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AUDIENCIA GENERAL: LLAMAMIENTO POR LA PAZ EN EL MUNDO Juan Pablo II realizó un llamamiento por la paz en el mundo, en especial para Irak y Oriente Medio, durante la audiencia general del miércoles en la Plaza de San Pedro del Vaticano. El Papa dedicó su catequesis al Salmo 29, himno de acción de gracias a Dios, "que nos ha liberado del temor de la muerte y que da paso a la vida que permanece para siempre". “A todos los presentes renuevo mi invitación a rezar por la paz en el mundo, especialmente en Irak y en Oriente Medio. Que con el apoyo de la comunidad internacional, esas queridas poblaciones puedan encaminarse decididas por el camino de la reconciliación, el diálogo y la cooperación”. Este era el llamamiento y el deseo de paz que Juan Pablo II lanzó al final de su Audiencia General de los miércoles, en el que también instó al personal de la OTAN presente en la Plaza de San Pedro a “esforzarse por promover internacionalmente la paz y la seguridad”. El Santo Padre pronunció estas palabras tras saludar a los miembros de la Asociación Rondine-Cittadella della pace, presentes en la Audiencia General, acompañados de algunos obispos de la región italiana de Toscana. Esta Asociación ha presentado en días pasados una propuesta para impulsar la paz en Irak, con la colaboración de los monasterios de Camaldoli y de Verna. La iniciativa comprende tres momentos. Una Jornada de oración por la paz; la creación de una fuerza militar multinacional euro-mediterránea que sustituya en tierra iraquí a las actuales fuerzas de la colación, con el consentimiento del gobierno provisional de Bagdad y una cooperativa económica internacional, justa y solidaria en favor del pueblo iraquí. Antes de esta petición a orar por la paz en el mundo, y como en anteriores miércoles, Juan Pablo II dedicó la catequesis durante la Audiencia General en la plaza de san Pedro, para hablar de los Salmos. En concreto reflexionó sobre el nº 29 en el que el salmista invita a dar gracias a Dios, que nos ha liberado del temor de la muerte. “Un himno de gratitud que, con notable fineza literaria, -dijo el Santo Padre-, se sostiene sobre una serie de contrastes que expresan de modo simbólico la liberación obtenida del Señor. “Pasada la noche de la muerte, nace el alba del nuevo día”. “Por eso, la tradición cristiana -explicó el Pontífice- ha leído este salmo como un canto pascual”. El orante se dirige repetidamente, hasta ocho veces, al Señor ya sea para anunciarle que lo alabará, ya sea para recordar el grito que le lanzó en el tiempo de prueba y su intervención liberadora, ya sea para invocar de nuevo su misericordia. Las sensaciones oscilan constantemente entre el recuerdo terrible de la pesadilla atravesada y la alegría por la liberación. El Salmo demuestra así, dijo Juan Pablo II, que “nunca debemos dejarnos engañar por el enredo oscuro de la desesperación, cuando parece que todo está perdido”. Ciertamente tampoco es necesario caer en el pensamiento ilusorio de querer salvarnos por sí solos a toda costa , con los propios recursos. El salmista, de hecho, viene tentado por la soberbia y la autosuficiencia. Y el Papa sacó al respecto a colación una serie de ejemplos de los Padres de la Iglesia que han escrito sobre esta tentación, que se insinúa en el tiempo del bienestar, y que ven en la prueba una llamada divina a la humildad. La ayuda de la gracia divina, pues, debe ser siempre invocada humildemente y sin interrupción. Este fue el resumen en español de la catequesis del Papa, leído por Mons. Miguel Huguet Ameller de la Secretaría de Estado. “El salmo que hemos escuchado nos invita a dar gracias a Dios, que nos ha liberado del temor de la muerte. Pasada esta noche de oscuridad, despunta el alba del nuevo día, que la tradición cristiana ha interpretado como un canto pascual. El salmista se dirige al Señor para alabarlo por la libertad recibida y para invocar de nuevo su misericordia. Las sensaciones personales oscilan entre el recuerdo del miedo sufrido y la alegría de la salvación, reflejada en la aurora del nuevo día, es decir, la muerte ha dado paso a la vida que permanece para siempre. Por eso el Salmo nos enseña que no hemos de dejarnos aprisionar por la oscuridad de la desesperación, como si todo estuviera perdido. Pero tampoco hemos de caer en la pretensión de que nos salvamos por nuestras propias fuerzas, lo cual sería una tentación de soberbia y autosuficiencia. Los Padres de la Iglesia nos han enseñado que ésta es una tentación propia de quien vive en el bienestar, y que los momentos de prueba son como un aviso divino para conducirnos a la humildad. La aspiración humana de la victoria se ha convertido, a pesar de todo, en esperanza firme de resurrección”. Y este fue el saludo que en español el Papa dirigió a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro.
Y como es tradicional, al final de su audiencia, el Santo Padre dirigió un mensaje a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados a quienes recordó la figura de la Beata Virgen María de Fátima, exhortando a que se dirijan a ella “confiando cada una de sus necesidades”. El Papa invitó a rezar a Nuestra Señora de Fátima, en la vigilia de la fiesta que le dedica la Iglesia, y en el día en que precisamente hace 23 años, el 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II sufrió el atentado en la plaza a de san Pedro.
PAZ EN LÍBANO Y ORIENTE MEDIO TAN PROBADAS POR VIOLENCIAS INACEPTABLES Juan Pablo II rogó «a Dios que ayude a todos los libaneses a consolidar la unidad de su nación, en la concordia y en el respeto de todos aquellos que la componen». Lo señalaba el Pontífice el sábado al recibir al presidente de la República del Líbano, Emile Lahoud, que se encontraba en Roma con motivo de la canonización del Padre Nimatullah Al-Hardini. Precisamente refiriéndose a la ceremonia del domingo, el Papa expresó su anhelo de que esta canonización «sea para todos los libaneses un ejemplo de vida fraternal». En este contexto, Juan Pablo II reiteró también sus oraciones con el fin de que «Dios sostenga igualmente los esfuerzos de todos los hombres de buena voluntad en favor de la paz, en particular en la región de Oriente Medio tan probada por violencias inaceptables». Tras evocar el grato recuerdo que guarda de su visita apostólica a este país, el Papa finalizó sus palabras al presidente del Líbano invocando abundantes bendiciones divinas sobre el amado pueblo libanés y sus dirigentes.
EL MUNDO ATRAVIESA UNA CRISIS POR LA CODICIA, CORRUPCIÓN Y VIOLENCIA Juan Pablo II alentó a un grupo de obispos estadounidenses a trabajar para paliar la crisis que atraviesa el mundo a causa de la codicia, la corrupción y la violencia, entre otros males. Juan Pablo II recibió el viernes por la mañana, al final de su visita Ad Limina Apostolorum, a los Obispos de California, Nevada y Hawai (EE.UU.), con quienes continuó su reflexión sobre el munus sanctificandi de los obispos. El Santo Padre les recordó que “como obispos, tienen que estar al frente de este viaje espiritual de santificación”, ya que “el ministerio episcopal de servicio a la Iglesia está marcado por la búsqueda personal de la santidad y de la vocación para santificar a los otros”. Por este motivo, continuó el Papa en su discurso, “cada miembro de la Iglesia es un peregrino en el camino de la santificación personal. A través del bautismo el creyente entra dentro de la santidad de Dios y se incorpora dentro de Cristo”. Pero, el Obispo de Roma quiso remarcar el hecho de que la santidad no es sólo un regalo sino también un trabajo que los cristianos tiene que realizar. Asimismo, Juan Pablo II advirtió que hay que trabajar en este sentido para paliar la crisis que atraviesa el mundo a causa de la codicia, la corrupción y la violencia, entre otros males. Por este motivo, el Santo Padre recordó las palabras de San Juan “No era Él la luz, sino quién diera testimonio de la luz” (Jn 1 8). El Papa explicó con esto que para poder reconocer la luz en cada uno de nosotros hay que, en primer lugar, “amar a Dios” y para lograr este cometido es importante la labor de los obispos como guías para encontrar este amor y la esperanza. A través de su mensaje el Papa quiso hacer un llamamiento por la paz y por la reconciliación, delegando en los obispos la difícil tarea de promover el “verdadero entendimiento para la reconciliación entre los cristianos”, porque en un cierto sentido, prosiguió Juan Pablo II, “el hijo pródigo es cada hombre y cada mujer”. Por último el Obispo de Roma pidió a los obispos estadounidenses en visita Ad Limina, que promuevan el Sacramento de la Penitencia, como medio a través del cual la Iglesia ofrece la reconciliación. Este llamamiento lo hizo el Papa al observar que este sacramento “se considera de forma indiferente, en particular por parte de la gente joven”, de ahí que haya confiado en los obispos la tarea de redescubrirlo. “Confío en que animéis a vuestros hermanos a descubrir la belleza del sacramento”, finalizó Juan Pablo II.
LA IGLESIA NO SE CANSARÁ NUNCA DE PROPONER RESPETO A DIGNIDAD HUMANA «Que Europa, volviendo a encontrarse a sí misma, pueda construir un futuro mejor para todos sus pueblos, en el respeto de los derechos de Dios y del hombre, y se vuelva cada vez más un continente de prosperidad y de paz», siendo también «manantial de un futuro mejor para toda la humanidad». Una vez más, en la tarde del viernes, Juan Pablo II hizo hincapié en que la «Iglesia católica, afianzándose en el mensaje de paz y de esperanza que le ofrece el Señor resucitado, no se cansará nunca» de proponer los ideales del respeto de la dignidad trascendental de los seres humanos. Al recibir a los miembros del Consejo Especial para Europa de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, el Papa destacó que la reunión que éstos celebraron el viernes es la primera después de su Exhortación Apostólica Post Sinodal Ecclesia in Europa y la feliz coincidencia con este histórico momento caracterizado por la reciente ampliación de la Unión Europea. Con el anhelo de que este proceso «prosiga hasta alcanzar los confines geográficos del continente, abrazando a todos sus pueblos», puesto que todos ellos «además de tener fuertes lazos históricos, comparten los mismos valores culturales y religiosos», Juan Pablo II reiteró también la importancia de «una Europa de los pueblos unida en el respeto de la legítima pluralidad que enriquece cada una de sus naciones, pequeñas y grandes, en un abierto proceso de intercambio de dones». Un continente – deseó el Papa - en el que se respete asimismo el valor de la razón, de la libertad, de la democracia, del Estado de derecho y de la distinción entre política y religión. Una Europa fundada en derecho que respete los valores humanos y cristianos, que impulse la solidaridad entre todos sus miembros, sobre todo los más necesitados.
EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO ES FUNDAMENTAL COMO PREMISA DE PAZ El diálogo interreligioso es fundamental como premisa de paz y para hacer que el nombre del único Dios se convierta cada vez más en nombre e imperativo de paz. Juan Pablo II se adhirió el sábado con estas palabras a las celebraciones del 40 aniversario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, instituido por Pablo VI el 19 de mayo de 1964. En su audiencia a los miembros del dicasterio vaticano, el Santo Padre subrayó la importancia de la labor desarrollada por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, “percibida también por numerosas organizaciones de otras religiones que continúan manteniendo provechosos contactos con el Consejo y comparten distintas iniciativas de diálogo”. Retomando su Carta Apostólica Novo Millenio ineunte el Pontífice evidenció que el milenio que acaba de empezar se sitúa en una perspectiva de un pluralismo cultural y religioso más pronunciado. “En esta promoción del diálogo, sin embargo hay que evitar cualquier relativismo e indiferentismo religioso y esforzarse por ofrecer a todos, con respeto, el alegre testimonio de la esperanza que reside en nosotros”.
SOCIEDAD DE SAN PABLO: PRECIOSA CONTRIBUCIÓN A MISIÓN DE LA IGLESIA EN EL III MILENIO Juan Pablo II recibió el jueves al Capítulo General de la Sociedad de San Pablo, de quien elogió su “comprometido programa apostólico que desarrollado con constante fidelidad al espíritu originario del Instituto, ofrece una preciosa contribución a la misión de la Iglesia en el Tercer milenio”. En su discurso a los paulinos el Papa ha recordado el primer aniversario de la gran fiesta de beatificación de don Giacomo Alberione, y citando al fundador de la Sociedad ha manifestado que “si San Pablo viviera, continuaría alimentándose de una doble llama ... el celo por Dios y su Cristo, y por los hombres de cualquier país. Y para hacerse oír subiría los púlpitos más elevados y multiplicaría su palabra con los medios del progreso actual: prensa, cine, radio y televisión”.
«AGENTES INCANSABLES DE LA MISERICORDIA DE DIOS Y DE SU PAZ» Al recibir el martes en audiencia a los miembros de las Pontificias Obras Misioneras - que celebraban su Asamblea General anual - recordándoles que son «agentes incansables de la misericordia de Dios y de su paz» (Catequesis 14.04.04), Juan Pablo II se refirió a la necesidad que tiene el mundo de conocer el «mensaje de amor y de esperanza» de Cristo, en la dificultad del momento actual: «En los tiempos tumultuosos que la humanidad está viviendo, las Pontificias Obras Misioneras, que están al servicio de las Iglesias en el mundo, representan una referencia segura para cuantos están en la búsqueda de la verdad que salva. A ellos, en efecto, anunciando a Cristo anunciáis el camino para llegar a la salvación». En este contexto, el Papa hizo hincapié en la tarea de las Pontificias Obras Misioneras, al servicio de las Iglesias en el mundo, colaborando en la difusión de la ‘Buena Nueva’ y del mensaje de salvación que Cristo Vivo sigue ofreciendo a todos, sin distinción, «con una atención y amor especial hacia los pueblos más necesitados». «La esperanza de la que sois heraldos» - afirmó Juan Pablo II - es la que «nace de la muerte y resurrección de Cristo». Por ello, el Papa alentó a «dedicar una consideración especial a aquellos pueblos del mundo donde el dolor es más grande y la necesidad más aguda: las poblaciones del denominado Tercer Mundo». Recordando luego que el compromiso de estas Obras pontificias «está al lado de los misioneros del Evangelio, que predican la solidaridad y el amor y se sacrifican por la paz, llegando a veces hasta el don de su vida por '‘el amor de Cristo, que nos apremia'’ (2 Cor 5,14) Es más, Juan Pablo II puso de relieve la importante tarea de ser verdaderos misioneros en nuestro mundo, señalando que los miembros de las Pontificias Obras Misioneras son «los cireneos que ayudan al Salvador a llevar su Cruz en cada persona que sufre y muere». «Auténticos misioneros en un mundo globalizado, en el que el sufrimiento por la Verdad y la Justicia sobrepasa todo confín nacional», que, cuando se afligen «por el sufrimiento de otros pueblos», actúan «para aliviar su gran necesidad de socorro» y, al mismo tiempo, también para ayudar a sus mismos pueblos «a salir de la estrechez del egoísmo, del bochorno de la abundancia y vacuidad de conductas, a veces indignas del ser humano». No se trata simplemente, como escribía su predecesor Pío XII, «de dar limosnas, sino de cumplir con un deber ingénito en nuestra identidad cristiana, es decir, el deber de ayudar al que está en la necesidad», señaló el Papa, recordando luego las palabras de Jesús, «cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40) Tras expresar su satisfacción por la actualización que están realizando las Pontificias Obras Misioneras de sus estatutos, el Santo Padre manifestó que ello denota la voluntad de perseverar en el cumplimiento de su misión de «‘misericordia y de paz’, cada vez más y mejor». Y, en este contexto, Juan Pablo II deseó que el Espíritu del Señor resucitado les muestre, así como a los Apóstoles, su voluntad en la elección de nuevos caminos de cooperación en la misión para llevar Verdad, Justicia y Paz según el Evangelio a todos los hombres de nuestro tiempo». En sus palabras a los participantes en la Asamblea General del Consejo Superior de las Pontificias Obras Misioneras - cuyo objetivo es la «búsqueda de los caminos del Señor para una renovada misión en el mundo en constante cambio, movidos por el ansia de llevar amor y misericordia a todas las personas que son nuestros hermanos y hermanas en la única familia humana» - el Papa exhortó a proseguir en la colaboración, que ya cumplen, con la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
JUSTICIA, PAZ Y RESPETO DE VALORES Y TRADICIONES RELIGIOSAS PARA CONSTRUIR LA SOCIEDAD SENEGALESA Que Dios impulse la construcción de la sociedad senegalesa en la justicia, la paz, el respeto de los valores y de las tradiciones religiosas, promoviendo la unidad nacional, la concordia y la fraternidad. Eran las palabras del Papa al recibir el jueves al presidente de la República de Senegal. El Papa ruega al Altísimo que «sostenga los esfuerzos de todos aquellos que están comprometidos en la construcción de una sociedad erigida sobre la justicia y sobre la paz, en el respeto de los valores y de las tradiciones religiosas propias de cada uno. Respeto que contribuye a la unidad nacional, así como a la consolidación de la concordia y a la promoción de la fraternidad entre todos los miembros de la sociedad». Lo señalaba el mismo Juan Pablo II, al recibir al presidente de la República de Senegal, Abdoulaye Wade, acompañado de su esposa y séquito. En esta audiencia al mandatario senegalés, el Santo Padre evocó «el feliz recuerdo» que guarda en su memoria de la visita apostólica, que realizó en 1992, a Senegal, invocando también la abundancia de las bendiciones del Todopoderoso sobre todo el pueblo de esta nación africana y sobre sus dirigentes.
LOS JUEGOS OLÍMPICOS COMO UNA MANIFESTACIÓN DE FRATERNIDAD El Santo Padre recibió el sábado a la alcaldesa de Atenas y en su saludo expresó su anhelo de que los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en esta ciudad - desde el 13 al 29 de agosto - «sean una manifestación de fraternidad para todos los participantes y un mensaje de paz y de unidad para todos aquellos que los seguirán como espectadores en todo el mundo».
CANONIZACIONES: VERDADERA PAZ ES FRUTO DE VICTORIA DE CRISTO SOBRE EL PODER DEL MAL «La verdadera paz es fruto de la victoria de Cristo sobre el poder del mal, del pecado y de la muerte», reiteró el domingo Juan Pablo II en la canonización seis nuevos Santos: el español Josep Manyanet y Vives, el libanés Nimatullah Kassab Al- Hardini y los italianos Luigi Orione, Annibale Maria Di Francia, Paola Elisabetta Cerioli y Gianna Beretta Molla. «La verdadera paz es fruto de la victoria de Cristo sobre el poder del mal, del pecado y de la muerte», reiteró el domingo Juan Pablo II, evocando la promesa de Jesús a sus discípulos, “Mi paz os doy” (Jn 14 27). Promesa que en tiempo de Pascua oímos frecuentemente. Y haciendo hincapié en que cuantos siguen fielmente a Cristo «se transforman en testigos y constructores de su paz», el Papa señaló a los seis nuevos santos, que la Iglesia presenta a la veneración universal. El español Josep Manyanet y Vives, el libanés Nimatullah Kassab Al- Hardini y los italianos Luigi Orione, Annibale Maria Di Francia, Paola Elisabetta Cerioli y Gianna Beretta Molla. En una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles de todo el mundo, Juan Pablo II canonizó a seis nuevos santos. La emoción de cada uno de los seguidores de los canonizados se hizo presente durante toda la ceremonia presidida por el Santo Padre. Entre ellos se encontraba la familia de una de las santas, Gianna Beretta Molla, cuyo marido asistió a toda la ceremonia en silla de ruedas de la cual se levantó para saludar al Papa, momento muy emotivo para todos los presentes en la Plaza de San Pedro y sobre todo, para la hija del matrimonio por la que la nueva santa decidió sacrificar su vida. A la ceremonia asistieron personalidades de los distintos países a los que pertenecen los seis canonizados, con los que ya son 483 el número de santos proclamados por Juan Pablo II, a los que hay que añadir 1331 beatificaciones realizadas por el Pontífice. Como representantes españoles para la canonización de Josep Manyanet y Vives, estuvieron presentes en el acto, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Ricard Maria Carles, quien concelebró con Juan Pablo II la ceremonia. Así como el ministro consejero de la Embajada de España ante la Santa Sede Luis Belzuz de los Ríos. En la homilía - que pronunció en español, francés e italiano - Juan Pablo II recordó la figura de cada uno de los canonizados y, con la exhortación de Jesús, «Que no se turbe vuestro corazón. No tengáis miedo» (Jn 14 28), deseó que «la vida de estos seis nuevos santos nos estimulan a perseverar por nuestro camino, confiando en la ayuda de Dios y en la protección materna de María, que desde el cielo velen ahora sobre nosotros y nos sostengan con su potente intercesión». Destacando la entrega heroica de San José Manyanet a la misión que le confió el Espíritu, el Pontífice subrayó el carisma de este fundador de dos congregaciones consagradas a la Sagrada Familia de Nazaret:
Habiendo nacido este santo en la región española de Cataluña, Juan Pablo II pronunció asimismo unas palabras en catalán, deseando que San José Manyanet bendiga a todas las familias y ayude a llevar los ejemplos de la Sagrada Familia a todos los hogares:
De San Nimatullah Kassab Al – Hardini, el Papa recordó que «es un ejemplo para los monjes de la Orden libanesa maronita, así como para todos sus hermanos libaneses y para todos los cristianos del mundo». Juan Pablo II deseó que este hombre de oración y contemplación - que testimonió con su vida el amor misericordioso de Dios - pueda guiar, en especial, a los jóvenes de hoy «para anunciar a nuestro mundo la luz del Evangelio» SAN NIMATULLAH, EL TERCER SANTO DEL LÍBANO Refiriéndose a «san Luigi Orione, un hombre completamente entregado a la causa de Cristo y su reino», el Pontífice hizo hincapié en que «el corazón de este estratega de la caridad “no tenía confines porque se dilata con la caridad de Cristo” (Escritos 102, 32). Y tras subrayar que «la pasión por Cristo fue el alma de su intrépida vida, el empuje interior de un altruismo sin reservas, el manantial siempre fresco de una esperanza indestructible», el Santo Padre reiteró, precisamente, la importancia de la caridad para salvar al mundo. Delineando el perfil espiritual de Annibale María di Francia y destacando la intuición de este santo de señalar la urgencia de que la oración por las vocaciones fuera «incesante y universal», Juan Pablo II deseó que «el ejemplo del Padre Annibale María di Francia guíe y sostenga aún en nuestro tiempo esta acción pastoral» Santa Paola Elisabetta Cerioli, contemplando a la Sagrada Familia, promovió con su vida la importancia de que en todos los hogares se compartan los valores de la fe y de la cultura cristiana, fundando para ello, precisamente, un Instituto – señaló el Papa, pidiendo «Que Dios ayude a las familias cristianas a acoger y testimoniar en toda circunstancia el amor de Dios misericordioso». Amor divino del que fue «significativa mensajera» Gianna Beretta Molla, ha afirmado Juan Pablo II, recordando a esta «santa madre de familia» con el anhelo de «¡Que nuestra época pueda redescubrir, por medio de Gianna Beretta Molla la belleza pura, casta y fecunda del amor conyugal, vivido como llamada divina!»
REGINA CAELI En sus palabras antes del rezo mariano del Regina Caeli, el Santo Padre saludó cordialmente a los numerosos presentes en esta canonización. Éstas fueron sus palabras en español:
En su bienvenida a los peregrinos libaneses que habían participado en la canonización de Nimatullah Al-Hardini - encabezados por Su Beatitud el Patriarca Nasrallah Pierre Sfeir y por el presidente de la República libanesa – el Papa expresó su anhelo de que «este nuevo santo interceda ante Dios para que sus compatriotas progresen por los caminos de la paz y de la fraternidad». Juan Pablo II se dirigió a los hijos espirituales de los nuevos santos italianos, es decir de Luigi Orione, a los Rogacionistas y a las Hijas del Divino Celo; a las religiosas de la Sagrada Familia y a las de la Congregación del mismo nombre, de Bérgamo, en el norte de Italia. Y dedicó unas palabras especiales al cuerpo de policía de este país - que el sabado celebró su 152 aniversario – expresando su «grato aprecio por el servicio que brinda generosamente al orden, a la seguridad y a la tranquilidad de los ciudadanos». A todos los presentes el Papa les deseó que el testimonio de los nuevos santos sea «para cada uno estímulo y sostén en el cotidiano servicio a Dios y al prójimo», con la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, «que ellos veneraron con amor de hijos y a la que nos dirigimos confiados».
ENCUENTRO DE ORACIÓN DEDICADO A LOS ENFERMOS Haciendo hincapié en la santidad y la paz que ardientemente anhelamos para las familias y para todos los pueblos, el Papa pidió que «don Orione interceda, en particular, por la paz en Tierra Santa, en Irak y en las regiones del planeta desgarradas por guerras y conflictos sangrientos» Con un «Acto de Consagración a la Virgen» de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, Juan Pablo II concluyó el sábado por la tarde un encuentro de oración de los numerosos peregrinos, dedicado en especial a los enfermos, que habían acudido a Roma para la canonización de Luigi Orione. En sus palabras previas a esta Consagración, el Papa hizo especial hincapié en la actualidad del testimonio de este santo en «este mundo tan a menudo dominado por la indiferencia y la violencia» y en la urgente necesidad de «buenos Samaritanos, listos en todo momento a responder ‘al grito angustioso de tantos hermanos nuestros que sufren y anhelan a Cristo’». Destacando que «es la caridad la que edifica a todos y a todos unifica en Cristo y en su Iglesia», Juan Pablo II invitó a rezar, una vez más, por la paz en Tierra Santa, en Irak y en todo el mundo: «Aquí está el secreto de la santidad, pero también de la paz que ardientemente anhelamos para las familias y para los pueblos. Que don Orione interceda, en particular, por la paz en Tierra Santa, en Irak y en las regiones del planeta desgarradas por guerras y conflictos sangrientos».
TELEGRAMA POR ATENTADO EN ESTADIO DE GROZNI El Santo Padre, «profundamente apenado por la noticia del grave atentado perpetrado en el estadio de Grozni que ha causado numerosas víctimas», «expresa su gran pesar a las familias y a los supervivientes», «encomendando a la misericordia divina a las almas de los que han muerto trágicamente, así como a todas las víctimas de la violencia», asegurando sus oraciones con el fin de que Chechenia, con la contribución de todos, pueda encontrar el camino del diálogo y de la reconciliación». Éste es el texto del telegrama, enviado, en nombre de Juan Pablo II, por el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, a los familiares de las víctimas del atentado perpetrado el domingo, en el que murieron 32 personas, entre ellas, el presidente de la República de Chechenia, Ajmad Kadírov, y el presidente del Consejo de Estado del mismo país, Huseín Isáyev. La explosión de una bomba bajo la tribuna de honor del estadio Dinamo de Grozni, dejó también 46 heridos, mientras se conmemoraba el Día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial.
LA CARIDAD DE CRISTO HACIA LOS EMIGRANTES El viernes por la mañana en la sala de prensa de la Santa Sede fue presentado el documento del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, “Erga Migrantes Caritas Christi” (La Caridad de Cristo hacia los emigrantes). El texto, que es una especie de puesta al día de anteriores documentos sobre este tema, fue presentado por el cardenal Stephen Fumio Hamao, presidente del dicasterio. El cardenal explicó la perspectiva histórica sobre la solidaridad humana y cristiana dirigida a los emigrantes y la sensibilidad que siempre ha caracterizado a la Iglesia en este campo. Por su parte, el secretario del mismo Consejo dio una visión de conjunto del documento.
¿Qué novedades aporta el texto respecto a la precedente Instrucción?
Mons. Marchetto, la Instrucción analizó también las causas del fenómeno migratorio.
L’OSSERVATORE ROMANO TILDA DE HORROR Y VERGÜENZA LAS TORTURAS EN IRAK “Horror y vergüenza”, con estas dos palabras el diario de la Santa Sede, “L’Osservatore Romano”, calificó el domingo en su portada las imágenes y revelaciones que siguen llegando de las torturas cometidas en Irak por soldados americanos y británicos. El periódico señala que «en los abusos y en los malos tratos a prisioneros se consuma la radical negación de la dignidad del hombre y de sus valores fundamentales». Las imágenes de vejaciones cometidas por parte de soldados hacia prisioneros iraquíes “asumen ahora connotaciones todavía más trágicas con el descubrimiento de estas torturas”, afirmó el periódico, añadiendo que “la ofensa brutal contra el semejante es la trágica antítesis de los principios básicos de la civilización y de la democracia». «En particular, el pueblo estadounidense – finaliza la noticia - se siente profundamente traicionado en su humanidad y en su historia al saber que la tortura ha sido perpetrada bajo su bandera, deshonrándola». El periódico además ofrece datos sobre Amnistía Internacional que ya había denunciado al gobierno estadounidense esta situación, así como Cruz Roja que mandó un informe en el que se narraba las condiciones en las que estaban siendo tratados los presos. Hasta ahora, el Secretario de Defensa de EE.UU. ha pedido disculpas, pero ha anunciado que no dimitirá de su cargo.
«QUIERO DESPERTAR A LA AURORA». CONCIERTO EN EL CUMPLEAÑOS DEL PAPA
“Quiero despertar a la Aurora” es el concierto para el diálogo entre los pueblos, las culturas y las religiones que el grupo musical internacional GENROSSO ofrecerá el martes al Santo Padre en el día de su cumpleaños. En el Aula Pablo VI, en colaboración con el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso que también celebra su 40 aniversario, GENROSSO presenta un espectáculo único y multiétnico que también quiere dar la bienvenida a los 10 nuevos miembros de la Unión Europea. Más de 1700 conciertos, 160 giras en 41 naciones y 53 álbumes avalan el empuje de este grupo que desde su nacimiento ha pretendido contribuir a difundir - también a través de la música- la mentalidad de un mundo unido, más solidario, más habitable. En el último siglo, Europa ha visto realizados dos grandes sueños: la paz entre las naciones del continente después de interminables siglos de guerra y el establecimiento de una estrecha cooperación entre las naciones inspirada en los principios de la democracia, la libertad y la solidaridad que ha conducido a la institución de la Unión Europea. Contemporáneamente los países europeos han ido acogiendo gradualmente a un éxodo de centenares de miles de personas provenientes de los países del Magreb y de África ecuatorial. Un proceso no exento de dificultades, pero que ha producido una sociedad multiétnica de facto. No obstante la integración completa sólo será posible si se respetan dos requisitos fundamentales: por un lado la necesaria tendencia a la unidad de todos y por otro el respeto y la valorización del carácter específico de cada individuo. De estas consideraciones ha nacido el proyecto musical de solidaridad entre los pueblos, culturas y religiones, inspirado en el Libro de los Salmos que lleva el nombre de “Quiero despertar a la aurora”. La música como un lenguaje supranacional, que se dirige de forma especial al universo juvenil, para favorecer una adhesión emotiva al proyecto Europa que corrobore los resultados alcanzados en el campo político, administrativo y económico. Un proyecto dedicado a la integración cultural, a la formación de un nuevo pueblo multiétnico, que tiene distintos colores de piel y que habla lenguas distintas pero que tiene raíces comunes sobre las que reflexiona y se interroga. “Quiero despertar a la aurora”, no obstante no es un proyecto exclusivamente artístico. De hecho su realización está directamente relacionada con dos iniciativas de solidaridad a las que se destinará una parte de los ingresos que se obtengan de los conciertos de GENROSSO. El primero de ellos es el proyecto socio sanitario y de desarrollo en el República Democrática del Congo y el segundo el proyecto de diálogo, documentación intercultural y encuentro entre Europa y los países de Oriente Medio con atención particular a las relaciones arabo-israelíes. El concierto del próximo martes, patrocinado por la Comisión Europea, cuenta también con la colaboración del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso que un día después celebra sus 40 años de vida. El 19 de mayo el papa Pablo VI instituía el Secretariado para los no cristianos, el precursor del actual Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, para promover el conocimiento y el aprecio entre los cristianos y otros creyentes. Gracias al nuevo organismo para el diálogo, como manifestaba proféticamente Pablo VI en 1964, ningún peregrino, por lejos que esté, religiosa o geográficamente el país de donde provenga, será del todo extranjero en esta Roma, fiel aún al programa histórico que la fe católica conserva como ‘patria común’. En estos 40 años el Pontificio Consejo no ha cesado de promover la compresión y la colaboración entre los creyentes, ayudando a vivir el diálogo en todos sus niveles.
LA SANGRE DERRAMADA EN LA PLAZA DE SAN PEDRO EL 13 DE MAYO, FRUCTIFICÓ CON LA PRIMAVERA DE LA IGLESIA DEL AÑO 2000 «El misterio del atentado» contra el Papa «permanecerá en las inescrutables voluntades de la divina Providencia… la sangre derramada en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo, fructificó con la primavera de la Iglesia del Año 2000». Mons. Dziwisz recordó la fecha del 13 de mayo de hace 23 años. «El mensaje de Fátima es un llamado a la conversión, alentando a la humanidad para no caer en el juego del ‘dragón’ que, con ‘su cola arrastró un tercio de las estrellas del cielo y las lanzó sobre la tierra’» (Juan Pablo II homilía beatificación Pastores Jacinta y Francisco, Fátima 13 de mayo de 2000). Un mensaje que María, Reina de la paz, sigue dirigiendo desde ese 13 de mayo de 1917. «Madre de Dios y de los hombres, que la beatificación de los pastorcillos Francisco y Jacinta sean honra para ti. Que todos los cristianos estén presentes en esta consagración, teniendo en cuenta que Dios nos acompaña. Recemos para Dios pueda perdonarnos y reine la paz en el mundo». Así pedía Juan Pablo II, un 13 de mayo, en el Año del Gran Jubileo, cuando peregrinó nuevamente a Fátima para beatificar a los pastorcitos y, en gesto de amor filiar, al finalizar su oración personal en el santuario de la Virgen, le ofreció a Nuestra Señora el anillo que le había regalado al ser elegido Pontífice, el Card. Wyszinsky, entonces Arzobispo de Varsovia. El mismo Santo Padre ha señalado en distintas oportunidades la importancia de la presencia maternal de la Virgen en su vida. Destacamos el jueves - cuando se cumplían 23 años del 13 de mayo de 1981 – que un año después del atentado en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II viajó por primera vez a Fátima - para «agradecer a la Virgen su intervención en la salvación» de su vida y el restablecimiento de su salud – Devoción y agradecimiento a la Madre de Dios que el Papa mostró donando al santuario la bala que le extrajeron, la misma que desde 1984 está engarzada en la aureola de la corona de la imagen mariana que preside el santuario de Fátima. Cómo no recordar, también, que el 13 de mayo del Año Santo de 2000, se hizo pública la tercera parte del secreto de Fátima, transcrito por sor Lucía, la vidente que aún vive. Parte sobre la que el cardenal Ratzinger afirmó que en una conversación con la misma sor Lucía, ella le dijo que le «resultaba cada vez más claro que el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad. Y que el resto era sólo para conducir a ello». «Soy consciente de que el sentido definitivo del misterio del atentado permanecerá en las inescrutables voluntades de la divina Providencia. Asimismo, en este contexto, deseo expresar una profunda convicción: que la sangre derramada en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo fructificó con la primavera de la Iglesia del Año 2000. No dejo de dar gracias a Dios por este don y por este misterio del que me ha concedido ser testigo ocular… Quiero citar la palabras del cardenal Wojtyla, tomadas del poema Stanislaw: ‘si la palabra no ha convertido, será la sangre la que convertirá». Así Mons. Dziwisz, Secretario de Su Santidad, se refería al significado de esta fecha, en una intervención que pronunció el 13 de mayo de 2001, en la Universidad Católica de Lublín.
VISITA DEL CARDENAL KASPER A BUCAEST El presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los cristianos, el cardenal Walter Kasper, inició el lunes una visita a Bucarest (Rumania). El martes el purpurado se entrevistó con Su Beatitud Teoctist, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rumana y con otras autoridades civiles y religiosas. El encuentro se inauguró con una “paráclisis”, una oración en honor de la Virgen, para pasar después a un almuerzo entre ambos. El cardenal Kasper era el portador de un mensaje especial de Juan Pablo II y de un don para Su Beatitud Teoctist, en conmemoración del quinto aniversario de su histórico encuentro en Bucarest en mayo de 1999, visita que le devolvió el Patriarca ortodoxo en octubre de 2002. Asimismo, el purpurado ha mantenido encuentros con católicos latinos y griego católicos de Rumania, así como con exponentes del gobierno. El miércoles el presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los cristianos, se trasladó a Cluj- Napoca, donde fue nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Babes-Bolyai. Esta universidad engloba cuatro facultades de teología - ortodoxa, latina, greco- católica y protestante – además de un instituto de estudios jurídicos. Su eminencia pronunció un discurso de apertura en la conferencia inaugural titulada “Ortodoxia e Iglesia católica a cuarenta años del Decreto Conciliar Unitatis redintegratio”. Por último, el purpurado visitó la Universidad Lucian Blaga.
ACUERDO ENTRE LA SANTA SEDE Y LA REPÚBLICA ESLOVACA El jueves se firmó en Bratislava el Acuerdo entre la Santa Sede y la República Eslovaca sobre la educación y la instrucción católica, que se refiere al Acuerdo de Base firmado el año 2000. Este acuerdo reconoce el derecho de la Iglesia Católica a la educación y regula la enseñanza de la religión en las escuelas públicas, la Universidad Católica y la pastoral universitaria y entrará en vigor después del intercambio de los instrumentos de ratificación.
RATIFICADO ACUERDO ENTRE SANTA SEDE Y CIUDAD LIBRE HANSEÁTICA DE BREMEN La Santa Sede y la Ciudad Libre Hanseática de Bremen han ratificado el acuerdo firmado el 21 de noviembre de 2003 que regula las relaciones entre la Iglesia católica y este estado federal alemán. El jueves en la Nunciatura Apostólica en Berlín, el nuncio apostólico en Alemania y el presidente del Senado y burgomaestre de Bremen intercambiaron los instrumentos de ratificación de este acuerdo que entró en vigor el viernes.
V ANIVERSARIO DEL ENCUENTRO EN BUCAREST: MENSAJE A TEOCTIST Con ocasión del quinto aniversario del histórico encuentro en Bucarest, el 6 de mayo de 1999, de su Santidad el Papa Juan Pablo II con el patriarca de la Iglesia ortodoxa de Rumanía, Su Beatitud Teoctist, el Santo Padre le envió un mensaje fraterno en el que el Pontífice expresa su dicha y comparte los sentimientos de gratitud “por este paso importante que el Señor nos ha permitido dar en el camino de la plena comunión”. El Papa recuerda también con viva emoción en su mensaje la visita de devolución que restituyó el patriarca Teoctist, viniendo a Roma en el año 2002. El mensaje de Juan Pablo II ha sido entregado personalmente al jefe de la iglesia ortodoxa rumana por el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos.
DIÓCESIS
DE ZACAPA Y SANTO CRISTO DE ESQUIPULAS (GUATEMALA) DIÓCESIS
DE BUENAVENTURA (COLOMBIA) ARCHIDIÓCESIS
DE JUIZ DE FORA (BRASIL) DIÓCESIS
DE NOVA FRIBURGO (BRASIL) DIÓCESIS
DE PETRÓPOLIS (BRASIL) DIÓCESIS
DE VICTORIA (CANADÁ) ARCHIDIÓCESIS
DE KORHOGO (COSTA DE MARFIL) DIÓCESIS
DE KATIOLA (COSTA DE MARFIL) DIÓCESIS
DE SAKANIA-KIPUSHI (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO) ARCHIDIÓCESIS
DE LIPA (FILIPINAS) DIÓCESIS
DE CATARMAN (FILIPINAS) DIÓCESIS
DE MALOLOS (FILIPINAS) DIÓCESIS
DE PAGADIAN (FILIPINAS) DIÓCESIS
DE SAN PABLO (FILIPINAS) DIÓCESIS
DE NIIGATA (JAPÓN) DIÓCESIS
DE TAKAMATSU (JAPÓN) ARCHIDIÓCESIS
DE THARE AND NONSENG (TAILANDIA) NUNCIATURA
APOSTÓLICA EN SRI LANKA
DOMINGO
VI DE PASCUA (C): 16 de mayo de 2004 El evangelio de hoy nos recuerda las recomendaciones de Jesús a sus discípulos para el tiempo de la Iglesia, que es el nuestro: El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. Sí, Jesús vino de Dios y a Él volvía, también como hombre. Ese Dios único que, sin embargo, es un misterio de amor inefable y eterno. Pero el amor sólo existe entre un tú y un yo. Por eso, siendo único en su esencia, son tres personas en comunión. Ese amor infinito entre el Padre y el Hijo es el Espíritu. El mismo y único Espíritu de Dios que se ha manifestado a los hombres en Jesús. Como hombre y como Mesías Él es obra exclusiva del Espíritu de Dios. Por eso en Él se nos ha mostrado cuánto nos quiere el Padre Dios y también en Él nos enseña cómo amarle. Es claro, entonces, lo que nos quiere decir el Señor: El que me ama -es decir, el que me acoge con amor- guardará mi palabra, que es seguirle, imitándolo en el amor. Ya nos lo mandó en el momento supremo: Os doy un mandamiento nuevo: “Que os améis unos a otros como yo os he amado”. Cuando así lo hacemos, es Dios quien mora entre los hombres. El Concilio nos recordó que la Iglesia nace de este misterio, que la Iglesia es sacramento de este amor, que los cristianos estamos en el mundo para transformarlo más en morada de Dios. Somos en la tierra sencillamente el germen de lo que el cielo es plenitud. Somos levadura en la civilización del amor, una ciudad en construcción para el futuro eterno con Dios. Es lo que quiso mostrar el ángel que transportó a Juan en un domingo hasta la Jerusalén de arriba. Él la vio cómo bajaba del Cielo trayendo la gloria de Dios. Tenía doce puertas para penetrar en ella desde todas las latitudes. Tenía doce cimientos con los nombres de los apóstoles. Sí, la Iglesia es un misterio de comunión donde caben todas las gentes de todos los pueblos, sin distinción. Pero sólo penetran los que acogen la fe del Señor, que confesaron los apóstoles, y poseen su Espíritu en el corazón, que nos une con el amor de Dios. Ese amor universal, por todos los hombres, con el que nos ha abrazado en Jesús. Fue el primer problema con que tuvo que enfrentarse la Iglesia recién nacida. Nos lo cuenta hoy el Libro de los Hechos: En aquellos días, unos que bajaban de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos de Antioquía, que, si no se circuncidaban como manda la ley de Moisés no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé. Querían hacer de los cristianos una simple secta judía. Entonces, consultaron a los apóstoles y éstos, desde Jerusalén, contestaron: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las indispensables. Era su reacción frente a todo sectarismo; era su opción por la pluralidad y la diferencia; era su proclamación solemne de la universalidad del evangelio. Y es que ellos lo habían aprendido del Señor que, en definitiva, había venido a traernos la paz de Dios para unir a los hijos en dispersión. Lo dice hoy el evangelio: La paz os dejo, mi paz os doy: no os la doy como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Sí, en un mundo divido por las incomprensiones, los partidismos y los egoísmos insolidarios, los cristianos están llamados a transformarlo con la civilización del amor. Se trata de expandir esa paz recibida de Cristo. Una paz que no es tan superficial como la que pueden pretender los esfuerzos del mundo: la simple ausencia de guerra o de contrariedad. La paz del Señor nace de algo mucho más positivo e invencible; mana de esa íntima unión con Él y con el Padre en el Espíritu; brota de esa vida infinitamente potente de Dios. Y Jesús la da en ese momento de su despedida terrena. Cuando está ya a las puertas el Espíritu que Él dará tras su muerte y resurrección. Y es que es la paz que se sigue de la fe en Él como Señor. Vayamos a recibirla en nuestra misa del domingo. Él mismo volverá a dárnosla una vez más para después difundirla con nuestra vida.
FLORENCIA: CONGRESO MUNDIAL CONTRA LA EXPLOTACIÓN INFANTIL Se calcula que los niños explotados en el mundo son más de 246 millones. La mayoría de ellos nunca tendrá la posibilidad de ir a la escuela. Además, según la OIT, – entre ocho y 20 millones son los menores víctimas de formas aberrantes de violencia, como la esclavitud por deudas económicas, enrolamiento forzado en conflictos armados y prostitución -. Ante esta trágica injusticia, la organización no gubernamental italiana Mani Tese, y la asociación Global March against Child Labour, han organizado un Congreso mundial, inaugurado el lunes en la ciudad italiana de Florencia, que se clausuró el domingo, y que reunió a más de trescientos menores – entre los 13 y los 17 años de edad – procedentes de los cinco continentes. El domingo anterior, tras el rezo mariano del Regina Coeli, Juan Pablo II se refirió, precisamente, a la lucha contra la explotación del trabajo de los menores. En este sentido, el Papa exhortó a buscar soluciones y a promover los derechos de los más pequeños, a los participantes en el primer Congreso Mundial de Niños contra la explotación del trabajo infantil.
SIDA: EL DERECHO A LA VIDA DEPENDE DE LA GEOGRAFÍA El mundo rico dispone de la terapia destinada a combatir el SIDA y sin embargo en África continúan muriendo millones de personas en una epidemia que ya ha provocado tantas víctimas como una guerra mundial. Esta es la denuncia de un grupo de ministros de sanidad, expertos y hombres y mujeres comprometidos con la justicia y la dignidad humana reunidos en Roma invitados por la Comunidad de San Egidio que han exigido que el derecho a la vida no dependa de la geografía y que se abarate el precio de los fármacos necesarios para combatir el SIDA. El comunicado de la Comunidad se dirige a las agencias internacionales y a los responsables de las naciones ricas para que la lucha contra el SIDA produzca decisiones y compromisos inmediatos. El SIDA afecta a todo el planeta , pero el 70 por ciento de las victimas hoy nace y muere en África. 30 millones de hombres, mujeres y niños están ya infectados por el virus y la cifra aumentará si se abandonan sin atención y sin el compromiso de recursos financieros, científicos y humanos adecuados a la prevención y a la terapia necesaria.
“CONSTRUYENDO
FAMILIAS BASADAS EN LA ASOCIACIÓN” “Construyendo familias basadas en la asociación”, es el tema con el que este año se celebra el Día Internacional de las Familias, el 15 de mayo, con la intención de que los Gobiernos encuentren la ocasión para promover proyectos orientados a la familia, crear legislaciones que la protejan o iniciar discusiones sobre las políticas nacionales concernientes a la misma. Al mismo tiempo, se quiere hacer énfasis en que la igualdad entre el hombre y la mujer y el respeto de los derechos de todos los miembros de la familia es esencial para el bienestar de la sociedad en general. Este objetivo ya se anuncia en el artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el que se dice que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”. “La familia fundada en el matrimonio es patrimonio de la humanidad, es un bien grande y sumamente apreciable, necesario para la vida, el desarrollo y el futuro de los pueblos”, este fue el mensaje que Juan Pablo II dirigió el pasado año a los participantes en el IV Encuentro Mundial de las Familias reunidos en Manila. El Santo Padre siempre ha mostrado su atención a las familias y sobre todo a los recién casados, familias emergentes a quienes siempre dirige un mensaje en sus catequesis. El mensaje del Papa finalizaba con una exclamación dirigida a todas las familias del mundo: “Queridas familias cristianas: ¡anunciad con alegría al mundo entero el maravilloso tesoro que, lleváis con vosotros! Esposos cristianos, en vuestra comunión de vida y amor, en vuestra entrega recíproca y en la acogida generosa de los hijos, ¡sed en Cristo luz del mundo!. ¡Con la ayuda de Dios haced del Evangelio la regla fundamental de vuestra familia, y de vuestra familia una página del Evangelio escrita para nuestros tiempos!”. Con el fin promover la pastoral y el apostolado en el campo familiar, en 1981 Juan Pablo II creó con el Motu Proprio "Familia a Deo Instituta", el Pontificio Consejo para la Familia que sustituyó al Comité para la Familia, creado por Pablo VI en 1973. Del mismo modo, este Consejo, promueve y coordina los esfuerzos pastorales relacionados con el problema de la procreación responsable, y anima, sostiene y coordina las iniciativas en defensa de la vida humana en todos los estadios de su existencia, desde su concepción. En 1993 la Asamblea General de la ONU decidió que, desde 1994, el 15 de mayo fuera el Día Internacional de las Familias para aumentar el grado de concienciación sobre los temas relacionados con ella y para favorecer la capacidad institucional de las naciones para abordar problemas relativos a la familia mediante políticas globales. “Poner a las familias más cerca del centro del proceso de las políticas públicas demandará un gran compromiso político”, señaló el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en su mensaje del pasado año, añadiendo que “los temas de familia están en el corazón de la agenda social”. Estos temas son principalmente los cambios en las estructuras familiares, el envejecimiento demográfico, el incremento de la migración, la pandemia del SIDA y la globalización. Annan finalizó aquel discurso formulando un deseo: “espero que los líderes comprendan estos vínculos y brinden a estas cuestiones la atención y los recursos que se merecen”. El Centro de Información de Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana, ha revelado que más de mil millones de familias en el mundo viven en absoluta pobreza y carecen de vivienda adecuada. En su mensaje Naciones Unidas plantea que las familias alrededor del mundo están sometidas a un creciente estrés por las transformaciones económicas y políticas, enfermedades, guerra, pobreza, hambruna y otras fuerzas similares que las abruman. Más aún, advierte que cerca de 100 millones de personas viven bajo la línea de pobreza en las economías de mercado industrial; más de 180 millones de niños alrededor del mundo sufren de desnutrición y aproximadamente mil millones de adultos no saben leer ni escribir. Ha hecho ver que alrededor de 100 millones de niños en edad escolar primaria no asisten a la escuela, predominando las disparidades entre hombres y mujeres. Además la pobreza afecta la estructura familiar, a lo que se suma la creciente proporción de familias encabezadas por madres adolescentes. Ante todos estos retos la comunidad internacional pide el apoyo de todos para que el Día de las Familias sea una celebración y no una llamada de auxilio por la situación que sufren millones de familias en todo el mundo.
“UNA
OPORTUNIDAD DE CONCRETIZAR NUESTROS VALORES” La Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) hizo pública una declaración sobre las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán del 10 al 13 de junio. “Una oportunidad de concretizar nuestros valores”, es el título de la declaración con la que la COMECE quiere animar a todos los electores a participar en estas elecciones, calificándolo de “deber moral”. “A través de la votación cada uno de nosotros tiene el beneficio del privilegio de conseguir la paz y la democracia, por lo que - continúa el comunicado - todos formamos parte de un proceso de democratización europea”. Al mismo tiempo los obispos señalan una seria de cuestiones sobre las cuales tendrán que decidir los nuevos parlamentarios. Estas cuestiones son principalmente el respeto a la vida, al medio ambiente, la solidaridad y el bien común, la educación y la familia entre otros. Para hacer frente a todos estos temas, los miembros de la COMECE proponen que estos principios se asienten sobre la base del Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia. Los obispos finalizan su declaración haciendo un llamamiento al diálogo entre las religiones para lograr el buen funcionamiento de la Unión Europea.
FORUM DE LAS CULTURAS: IV PARLAMENTO DE LAS RELIGIONES Uno de los encuentros más multitudinarios del Forum 2004 será el “IV Parlamento de las Religiones”, que reunirá por primera vez en Europa a casi diez mil personas bajo el lema “Caminos por la paz: la sabiduría de escuchar, la fuerza del compromiso”. Durante una semana, del 7 al 13 de julio, Barcelona se convertirá en la capital mundial del diálogo interreligioso, con un intenso programa con cerca de 500 actividades, cuyos ejes vertebrados serán: las identidades religiosas, el diálogo interreligioso y el compromiso para contribuir a la construcción de un mundo mejor. Asistirán a la cita líderes religiosos mundiales, expertos de las distintas tradiciones y gentes de base. Todo el mundo está invitado, con el único requisito de querer conocer mejor las distintas religiones y valorar su papel dentro de la sociedad. Las cerca de 500 propuestas de todo el mundo que ya han sido elegidas desde el Consejo del Parlamento se agruparán en varios apartados: celebraciones y prácticas; las religiones por dentro; las religiones se encuentran; el compromiso de las religiones, y las sesiones plenarias. Se incluirán ponencias, mesas redondas, exposiciones, espectáculos y prácticas religiosas. Toda una oferta muy variada que permitirá elegir ampliamente según los intereses de los participantes. Gran número de las iniciativas presentadas tienen un claro sello católico. Pero esto, según los organizadores, no quitará sin embargo, protagonismo al resto de las tradiciones y comuniones, cuya presencia se ha intentado que sea lo más equilibrada posible. Interesa especialmente este año, por el contexto en el que nos hallamos, la presencia de la religión musulmana. Esta gran plataforma cultural de reflexión y pensamiento que quiere ser el Forum Universal de las culturas de Barcelona, inaugurado el domingo 9 de mayo, ha apostado por tres grandes temas: el desarrollo sostenible, la diversidad cultural y las condiciones de paz. A su alrededor giran una serie de contenidos, desde muchísimas perspectivas y puntos de vista, que llenarán los más de cinco meses que durará el encuentro. Pero son muchos a los que sorprende que en esta inmensa parrilla de actividades, el hecho religioso, se concentre sólo en una única semana. Aunque la religión constituye uno de los elementos que configuran toda cultura, desde la dirección del Forum se decidió prescindir de ella concentrando su presencia a sólo siete de los 141 días de este evento cultural. Las diferentes propuestas que desde la Iglesia de Barcelona se enviaron durante el tiempo de preparación del encuentro finalmente fueron rechazadas e invitadas a integrase en el multitudinario encuentro interreligioso de julio. Sin embargo, durante los cuatro meses y medio que durará el Forum, el arzobispado de Barcelona ha puesto al servicio de los numerosos visitantes dos lugares de acogida y la posibilidad de poder asistir a misa que será celebrada en cinco idiomas.
GUATEMALA: «UNA VIDA DIGNA PARA TODOS» «Una Vida digna para todos» es el título del documento que han publicado los obispos de Guatemala al finalizar su asamblea plenaria y que pone de relieve la urgencia necesidad de que se detenga la violencia que reina en este país centroamericano. Los prelados guatemaltecos, tras analizar la situación actual de la nación señalan siete prioridades que las autoridades deben afrontar a corto y medio plazo. En primer lugar, los miembros de la Conferencia Episcopal de Guatemala, indican la inseguridad que se difunde en el país y que marca de forma negativa el actual momento histórico. Violencia que tiene distintas causas y que evidencia la crisis de valores que abarca a la sociedad. Los prelados denuncian asimismo, con particular atención, los delitos que se comenten contra los niños, los jóvenes y las mujeres. Tras advertir que «en un contexto tan inestable, se acude a una justicia que los ciudadanos actúan por cuenta propia», recordando los peligros que ello conlleva, los obispos guatemaltecos exhortan a las autoridades a intervenir, garantizando mayor seguridad y poniendo en marcha una campaña de sensibilización sobre el empleo de las armas. También entre las emergencias que señalan los prelados de Guatemala, se destaca en este documento «la plagas de la pobreza y del desempleo, junto con aumento dramático del coste de la vida». Sin olvidar la difícil situación de los campesinos, siendo tan numerosos los que carecen de lo mínimo necesario para vivir de forma digna. En este contexto, los obispos guatemaltecos exhortan a las autoridades a entablar un debate sobre este tema, encontrando nuevos caminos para impulsar el desarrollo del sector agrícola. El documento de los obispos de Guatemala hace hincapié además en la importancia de promover el derecho a la salud y exhorta asimismo a bajar los precios de las medicinas para consentir una asistencia adecuada también a los más pobres.
Las edades del hombre ha llegado a la diócesis de Ávila con la exposición “Testigos”. Nos habló de la misa el secretario general de la Fundación don Antonio Meléndez Alonso.
ROMA: CURSO DE ACTUALIZACIÓN PARA SACERDOTES En el Colegio Español de Roma, se ha celebrado un curso de actualización para sacerdotes, que concluyó el 13 de mayo. D. Lope Rubio, rector del Colegio nos explicó en que ha consistido este curso.
¿Quién
eras, Ignacio de Loyola? Para conocer hoy las figuras de ayer en la Historia, un buen método es el de indagar el impacto que producían en los que le rodeaban: los que le querían y aceptaban, y los que lo orillaban o combatían. Y con el paso del tiempo, el “entorno” primero puede ayudar a desmesurar, y quitar proporción y verdad a la persona de que se habla o trata. Si hay una figura que ha estado en el punto de mira de los profesionales de la religión, de sus historiadores benévolos o de los negativos, es Ignacio de Loyola. Es curioso que fue el mismo el primero que se presentó tal cómo se veía, en un ejercicio de verdad y de simple humildad: un soldado desgarrado y vano, amigo de pendencias y de mujeres, que los viernes no tañía la vihuela en honor de la Virgen. Pero estas notas iniciales autobiográficas, dictadas a su Secretario, no son más que unas pinceladas poco explícitas, que están en la base de lo que supuso su figura en la Iglesia del S.XVI. Ignacio Cacho, además de ser un excelente profesor de teología en San Sebastián y Bilbao, es miembro activo e incansable del Instituto Ignacio de Loyola, de Deusto. Y ha tenido la sugerente idea de hacer una búsqueda de opiniones sobre la figura de Ignacio a partir de sus contemporáneos hasta nuestros días. Recorrer las opiniones de los primeros compañeros es sumamente aleccionador, para descubrir la talla de su capacidad de gobierno, la entereza de sus convicciones, la voluntad de comprensión y de compasión con todos ellos. Releer las cartas cruzadas con Nicolás de Bobadilla o con Simón Rodríguez produce un constante asombro ante su paciencia y su respeto, a pesar de los trallazos con que le fustigaban y acosaban ante la Santa Sede. Comparadas las líneas de Ignacio con las tremendas ausaciones retóricas de Nadal, uno admira la habilidad y humildad con que aceptaba sus feroces críticas. Contrastan estas visiones críticas, a veces desaforadas y siempre fruto de apasionamientos mal disimulados, con lo que pensaban y decían de él Fabro, Xavier, Laynez. En una segunda parte, Ignacio Cacho se adentra en la leyenda negra, donde gente dispar opina sobre él. Las opiniones del más acérrimo crítico, Fullop-Muller son expuestas de manera pormenorizada, y dan muestra de sus contradicciones e interpretaciones malévolas. Con una clara intención por reducir el espectro, insiste el autor en buscar las opiniones de compatriotas del vasco Ignacio. Unamuno, Baroja, Oteiza, dan sus versiones, a veces alambicadas, para intentar ver lo que hay de vasco en su actividad, o en su santidad, o lo que s superado, perdido o añadido. Y así también un excelente estilista como Ortega y Gasset, alumno de los jesuitas, opina sobre su figura y su talante. Las dos últimas partes de este excelente e iluminador libro sobre el fundador de la Compañía de Jesús recogen la LEYENDA AUREA, con los textos de su principales colaboradores pedro de Ribadeneyra, Gonçalves de Câmara, Diego de Eguía y Juan de Polanco. La última parte la intitula el autor LOYOLA VERSUS LUTERO, con una síntesis de la problemática surgida en aquel momento, y el empeño de Ignacio en colocar en sitios importantes a sus mejores teólogos, en defensa de la Iglesia, con extraordinarios consejos para tratar de entablar puentes de diálogo más que violentas luchas dialécticas. Un excelente libro de Historia, clarificador y objetivo, que ha de ayudar mucho a quienes deseen resolver el enigma de Ignacio de Loyola. |
