federación Internacional de Alzheimer (ADI) a establecer el 21 de septiembre como Día Mundial del Alzheimer, para crear una conciencia acerca de lo que es esta enfermedad, y de todo lo que significa, sobre todo para los familiares de las personas que la sufre. En esta fecha, todas las AFAs (Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer) de España y del mundo, organizan actos destinados a compartir con el resto de la sociedad el conocimiento sobre este tipo de enfermedades, que cada vez afecta a más personas en el mundo, y que no sólo ataca a aquellas personas que la padece, sino también a todos los familiares que rodean al enfermo. De hecho, cuando una persona sufre Alzheimer, toda la familia padece la enfermedad. Los cuidadores, normalmente cónyuges o hijos, ven muy restringido su tiempo libre y el resto del núcleo familiar siente inquietud, miedo y rechazo. El desenlace de la enfermedad hace que el cuidador principal, el más afectado de toda la familia, poco a poco vaya perdiendo su independencia. Para evitar un desenlace dramático, es necesario recurrir a Asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer, quienes tratarán de dotar a toda la familia de información y formación adecuada, así como la coordinación de los distintos servicios disponibles. El Alzheimer afecta a todos, tanto al enfermo que la padece, como a los familiares que le prestan ayuda, de ahí que Juan Pablo II dirigiera, el pasado 19 de septiembre durante el rezo mariano del Ángelus, un pensamiento especial para todos aquellos que sufren esta enfermedad. Asimismo, la Santa Sede sugiere acciones en el ámbito familiar para cuidar a los ancianos con Alzheimer que viven en la “marginación de la sociedad actual sin perspectivas de futuro”, este fue el mensaje que el Papa dirigió a los participantes de la II Asamblea Mundial sobre el anciano celebrada en Madrid en 2002 y donde el Santo Padre pidió que los ancianos fueran considerados como un tesoro de la sociedad. Actualmente se considera el Alzheimer como la tercera enfermedad más costosa detrás de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Particularmente, el Alzheimer tiene una prevalencia media en España del 6% en la población de más de 62 años, por lo que genera unos costes muy elevados tanto directos como indirectos, gastos que aumentan a medida que la enfermedad progresa. A pesar de todos los avances realizados en la investigación farmacológica de la Enfermedad del Alzheimer, todavía quedan muchos retos por afrontar, se estima que en España, de los 500.000 pacientes, sólo reciben tratamiento algo más del 10% . Pero no hay que perder la esperanza, ya que se ha demostrado que algunas personas desarrollan cualidades artísticas con la enfermedad que pueden servirles de terapia. Los cuadros de estos enfermos carecen de precisión visual, pero “muestran un atractivo empleo de color y la forma”, según explican en un estudio neurólogos de la Universidad de California (EE.UU.) que precisamente han estudiado el uso de la pintura como terapia. Pero no sólo la pintura, la Universidad de Miami (EE.UU.) ha demostrado que las personas que padecen la enfermedad en sus primera fases, podrían ser más capaces de aprender de lo que hasta ahora se había creído, ya que enfermos que participaron en un programa de rehabilitación cognitiva de entre tres y cuatro meses, registraron mejorías de hasta el 170% en algunas funciones. Por este motivo, la OMS y las Asociaciones de Enfermos de Alzheimer, quieren que el 21 de septiembre se recuerde en todo el mundo esta enfermedad para la cual no hay cura pero si métodos que ayudan a superar las barreras que presenta, de ahí que se recuerde a todos los familiares de enfermos que a través de la celebración del Día Mundial del Alzheimer, no están solos y cuentan con el apoyo de tantas asociaciones y programas de la ONU.
Cada año, durante la última semana de septiembre, se celebra en todo el mundo el Día Marítimo Mundial, con el fin de que se recuerde la importancia de la seguridad marítima y la necesidad de proteger el ecosistema marino. El mismo Juan Pablo II, durante el rezo mariano del Ángelus en Castelgandolfo, recordó la importancia de este día, dirigiendo su pensamiento a cuantos trabajan en el mar y pidiendo en sus oraciones para que vivan con dignidad y seguridad. El 30 de septiembre ha sido el día elegido por la ONU para celebrar el Día Marítimo Mundial, este año, en el mensaje del secretario General de la Organización Marítima Internacional, Efthimios Mitropoulos, se pone de relieve la importancia de la industria marítima en nuestra sociedad. La relevancia de este papel ya quedó demostrada – como recuerda Mitropoulos – en 2002, cuando la Organización Marítima Internacional aprobó una nueva declaración en la que se apostaba por la seguridad y la eficacia marítima, y por la limpieza de los océanos. El Secretario General de la Organización Marítima Internacional lamenta en su mensaje los actos violentos y brutales que tienen lugar en el mar. “Desde 1970 trabajamos para evitar la detención ilegal de barcos u otras formas de fraude marino y de piratería”, asegura Mitropoulos, recordando que tras el incidente de 1985, cuando un grupo de terroristas robó un barco crucero italiano matando a un pasajero, se han reforzado las medidas de seguridad en navegación. El propósito principal que quiere alcanzar la Organización Marítima Internacional, según su presidente, es la creación de las herramientas necesarias para evitar la detención de barcos por la fuerza y actos de violencia contra personas en ellos. Cada año, la Organización Marítima Internacional celebra el Día Marítimo Mundial, con el propósito de centrar la atención del mundo sobre la importancia de temas, como la seguridad marítima y el medio marino. |
